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Península

Print version ISSN 1870-5766

Península vol.16 n.2 Mérida Jul./Dec. 2021  Epub Sep 20, 2021

 

Artículos

Introducción. Procesos turísticos en la península de Yucatán

Claudia Dávila Valdés

Elda Moreno Acevedo


El turismo es una actividad de origen reciente que, según los especialistas, está estrechamente vinculada con el surgimiento de la sociedad moderna, de tal forma que hacer o practicar turismo se considera un signo distintivo de la "civilización del ocio" y la realizan un número creciente de personas en el mundo. Hoy en día, países, regiones y localidades llevan a cabo esfuerzos considerables para convertirse en un destino atractivo dada la derrama económica que esta actividad conlleva. Así, por ejemplo, encontramos que en la península de Yucatán el turismo se ha convertido en uno de los ejes principales del desarrollo económico, de suerte que en las últimas décadas la actividad turística ha permeado tanto espacios rurales como urbanos, provocando transformaciones en las sociedades y en su entorno. Dada su importancia, encontramos pertinente, en estos tiempos, realizar investigaciones que aborden el turismo desde diversas perspectivas, pues se observa que sus impactos van mucho más allá de lo meramente económico y es que la actividad, dondequiera que se lleve a cabo, genera rápidos cambios sociales y territoriales.

Desde la perspectiva estatal, el panorama es distinto para cada uno de los tres estados que componen la península de Yucatán. En el caso de Quintana Roo el turismo es una actividad consolidada: en 2019 era la principal fuente de su economía pues representaba casi el 90 % del producto interno bruto. En ese mismo año, en Yucatán, el turismo representó el 2.4 % del PIB, sin embargo, se presentaba como una actividad en crecimiento que atrae inversión extranjera. Por su parte Campeche, desde el 2016 comenzó una transición por la caída del sector petrolero que representaba el 80% de la economía local. En los años posteriores, el estado mostró una gradual reconversión de su estructura económica hacia otras actividades, donde el turismo comenzó a ganar importancia, aportando para 2018 alrededor del 1 %. Es una realidad que para la segunda década del siglo XX la actividad turística ocupaba ya un papel importante en el desarrollo de la Península y ésa es la razón por la que consideramos de suma importancia hacer un balance general para conocerla en todas sus dimensiones y después, para crear conciencia y generar propuestas que maximicen los beneficios socioeconómicos y disminuyan los costos ambientales.

El objetivo de este número temático es hacer una aproximación sincrónica y diacrónica a los procesos que el turismo y las movilidades humanas han generado en la península de Yucatán, poniendo énfasis en el conjunto de cambios sociales, económicos, culturales y territoriales. Hoy en día los estudios turísticos tienen diversas ópticas de aproximación y ésa es la razón por la que decidimos presentar un número temático con investigaciones centradas en el estudio del fenómeno turístico a través del tiempo en el espacio peninsular. Cabe mencionar que estos artículos son el resultado de investigaciones previas a la pandemia ocasionada por el SARS-COV-2. Los territorios que abarca este número son las zonas arqueológicas de Chichén Itzá, Tulum y Cobá, las comunidades de Ek Balam y Santa Elena, así como las ciudades de Playa del Carmen y Mérida. En cada uno de ellos se explican los diferentes procesos turísticos, cuyos efectos y resonancias trascienden la Península.

La dimensión económica del turismo es el punto de partida de este número temático. En el preámbulo, Raúl Paz Noriega y Álvaro Quiñones Aguilar presentan cómo, desde 2006 hasta 2018, se ha ido modificando la economía en Yucatán a partir del turismo. El objetivo es entender el crecimiento y la importancia de esta actividad en el contexto de las dinámicas nacionales e internacionales y cómo las variables de la oferta y demanda se traducen en un crecimiento local, lo que permite conocer su importancia en el estado. El análisis de las cifras del turismo demuestra que hasta 2018 era una actividad en rápida expansión en el mundo. Durante las primeras dos décadas del siglo XX, el movimiento de turistas alcanzó niveles de crecimiento sin precedentes en la historia de la humanidad. Los viajeros gastan en rubros diversos como hospedaje, alimentación, transportación interna, tours, visitas a lugares y souvenirs, entre otros. Como nos demuestra el análisis de Paz Noriega y Quiñones, los datos cuantitativos muestran mucho más que crecimientos y descensos en las gráficas, los datos sirven para la toma de decisiones y para la reflexión sobre el rumbo adecuado de una economía.

El texto "La historia del turismo en México. Primeros destinos, primeros turistas", de Elda Moreno Acevedo y Fernando Enseñat Soberanis, es un viaje al pasado de Yucatán para conocer cómo inició la actividad en este territorio. Los autores documentan tres coyunturas históricas que impulsaron su surgimiento. Encontraron que en 1921 un grupo de empresarios yucatecos y extranjeros fundaron la primera empresa turística de México, en estrecha vinculación con las ruinas de Chichén Itzá. Un año después, el gobierno socialista de Felipe Carrillo Puerto fomentó la llegada de visitantes y, por primera vez, lo incluyó como un interés prioritario del estado. Finalmente, el inicio de la arqueología científica en Chichén Itzá, en 1923, detonó el proceso de difusión internacional de los asentamientos mayas de la región que atrajo el interés de los turistas. Los autores narran cómo, con la construcción de carreteras, la valorización del pasado indígena y de los vestigios mayas y la difusión de la prensa, Chichén Itzá se convirtió en uno de los primeros destinos mexicanos de interés internacional.

Luego, el artículo de Fernando Enseñat Soberanis nos habla de los usos turísticos del patrimonio y nos explica las disputas que convergen entre los valores extrínsecos y las propiedades intrínsecas de un bien cultural. El texto analiza estas diferencias en las zonas arqueológicas de Tulum y Cobá en donde claramente se puede apreciar que los empresarios, por un lado, y los patrimonialistas por el otro, aprecian y defienden elementos diferentes del mismo bien. La tarea es lograr el equilibrio entre la conservación del patrimonio cultural y el aprovechamiento turístico responsable con el fin de sentar las bases de una cooperación entre los dos sectores.

Consideramos que es muy importante no perder de vista la relación entre el turista y las comunidades indígenas. Por lo que este número temático presenta dos experiencias de turismo rural en comunidades como Ek Balam y Santa Elena. Para la primera tenemos el artículo de Yassir Rodríguez y Samuel Jouault, quienes analizan la forma en la que los miembros de la comunidad lograron organizarse y tener una oferta atractiva en donde el visitante ve lo que ellos han decido poner en escena: desde lo cotidiano como el hogar o la milpa, incluso los rituales, hasta lo histórico, en representaciones como las que hacen los jóvenes guerreros mayas. Los autores ponen en relieve la vinculación de las sociedades locales con el proceso de turistificación de los espacios rurales y se argumenta que la presencia de turistas en la comunidad promueve en estos jóvenes una etnicidad vinculada a lo exótico y a lo prístino.

En la misma línea del turismo rural y de experiencias comunitarias, Martha Verónica Macías Aguilar, Rosa Fernández Xicotencatl y Alfonso Munguía Gil presentan un estudio sobre el municipio de Santa Elena, donde la actividad turística se aborda como una oportunidad para el desarrollo local. Su análisis reviste importancia como parte del proceso de turistificación penínsular. Los autores ofrecen un diagnóstico puntal de la comunidad de Santa Elena y evalúan la factibilidad del turismo rural, pues en los hechos existe un manifiesto interés de algunos ejidatarios y de la población en general para realizar actividades para visitantes. Sin embargo, no se ha logrado consolidar el proyecto. Como evidencian los autores, poner en marcha un plan de tal magnitud sólo será posible si existe coordinación entre las autoridades, los operadores turísticos, los ejidatarios y la población, en contraparte con una realidad local con iniciativas esporádicas y aisladas.

En cuanto al turismo urbano, este número temático de Península presenta los impactos de esa actividad en dos ciudades, la primera es Playa del Carmen, en donde Clément Marie dit Chirot aborda el desarrollo urbano, la integración social y el acceso a la vivienda en un barrio popular que en los últimos años ha experimentado una revalorización económica y turística por parte de las autoridades públicas y de la iniciativa privada. Se ilustra el conflicto de un movimiento contradictorio en el que se produce una centralidad urbana a costa, muchas veces, de excluir elementos periféricos de la sociedad.

La segunda ciudad de estudio es Mérida, en la que Claudia Dávila Valdés y Ricardo López Santillán analizan la turistificación y el recreational turn de la parte noroeste del centro histórico de la ciudad, que se presenta como un destino turístico cultural en el que ya se distingue un incipiente proceso de gentrificación. En este texto se analizan las políticas públicas que han impulsado este proceso y las transformaciones socioespaciales, por ejemplo, el embellecimiento de la zona, la llegada de nuevos residentes extranjeros y la aparición de una oferta de servicios más sofisticada, entre la que sobresalen los hoteles boutique, los restaurantes gourmet, tiendas de artesanías de autor y el fenómeno de las galerías de arte.

También para la ciudad de Mérida, Marco Tulio Peraza Guzmán y Blanca Paredes Guerrero analizan la gestión ciudadana desde la segunda década del siglo XX para la protección del patrimonio en su centro histórico que constituye, con sus 8.9 km2, la segunda zona de monumentos más grande del país. Documentan la contribución de estos organismos ciudadanos en la generación de conciencia, de estudios y de propuestas de rescate patrimonial. Sus actividades han logrado incluso reorientar las políticas públicas y revalorizar el centro histórico como un lugar seguro y como un destino turístico.

En suma, esperamos que las experiencias que presenta este número, relacionadas con las movilidades humanas, el viaje y el tiempo de ocio, permitan mejorar la comprensión del fenómeno turístico en la península de Yucatán y puedan generar un diálogo con experiencias similares en otras regiones y países. Con este número dejamos constancia de algunos de los esfuerzos que se realizan en el ámbito peninsular para enriquecer la investigación del turismo como un objeto de estudio, que consideramos ineludible de las ciencias sociales.

Adenda

En marzo de 2020, mientras las investigaciones que integran este número se encontraban en proceso de dictamen, el virus SARS-COV-2, conocido también como COVID-19, surgió, se expandió en el mundo y desató una situación sanitaria sin precedentes por su alcance y duración. Ante el panorama, la oms declaró la emergencia como una pandemia que, a pesar de los esfuerzos, continúa hasta la fecha. A más de un año de la llegada del virus, las consecuencias para la humanidad son serias y su espectro es amplio. Las más urgentes ya están en proceso de investigación, como es el caso del combate al virus y los temas asociados. El turismo, que es el objeto de estudio de este número, fue uno de los sectores más afectados, pues los viajes prácticamente se suspendieron en todo el mundo. La OMT ha calificado el impacto del COVID-19 en el turismo como devastador. Las cifras de enero 2020 comparadas con enero 2021 muestran una caída del 87 % en el movimiento del turismo internacional. Sin embargo, en este momento hay esperanza, con la aplicación de las diversas vacunas y su consecuente descenso de las cifras de contagios. Se ha iniciado una lenta reapertura de fronteras y parcialmente se han reanudado los viajes, sin embargo, las consecuencias y las transformaciones que una situación como esta tuvo en la actividad turística, todavía son un asunto pendiente en las investigaciones académicas. Estamos convencidos, como lo muestra la experiencia histórica, que el turismo es una actividad con alto grado de resiliencia. Sirva entonces este número como un referente para la situación previa al surgimiento de la pandemia y esperamos que en un futuro próximo, en el contexto de pospandemia, podamos también contribuir en los estudios de la recuperación del turismo.

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