SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.14 issue28Historical and anthropological reflection on the practice of alcohol consumption in andean Peru. Between historical archeology and stereotypes about indios drunk by natureWork and senses about inequality. Symbolic retranslations of the social structure. Great cordoba. 2012-2015 author indexsubject indexsearch form
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Cultura y representaciones sociales

On-line version ISSN 2007-8110

Cultura representaciones soc vol.14 n.28 Ciudad de México Mar. 2020  Epub Feb 21, 2022

 

Artículo (Teorías y métodos)

Entregas incondicionales y relaciones destructivas

Unconditional deliveries and destructive relationships

Fernando M. González* 

* Investigador titular del Instituto de Investigaciones Sociales.


Resumen

El libro de Roberta Garza, intitulado Márcame, amo. La verdadera historia de Keith Reniere y sus esclavas mexicanas (Garza, 2019), puede ser tomado como un analizador en el cual confluyen diferentes genealogías y como una de las maneras más extremas de esa “especie” de invariante denominado enamoramiento. Invariante que el psicoanalista Jacques Lacan fijó en la brillante formulación siguiente: “el amor es ofrecer lo que no se tiene a alguien que no es lo que uno piensa [o que no es lo que se supone]” (Roudinesco, 1988: 334).1

Palabras clave: Psicoanálisis; Lacan; nxivm; enamoramiento; entregas incondicionales; relaciones destructivas

Abstract

Roberta Garza’s book, titled Mark Me, Master. The true story of Keith Reniere and her Mexican slaves (Garza, 2019), can be taken as an analyzer in which different genealogies converge and as one of the most extreme ways of that “species” of invariant called crush. Invariant that the psychoanalyst Jacques Lacan set in the following brilliant formulation: “love is to offer what one does not have to someone who is not what one thinks [or is not what one is supposed to]” (Roudinesco, 1988: 334).

Keywords: Psychoanalysis; Lacan; Nxivm; crush unconditional deliveries; destructive relationships

Todo en la vida trata sobre el sexo, excepto el sexo.

El sexo trata sobre el poder.

Oscar Wilde

El enamoramiento implica una discordancia entre el amante y el amado, un equívoco radical que por un tiempo puede proporcionar gran placer, pero que, si no se transforma a partir de una crítica de la ilusión, puede terminar destruyendo al amante. Es tratando de penetrar hasta la raíz de esta última posibilidad que el texto que comento muestra los mecanismos puestos en juego por el dispositivo productor de esclavas de la secta Nxivm (pronunciado “Nexium”).

Por otra parte, el equívoco del enamoramiento no se agota solo entre dos personas, sino que se da en relación con cualquier objetosujeto sobreestimado. Ejemplos sobran si nos remitimos a la política y a la religión; pero si aludí a que se trataba de una especie de invariante, es porque no existe una sola trayectoria o versión para vivir el enamoramiento. Si fuera el caso, se trataría de un tedio sin fin.

Michel Foucault enfoca esta discordancia y el equívoco que promueve desde la perspectiva de la persecución de la siguiente manera: “La persecución es un poco como el amor, no tiene necesidad de reciprocidad para ser verdadera. La persecución no consiste en tener un perseguidor sino en sentirse perseguido” (1984).

De genealogías y resignificaciones

El genealogista necesita de la historia para conjurar la quimera

del origen […] La procedencia permite […] encontrar bajo el aspecto

único […] la proliferación de sucesos a través de los cuales […] se ha

formado […] La búsqueda de la procedencia no funda, al contrario,

remueve aquello que se percibía inmóvil, fragmenta lo que se pensaba

unido, muestra la heterogeneidad de aquello que se imaginaba conforme

a sí mismo.

Foucault (1978: 12-13)

El caso Nxivm, en el cual el cautiverio y la fascinación amorosa muestran sus caras más siniestras y violentas, puede concebirse como la confluencia de una serie de genealogías de larga data, aunadas a tecnologías que apuntan a promover una supuesta transformación subjetiva de los individuos; pero que logran un nuevo giro cuando, alrededor de las décadas de los sesenta y setenta, estas fueron resignificadas. Contextualicemos un poco al respecto.

Si nos remontamos a hace setenta años y aludimos a la noción de “lavado de cerebro” hecha pública el 7 de octubre de 1950 por el periodista Edward Hunter, del periódico The Miami News, podemos remitirnos incluso hasta la tradición china del taoísmo anterior al 2770 a.C. doctrina que

... enseñaba a sus seguidores que debían limpiar sus corazones y sus mentes de la inmundicia y la suciedad de la vida cotidiana mundana para prepararse (y hacerse dignos) de entrar en el universo sublime de lo sagrado (Bauman y Donskis, 2019: 63).2

Con respecto a la secta Nxivm, no se trataría de un asunto que apuntara propiamente a algo del orden de lo sagrado, sino a un simulacro de este que exigía un tipo de purificación del yo, que podría ser en parte comprendido mediante el eslogan de una cadena de farmacias que anuncia sus productos como “los mismos, pero más baratos”.

La socióloga Eva Illouz afirma que si bien el psicoanálisis hablaba de un sujeto escindido -cuya conciencia no era la soberana y, por lo tanto, el individuo buscaría en todo caso tratar de hacerse cargo de su inconsciente, que implicaba que en algunas situaciones debería recurrir a un tercero-, hacia las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado las premisas cambiaron sustancialmente cuando entró de lleno la “psicología del yo” que postulaba que “el yo podía transformarse a sí mismo” bajo el postulado del self-made-man.

Al final de los noventa, cuando emerge la psicología positiva, el terreno está abonado. Si el psicoanálisis se dirigía a los neuróticos, la psicología positiva va a extender su radio y su mercado a todo el mundo, mentalmente bien o mal proponiendo la felicidad como nuevo horizonte del yo.

... [hay que recordar que…] la idea de felicidad está en el corazón mismo del proyecto de la sociedad liberal. Es Jeremy Bentham3 [quien afirma] que el fin de la política consiste en aumentar la felicidad [Bentham lo llamaba placer]. La psicología positiva es de alguna manera un estado avanzado de ese proyecto: yo diría que expresa una filosofía pública neoliberal. Pues en Bentham se trataba de aumentar el nivel del bienestar colectivo. Mientras que la psicología positiva va a poner el acento en el individuo (Illouz, 2018: 58).4

Ahora se trata del bien ser de los asalariados o de los profesionistas, etcétera, con base en el supuesto de que es un asunto de cada sujeto y, por lo tanto, no hay que tocar las estructuras jerárquicas ni los poderes fácticos. Todo se disemina en una jerarquía emocional en la cual “cada uno comienza a interpretar en los otros y en sí mismo el hecho de sentirse mal, como una debilidad, una incapacidad a ser eso que debería ser -fuerte y positivo-” (Illouz, 2018a: 60).

El libro de Roberta Garza cuestiona precisamente ese aspecto, ya que apunta a las relaciones de poder que están conformando el dispositivo creado por la cúpula de Nxivm, que intenta por todos los medios de individualizar, culpabilizar y psicologizar a los sujetos para que cada uno sienta que está contaminado de diferentes maneras y, en consecuencia, deberá asumir la purificación que le espera bajo la feroz jerarquía de un amo que exigirá, a la manera jesuita antigua, comportarse como un cadáver (perinde ac cadaver, decía la fórmula de los hijos de san Ignacio).5

En síntesis, respecto a esta genealogía de la purificación, con sus diferentes posibilidades, la alternativa creada por los psicólogos positivos termina por convertirlos en

... los defensores de una nueva teodicea laica que nos enseña que eso que nosotros vivimos como sufrimiento no es sino la expresión de nuestra insuficiencia moral y cognitiva y que entonces hay que trabajarla. (Illouz, 2018: 61)

Veamos al respecto uno de los ejemplos reseñados en el libro, denominado como “exploración de significado”, cuya propuesta es la siguiente:

... reflexionar frente a algún instructor, a través de preguntas y respuestas, sobre alguna fragilidad o detonador emocional, alguna impronta inconsciente que, remanente inmaduro de lo aprendido en la niñez, pueda estar provocándole al sujeto sentimientos o pensamientos negativos, impidiéndole la “unificación”: la integración de la personalidad sin contradicciones ni fisuras. (Garza, 2019: 24)

Nótese el uso de la noción de personalidad. Palabra cúbrelo-todo que asume al final del camino sin final una presunta unificación de los individuos.6 Si partimos del supuesto de que solo se predica para creyentes, la pregunta elemental es la que sigue: ¿qué prepara a un conglomerado de mujeres con la vida económica por lo general resuelta para aceptar someterse de la manera en que lo hicieron a servir a un individuo como sus esclavas? ¿Cuál es el “habitus” en términos de Bourdieu que sirve de condición necesaria, aunque no suficiente, en todos los casos para dar un paso tan radical? Es difícil dar con la respuesta.

Tenemos casos de mujeres que terminan por servir en el Regnum Christi a un cura pederasta, entre otras posibilidades del personaje; mientras que otras más se vuelven numerarias en el Opus Dei; pero en el caso que nos ocupa no se trata de un líder religioso a la católica, sino de alguien que previamente es investido como un ser excepcional, incluso antes de toparse con él. Por ejemplo, una de sus esclavas más connotadas opinaba de él lo siguiente: “este hombre se convierte en todo lo que quieres y necesitas y algo más. Llena todos los vacíos” (Garza, 2019: 17). Al ideal de personalidad sin fisuras responde el encarnado a la carta que lo “llena todo” aun antes de conocerlo.

El texto de Roberta Garza desmenuza concienzudamente el proceso en el cual las creyentes en barbecho aceptaron irse despojando de su vida anterior, para iniciar el camino de su supuesta purificación. Este proceso, como adelanté, tiene antecedentes de larga data, aunque este caso no deja de tener sus especificidades. Veamos por lo pronto algunos elementos que lo conectan con tradiciones que lo preceden:

El viaje hacia la sumisión psíquica sigue varios pasos. El primero es uno que llamaré el de la tierra prometida; es decir, la persona generalmente vulnerable o frágil llega al nuevo grupo para encontrar lo que parece una hermandad afectuosa que la hace sentirse apreciada.

[…] el siguiente paso implica el establecimiento de supervisión y control, “para tu propio bien”, o “porque se te ama”. Los teléfonos y correos son revisados o intervenidos, los itinerarios celosamente escrutados, cayendo la persona en un estado que va del miedo al agradecimiento y a la dependencia. De ahí sigue el aislamiento, el corte de toda relación o afecto anterior para dejar como único punto de referencia al nuevo grupo, con el amado líder a la cabeza [en] donde todo el que no está abiertamente con nosotros es un enemigo.

[…] El resultado es que, progresivamente, la víctima se va vaciando de toda vida previa hasta que no le queda nada, rebasando el punto de no retorno (Garza, 2019: 51-52).

Digamos que hasta aquí sigue un camino que podríamos denominar clásico en este tipo de grupos que reclaman el compromiso incondicional y la inmersión total. Modelo que podemos encontrar todavía vigente hasta los tiempos del Concilio Vaticano II en una organización como la Compañía de Jesús, en la orden dominica y qué decir de la congregación de los Legionarios de Cristo, etc., en las cuales resonaba la frase de Cristo de “dejen todo cuanto tienen y síganme”.

La diferencia con el caso de Nxivm es que ahora ya no solo había que controlar las cartas y la relación con los familiares, sino los celulares y el internet, porque el régimen de la denominada clausura se transformó sustancialmente con las llamadas redes sociales y tornó porosas las fronteras de las denominadas instituciones totales. Además, se trata de una secta joven con un líder único, lo cual marca ciertas diferencias con los grupos antes citados -jesuitas y dominicos-, en los cuales el liderazgo, si bien mantiene una jerarquía intocable el poder está repartido de manera menos vertical y con posibilidades de introducir contrapesos.

En otras palabras, la secta Nxivm todavía no había realizado ese salto cualitativo dado, por ejemplo, en la Iglesia católica, cuando se produce la muerte del fundador y que implica la constitución de un Invisible divino viviente y actuante, que sostiene desde una posición tercera una larga cauda de lugares vacíos que se van llenando y vaciando al paso de los siglos. Quienes ocupan esa posición ejercen un poder vicariante a nombre de ese invisible inatacable que supuestamente los inviste de una misión redentora.7

La desaparición encarnada de Cristo abre la posibilidad de dejar lugar “a la comunidad políglota y a la pluralidad de la escritura” (De Certeau, 1987: 2018), aunque también a las luchas descarnadas por obtener la legitimidad del legado. En cambio, cuando todavía no se ha terminado el periplo de la invisibilización, hay más esperanzas de cuestionar al supuesto pleno, como ocurrió con la momia de Lenin, por mencionar un caso. Momia que se puede enmarcar en parte en el modelo auspiciado por la novela Drácula, en el sentido del muerto de alguna manera todavía vivo. A tal grado llegó esa idea, que no faltó quien le quiso poner una bomba e incluso asesinarlo, pero -felizmente para la momia- fue atajado a tiempo.8 En el caso de Reniere, que no alcanzó ni la etapa Lenin ni menos la de Jesús, se tuvo la posibilidad de cuestionarlo una vez caído el halo de “suponer lo que no era”, como lo describiré más adelante.

¿Pero, entonces, en donde sí estaba la aportación más singular al proceso de sumisión y despojo de la vida anterior, aunque manteniéndola de manera por demás paradójica? Entre otros elementos, que no el único, el llamado “colateral” es uno de ellos. Veamos en qué consiste.

El colateral, en Nexium, es similar al instrumento bancario por todos conocido; la persona entrega información comprometedora u onerosa como muestra de lealtad (Garza, 2019: 52).

En este caso podrían ser fotos pornográficas o confesiones consideradas vergonzosas o una cuenta de banco. Pasado un tiempo, las esclavas son conminadas a actualizarlo y aumentarlo cada mes; en caso de no hacerlo son “amenazadas con la liberación de lo entregado” (Garza, 2019: 91). Como no había límite posible al acrecentamiento ni al chantaje, el dispositivo de esclavización estaba destinado a atraparlas de por vida. Al colateral le seguía el denominado “collar de perro que consistía en una cadena cualquiera, con la salvedad de que no [deberían] quitárselo nunca” (Garza, 2019: 90). “[Luego] llegaba la cauterización y las tareas más repugnantes: de manera ineludible, una de estas era seducir a Raniere” (Garza, 2019: 87). Y el aspirante a seducido decidía si la seductora estaba a la altura o no; en caso de no estarlo, se hacía acreedora “a una serie de castigos” (Garza, 2019: 92).

¿Por qué era tan importante marcarse o cauterizarse como res? La autora nos ofrece el testimonio de Rosa Laura:

Es un símbolo de que ella (la esclava) es más que su mero cuerpo. Es estar dispuestas a ser humilladas en nuestro orgullo, para ser libres de nuestra imagen falsa y libres en alma y espíritu. Marcarse es un recordatorio para mantenernos humildes y no soberbias; la soberbia limita a quienes somos y alimenta el miedo. Estamos destinadas a amar y a valorar nuestra marca, como recordatorio de una vida más allá de nuestros pequeños sufrimientos; amor verdadero, libertad verdadera y nuestro compromiso de permanecer en ese camino para siempre… (Garza, 2019: 109).

La “verdadera libertad” se logra llevando a sus últimas consecuencias el máximo de sometimiento a un amo. En esta paradójica dialéctica Hegel queda desbancado. Si la tradición monástica implicaba la mortificación de la carne utilizando cilicios y disciplinas para enfrentar el combate diario de la castidad y la obediencia incondicional al director espiritual para someter el orgullo y la vanidad,9 en el caso de Nxivm el combate está ya secularizado, aunque se continúa la bimilenaria tradición de lucha contra la soberbia, aunque ciertamente no la relación con la castidad, porque al amo Reniere hay que relatarle el primer orgasmo y estar disponibles a ser utilizadas para su satisfacción.

Por otra parte, Nxivm prolonga desde su retorcida perspectiva la otra tradición monástica para nada simple: aquella que postula que para obedecer

Y para poder permanecer en estado de obediencia hay que hablar de sí mismo. La veridicción es un proceso. […] El decir la verdad sobre sí mismo, es una condición indispensable para someterse a una relación de poder. […] La sumisión al otro es fundamental y está caracterizada por el hecho de la exhaustividad y la continuidad (Foucault, 2012: 139 y 143).

A su vez, las esclavas-amas cofundadoras plus establecían su jerarquía según el número de esclavas que tenían bajo su mando.10 Las del llamado Dos eran las “privilegiadas”. Al colateral se le añadía la organización en células. Con ironía, Roberta Garza señala que “En algún momento Reniere cayó en la cuenta de que las estructuras piramidales podían usarse lo mismo para vender cupones de descuento que para crear grupos” (Garza, 2019: 85) o incluso se le podría añadir que también recicló la mejor tradición del modelo de las sociedades secretas o de las células guerrilleras. No obstante, lo importante es señalar en este caso la especificidad funcional de las citadas células.

Por lo pronto, los seis miembros que en principio deberían constituir una célula no tenían que conocer a los de las otras, cada una se articulaba alrededor de un amo o ama. Cada célula a su vez estaba articulada al Amo, con mayúsculas, como dirían los lacanianos; “Amito” o “gran Amo” implicaban en este caso sumisión total. Se da la casualidad de que se trataba fundamentalmente de mujeres, tanto las esclavas como las amas: “la obediencia requerida, absoluta e inapelable, abarcaría desde el corte de pelo y los hábitos alimenticios hasta el sentido del voto” (Garza, 2019: 85) e, incluso, el peso que deberían tener según su conformación (Garza, 2019: 85).11

A las esclavas cofundadoras, Raniere les pedía acelerar el reclutamiento con personas con “influencia pública como empresarias o candidatas políticas” (Garza, 2019: 86) para “influir en las siguientes elecciones”. Y eran las únicas que tenían el “privilegio” de llamarlo “Amo”, las de segunda fila solo “Grand Master” y las subsecuentes “Supreme Grandmaster”. Además, las esclavas “debían tener sexo con quien su amo les indicara, supieran o no el motivo. Raniere debía ser el centro de su vida, el dueño absoluto de sus cuerpos” (Garza, 2019: 88).

En diferentes secciones del texto aparece el hijo de un expresidente de México quien sirvió a la obra de Reniere: Emiliano Salinas Occelli; aunque una vez hechas las cosas públicas juró que nunca se enteró de lo que sucedía en los entresijos de la secta. Incluso llegó a declarar, una vez que supuestamente se enteró de las cauterizaciones en abril de 2018, que estaba profundamente “consternado” y anunció el término de sus relaciones con Nxivm; además, se permitió afirmar que toda su vida ha sido “promotor” de los derechos humanos (Garza, 2019: 57). Pregunta elemental: ¿qué función cumple el supuesto ingenuo en un dispositivo tan obsesivamente elaborado para atrapar? Misterio.

Finalmente, y me quedo corto, el libro ofrece la saga del cautiverio en un calabozo de una joven que se atrevió a rechazar al amo, con lo cual invirtió la cadena de sometimiento al impactar la línea de flotación de un individuo que se apoyaba en el supuesto -hasta entonces intocado- de que nadie podría despreciarlo. Dicha joven, después de sufrir dos años de reclusión sin ver la luz, logró escapar no solo de la secta, sino de su propia familia que colaboró al encierro y, gracias a ello, cuestionó el punto de no retorno que el dispositivo descrito creía invulnerable.

No queda sino referirse a un tipo de silencio al que la autora alude en el inicio de su texto en estos términos:

Los peores recuerdos de mi juventud en Monterrey se deben a ese ominoso silencio. No se hablaba de las perversiones de Maciel o de sus esbirros, aunque ya el mundo entero, fuera del ombligo regiomontano, las comentaba y conocía. […] Con el silencio la gente quería evitarse las represalias de la red de poder tejida por los Legionarios de Cristo entre políticos y empresarios mexicanos. Por eso los abusos siguieron, por años, protegidos por esa omertá cómplice. Hablar salía caro: arriesgarse a ser vilipendiado públicamente, a perder un buen empleo u oportunidades de negocios, a recibir una demanda, a ser rechazada por la propia familia o a someterse al ostracismo social eran posibilidades muy reales.

Con ese silencio culpable, complaciente o avergonzado, uno que yo guardé demasiado tiempo, cuentan los depredadores de cuerpos y almas de este mundo. Por eso debemos hablar de ellos.

En este caso, de Raniere y de sus facilitadores en México (Garza, 2019: 11-12).

El libro es un obús al corazón de los silencios que sostienen a este tipo de instituciones en las cuales los macieles-ranieres tienden a tornarse intercambiables.

Bibliografía

Bauman, Zygmunt y Leonidas Donskis (2019). Maldad líquida. México: Paidós. [ Links ]

De Certeau, Michel (1982). “Histoires de corps”, Esprit, núm. 68, febrero de 1982. [ Links ]

De Certeau, Michel (1987). La faiblesse de croire. París: Seuil. [ Links ]

Del Valle, Luis S. J. (2008). Primero ser hermanos, luego todo lo demás. Memoria, primera parte. San Luis Potosí: Comisión Estatal de Derechos Humanos de San Luis Potosí, Centro de Reflexión Teológica, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. [ Links ]

Foucault, Michel (1978). “Nietzsche, la genealogía de la historia”, en Microfísica del poder. Madrid: La Piqueta. [ Links ]

Foucault, Michel (1984). Texto leído en Radio France Culture, el 26 de junio de 1984, un día después de su muerte. [ Links ]

Foucault, Michel (2009). Vigilar y castigar. México: Siglo XXI. [ Links ]

Foucault, Michel (2012). Mal faire, dire vrai: fonction de l´aveu en justice. Bruselas: Presses Universitaires de Louvain, University of Chicago Press. [ Links ]

Garza, Roberta (2019). Márcame, amo. La verdadera historia de Keith Reniere y sus esclavas mexicanas. México: Cal y Arena. [ Links ]

Illouz, Eva (2018). “La tyrannie du bonheur”, Le Nouvel Observateur, núm. 2807, París, 23 de agosto de 2018. [ Links ]

Illouz, Eva (2018a) Happycratie. París: Premier Parralèlle. [ Links ]

Lacan, Jacques (1991). Le Seminaire. VIII: Le transfert. París: Seuil, 1991. [ Links ]

Roudinesco, Elisabeth (1988). La batalla de cien años. Historia del psicoanálisis en Francia. Madrid: Fundamentos. [ Links ]

1Cit. por Roudinesco, 1988. “[Es de…] la conjunción del deseo con su objeto en tanto inadecuado [que] surge esa significación que se denomina amor” (Lacan, 1991: 47). * Investigador titular del Instituto de Investigaciones Sociales.

2Bauman añade que la idea fue reciclada milenios después por Mao a partir del postulado que “ordenaba expurgar los corazones y las mentes de todo resto de mentalidad reaccionaria para hacerse acreedores a ingresar en la emergente sociedad comunista sin clases (otra expresión usada habitualmente en la China maoísta para referirse a ese proceso era “darse la vuelta a uno mismo”)” (Bauman y Donskis: 63).

3El del “Panóptico”, el cual analiza Michel Foucault en Vigilar y castigar (2009).

4Precisamente la entrevista que retomo es un comentario a su libro intitulado como Happycratie (2018a).

5Veamos un ejemplo de este tipo de obediencia que se les exigía a los jesuitas todavía en la primera mitad del siglo XX. Se trata del primer tomo de las memorias de un jesuita mexicano ya fallecido, quien ingresó en la Compañía de Jesús en 1942. Cuando quiso presentar sus memorias en el ITESO, universidad jesuita de Guadalajara, fue rechazada su petición por sus propios colegas. Leamos la manera en como Luis del Valle describe la obediencia que le tocó vivir y luego criticar: “Se nos decía y lo vivíamos con toda naturalidad, que estábamos en la vida religiosa para cumplir la voluntad de Dios y que eso que realizábamos continuamente dado que cumplíamos en todo momento con lo que él quería manifestado en las Constituciones, ordenaciones de los Padres generales, orientaciones del Provincial, órdenes del Maestro de Novicios (luego del rector de la casa) expresadas muy concretamente en el reglamento del Noviciado. … etcétera. Sabíamos -¡qué maravilla!- en todo momento qué es lo que quería Dios que hiciéramos. Ni la menor duda […] Y el ser fiel así y cumplidor en todo momento y por toda la vida era heroico, propio de los santos. [… ] Me encontré con una estructura de vida en la que todo estaba definido. [… ] se decía que el buen novicio debe renunciar a pensar”. (Del Valle, 2008; 40-42).

6A nivel colectivo la noción de identidad tiende a cubrir la misma función cuando se propone como unívoca.

7“El ‘desprendimiento’ en donde se instaura el logos tiene por referencia la pérdida misma del cuerpo que debía ocupar el lugar de todos los otros, el de Jesús; de tal manera que la palabra ‘evangélica’, nacida de esa desaparición, debe tomar ella misma a su cargo la producción de cuerpos eclesiales, doctrinales y ‘gloriosos’, destinados a ser sustitutos del cuerpo faltante”. De Certeau (1982: 181).

8Una diferencia sustancial del comunismo con el cristianismo -que en buena medida vive de no cumplir lo que promete- es que el primero, a partir de su teleología que postulaba el paraíso en la Tierra, ya sin clases, se comprometió demasiado a realizarlo en un tiempo prudencial.

9Si en la antigüedad greco-romana obtener un saber implicaba seguir a un maestro a partir de una sumisión provisoria que permitía escucharlo para apropiarse de su competencia técnica o sabiduría, “En el monaquismo, al contrario, la obediencia es una práctica en la cual el valor no depende de aquel a quien se obedece, ni de la naturaleza [… ] de la orden a la que se obedece. El valor de la obediencia se sostiene esencialmente en el hecho de que se obedece. […] Lo que hace progresar en la vía de la santidad […] es el hecho de obedecer, cualquiera sea la orden y el maestro”. (Foucault, 2012: 134).

10Hablando de las posibilidades que promueven las jerarquías, en el caso del convento de las monjas ursulinas de Loudun (1634), esta se establecía a partir del número de demonios que habitaban el cuerpo de las monjas. La superiora llegó a tener ocho de ellos; una legión, todavía sin Marcial Maciel.

11Aquí entramos en los dispositivos del cuerpo modelo Barbie: cuando se desplaza la noción de pecado a la de calorías. Ahora ya no hay absolución, solo dieta y régimen calórico “sano”.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons