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México y la cuenca del pacífico

On-line version ISSN 2007-5308

Méx.cuenca pac vol.5 n.14 Guadalajara May./Aug. 2016

 

Análisis

Determinantes de la inversión extranjera directa en la región de la Cuenca del Pacífico

Determinants of Foreign Direct Investment on The Pacific Rim Region

Priscila Ortega Gómez* 

Zoe T. Infante Jiménez** 

*Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Facultad de Contaduría y Ciencias Administrativas, México. Dirección: Gral. Francisco J. Mugica S/N, Ciudad Universitaria, 58030, Morelia, Michoacán, México. Reconocimiento del Sistema Nacional de Investigadores nivel i, reconocimiento como nuevo profesor de tiempo completo por PRODEP, reconocimiento como investigador del estado de Michoacán. Correo electrónico: prisog@hotmail.com.

**Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Facultad de Contaduría y Ciencias Administrativas. Dirección: Gral. Francisco J. Mugica S/N, Ciudad Universitaria, 58030, Morelia, Michoacán, México. Delegado de Michoacán de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (PRODECON), coordinador de la zona Centro Occidente de la PRODECON. Reconocimiento del Sistema Nacional de Investigadores nivel I, reconocimiento como profesor perfil PROMEP, reconocimiento como investigador del estado de Michoacán. Correo electrónico: zoeinfantejimenez@yahoo.com.mx.


Resumen

La presente investigación tiene como objetivo identificar y analizar algunos de los factores que influyen sobre la atracción de inversión extranjera directa (IED) de los países que conforman la Cuenca del Pacífico, para ello se hizo uso de un modelo econométrico de datos de panel, que comprende veintiuna economías y un periodo de estudio de 1989 a 2012. Los resultados muestran que la demanda económica incide positivamente sobre la IED, mientras que los costos de producción influyen de manera negativa; el nivel educativo tiene una relación directa, así como la fuerza laboral. Finalmente, la corrupción muestra una relación inversa pero carece de nivel de confianza. Se concluye que la IED busca localizarse, generalmente, en los países donde existe mayor demanda económica, aunque los países con salarios más bajos también son atractivos. Finalmente, la corrupción no es un factor que influya de manera contundente sobre las decisiones de los inversionistas en los países de la Cuenca del Pacífico.

Palabras clave: inversión extranjera directa; Cuenca del Pacífico; factores económicos; capital humano; corrupción

Abstract

Focusing in Pacific Rim countries, this article aims to identify and analyze the influencers to attract foreign direct investment (FDI). Using panel data for foreign direct investment between 1989 and 2012, we find that FDI was affected positively by economic demand, while production costs influenced negatively; the education levels had a direct relationship, as well as the workforce. Finally, corruption showed an inverse relationship, but lacks confidence level. We conclude that FDI seeks generally located in countries whit greater economic demand, although countries with lower wages are also attractive. Finally, corruption is not a factor affecting forcefully on decisions of investors in the Pacific Rim countries.

Keywords: foreign direct investment; Pacific Rim; economic; human capital; corruption

Introducción

Debido a los beneficios que se le han otorgado, en las últimas décadas la inversión extranjera directa (IED) se ha convertido en un factor de prioridad, principalmente para las economías en desarrollo y de ingresos medios, ya que se identifica como un factor que puede tener implicaciones en el crecimiento y el desarrollo económico, que tiene el potencial de generar empleos (Moran, 2005), incrementar la productividad laboral (Ramírez, 2000), estimular y permitir la transferencia de nuevas tecnologías, e impulsar las exportaciones, lo que puede incidir positivamente en el ambiente productivo y competitivo de un país (Secretaría de Economía, 2014).

Muchos gobiernos nacionales de todas las regiones del mundo se esfuerzan en crear las condiciones propicias para atraer mayores flujos de IED. Determinar cuáles son esas condiciones y lo que hace a un país más propicio que otro se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los economistas políticos y académicos de los negocios internacionales (Samford y Ortega, 2014).

Nos enfocamos en el caso de la región de la Cuenca del Pacífico, ya que concentra a siete entidades económicas del Pacífico consideradas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) -y a ocho de acuerdo con el Banco Mundial y las Naciones Unidas- como economías avanzadas del planeta, y a las principales economías receptoras de IED a escala mundial.

El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por su sigla en inglés) surge en 1989 con grandes expectativas, con el fin de consolidar el crecimiento y la prosperidad de los países del Pacífico mediante un mayor intercambio comercial y de inversiones, como parte de la estrategia de desarrollo de sus naciones miembro para lograr la mejora de condiciones de vida de la población de sus respectivas economías (Ivanova, Rangel, Celaya y Gámez, 2012). Actualmente, sus veintiún miembros concentran casi el 40% del total de la población mundial y, de esta, concentra el 70% de la población en edad económicamente activa (15 a 64 años). Además, aportan un promedio del 55.6% del producto interno bruto (PIB) mundial y el 47% del comercio mundial de bienes y servicios, así como una tasa de desempleo del 4.73%, inferior a la tasa de desempleo mundial, que es del 5.6% (UNCTAD, 2014). APEC se conformó básicamente como un foro consultivo, dos de cuyas características son flexibilidad e informalidad (Ivanova, Rangel, Celaya y Gámez, 2012).

Uno de los aspectos que han caracterizado a esta región son las economías tan desiguales que lo integran. En 2013, Estados Unidos concentró más del 45% del PIB de APEC, China se situó en la segunda posición, con un 15.2% y Japón en tercera con un 14.8%. Esto es: solo estos tres países concentran el 75.3% del PIB de toda la región, mientras que alrededor de once economías en su conjunto no concentran ni el 5% de este, como es el caso de Papúa Nueva Guinea, Brunei Darussalam, Vietnam y Perú, entre otros. En términos del PIB per capita, Estados Unidos se coloca de igual manera en primera posición, seguido de Canadá, Australia, Japón, Singapur, Hong Kong, etc. Llama la atención que China, aun cuando en las últimas décadas ha logrado altas tasas de crecimiento, tiene un PIB per capita que representa actualmente el 8% del de Estados Unidos (APEC, 2015).

Ante estos datos, surge el cuestionamiento sobre la operatividad de esta agrupación, aunque esta desigualdad es la que trata de fundamentar la pertinencia de la organización, al plantear iniciativas que traten de contrarrestar sus posibles efectos adversos y contribuyan a la integración económica (Amparo, 2001), por lo que la APEC se ha centrado en los obstáculos estructurales y regulatorios que inhiben el comercio transfronterizo y las inversiones mediante la creación de "detrás de la frontera" barreras a la mejora de los negocios.

No obstante, ha sido difícil el cumplimiento de estas metas, lo que hace suponer que puede deberse a las disparidades de desarrollo de las economías que lo integran (Rodríguez, 2001), así como a la heterogeneidad de los objetivos y metas que hay entre estas.

En 2010, la APEC realizó una evaluación para determinar lo que se ha avanzado en el objetivo de libre comercio e inversión. Los resultados mostraron que las economías de la APEC han tomado medidas concertadas y han progresado en una amplia gama de áreas. Es así que los aranceles medios en la región cayeron del 17%, cuando la APEC fue creada en 1989, al 6.1% en 2009. Las barreras no arancelarias también se han reducido sustancialmente, la mayoría de ellas son compatibles con las medidas de la OMC (APEC, 2012).

Aun con los avances que la APEC ha logrado hasta ahora, muchos académicos expertos señalan que a este foro de cooperación no le ha sido posible alcanzar ni alcanzará las metas fijadas; por ejemplo, las propuestas en Bogor para el año 2020 sobre liberalización del comercio regional (Granados, 2014).

Actualmente podemos hablar de que la APEC ha fungido como un importante precedente y referente de las iniciativas y los acuerdos de integración que entre las economías de la Cuenca del Pacífico se han venido gestando, derivados de las relaciones entre estas por aspectos geopolíticos, estratégicos, económicos, culturales, etcétera.

La mayoría de las iniciativas de integración dentro de esta región del Pacífico se basan y retoman las principales metas de la APEC, como es el caso del Trans-Pacific Partnership (TPP) y el Regional Comprehensive Economic Partnership (RCEP).

Con el TPP y el RCEP, la región del Pacífico parece entrar en una nueva fase de racionalización de los acuerdos de cooperación que vinculan a los integrantes de la APEC; esa racionalización consiste en la "convergencia" de los múltiples acuerdos comerciales existentes hasta ahora en esos dos mega acuerdos de comercio preferencial, ya que representan una oportunidad más tangible para alcanzar objetivos de liberalización de flujos comerciales y de inversión en la región, garantizar certidumbre en las inversiones de empresas transnacionales, elevar los estándares laborales y medioambientales en países de la región, y garantizar los derechos de propiedad intelectual en una era tecnológica donde es necesario redefinir diversas actividades económicas (Ramírez, 2014; Granados, 2014).

Como uno de los pilares fundamentales de la APEC, así como del TPP, el RCEP y muchos otros acuerdos que se han firmado dentro de la Cuenca del Pacífico, la inversión es un factor que ha tomado gran relevancia en toda la región como motor de crecimiento económico, generación de empleos, transferencias de conocimiento y tecnología, etcétera.

Considerando la importancia que se le ha conferido a la IED como un factor de relevancia para el desempeño de las economías, la presente investigación tiene como objetivo general identificar algunos de los principales factores que han incidido para la atracción de IED en la región de la Cuenca del Pacífico. Se toma como caso de estudio a las veintiuna economías que conforman APEC, ya que el periodo de análisis comprende de 1989 a 2013, y este foro concentra a la mayoría de las economías de la Cuenca del Pacífico que actualmente conforman las principales iniciativas de integración regional que prometen grandes transformaciones en materia de comercio e inversiones. Para ello, se hizo uso de la técnica de regresión lineal con datos de panel.

Mediante este estudio podremos identificar los factores que pueden generar la atracción de mayores flujos de IED, entre los que sobresalen los de tipo económico, de capital humano y administrativos.

La IED en la APEC y factores de incidencia

Dentro de las principales metas de la APEC, la inversión ocupa un lugar altamente importante, por lo que ha tomado gran relevancia en toda la región, ya que puede fungir como motor de crecimiento económico, de generación de empleos, de aumento de la productividad y la competitividad, de transferencia de conocimiento y tecnología, etc. Desde la creación de este foro, varias economías de la región, tanto receptores como emisores registran aumentos significativos de IED.

La IED que recibieron los países que conforman la APEC en el año 2013 representó el 54.30% del total mundial, mientras que la IED emitida por países de la APEC representó el 66.27%, ambos mostrando una evolución histórica a la alza (UNCTAD, 2013). Es de reconocer que la APEC, lejos de ser un complejo de economías que exporta capitales fuera de la región, más bien ha experimentado una intensificación de los flujos intrarregionales de inversión directa, reforzando los procesos de integración económica (Ramírez, 2014).

Los flujos de IED responden a diversos factores y sucesos tanto nacionales como internacionales y regionales; entre los que más influencia han mostrado en las diversas investigaciones realizadas se encuentran los de tipo económico, tales como el tamaño de mercado y los costos de producción. En la gráfica 1 podemos observar cómo la evolución -tanto de los ingresos como de los egresos- de IED en la región de la APEC ha respondido en gran medida al desempeño de la economía regional o la mundial. Durante la década de los noventa se puede observar que, tanto en entradas como en salidas de IED, la región en su conjunto experimentó un aumento poco significativo, pero también con pocas variaciones a diferencia de lo que se puede visualizar en las siguientes décadas (gráfica 1).

* Millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de APEC en http://statistics.apec.org/.

Gráfica 1 Entradas y salidas de IED en APEC. 

La crisis asiática de 1997 fue considerada la primera gran crisis de la globalización, debido a que se inicia con la devaluación de la moneda tailandesa y por efecto dominó comienza a expandirse a Malasia, Indonesia y Filipinas, lo que repercutió también en Hong Kong y Corea del Sur, de tal manera que lo que parecía ser una crisis regional generó el temor de un desastre económico mundial por contagio financiero. Los inversionistas internacionales se rehusaban a realizar inversiones en países en desarrollo de esa región; sumado a esto, otro resultado de la crisis fue la sustancial reducción del precio del petróleo, el cual alcanzó un precio de $8 dólares por barril a finales de 1998, lo que causó problemas económicos y financieros en los países miembros de la OPEP y otros exportadores de petróleo, como el caso de México. Esta reducción en los ingresos por petróleo contribuyó a la crisis financiera rusa en 1998, que a su vez causó el colapso en los Estados Unidos del Long-Term Capital Management después de perder $4.6 mil millones de dólares en cuatro meses (Hunter, Kaufman y Krueger, 1999). En la gráfica 1 se puede observar que en este año tanto las entradas como salidas de IED en la APEC se contraen un poco; sin embargo, se muestra una considerable recuperación en el siguiente año.

A partir de esa crisis la mayoría de las economías del Este asiático empezaron a adoptar políticas principalmente de tipo económico y financiero que incluyeron una liberación comercial y financiera progresiva, que concebía además la intención de una distribución relativamente equitativa de los beneficios que genera el crecimiento económico (Morrisey, 1999).

Con el estallido de la gran burbuja especulativa del NASDAQ en 2000, que hizo tambalear el liderazgo tecnológico y productivo (Dabat, 2009), sumado a la caída de las torres financieras en Estados Unidos en septiembre del 2001, se origina una fuerte desestabilización financiera en gran parte del mundo, que generó, además, una caída de la producción mundial del -1.80 en relación con el año anterior y una reducción de la IED mundial de -40.80; solo en el año 2006 se logró una recuperación (UNCTAD, 2013).

Más tardó la economía mundial en recuperarse que en surgir el detonante de la crisis del año 2008, que se produjo en agosto del año 2007, como resultado del abuso que se hizo de las hipotecas subprime (Galindo, 2008).

En septiembre de 2008 se anunció que varias instituciones financieras estadounidenses quedaron en bancarrota y otras en peligro de cerrar, y el gobierno federal estadounidense tuvo que tomar el control de dos de las compañías más grandes de financiamiento hipotecario, lo que hizo aumentar la incertidumbre sobre una posible crisis financiera y económica que podría generar un impacto mundial, pero parece no haber afectado el curso de esta crisis sino en el año 2009.

La caída de IED en el año 2012 se debe esencialmente a la reducción de los flujos recibidos por los países desarrollados, que alcanzó el 22,5% respecto de 2011; las entradas de IED en los Estados Unidos cayeron un 25,3%. Por su parte, los países en desarrollo y en transición han tomado mayor participación; los países asiáticos en desarrollo son la principal fuente de IED, con tres cuartas partes del total procedente de países en desarrollo, con China como uno de los principales inversores, ya que en el año 2012 se sitúa como la segunda economía receptora, solo por debajo de Estados Unidos, y la tercera economía inversora, solo después de Estados Unidos y Japón (UNCTAD, 2013 y NU, CEPAL, 2012).

El informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, 2013) afirmó que, por primera vez en la historia, las economías en desarrollo absorbieron más IED que los países desarrollados, concretamente un 52% de los flujos mundiales de IED. Con todo, según el informe, las entradas de IED en las economías en desarrollo disminuyeron ligeramente (un 4%) a 703,000 millones de dólares, con lo que registraron su segundo nivel más alto. En las regiones en desarrollo, los flujos a los países de Asia y América Latina y el Caribe permanecieron en niveles históricamente altos, pero el crecimiento se desaceleró.

De modo que la APEC, una región tan dinámica que concentra algunas de las principales economías receptoras de IED, resulta afectada por los factores y sucesos económicos que imperan en el mundo.

De acuerdo con los ingresos de IED por país miembro de la APEC, casi el 24% lo concentra Estados Unidos. Aun cuando este país ha experimentado diversos problemas financieros y económicos en la última década, sigue siendo el principal receptor mundial, y aun cuando China ha sido anfitrión de grandes volúmenes de IED, no ha logrado alcanzarlo (gráfica 2). México se ubica entre los primeros ocho receptores de IED dentro de la APEC, cuyos antecesores, en orden de recepción, son Estados Unidos, China, Rusia, Hong Kong, Singapur, Canadá y Australia. En la gráfica 2 podemos observar que los países menos desarrollados de la región son los que atraen menores cantidades de IED; esto solo prueba lo que diversas investigaciones han planteado acerca de las condiciones económicas de las naciones como un elemento relevante en la atracción de IED.

* Millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de APEC en http://statistics.apec.org/.

Gráfica 2 Entradas de IED por país miembro de APEC, 1989-2013. 

Diversos estudios han demostrado que uno de los factores que más influyen sobre la atracción de IED es el tamaño de mercado, el cual se mide regularmente por el PIB. Así, se espera que aquellos países que tengan un PIB mayor o más dinámico, o al menos condiciones económicas estables, tenderán a ser atractivos para los inversionistas internacionales. De esta manera, Estados Unidos presentó un PIB en 2013 de $14,498,623.1 millones de dólares, lo que equivale al 45% de PIB generado en toda la APEC en su conjunto; a la vez, es el principal receptor de IED. De la misma manera, países como Canadá y Australia son economías con elevado PIB, o China, con un crecimiento muy dinámico, son de los principales concentradores de IED. Llama la atención el caso de Japón, que, siendo una economía desarrollada, presenta bajos volúmenes de entradas de IED; no obstante, es un potencial emisor (14.5%) de IED en la región.

En cuanto a la fuerza laboral, alrededor del 70% de la población de quince años y más es económicamente activa en la APEC, y el 33.5% de ella se ocupa en el sector agrícola y el 23.5% en el sector industrial; predomina el sector servicios que concentra el 43%. Países como Hong Kong y Estados Unidos ocupan más del 80% de su población económicamente activa en el sector servicios, y en menor medida, entre un 10% y un 20%, en el sector industrial, y solo un porcentaje de entre 2% y menos de 1% se dedican al sector agrícola. Por su parte, Australia, Brunei, Canadá, Nueva Zelanda, Perú y Singapur ocupan alrededor del 70% de su población económicamente activa en el sector servicios, y Japón, Corea, Malasia, México, Taipéi Chino y Filipinas, más del 50%. Pocos son los países en que una parte mayoritaria de la población económicamente activa se dedica al sector agrícola, como es el caso de Vietnam, Indonesia, China y Rusia. Sin embargo, una característica que casi en su totalidad se observa en los países que conforman la APEC es su notoria reducción de la población dedicada al sector agrícola, por absorberla el sector servicios y, en menor medida, el sector industrial.

En cuanto a la educación, sobresalen las economías desarrolladas con una mayor expectativa de años escolares de su población, ya que una de las características distintivas del desarrollo es tener un mayor nivel educativo. Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Corea, Estados Unidos y Japón se colocan dentro de la lista de los diez países con mayores expectativas de años escolares dentro de la APEC. No obstante, existen países que -aun considerados en desarrollo-, gracias a la implementación de políticas internas para impulsar la educación como factor clave del crecimiento y el desarrollo económico, han logrado incrementar el nivel de escolaridad de su población, como es el caso de Chile y Hong Kong.

Por otra parte, dentro de los factores de tipo administrativo que pueden llegar a afectar a la IED, y que han sido foco de estudio en varias investigaciones, aparece la corrupción. Los actos de corrupción pueden ser considerados:

como aquellos que constituyen la violación, activa o pasiva, de un deber posicional o del incumplimiento de alguna función específica realizados en un marco de discreción con el objeto de obtener un beneficio extra posicional, cualquiera sea su naturaleza (Malem, 2000:28).

En el comercio internacional los dos ejemplos más típicos de la corrupción son el soborno y la extorsión; uno de los efectos más nocivos para la economía de un país es que atenta contra la inversión, y se convierte en una práctica negativa para su desarrollo económico, político y social (Malem, 2000).

*Promedio de 2000-2012. Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de APEC en http://statistics.apec.org/.

Gráfica 3 Expectativa de años escolares* 

En el siguiente cuadro se presenta el índice de corrupción que ocuparon los países miembros de la APEC en el mundo en el 2013 y 2014. A medida que es menor el índice, significa que presentan mayores niveles de corrupción, por lo que se puede observar que los países desarrollados presentan índices de corrupción menores en relación con la mayoría de los países en desarrollo. De acuerdo con la variación del índice de corrupción 2013 a 2014, en siete países se mantuvo, a saber, Nueva Zelanda, Canadá, Taipei Chino, Corea, Perú, Vietnam, Papúa Nueva Guinea; en cinco países se incrementó: Singapur, Australia, Hong Kong, China y Rusia, y en ocho países se redujo: Japón, Estados Unidos, Chile, Malasia, Filipinas, Tailandia, México e Indonesia.

*cifra del 2013. Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de la APEC en http://statistics.apec.org/.

Cuadro 1 Índice de percepción de la corrupción de países de la APEC, 2013-2014 

Aspectos teóricos sobre los factores de influencia de la IED

Debido a la importancia que ha generado la IED, principalmente sobre las economías con una mayor apertura económica y comercial, se han efectuado diversos estudios para identificar los factores que pueden llegar a influir para la atracción de la IED en una gran cantidad de economías receptoras. Desde los primeros estudios empíricos sobre las razones para las decisiones de inversiones iniciales, por ejemplo, el paradigma ecléctico de John Dunning (1988), o los estudios pioneros de Hymer (1960) sobre los aspectos de las empresas multinacionales (EMN) como organizaciones industriales mundiales, entre otros, ya se visualizaba una variedad de factores que influían, tales como las características del mercado, las barreras comerciales, los costos y el clima de las inversiones, las fortalezas internas de las empresas, etcétera.

Los estudios más recientes revelan que no ha habido grandes modificaciones sustanciales en relación con los determinantes de la IED; no obstante, los diversos cambios mundiales han ocasionado que las condiciones y los factores que afectan las decisiones de los inversionistas sean más y más diversas. Los estudios contemporáneos -tales como Smarzynska y Wei (2000), Baltagi, Egger y Pfaffermayr (2008), Jones (1988) y Jordaan, (2008), Egger y Winner, (2005), Habib y Zurawicki (2002), Samford y Ortega (2014), por mencionar solo algunos- han demostrado la relación de la IED con factores de tipo no solamente económico, sino también político, administrativo y social, entre otros. El presente estudio enfatiza principalmente en factores de corte económico y administrativo.

Condiciones económicas

Diversos estudios referentes a los factores de localización de la IED coinciden en que el tamaño del mercado y la aglomeración, y, en general, el desempeño económico de un país, generalmente medido con el producto interno bruto (PIB), el PIB per capita, o ambos, generan un impacto directo sobre la atracción y la localización de este tipo de inversiones, aunque, mientras el PIB se enfoca más en indicar la riqueza generada de una nación, el PIB per capita se enfoca más en la riqueza individual. En este sentido, existe una relación directa entre el PIB (y PIB per capita) y el nivel de inversiones es decir: a medida que el PIB de un país crezca, mayores posibilidades tendrá de atraer IED. Cabe señalar que el PIB también puede fungir como un indicador de la aglomeración económica.

Autores como Jones (1988) y Jordaan (2008) sostienen que, dentro de las teorías más recientes se señala la existencia de diversos factores que pueden generar efectos positivos para la atracción de mayores flujos de IED, entre los que se destacan la demanda y la presencia y tamaño de economías aglomeradas. Todas estas variables pueden generar efectos positivos para la atracción de mayores flujos de IED.

Mientras que puede ser óptimo establecer una subsidiaria extranjera satisfaciendo únicamente la demanda local (con motivos de orden horizontal), también puede ser óptimo para la misma empresa sentar una plataforma de producción para realizar exportaciones, a fin de que los países anfitriones puedan coadyuvar a satisfacer la demanda de los consumidores de ahí y de cualquier otro lugar. La propuesta de esta nueva literatura se centra en una mezcla horizontal - vertical y una compleja estrategia de integración con las EMN (Baltagi, Egger y Pfaffermayr 2008).

El aporte del PIB que en su conjunto efectúa la APEC (55.6%) en relación con el total mundial hace que sea un factor de gran influencia para la atracción de las inversiones internacionales e intrarregionales. Asimismo, las abismales diferencias que existen entre las veintiuna economías en relación con el PIB llegan a demarcar la diferencia entre las cantidades de inversiones que reciben estas economías. Es así que, de los diez principales receptores de IED durante 1989-2013 (Estados Unidos, China, Hong Kong, Canadá, Rusia, Singapur, Australia, México, Chile y Corea), siete encabezaron la lista de las economías con el PIB más elevado en la APEC, a saber, Estados Unidos, China, Canadá, México, Corea, Rusia y Australia.

Asimismo, de las ocho economías con los registros de entradas de IED más bajos en la APEC durante 1989-2013 (Japón, Perú, Vietnam, Taipei Chino, Nueva Zelanda, Filipinas, Brunei Darussalam y Papúa Nueva Guinea), seis registraron las cifras más bajas de PIB (Nueva Zelanda, Filipinas, Perú, Vietnam, Brunei Darussalam y Papúa Nueva Guinea).

La fuerza laboral en un país refleja el potencial productivo y, por tanto, un posible crecimiento económico y un mercado con mayores posibilidades de incrementar el consumo interno (Samford y Ortega, 2014). En la APEC, la tasa de participación de la fuerza laboral respecto del total de la población de más de quince años durante 1989 - 2013, fue del 70.8%, lo que indica que una gran proporción de la población puede ser propicia para generar riqueza en sus economías. De acuerdo con el porcentaje de empleos creados por sector respecto del total, en promedio, el 37.3% de la población empleada labora en el sector agrícola, el 23.5% en el sector industrial y el 39.2 en el sector servicios. No obstante, a medida que los países son más industrializados y desarrollados, una mayor parte de los empleos se generan en los últimos dos sectores.

Costos de producción. Otra de las variables que se han incluido en una gran cantidad de estudios referentes a los determinantes de la IED son los costos de producción, tomando generalmente como medida de aproximación los salarios, factor que puede ser altamente variable, dependiendo de cada país. La importancia de los costos salariales dependerá de los objetivos de las EMN y del país en el que decidan localizarse. Es decir, si se localizan en un país desarrollado, el objetivo no es reducir los costos de producción, sino muy probablemente aprovechar el tamaño de mercado y la gran demanda interna. No obstante, si se localizan en un país menos desarrollado, es muy probable que uno de sus objetivos centrales sea reducir costos de producción mediante el pago de bajos salarios, para de esta manera obtener un rendimiento más alto, aunque la evidencia empírica ha mostrado que no necesariamente los inversionistas que se localizan en los lugares con los salarios más bajos obtienen mayores rendimientos, debido a la influencia de otros aspectos, tales como la ubicación geográfica en relación a la cercanía donde se adquieren los insumos o al mercado, entre muchos otros más (Samford y Ortega, 2014). La relación que se espera encontrar entre salarios e IED es inversa, y la mayoría de los inversionistas prefieren ubicarse en un lugar en el que pagarán menores costos.

Países como México o China presentan niveles salariales bajos a escala mundial, pues sus salarios netos en la manufactura fueron de $4.45 dólares por hora (año 2012) y de $1.36 dólares por hora (año 2008) respectivamente, aunque, debido a la gran dinámica y el crecimiento económico que ha tenido China, principalmente en los últimos veinte años, se espera que los salarios vayan en aumento, no así que eso implique un factor que afecte la atracción de IED, ya que, al posicionarse como una de las economías más dinámicas de la APEC y del mundo, las inversiones que se localicen en este país tenderán a dirigirse a cubrir el mercado interno más que a buscar la estrategia de reducir costos de producción (United States Department of Labor, 2015).

Sin embargo, algunos países altamente receptores de IED registran niveles salariales relativamente altos a escala mundial; este es el caso de Estados Unidos, Australia y Canadá, cuyos salarios netos en la manufactura en el año 2012 fueron de $27.15, $38.3 y $29.3 dólares por hora. Por su parte, países como Japón, con salarios elevados, registran menores ingresos de IED (United States Department of Labor, 2015; OECD, 2015).

Los salarios son un factor que definitivamente afecta de manera directa los rendimientos de las inversiones. Sin embargo, lo anterior podría indicar que estos podrían afectar las decisiones de los inversionistas de acuerdo con sus objetivos; por ejemplo, en el caso de Estados Unidos, si bien los costos salariales se elevan, el principal objetivo de las inversiones que ingresan es cubrir la demanda del mercado local, cuyos altos ingresos per capita permiten elevar el precio final de los productos y servicios, y de esa manera obtener una tasa de rentabilidad óptima. Por el contrario, las empresas que ingresan a México, principalmente mediante la maquila, buscan reducir sus costos de producción y se ubican en este país por sus bajos salarios, pero tienen como meta para sus productos el mercado de los países con ingresos más elevados.

Capital humano. Un factor más que regularmente se considera dentro de los estudios de los determinantes de la IED es el nivel de capital humano con el que cuentan los países, tomando como indicador al nivel educativo, por lo que se espera una relación directa entre nivel educativo e IED, ya que, a mayor grado de educación, se esperan mayores destrezas y conocimientos de parte de los empleados (Ortega, Cruz y Alcaraz, 2010).

En cuanto a las expectativas de años de escolaridad, Australia se coloca en el tope de los países que conforman la APEC con 19.5 años, seguido de Nueva Zelanda con 17.7, Canadá con 16.6, y Estados Unidos con 15.8. Mientras, dentro de los países con menores expectativas se ubican China con 10 años, Vietnam con 8.9 años y Papúa Nueva Guinea con 5.5 años (APEC, 2015). Esto puede reflejar que el nivel educativo es un factor que los inversionistas pueden considerar como deseable, mas no determinante para la toma de decisiones, pero esto dependerá de los objetivos de sus inversiones. Esto es, si se requiere personal altamente calificado y cualificado, especialistas, etc., los inversionistas optarán por ubicarse en aquellos sitios en los que se cuenta con un mayor nivel educativo; sin embargo, si la mano de obra que se requiere no exige grandes conocimientos, este no será un factor que influya en demasía.

Factores administrativos

Diversos factores administrativos, tales como la corrupción y la eficiencia, han sido utilizados para medir las condiciones burocráticas que los inversionistas extranjeros se enfrentarán a la hora de decidir dónde ubicar su inversión.

Aunque Smarzynska y Wei (2000) señalan que los altos niveles de la corrupción gubernamental reducen la entrada de inversión, la lógica general se sustenta en la relación negativa, puesto que la corrupción tiende a elevar los costos (bajo la necesidad de pagar sobornos) y la incertidumbre asociada con la inversión en un lugar determinado. Como tal, los inversores esperan evitar lugares donde los niveles de corrupción y la malversación se considera elevada (Samford y Ortega, 2014).

Una economía corrupta no provee a sus competidores apertura y acceso al mercado equitativo. El precio y la calidad llegan a ser menos importantes que el acceso cuando se da un soborno. Los pagos en los países anfitriones no tienen un valor oficial de mercado, y de ahí el aumento de los costos de los bienes cuando son comparados con el mercado competitivo. Este puede ser el mayor desincentivo para los inversores extranjeros (Egger y Winner, 2005).

No obstante, de acuerdo con Habib y Zurawicki (2002), la corrupción parece ser un factor no determinante para la atracción de IED en términos absolutos, ya que países como China, Tailandia y México reciben relativamente altos flujos de inversión a pesar de que se percibe un alto nivel de corrupción, mientras que países como Vietnam o Papúa Nueva Guinea son percibidos como corruptos y reciben modestos ingresos de IED, por lo que el factor de la corrupción resulta paradójico y su análisis debe ser tratado con mucho cuidado.

Sobre la base del marco teórico descrito, así como la disponibilidad de la información estadística, el siguiente cuadro concentra las variables que se utilizan para el presente estudio.

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 2 Variables para la determinación de los factores de influencia de la IED en APEC 

Método estadístico y resultado

Mediante un modelo de regresión de datos de panel ponemos a prueba las relaciones esperadas, usando como variable dependiente los flujos que ingresan de IED a cada una de las veintiuna economías de APEC. Los veintiún paneles incluyen una serie de tiempo de 1989 a 2012 con cada una de las variables independientes. Debido a la probabilidad de heterogeneidad, se utilizó la prueba de especificación de Hausman para identificar si debían utilizarse los efectos fijos o los efectos aleatorios. Los resultados de la prueba (X² =5.21 p=.51) fallan para rechazar la hipótesis nula y recomendar el uso de los efectos aleatorios por encima de los efectos fijos.

En el modelo de regresión nos centramos primordialmente en los siguientes elementos: si los coeficientes tienen la dirección y la importancia que se espera y se revisa la cantidad total de variación que explica a la IED indicado por el R².

Los resultados del modelo revelan, como era de esperarse, que la IED que ingresa a las veintiuna economías que conforman la APEC se ve afectada por el tamaño de mercado/aglomeración con un aumento del 0.98 de la inversión por cada 1% que incremente el PIB por país. Asimismo, la riqueza individual tiene un impacto positivo significativo sobre la IED. El nivel salarial muestra un impacto negativo y significativo sobre la IED, como se predijo. Por su parte, los niveles educativos afectan de manera positiva y significativa a las inversiones, al igual que la cantidad de fuerza laboral disponible. El índice de corrupción muestra una asociación negativa sobre la IED, pero sin nivel de significancia, lo que puede indicar que los inversionistas pueden ser tolerantes con la corrupción existente en los países anfitriones, siempre que no afecte sus intereses.

Finalmente, el R² para este modelo indica que las variables independientes explican en poco más del 70% de la variación de la IED en la región de la APEC.

Lo que surge de este modelo estadístico es una impresión muy clara de la dinámica de la IED en la región de la APEC, ya que los resultados son consistentes con lo que señalan los modelos teóricos -tal como Lim (2001), Samford y Ortega (2014), Jones (1988) y Jordaan (2008), por mencionar solo algunos-, que predicen que el tamaño del mercado será uno de los factores principales que determinen los niveles de inversión, así como una mayor riqueza individual que cubra las expectativas de aquellos inversionistas que buscan el mercado interno.

Así, los inversionistas que tienen como uno de sus objetivos principales comercializar sus productos o servicios en el país anfitrión definitivamente buscarán que este posea un tamaño de mercado amplio, sólido y con poder adquisitivo alto, por lo que no es coincidencia que Estados Unidos, Australia y Canadá aparezcan como algunos de los principales receptores de IED en la APEC.

A la par, muchos inversionistas buscarán reducir sus costos ubicándose en los países con salarios más bajos, pero, a la vez, mejorando la calidad de sus productos, al buscar mano de obra cada vez más calificada. Por ello México, Chile y China figuran dentro de la lista de los primeros diez países con mayor atracción de IED. Si bien hay inversionistas que se enfocan en el mercado interno, un factor que siempre estará ante las expectativas de los inversionistas es el nivel salarial, ya que, conforme este sea mayor, sus costos de producción se elevarán, y por tanto el margen de utilidad tenderá a disminuir. En el modelo econométrico, la variable salarios presenta una relación inversa en relación con los niveles de atracción de IED en APEC, lo que indica que, a medida que los salarios se eleven, desincentivaran a las inversiones, al menos a aquellas cuyo objetivo principal sea la reducción de costos de producción.

El hallazgo que puede llamar la atención es que el modelo sugiere que a los inversionistas no les preocupan los niveles de corrupción, lo que se puede explicar entendiendo que algunos de los principales países concentradores de IED en la APEC, tales como Estados Unidos, Hong Kong, Singapur, Canadá y Australia no presentan altos niveles de corrupción, por lo que los empresarios internacionales no lo identifican como un obstáculo o un riesgo para sus inversiones.

Por otro lado, empresarios y representantes de los Estados exportadores suelen estar de un modo indirecto a favor de comportamientos corruptos, ya que en ocasiones la corrupción se convierte en la única salida racional posible y ayuda a no estar en desventaja respecto de sus competidores; además, suelen señalar que "el soborno generalizado opera como un mecanismo de restitución de las condiciones del mercado perfecto" (Malem, 2000:130). Por ello países como México, China y Rusia, aun con altos niveles de corrupción, atraen altos flujos de IED.

*p< 0.01; **p< 0.05; ***p< 0.10. **** no significativo. Fuente: Elaboración propia sobre la base de resultados obtenidos del programa eviews 7.0.

Cuadro 3 Factores de influencia de la inversión extranjera directa en la APEC 

Conclusiones

La IED representa hoy en día, para la mayoría de los países, una oportunidad para mejorar la economía, incrementar el nivel de empleo y aumentar el crecimiento y el desarrollo económico, por lo que desde hace décadas se han realizado diversos estudios con un sinnúmero de herramientas y pruebas, con el objetivo de identificar y analizar los principales factores que inciden en mayor medida en la atracción de IED en un país o una región.

Los gobiernos de países tanto en desarrollo como desarrollados buscan crear condiciones idóneas para atraer mayores flujos de IED como elemento para mejorar sus economías. Se ha comprobado que los factores de tipo económico son los que en mayor medida tienen incidencia sobre la atracción de la IED; sin embargo, existen otros factores que pueden afectar las decisiones de los inversionistas, entre estos están los factores relacionados con los recursos humanos, así como los de tipo administrativo, por mencionar algunos.

La APEC surge con grandes expectativas, con el fin de consolidar el crecimiento y la prosperidad de los países del Pacífico mediante un mayor intercambio comercial y de inversiones. Sus veintiún miembros aportan más de la mitad del PIB mundial y casi la mitad del comercio internacional se realiza en esta zona. Además, concentra a algunas de las economías más poderosas del mundo, así como a algunos de los países más dinámicos económicamente, Debido a la diversidad económica, política, social y cultural de los países que lo conforman, algunos estudiosos señalan que este mecanismo podría tener éxito, aunque otros señalan que difícilmente podría cumplir con sus metas; si bien no ha logrado cumplirlas en su totalidad, este mecanismo funciona más por los acuerdos que existen entre sus miembros y por la dinámica económica de algunos de sus miembros.

Lo cierto es que actualmente, en el contexto de la APEC se han gestado o conformado otros acuerdos de cooperación con características similares, tales como el TPP y el RCEP, cuya característica más distintiva es que están conformados por países con características y objetivos más afines entre ellos.

El presente estudio tuvo como objetivo identificar y analizar algunos de los factores que influyen sobre la IED que ingresa a los países de la Cuenca del Pacífico, considerando el caso de la APEC, con un periodo de estudio de 1989 - 2012, mediante un modelo de datos panel. Los resultados muestran que el PIB es un factor decisivo para la atracción de IED en APEC, al igual que los salarios, solo que este último influye de manera inversa. La fuerza laboral es una variable que afecta positivamente a la IED, ya que implica la disponibilidad de mano de obra en el país anfitrión. El nivel educativo muestra también una relación positiva. Finalmente, el nivel de corrupción presenta una relación negativa con la IED, pero carece de confiabilidad, lo que indica que la corrupción no es un factor muy relevante para los inversionistas al momento de tomar sus decisiones sobre dónde invertir, siempre que esto no afecte sus intereses.

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Recibido: 21 de Septiembre de 2015; Aprobado: 16 de Noviembre de 2015

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