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vol.11 issue1Beatriz Arias Álvarez, La figura de las voces. De las letras pri­migenias a los textos novohispanos, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2021, 326 pp. ISBN: 978-607-30-4346-5.M.ª Mar Galindo y M.ª Carmen Méndez (eds.), La lingüística del amor: de la pasión de la palabra, Madrid, {Pie de Página}, 2022, 330 pp. ISBN: 978-84-124060-2-3. author indexsubject indexsearch form
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Anuario de letras. Lingüística y filología

On-line version ISSN 2448-8224Print version ISSN 2448-6418

Anu. let. lingüíst. filol. vol.11 n.1 Ciudad de México Jan./Jun. 2023  Epub May 12, 2023

https://doi.org/10.19130/iifl.adel.2023.11.1.011x0023s10 

Reseñas

Travis D. Sorenson, The Dialects of Spanish. A Lexical Introduction, Cambridge, Cambridge University Press, 2021, 319 pp. ISBN: 978-1-108-83178-9.

Omar Daniel Martínez Torresa  *
http://orcid.org/0000-0003-2941-0671

aUniversidad Nacional Autónoma de México, México, omar.d.martinez.torres@comunidad.unam.mx

Sorenson, Travis D.. The Dialects of Spanish. A Lexical Introduction. ,, Cambridge: Cambridge University Press, 2021. 319p. ISBN: 978-1-108-83178-9.


Las diferentes maneras de hablar español, es decir, los dialectos, son identificables por los hablantes. Por ejemplo, cuando escuchamos a una persona proveniente de otro país hispanohablante lo primero que notamos es el acento, la manera diferente en que pronuncia algunas palabras, sin embargo, también notamos que usa palabras distintas para referirse a elementos de la vida común.

Son estos elementos de la vida común sobre los que Travis D. Sorenson realizó un estudio para ver la diversidad de variantes empleadas en 21 países de habla hispana alrededor del mundo. Entrevistó a 319 hablantes en total con un mínimo de diez encuestas por país; todas las personas entrevistadas tenían por lo menos la preparatoria terminada.

La investigación gira en torno a 68 conceptos (sustantivos en su totalidad) divididos en cuatro campos referenciales: conceptos relacionados con i) comida, ii) ropa y accesorios, iii) vehículos motorizados, y por último, iv) una sección miscelánea —cada uno constituye un capítulo del libro—. Se recogieron en total 519 variantes. El cuestionario fue aplicado mediante una herramienta en línea con la ayuda de muchos colaboradores que van desde amigos y familia del autor hasta investigadores y alumnos de otras universidades.

El libro presenta la historia de las palabras de cada uno de los objetos a los que se refiere cada concepto, es decir, nos cuenta cómo surgió, si es un concepto relacionado con la comida, por ejemplo, una fruta, nos señala su nombre científico y algunas de las distintas especies que existen de ella; o si se trata de una prenda de ropa o de un elemento de la industria automotriz, habla de cuándo surgió, quién lo inventó y cuándo se empezó a utilizar. Además, primero presenta la llegada de la voz a la lengua inglesa y después lo hace con las distintas variantes hispánicas recolectadas en su estudio. En este sentido, el libro retoma el método dialectológico tradicional en cuanto a los estudios léxicos: las palabras y las cosas. Por ejemplo, para el concepto ‘fresa’ registró tres variantes: fresa, frutilla y strawberry. La primera es la variante más usada en el mundo hispánico con unanimidad en la mayoría de los países, es la segunda variante más frecuente en Ecuador, y la variante más frecuente en Puerto Rico; esta voz, según el autor, es la adaptación del galicismo fraise. Mientras que frutilla se registra como variante única en cinco países: Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Chile, además, en Ecuador, es la variante principal; para esta voz señala que se trata del diminutivo de fruta lexicalizado para referirse a la fresa. Por último, en Puerto Rico, se registró strawberry en dos ocasiones, esto se explica ya que este país es un estado asociado de Estados Unidos de América.

El libro se divide en cinco capítulos, uno para cada campo referencial y otro con la discusión y las conclusiones. Además, presenta trece mapas dialectales, un glosario de términos técnicos empleados a lo largo del texto y dos glosarios en orden alfabético (inglés-español y español-inglés) con los conceptos y las variantes que se registraron.

Los primeros cuatro capítulos se dividen en tres categorías: 1) variación mínima (de dos a tres variantes por concepto), 2) variación moderada (de cuatro a seis variantes por concepto) y 3) variación extensa (más de siete variantes por concepto).

El primer capítulo, conceptos relacionados con la comida, analiza 29 de los 68 conceptos. Hubo once conceptos con variación mínima, cuatro con moderada y catorce con extensa. Aquí se mencionan conceptos tanto vegetales (frutas y verduras) como animales (nombres de animales y productos derivados de ellos), algunas bebidas (refresco) e incluso electrodomésticos (refrigerador). Este es el campo referencial en el cual hay más conceptos con variación mínima, casi la misma cantidad que los de variación extensa.

El segundo capítulo, conceptos relacionados con ropa y accesorios, analiza quince de los 68 conceptos. No se registraron conceptos con variación mínima, pero hay cinco con moderada y diez con extensa. Se preguntó por conceptos como falda, chamarra, tenis y aretes. El hecho de que la primera categoría esté vacía pone en perspectiva que en este campo se tiende a emplear por lo menos cuatro variantes para referir a estos conceptos.

El tercer capítulo, conceptos relacionados con vehículos motorizados, el autor analiza doce de los 68 conceptos. Solamente dos conceptos tienen variación mínima, tres moderada y siete extensa. Algunos de los conceptos investigados son bocina, embotellamiento, llanta y auto. El considerar un campo en el que se incluyen medios de transporte es innovador puesto que la mayoría de cuestionarios dialectales no los toman en cuenta, esta es una aportación interesante puesto que se trata de elementos que forman parte de la vida humana moderna.

El cuarto capítulo, conceptos misceláneos, analiza 12 de los 68 conceptos. Hay tres conceptos tanto con variación mínima como con moderada y seis con extensa. Aquí los conceptos van desde excusado, computadora, alberca hasta portero, pluma, cometa y colibrí. En este campo también incluye elementos de la vida diaria que no suelen incluirse en cuestionarios dialectales. No obstante, aquí sí hay algunos que pueden encontrarse en ellos, como los últimos dos.

En el quinto y último capítulo, la discusión y las conclusiones, el autor inicia con una breve comparación entre el léxico del español y el inglés, ahí señala que si bien en inglés existen más entradas léxicas en sus diccionarios frente a las de los diccionarios hispánicos, el español tiende a emplear más las distintas posibilidades que tiene para nombrar un mismo objeto. Después presenta algunas razones para explicar la variación léxica hispánica entre las que considera la extensa geografía y los distintos climas derivados de ella; refiere que el 90% de las especies de plantas se localizan en Hispanoamérica y que los pueblos originarios que habitaban la región antes de la Conquista ya tenían nombres para referirlas, por lo que no siempre fue necesario adoptar un nombre que viniese de España. Sin embargo, Sorenson no aporta muchos elementos que sostengan este hecho como un argumento por sí mismo para explicar la variación dialectal, puesto que pareciera que basta con postular el uso de alguna voz indígena para justificarla, si bien esto es posible, habría que preguntarse qué sucede con el resto de conceptos que no utilizan palabras de este origen.

Sorenson también menciona que debido a que el español tiene una gran herencia retórica del latín, tiende a emplear sinónimos para no repetir la misma palabra en un mismo texto, siendo esta una de las razones por las que existen distintas voces para nombrar un mismo referente. Si bien es cierto que en la redacción en español se considera óptimo el uso de sinónimos, los cuestionarios dialectales no son una prueba escrita; en ellos se busca la manera en que los hablantes refieren una palabra, en este caso el autor empleó imágenes para motivar la respuesta, por lo que no creo que sea posible explicar las múltiples respuestas mediante la herencia retórica.

Por último, los trece mapas dialectales que contiene el libro son muy ilustradores de la realidad de la geografía léxica del mundo hispánico, sin embargo, considero que con toda la información lingüística recopilada el autor pudo haber hecho una propuesta de división dialectal basada en estos 68 conceptos, similar a las realizadas por Moreno de Alba (1992) y Ueda (1995).

Al concluir la lectura del libro, es posible apreciar que el autor considera el español de cada país hispanohablante como un dialecto en sí mismo, quizá por ello no hizo su propia propuesta de geografía léxica hispánica. Además, en los capítulos que tratan sobre los cuatro campos referenciales, la exposición se limita a presentar la historia de las palabras sin exponer algunos motivos de la variación, aunque sí propone algunas razones en su discusión y conclusiones. También es necesario considerar la naturaleza de los conceptos puesto que todos contaban con una imagen, es decir, de alguna manera se preguntaba por el nombre usado para designarlos, en lugar de emplear el método de la pregunta indirecta mayormente usual en los estudios dialectológicos. Asimismo, considero que un apéndice con el conjunto de imágenes empleadas hubiera sido muy útil para conocer exactamente cuál fue el objeto en cuestión, además, de que ello facilitaría la replicación del estudio por otros investigadores.

Este texto es una buena introducción al estudio del léxico hispánico dialectal enmarcada en la tradición de los estudios dialectológicos que aprovecha todos los recursos físicos y digitales disponibles para hacer la historia de las distintas variantes y guía al lector sobre el posible viaje que realizaron las voces para instaurarse en el mundo hispánico.

Referencias

Moreno de Alba, J. G. (1992). “Léxico de las capitales hispanoamericanas: Propuesta de zonas dialectales”, Nueva Revista de Filología Hispánica, 40, 2, 575-597. Recuperado de <https://doi.org/10.24201/nrfh.v40i2.891>. [ Links ]

Ueda, H. (1995). “Zonificación del español del mundo. Palabras y cosas de la vida urbana”, Lingüística, 7, 43-86. Recuperado de <https://lecture.ecc.u-tokyo.ac.jp/~cueda/kenkyu/chiri/zonificacion_1995.pdf> [ Links ]

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Daniel Martínez Torres. Maestro en Lingüística Hispánica por la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente estudia el doctorado en Lingüística en la misma institución. Ha trabajado como profesor de cátedra a nivel licenciatura en el Tecnológico de Monterrey; corrector de estilo y traductor médico-farmacológico de manera independiente; fue asistente de investigación SNI del Dr. José G. Moreno de Alba (2011-2013).

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