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Tla-melaua

On-line version ISSN 2594-0716Print version ISSN 1870-6916

Tla-melaua vol.11 n.43 Puebla Oct. 2017

 

Artículos

Por el gusto de trabajar: construcciones, motivaciones y beneficios de la niñez en situación de trabajo en Tepic (Nayarit)

For the pleasure of working: constructions, motivations and benefits of children in a job situation in Tepic, (Nayarit)

Selene Nadezhda Becerra Pérez* 
http://orcid.org/0000-0002-7715-3836

Laura Isabel Cayeros López** 

* Profesora investigadora en la Universidad Autónoma de Nayarit, México, (selenebp@hotmail.com).

** Profesora investigadora en la Universidad Autónoma de Nayarit, México. (lcayerosl@hotmail.com).


Resumen:

Históricamente, niñas y niños han sido considerados seres inmaduros, en etapa de transición, con necesidad de protección y cuidado. Se les asigna la escuela o la casa, donde es posible transmitirles conocimientos y habilidades que los conviertan en adultos; sin embargo, se identifica a la niñez trabajadora como aquella que desafía el orden social establecido.** Por ello, se considera importante cuestionar por qué trabajan niños y niñas, cómo se construyen desde sus labores y qué significa para ellos trabajar. Para este artículo se abordó a 21 niños y niñas en situación de trabajo en Tepic (Nayarit, México), mediante una metodología cualitativa etnográfica, de acuerdo con los enfoques construccionista y relacional de la Sociología de la Infancia, con lo que pudimos acceder a construcciones y significados que ellos atribuyen a sus actividades, e identificar las motivaciones para el trabajo, que se traducen en gusto por trabajar.

Palabras clave: Niñez; trabajo infantil; adultocentrismo

Abstract:

Historically, children have been considered immature beings, in a transition stage, in need of protection and care. They are sent to school or made to stay at home, where it is possible to provide them with knowledge and skills that will help them become adults; however, working children are those who challenge the established social order. For this reason, it is important to ask; why do children work? Does work help them mature? What does it mean for them to work? In this article 21 children that work were approached and interviewed all in the Tepic (Nayarit, Mexico), using a qualitative ethnographic methodology, in accordance with the constructionist and relational approaches of the Sociology of Childhood, This allowed us to access into the personal constructions and meanings that these children attribute to their activities, and identify the motiva tions for working. And why they like to work.

Keywords: Childhood; child labor; adult centrism

Sumario:

1. Introducción / 2. Primeras discusiones sobre la infancia / 3. La niñez desde la sociología de la infancia / 4. El enfoque construccionista / 5. El enfoque relacional / 6. Voces de niños y niñas que trabajan / 7. La importancia del trabajo y las ocupaciones / 8. Motivaciones y beneficios del trabajo para la niñez / 9. Conclusiones

1. Introducción

Para identificar las construcciones que sobre sus actividades tiene la niñez en situación de trabajo en Tepic (Nayarit), en este primer apartado se discuten las conceptualizaciones tradicionales sobre la infancia; enseguida, se retoma el estudio de la niñez desde la sociología de la infancia haciendo énfasis en los enfoques construccionista y relacional. En los resultados se describe brevemente a los sujetos de estudio, sus opiniones respecto a su situación de trabajo, sus motivaciones y los beneficios de su actividad. Las conclusiones señalan que desde la conceptualización adultocéntrica de la infancia se uti lizan los argumentos de la protección y del cuidado de la niñez, con lo que se logra la subordinación y el control del grupo.

Desde la sociología de la infancia se establece un marco teórico que ayuda a entender la construcción social de la infancia como una categoría permanente del sistema social y como un grupo social. Históricamente, en los enfoques tradicionales sobre la infancia, niñas y niños han sido vistos como seres inmaduros, en etapa de transición, con necesidad de protección y cuidado. Esta responsabilidad recae en los padres, en correspondencia con el derecho de propiedad que ellos ejercen sobre los menores, quienes deben estar en la escuela o en la casa, lugares físicos asignados para su socialización, donde es posible otorgarles cuidados y transmitirles conocimientos y habilidades que los conviertan en adultos.

Frente a esto, se identifican niñas y niños "problema" que desafian el orden social establecido, los que no son atendidos como se debe o aquellos que están donde no deben estar.1 Al considerar a la niñez trabajadora como un "problema", se ignora la importante participación económica que tiene en sus familias y se cierra la posibilidad de verlos como una solución a los problemas de pobreza y exclusión social y política en la que viven.2 Es en esta visión donde históricamente se ha enmarcado a la niñez trabajadora, lo que ha promovido una postura abolicionista desde los organismos internacionales, además de establecer políticas públicas que no toman en cuenta la opinión de las niñas y los niños que trabajan como actores sociales.3

En 2016, la Organización para las Naciones Unidas4 estimó que más de 215 000 000 niños y niñas de entre 5 y 17 años en el mundo realizan actividades que se consideran "trabajo". Para el año 2015 se reconocían en América Latina más de 12 500 000 niños en labores peligrosas para su inte gridad física y mental.5 En México, de acuerdo con los datos del Módulo de Trabajo Infantil,6 anexo a la Encuesta Nacional de Empleo (ENOE), se estima que existen 2 500 000 menores de entre 5 y 17 años ocupados, esto es, que realizan actividades económicas, lo que representa 8.6% del total de población en este rango de edad, por debajo del 12.7% de la tasa de ocupación estatal, que asciende a 37 001 personas del mismo grupo de edad que se encuentran realizando alguna actividad económica.

No obstante, las actividades que niñas y niños realizan bajo la protección de sus familias se consideran necesarias en la socialización de la niñez y su aprendizaje, para una vida social y productiva una vez que se convierten en adultos. El objetivo de este documento es identificar las características de las niñas y niños respecto a su situación de trabajo y las condiciones en las que realizan sus actividades, así como establecer las construcciones que sobre sus labores tienen niños y niñas en la ciudad de Tepic (Nayarit), para contrastarlas con las definiciones tradicionales del trabajo infantil desde la visión de los adultos.

1. Tepic (Nayarit), niños y niñas en situación de trabajo por lugar de actividad y acompañamiento de algún miembro de la familia, 2016.7  

Fuente: elaboración propia con base en datos recabados.

Este escrito forma parte de la investigación de tesis doctoral "Trabajar es ayudar, ganar dinero, comprar mis cosas. Niñez trabajadora en Nayarit", donde se dio seguimiento a 10 niñas y 11 niños en situación de trabajo, con un método etnográfico desde los fundamentos teóricos de la sociología de la infancia, específicamente los enfoques construccionista y relacional. El trabajo de campo se llevó a cabo de septiembre de 2014 a marzo de 2016 en calles, centros comerciales y negocios familiares de la ciudad de Tepic (Nayarit), a partir de lo cual se construyó una tipología de trabajo infantil para efectos del estudio.

Las técnicas para la recolección de datos consistieron en observación participante, entrevistas semiestructuradas a padres, madres o tutores de los niños; entrevistas a profundidad con la niñez y construcción de relatos de vida a partir de dibujos y fotografías que realizaron los niños. Todas las técnicas llevadas a cabo con los menores de edad tuvieron el consentimiento de un padre, madre o tutor. Los nombres han sido cambiados para salvaguardar la identidad de los niños.

2. Primeras discusiones sobre la infancia

La forma en que los adultos perciben a los niños ha cambiado durante la historia de la humanidad. Estos cambios han sido graduales y están relacio nados con transformaciones sociales y con la idea de familia respecto a la consanguineidad y el parentesco. La definición etimológica de infancia viene del término latino infans, que significa "el que no habla".8 En la Edad Media la infancia no existía, los niños transitaban, no eran valorados y pasaban rápidamente a sus responsabilidades como adultos, una vez que adquirían habilidades y madurez para dejar de depender de otros.

Cambios económicos y sociales posteriores, como la industrialización y su consecuente asignación de responsabilidades para todos los miembros del grupo familiar, y el encargo a las familias del cuidado y protección de los menores de edad, así como la asignación de éstos al espacio privado (casa y escuela), transformaron la visión de la infancia en seres en desarrollo, valorados y necesitados de protección. Fue cuando se construyeron distintos enfoques para definir y estudiar la infancia. Entre los principales estuvieron el biologicista, de desarrollo psicosocial y pedagógico. El primero busca las mejores maneras de entender a los niños dando cuenta de la infancia como una etapa en la evolución del ser humano, donde se le debe enseñar todo lo que debe saber para que logre llegar a la etapa final del ser adulto. El enfoque del desarrollo psicosocial parte del supuesto de que los niños son seres dependientes, presociales, en transición y que requieren de conocimientos y habilidades para llegar a ser adultos. El enfoque pedagógico establece la escuela como el lugar ideal para la socialización de los infantes, en la que pueden adquirir todas las habilidades y los conocimientos para su vida adulta y productiva, para asegurar la continuidad del orden social establecido. Sin embargo, estos enfoques invisibilizan la experiencia de la niñez en sus diferentes actividades y responsabilidades.

Estas trasformaciones contribuyeron a la visión de la niñez como grupo, pero limitaron la visión de la infancia como categoría permanente del sistema social y como grupo social. Además, desde el enfoque de los derechos huma nos se establecieron los derechos del niño, que parten de los supuestos de la vulnerabilidad y la impotencia de los niños, por lo que la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN)9 establece derechos de protección especial y la consigna familiar del cuidado y atención de los hijos, con lo que se establece el derecho de propiedad de los padres sobre los hijos.10

Martínez y Liebel hacen un análisis crítico de la Convención, ya que en el mencionado documento se insiste en la protección de la niñez al mismo tiempo que se establece el derecho de la niñez a una vida auto determinada y una ciudadanía activa, aunque reconocen que por primera vez se considera al niño como un sujeto de derechos.11

Bustelo, por su parte, afirma que la familia y la escuela son las instituciones que "soportan" la infancia y dan forma al ciudadano, porque cumplen un rol biopolítico que asegura la transmisión del statu quo, al mismo tiempo que define la biopolítica como una modalidad de control y disciplinamiento mediante comportamientos que aseguran nuevas formas de articulación del poder, controlan la vida y conforman una forma de dominación. Afirma que las instituciones no gubernamentales encargadas de la protección de la infancia han contribuido a la legitimación de la dominación de la niñez, de manera que el enfoque de los derechos de la infancia resulta insuficiente para lograr una "protección integral" y el desarrollo "integral" de la ciudadanía.12

Así pues, la sociedad adulta dispuso, desde su punto de vista, un orden para definir relaciones de dominación y control. En un afán por preservar a la infancia de los peligros, se justifica un proteccionismo que merma o nulifica la capacidad de desarrollo autónomo de la niñez y su capacidad de intervenir y actuar en la vida social. Se concibió entonces una idea generalizada rela cionada con las etapas evolutivas biológicas y cognitivas que tienen como fin último la madurez que se debe alcanzar en la edad adulta. La dependencia biológica, psicológica y social del ser humano justifica la protección y con trol a la que los niños son sometidos para su socialización, enseñándoles y transmitiéndoles habilidades para su vida adulta.

De esta manera, se establecieron las bases de las prácticas reformistas que consideran que la solución a los problemas sociales son la extensión de la educación, evitar que los niños trabajen, reforzar a las familias para que cumplan con la encomienda de cuidar, proteger y formar a niños y niñas, así como la regulación formal de la vida de los niños que se realiza desde el Estado y sus políticas.

3. La niñez desde la sociología de la infancia

Hasta hace apenas dos décadas, los niños no se consideraban el objeto formal de estudio de las ciencias sociales, ya que sólo se les asignaba un papel instrumental en relación con el orden del sistema social y el funcionamiento de las instituciones sociales que los consideraban: familia y escuela. Pavez asevera que la nueva sociología de la infancia rompe con este esquema e identifica a la niñez como "una categoría permanente en nuestras sociedades -aunque sus miembros se renueven constantemente- y como un fenómeno socialmente construido y variable en términos históricos",13 por lo que esta autora establece la discusión en torno a la percepción de los niños y las niñas como actores sociales.

Las experiencias de los niños y las niñas hacen evidentes sus ideas y su capacidad de pensar y de ofrecer alternativas de solución para distintas problemáticas. Los niños son constantemente subestimados como agentes de socialización, ya que no se considera la interacción constante con los padres, se espera que el niño reciba atenciones y bienes, pero nunca se espera que el niño otorgue algo a cambio. Sin embargo, se confirma el hecho de que "los niños son actores sociales y contribuyen a su propio desarrollo",14 reconstruyen la familia y transforman la vida de los padres.

En los siguientes apartados se realiza un ejercicio de recuperación de dos de las principales corrientes teóricas en las que la sociología de la infancia se apoya para el estudio de la niñez, el enfoque construccionista y el relacional,15 para una mejor comprensión de los fenómenos que atañen a niños y niñas, en específico el fenómeno del trabajo infantil.

4. El enfoque construccionista

En el enfoque construccionista de la sociología de la infancia los análisis realizados por Chris Jenks,16 Allison James y Alan Prout17 son fundamentales, ya que hacen una crítica al funcionalismo sociológico como marco para estudiar la infancia, de donde James y Prout establecen seis rasgos que se consideran la base de este enfoque: 1. La infancia es comprendida como una construcción social; 2. La infancia es una variable del análisis social; 3. Las relaciones sociales de las niñas y los niños son valiosas para estudiarlas por sí mismas; 4. Niñas y niños son y deben ser vistos como agentes; 5. La etnografía es un método particularmente útil para el estudio de la infancia, ya que permite tomar en cuenta la voz de los niños para la recopilación de datos sociológicos; y 6. La infancia es un fenómeno en relación con la doble hermenéutica de las ciencias sociales actuales. En este enfoque se toma en cuenta el hecho de que la infancia es parte de una estructura social, pero centra su análisis en "la acción social de los individuos, entendida como la capacidad de agencia dentro de los marcos estructurales".18

Por su parte, Mayall comprende a los niños y las niñas como actores sociales con capacidad de agencia por su contribución a la sociedad a través de la división del trabajo en la sociedad capitalista. Vincula las palabras agente y actor con el hacer y el actuar, sin embargo, un actor se rige por los deseos subjetivos y un agente tiene que negociar e interactuar con otros para decidir.19

El autor especifica que en las acciones cotidianas y permanentes de una sociedad se reproduce un orden generacional y de género en el que participan necesariamente niños y niñas.20 Los adultos no requieren justificar el poder que pueden ejercer sobre los infantes, ya que se justifica como el orden "natural" de su estatus superior de adulto. De esta manera, se ignora la praxis infantil, bajo el único argumento de la edad para definir capacidades y competencias de acción. Desde el enfoque construccionista, el "poder elegir" determina la capacidad de agencia de una persona, de manera que se puede afirmar que "las niñas y los niños son agentes porque actúan y construyen en su entorno, producen conocimientos y experiencias"21 de manera distinta a los adultos, que es la única que se considera legítima.

Así pues, el enfoque construccionista toma en cuenta las condiciones específicas de cada contexto en el que se desarrolla el fenómeno de la infancia.

Se comprueba la construcción de la infancia cuando se acepta que depende de factores tan distintos como el género, la clase social, el origen "racial", entre otros, de manera que existen muchas formas de ser niño o niña, existen muchas infancias.22

5. El enfoque relacional

El enfoque relacional tiene a sus mayores exponentes en Berry Mayall y Leena Alanen, quienes abogan por la construcción de una "sociología de los niños", que permita mostrar el punto de vista infantil en las investigaciones y las intervenciones, ya que consideran que la infancia está relacionada con la generación de estatus y poder, especialmente similares al orden del género. Sus principales premisas teóricas especifican el abordaje de "generación" como concepto clave para entender las relaciones entre adultos y niñez, donde la infancia se entiende como un proceso relacional, así como la consideración especial del "punto de vista de los niños", como una forma de acercarse a ellos desde sus propias experiencias y entendimientos, para finalizar con una visión paralela y complementaria entre el "orden generacional" y el orden de género.23

El enfoque centrado en los niños parte de las premisas teóricas del enfoque constructivista, respecto a la afirmación de que las niñas y los niños son actores y agentes, aunque establece que esta acción social infantil sólo puede darse dentro de parámetros de poder minoritario. Esta condición es propiciada por relaciones generacionales de poder a partir de necesidades propias de protección y dependencia. Los niños y las niñas como agentes pueden tener una visión muy clara respecto a su vida presente mas no sobre su futuro.24 El enfoque ha sido especialmente útil en espacios intrainfantiles y con adultos en la familia, la escuela y el barrio.25

La "sociología de los niños" centra su atención en la experiencia de las personas en el presente, aborda a los niños desde lo común, lo que los carac teriza como grupo social y las diferencias con los adultos. Estudia entonces a los niños desde la vida diaria, desde las relaciones de poder y política.26

Así, se considera a la infancia como una categoría relacional para enten der las experiencias de los niños con otros niños y con los adultos, como un proceso que sucede en el tiempo. Con esto se centra la atención en las características de las estructuras sociales, las ideologías, políticas y prácticas

respecto a la infancia y el poder de estas mismas prácticas establecidas por los adultos sobre la infancia.

El feminismo y la infancia comparten algunas cuestiones que resultan importantes para la deconstrucción del niño y de la infancia. En primer lugar, la marginalización de los niños en la sociología y del feminismo académico en sus inicios. Los roles que las mujeres y los niños han desempeñado deben ser replanteados al reconocerse como personas sociales. Hay una estrecha vinculación entre las mujeres y los niños, asignados a la esfera privada de las familias y los hogares.27

Mujeres y niños presentan similitudes, como el hecho de ser considerados grupos minoritarios desde el poder masculino, sin alcanzar la categoría de ciudadanos. Además, el ser "como niños" se asocia con la falta de capacidad y madurez, expresión que se utiliza para describir a las mujeres. Estos tres argumentos se utilizan para considerar lo que es bueno para las mujeres y los niños, sin tomar en cuenta su opinión o sus necesidades. Desde la "marginación paternalista", mujeres y niños han sido considerados un problema social.28

La familia es la institución donde los hombres ocupan un lugar privilegiado y se establecen relaciones de poder desiguales. Las mujeres y los niños hacen del hogar su lugar de trabajo, donde realizan tareas domésticas y escolares. Sin embargo, las mujeres establecen reglas y regulan la conducta de los niños, de manera que ocupan una posición de poder. Así pues, las experiencias de unas y otros en las sociedades presentan diferencias, así como en las relaciones sociales que establecen.29

El concepto de género es relacional, se utiliza para analizar todas las relaciones sociales, de las mujeres, de los hombres y entre ambos. La infancia existe en relación con la adultez. Los niños se representan de acuerdo con la concepción del adulto, pero además el niño construye un sentido de la adultez. Las relaciones de los niños con los demás tienen un orden particular, se les asignan visiones, conocimientos de ellos mismos y de sus relaciones sociales. El sistema generacional es el criterio más relevante de la sociología de la infancia.30

Por otro lado, el enfoque relacional parte de la premisa básica de considerar el punto de vista de los niños. Sus relatos expresan ideas positivas, perciben la infancia como un periodo de vida distinto, divertido, donde se dispone de tiempo libre para el juego y la recreación. Es una etapa privilegiada donde se cuenta con protección y provisión, con intensos procesos de aprendizaje. Aceptan la obediencia a los adultos, aunque reconocen que no se les respeta su derecho a participar. Se perciben como un grupo social, aceptan lo bueno y lo malo. Sus relatos reflejan sus experiencias, determinadas socialmente.31 Entonces, la sociología de la infancia que considere el género y la generación tienen como temas clave la división del trabajo para los niños, en la escuela y en el hogar, los niños como agentes de cambio y el punto de vista de los niños.

6. Voces de niños y niñas que trabajan

Niños y niñas en situación de trabajo se encuentran en muchos lugares de los conglomerados urbanos. En una primera aproximación, se identificaron tres grandes grupos: 1) los paqueteros o "cerillitos", 2) quienes trabajan o ayudan con el grupo familiar y 3) los que se encuentran en la calle realizando algunas actividades que pueden considerarse trabajo.

Esta primera clasificación responde al lugar donde se encontraron niños y niñas realizando sus actividades considerando su incorporación a las actividades productivas del grupo familiar. Conforme el trabajo de campo fue avanzando, se identificaron algunas situaciones que responden a las mismas características pero que resultan de interés particular porque crean condicio nes distintas para los sujetos de estudio, por ejemplo, el sexo y el acompaña miento de otros miembros del grupo familiar, que se encargan de negociar las condiciones en las que se incorporan los niños al trabajo, los horarios, las actividades y el pago que reciben.

De esta manera, durante los meses de septiembre del 2014 a marzo del 2016 se dio seguimiento a 21 niños y niñas, pertenecientes a 14 grupos familiares. Además de las actividades asalariadas (paqueteros, negocios familiares), se puso especial atención a las actividades domésticas y el cuidado de otros con o sin remuneración, ya que son las niñas quienes principalmente realizan estas actividades, ya sea en el hogar propio o ajeno.

Dentro del primer grupo, niños paqueteros, se seleccionaron dos mujeres y un hombre que empacan productos en una empresa con permiso de sus padres, los tres cumplen con la edad legal de 15 años para el ingreso a las actividades remuneradas, asisten a la escuela y se ajustan a cuatro horas de trabajo diario. También, se consideró a niños que son paqueteros menores de 15 años y que además reciben un apoyo económico por realizar algunas tareas adicionales en la tienda donde empacan, por lo que se pueden considerar empleados informales, por acuerdo verbal y sin prestaciones legales. La diferencia principal entre estos niños respecto a los tres primeros es que son empacadores en la misma empresa en la que trabaja su mamá y ella es quien se encarga de asignarles tareas, los vigila para que cumplan con sus responsabilidades y está al pendiente de su alimentación y sus horarios, con el fin de que se retiren a tiempo para asistir a la escuela.

Respecto al segundo grupo de observación, se consideraron niños y niñas que trabajan o ayudan en las actividades productivas de la familia, donde otros miembros del grupo les enseñan un oficio en la práctica cotidiana, algunas veces en el mismo lugar donde habitan. En este grupo se encontraron algunos casos en los que los niños fueron entrenados y enseñados a realizar alguna actividad por sus familiares, pero trabajan con personas ajenas al grupo familiar. Mediante acuerdos verbales, se permite que niños y niñas realicen actividades consideradas trabajo en otros lugares, y generalmente realizan actividades relacionadas con roles de género socialmente asignados.

Así, las niñas cuidan niños más pequeños, cocinan y limpian en el ámbito de lo privado. Las madres hacen acuerdos con otras mujeres y verifican que las niñas tengan condiciones adecuadas para estar en otros lugares, bajo al cuidado de quién permanecen, cuántas horas y cuáles son las actividades que realizan. Por otra parte, a los niños se les deposita bajo la tutela de algún pariente o conocido para realizar actividades en el ambiente de lo público, donde se les refuerzan características asociadas con la masculinidad, como independencia y mayor fortaleza física para tolerar muchas horas sin dormir trabajando en horarios nocturnos y en contacto con personas desconocidas, puede ser a la intemperie, expuestos a cambios de clima y piquetes de insectos.

Respecto al grupo de situación de trabajo en la calle, sólo se pudo tener contacto con varones, con quienes se hizo necesario hacer una subdivisión que responde al acompañamiento que estos niños pueden o no tener. Esta distinción determina las horas que se dedican a la actividad, el lugar, las condiciones, la cantidad y el uso de los ingresos, donde no necesariamente el acompañamiento significa mejorar las condiciones del niño.

7. La importancia del trabajo y las ocupaciones

Con la finalidad de identificar la importancia que otorgan los niños a su situación de trabajo y considerando que la escuela ha sido asignado el lugar del deber estar de los niños,32 además de que la educación se asume como un derecho de la niñez,33 se les preguntó a niños y niñas a qué se dedican y se les pidió que describieran las actividades que realizan durante el día, de manera que pudieran expresar lo que consideran más importante y sus preferencias en cuanto a actividades.

La mayoría de las niñas y niños entrevistados manifestaron que el trabajo es su primera ocupación, y trasladan la escuela a la segunda y hasta la tercera ocupación.

Memo: "Yo me dedico a trabajar" (12 años, ayudante de mesero).

Diego: "Me dedico a trabajar y estudiar" (17 años, ayudante en puesto de hamburguesas).

Fabricio: "...trabajo en los semáforos... la escuela en la que estoy ahorita no la quiero, así que para mí el trabajo es más importante porque es mi fuente de dinero, con la que me puedo comprar, a lo mejor no son necesidades básicas pero sí para lo que ocupo" (16 años, hace malabares y pide dinero).

Pablo: "Me dedico a trabajar. Trabajo con mi tío, soy el mesero" (9 años, ayudante en puesto de hamburguesas).

Estas niñas y niños enfrentan cargas de trabajo distintas que dependen de tres situaciones: la primera se refiere al número de actividades que designan como "trabajo" y que representan la posibilidad de obtener un beneficio económico. En los acercamientos a sus grupos familiares, se observó que la mayoría requiere de diversas fuentes de ingreso, y el ingreso de niños y niñas es un recurso que se utiliza en caso de necesidad, lo que aumenta las cargas de trabajo que ya tienen.34 Además, 11 de 13 niños afirmaron que su primera ocupación es el trabajo, lo que está vinculado con el hecho de que ellos son socializados para desenvolverse en el ámbito de lo público, lo cual les permitirá adquirir habilidades para cumplir con el rol de proveedores en la edad adulta.

2. Tepic (Nayarit). Ocupaciones de los niños en situación de trabajo, 2016.35 

Fuente: elaboración propia con base en datos recabados.

La segunda distinción es la condición de escolaridad, considerando el tiempo que reservan para la escuela, el cumplimiento de tareas y el trabajo en equipo. Se identificaron tres niños que ya no estudian y al menos cinco hombres y dos mujeres que manifestaron rechazo o dificultades para seguir integrados a la actividad escolar, por lo que la escuela se menciona como segunda o tercera opción, lo que nos lleva a la tercera distinción.

Hombres y mujeres asumieron de manera distinta las actividades domésticas como una ocupación más, ya que en la mayoría de las ocasiones se resta importancia al trabajo doméstico debido a que se considera como ayuda para la madre; en la mayoría de estas familias prevalece la división sexual del trabajo, que asigna roles distintos para hombres y mujeres, en los que se espera que ellos sean proveedores y ellas cuidadoras del hogar y la familia, aun cuando se trate de familias monoparentales o extensas donde el mayor ingreso es proveído por la madre.

Además, desde la invisibilidad y la indefinición de la infancia, las actividades que realizan los niños no se reconocen como trabajo,36 sino que se les resta importancia y son vistas como un complemento de las actividades de los adultos, un apoyo, de manera que se confirma el hecho de que se les considere una "ayuda", aun cuando estén realizando actividades productivas por las que reciben una remuneración, como en el caso de Alan, que reparte los desayunos que prepara su mamá y repara zapatos en el taller de su papá, por lo que su papá le paga 30 pesos por hora:

Alan: "... a las siete me levanto y ya me lavo los dientes, la cara, me peino, me cambio, me arreglo y ya vengo a ayudarle a mi amá...le ayudo repartiendo los desayunos del Herbalife...y ya salgo y vengo a ayudarle a mi papá un rato, en el taller..." (15 años, repara calzado).

Podemos reflexionar que la concepción de la infancia que alude a una etapa de transición en la vida de los seres humanos se asocia con una incapacidad física y emocional, y que privilegia mayores cuidados y protección, y por ende, menor responsabilidad y derechos. Así pues, hay una especie de intercambio que establece menos derechos y una mayor protección,37 y es donde se considera el trabajo como una actividad no apta para los menores.

Se crea una visión idealizada de la infancia, que hace pensar en niños y niñas que dependen de los adultos, en general de su madre o padre, y que irán adquiriendo responsabilidades de manera gradual, conforme adquieran edad y madurez; estrechamente vinculados a la escuela e inmersos en procesos de aprendizaje para la vida futura. El trabajo y la conformación de una familia se asocian al tránsito a la vida adulta;38 no obstante, la niñez en situación de trabajo se mantiene en un continuo entre la infancia y la condición de adultez.

8. Motivaciones y beneficios dei. trabajo para La niñez

El enfoque relacional resalta la importancia de otorgar voz a los niños para conocer sus opiniones, puntos de vista y motivaciones respecto al trabajo que realizan, los beneficios que obtienen de su trabajo y lo que más les gusta de trabajar, para el caso que nos ocupa.

Respecto a los motivos que tienen para trabajar, destacó el obtener dinero, ya que 12 de ellos así lo manifiestan, vinculado a la ayuda que proporcionan a sus familias cuando contribuyen al gasto del grupo familiar o para obtener algunas cosas para ellos mismos; nueve mencionan que trabajan por gusto o por la satisfacción que les produce poder trabajar en algo que les gusta hacer; sólo cuatro hablan de la obligación y la responsabilidad que sienten de trabajar para contribuir con sus familias.

También se mencionó entre los motivos el conocer a otras personas, la curiosidad vinculada al proceso de aprendizaje y el aprendizaje en sí mismo, el tener alguna ocupación para no aburrirse en casa y el convivir con los amigos. Entre los motivos también se identificaron las relaciones que se establecen al interior de los grupos familiares, ya que muchos de ellos mencionan la ayuda que proporcionan a sus familias en términos monetarios o en trabajo, lo que puede entenderse como una acción social infantil donde los niños se convierten en actores y agentes, desde un poder minoritario:

Ana: "... lo hago porque me gusta... pues tengo un dinerito para mí, para cuando se me antoja algo no pedirle a mi mamá, para cuando ella no tenga, yo ya tengo algo ahí ahorrado" (12 años, niñera).

Marcia: "... es mi responsabilidad, pero, no me di a explicar, no porque ellos no me den yo no voy a hacer quihacer, sino que yo tengo que hacerlo porque es mi responsabilidad y ahorita, que debo apoyar a mi mamá, así como yo tengo derechos, tengo obligaciones... Les ayudo a mis papás porque, no sé, me gusta, siento que ayudarles sería beneficio así para todos nosotros. siento que es una ayuda más para nosotros porque el sueldo que le puede pagar a otras personas, no es por ser egoísta, pero sería como, sería otro ingreso para nosotros, tanto para los gastos del negocio, porque también se tiene que invertir para vender o para darnos a nosotros. Pues también mis papás, pues me querían enseñar a cocinar, trabajar y eso..." (15 años, ayuda en restaurante de mariscos de sus padres).

Eli: "…empecé a trabajar porque me gustaba ayudarle a mi mamá… empecé aquí porque ocupaba dinero. trabajo por gusto." (15 años, paquetera)…

Pablo: "… yo trabajo para ayudar a mi mamá. Me gusta trabajar para comprarme cosas como mis útiles... sí me gusta ir..." (9 años, empleado en puesto de hamburguesas).

Gustavo: "... no sé, trabajo para ayudar a mi familia o tener mi dinero propio, es lo que me motiva. sí, mi vida ha cambiado, poquito, porque a veces me siento, porque te compras tus cosas, o apoyas a tu familia con algo pues, como a veces mi mamá me pide para comprar las tortillas, pues las compro, o le presto para comprar la comida, son préstamos del gobierno, casi nunca me paga, pero es un apoyo que yo le estoy dando. Sí, les tengo que ayudar..." (17 años, paquetero).

Con sus afirmaciones, niños y niñas demuestran sus procesos de toma de decisiones y el hecho de que pueden tomar en cuenta lo que los demás piensan, hasta el punto de posponer su propio bienestar por el de otros. Además, ejercen un poder entendido desde la representación minoritaria. Así, desde la propia necesidad de protección y dependencia, negocian con otros, demandan derechos, participación y justicia. Las relaciones entre los adultos y los niños estarán entonces mediadas por la autoridad y la obediencia.39

Respecto a los beneficios que los entrevistados identificaron, se pudo observar que se traslapan con las motivaciones que ellos mismos manifiestan, de manera que muchas veces se utilizaron los mismos argumentos para los dos temas. La motivación, entonces, es el beneficio, y viceversa. Así, se puede ver que se duplican las respuestas en la ayuda familiar y el dinero, con una menor incidencia en las obligaciones, conocer personas y los amigos. El apartado del aprendizaje requiere una revisión a detalle por la frecuencia con la que se menciona.

Como se aprecia en la Tabla 3, los beneficios que obtienen los niños por trabajo que realizan está fuertemente enlazado a los motivos que exponen, ya que muchas veces tiene relación con la obtención de un ingreso, lo que se convierte en la posibilidad de tomar algunas decisiones y lograr cierto grado de autonomía, aun bajo la autoridad y poder que ejercen sus padres sobre ellos. Esto, a pesar de que no se pudo identificar una relación directa entre las horas trabajadas y el monto del ingreso, debido a que en la mayoría de los casos los ingresos son variables y el trabajo es esporádico o se realiza sólo algunos días de la semana.

3. Tepic (Nayarit). Niñas y niños en situación de trabajo, por motivaciones y beneficios del trabajo, 2016.40 

Fuente: elaboración propia con base en datos recabados.

Aun así, se logró identificar el origen de los recursos por sueldo, en los casos en los que se paga una cantidad pactada con anterioridad por el trabajo realizado, propina cuando implica voluntad y agradecimiento por parte del que la otorga, ocasional y sin un monto fijo y dinero para gastar, que es una cantidad que otorgan los padres para sus gastos ordinarios, esto sólo se observó en el caso de Marcia, quien ayuda en el restaurante de sus padres.

4. Tepic (Nayarit). Niñas y niños en situación de trabajo, por origen de los recursos y asignación de los gastos, 2016.41 

Fuente: elaboración propia con base en datos recabados.

Como puede observarse, se encontraron similitudes en los criterios de la asignación de los recursos: la mayoría gasta en comida y necesidades personales, como ropa, zapatos y accesorios; también gastan en material escolar y transporte, así como en celulares, computadoras y saldo para el teléfono móvil. Aunque las niñas realizan algunos gastos para el grupo familiar, los niños lo hacen con mayor frecuencia, especialmente en alimentos.

Fabi: "... me pagan 50 y con ese dinero el otro sábado se lo di a mi abuelita para comprar huevo y me compré un agua de frutas, me compré un chicle, unas sabritas, un yoghurt y ya. Ese fin de semana gané 95 o menos. Compré dos borradores, un lápiz y un sacapuntas, y dos libretas con mi mamá ¿verdad mami?" (9 años, empleada y paquetera).

Eli: "... aproximadamente diario salimos de 100, yo veo el beneficio porque gasto en mí, ropa, comida, pago mi celular, a mí me toca pagar los libros, tareas, material, transporte, zapatos, maquillaje, regalos para mis amigas. A mis hermanos les llevo cosas, les llevo a los tres. Ahorita le llevo un caballito al niño, estaba de oferta... El otro día les llevé a las niñas un vestidito, y le dije al niño que cuando haya ropa para él, le voy a comprar. Una vez les llevé unos bolillitos, pero eran para niñas... Les llevo libros de colorear..." (15 años, paquetera).

Marcela: "... más o menos depende de cómo trabajes tú misma, por ejemplo una vez yo me llevé 20 pesos, pero es que nos fuimos a comer y llegamos a empacar y nos corrieron, es que fuimos a Ley a comprar unos nachos y nos tardamos mucho, éramos cinco, y el 24 (de diciembre), saqué 550 en cuatro horas, de hecho me fui a las diez. Lo menos que he ganado son $60. El día de navidad me fue bien, gané $600. Yo uso mi dinero en mis antojos, en saldo o en la prepa, me lo gasto yo. Le compré un regalo a mi hermana y a mi mamá y a mi papá y otra cosa, no me acuerdo qué más compré. Oh, sí, me compré ropa" (15 años, paquetera).

Isela: "Si trabajo 4 horas, gano $70, si son 6 horas, gano $100. Mi dinero lo uso en el transporte, más en saldo para mi teléfono, en comida. en salidas con mis amigas, con mi novio. en ropa y zapatos no gasto. Sí gasto en material para mi escuela. Para mí compro comida (risas). yo ahorro, pero es que compro cosas grandes, para mí. En la escuela, lo que más gasto es en ir al ciber, porque mi compu no sirve, no tengo internet. Hoy gasté $30 en ir al ciber. A veces varía lo que gasto en material en la escuela" (15 años, empleada en puesto de comida).

Ana, Karina y Diana comparten la característica de no cobrar por el trabajo que realizan, ellas reciben por su trabajo lo que dicta la voluntad de las personas que las solicitan para cuidar a sus hijos pequeños. Llama la atención el hecho de que se conformen con el monto que reciban, el cual fluctúa con base en las horas trabajadas y el buen criterio de quien paga. Esto confirma el hecho de que el trabajo que las mujeres realizan al interior del hogar relacionado con el cuidado de otros no es considerado trabajo y no se valora lo suficiente.

Marcia es la única de todo el grupo estudiado que no recibe un sueldo ni trabaja por propinas, ya que ella afirma que limpiar y cocinar en el restau rante de sus padres es una ayuda para todo el grupo familiar, una manera de contribuir. Ella espera entonces que sus padres le compren lo que necesita o alguno de sus gustos.

Entre el grupo de hombres se observan algunas diferencias; en general, se puede afirmar que ellos ganan más que las mujeres y gastan con mayor frecuencia en las necesidades del grupo familiar.

Así pues, puede verse que, aunque niños y niñas no contribuyan de manera directa al gasto familiar, con el ingreso y gasto que ellos hacen contribuyen a la reproducción del grupo, sobre todo al dejar de significar una carga económica para los principales proveedores.

Por otro lado, respecto a las motivaciones que expresan las madres y los padres de familia para la incorporación al trabajo de los niños, se hace especial énfasis en la obligación que tienen de transmitir a los niños habilidades y conocimientos como una preparación para su vida futura, de manera que esto les permita "ganarse la vida", "que no se pierdan", que sean hombres y mujeres "de provecho", de manera que el entrenamiento en las actividades cotidianas les permite enseñar a sus hijos a ser responsables, en el entendido de que estas características les permitirán evitar sufrimientos en su vida adulta

Además, como se aprecia en los apartados anteriores, los niños encuentran en su situación de trabajo, además de motivos y beneficios referentes al hecho de recibir un ingreso, un placer por algunos aspectos del trabajo que realizan, como la actividad en sí misma, la convivencia con otras personas y dedicarse a lo que más les gusta. Los más pequeños hacen referencia al gusto y las emociones que sienten cuando trabajan, específicamente a algunas de las actividades que realizan:

Pablo: "… me siento contento en el trabajo, me gusta ir a trabajar, me gusta ayudarle a la gente" (9 años, empleado en puesto de hamburguesas).

Fabi: "… lo que más me gusta de mi trabajo es ayudarle a mi mamá, acomodar jugos, barrer y trapear" (9 años, empleada y paquetera en abarrotera).

Edgar: "… de mi trabajo me gusta que soy rápido para limpiar, y que el semáforo se ponga mucho tiempo en rojo" (12 años, limpia vidrios, pide dinero).

Alan y Marcia expresan abiertamente que disfrutan realizar un trabajo. Él afirma que "saborea" el trabajo, que le gusta y que no sabría qué hacer si no se dedicara a trabajar, lo que se puede interpretar como dar sentido a la vida mediante el trabajo. Marcia, por su parte, expresó cómo disfruta y se divierte aprendiendo cada día en su trabajo:

Alan: "Pues coser en las máquinas, voy a quedarme con el taller. Pues, el trabajo de mis sueños no es, pero pues sí, me gusta trabajar aquí. ahorita sí ya como que me "saboreo" cuando estoy cosiendo y esas cosas, ya me gusta más. Dice mi papá que ya coso mejor que él y eso a mí me sorprende porque él tiene más años que yo. Me gusta estar en el taller, porque si no estuviera en el taller, ¿que estuviera haciendo?, en las mañanas pudiera andar de vago, no sabría la verdad lo que haría si no fuera a trabajar." (15 años, repara calzado).

Marcia: "… que se disfruta fíjese, este, no sé, al momento de preparar, ¡ay! de que ya se apiló la gente, pero es divertido porque uno está aprendiendo muchas cosas, como las preparaciones, el cómo es la gente, en cómo se maneja un negocio, en cómo debemos de trabajar, en cómo debemos de cobrar, en cómo debemos dar el trato a las personas. me siento a gusto en el trabajo con mis papás, como que estamos en confianza." (15 años, ayuda en restaurante de mariscos).

Parte del disfrute que se tiene en el trabajo es la convivencia con las personas, Ana y Diana se consideran a sí mismas "niñeras" (les gustan los niños pequeños) y les gusta pasar tiempo con las niñas que cuidan, emocionarse por algunas cosas y jugar con ellas:

Ana: "... jugar con ellas [las niñas que cuida]..." (12 años, niñera).

Diana: "… lo que más me gusta de cuidar a los niños es cuando se emocionan por algo, por ejemplo A... cuando estaba el show navideño, cuando trajeron el show de Maléfica, la llevamos y lo que más me gustó fue la expresión de las niñas al ver a las muchachas patinando, diciendo que eran brujas. eran sus caras de emoción y también me pasa con S. que le enseño algo o hago algo y ella se emociona, como con una lamparita, se la prendo y le digo: "sóplale", ella le sopla y yo la apago y se emociona como si ella la apagara como una velita." (17 años, niñera).

Isela, Carlos y Marcela encuentran en el trabajo una forma de entretenerse, de hacer algo divertido, conocer personas y pasar un rato agradable en compañía de otras personas, con la ventaja adicional del pago:

Isela: "... me gusta trabajar porque es como otra cosa qué hacer. Antes no tenía nada, ya hasta me aburría de estar en mi casa, es otra actividad, otra responsabilidad, es otro entretenimiento, te entretienes con las personas, conoces a las personas, pasas tiempo fuera y no estás encerrada ahí en tu casa, sin nada qué hacer, además te pagan." (15 años, empleada en puesto de comida).

Carlos: "… eh, pues de venir aquí a trabajar con mi mamá, pues lo que más me gusta hacer es empaquetar y pues así convivo con las personas y me la paso platicando con mi mamá, y así. del trabajo de con mi tío, pues me gusta despachar, la verdad, porque así es la gente que conozco, platico con ellos, y más cuando estoy trabajando con mi tío y hay mucha gente nos quedamos a cotorrear." (14 años, empleado y paquetero en abarrotera).

Marcela: "… lo que más me gusta de estar aquí es estar sentada platicando [carcajada], entre la escuela y el trabajo yo prefiero el trabajo porque en la escuela a veces me enfado, nos ponen a trabajar mucho y me enfado, y acá me puedo sentar, comprar, comer a gusto y allá no." (15 años, paquetera).

Fabricio ha tomado con especial firmeza la determinación de dedicarse a lo que le gusta, expresa que para él no existe otra opción para ser feliz, aunque reconoce que en su oficio los ingresos no son seguros. Esto podría reconocerse como agencia infantil, ya que se convierte en un actor social al construir y determinar su vida en torno al oficio de malabarista:

Fabricio: "… y si es lo que te gusta, es preferible hacer algo que sí te gusta y es peor perder el tiempo en algo que no quieres. Es preferible vivir feliz... digo... la vida se vive una vez. Voy a hacer lo que me gusta, aunque no tenga el dinero seguro, prefiero hacer lo que me gusta" (16 años, hace malabares, pide dinero).

9. Conclusiones

Desde una conceptualización adulto céntrica, se utiliza la edad para definir a los niños como un grupo minoritario, como seres incapaces y en tránsito hacia el ser adulto. Con este argumento se logra la subordinación del grupo y su asignación a dos lugares: la escuela y la familia, donde se les transfieren conocimientos para su socialización y asignación de roles que se convertirán en rasgos de su identidad.

Los adultos construyen un discurso en torno al valor del trabajo como parte de las responsabilidades que tienen con los menores, lo que responde a dos cuestiones: por un lado, el derecho de propiedad que tienen los padres sobre sus hijas e hijos y, por otro, la conceptualización de la infancia donde se plantea la incapacidad de la niñez en razón a su edad, de manera que el trabajo es considerado como un elemento necesario para la formación y la preparación de los menores para su vida futura.

Por lo anterior, se afirma que prevalece una postura adulto céntrica que privilegia la formación y la educación de los menores como parte de la socialización que realizan los adultos al interior de las familias, por encima de las restricciones legales para el trabajo infantil, de manera que se asume que las actividades que realizan los niños son una "ayuda" para el grupo familiar, sin llegar a reconocerlas como "trabajo".

Sin embargo, cuando se cuestionó a los niños respecto a sus propios intereses se identificaron algunas cuestiones importantes, como el hecho de que su primer interés es el trabajo, lo que puede definirse como su primera identidad. El lugar de trabajo, las condiciones, el horario, las actividades, el beneficio y el acompañamiento estarán determinados por la edad y el sexo de los niños.

De acuerdo con el punto de vista de los niños, las motivaciones que tienen para trabajar son diversas, aunque la que más se menciona es tener un ingreso que les permita tomar decisiones en relación con la asignación en los gastos propios y de la familia, el bienestar que les produce realizar una actividad que les gusta, conocer a otras personas, aprender, convivir con los amigos y tener alguna actividad para no aburrirse en su casa. El trabajo entonces es para las niñas y los niños una actividad gratificante, relacionada con la preparación que ellos deben tener para la vida futura. Se identifica un discurso elaborado y transmitido por los adultos respecto a los rasgos positivos del valor trabajo, que no alcanza a ser entendido y explicado por los más pequeños.

Las niñas y los niños son nuestros, reflejan lo que han interiorizado, pero al mismo tiempo son independientes, tienen sus propias formas de ver el mundo, de interpretarlo, de estar en él, construyen un mundo distinto al de los adultos, donde crean y recrean sus propias identidades. Como agentes y actores sociales, ellos crean las condiciones para poder llevar a cabo un trabajo remunerado, de negociar, hacer presión y obtener lo que ellos quieren, de manera que rompen con el orden social establecido y transgreden el deber ser y el deber estar de la niñez en la sociedad. Necesario es entonces reconocer la visión de las niñas y los niños como sujetos, con derechos y obligaciones, que tiene voz y opinión en los asuntos que les atañen.

Así, estas muestras de autonomía pueden considerarse la posibilidad de emancipación del orden biopolítico opresor y, a su vez, la consolidación de la infancia como una categoría social.

Finalmente, a manera de esbozo de una política pública más adecuada, se propone la urgente necesidad del reconocimiento de la participación de la niñez en los ingresos de las familias y una mayor regulación en los espacios de trabajo, en la búsqueda del beneficio de los niños trabajadores.

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Origen de las Palabras, 2016. Disponible en: http://etimologias.dechile.net/?infanciaLinks ]

**Gaitán, Lourdes, Sociología de la infancia, Madrid, Síntesis, 2006.

1Ibid.

2Figueroa, Elvira, "Los NNATS y la canasta básica familiar: una contribución significativa para la gober-nabilidad del país: caso Perú", Revista Internacional NATs, núm. 20, 2011, pp 15-22. Disponible en: http://ifejant.org.pe/Archivos/REV20.pdf.

3Pavez, Iskra, "Infancia, división sexual del trabajo: visibilizando a las niñas trabajadoras en el servicio doméstico de Perú", Nomadías, núm. 17, 2013, pp 109-132. Disponible en: http://www.nomadias.uchile.cl/index.php/NO/article/view/29941.

4Organización para las Naciones Unidas, ONU, 2016. Disponible en: http://www.un.org/es/events/chil-dlabourday/background.shtml.

6Inegi, 2013. Resultados del Módulo de Trabajo Infantil. Disponible en: http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/proyectos/encuestas/hogares/modulos/mti/mti2013/default.aspx.

7Se utilizan seudónimos para proteger la identidad de los niños.

8Origen de las palabras, 2016. Disponible en: http://etimologias.dechile.net/pinfancia.

9Convención sobre los Derechos del Niño, ONU, Disponible en: http://www.unicef.org/mexico/spanish/mx_Convencion_Derechos_es_final.pdf.

10Gaitán, Lourdes, op. cit.

11Liebel, Manfred y Martínez, Marta, Infancia y derechos humanos. Perú, IFEJANT, 2009.

12Bustelo, Eduardo, El recreo de la infancia: Argumentos para otro comienzo, Argentina, Siglo XXI, 2007, pp. 137-138. Las comillas son del autor.

13Pavez Soto, Iskra, "Sociología de la infancia: las niñas y los niños como actores sociales", Revista de So ciología, núm. 27, 2012, pp. 81-102. Disponible en: http://www.facso.uchile.cl/publicaciones/sociologia/articulos/27/2704-Pavez.pdf.

14Amber, 1992, citada por Gaitán, 2006, p. 26.

15Gaitán, Lourdes, op. cit.

16Jenks, Chris, Childhood. NY, Routledge, 1996.

17James, Allison y Prout, Alan, Constructing and reconstructing childhood' contemporary issues in the sociological study of childhood, UK, Routledge, 1997.

18Pavez Soto, Iskra, op. cit.

19Mayall, Berry, Towards a sociology for childhood, UK, Open University Press, 2002.

20Mayall, Berry, op. cit.; Lourdes, Gaitán, op. cit.; Pavez Soto, Iskra, op. cit. cita a Qvortrup, 1992.

21Pavez Soto, Iskra, op. cit., p. 95.

22James, Allison y Prout, Alan, op. cit.; Pavez Soto, Iskra, op. cit.

23Pavez Soto, Iskra, op. cit. cita a Alanen,1994, p.31; Mayall, 2002; Gaitán, 2006; Mayall, Berry, op. cit, p. 1; Lourdes, Gaitán, op. cit., p. 87.

24Las cursivas son del autor.

25Mayall, Berry, op. cit.; Pavez Soto, Iskra, op. cit.

26Lourdes, Gaitán, op. cit.

27Lourdes, Gaitán, op. cit., cita a Alanen, 1994.

28Lourdes, Gaitán, op. cit., cita a Oakley, 1993.

29Ibid.

30Lourdes, Gaitán, op. cit., cita a Alanen, 1994.

31Mayall, Berry, op. cit.

32

Ariès, Philippe, El descubrimiento de la infancia. Elniñoy la vidafamiliar en el Antiguo Régimen, Madrid, Taurus, 1987. Disponible en: https://www.academia.edu/1983436/Bibliograf%C3%ADa_de_Philippe_ Ari%C3%A8s_en_castellano, http://201.147.150.252:8080/jspui/bitstream/123456789/1346/1/ Texto%2015.pdf;

Bustelo Graffigna, Eduardo, "Notas sobre infancia y teoría: un enfoque latinoamericano", Salud Colectiva, vol. 8, núm. 3, septiembre-diciembre 2012, pp. 287-298. Disponible en: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S185182652012000400006&script=sci_arttext.

33Pavez Soto, Iskra, op. cit., cita a Cordero, 2012.

34Camarena Córdova, Rosa María, op. cit., cita a Gonzáles de la Rocha, 1994.

35*Se utilizan seudónimos para proteger la identidad de las y los niños. TD: trabajo doméstico, CO: cuidado de otros, Ay: ayuda

36Liebel, Manfred, Entre protección y emancipación. Derechos de la infancia y políticas sociales, Universidad Com plutense de Madrid, Madrid, 2007.

37Lourdes, Gaitán, op. cit.

38Camarena Córdova, Rosa María, "Actividades domésticas y extradomésticas de los jóvenes mexicanos", en Ariza, Marina y De Oliveira, Orlandina (coords.), Imágenes de la familia en el cambio de siglo, Ciudad de México, Instituto de Investigaciones Sociales/UNAM, 2004, pp. 89-134.

39Mayall, Berry, op. cit.

40*Se utilizan seudónimos para proteger la identidad de los niños.

41Se utilizan seudónimos para proteger la identidad de los niños.

Recibido: 03 de Septiembre de 2016; Aprobado: 31 de Mayo de 2017

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