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Historia mexicana

On-line version ISSN 2448-6531Print version ISSN 0185-0172

Hist. mex. vol.70 n.2 Ciudad de México Oct./Dec. 2020  Epub Jan 20, 2021

https://doi.org/10.24201/hm.v70i2.3807 

Reseñas

Sobre Pablo Alabarces, Historia mínima del futbol en América Latina

Daniel Efraín Navarro Granados* 

*El Colegio de México

Alabarces, Pablo. Historia mínima del futbol en América Latina. México: El Colegio de México, 2018. 269p. ISBN: 978-607-628-251-9.


¿Es posible hacer la historia de algo inexistente? Pablo Alabarces muestra en su Historia mínima del futbol en América Latina que en algunos casos no sólo es posible sino necesario. El futbol en el subcontinente latinoamericano no tuvo un origen único, no se desarrolló uniformemente y no se jugó, se observó ni se pensó de la misma manera. Sin embargo, Alabarces propone que hacer una historia del balompié en América Latina es posible en tanto decisión metodológica que apuesta por pensar las similitudes, las diferencias y las convergencias de la práctica de este deporte en la región. Si bien existen otros trabajos que abordan el tema a escala latinoamericana, este libro ofrece dos novedades: busca abarcar a todos países del subcontinente, no sólo a los más exitosos o más representativos, y es el primero de su clase producido originalmente para los lectores de habla hispana y no para el mundo anglosajón.

La obra pertenece a la colección “Historia mínima”, una serie de libros escritos por especialistas y destinados a un público amplio, y tiene dos resultados inevitables de los buenos ejercicios de divulgación: realiza aportes sustanciales para pensar el tema que la ocupa y pone sobre la mesa una agenda de investigación para futuros estudios. El punto de partida del trabajo es una producción bibliográfica que el autor describe como enorme y reducida a la vez, enorme en lo que respecta a la producción de carácter periodístico y reducida si se consideran las pocas obras académicas sobre el tema. La ausencia de notas al pie, característica de la colección, no hace que el libro pierda en erudición ya que el autor refleja a lo largo del texto la consulta de los estudios clásicos y de las investigaciones más recientes. Además, la amplia revisión bibliográfica de la que parte el texto lo convierte en un diagnóstico de los avances y las lagunas en la historia del balompié latinoamericano.

El trabajo se divide en tres partes: “Futbol e imperio”, “Las invenciones” y “El juego del pueblo”. La primera sección aborda el arribo del balompié y su relación con la geografía del poder colonial inglés y estadounidense. Alabarces encara la pregunta de por qué el futbol se difundió con mayor éxito en ciertas regiones del subcontinente, mientras que en otras nunca alcanzó gran popularidad, en particular si se le compara con el béisbol. La difusión de ambos deportes en América Latina se ha explicado comúnmente a partir de datos étnicos y de una relación directa con el predominio económico y cultural de Inglaterra y Estados Unidos, conclusiones que son rechazadas por el autor. En cambio, Alabarces atribuye un papel central a las élites locales en la adopción de estas actividades y sostiene que el factor central en su propagación fue el grado de incorporación de cada país al capitalismo mundial.

La difusión inicial del balompié en América Latina ha sido un campo fértil para la invención de tradiciones acerca de los primeros partidos y las figuras de los padres fundadores. Existen narrativas canónicas de la fundación de cada futbol nacional y versiones alternativas que disputan la hegemonía de las primeras. Alabarces no evita dar cuenta de estas tradiciones, pero las evalúa a partir de la evidencia y señala sus elementos comunes, como la recurrencia de los viajes iniciáticos y las historias de marineros, dos metáforas recurrentes de la importación de la actividad. Un ejemplo de los lugares comunes que el texto pone en duda es el papel central que se atribuye a los ingleses en la difusión del futbol, afirmación que debe ser matizada frente a la evidencia sobre la participación de personajes de múltiples nacionalidades en este proceso, como escoceses, alemanes, holandeses, belgas y los mismos latinoamericanos, como muestra el caso de la difusión del futbol de Chile a Bolivia. Alabarces va más allá de hacer una revisión de los mitos fundacionales y destaca la importancia que tuvieron en los diferentes procesos de difusión del balompié las instituciones escolares, los clubes deportivos y las compañías mineras y ferrocarrileras, y acertadamente subraya que fueron difusiones masculinas a sujetos masculinos, evidenciando la exclusión de las mujeres de esta actividad hasta fechas más recientes.

En la segunda parte del libro se explora lo que el autor denomina “las invenciones nacionales del futbol”, es decir, los procesos de popularización de este deporte en cada país. Para Alabarces, la etapa inicial del balompié en la región estuvo marcada por su propagación inicial entre las elites y su apropiación por parte de las clases populares, venciendo la resistencia de las primeras. El enfoque elegido por Alabarces hace evidentes las contradicciones entre la idea del caso nacional, que organiza el texto, y los desarrollos locales y regionales del futbol. Así como hablar del futbol latinoamericano es hacer una abstracción analítica, también lo es la idea de los balompiés nacionales. Este planteamiento no es ajeno al autor, pues señala que en diversos casos las historias nacionales del futbol han sido suplantadas por la historia de esta actividad en las capitales y las ciudades más importantes, y él mismo afirma que en su mayor parte la difusión de este deporte dentro de cada país está todavía por investigarse.

En este sentido, la historia del futbol en Buenos Aires y Montevideo se entiende mejor de manera conjunta, mientras que un desarrollo anclado en las regiones en Brasil y Colombia muestra los problemas de hablar del balompié colombiano o brasileño de un plumazo. En todo caso, lo que el enfoque refleja son los procesos de creación de escenarios nacionales del futbol. La organización de esta sección del texto también da cuenta de que el insumo principal de la obra son estudios inscritos en tradiciones historiográficas nacionales. Mientras que algunos capítulos reflejan nutridas historiografías con debates propios, otros reflejan la escasez de estudios sobre el tema en algunos países, como es el caso de México, donde las investigaciones históricas sobre el balompié son aún incipientes. En este sentido, uno de los aportes de la obra es poner a dialogar una bibliografía producida en diferentes países y comenzar a pensar los casos en perspectiva comparada. Por otro lado, una pregunta que no se responde a lo largo del libro es cómo se compara el desarrollo del futbol en América Latina con el de otras latitudes, es decir, qué tan similar o excepcional es en relación con la historia de este mismo deporte en Europa o en África.

La tercera parte de la obra abandona el enfoque de los casos nacionales y aborda los derroteros que siguió el futbol en toda la región después de su etapa fundacional. La división entre una primera época del balompié y la siguiente se definió, según Alabarces, por la profesionalización, fenómeno que concretó la popularización del futbol en tanto que lo definió como espacio para afirmar las identidades de los sectores populares. Este tránsito se caracterizó por un cambio en los sectores sociales que administraban la práctica, la consolidación de un mercado regional de jugadores y su incorporación a un mercado mundial -los ejemplos más representativos son “El Dorado” colombiano y la transferencia de Alfredo Di Stéfano al futbol europeo- y la participación exitosa de la región en el sistema internacional de competencias.

Alabarces dedica una mayor cantidad de páginas del libro a la primera mitad del siglo XX y en los últimos capítulos explora algunos de los fenómenos que transformaron el futbol en la segunda parte del siglo y el comienzo del siguiente. El autor dedica un capítulo a dar seguimiento a tres temas que marcaron la historia de este deporte en la región: la raza, el Estado y la nación, centrándose en los casos de Argentina y Brasil. En su cierre el libro también aborda el impacto de la televisión, el incremento de la violencia entre los aficionados, la sombría relación que se estableció entre el futbol y las dictaduras del subcontinente, el surgimiento de estrellas internacionales como Pelé y Maradona, el reciente encumbramiento de la trinidad Neymar, Messi y Suárez, y los escándalos de corrupción de los últimos años.

La Historia mínima del futbol en América Latina es una obra necesaria que mueve a la reflexión sobre el tema y que será un texto fundamental para los estudios sobre el balompié tanto desde perspectivas nacionales como locales y regionales. El libro de Pablo Alabarces escapa de las narrativas míticas y de las generalizaciones más elementales, muestra a la vez los rasgos comunes del desarrollo del deporte en América Latina y lo específico de cada uno de los países que la conforman, y sobre todo da cuenta de la necesidad de conocer la historia de otras escenas futbolísticas para comprender mejor la nuestra.

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