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Revista interdisciplinaria de estudios de género de El Colegio de México

On-line version ISSN 2395-9185

Rev. interdiscip. estud. género Col. Méx. vol.6  Ciudad de México  2020  Epub Feb 02, 2021

 

Entrevista

Capitalismo Gore, diez años después. Una conversación con Sayak Valencia

José Andrés Díaz Hernández1 
http://orcid.org/0000-0002-8135-1974

1Laboratorio Iberoamericano para el Estudio Sociohistórico de las Sexualidades, lafactory92@hotmail.com


La escritura es una resplandeciente tecnología de producción de subjetividad, de invención de realidades y un método de tejido de puentes para cruzar fronteras, derramando y diseminando las potencias de los deseos singulares, de los placeres colectivos y de la insurrección cotidiana en los devenires minoritarios. Los torbellinos de las letras, vía las articulaciones de los lenguajes, los sentidos y los signos, se encadenan en lúdicos actos de escritura generando conjuntos de ideas, argumentos y travesías por planetas, galaxias y universos inconmensurables de obras eruditas; su resultado, en ocasiones, son pequeñas cajas de resonancia: libros, ensayos, artículos, poemas y demás botellas textuales lanzadas a los mares, ríos, lagos y océanos de la memoria, el archivo y el saber. Capitalismo gore de Sayak Valencia es una de esas cajas de resonancia, una obra que nos interpela, un envío que nos convoca y nos llama para dialogar, interrogar y discursivisar nuestras violentas realidades.

Sayak Valencia es una escritora, filósofa y exhibicionista performática cuya obra conjunta magistralmente el uso estético del cuerpo con la potencia poética del lenguaje, mezclándose con una brillante lucidez intelectual que traza algunas cartografías de nuestras sombrías tierras, alumbrando con pequeños destellos luminiscentes la posibilidad de resignificación, sublevación y reinvención de la realidad. La obra de Valencia es el efecto de la mixtura entre la intelectual, la artista y la escritora. La práctica teórica de Sayak es con la experimentación testimonial, la creación de conocimiento situado y el trazado de nuevas sendas filosóficas con un valiente compromiso político transfeminista; transitando fluidamente de la prosa a la poesía, de la poesía a la enseñanza académica, de la enseñanza académica al diálogo y la conversación. La labor filosófica de Valencia interroga las necropolíticas globales y sus relaciones con las manifestaciones de violencia locales, con poderosas composiciones discursivas que acentúan los rasgos políticos de los cuerpos en los procesos de transición planetaria que estamos viviendo. Somos testigos de la transición de un mundo a otro. El pensamiento de Sayak y su producción es un registro de nuestro presente, realizado con la estimulante contundencia de la proclama y una poética política y literaria, que se trenza hábilmente con investigaciones vanguardistas.

Actualmente Sayak Valencia es profesora e investigadora titular de El Colegio de la Frontera Norte en Tijuana. Imparte seminarios, talleres y conferencias sobre capitalismo gore, transfeminismo, feminismo chicano, paz y derechos humanos en diversos espacios académicos de todo el mundo. Algunas de sus publicaciones literarias son Jueves Fausto (2004), El reverso exacto del texto (2007) y Adrift's book (2012). Es además una autora prolífica y ensayista portentosa con publicaciones en variadas revistas nacionales e internacionales. Su galardonado libro Capitalismo gore es decisivo para el estudio, análisis e investigaciones actuales sobre las relaciones entre violencia, género, muerte y producción de capital en los confines de nuestro capitalismo tecnocientífico y heteropatriarcal.

Resultado de su investigación de tesis doctoral en Filosofía, Teoría y Crítica Feminista en la Universidad Complutense de Madrid, cuya dirección fue de Montserrat Galcerán, el libro Capitalismo gore tuvo un largo y consistente proceso de gestación hasta que fue publicado por primera vez por la editorial española Melusina en 2010. Debido a su lucidez, originalidad y rigurosidad académica, intelectual y metodológica, el libro se convirtió inmediatamente en un referente de los estudios contemporáneos sobre violencia, género y política en México y Latinoamérica. Pero, además, otra cualidad del libro es su perspectiva filosófica y transfeminista. Lejos de juicios morales, superficiales o laxos, la investigación de Sayak acentúa, resalta y pone nombre a diversos elementos, factores, circunstancias y figuras que dinámicamente se encuentran actuando en los violentos y sanguinarios procesos de la frontera del mundo: Tijuana. El laboratorio necropolítico que es Tijuana, el espacio necroexperimental que es México, la necrogeografía de los atlas discursivos, económicos y simbólicos que es Latinoamérica, construyen una brújula orientativa sobre el devenir planetario.

En Capitalismo gore Sayak traza un mapa discursivo in situ (sujeto endriago, narco-Nación, Mercado-Nación, necropoder, necroempoderamiento, necroprácticas, tanatofilia, clase criminal, proletariado gore, piratería del crimen, consumo gore, violencia decorativa, biomercado, etc.) para investigar, nombrar y explicar las realidades basadas en la violencia, el narcotráfico y el necropoder, indagando en las figuras de los sujetos que habitan las distopías generadas por la reinterpretación de la globalización y la economía hegemónica en los espacios fronterizos, así como las prácticas que hacen uso de la violencia como herramienta cotidiana de trabajo, interrogando la función del Estado y analizando el papel de los imperativos sociales de género desde una perspectiva filosófica y transfeminista en contextos donde la muerte, el asesinato y el derramamiento de sangre se han vuelto fuentes de producción de riqueza.

En 2016 el libro tuvo una nueva edición para México y Argentina en la editorial Paidós con un prólogo de Marta Lamas. A diez años de su publicación, con dos ediciones en español, una versión traducida al inglés por John Pluecker en la editorial Semiotext(e) publicada en 2018, y dos traducciones en proceso, una al alemán y otra al coreano, Capitalismo gore es un libro imprescindible de nuestro presente. Como un pequeño acto de conmemoración, reconocimiento, y ¿por qué no?, de celebración, hemos realizado la siguiente entrevista.

Agradecemos públicamente a Sayak Valencia su disposición, atenciones y amabilidad para su realización.

¿Qué supone para ti el impacto que ha tenido en los espacios académicos, feministas y filosóficos en estos diez años la publicación de Capitalismo gore?

◎ Ha sido una sorpresa el impacto que el libro ha tenido en diferentes ámbitos de discusión tanto académicos, como activistas y filosóficos. No sé si lo esperaba, pero lo que sí sé es que este impacto se ha construido a través de diálogos constantes con diferentes tipos de colectivos que se dedican tanto a la Academia, los feminismos y las artes. En este sentido creo que el impacto se debe a que había una necesidad de salir de la anomia social en la que vivíamos en México hace diez años. Pese a que había muchísimo trabajo escrito, y muy lúcido, sobre el narcotráfico en México, la dimensión de la masculinidad necropolítica, e incluso el mismo concepto de necropolítica, eran bastante desconocidos. De hecho, fue por mi trabajo que tradujeron al castellano en España a Achille Mbembe, que escribió el ensayo Necropolítica en 2003.

Creo que este impacto ha sido muy favorable porque me ha permitido también volver en el tiempo y ver después de diez años cuáles han sido los pilares para crear una relación no solamente crítica, sino comprometida con la crítica a la violencia desde los transfeminismos. Uno de los aspectos que considero más importantes del libro es que está escrito desde una perspectiva transfeminista, lo cual para el momento de su publicación era una perspectiva bastante inédita. De hecho, el 1 de enero de 2010 fue cuando apareció el Manifiesto para la insurrección transfeminista que firmamos muchas de nosotras y que venía a dar cara a una serie de reflexiones que habíamos hecho durante la década anterior, en diferentes geopolíticas, pero específicamente en el contexto del Estado español y en el contexto de migración de muchas de nosotras. Capitalismo gore no solamente es un texto académico, sino que es un texto que invita a la reflexión interdisciplinar y que crea nuevas taxonomías. Así que creo que por eso se dio el impacto del libro, por la necesidad de crear nuevas taxonomías para ponerle nombres a las realidades que nos circundan desde el mundo Sur. ◎

En alguna ocasión me pareció escuchar que originalmente tu investigación de tesis doctoral era sobre otro tema. ¿Cuál era ese tema y por qué decidiste cambiarlo?

◎ La tesis que estaba realizando era originalmente sobre epistemología feminista y la estaba escribiendo sobre la relación entre el discurso, la historia científica y la literatura. Para mí era muy importante revisar cómo se producen ciertos grados de verdad o ciertas ficciones políticas que encumbran el conocimiento como algo que parece incuestionable si está mediado por el sello cientificista, y eso era lo que yo estaba discutiendo desde la filosofía a través de la epistemología feminista.

Decidí cambiarlo en 2006 a partir de que presencié un suceso muy lamentable. Me encontré, mientras iba conduciendo por un boulevard en Tijuana, con el cuerpo descuartizado de una persona, de un hombre joven. Eso me hizo un llamado tanto crítico como ético hacia un posicionamiento político, porque sentí que no era pertinente seguir investigando sobre algo tan abstracto como la epistemología feminista -que es muy importante, pero- que en contextos tan violentos y necropolíticos como el nuestro y especialmente en Tijuana en ese momento, me resultaba algo accesorio. Pensaba que cualquiera podría hacer una tesis al respecto, pero el muerto que me encontré me estremeció a tal grado que me llevó a cambiar la tesis doctoral. Ese acontecimiento me ha cambiado también, me ha afectado y ha cambiado para siempre mi manera de relacionarme con el mundo y con la violencia. Al final, mi investigación terminó siendo la tesis doctoral que escribí y que se llamaba Feminismos y capitalismo gore y que apareció publicada el 16 de septiembre de 2010 como el libro Capitalismo gore por la editorial Melusina. ◎

¿Cómo fue el proceso de trabajo de investigación, escritura y lectura con tu directora de tesis Montserrat Galcerán? ¿Cuáles experiencias y enseñanzas fueron las más significativas durante el proceso de ser dirigida por ella?

◎ El proceso de trabajo con Montserrat Galcerán Huguet fue muy disfrutable porque es una catedrática encomiable. Montserrat, además de que es una persona inteligentísima y muy lúcida, tiene el plus de ser muy afectuosa. Es una mujer con una gran capacidad intelectual y una inteligencia desbordante, que se acompaña de procesos de militancia constante y sobre todo de militancia feminista. Ella participó desde los años sesenta, en el verano del 68, en diferentes colectivos, y esa base de experiencia de calle y de participación en los movimientos creo que es lo que más me ha influido. Agradezco que me dirigió la tesis con muchísima paciencia y apertura a nuevos lenguajes y a nuevas formas de hacer investigación.

Montserrat conserva una curiosidad intelectual impresionante, está siempre muy dispuesta a revisar sus conceptos, sus propias experiencias y aprender también de la gente joven. Ella no se posiciona desde una jerarquía y hace sus críticas de manera muy constructiva. También agradezco que me haya enseñado a dialogar con los estudiantes de una manera afectiva, afectuosa y efectiva, una manera en la cual no necesitas demostrar autoritarismo para ser un buen guía intelectual. Fue una suerte para mí encontrarme con ella, porque es especialista en las obras de Marx y Nietzsche, que son dos de mis filósofos más leídos. Además, su manera de enseñar y escuchar ha sido muy inspiradora para mí, por lo que la he incorporado a mi propia pedagogía docente. Creo que una de las cosas más bonitas que ella me enseñó fue a comunicar y transmitir cuestiones muy complejas de una manera sencilla y sobre todo de una manera en la cual no haya una relación de extractivismo con las y los alumnos, sino una horizontalidad de pensamiento y de respeto entre las personas que están aprendiendo junto a nosotras. ◎

Al inicio del libro pones una pequeña nota aclaratoria sobre el devenir snuff, en la que explicas por qué consideraste más pertinente utilizar la categoría de cine de terror “gore” (que consiste en el uso de violencia gráfica y visceral vía efectos especiales, con énfasis en la fragilidad de la carne teatralizando la mutilación de los cuerpos) en lugar de la categoría “snuff” (que es el registro mediante la grabación audiovisual de asesinatos, violaciones y otros actos violentos reales para su comercialización) para tu propuesta. De acuerdo con la nota, entiendo que propones “capitalismo gore” y “capitalismo snuff” como categorías (construidas a partir de la nomenclatura de géneros cinematográficos) exportables al ámbito filosófico para la construcción, trazado y lectura de las lógicas y prácticas de la episteme de la violencia contemporánea, y en el caso de tu libro, te sitúas contextualmente en la región fronteriza de Tijuana. Al final, textualmente, escribiste: […] “en estos momentos presenciamos que lo que inicialmente propusimos como capitalismo gore deviene rápidamente, a pasos agigantados, un capitalismo snuff” (Valencia, 2010, p. 23; 2016, p. 33)1. ¿Consideras que nos encontramos en el proceso de un devenir snuff? ¿Podrías decir algo al respecto?

◎ Creo que sí, que de hecho transitamos de una manera muy rápida, no hacia el capitalismo snuff, sino hacia la política snuff. Trataré de explicarlo: el capitalismo gore sería la forma material de explotación que va atravesada de colonialismo, machismo, sexismo, crimen organizado, y bueno, corrupción por supuesto; pero la política snuff es aquella que no solamente se vincula con el crimen organizado sino con el usufructo de los procesos de violencia y su espectacularización, que además se ha vuelto una forma de gobierno que podríamos denominar necropolítica, pero que también rentabiliza el asesinato o el dejar morir televisado. Pienso que la política snuff puede evidenciarse en los procesos migratorios contemporáneos en donde incluso Europa deja morir a sus migrantes en el agua del Mediterráneo o aquí en Latinoamérica con el cierre de fronteras entre México y la frontera del sur con Guatemala, y por supuesto, con la reorganización del mundo que supone actualmente el discurso reaccionario y ultra racista del presidente de los Estados Unidos. Entonces, la política snuff es esa política que mata en vivo y que además anestesia la percepción de los espectadores para que no se pronuncien críticamente al respecto. ◎

Una de las cualidades más interesantes de tu libro es que hay referencias (no siempre explícitas, pero localizables) de varios conceptos marxistas, cuyo uso no se ajusta estrictamente a otros estudios más ortodoxos sobre economía, política o violencia. De hecho, en el caso de Capitalismo gore creo que nos encontramos ante un libro disruptivo de heterodoxia intelectual, pero que sigue ciertas premisas e interrogantes fundamentales. El segundo capítulo lo abres con la pregunta “¿qué ha pasado con el trabajo?” (Valencia, 2010, p. 49 ; 2016, p. 63) y equiparas las reconfiguraciones actuales del modelo marxista de producción-consumo al cambio de época, subjetividad y organización social que sucedió hace unos siglos con la Revolución Industrial. Es decir, nos dices que el trabajo en nuestros tiempos del capitalismo gore ha hecho necesaria la reinvención y creación de ciertos conceptos, para dar cuenta de las transformaciones que estamos viviendo a escala planetaria respecto a la actividad del trabajo, donde nuestro sistema no sólo produce mercancías y servicios, sino también configuraciones sociales y comunitarias, referentes simbólicos y nuevas estructuras de precariedad, vulnerabilidad, violencia y muerte. Propones al capitalismo como una construcción cultural, y su lado b, su lado gore, no como un lastimoso detritus o falla anecdótica aislada, sino como uno de sus costados más poderosos, que se encuentra en expansión constante y que paulatinamente va arraigando y permeando en cada confín del planeta, con consecuencias particulares de acuerdo con la región. Escribiste que “el capitalismo gore nos dice: nada es intocable, todos los tabúes económicos y de respeto hacia la vida han sido rotos, ya no hay lugar para la restricción ni para la salvación, todos nos veremos afectados” (Valencia, 2010, p. 50; 2016, p. 64). En el caso de Latinoamérica y México, ¿Cómo se ha reconfigurado el trabajo y el consumo? ¿Cómo es que el sistema capitalista se ha nutrido, promoviendo, incitando y de hecho acelerando la creación de riqueza vía el uso voraz de la violencia como herramienta de trabajo? ¿A grandes rasgos, cómo ha sido el proceso que ha generado un nuevo mercado de productos y servicios vinculados directamente al necropoder (lo que denominas mercado gore: “en el cual se ofertan bajo la categoría de productos y servicios: drogas, prostitución, venta de órganos humanos, venta de violencia intimidatoria, asesinato por encargo, etc.”Valencia, 2010, p. 60;2016, p. 73), en el que los países del Sur operan como grandes fábricas de estas mercancías para el consumo internacional?

◎ En su momento yo hablaba de la hipervisibilización de los procesos de violencia que no solamente eran una especie de mensaje teledirigido para atemorizar a las poblaciones y desmovilizarlas a través del terror y la hipermediación, sino también como una forma de construir nichos de mercado a través del morbo de la espectacularización de esa violencia. Es en este sentido como los nichos de mercado reconfiguran el sistema de consumo. También podríamos pensar que el trabajo de muerte de los sicarios, por ejemplo, de personas que se dedican al crimen organizado y desorganizado en la región, tenía alta demanda porque era una forma de acceso rápido al capital y a un poder adquisitivo alto. Yo hablaba de un proletariado gore, pero ahora hablaría más bien de un precariado que se conecta no solamente con los procesos de muerte y los procesos de espectacularización de la violencia, sino con otros procesos que estoy investigando sobre el extractivismo digital y la gentrificación emocional, en los que somos la mercancía en sí misma para el capitalismo de plataformas.

Lo que estoy investigando es esta nueva forma de colonialismo y de violencia digital que va reproduciendo, va normalizando, ciertos espacios de violencia y que, por supuesto está asentado en bases materiales de extractivismo y de sangre, pero que se espectralizan de manera tajante y que de alguna manera es algo que no teníamos tan presente hace diez años. La particularidad de las redes es que han cobrado muchísima importancia en los últimos diez años y sin que nos hayamos dado cuenta, de alguna forma, han creado una adicción que no hemos podido detectar a tiempo y que van creando también otras formas de percepción y un recableado de lo que podríamos entender como el sensorium, que serían los aparatos de percepción tanto a nivel de conocimiento -digamos el software, pero también el hardware- y la manera en que el cuerpo y el cerebro se relacionan con la realidad. Creo que ese recableado del sensorium ha alterado los procesos de trabajo y consumo. Pensaría en un uso distópico del cognitariado que se alía con el extractivismo material del capitalismo gore y con el extractivismo digital -hecho por empresas como Cambridge Analytica que ha cambiado las elecciones en varios países, incluyendo Estados Unidos, y que ha permitido ganar a la derecha- pero también en otras formas de reconfiguración del trabajo, de las mercancías, de intercambios y de consumo.

Respecto a la localización, creo que los países del Sur siguen siendo un gran espacio de experimentación, ahora mismo, de extractivismo digital. Actualmente están siendo echadas a andar muchas de las políticas de reconfiguración gubernamental en los países de las regiones del Sur. Por ejemplo, en México con la proliferación de las fábricas de mercancías y consumo internacional, pero también procesos muy vinculados con la política y con el ascenso del fascismo en la región pensando en Brasil, Bolivia y otros países. ◎

¿Consideras que trazar otras cartografías genealógicas del fenómeno que has denominado capitalismo gore, permitiría hacer otras historiografías y teorizaciones sobre el sistema capitalista mismo y la historia de Latinoamérica y México desde perspectivas críticas, feministas y disidentes desde el Sur?

◎ Por supuesto, estas nuevas rutas son en realidad rutas antiguas que vamos recuperando desde la historiografía decolonial, desde la crítica antirracista y desde los feminismos, dan pie a otras críticas muy potentes al sistema económico y cultural en el que vivimos, que se denomina neoliberalismo y que en este momento es la base de toda la exacerbada violencia y del expolio de los territorios, de los cuerpos, de las vidas que están enlazadas a proyectos no solamente materiales y económicos sino también proyectos de vida, proyectos de género, de sexualidad, de poder, de raza, de geopolítica, de inmigración, etc.

Entonces sí, claro que otras historiografías pueden construir una versión crítica de nuestro presente y de hecho esas historiografías críticas son parte de los diálogos que yo hago con mi aportación y que también voy dialogando de manera contemporánea con algunas de ellas. Creo que es fundamental tener distintas perspectivas de un mismo fenómeno para poder ampliar el horizonte analítico y sobre todo para poder tejer lazos de resistencia en torno a la violencia del capitalismo gore. ◎

Otra de tus construcciones teóricas en el libro es el “sujeto endriago”. Entiendo que te nutres de la literatura medieval y traes al presente el monstruo “endriago” del libro de caballería del siglo XVI Amadís de Gaula, para nombrar, definir y describir algunos rasgos de la figura de los sujetos más representativos del capitalismo gore. Los sujetos endriagos nacen con el capitalismo gore en el contexto posfordista; se trata de sujetos empobrecidos, racializados, que utilizan la ultra violencia como herramienta de necroempoderamiento, al ejercerla como práctica instrumental de trabajo, autoafirmación masculina y medio de supervivencia (Valencia, 2010, p. 89-93; 2016, p. 100-103).

¿Cuál es la relación entre cuerpos, sujetos endriagos, el régimen heteropatriarcal y el capitalismo gore? ¿cómo operan los sujetos endriagos como parte del proceso del devenir snuff?

◎ El sujeto endriago es una de las figuras medulares de mi discusión y creo que ha sido la que más ha interesado a las personas que han revisado mi trabajo, porque en una figura o en una metáfora se articulan relaciones y procesos que critican la masculinidad y la violencia, pero también el colonialismo y la racionalización del extractivismo y el trabajo de muerte. Entonces, el sujeto endriago es una figura retórica que compacta muchas de las realidades en las que vivimos. Por supuesto, los endriagos siguen siendo la carne de cañón que hace que avance el capitalismo gore, pero también sirven de chivos expiatorios para que la política snuff siga teniendo una excusa para culpar a los racializados de nuestro continente, para que las instituciones puedan decir que no son responsables de las cosas que hacen sujetos particulares que parece que están gobernados por la maldad, pero no es así, y fue lo que traté de evidenciar. Mi intención no era criminalizar a estas personas en tanto que pobladores del tercer mundo, sino más bien que tomásemos distancia de nuestros juicios morales, racistas, fascistas, homófobos y heterosexistas en relación con nuestro pensamiento sobre la violencia. El sujeto endriago es un operador del capitalismo gore que mantiene el statu quo de la masculinidad del Estado y de la necropolítica. El endriago sería una masculinidad necroempoderada que le hace el trabajo sucio al patriarcado y cobra por ello. ◎

Como un breve paréntesis. ¿Qué es lo que te gusta de la literatura y la historia medieval?

◎ Me parece sumamente importante que al ser la historia de Occidente la única que nos dan a conocer como historia universal, la literatura y la historia medieval sirven como un lugar al que podemos volver porque es la caja negra de la historia, en el sentido de que es justamente en el periodo de la segunda parte de la Edad Media cuando empieza la colonización en nuestro continente. Hay además un registro -si uno lee bien y con buen ojo todas las crónicas de viaje, los grabados de la época y otras cuestiones que podemos identificar en los archivos medievales- de las taxonomías, las descripciones y las formas en las cuales se nos concebía a los pobladores del continente americano antes de los españoles. Los archivos de la Edad Media son lugares a los que hay que volver. Pese a que la literatura medieval parezca algo muy fantasioso, en Latinoamérica sabemos que hay mucho pensamiento que se hace a través de la literatura porque es el lugar más libre para poder escribir sobre ciertos temas sin ser disciplinado o castigado por ello y eso es lo que me parece más interesante. Tenemos un desconocimiento enorme de los diferentes procesos que estaban aconteciendo en la época medieval y creo que es ahí donde tiene lugar el nacimiento de toda la biopolítica y la necropolítica que enfrentamos en las regiones del Sur desde la colonización. ◎

Uno de los capítulos más densos teóricamente, pero también más atrayentes, es el que dedicas al desarrollo, reconceptualización y teorización de la necropolítica. Si bien haces referencia a las obras de Achille Mbembe, Giorgio Agamben y Michel Foucault, entre otros, también construyes una nueva teorización y expandes el campo de análisis: pasas desde la preocupación y reflexión filosófica por la violencia, hasta el biomercado y la violencia decorativa, así como su presencia y uso en la literatura, los videojuegos, el arte y los medios de comunicación. En tu libro escribiste que, junto a Mbembe, te preguntas

¿el concepto de biopoder es en la actualidad suficiente para explicitar algunas realidades actuales basadas en el necropoder? La respuesta es que la biopolítica debe ser repensada contextualmente. En nuestro caso, decimos que existe un paralelismo entre la biopolítica gestionada por el Estado y la necropolítica detentada por los sujetos endriagos: en ambas resulta fundamental la conservación del poder por medio del ejercicio de la violencia. (Valencia, 2010, p. 149; 2016, p. 161).

Con tus reflexiones sobre necropolítica en Capitalismo gore has establecido nuevas líneas de análisis, hipótesis de trabajo y construcción de conceptos para el estudio e investigación de las dinámicas del ejercicio del poder en contextos específicos. ¿Cómo pensar la biopolítica, la necropolítica y el ejercicio de la violencia contextualmente?

◎ El pensamiento es siempre contextual y si tratamos de hacer universalizaciones tajantes de ese pensamiento ya estaremos cayendo en una tentación solipsista, al considerar que tenemos las verdades absolutas sobre fenómenos que no serían explicables de manera sencilla en primera instancia. La necropolítica, la biopolítica y el uso de la violencia se dan de manera contextual porque su intensidad depende de los países, las condiciones económicas, lo gubernamental, lo social, lo cultural, en suma, dependiendo de la regionalización del mundo. No es igual de explícita la violencia racista contra ciertas poblaciones en territorios indígenas en México y la violencia racista que se da en Estados Unidos contra la población afro, que otro tipo de violencias como el negar servicios de salud a las poblaciones trans o a través de argumentos morales crear condiciones hostiles que provocan violencia y que terminan en una especie de necroadministración, o como dice Ariadna Estévez, en una administración del sufrimiento para que ciertas poblaciones sean dejadas de lado y mueran en ese apartamiento de lo social. Creo que hay que seguir pensando lo biopolítico y lo necropolítico de manera contextual, pero también yo añadiría la psicopolítica digital y ver la forma en que estas maneras de gestión de la sociedad se filtran en las redes sociales virtuales para crear un consenso a veces arbitrario en torno a ciertas cuestiones que tienen que ver con el género, la sexualidad, la raza y la clase. ◎

¿Consideras que hablar de necropolítica, biopolítica y psicopolítica, es hablar de distintas caras de un mismo poder de gestión de las poblaciones, de los sujetos y de producción de subjetividad?

◎ Creo que hablar tanto de biopolítica como de necropolítica es hablar de procesos constitutivos que están encadenados y que no podríamos desligar de la psicopolítica y de otros procesos vinculados con lo cultural, con lo económico, con las agendas de género y de sexualidad. Todos estos procesos, sus conexiones, sin duda influyen en la producción de subjetividad. ◎

¿Para ti qué es el poder?

◎ Para mí el poder significa potencia. La idea de poder como estructura jerárquica me parece que es una idea que tenemos que destronar, porque es una fosilización conceptual que se ha hecho el mundo occidental a partir de una lectura muy masculina, muy vertical y muy falogocentrista, en la cual poder solamente significa poder sobre otros en una especie de soberanización. El poder como potencia significa poder hacer algo y para mí significa poder hacer alianzas. ◎

¿Cómo piensas que se pueden transformar las realidades violentas en contextos de México y Latinoamérica, vía la construcción de artefactos discursivos que expliquen el fenómeno del capitalismo gore?

◎ Considero que el discurso no es nuestro único elemento para transformar las realidades violentas. El discurso es un primer paso para salir de la anomia social y ponernos a reflexionar en conjunto sobre cuáles son las estrategias que vamos a implementar para salir de la violencia o para frenar esa violencia de manera micropolítica. Creo que el discurso es importante porque abre puertas de sentido para pensar y reflexionar críticamente, pero también para hablar con otras/os, pensar con otras/os y hacer alianzas tanto discursivas como efectivas en la lucha contra la violencia en el contexto mexicano. El discurso también es una herramienta importante para crear un consenso dialogado en el cual podamos hacer alianzas que no pongan los intereses de manera jerarquizada de una lucha sobre otra, sino que se hagan alianzas reticulares en las cuales todas las luchas valgan lo mismo en la búsqueda de la no violencia y la justicia social en nuestro país. ◎

En tu libro propones al transfeminismo como una alternativa de acción, posicionamiento estratégico, vía de fuga y articulación de pensamiento en nuestra coyuntura histórica del capitalismo gore. Mencionas que “los sujetos del transfeminismo pueden entenderse como una suerte de multitudes queer que, a través de la materialización performativa, logran desarrollar agenciamientos g-locales” (Valencia, 2010, p. 178; 2016, p. 192), cuya labor implica el desarrollo de categorías críticas y la realización de prácticas que permitan agenciamientos no estandarizados, universales o absolutos, sino situados territorialmente de acuerdo a las necesidades, intereses y urgencias políticas, económicas y vitales contextuales. La contextualización, creación de discursos y prácticas feministas permiten crear figuras comunitarias de agenciamiento, resistencia, resignificación y vinculación afectiva. ¿Cómo vislumbras este tipo de prácticas de resistencia de las multitudes queer transfeministas en Latinoamérica y México?

◎ Sobre el transfeminismo, así como tú mencionas, yo propongo igual que otras transfeministas, que las alianzas de resistencia deben venir también desde la no estigmatización de las identidades sexuales, de género diverso, de los sujetos con diversidad funcional, también desde las alianzas con los migrantes, con las personas racializadas, con las mujeres, etc. El transfeminismo está trabajando desde hace mucho tiempo, igual que otros feminismos y otros movimientos sociales que no se identifican con el feminismo, para que la vorágine del capitalismo gore no termine con nosotras/os, con nuestros contextos, nuestros cuerpos, nuestros territorios y con nuestras subjetividades. Creo que la estrategia es resistir y además construir alianzas y correlatos de sentidos discursivos y prácticos para poder crear redes reticulares de memoria, resistencia y transformación. ◎

¿Actualmente sobre cuáles temas te encuentras investigando?

◎ Actualmente me encuentro investigando varias cosas, entre ellas, algo que denomino política post mortem, que son los agenciamientos prácticos que vienen de las personas que han sobrevivido a acontecimientos traumáticos y violentos, por ejemplo, desapariciones, asesinatos de la máquina feminicida, desapariciones por migración, etc. Es decir, son las prácticas, agenciamientos y acciones puestas en marcha por personas que han sufrido el asesinato, el feminicidio o la desaparición de alguien que aman y que a partir de ese acontecimiento violento se han organizado para exigir justicia. Política post mortem sería esta forma de agenciamiento político que viene después de la masacre, después del trauma, después de la muerte de un ser querido, y que sigue luchando por esos muertos a través de las resistencias, de las búsquedas y de la dignificación del reclamo de justicia social.

También estoy trabajando sobre psicopolítica digital, colonialismo, extractivismo y un concepto que denomino régimen live. Sobre esta investigación ya hay algunos artículos míos en línea que se pueden consultar para saber más al respecto. Básicamente analizo la reconfiguración de un sensorium a través de las redes sociales y la forma en que esto puede crear distopías y resistencias. ◎

¿Algunas palabras y reflexiones finales con las que quieras cerrar esta entrevista?

Solamente agradecerte por una entrevista muy documentada y por tener interés en mi trabajo. Muchas gracias.

© Andrés Díaz y Sayak Valencia  

Referencias bibliográficas

Anzaldúa, Gloria. (2015). Borderlands/La frontera: la nueva mestiza. México: PUEG/UNAM. [ Links ]

Mbembe, Achille. (2011). Necropolítica. Barcelona: Melusina. [ Links ]

Preciado, Paul. B. (2019). Un apartamento en Urano. Crónicas del cruce. México: Anagrama. [ Links ]

Valencia, Sayak. (2010). Capitalismo Gore. Barcelona: Melusina. [ Links ]

Valencia, Sayak. (2012). Adrift's Book. Badajoz: Aristas Martínez Ediciones. [ Links ]

Valencia, Sayak. (2016). Capitalismo Gore. México: Paidós. [ Links ]

Valencia, Sayak. (2018). Gore Capitalism. South Pasadena: Semiotext(e). [ Links ]

1Hemos optado por poner las páginas correspondientes a la edición de 2010 de Melusina y de 2016 de Paidós respectivamente en las citas textuales.

Sobre el autor

José Andrés Díaz Hernández, también conocido como León Andrés Damián, realizó estudios de licenciatura y maestría en Psicología Clínica en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), México. Es miembro de la red de investigadores del Laboratorio Iberoamericano para el Estudio Sociohistórico de las Sexualidades. Coordinador y miembro fundador de Opacidades: Grupo de estudio sobre erotismo, sexualidad y género. Escribe en el blog de cultura y literatura feminista Killed by trend. Ha publicado artículos y reseñas en diferentes revistas académicas, y participado como ponente y conferencista en múltiples eventos académicos a nivel nacional e internacional. Gestionó y organizó el 1er y 2do Coloquio Sobre Erotismos, Sexualidades y Género en 2015 y 2016 en la UAQ. Cada año imparte seminarios sobre psicoanálisis, erotismo y violencia. Brinda consulta psicológica privada. Sus líneas de especialidad e investigación son la teoría psicoanalítica, lo queer, los estudios de género y la historia política del cuerpo. Orcid: https://orcid.org/0000-0002-8135-1974 email: lafactory92@hotmail.com

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