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Valenciana

Print version ISSN 2007-2538

Valenciana vol.10 n.19 Valenciana Jan./Jun. 2017

 

Reseñas

Chantal Maillard. Filosofía en los días críticos. Diarios 1996-1998

Yeimi Yadira Márquez Díaz* 

*Maestría en Investigaciones Humanísticas y Educativas. Universidad Autónoma de Zacatecas

Maillard, Chantal. Filosofía en los días críticos. Diarios 1996-1998. ,, Valencia: Pre-textos, 2010.


Acercamiento a Filosofía en los días críticos: lectura de Maillard desde el “adentro” hacia el “fuera”

Chantal Maillard es una académica y escritora nacida en 1951 en Bruselas, pero de nacionalidad española. Doctora en Filosofía, entre sus intereses destaca la cultura oriental, a la que ha dedicado sus estudios y gran cantidad de investigaciones enfocadas a la estética. Sus publicaciones al respecto datan de 1990, de las que se podrían mencionar algunas como Aproximación a la estética india (1993), La sabiduría como estética. China: confucianismo, budismo y taoísmo (1995), La razón estética (1998) o Diario de Benarés (2001). En el terreno literario cuenta con publicaciones poéticas que le han valido distinciones tales como el Premio Ricardo Molina (1990) con Hainuwele, el Premio Santa Cruz de la Palma (1993) con Poemas a mi muerte y el Premio Nacional de Poesía, otorgado en España en 2004 por su poemario Matar a Platón. Así mismo, ha publicado diarios y ensayos en los que sus impresiones respecto a los temas antes mencionados se agudizan y complementan, ejemplo de ello es Filosofía en los días críticos, libro que se presenta a continuación.

¿Qué es un “día crítico”? Quizá, sea uno de aquellos días en que se suelen tomar decisiones importantes en un momento inadecuado, experimentar estremecimiento o vértigo que advierte una situación compleja, o sencillamente un mal día, uno difícil sin aparente fin. Cualquiera que sea el caso, deviene de una crisis, lo que también hace pensar en catástrofe y calamidad. ¿Qué se hace en un día así? Todo indica que frente a las experiencias apabullantes y desastrosas que resultan de tal situación, Chantal Maillard ha resuelto hablar de sí frente a un cuaderno, ejercitar el pensamiento para entender el propio cuerpo, para entenderse sólo con él.

La autora, pensadora que suele hibridar entre el territorio poético y el filosófico, presenta este libro bajo la premisa de ser producto de los “días críticos”.

En un primer momento el libro parece ser resultado del propio desdoblamiento de la autora y convierte al lector en un profanador de secretos, debido a que parecieran fragmentos muy personales e íntimos. Además, la advertencia de ser diarios escritos entre 1996 y 1998 da la pauta para entenderlos así, como ejercicios de introspección que intentan cuestionar o argumentar sensaciones muy propias que de tan humanas se vuelven universales. Miedo, amor, hambre, cualquier hábito primitivo es descrito y confrontado para hacer de él una experiencia que sobrecoge, al unificar aquello que es inefable en el estado de ánimo con la palabra.

Para Maillard, los fragmentos contenidos son un “ejercicio de egocentrismo” que, como en otros de sus textos, se debaten entre el desapego de su conciencia y la reflexión. Su advertencia es también una manifestación del “yo”, un grito que parte de su centro, y podría decirse que gracias a ese intento de desapego busca una especie de sujeto del pensamiento y de la poesía. Se trata pues de un diario sin fines prácticos, pero que aun así habla de ciclos inmersos en lo cotidiano.

Hasta aquí se ha intentado realizar una lectura desde lo que se ha denominado “adentro” -entendido este lugar como un territorio confortable puesto que está enmarcado y delimitado, además de ser de fácil acceso- y, de esta forma, advertir el rumbo al que conduce la obra.

Dentro de ocho apartados se enumeran distintos fragmentos hasta sumar 383, para los que además se dispone de un mapa en el que se propone el itinerario a seguir dentro de la lectura. Los fragmentos se encuentran marcados con letras; la H corresponde a historias personales; H/S historias personales entretejidas de sueños y recuerdos; FC corresponde a la línea de reflexiones, también llamada por la autora “filosofía del yo o de la conciencia”, elaborada desde la introspección; M es del método u observación de los contenidos mentales; M/K símbolo de la destrucción de las ilusiones y creencias, inspirado en Kālī, diosa hindú de la destrucción; AM argumentos de trama amorosa que deberán leerse con la propuesta del método; la F es una miscelánea de fragmentos filosóficos en el sentido tradicional del término, que incluye aforismos; PC indica pensamiento cíclico, escritos en días de menstruación y que pretenden ser “apuntes para una teoría de la escritura femenina”; P, fragmentos próximos a la contemplación poética; los marcados con E corresponden a escritura en general.

Gracias a las marcas que sugieren leer los fragmentos en un orden propuesto por la escritora, se efectúa un juego que permite desacomodar lo que quizá sea el orden de los días, al tiempo que nos recuerda el acontecer cíclico. El itinerario propone qué apartados corresponden a cada sección con el fin de esclarecer el panorama, de advertir la condición y características de cada fragmento, es un manual de lectura que deviene en una especie de cerco. ¿Benéfico?, ¿innecesario? A partir de esta situación se ha creído que hay distintas maneras de acercarse a tal obra. La primera, a la que se llamó “adentro”, es limitante sin lugar a duda, pero interesante, ya que, como Magritte y su “Trahison des images”, encausa sus intenciones y despoja al lector de incógnitas.

A lo que se denomina “afuera”, pretende referirse a algún indicio externo que encauza la lectura. Una acción que abriga muchas palabras: crítica, posibilidad, opinión, lectura. “Ensayar” las posibilidades de cada idea o palabra que se dibuje en el pensamiento. Desde donde quiera que se intente alzar la vista habrá una situación diferente, una noche, el mar, la lluvia o la muerte, pero siempre se encuentra el mismo cielo. De tal manera, no es gratuito que se hable de “fuera” y “afuera” como ideas diferentes. La autora es quien ha propuesto el primero y es el que parece fundamental para acercarse a Filosofía en los días críticos. Para ella el “fuera” denota el fluir, algo que escapa al pensamiento. Con respecto a esto en el artículo "Poesía y pensamiento" publicado en el número 10 de la revista Minerva. Revista del círculo de Bellas Artes, ella menciona:

Poesía y filosofía son métodos para el acercamiento. Definir y cercar: en todo caso, elaborar los límites. Y laborar en los límites. […] El fuera es lo común, lo que a todos pertenece, lo animal. Fuera es la inocencia. La de todos. Porque fuera no hay yo, no hay alguien.

Un poema es una señal de la inocencia (52).

Para llegar a este punto es que se establecieron las otras dos posibilidades (adentro y afuera) como recursos que dejaran entrever la esencia del texto. Fueron la catapulta para dar el salto a aquella libertad poética que nos permite escapar a las limitaciones del yo.

En este libro, Maillard intenta sobrepasarse a sí misma, a su palabra, incluso a lo que pudiéramos catalogar como filosofía o poesía. Más allá de crear un híbrido, tal vez en Filosofía en los días críticos se pueda leer la inocencia de una imagen, la inocencia de perderse al cerrar los ojos frente al mar y oír la palabra que no existe y arrastra el mar cuando nos mira.

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