Introducción
La crisis iniciada en 2008 en el sector vivienda en Estados Unidos, llamada Hipotecas Subprime, impactó directamente a México en distintos aspectos, entre ellas el crecimiento económico, las exportaciones, el tipo de cambio, las remesas, el empleo y la inversión extranjera directa.
Podría afirmarse que en los últimos 10 años se produjo un cuasi estancamiento de la economía, solo 2006 presenta la tasa de crecimiento más alta del PIB 4.5%, después de ese año, sin contar 2010 cuya respuesta es producto de una caída brutal del Producto Interno Bruto (PIB) por efectos de la crisis el año anterior, el país no volvió a tener un crecimiento significativo de su producto, entre 2005 y 2016 a precios de 2010, el PIB creció a una tasa media anual de 2.1por ciento.1
Después de la crisis de 2008-2009, se ha mantenido a la baja el crecimiento del PIB y las expectativas de empleo no son, ni fueron en su momento halagadoras, el empleo en los tres primeros trimestres de entre 2010 y 2017 aumentó a una tasa media anual de 1.53%, el más beneficiado fue el empleo asalariado que creció en el período a una tasa de 2.10% y de estos el empleo asalariado en el sector manufacturero creció a una tasa media anual de 2.75 por ciento.
Si bien creció el empleo, principalmente el asalariado, en este período se produjo una precarización de los ingresos; la proporción de salariados que recibió hasta 2 salarios mínimos aumentó de forma considerable, al pasar de 39.3% en 2000 a 42.2% en 2016 y a 47.8% en 2017, pero en las áreas rurales esta proporción fue de 56.6% en 2010, de 63.0% en 2016 y de 64.1 en 20172 en tanto que se redujo la proporción de los que ganan más de 5 SM. La tendencia es apabullante, a ello agreguemos una persistencia de la pobreza;3 entre 2010 y 2016 la población en condiciones de pobreza pasó de 52.8 millones a 53.4 millones y aún hay 9.4 millones de pobres extremos.
En materia desempleo, el aumento fue significativo en casi todo el mundo pero diferenciado por países. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT),4 en México la tasa de desempleo en 2017 fue de 3.5%, una de las tasas más bajas del continente y menores a las observadas en 2009, 5.1%. La caída en el desempleo en México obedece a dos razones, aumentó el empleo masculino y femenino, pero también aumentó la población económicamente inactiva (PEI), para ambos sexos, si se toma como referente 2009 año con pleno efecto de la crisis, encontramos que la tasa media de crecimiento de la PEI masculina fue de 2.5% y para las mujeres de 1.3%, la población más afectada fueron los hombres, pues el empleo creció a una tasa de 1.7% promedio anual, lo que significa que si bien la población desocupada masculina decreció, -2.9% en el período, una parte de ellos se fue a la inactividad.
Pero el comportamiento del empleo, el desempleo, el subempleo y el empleo vulnerable en las áreas rurales se han comportado de forma diferente por entidad federativa.
Entre 2005, 2010 y 2015 el PIB a nivel nacional creció a tasas muy bajas, en este período a precios de 2008, la tasa de crecimiento media anual (TCMA), pasó de 1.94 a 2.81%, aunque al alza, son tasa de crecimiento muy bajas, sin embargo, entre 2010 y 2015, ocho estados observaron una caída en su crecimiento, y no solo los más pobres, Baja California Sur, Chiapas, Guerrero, México, Tabasco, Veracruz y Zacatecas, el caso extremo de decrecimiento fue Campeche, que en el período 2010/2015 decreció -2.71%. El sector más afectado en este período fue el primario, donde se concentra la actividad económica de la población rural.
I. La brecha laboral en México. Una visión agregada
Al considerar que el desempleo es una medida insuficiente para medir la oferta real de fuerza de trabajo, se propone medir la brecha laboral, esta se define como la suma de desempleados, la población económicamente inactiva disponible y los subocupados,5 estos últimos como los define el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), personas de 15 y más años de edad que tienen la necesidad y disponibilidad de ofertar más horas de trabajo de lo que su ocupación actual les permite.6 Queda claro que la presencia de la población ocupada que trabaja más de 8 horas y recibe hasta 2 salarios mínimos, como un concepto similar a la de subocupados, es un problema estructural, con una oferta de mano de obra que supera la demanda y los altos índices de pobreza, la población con necesidad de trabajar acepta recibir bajos salarios y largas jornadas, con la condición de tener un ingreso.
Una hipótesis que se plantea es que la brecha labora está asociada a la población en condiciones críticas de ocupación, existe una relación inversa entre ambas, si la población en condiciones críticas de ocupación es alta, la brecha laboral es reducida.
Si bien la tasa de desempleo es el indicador tradicional para medir el fenómeno, la propuesta de brecha laboral resulta ser un indicador más exacto pues mide la oferta real de fuerza de trabajo, particularmente cuando la definición de la tasa de desempleo y de ocupación son tan limitadas.7
A nivel nacional si tomamos en cuenta solo la tasa de desocupación por sexo a nivel nacional del segundo trimestre de 2017, los desocupados en caso de los hombres son 1 117 752 y menos aún para el caso de las mujeres, 752,428, o sea la tasa de desempleo para ambos sexos a nivel nacional fue muy similar, ligeramente menor en el caso de los hombres, pero en las áreas rurales esta fue significativamente menor, 2.14% para los hombres y 2.64% para las mujeres, esta diferencia, es en parte, resultado de los registros de la actividad entre la población rural, en la pregunta censal de ¿Qué hace? frecuentemente la actividad registrada es campesino, aunque en otro momento puede ser jornalero o no trabajar, pero dada la estacionalidad de la actividad agrícola puede registrarse a una parte de la población rural como ocupada.
En una visión macro observamos la enorme diferencia entre tasa de desempleo y brecha laboral.
Al calcular la brecha laboral respecto a la Población Económicamente Activa (PEA), las diferencias son enormes respecto a la tasa de desocupación y sobre todo entre las mujeres, en tanto la PEI disponible femenina dispara la brecha. Pero si la brecha ocupacional incluye a la PEI disponible, entonces esta debe de calcularse respecto a la población de 15 años y más; aun así es evidente que el cálculo de la brecha laboral es mejor indicador de la oferta laboral que la tasa de desocupación, particularmente entre las mujeres que no trabajan, no buscaron trabajo pero están dispuestas a trabajar.
Como se puede observar en la Tabla 1, una alta proporción de mujeres económicamente inactivas está disponible para el trabajo, no trabaja porque seguramente no tiene posibilidades para incorporarse al mercado de trabajo.
Perfil nacional | Hombres | Mujeres |
Población de 15 años y más | 43,088,333 | 48,030,765 |
Población Económicamente Activa | 3,448,285 | 20,620,506 |
Población desocupada | 1,117,752 | 752,428 |
PEI disponible | 1,774,724 | 4,027,389 |
Población subocupada | 2,569,898 | 1,203,296 |
Brecha laboral | 5,462,374 | 5,983,113 |
Tasa de desempleo | 3.34 | 3.65 |
Brecha laboral respecto a PEA | 16.33 | 29.02 |
Brecha laboral respecto a la población de 15 años y más | 12.68 | 12.46 |
Fuente: elaboración propia en base a la ENOE 2017, segundo trimestre.
2. Desempleo y brecha laboral rural por sexo, fenómenos diferentes
En las áreas rurales el empleo y el desempleo son difíciles de medir particularmente entre la población masculina, en tanto 55% está asociada a la actividad agropecuaria, la agricultura principalmente y esta es estacional; en el caso de las mujeres, apenas 14% se dedica a la agricultura, la mayoría se concentra en el sector terciario, 27% al comercio, la mayoría al comercio al menudeo y 39% a servicios, ambos con un marcado perfil de temporalidad, trabajo doméstico remunerado, principalmente.
La tasa de desocupación rural por sexo es ligeramente menor entre los hombres que entre las mujeres en el promedio nacional, en algunas entidades muy alta, en 15 entidades la tasa de desocupación masculina rural es mayor a la desocupación media masculina nacional, 2.12 por ciento.
Como podemos observar en la Tabla 2, en el caso de las mujeres en 13 entidades la tasa de desocupación femenina es mayor al promedio nacional femenino, 2.65%, la tasa más alta es de 6.6% en Sinaloa, en tanto que entre los hombres llega a 9.9% en Querétaro.
Estado | Hombres | Estado | Mujeres |
---|---|---|---|
Guerrero | 0.37 | SLP | 0.25 |
Campeche | 0.61 | Chiapas | 0.32 |
Yucatán | 0.65 | Jalisco | 0.60 |
Tamaulipas | 0.83 | Chihuahua | 0.93 |
Chiapas | 0.89 | Guerrero | 0.96 |
Baja California | 1.00 | Cd de México | 0.97 |
Oaxaca | 1.09 | Veracruz | 1.48 |
Jalisco | 1.17 | Yucatán | 1.52 |
Veracruz | 1.17 | Guanajuato | 1.53 |
Morelos | 1.25 | Morelos | 1.55 |
Quintana Roo | 1.26 | Oaxaca | 1.58 |
SLP | 1.43 | Querétaro | 1.77 |
Puebla | 1.51 | Baja California | 1.86 |
Cd de México | 1.67 | Campeche | 2.06 |
Durango | 1.87 | Quintana Roo | 2.10 |
Hidalgo | 1.95 | Sonora | 2.19 |
Zacatecas | 2.02 | Hidalgo | 2.20 |
Michoacán | 2.21 | Tamaulipas | 2.38 |
México | 2.39 | Baja Cal. Sur | 2.42 |
Tlaxcala | 2.49 | Aguascalientes | 2.69 |
Nuevo León | 2.54 | Nayarit | 2.93 |
Sonora | 2.69 | México | 3.20 |
Sinaloa | 3.14 | Zacatecas | 3.39 |
Guanajuato | 3.29 | Colima | 3.45 |
Aguascalientes | 3.48 | Puebla | 4.52 |
Chihuahua | 3.66 | Durango | 4.75 |
Nayarit | 4.03 | Coahuila | 4.84 |
Baja Cal. Sur | 4.96 | Nuevo León | 4.96 |
Colima | 5.04 | Michoacán | 5.51 |
Coahuila | 5.12 | Tlaxcala | 6.39 |
Tabasco | 7.23 | Tabasco | 6.54 |
Querétaro | 9.90 | Sinaloa | 6.59 |
Nacional | 2.12 | Nacional | 2.65 |
Fuente: INEGI. ENOE. Microdatos, 2o trimestre 2017.
Al ordenar la tasa de desempleo de menor a mayor, su comportamiento es diferenciado por sexo y entidad, pero con una constante, los estados más pobres son los de menor tasa de desempleo; entre los estados con tasas de desempleo masculino mayores al promedio nacional están los de menor proporción de población rural, México, Nuevo León y Querétaro; los estados de Colima, Coahuila y Tabasco, con importante población rural, la tasa de desempleo masculino es significativamente más alta que la de la población femenina, seguramente porque la demanda de fuerza de trabajo femenina en los cultivos intensivos en mano de obra, es mayor que la masculina. En Colima participan fuertemente las mujeres en el corte del limón y el plátano; en Coahuila la importancia de cultivos intensivos se concentra en el algodón y la nuez, en el que tienen cabida las mujeres, cultivos estacionales, se dan una vez al año, de ahí que la demanda de mano de obra aunque abundante se da por períodos reducidos. En el caso de Tabasco donde el desempleo afecta a ambos sexos, los cultivos más importantes son caña de azúcar, plátano y copra y en menor medida limón, la demanda de trabajo se concentra entre los hombres; las mujeres van a la selección del plátano y corte del limón, esporádicamente al despulpe del cacao, sin embargo, seguramente la estacionalidad en la actividad y las características del proceso de trabajo de los cultivos intensivos señalados, explica las alternativas temporales de empleo y el alto desempleo para ambos sexos, pues el petróleo no es una actividad donde la población local pueda acceder fácilmente.
Los estados más pobres, Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Puebla; muestran las tasas de desocupación por sexo más bajas, la población en los estados pobres no puede no trabajar, acepta cualquier trabajo aun con perfil precario.
Al calcular la brecha laboral rural de la población de 15 años y más por entidad federativa y sexo, observamos que no hay relación con las proporciones registradas en las tasas de desocupación y que la amplitud de la brecha no está en estricta relación a las condiciones económicas de la entidad.
Si el indicador de la brecha se calcula en función de la fuerza de trabajo, la población de 15 años y más rural, este muestra un resultado diferente respecto a la tasa de desocupación, pero observando la misma tendencia, no son los estados más pobres los que presentan una mayor brecha ocupacional.
Al ordenar en forma descendente el porcentaje de población que representa la brecha laboral respecto a la población de 15 años y más, las mayores tasas de brecha laboral no están asociados a la pobreza.
Los estados con desarrollo medio como Tlaxcala, Tabasco y Tamaulipas presentan la mayor brecha masculina y menor brecha femenina, pese a que la PEID femenina tiende siempre a incrementarla, pero -como podemos observar aquí-, no es el caso.
Estado | Hombres | Estado | Mujeres |
---|---|---|---|
Yucatán | 6.1 | México | 4.5 |
México | 7.0 | Baja California | 5.7 |
Guerrero | 7.1 | Hidalgo | 6.5 |
Aguascalientes | 7.7 | Querétaro | 7.3 |
Baja California | 9.2 | Yucatán | 7.3 |
Hidalgo | 9.2 | Aguascalientes | 7.9 |
Jalisco | 10.6 | Guerrero | 7.9 |
Veracruz | 11.6 | Jalisco | 8.4 |
Chihuahua | 11.7 | Chiapas | 9.1 |
Morelos | 12.3 | Cd de México | 11.1 |
Querétaro | 12.4 | Campeche | 11.8 |
Puebla | 12.7 | Coahuila | 12.5 |
Coahuila | 13.0 | Durango | 14.6 |
Sonora | 13.0 | Quintana Roo | 14.9 |
Campeche | 13.1 | Sonora | 15.0 |
Chiapas | 14.3 | Chihuahua | 15.4 |
Durango | 15.4 | Colima | 15.5 |
Colima | 15.6 | Nuevo León | 16.5 |
Nuevo León | 15.7 | Tlaxcala | 17.3 |
SLP | 16.7 | Zacatecas | 17.7 |
Quintana Roo | 16.9 | SLP | 18.0 |
Michoacán | 17.0 | Baja Cal. Sur | 18.1 |
Sinaloa | 18.5 | Morelos | 18.6 |
Zacatecas | 19.1 | Puebla | 19.0 |
Baja Cal. Sur | 19.5 | Guanajuato | 19.0 |
Oaxaca | 19.7 | Tabasco | 19.6 |
Cd de México | 20.8 | Tamaulipas | 20.3 |
Nayarit | 21.1 | Veracruz | 20.6 |
Guanajuato | 22.0 | Sinaloa | 20.9 |
Tlaxcala | 22.3 | Nayarit | 21.2 |
Tabasco | 23.0 | Oaxaca | 21.7 |
Tamaulipas | 26.0 | Michoacán | 28.5 |
Nacional | 14.3 | Nacional | 15.3 |
Fuente: INEGI. ENOE. Microdatos, 2o trimestre 2017.
Como se puede observar, hay una lógica diferente en el comportamiento de la brecha laboral rural por sexo. De la brecha laboral rural masculina, 16 entidades tienen una proporción mayor a 14.3% que es el promedio nacional; excepto Oaxaca, Michoacán y Tabasco con muy alto y alto grado de marginalidad y alta proporción de población rural, el resto de las entidades tienen niveles de marginalidad media, baja y muy baja.8
Tabasco y Tamaulipas tienen una brecha laboral masculina mayor a la femenina, en Tabasco 42.6% de la población es rural y presenta alta marginalidad, en Tamaulipas alrededor de 11% de la población es rural con marginalidad media, pero a diferencia de Tabasco, en Tamaulipas 27.5% de la población masculina está subocupada, es posible que ellos explique qué Tamaulipas ocupe el primer lugar en la mayor brecha laboral rural del país para los hombres. De los cultivos intensivos de mano de obra en Tamaulipas, destacan la caña de azúcar y la naranja que solo demandan mano de obra masculina, la caña de corte anual y la naranja de corte periódico, que concluida la cosecha deja sin empleo a los hombres y se ven obligados a buscar trabajo en otras actividades, por lo menos seis meses del año.
Al analizar sólo la brecha laboral rural femenina, las más altas se encuentran en Michoacán, 28.5%; Oaxaca, 21.7%; Nayarit, 21.2% y Sinaloa, 20.9%; pero Oaxaca, donde el empleo precario de la población femenina ocupada en actividades agrícolas es de los más altos, 83.6%, la brecha debería ser reducida y no es así, entonces la ruralidad, la marginalidad y el empleo precario no son elementos definitorios que expliquen el comportamiento de la brecha laboral por sexo, sino la posibilidad de encontrar trabajo en otro sector de actividad o bien migrar.
En 13 estados la brecha laboral rural femenina es más alta que la masculina, pero tampoco hay un patrón de comportamiento, solo Nuevo León tiene una proporción insignificante de población rural y muy baja marginalidad, en el resto de las entidades la población rural oscila entre 15.2 y 52.7% y la marginalidad desde muy alta hasta muy baja.
Las reducidas diferencias entre brechas por sexo, se presenta tanto en los estados con muy alta marginalidad como media y muy baja.
Entidad | Grado de marginalidad | población rural | Brecha masculina | Brecha femenina |
Oaxaca | Muy alto | 52.7 | 19.7 | 21.7 |
Guerrero | Muy alto | 41.8 | 7.1 | 7.9 |
SLP | Alto | 36.2 | 16.7 | 18.0 |
Puebla | Alto | 28.2 | 12.7 | 19.0 |
Veracruz | Alto | 38.9 | 11.6 | 20.6 |
Michoacán | Alto | 31.3 | 17.0 | 28.5 |
Sonora | Bajo | 14.0 | 13.0 | 15.0 |
Chihuahua | Bajo | 15.2 | 11.7 | 15.4 |
Yucatán | Medio | 16.0 | 6.1 | 7.3 |
Morelos | Medio | 16.1 | 12.3 | 18.6 |
Sinaloa | Medio | 27.2 | 18.5 | 20.9 |
Nayarit | Medio | 31.1 | 21.1 | 21.2 |
Nuevo León | Muy bajo | 5.3 | 15.7 | 16.5 |
Fuente: Conapo 2015 e INEGI. Censo de población 2010 y Enoe Microdatos 2º trimestre de 2017.
Aunque no hay una correlación directa entre brecha laboral y marginalidad y porcentaje de población rural, es posible suponer que cuando la brecha laboral rural femenina es mayor que la masculina se debe a que el empleo masculino -aunque precario-, en el sentido de bajos salarios y sin prestaciones, y vulnerable existen; lo que provoca que las mujeres intenten ofertar su mano de obra como complemento del ingreso familiar.
El comportamiento diferenciado de la brecha laboral rural por sexo, se puede explicar principalmente por el peso diferenciado de los componentes de la brecha, mientras entre los hombres el subempleo es el que más pesa, entre las mujeres es la población económicamente inactiva disponible.
Al subempleo agreguemos a la población ocupada que trabaja en condiciones críticas de ocupación,9 el estigma de la población rural, es en las áreas rurales donde la población que trabaja en condiciones críticas es mayor.
Como se puede observar en la Tabla 5, entre las áreas más urbanizadas y las rurales, la diferencia es de casi 10 puntos porcentuales para ambos sexos, lo que muestra el abandono de las autoridades del trabajo en zonas rurales.
Área | Hombres | Mujeres |
Más urbanizada | 10.7 | 8.9 |
Menos urbanizada | 17.2 | 15.4 |
Rural | 19.6 | 17.3 |
Fuente: INEGI. ENOE, 2o trimestre 2017.
Para corroborar que los factores que componen la brecha se comportan diferente si se trata de mujeres que de hombres, separemos dos elementos, la tasa de subocupación y la PEID.
El comportamiento diferenciado de la subocupación rural por sexo es contundente, excepto Quintana Roo, en el resto de las entidades la tasa de subocupación masculina es mayor a la femenina, el subempleo afecta más a los hombres porque las mujeres tienen menor tasa de ocupación.
Entidad | Hombres | Entidad | Mujeres |
---|---|---|---|
Aguascalientes | 1.9 | Querétaro | 0.6 |
Querétaro | 2.0 | Chihuahua | 0.6 |
Baja California | 2.8 | Aguascalientes | 1.0 |
Yucatán | 3.1 | Yucatán | 1.1 |
Chihuahua | 3.4 | Chiapas | 1.2 |
México | 3.7 | Morelos | 1.3 |
Puebla | 4.2 | Coahuila | 1.9 |
Morelos | 5.0 | Durango | 2.5 |
Coahuila | 5.8 | Baja California | 3.2 |
Guerrero | 6.3 | Jalisco | 3.3 |
Jalisco | 6.5 | Puebla | 3.6 |
Veracruz | 7.2 | México | 3.8 |
Colima | 7.2 | Nuevo León | 4.3 |
Hidalgo | 7.5 | Veracruz | 4.4 |
Durango | 8.3 | San Luís Potosí | 4.4 |
Sonora | 8.7 | Hidalgo | 4.4 |
San Luís Potosí | 9.4 | Campeche | 4.5 |
Michoacán | 10.0 | Cd de México | 4.8 |
Nuevo León | 10.1 | Colima | 4.9 |
Campeche | 10.2 | Guerrero | 6.3 |
Sinaloa | 10.4 | Sonora | 6.9 |
Chiapas | 11.7 | Nayarit | 8.9 |
Nayarit | 12.5 | Sinaloa | 9.4 |
Quintana Roo | 12.7 | Baja California Sur | 10.3 |
Zacatecas | 12.9 | Michoacán | 10.8 |
Cd de México | 13.0 | Tabasco | 11.2 |
Guanajuato | 13.8 | Guanajuato | 11.2 |
Tabasco | 14.4 | Zacatecas | 11.2 |
Tlaxcala | 17.0 | Tlaxcala | 14.6 |
Baja California Sur | 17.1 | Quintana Roo | 16.0 |
Oaxaca | 18.9 | Tamaulipas | 16.6 |
Tamaulipas | 27.5 | Oaxaca | 17.9 |
Nacional | 9.4 | Nacional | 7.0 |
Fuente: INEGI. ENOE. Microdatos 2º Trimestre de 2017.
En Oaxaca y Guerrero el subempleo rural es similar entre hombres y mujeres, en Oaxaca de los más altos del país, es un Estado con un índice de marginalidad muy alto, y con grandes desequilibrios; 46.2% de la población ocupada trabaja en el sector terciario, 29.4% trabaja más de 48 horas a la semana y 53.3% recibe hasta 2 salarios mínimos, un perfil de precariedad.
Entre la población ocupada masculina, los estados cuya proporción de subempleo es mayor al promedio nacional, son entidades que muestran grados de marginalidad media, baja y muy baja, excepto Oaxaca y Chiapas; en el caso de las mujeres, dos entidades observan marginalidad muy alta y alta, el resto son entidades de marginalidad media y baja, es decir, no sólo la pobreza está asociada al subempleo, los excedentes de fuerza de trabajo, se resuelven con empleo precario.
Los resultados de la ENOE muestran que el empleo, precario o no, ejerce mayor presión para que lo acepten los hombres más que las mujeres, estas diferencias al alza entre los hombres de áreas rurales se explican porque a final de cuentas y no como verdad absoluta, los hombres son en principio los principales proveedores, luego entonces, el subempleo afecta más a la brecha masculina que femenina.
Entidad | Hombres | Entidad | Mujeres |
---|---|---|---|
Hidalgo | 1.6 | México | 2.3 |
Guerrero | 1.6 | Baja California | 3.1 |
México | 2.2 | Hidalgo | 4.3 |
Baja California Sur | 2.5 | Guerrero | 5.3 |
Tamaulipas | 2.6 | Yucatán | 6.1 |
Campeche | 2.8 | Querétaro | 6.7 |
Yucatán | 3.0 | Aguascalientes | 6.7 |
Chiapas | 3.1 | Jalisco | 7.0 |
Aguascalientes | 3.5 | Cd de México | 7.9 |
Oaxaca | 3.6 | Quintana Roo | 8.3 |
Querétaro | 4.0 | Tlaxcala | 8.7 |
Sonora | 4.3 | Chiapas | 8.9 |
Jalisco | 4.4 | Campeche | 9.6 |
Coahuila | 4.5 | Coahuila | 10.5 |
Nuevo León | 4.8 | Sonora | 11.2 |
Veracruz | 4.9 | Colima | 11.7 |
Quintana Roo | 5.1 | Durango | 12.5 |
Chihuahua | 6.0 | Nuevo León | 13.0 |
Baja California | 6.1 | Baja California Sur | 13.1 |
Colima | 6.3 | Zacatecas | 13.3 |
Tabasco | 6.5 | Tabasco | 14.3 |
Zacatecas | 6.6 | Oaxaca | 14.4 |
Tlaxcala | 6.6 | Tamaulipas | 14.7 |
Michoacán | 6.7 | Sinaloa | 14.7 |
Durango | 7.0 | Guanajuato | 14.9 |
Morelos | 7.4 | Chihuahua | 15.0 |
Nayarit | 7.5 | Puebla | 15.5 |
Puebla | 7.6 | San Luís Potosí | 16.6 |
Sinaloa | 7.8 | Nayarit | 16.8 |
Guanajuato | 8.3 | Morelos | 17.7 |
San Luís Potosí | 8.4 | Veracruz | 19.3 |
Cd de México | 8.9 | Michoacán | 23.9 |
Nacional | 4.9 | Nacional | 12.3 |
Fuente: INEGI. ENOE. Microdatos 2º Trimestre de 2017.
Si tomamos el referente de población económicamente inactiva disponible, también el comportamiento es diferenciado, obvio, la PEID es significativamente mayor entre las mujeres que entre los hombres rurales; en 15 entidades la PEID femenina rebasa 12.3% promedio nacional, en tanto que en 16 estados la proporción de PEID masculina rebasa la media nacional pero en ningún caso se registran proporciones tan altas como entre la población femenina.
Los estados de Sinaloa, Chihuahua y Morelos donde la agricultura intensiva10 es significativa, se conforman importantes mercados de trabajo agrícolas temporales donde tienen cabida las mujeres, pero cuya duración no es suficiente para absorber los excedentes de mano de obra, de ahí que aumente la PEID.
Guerrero es el estigma, las mujeres tienen que trabajar igual que los hombres, pues es el Estado más pobre donde no hay cabida al ocio.
En Morelos los cultivos intensivos representan 37% de la superficie cosechada de la entidad, pero el cultivo más importante es la caña de azúcar, 17.3 mil hectáreas, donde no tienen cabida las mujeres por las características del proceso de trabajo; el aguacate, cultivo con cierta importancia tampoco tienen cabida las mujeres, y las hortalizas de exportación que es el segundo grupo de cultivos de importancia, ejote, tomate rojo, tomate verde, calabacita, son cultivos estacionales, donde la absorción de mano de obra es por períodos reducidos, no más de 3 meses.
En Puebla, la superficie cosechada de cultivos intensivos representa 20% de la superficie cosechada total, pero los cuatro principales cultivos, café, naranja, elote y caña de azúcar, tienen limitaciones en la absorción de mano de obra femenina. El café es estacional lo mismo que el elote, el período de cosecha dura escasamente dos meses para ambos cultivos y naranja y caña de azúcar no acepta mujeres.
En estas tres entidades, por el perfil agrícola, la posibilidad de incorporación de las mujeres al trabajo puede ser el comercio, pues los servicios les significarían migrar.
Tlaxcala y Tamaulipas, con las brechas laborales más grandes, presentan una migración reducida, esta creció a una tasa de 0.6 y 1.5% anual respectivamente, en tanto que entre las mujeres donde la brecha es más alta, Oaxaca y Michoacán, la migración apenas creció entre 2000 y 2010 a una tasa de 0.9 y 0.3% respectivamente, no migrar significa ocupar un lugar en la brecha laboral.
3. Tasa de condiciones críticas de ocupación, elemento del comportamiento de la brecha ocupacional
El empleo vulnerable11 ha jugado el papel de balanza con el trabajo asalariado, en tanto el trabajo por cuenta propia no siempre es generador de ingresos suficientes para la reproducción de la familia y los trabajadores familiares no remunerados se comportan en relación inversa a la ocupación remunerada. Entre los años 2005 y 2017 el empleo vulnerable disminuyó 10.5 puntos porcentuales, lo que sugiere un incremento del trabajo asalariado y posiblemente precario.12
En este período el empleo precario disminuyó, aunque de forma poco significativa después de la crisis de 2008-2009 en las zonas rurales de México, pero aún sigue siendo importante.
Año | Empleo vulnerable | Empleo precario | Población Ocupada total con 2 y menos SM | Tasa de condiciones críticas de ocupación |
2005 | 51.8 | 66.8 | 69.4 | 24.6 |
2010 | 48.1 | 66.6 | 64.8 | 17.5 |
2011 | 45.8 | 65.1 | 63.7 | 17.3 |
2012 | 46.4 | 65.5 | 66.5 | 17.2 |
2013 | 45.2 | 66.9 | 67.5 | 17.5 |
2014 | 43.7 | 63.7 | 64.2 | 16.8 |
2015 | 43.3 | 63.7 | 67.2 | 17.1 |
2016 | 41.2 | 64.8 | 71.3 | 21.0 |
2017 | 41.3 | 63.5 | 69.8 | 18.9 |
Fuente: INEGI. ENOE. Consulta interactiva de indicadores estratégicos, 2005 a 2017.
Contrario con lo que sucede con el empleo vulnerable que tienden a la baja, el resto de indicadores muestran una ligera recuperación entre 2016 y 2017, sin embargo, las proporciones siguen siendo muy altas. Se reduce el empleo vulnerable, el autogenerador de ingresos, para aumentar el empleo precario y las condiciones críticas de ocupación, entre 2005 y 2017 el empleo asalariado en áreas rurales pasó de 3.8 a 5.9 millones de personas, lo que significa un aumento de la población asalariada rural respecto a la población ocupada total de 46.6% a 58.5% en el período.
La brecha ocupacional está asociada a diversos factores, que definen su tamaño, desde el crecimiento de la economía, la oferta de empleos, el tamaño de la familia asociada al número de proveedores, los niveles salariales, todo ello cruzado por el sexo, sin embargo, no obstante la multicausalidad, existe un indicador central que actúa en sentido inverso a la brecha, las Condiciones Críticas de Ocupación, se plantea una hipótesis, el comportamiento de la brecha laboral actúa en sentido inverso a las condiciones críticas de ocupación, como lo define la ENOE.13 Para probarlo se usará el método de números índices compuestos,14 en tanto este permite analizar el comportamiento de varias variables correlacionadas, para concluir con el índice de localización que permita identificar y focalizar el fenómeno a investigar y separarlo por regiones, en tanto se ha probado que no es el grado de desarrollo o pobreza en una entidad, ni la importancia de la población rural lo que define una brecha laboral rural grande o pequeña, su expresión está asociada a las posibilidades económicas que tiene la población de reproducirse.
Pero ahora nos preguntamos, ¿Cómo se concentra la brecha y qué relación existe con las condiciones críticas de ocupación en zonas rurales? Si las posibilidades de ocuparse en zonas rurales son limitadas y precarias, entonces la relación es alta.
Si relacionamos la brecha con la tasa de condiciones críticas de ocupación por sexo de la población de 15 años y más rural, encontramos que si hay una correlación inversa aunque de proporciones diferentes en ambos sexos.
En el caso de la población masculina, con excepción de Baja California y Tlaxcala, en general la condición se cumple, si es alta la brecha, en menor la (TCCO).
Entidad | Brecha laboral | TCCO |
Yucatán | 6.1 | 24.2 |
México | 7.0 | 15.0 |
Guerrero | 7.1 | 11.6 |
Aguascalientes | 7.7 | 18.0 |
Baja California | 9.2 | 9.6 |
Hidalgo | 9.2 | 20.6 |
Jalisco | 10.6 | 12.4 |
Veracruz | 11.6 | 22.6 |
Chihuahua | 11.7 | 6.7 |
Morelos | 12.3 | 7.7 |
Querétaro | 12.4 | 9.1 |
Puebla | 12.7 | 26.5 |
Coahuila | 13.0 | 17.1 |
Sonora | 13.0 | 10.3 |
Campeche | 13.1 | 27.4 |
Chiapas | 14.3 | 37.6 |
Durango | 15.4 | 20.7 |
Colima | 15.6 | 8.2 |
Nuevo León | 15.7 | 10.5 |
SLP | 16.7 | 17.9 |
Quintana Roo | 16.9 | 14.7 |
Michoacán | 17.0 | 15.0 |
Sinaloa | 18.5 | 10.8 |
Zacatecas | 19.1 | 17.7 |
Baja Cal. Sur | 19.5 | 9.8 |
Oaxaca | 19.7 | 19.3 |
Cd de México | 20.8 | 27.9 |
Nayarit | 21.1 | 15.4 |
Guanajuato | 22.0 | 19.6 |
Tlaxcala | 22.3 | 22.4 |
Tabasco | 23.0 | 16.3 |
Tamaulipas | 26.0 | 12.8 |
Nacional | 14.3 | 19.3 |
Fuente: INEGI. ENOE. Microdatos 2º Trimetre de 2017.
Como se puede ver en la Tabla anterior, con algunas excepciones, no siempre las diferencias son muy marcadas pero si muestran un comportamiento, donde es alta la brecha es baja la TCCO y viceversa y justo Tabasco y Tamaulipas, que presentan la brecha más alta para la población masculina, la TCCO son más bajas, aunque lo ideal es que fueran aún más bajas, sobre todo en el caso de Tabasco donde la población rural representa 46% de la población total de la entidad, pese a que la definición reduce las condiciones reales de ruralidad de la población, en tanto si se considera a la población que vive en localidades de más de 2,500 hasta 14,999, la población con perfil de ruralidad ascendería a 66.5%, porcentaje de población sin respuesta ocupacional en áreas urbanas.
No es el caso de Tamaulipas, donde 14.5% de la población es rural, 26% de la población masculina en condiciones de demandantes potenciales de empleo en zonas rurales, la única opción será migrar, 13.5% de la población en 2010 migró a otra entidad y en 2015 se fueron 30 personas de Tamaulipas a Estados Unidos.
Entidad | Brecha laboral | TCCO |
---|---|---|
México | 4.5 | 14.5 |
Baja California | 5.7 | 14.9 |
Hidalgo | 6.5 | 20.0 |
Querétaro | 7.3 | 10.5 |
Yucatán | 7.3 | 14.7 |
Aguascalientes | 7.9 | 11.2 |
Guerrero | 7.9 | 16.4 |
Jalisco | 8.4 | 7.9 |
Chiapas | 9.1 | 29.0 |
Cd de México | 11.1 | 20.2 |
Campeche | 11.8 | 24.4 |
Coahuila | 12.5 | 10.3 |
Durango | 14.6 | 18.7 |
Quintana Roo | 14.9 | 17.1 |
Sonora | 15.0 | 9.2 |
Chihuahua | 15.4 | 9.4 |
Colima | 15.5 | 9.8 |
Nuevo León | 16.5 | 11.8 |
Tlaxcala | 17.3 | 17.4 |
Zacatecas | 17.7 | 15.1 |
SLP | 18.0 | 17.3 |
Baja Cal. Sur | 18.1 | 13.7 |
Morelos | 18.6 | 17.4 |
Guanajuato | 19.0 | 21.3 |
Puebla | 19.0 | 17.9 |
Tabasco | 19.6 | 18.7 |
Tamaulipas | 20.3 | 15.5 |
Veracruz | 20.6 | 24.5 |
Sinaloa | 20.9 | 9.4 |
Nayarit | 21.2 | 15.7 |
Oaxaca | 21.7 | 18.2 |
Michoacán | 28.5 | 14.3 |
Nacional | 15.3 | 17.2 |
Fuente: INEGI. ENOE Microdatos 2o trimestre de 2017.
En el caso de las mujeres, excepto seis entidades, en el resto, las diferencias son contundentes, donde es alta la brecha es reducida la TCCO y viceversa.
La diferencia mínima que observan algunas entidades como Jalisco, Tlaxcala, Morelos y Tabasco, puede explicarse porque su población rural es reducida con pocas posibilidades de incorporarse al mercado de trabajo formal, de ahí que brecha y TCCO sean similares.
4. Índice de concentración de la brecha ocupacional por sexo
A fin de medir como se concentra la brecha ocupacional rural por entidad y sexo y los estados donde es más alta la brecha asociada a la TCCO respecto a la media nacional, se calculó el índice de localización.15
Como puede verse en la Tabla, sólo en 10 entidades el índice de concentración16 de la correlación entre brecha y TCCO masculina es menor al promedio nacional, en tanto que en el caso de las mujeres en 13 entidades esta es menor, sin embargo, en general, los índices de concentración entre los hombres es mayor en todos los casos respecto a los índices de las mujeres.
Los estados donde se agudizan las inequidades entre la población masculina rural, son Colima, Tamaulipas y Nuevo León, particularmente en Tamaulipas y Colima la brecha laboral es de las más altas del país.
Entidad | Índice de concentración masculino | Entidad | Índice de concentración femenino |
---|---|---|---|
Yucatán | 0.34 | México | 0.35 |
Chiapas | 0.51 | Chiapas | 0.35 |
Aguascalientes | 0.58 | Hidalgo | 0.37 |
Hidalgo | 0.60 | Baja California | 0.43 |
México | 0.63 | Guerrero | 0.54 |
Puebla | 0.65 | Campeche | 0.54 |
Campeche | 0.65 | Yucatán | 0.56 |
Veracruz | 0.69 | Cd de México | 0.62 |
Guerrero | 0.83 | Querétaro | 0.78 |
Durango | 1.01 | Aguascalientes | 0.79 |
Cd de México | 1.01 | Durango | 0.87 |
Coahuila | 1.03 | Veracruz | 0.94 |
Jalisco | 1.16 | Quintana Roo | 0.98 |
SLP | 1.26 | Guanajuato | 1.00 |
Baja California | 1.29 | Tlaxcala | 1.12 |
Tlaxcala | 1.34 | SLP | 1.17 |
Oaxaca | 1.38 | Tabasco | 1.18 |
Zacatecas | 1.46 | Puebla | 1.19 |
Guanajuato | 1.51 | Jalisco | 1.19 |
Michoacán | 1.53 | Morelos | 1.20 |
Quintana Roo | 1.55 | Zacatecas | 1.31 |
Sonora | 1.70 | Oaxaca | 1.34 |
Querétaro | 1.85 | Coahuila | 1.36 |
Nayarit | 1.85 | Tamaulipas | 1.47 |
Tabasco | 1.91 | Baja Cal. Sur | 1.48 |
Nuevo León | 2.02 | Nayarit | 1.52 |
Morelos | 2.17 | Nuevo León | 1.57 |
Sinaloa | 2.32 | Colima | 1.77 |
Chihuahua | 2.35 | Sonora | 1.82 |
Colima | 2.58 | Chihuahua | 1.85 |
Baja Cal. Sur | 2.69 | Michoacán | 2.24 |
Tamaulipas | 2.75 | Sinaloa | 2.48 |
Nacional | 1.00 | Nacional | 1.00 |
Fuente: elaborado en base a INEGI, ENOE. Microdatos 2º trimestre de 2017.
Los resultados son contundentes, no es en los estados más pobres, donde la brecha asociada a las CCO son más altas, es en los estados menos pobres con alguna posibilidad de absorber fuerza de trabajo excedente donde se concentra la población posible demandante de trabajo. Se trata de 1.4 millones de hombres y 1.6 millones de mujeres de 15 años y más que potencialmente están en la búsqueda de un empleo decente, que agregando a los asalariados que sufren un trabajo precario, 3.7 millones de asalariados y la población ocupada vulnerable, 4.4 millones, suman 11.1 millones de 19.9 millones de hombres y mujeres de 15 años y más que sufren incertidumbre económica y persistencia de la pobreza.
Lo anterior obliga a pensar en la necesidad de instrumentar con voluntad política, medidas de política social y económica que rescaten a los asalariados del empleo precario, que se dé cumplimiento a la seguridad social, se regule la jornada de trabajo, sobre todo para los asalariados agrícolas y, además que se obligue a los empleadores a pagar un salario digno que permita la reproducción de la familia asociada a estos trabajadores.