José Javier Elizalde González
Editor de la revista Medicina Crítica
Presente.
Hoy, 23 de octubre de 2017, es, sin duda, una fecha memorable, ya que se celebra en nuestro país el Día del Médico. Reciba de mi parte un saludo fraterno y una petición.
Es un día de festejo, pero en el año actual, también un día de reflexión por los acontecimientos sucedidos en el pasado mes de septiembre, que usted describe de manera brillante en el último número de nuestra revista Medicina Crítica.1
Deseo agradecer la distinción de que fui objeto al permitirme participar como revisor de algunos de los textos y trabajos de médicos residentes y sus distinguidos tutores que imparten, en diversas sedes, el Curso Universitario de Medicina del Adulto en Estado Crítico, evento que se desarrolló en la ciudad de Querétaro hace apenas unos días.
Por su conducto, espero que sea posible hacer llegar mi felicitación a los autores del estudio prospectivo «El uso combinado de biomarcadores son mejores predictores diagnósticos y pronósticos de lesión renal aguda (LRA) en operados de cirugía cardiaca (CC)»,2 del Centro Médico ABC, por lo brillante de su trabajo y haber logrado una exposición fluida y de alto grado académico en el segundo día de nuestro Congreso Anual. Esta patología, presente en 13 a 30% de los casos, sin duda incrementa la mortalidad y los días de estancia del paciente. Ha permanecido por décadas sin grandes avances terapéuticos; bajo el término ‘CSA-AKI’, existe literatura de centros de referencia, en todo concordante con el estudio presentado.3-6 Destacan que la estratificación de riesgo y los datos bioquímicos tempranos que permitan iniciar el soporte dialítico en el paciente en las primeras horas posteriores al evento quirúrgico son de la mayor relevancia. El grupo de Richard Issitt7 propone el uso del sistema de filtración RemoweLL, que parece demostrar mejoría en los sujetos estudiados, especialmente en portadores de diabetes mellitus y severa aterosclerosis, disminuyendo la necesidad de terapias de soporte renal al reducir la obstrucción mecánica en la microcirculación producida por los equipos convencionales de circulación extracorpórea (CABG) y aminorar el efecto tóxico del ácido oleico sobre la activación de los neutrófilos.
Ortega Loubon y su equipo en el Hospital Ramón y Cajal de Valladolid publicaron una excelente revisión del tema, donde resumían teorías de la patogénesis, biomarcadores y muy diversas medidas para optimizar el manejo pre- y transoperatorio de los pacientes. Deseamos que sea considerado el uso de eritropoyetina en la modulación de CSA-AKI, de acuerdo con estudios que mencionan las propiedades antioxidantes de la eritropoyetina humana recombinante (rHuEPO) administrada tres o cuatro días antes y durante el inicio de la circulación extracorpórea. Ésta se relaciona con un incremento en el número de glóbulos rojos circulantes jóvenes con alto nivel antioxidante; como resultado de ello, aparece un efecto antiinflamatorio continuo hasta tres o cuatro días del postoperatorio cardiaco (uso profiláctico preoperatorio de la eritropoyetina).8-13
La presencia de falla renal en el postoperatorio de una cirugía cardiaca es una complicación seria y diversos estudios nos refieren las mejores prácticas clínicas para prevenirla o evitarla. El estudio del Centro Médico ABC reveló que 46% de sus pacientes cursaron con LRA.