Señor editor:
El término violencia de pareja se refiere a cualquier comportamiento dentro de una relación íntima que cause daño físico, psicológico y/o sexual por parte de una pareja actual o anterior, sean o no cónyuges1,2.
En 2022 se publicó un estudio en la Revista Mexicana de Medicina Familiar por Rosas-Muñoz et al. con una muestra de 76 mujeres derechohabientes de la Unidad de Medicina Familiar N.º 1 en Ciudad Obregón, Sonora, México, resultando en una correlación positiva entre codependencia y violencia de pareja (rho: 0.67; p > 0.001); además, se describe la frecuencia de los tipos de violencia, siendo la psicológica la más frecuente, seguida de la física y la sexual2. Este estudio fue realizado en mujeres de aproximadamente 30 años; sin embargo, en adolescentes y jóvenes se ha descrito poco sobre la violencia de pareja.
La violencia de pareja en adolescentes y jóvenes puede iniciar desde la etapa de noviazgo, impactando en su vida hasta la edad adulta.
A corto plazo, tanto las víctimas como los victimarios tienen tendencia a baja autoestima, sentimientos de culpa, dolor, ansiedad e ira; también, tienen problemas de comunicación, menos habilidades de resolución de conflictos, e identifican la violencia como una forma de cambiar la conducta de los demás. A largo plazo, los estudios describen problemas de salud mental como depresión e ideación suicida, uso de sustancias, victimización y desconfianza en las futuras parejas3.
Si bien este problema ocurre a nivel global, en diferentes culturas y diferentes estratos sociales, la prevalencia más alta se observa en jóvenes de entre 18 y 24 años, siendo las mujeres el género más afectado. En México, instituciones como el IMJUVE (Instituto Mexicano de la Juventud) y la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) reportan alrededor de un 35% de violencia de pareja en jóvenes de entre 15 y 24 años3,4.
Actualmente diversas instituciones reportan que las llamadas y denuncias sobre violencia de pareja e intrafamiliar incrementaron durante la pandemia por COVID-19, pero hay pocos estudios de investigación en que describan y permitan hacer una comparativa previa y durante la pandemia5. La Secretaría de Salud en México ha reportado que, desde el 2016, las agresiones están dentro de las 10 primeras causas de mortalidad a nivel nacional, incluso por encima de enfermedades pulmonares, insuficiencia renal o VIH; por lo tanto, es de suma importancia investigar y reportar este fenómeno5,6.
Por otro lado, hablar, hoy en día, de «parejas tóxicas» (relaciones conflictivas) es cada vez más frecuente, y los estudios indican que la violencia de pareja en jóvenes es un fenómeno más común de lo que se pensaba, que incrementó durante esta pandemia, pero hay pocos estudios y aún menos en población de estudiantes de medicina.
En relación con esto, en el 2019 se realizó un simposio de bioética con el Grupo Estudiantil de Bioética e Investigación en Medicina (GEBIMED), en el que se abordó el tema «Ser o no ser pareja tóxica, ese es el dilema»… ¿en medicina? Durante el evento se realizó una casuística sobre percepciones y realidades de las relaciones conflictivas en estudiantes de medicina, identificando que hasta el 20% padecía violencia de pareja. Se invitó a los participantes involucrados a acudir a la consulta de medicina familiar en el Hospital Universitario, y se realizaron actividades educativas y de promoción de la salud en redes sociales, sobre relaciones de pareja. Esta experiencia dio lugar, incluso, a la publicación de un libro (2020): Pareja tóxica: ¿es amor o padecemos amorismo? #Acción Bioética, que aborda esta problemática desde la especialidad médico-familiar, y plantea soluciones con el uso de la disciplina bioética. Esto sentó las bases para una nueva investigación que se realizó en el 2021, durante el periodo de pandemia por COVID-19, donde se determinó que hasta el 37% de los jóvenes padecía violencia de pareja7 (Tabla 1).
Percepción de relaciones de pareja y violencia de pareja de jóvenes universitarios (jóvenes de 18 a 24 años) | Años prepandemia y pospandemia | ||
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Año sin pandemia por COVID-19 | Año en pandemia por COVID-19 | ||
Cuestionario autoaplicable | 2019 n = 220 | 2021 n = 389 | |
Percepciones | ¿Conoces alguna relación de pareja tóxica? Respuesta: Sí | 96% | 96% |
¿Crees que has sido parte de una relación de pareja tóxica? Respuesta: Sí | 48% | 62% | |
¿Crees que eres parte de una relación de pareja tóxica? Respuesta: Sí | 4% | 9% | |
¿Crees que serás parte de una relación de pareja tóxica? Respuesta: Sí | 16% | 12% | |
Realidad: Frecuencia de violencia de pareja |
Se aplicó el cuestionario CADRI de autoinforme sobre la violencia en las relaciones de pareja, con coeficientes alfa > 0.83 | 20% | 37% |
CADRI: Conflict in Adolescent Dating Relationships Inventory; COVID-19: enfermedad por coronavirus 2019.
Fuente del cuestionario CADRI: Valdez-Santiago et al., 20158.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU)recomienda que el aumento de violencia durante la pandemia por COVID-19 se debe solucionar de manera urgente, y ha hecho un llamado a todos los gobiernos a que hagan prevención y gestionen planes de respuesta y atención. Por este medio se trata de alertar a los profesionales de la salud graduados o en formación sobre la alta incidencia de este fenómeno; así como estrategias desde diferentes disciplinas (no solo medicina) para el abordaje de la violencia de pareja. La principal es la psicoterapia y el abordaje médico familiar integral, donde es fundamental el apego a la Ley General de la Salud y a la Norma Oficial Mexicana 046, y hacer uso de la investigación y divulgación científica para implementar soluciones y modelos de prevención biopsicosocial7-9.
Cualquier persona puede padecer violencia como producto de patrones aprendidos a lo largo de su vida, pero es necesario dejar de normalizarla, educarse y alzar la voz en las instancias adecuadas; así como acudir a atención médica y de psicoterapia, de ser necesario. Particularmente los jóvenes estudiantes de medicina deben interiorizar y hacer suya la máxima primum non nocere, lo primero es no dañar, no solo al paciente o a los seres que más amas, sino también para uno mismo5,7,8.
AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen a GEBIMED de la UANL, a Alejandra Marilú Rodríguez Flores y a José Luis Rodríguez Guajardo, por el tiempo y apoyo durante esta investigación.
FINANCIAMIENTO
La presente investigación no ha recibido ninguna beca específica de agencias de los sectores públicos, comercial, o con ánimo de lucro.
RESPONSABILIDADES ÉTICAS
Protección de personas y animales. Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que han seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la publicación de datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los autores han obtenido el consentimiento informado de los pacientes y/o sujetos referidos en el artículo. Este documento obra en poder del autor de correspondencia.