¿Será el principio del fin?

Interrogante con la que el autor cierra su epílogo. Tiene claro que la fase del boom migratorio para México ha llegado a su fin. Esta Historia mínima pero que abarca un largo y sinuoso periodo para nuestro país de 130 años, es la culminación de 30 años de trabajo sobre la migración entre México y Estados Unidos, durante los que ha publicado varios estudios y antologías desde diferentes ángulos.

Para Durand, el 2007 es un año clave en la historia de la migración mexicana que llegó a su cúspide para luego empezar el descenso. En 2010 hay en Estados Unidos 11.8 millones de inmigrantes mexicanos y una población de 30 millones de origen mexicano. En 2012, México ocupó el primer lugar en el ranking migratorio del Banco Mundial.

Jorge Durand aborda, con gran conocimiento del detalle, la compleja y espinosa relación migratoria que se ha dado entre dos vecinos que comparten una frontera de 3 mil kilómetros. Sitúa su inicio como movimiento social en 1884, cuando el Ferrocarril Central Mexicano llega a Paso del Norte (Ciudad Juárez) y se entronca con la red ferroviaria estadounidense para contratar mano de obra mexicana para trabajar en las vías del ferrocarril y en la agricultura. Expone con certeza las causas que empujaron a los dos países, para iniciar esta negociación de oferta y demanda de mano de obra, dentro de un marco de asimetría estructural entre la economía más grande del orbe y una economía emergente.

Partiendo de esta premisa, el autor explica cómo desde los inicios, la oferta de mano de obra mexicana ha tenido escasa capacidad para tomar iniciativas propias, y ha sido la demanda estadounidense la que ha marcado las condiciones, los ritmos, la orientación geográfica, sectorial y hasta genérica de su dinámica.

El trabajo documenta de manera precisa las 6 fases que constituyen la evolución de este fenómeno que ha durado ininterrumpidamente más de un siglo. Describe, en cada una de ellas, las características y modalidades que delinearon los diferentes patrones migratorios. Y, a la vez que explica su temporalidad, plantea su espacialidad, para darnos a conocer las regiones involucradas de ambos lados de la frontera, el papel que ha jugado cada una en el entramado de este fenómeno migratorio y la manera en que de una forma u otra han influido en la definición de las políticas migratorias.

El patrón actual de la migración México-Estados Unidos es totalmente diferente del que prevalecía en la década de 1970, en cuanto a magnitud, intensidad, modalidades y perfil sociodemográfico. La migración legal ha aumentado y se conforma de trabajadores de niveles medios y profesionales. De igual manera, ha desaparecido la circularidad migratoria que fue el sello característico por casi cien años de la movilidad de la mano de obra mexicana, al mismo tiempo que ha disminuido el contingente de migrantes irregulares.

Como explicación a estos cambios, el autor señala entre otros factores: la crisis de 2008 que afectó drásticamente sectores que tradicionalmente emplean inmigrantes mexicanos; la entrada de mano de obra china y japonesa que ha desplazado a la mexicana; el endurecimiento de la política migratoria estadounidense impulsando el control y la militarización de la frontera. Por último, el profesor Durand analiza el DACA, la propuesta de Reforma Migratoria de 2013 y esboza ciertas tendencias de la migración México-Estados Unidos.

Para los estudiosos e interesados en ahondar en este complejo, dinámico y apasionante fenómeno, este libro es lectura obligada. Sobre todo si queremos explicarnos la dramática situación actual de los inmigrantes, incluyendo niños, mujeres y adolescentes provocada por el aumento de las redadas, las deportaciones masivas de indocumentados, las repatriaciones con o sin documentos; el control del coyotaje por parte del crimen organizado, el surgimiento de centros de detención como industria. Todas medidas violatorias de los más elementales derechos humanos.