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Dilemas contemporáneos: educación, política y valores

On-line version ISSN 2007-7890

Dilemas contemp. educ. política valores vol.8 n.spe4 Toluca de Lerdo Jul. 2021  Epub Sep 20, 2021

https://doi.org/10.46377/dilemas.v8i.2772 

Artículos

Retos de la enseñanza en la pandemia por COVID 19 en México

Teaching challenges in the COVID 19 pandemic in Mexico

Yadira Morales Bonilla1 

Karen Edith Bustamante Peralta2 

1Licenciada en Educación. Docente en la Universidad Pedagógica Nacional 123, Iguala, Guerrero. Estudiante de Maestría en el Centro de Estudios para la Calidad Educativa y la Investigación Científica (CECEIC). Correo electrónico: yadirabonilla_@hotmail.com

2Ingeniera Bioquímica Industrial. Docente en la Escuela Preparatoria Número 28, Cocula, Guerrero. Estudiante de Maestría en el Centro de Estudios para la Calidad Educativa y la Investigación Científica (CECEIC). Correo electrónico: em.edithbp@gmail.com


Resumen

La pandemia provocada por la enfermedad del COVID-19 transforma la educación en México; migrar la escuela al espacio familiar a través de una pantalla, un monitor o un dispositivo móvil deja en evidencia una gran desigualdad para impulsar el aprendizaje en los estudiantes, toda vez que no existe una forma de medir el aprendizaje logrado y si éste es suficiente para encarar la emergencia sanitaria. Esta recopilación bibliográfica se refiere a los efectos ocasionados por el coronavirus en el nivel medio superior y superior. Desde la comunicación inédita entre las autoridades educativas, docentes y alumnos; las experiencias en la adaptación de estrategias y motivación para los estudiantes; por último, aborda reflexiones del impacto curricular en la enseñanza-aprendizaje.

Palabras claves: Educación en pandemia; aprendizaje significativo; desigualdad social

Abstract

The pandemic caused by the COVID-19 disease transforms education in Mexico; Migrating the school to the family space through a screen, a monitor or a mobile device reveals a great inequality to promote learning in students, since there is no way to measure the learning achieved and if it is enough to face the health emergency. This bibliographic compilation refers to the effects caused by the coronavirus in the upper and upper middle level. From the unpublished communication between educational authorities, teachers and students; experiences in adapting strategies and motivation for students; finally, it addresses reflections on the curricular impact on teaching-learning.

Key words: Education in a pandemic; meaningful learning; social inequality

Introducción

La emergencia sanitaria que se vive en todo el mundo, inició un brote de neumonía denominado como la enfermedad por coronavirus “COVID-19”, que se ha expandido, y consecuentemente, está afectando a todos los países, entre los que se encuentra México; debido a que es una enfermedad infecciosa que pone en riesgo la salud, y por tanto, la integridad de la población en general, en razón de su fácil propagación; el 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la COVID pasa de ser una epidemia a una pandemia; por ello, la Secretaría de Educación Pública decidió la suspensión de las clases presenciales en todos los niveles educativos como primer acuerdo adelantando el periodo vacacional correspondiente a la Semana Santa y estableciendo una fecha para su regreso con las acciones preventivas adecuadas (DOF, 2020).

De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades, y en humanos, se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el Síndrome Respiratorio de Medio Oriente (MERS) y el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS).

El coronavirus, que se ha identificado más recientemente, causa la enfermedad por coronavirus, COVID-19 (Naciones Unidas- Honduras, s.f.). Este virus provocó la muerte de más de 5,000 personas cuando apareció en la ciudad China de Wuhan en diciembre de 2019, y en marzo de 2020 ya había alcanzado alrededor de 130 000 casos en más de 120 países y territorios; esto reflejó la preocupación de la OMS “por los niveles alarmantes de transmisión y gravedad del coronavirus, así como para la falta de acción”; además, por el pronóstico que apunta a continuar en aumento el número de casos, muertes y países afectados, clasificando la propagación como una pandemia que se ha extendido por todo el mundo (ONU México, 2020).

Por ser una enfermedad muy contagiosa, las autoridades educativas dispusieron el cierre de las escuelas, como medida sanitaria para garantizar la protección a la población educativa y a la sociedad en general, dando paso al surgimiento de prácticas pedagógicas de carácter emergente. Así se comenzó a experimentar la enseñanza-aprendizaje con ayuda de los medios virtuales en un intento de convertir en aulas a los espacios familiares; a través de un televisor, computadora o dispositivo móvil con acceso a internet, donde la participación de los padres de familia contribuye en el apoyo de las actividades escolares; por consiguiente, asumen totalmente la responsabilidad para garantizar el proceso formativo del estudiante, del mismo modo la comunicación constante con la escuela.

Son diversas las aristas que enfrenta la educación media superior y superior frente a un hecho histórico que ha permanecido en la población mundial durante más de un año, que la escuela ha migrado a seguir atendiendo a través de las herramientas y medios de comunicación digital.

Tanto docentes como estudiantes de las instituciones públicas han tratado de continuar el ciclo escolar, por lo que en este trabajo de recopilación bibliográfica se presentan algunas interpretaciones académicas que ofrecen una mirada general acerca de los retos educativos que se viven en la pandemia. Lo más importante es establecer una comunicación entre autoridades educativas, docentes, alumnos y padres de familia mediante los mecanismos que nos ofrece la era digital; mencionaremos las experiencias para la adaptación de las estrategias en el aprendizaje y mantener el interés de los estudiantes para permanecer en las clases virtuales; por último, reflexionaremos acerca del currículum oculto que nos ayudan a dar continuidad con nuestro quehacer educativo.

En congruencia con la implementación de estrictas medidas de Emergencia Nacional Sanitaria que recomienda el Gobierno de México, y la presencia y expansión del COVID-19, ha obligado a las instituciones educativas a buscar rutas viables y factibles para continuar con las actividades académicas, como lo es la educación en línea, con el propósito de evitar que se vea afectada drásticamente la formación de los estudiantes. Así es como la Universidad Autónoma de Guerrero desarrolló una propuesta integrada por una serie de actividades basadas en la educación virtual, cuyo objetivo es desarrollar estrategias y acciones, basadas en herramientas y aplicaciones digitales, mediante la capacitación emergente de docentes y estudiantes, de los diversos programas educativos que oferta la institución según se plantea en el Plan de Continuidad Académica “UAGro en línea” (UAGro, 2020).

A través de una capacitación emergente con las herramientas que ofrece Google Suite for Education, todos los profesores redoblamos esfuerzos para implementar nuestro quehacer docente en línea demostrando la responsabilidad y profesionalismo, buscando asegurar el proceso de aprendizaje para la formación de las competencias de los estudiantes. Del mismo modo, en una rápida respuesta de las autoridades educativas, la Secretaría de Educación Pública instauró el programa “Aprende en Casa” (Educación Básica) (SEP, s.f.), y “Jóvenes en Casa” (Educación Media Superior) (ConstruyeT, s.f.), tanto en línea como en televisión abierta con la intención de que el alumnado pueda avanzar en su proceso didáctico de esta nueva modalidad de enseñanza; asimismo, los maestros, padres de familia y los mismos estudiantes desplegaron intensos esfuerzos. Estos programas integran una serie de recursos y materiales transmitidos por televisión y en línea, cuya posible eficacia se ancla en el acceso y uso de tecnologías de la información (TIC).

Desarrollo

Establecer una comunicación efectiva en Pandemia

Actualmente, la comunicación que intentamos establecer con los alumnos es uno de los principales retos que los docentes tenemos, buena parte del mundo vivimos en confinamiento. Esto vino a cambiar nuestro estilo de vida, ha migrado de la forma presencial al mundo global de la comunicación en línea posicionando a la educación a la par de las ventas, noticias, campañas políticas, proselitismo religioso, economía global y atención médica en línea entre otras; recurrimos más que nunca a nuestros dispositivos móviles o computadoras para trabajar y proveernos desde alimentos hasta seguir cumpliendo con nuestra labor docente.

Las sesiones virtuales eliminan algunas características y limitan otras: la comunicación cara a cara porque no es lo mismo que tenerlos presencialmente, no podemos percibir los sentimientos, los estados de ánimo, las clases se vuelven impersonales se pierde la magia que se da cuando los ojos de alumno - maestro, alumno - alumno se encuentran, las clases virtuales se vuelven retos constantes, el contacto personal no puede suplirse en una pantalla. ¿Movilizar el conocimiento? ¡cómo, si la comunicación está fallando!, se da, pero no de la manera en la que podamos cautivar a nuestros alumnos. Esas preguntas constantemente vienen en mente y nos hacen replantear estrategias e investigar del tema.

Es importante que nos apoyemos en los profesionales de la comunicación digital, recordemos que vivimos en una sociedad de información tecnológica que exige el replanteamiento de la forma en que nos comunicamos desarrollando mensajes directos y claros. Estas experiencias nos llevan a reflexionar sobre la comunicación con nuestros alumnos en tiempo de confinamiento con pregunta como ¿Qué estrategias me ofrece el sistema educativo actual para una comunicación efectiva y afectiva con mis alumnos?

Los datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (INEGI, 2019), ponen en duda su universalización en el territorio nacional. En el año 2019, 44.3 por ciento de los hogares contaban con computadora, 56.4 tenían acceso a internet y 44.6 de los usuarios utilizaban la computadora como herramienta de apoyo escolar. Por su parte, la proporción de hogares con televisión fue de 92.5 por ciento y aquellos con acceso a televisión de paga representaba 45.9 por ciento. Este indicador muestra que solo aquellos que cuentan con estos servicios pueden continuar con sus estudios, evidenciando la desigualdad social marcada en el territorio mexicano.

El acceso a las TIC afecta a estudiantes desde el nivel preescolar hasta el nivel universitario, determinando quienes pueden acceder a -y aprender de - la educación en línea. A nivel superior, 55 por ciento de los alumnos que provienen de familias del primer decil de ingresos no cuenta ni con internet ni con computadora en casa, mientras que para el decil más rico, la cifra es de apenas 2 por ciento, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos del Hogar (INEGI, 2018, como se citó en Lloyd, 2020). En promedio, 18 por ciento de los estudiantes universitarios no tiene acceso a dichos servicios; es decir, uno de cada cinco no puede seguir las clases en línea desde sus casas. Para el nivel medio superior; sin embargo, la brecha es aún más marcada: 81 por ciento de los más pobres no tiene ni internet ni computadora en casa, comparado con 3 por ciento de sus pares más ricos, y en promedio, 40 por ciento no tiene acceso a las TIC en su hogar (INEGI, 2018, citado por Lloyd, 2020). También hay grandes diferencias según el tipo y sector a los que pertenecen las instituciones educativas.

Guerrero es una de las entidades menos favorecidas con respecto al acceso a internet; por consiguiente, con una población de bajos ingresos económicos lo que ha representado una gran desventaja para los grupos más vulnerables e incluso tienen que dejar las clases para salir a trabajar.

El gobierno federal propuso iniciar el ciclo escolar 2020-2021 en la modalidad de educación a distancia, utilizando nuestros propios recursos para continuar con nuestra labor docente, desde ahí la comunicación con nuestras autoridades fue deficiente, nos encontrábamos desamparados y sin saber qué rumbo tomar. Detectamos que conectarse y comunicarse no resulta tan sencillo como las autoridades lo plantearon; estábamos conectados, pero al mismo tiempo desconectados de nuestros estudiantes, el trabajo en estos meses de confinamiento nos desafía a buscar soluciones para estrechar esa comunicación.

Las características de la comunicación desde la observación educativa son:

  • Tenemos enormes oportunidades de comunicación digital como un hecho inédito y no sabemos utilizarlas.

  • La ciencia no tiene todas las respuestas.

  • La contradicción de los discursos educativos.

  • La falta de oportunidades para docentes - alumnos en cuestión económica y redes de internet.

  • Al estar en clases virtuales los alumnos de Educación Media Superior (EMS) y Superior su comunicación es muy escasa, se conectan por periodos muy cortos, mostrando poca disposición para el aprendizaje, su participación es mínima y casi nunca se conectan con la puntualidad requerida. Intentamos grabar las clases para mayor conexión y así poder llegar a ellos de forma efectiva.

Entonces, el propósito de la educación por COVID-19, debería ser una transformación para generar una cultura por el interés propio de cada individuo, mientras que el cambio será constante en lo tecnológico; tomando los mejores elementos de la educación en línea es necesario abastecer de equipo tecnológico a los maestros del país, escuelas y alumnos con una capacitación comprometida donde la comunicación sea real y no un simple requisito. Es evidente que alcanzar una mejor comunicación en esta era digital se dará cuando revaloremos en la educación que el aprendizaje será útil para su propio beneficio, pero no para los paradigmas del estado.

Los docentes tenemos que renovarnos obligatoriamente, las estrategias no presenciales de sistemas de comunicación donde la vida en línea es un vehículo para el aprendizaje, encontrar actividades donde al conectarnos ellos quieran, por voluntad propia, quedarse con nosotros utilizando los recursos en plataformas e interesarlos de una manera divertida con una comunicación instantánea en audio/video que permitan el acceso a diversos contenidos de investigación, análisis y debate es uno de los recursos en la nueva normalidad de trabajo. En las décadas recientes, la tecnología ganó un lugar relevante, la pandemia vino solo a reactivar este tipo de educación dejando claro que será para siempre.

Estrategias docentes en pandemia

Todas las nuevas formas de enseñar se transforman en estrategias, las herramientas que teníamos fueron los medios para seguir en contacto con nuestros alumnos, fue la primera vez que el colectivo docente tuvo la necesidad de enseñar en línea, y de ninguna otra manera, convirtiendo el aula virtual en nuestro salón móvil, algunos tenemos más recursos y habilidades tecnológicos, y otros tenemos lo uno pero no lo otro, como las plataformas de Classroom, Zoom, Edmodo, Moodle y los recursos digitales de audio/video como Google Meet e incluso WhatsApp, en esta primera etapa son los métodos de apoyo digital más utilizados.

La virtualización suple el salón de clases, a partir de los temas a abordar los docentes gestionamos los aprendizajes, utilizando diapositivas para hacer didáctica con el conocimiento, volviendo atractiva el aula virtual. La situación en la que vivimos nos obligó a aprender y mejorar sobre la marcha, readaptándonos a esta forma de enseñar y aprender.

El simple hecho de depender de una computadora nos hace estar en alerta observando el panorama y ser partícipes en el camino hacia la adaptación de esta nueva normalidad; esa brecha es grande y tenemos que redireccionar nuestro rumbo -dejando el miedo- para convertirlo en ambientes de aprendizaje efectivos, sobre todo, afectivos donde los contextos educativos permiten incluirnos en esa sociedad digital de las grandes esferas de la hegemonía. Educar en tiempos de crisis careciendo de las competencias tecnológicas nos generó dos alternativas: desistir o insistir. El plantear qué productos o actividades detrás de una pantalla son realmente sólo para evidenciar nuestro desempeño y cuáles son para el proceso enseñanza-aprendizaje; éstos últimos son los retos con mayor responsabilidad que nos preocupa, cuyo objetivo es orientar a detonar un aprendizaje significativo.

La pandemia aceleró el proceso de desaprender para aprender1, dejando costos muy altos, muchas familias se desintegraron al morir un miembro de ellos, aumentó la incidencia en el maltrato y la violencia. La falta de dispositivos se transformó en un obstáculo expulsándonos de la educación a algunos docentes y alumnos dejando como evidencia que el aislamiento social es también digital, a pesar que la tecnología es la solución para continuar con la educación.

Como lo menciona Hurtado (2020), es urgente que los docentes recibamos una formación que nos brinde las habilidades y capacidades frente a este nuevo escenario, con la finalidad de que logremos una adaptación-ajuste a las estrategias metodológicas que respondan a la dinámica de la sociedad y sus exigencias. Por ende, las TIC forman parte de la renovación a las metodologías implementadas por los maestros, permitiendo el incremento de la motivación y participación del estudiante en su proceso de aprendizaje.

Además, es importante reconocer las variaciones pedagógicas y didácticas que ha experimentado en su rol como maestro “a distancia”, con el propósito de que sirvan de lecciones aprendidas para la innovación y reconfiguración de una docencia alternativa, interactuante y centrada en los aprendizajes de los estudiantes (Ruiz, 2020, p.113).

Mantener el interés en clases virtuales

La educación en pandemia es un desafío, desde las estrategias hasta los estragos emocionales, que a todos en un efecto de boomerang nos golpean. Los docentes, al igual que los alumnos, vivimos un profundo deseo de transformación, que nos acerque a un sistema educativo efectivo y fortalecido; los estudiantes, en nuestra experiencia, expresan que las clases en línea necesitan una chispa diferente para mantener el entusiasmo en las sesiones virtuales, reclamando metodologías por nuestra parte, incluyendo en este ámbito la necesidad de usar recursos audiovisuales, lo que nos obliga a reinventarnos y formar parte de las nuevas destrezas digitales que este mundo híper digitalizado nos arroja para ser competentes, quienes tratamos de sobrevivir en contingencia, pero justo a la falta de experiencia para trabajar en línea nos encontramos con otros problemas mayores: la carga de trabajo en exceso y el estrés por la realización de las tareas diarias como una permanente conectividad que ha vuelto diferente la vida en casa. ¿En qué momento atendemos a la familia? ¿En qué momento y en qué lugar están conectados?

Todo esto comenzó sin un plan definido de trabajo. La SEP lanza cursos en línea proporcionando herramientas digitales tanto a docentes como alumnos en plataformas asistenciales; esto no nos hace expertos, solo nos vuelve técnicos de seleccionar materiales; mientras tanto en nuestra mente sigue el debate ¿Cuáles son los pasos, la técnica o la metodología para impartir una clase adecuada en línea? Planificar la sesión, estructurar las estrategias ideales, retroalimentación individual, cómo atender las dudas individuales, entre otros. Establecer estos puntos importantes en el diseño de nuestras clases virtuales, así como los recursos didácticos ayuda a los alumnos a resolver autodidácticamente sus dudas, formando una red de autoayuda en la comunidad estudiantil.

La docencia en línea requiere una formalización para asegurar que los alumnos estén acompañados en su proceso de aprendizaje, con apoyos efectivos tanto para estudiantes como maestros; normar un modelo educativo y pedagógico en línea, la práctica en las plataformas tecnológicas estableciendo horarios y normas de trabajo. A su vez, la escuela debe promover que los estudiantes utilicen los recursos tecnológicos como un medio de recreación que se convierta en un entorno de expresión y comunión con sus pares para su aprendizaje.

Díaz-Barriga (2020) propone impulsar el trabajo por proyectos debido al aislamiento, se puede trabajar a nivel intergeneracional; esto es, un proyecto de los estudiantes con sus hermanos, e incluso con algunos adultos que lo rodeen. Diversos temas de las materias que integran el currículo se podrían trabajar vinculadas con este proyecto; de acuerdo con el nivel en que estén inscritos los estudiantes, se podrían formular preguntas que los orienten acerca de la pandemia y sus efectos en la economía, la salud, las medidas de seguridad, entre otras; no obstante, se haría un trabajo en línea, planteando una práctica docente más horizontal, que contribuya al impulso de aprendizajes significativos, no dejando tareas sino promoviendo actividades reflexivas centradas en situaciones locales, atendiendo a lo que se dice en los medios formales e informales de comunicación, en las redes sociales de docentes, estudiantes y padres de familia.

Son muchos los factores que afectan la motivación de un estudiante para trabajar y aprender, incluyendo: interés, percepción, deseo, confianza en sí mismo, autoestima, paciencia y persistencia. De acuerdo a Morgan (2020), la clave del éxito en la motivación de los estudiantes en línea es incorporar factores de motivación y actividades de participación en el curso con el objetivo principal de educar a los alumnos; resume algunas recomendaciones para trabajar en esta nueva normalidad en estudiantes de nivel superior:

  1. Recompensar los éxitos de los estudiantes a través de elogios, éstos ayudan a desarrollar la autoestima y confianza en sí mismos; al mismo tiempo, les motiva a continuar con la siguiente tarea. Cuando deba hacer una retroalimentación negativa sea especifico y evite ser degradante.

  2. Permitir que los estudiantes monitoreen su propio progreso con ayuda del recurso digital Blackboard ya que éste proporciona algunas herramientas de evaluación donde se incluyen salas de debate, blogs, proyectos grupales, asignaciones y horas de clases virtuales, entre otros.

  3. Crear un entorno abierto y accesible para los estudiantes estableciendo sesiones de orientación, retroalimentación oportuna además de estrategias de aprendizaje como casos de estudio.

  4. Ayudar a los estudiantes a establecer metas alcanzables en el curso con expectativas claras de los diferentes niveles de desempeño, al mismo tiempo que se mantiene entusiasta.

  5. Permitir que los estudiantes participen en la construcción del plan de estudios sin dejar de mantener la estructura incorporando la dinámica de la teoría y la práctica.

El currículum oculto impacta en pandemia

Nuestra vida, en general, se encuentra en un proceso de cambio, en medio de resistencias, añoranzas y nostalgia de lo que se ha ido, de temor a lo desconocido; son momentos en los que, sin duda, lo más importante será conservar la salud, la vida e integridad como seres humanos. Por ahora, mantenerse saludable implica poner distancia a la cercanía humana.

Por otra parte, hemos sido testigos de cómo la pandemia provocada por COVID-19 nos ha obligado a mirar las brechas sociales y económicas ya existentes en nuestro país, pero que, debido a la situación de emergencia, ahora es ineludible observar con detenimiento, reflexión y análisis profundo; ¿qué entendemos por el currículum? El currículum permite planificar las actividades académicas de forma general incluyendo criterios de evaluación de los planes de estudio y la metodología que servirán para proporcionar al alumnado una formación integral y completa. Entonces, ¿qué tipo de currículum es necesario en tiempos de pandemia? ¿cómo reeducar a la sociedad? Son interrogantes ineludibles de mencionar, ya que la pandemia vino a agudizar los cambios drásticos que enfrenta la sociedad en medio de una crisis de salud y educación.

El currículum actual fue diseñado para las clases presenciales; por lo tanto, tendríamos que estar practicando a desaprender para aprender, vinculando un currículum acorde a la emergencia sanitaria que se vive en estos tiempos.

La dinámica educativa se tiene que transformar, ese cambio no solo exige a los protagonistas (docentes y directivos) llevar consigo por inercia a estudiantes y padres de familia, donde el patrón de inmovilidad dé un paso a la nueva realidad educativa, social y de salud.

Los estudiantes actualmente enfrentan complicaciones en el sistema de enseñanza-aprendizaje, creemos que ellos aprenden de la mano de nosotros; sin embargo, ellos aprenden sin, con y a pesar de nosotros. Vivimos un momento de cambios importantes en el sistema educativo, la organización de las escuelas y los métodos en la estructura curricular; por esta situación de confinamiento, se requieren hacer ajustes en los contenidos y enseguida incorporar estrategias de enseñanza, tomando en cuenta cómo aprenden los jóvenes y después diseñar una propuesta curricular donde los materiales educativos estén planteados para el aprendizaje de los alumnos; revertir el contenido de programa al servicio de nuestros objetivos dejando a un lado a los verdaderos protagonistas. Consideramos que los adultos y maestros debemos alejar la mirada solo de los libros como evidencia de su trabajo como si fuera la única vía de aprendizaje. Ahí está el reduccionismo usando solo método de enseñanza con el pretexto de abordar los contenidos curriculares.

La pandemia cerró las escuelas, pero no el aprendizaje de los alumnos, ellos siguen observando, pensando, razonando, infiriendo, analizando y creando, en cierta medida se especializaron un poco más en el cuidado de su salud, la administración de su casa y los gastos, ya tienen un año involucrándose en esas actividades; con esto, comprobamos que los estudiantes aprenden el significado de la realidad. De acuerdo a las sugerencias de Ganem (2020), estos aprendizajes concretos obtenidos durante el confinamiento, pueden vincular sus experiencias con los contenidos de las asignaturas. Hacer realidad lo que autores clásicos han señalado: los estudiantes aprenden el significado de las cosas (Ausubel), descubriendo (Bruner), retando su pensamiento (Piaget), de forma situada (Lavin y Wenger), socializando sus estrategias (Vygotsky), uniendo diversos contenidos para un mismo proyecto (Dewey), o a partir de investigar temas que les interesan y deben resolver (Bergmann y Sams). (Ganem, 2020)

Hace tiempo debimos replantear el currículum, ya que es rígido y cerrado, y replantear significa responder a esta pregunta bajo las condiciones actuales: ¿cómo verdaderamente aprenden los alumnos?

Reestructurar los contenidos de currículum desde el aprendizaje situado para la adaptación del aprendizaje sería una de las observaciones en esa contingencia. El cambio de la reestructuración curricular es un largo camino, pero hablar sobre lo que aportamos desde lo oculto nos hace repensar y construir una nueva visión.

Conclusiones

Los recursos tecnológicos no reemplazan la labor educativa, son una herramienta fundamental para generar un significativo proceso enseñanza-aprendizaje; con estos recursos, se propicia un adecuado escenario y sirven de conexión entre los docentes y sus estudiantes.

La escuela ha demostrado cómo la brecha digital es parte constitutiva de la desigualdad educativa. La pandemia expone las diferentes formas de desigualdad, exclusión e inequidad de la población menos favorecida, y confirma que el ejercicio de derechos como estudiar y trabajar está definido por la capacidad de costear el acceso a internet de una forma particular.

Los maestros deberíamos priorizar los contenidos que consideremos más importantes en una materia; planear las clases y actividades virtuales, seleccionando aquellas que no demanden el acceso a internet o medios tecnológicos. Tomando en cuenta el contexto de estrés y confinamiento donde nos encontramos la población en general, dejando claros los criterios y forma de evaluación. No se trata de obligarlos a tomar clases en línea, es sensibilizarlos a aceptar la nueva realidad como vehículo para su aprendizaje.

Un maestro motivado genera aprendizajes efectivos, el efecto de la motivación es una energía poderosa que nos impulsa a obrar y perseverar hasta alcanzar una meta. Encontramos que el trabajo docente requiere de una motivación constante con resultados satisfactorios al abordar el currículum; la motivación depende de uno mismo; por ello, debemos trabajar en colaboración con los estudiantes recordando la importancia de nuestra labor docente, asumiendo la responsabilidad moral y social, el dominio de la tarea, así como la satisfacción de servir y ayudar a otros. La motivación del maestro es determinante para establecer los objetivos que los estudiantes necesitan alcanzar en el aprendizaje; de ahí, que la práctica y el compromiso en el aprendizaje han probado ser más efectivos que la sola memorización. Las mentes curiosas nos impulsan hacia adelante formando estudiantes competentes para insertarlos en una sociedad de constante movilización.

Los cambios son incomodos, porque la pandemia deja un futuro incierto. Somos los encargados de la continua motivación en nuestros alumnos, viviendo un momento de transición educativa, por lo que se requiere un verdadero acompañamiento desde la salud emocional.

La educación tiene que continuar para retomar una nueva normalidad en la medida que las condiciones sanitarias se vayan ajustando, reconocemos que la contingencia acrecentó las condiciones de desigualdad, dejando en evidencia las áreas de oportunidad de la educación en general; aprovechemos los nuevos conocimientos tecnológicos adquiridos en las diversas formas de trabajo. Es necesario hacer esfuerzos en común para asegurarnos que nuestros jóvenes y adolescentes no se quedaron atrás en sus procesos de aprendizaje, una vez que las circunstancias regresen a la normalidad y se reestablezca una nueva forma de aprender.

Estamos seguros que la educación nunca volverá a verse con la estabilidad a la que por décadas estuvimos acostumbrados. La educación tendrá que contribuir en la lucha social para recuperarnos de esta experiencia, convirtiendo a todos los factores en actores de cambio, promoviendo la empatía, la solidaridad, pero sobre todo, la resiliencia; que nos permita estar preparados para futuras contingencias con estrategias de readaptación y condiciones para reestablecer un ritmo acorde a los nuevos aprendizajes situados.

Atravesamos un momento de recuperación en esta pandemia, conscientes para reflexionar y aprender de ésta, y de lo contrario, habremos desaprovechado las enseñanzas que tuvieron un alto costo económico, social, educacional, emocional, entre otros, incluyendo vidas humanas insustituibles. Sin duda, el papel del docente contribuirá a la transformación educativa toda vez que finalice este confinamiento por COVID-19.

Referencias bibliográficas

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Recibido: 31 de Mayo de 2021; Aprobado: 17 de Junio de 2021

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