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Agricultura, sociedad y desarrollo

Print version ISSN 1870-5472

agric. soc. desarro vol.14 n.2 Texcoco Apr./Jun. 2017

 

Artículos

El cultivo de stevia en Veracruz: ¿Un proyecto de desarrollo?

Virginie Thiébaut1  * 

Ana Fontecilla-Carbonell1 

1 Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales, Universidad Veracruzana. (virginiathiebaut@yahoo.fr)


Resumen

El programa “Prospera”, política social mexicana de transferencias condicionadas, recientemente incluyó la estrategia de “inclusión productiva” como una forma de posibilitar a las beneficiarias la obtención de ingresos mediante proyectos productivos. En el caso de la región de Los Tuxtlas, esta iniciativa tomó forma en la promoción de huertos de stevia, una planta cuyos componentes tienen alto poder endulzante y grandes posibilidades de mercado, incluso a nivel internacional, al ser considerados como endulzantes naturales no calóricos e inocuos para la salud humana. En este estudio, fundamentado en el análisis de los medios de vida de las familias de las beneficiarias del proyecto y el registro de las prácticas de cultivo, procesado y comercialización de la stevia, se observó cómo la rentabilidad del proyecto y sus beneficios sociales potenciales se desvirtuaron cuando fue manejado con fines político-electorales y se dejó de lado el seguimiento de las prácticas productivas.

Palabras clave: huertos de stevia; medios de vida; Programa Prospera; proyecto de desarrollo; uso electoral

Abstract

The “Prospera” program, Mexican social policy of conditioned transfers, recently included the strategy of “productive inclusion” as a way of making possible for beneficiaries to obtain income through productive projects. In the case of the region of Los Tuxtlas, this initiative took shape in the promotion of stevia plantations, a plant whose components have a high sweetening power and great market possibilities, even at the international level, since it is considered as a natural non-caloric and innocuous sweetener for human health. In this study, based on the analysis of the livelihoods of the families of the project’s beneficiaries and the registry of cultivation, processing and commercialization practices of stevia, the profitability of the project was observed and its potential social benefits were misinterpreted when it was handled for political-electoral aims, and the follow-up of productive practices were put aside.

Key words: stevia plantations; livelihoods; Prospera Program; development project; electoral use

Introducción

En el contexto actual de retiro del apoyo estatal al campo, las políticas de transferencias condicionadas han sido determinantes para los sistemas de sustento de las familias campesinas. En este trabajo se examina una innovación reciente que se ha hecho a este tipo de políticas en la figura de “inclusión productiva” dentro de las reglas de operación de Prospera, la cual en el caso particular del estudio implicó la promoción de huertos de stevia entre las beneficiarias del programa en localidades aledañas a San Andrés Tuxtla, en el Estado de Veracruz, con el propósito declarado de permitirles obtener ingresos adicionales. Esta propuesta resulta particularmente interesante ya que, a diferencia de otros proyectos productivos comúnmente destinados al sector social, la stevia se perfilaba como un producto con prometedor potencial de mercado, tanto a nivel nacional como internacional. Este se basa en el interés que importantes compañías transnacionales han puesto en el desarrollo y promoción de este endulzante -motivado por su carácter natural, bajo aporte energético, inocuidad y propiedades medicinales que se le han atribuido a sus extractos- y en el consecuente crecimiento exponencial de sus ventas a nivel mundial.

El propósito de este trabajo se basó en la evaluación de la factibilidad y rentabilidad del proyecto y sus posibles efectos sociales, y se dedicó también -conforme iba avanzando la investigación- a analizar e interpretar las incongruencias que se evidenciaron al estudiar la dinámica del proyecto en el tiempo. Con este fin el texto se ha organizado en tres apartados. En el primero se expone la situación actual del mercado mundial de endulzantes, con el fin de comprender las cualidades y el potencial que tiene la stevia; se relata además cómo su cultivo fue introducido en la región y adoptado por el programa Prospera. En el segundo apartado se describen las condiciones, medios y estrategias de vida de los hogares en las localidades de estudio, así como los cambios y aportaciones que el cultivo de stevia representó en el conjunto de ingresos y organización laboral de las familias beneficiarias y en el territorio. Finalmente, en el tercer apartado se explica cómo la rentabilidad y los beneficios sociales del proyecto se fueron diluyendo por las diversas negligencias e incongruencias en que incurrieron los promotores a lo largo del proceso cuando los fines político-electorales parecieron ser más importantes que los objetivos del mismo.

Metodología y Sustentos

Este trabajo de investigación se realizó mediante recorridos de campo durante los cuales se observaron y estudiaron los cambios socio-territoriales en la región de San Andrés Tuxtla debidos al rápido desarrollo del cultivo de la stevia. Se realizaron en paralelo entrevistas semi estructuradas a 38 productores en seis comunidades (Comoapan, Bezuapan, Salto de Eyipantla, Santa Rosa Abata, Matacapan, Caleria) para entender los inicios, la dinámica de desarrollo y las técnicas del nuevo cultivo1. Se seleccionó a informantes de distintas edades, vocales (representantes de las titulares) y no vocales del programa Prospera, con acceso o no a tierras ejidales, para obtener así los testimonios de una gama diversificada de productores. Predominaron las entrevistas a mujeres por la naturaleza del programa, dirigido a familias de bajos recursos, y cuyas titulares son, en general, las madres de familia2. Además de permitir entender la historia del cultivo, las entrevistas se enfocaron a analizar los medios y estrategias de vida de los hogares (Scoones, 1998). Gracias a este enfoque se pueden observar las interacciones entre políticas macroeconómicas, instituciones locales y procesos que ocurren al interior de los hogares e identificar y valorar “las capacidades, los activos (reservas, recursos, reclamos y acceso), las actividades y el acceso a estos (por medio de instituciones y relaciones sociales) que en conjunto determinan la forma de vida a la que puede acceder un individuo o un hogar” (Ellis, 2000). Los bienes o activos representan la plataforma para las estrategias de vida, donde el acceso a diferentes tipos de “capitales” (financiero, físico, natural, social y humano) provee determinadas capacidades a individuos y hogares para desarrollar sus estrategias (DFID, 1999)3. Estas entrevistas, y otras llevadas a cabo con los responsables del proyecto a distintos niveles (ingenieros de la empresa, delegado estatal de Prospera), permitieron evidenciar las numerosas incongruencias del proyecto, que solamente se pudieron explicar al establecer su vínculo con el proceso electoral acontecido en el estado de Veracruz en 2015. Como lo menciona Auyero (2011), los sistemas de relaciones en dónde se centra el análisis del clientelismo no se dejan ver fácilmente, por lo cual fue solamente a través de preguntas indirectas y de largas charlas informales que se pudo establecer esa relación. Una revisión bibliográfica y hemerográfica profundizada permitió establecer antecedentes sobre estas prácticas de clientelismo para entender el uso político que se hizo del programa social de los huertos de stevia, integrándolo a una larga serie de casos (Vilalta, 2007; Hevia 2007, 2010; Bey y Combes, 2011). Si los testimonios de los actores constituyen una fuente básica en este trabajo, su interpretación y su análisis se realizaron gracias a la información de estas fuentes secundarias.

El mercado mundial de endulzantes y la situación de la stevia en México

Durante siglos, la miel de abeja y el azúcar de caña y de remolacha fueron prácticamente los únicos endulzantes disponibles para el consumo humano. Mientras la caña de azúcar fue traída y expandida en América durante La Colonia, la remolacha se utilizó como endulzante en tierras europeas a partir del siglo XVIII. No obstante el predominio de estos dos endulzantes, durante los últimos 35 años se ha generado una amplia variedad de productos con este mismo propósito (García Almeida et al., 2013), que en su conjunto hoy ocupan 20% del mercado mundial y equivalen a 34 millones de toneladas de azúcar4. La búsqueda incesante de nuevos compuestos5 en esta línea ha estado encaminada a obtener cada vez un mayor poder endulzante y un menor aporte energético, en respuesta a cambios en las preferencias de sectores específicos de consumidores.

Mientras tanto, la producción mundial de azúcar ha experimentado cambios ligeros que señalan un constante incremento en su producción que para el ciclo 2008/2009 era de 143.8 millones de toneladas, incrementándose en los siguientes ciclos hasta alcanzar 177.9 en 2012/2013. Desde entonces se ha registrado una disminución paulatina que se observa en los datos para el ciclo 2015/2016 cuando se produjeron 164.9 millones de toneladas (USDA-FAS-PSD, 2016)6. Otras fuentes, como la Organización Internacional del Azúcar (ISO, 2015)7, estiman que el consumo global de azúcar aumentó ligeramente de 168.4 millones de toneladas en 2013/2014 a 171.5 millones de toneladas para el ciclo 2014/2015 (1.8%), mientras que su producción se incrementó solamente de 171 a 172.1 millones de toneladas de 2013/2014 a 2014/2015 (0.6%). Esta información muestra que se alcanzó una suerte de estado de equilibrio entre oferta y demanda sin que esto implique que se hayan logrado consumir los excedentes de ciclos anteriores. No obstante, si se incluye la producción de azúcar a partir de remolacha, la producción integral de azúcar disminuyó 1.8% entre los ciclos 2012/2013 y 2014/2015.

En este contexto, el principal competidor del azúcar a nivel mundial es el jarabe de maíz de alta fructuosa (JMAF), endulzante desarrollado durante la década de 1970 en EUA y actualmente producido en su mayoría en ese país. Los bajos precios de producción, y con ello la penetración que ha tenido en varios países del mundo, lo hacen fuertemente competitivo respecto al azúcar de caña o remolacha (Secretaria de Economía, 2012). Por su parte, los endulzantes no calóricos han registrado un incremento considerable en los mercados internacionales. De acuerdo con informes de empresas especializadas en análisis de mercado, el mercado global de estas sustancias, no solo como materias primas, sino incluyendo el conjunto de productos derivados, en 2020 equivaldrá a 1.9 billones de dólares (Global Industry Analysts, INC)8. El principal obstáculo a la expansión de este tipo de productos son las críticas a los endulzantes no calóricos sintéticos (como el aspartamo, la sucralosa, la sacarina), con más o menos bases científicas, según sea el caso, en relación con los posibles efectos secundarios nocivos que podrían tener en la salud de los consumidores (toxicidad, carcinogénesis, entre otros) (García Almeida et al., 2013).

En medio de este escenario, la stevia (Stevia rebaudiana) presenta características específicas: es una planta originaria de Paraguay de cuyas hojas se extraen dos sustancias altamente endulzantes (esteviósido y rebaudiósido) y tradicionalmente usada con distintos fines. En la década de 1970 apareció en el mercado japonés y después de reunirse pruebas científicas de su inocuidad estos extractos fueron aprobados para ser introducidos en el mercado norteamericano una década después (García Almeida et al., 2013). A principios de este siglo fueron ampliamente distribuidos por grandes compañías transnacionales9. Tiene un alto poder endulzante (300 veces mayor que el de la azúcar de caña), se puede conservar sin modificaciones en el sabor y sin ganar toxicidad, aun a altas temperaturas; además, su carácter natural y sus diversas propiedades curativas10 le confieren ventajas importantes para competir favorablemente en mercados diferenciados. Tales cualidades explican las estimaciones de la Agencia Internacional Zenith, respecto al aumento en 14 % en las ventas de stevia, tan solo entre 2013 y 2014 a nivel mundial, alcanzando 4670 t con un valor de 336 millones de dólares, y se espera que este monto continúe ascendiendo hasta obtener 578 millones de dólares en 2017 por un total de 7150 t (Food Business News, 2014)11. Su consumo se ha expandido a más de 60 países, particularmente en América Latina; de acuerdo con datos de la consultora Mintel, el número de productos endulzados con stevia crece a un ritmo de 53% anual12.

En el caso de México y de su mercado de endulzantes, la producción de caña de azúcar ha sido creciente desde tiempos coloniales, no solo por su importancia alimenticia sino por las implicaciones económicas, sociales y culturales que ha tenido a lo largo de la historia del país. En la actualidad, las dificultades que atraviesa el sector cañero obedecen a deficiencias tecnológicas, tanto en el cultivo como en el procesamiento industrial, aunadas a malos manejos administrativos y económicos. Por otra parte, la disminución que ha experimentado el consumo de azúcar obedece a la competencia que representa la incursión en el mercado de nuevos endulzantes, particularmente el JMAF (Secretaria de Economía, 2012, 4). La introducción y posterior producción de este endulzante a nivel nacional fue propiciada por el TLCAN, en condiciones de gran tensión debido al manejo discrecional de los acuerdos. Se reporta un incremento de 2000 % en las importaciones de JMAF desde EUA entre 2002 y 2014 (de 35 752 tcbs en 2002 a 802 272 tcbs en 2014, con picos por encima de un millón de tcbs en 2011 y 2012)13. En la actualidad, el consumo nacional de JMAF representa el 30% entre los endulzantes calóricos, mientras que el azúcar cubre prácticamente el 70% restante. Aunado a esto, entre 1970 y 2010 el consumo anual promedio per capita de azúcar en México bajó de 50 a 42 kg (García Chávez, 2011). Este descenso se explica por cambios en las preferencias de sectores específicos de consumidores, así como por la promoción de políticas públicas encaminadas a desincentivar la ingesta de productos que incluyen azúcar en su formulación14.

Como en otros países de Latinoamérica, el consumo de stevia ha crecido de manera vertiginosa en los últimos cinco años15 y el cultivo se ha empezado a desarrollar en varias partes de la República Mexicana durante la última década. Según el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP, 2014), la producción aún modesta en 2014 fue de 218 t, con solo 58 ha sembradas en los estados de Nayarit, Chiapas, Veracruz, Quintana Roo y Campeche (SIAP, 2014). Sin embargo, se encuentran importantes áreas con vocación para el cultivo en los estados de Michoacán, Jalisco, Veracruz, Chiapas, Yucatán, Quintana Roo y Campeche (Sagarpa, 2013). En 2015, la extensión más importante estaba en Quintana Roo y Campeche, donde la empresa Stevia Maya -perteneciente al grupo Pegaso y que trabajaba en colaboración con el Instituto Nacional de Investigación Forestales Agropecuarias y Pecuarias (INIFAP)- empezó a operar desde el año 2009 (Stevia Maya, 2015)16.

El cultivo de la stevia en la región de Los Tuxtlas17

En el Estado de Veracruz, el cultivo empezó en Los Tuxtlas, región con accidentada topografía determinada por un macizo montañoso de origen volcánico, cuya cima se encuentra a 1650 m (Figura 1).

Figura 1 La región de Los Tuxtlas, Veracruz, México y las localidades de adaptación del cultivo de stevia donde se realizaron las entrevistas. 

Su vertiente oriental se perfila hacia el mar, lo que da lugar a un régimen de precipitaciones constantes y abundantes a lo largo del año (por encima de los 4500 mm) y temperaturas que fluctúan entre los 21 y 27 °C. Es un clima cálido-húmedo que permite el florecimiento de la selva alta perennifolia más septentrional de todo el continente americano, la cual alberga una alta biodiversidad de especies. Aunque la siembra tradicional de milpa de autoconsumo continúa hasta nuestros días, en esta región de antigua población indígena recientemente se siembran cultivos de caña de azúcar y tabaco, mientras la ganadería se expandió de manera significativa por toda la región, hasta llegar a ser la principal actividad económica.

En este escenario, el cultivo de la stevia apareció a inicios de 2012 cuando el Doctor Juan Manual Rayas Arvizu, originario de la región y presidente de la empresa Complejo de Investigación y Desarrollo Herbolario (CIDH S.A. de C.V.), instalada en Paso del Toro y perteneciente al consorcio Rayca, empezó a interesarse por la planta. Contrató a un ingeniero agrónomo para reproducirla en invernaderos e indagar mediante el análisis de sus características, sobre su posibilidad de adaptación a las condiciones climáticas y edafológicas de la región. Se sembraron 3 ha en el rancho Neyama, en San Andrés Tuxtla, a 3 km al norte de la cabecera municipal. A inicios de 2013 se amplió el proyecto con la contratación de otro ingeniero agrónomo y un nuevo plantío de 3.5 ha en tierras rentadas del ejido de Matacapan, 5 km al sur de San Andrés Tuxtla.

El año siguiente, el proyecto tomó un giro cuando la empresa Rayca contactó al Lic. Jorge Carvallo Delfín, en aquel entonces Presidente de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) del Estado de Veracruz. El Lic. Carvallo mostró gran interés por el cultivo que estaba en pleno auge en otras regiones de México y cuyo consumo comenzaba a ser más visible en el mercado nacional. SEDESOL promovió entonces la idea de asociar al cultivo de la stevia y a la empresa el programa de inclusión social Prospera. El cultivo, muy demandante en atenciones y mano de obra, solo se puede trabajar en superficies reducidas (Ramírez, 2011), por lo cual se consideró implicar a las beneficiarias de Prospera, quienes iban a sembrar las plantas en sus traspatios sin grandes inversiones mediante un tipo de cooperación que podía convenir tanto a la empresa Rayca como a las productoras. Para SEDESOL, involucrarse y financiar el proyecto de huertos de stevia iba a permitir, según el delegado estatal de Prospera en el estado de Veracruz, Alejandro Baquedano Sánchez, transformar el programa de solo dar transferencias, en un proyecto productivo18. Era un giro en las líneas de acción del programa, el cual se expone en las reglas de operación (Diario Oficial, 2014)19. A la SEDESOL le correspondía comprar las plantas a la empresa y entregarlas a las productoras. La empresa Rayca se comprometía a cultivar los plantines necesarios a SEDESOL y vendérselo, dar la asesoría técnica y ciertos productos orgánicos necesarios para el cultivo a las productoras20, y comprar las hojas secas al final del proceso. A las titulares de Prospera les tocaba recibir los plantines, llevar a cabo todo el proceso productivo de la stevia y vender las hojas secas en bolsas a Rayca a un precio fijado por la empresa de $350 por kg, por lo cual iban a poder aumentar sus ingresos de manera sustantiva. Parecía entonces que cada una de las partes asociadas al proyecto iba a obtener ciertos beneficios.

En abril 2014 la SEDESOL organizó una primera reunión con las vocales de Prospera en Salto de Eyipantla, comunidad del municipio de San Andrés Tuxtla, para informarles de la posibilidad de cultivar esta nueva planta, y de las características y condiciones de cultivo. La empresa Rayca proponía empezar con un proyecto piloto para evaluar tanto la factibilidad de la implantación del cultivo en la región, como los problemas a los cuales se iban a enfrentar las productoras. En mayo 2014, SEDESOL entregó los plantines a cinco productoras que reunían las condiciones para el proyecto21 -tener una parcela propia o de renta donde sembrar, con acceso a agua para riego y sin árboles que afectarían el cultivo con su sombra-, y se plantaron los primeros huertos. Los agrónomos de la empresa dieron asesoría al momento de plantar y visitaron los huertos con regularidad para ver la evolución de las plagas y explicar a las productoras cómo eliminarlas. Uno de los principales problemas es que las condiciones climáticas de Los Tuxtlas favorecen la proliferación de hongos y otras plagas que afectan la planta. El primer corte se hizo en agosto de 2014 y, aunque la empresa Rayca y SEDESOL habían avisado que el kilo se iba a pagar a $350.00, cada una de las productoras recibió $10 000, sin tomar en cuenta el peso, que osciló entre 10 y 20 kg por entrega22.

Después de esta primera experiencia, SEDESOL organizó otras reuniones de información en comunidades vecinas de Salto de Eyipantla para convencer a más titulares de Prospera de plantar stevia. El precio ofrecido a las cinco productoras del proyecto piloto fue el mejor incentivo en comunidades donde el trabajo escasea. Nuevas productoras de las comunidades de Bezuapan, Comoapan, Salto de Eyipantla, Santa Rosa Abata, Huidero, Tilapan, Chuniapan de Arriba y Soyata se incorporaron al proyecto en agosto y septiembre de 2014. Fueron aproximadamente 100 huertos, cada uno de 1000 plantines en promedio y 100 m2 de superficie, que aparecieron cerca de las casas: en los traspatios o entre la calle y la casa, en caso de no haber espacio atrás. Las plantas se implantaron también en parcelas ejidales situadas en la periferia de los poblados. Las productoras que no tenían solares buscaron rentar o pedir prestado un pedazo a vecinos o familiares, siempre respetando las condiciones básicas: con acceso al agua y sin sombra. La empresa Rayca siguió con su tarea de capacitación, teniendo como interlocutoras principales a las vocales de Prospera, que posteriormente pasaban la información a las titulares involucradas.

En noviembre 2014 la SEDESOL a nivel federal se integró al proyecto de los huertos veracruzanos de stevia y le dio de repente una dimensión más importante. El impulso del cultivo en el estado de Veracruz, que se dio al mismo tiempo que se publicaron las nuevas reglas de operación de Prospera en el Diario Oficial (2014), tenía como objetivo permitir a las beneficiarias fomentar sus capacidades productivas y obtener ingresos económicos de su producción. Representó un proyecto modelo para SEDESOL a nivel federal, la cual empezó a financiar nuevos huertos en las mismas localidades y en otras de la región. Anunció como objetivo la implantación a corto plazo de 4000 huertos23, gracias a un presupuesto de 54 millones de pesos24, destinado a la compra de las plantas y al financiamiento de la asesoría técnica.

La empresa Rayca pagó las entregas de hojas secas, correspondiendo a los cortes efectuados en varias localidades en los meses de noviembre y diciembre de 2014, en $1000 el kilogramo, lo que casi triplicó nuevamente el precio anunciado previamente, aunque la SEDESOL explicó que fue una manera de compensar la baja producción generalizada de esta cosecha debida a problemas en la asesoría25, varias de las titulares de Prospera intuyeron que ese seguiría siendo el precio. En pocos meses se apuntaron en las listas de SEDESOL a nivel federal, centenares de titulares de Prospera.

Cambios en las estrategias de sustento de los hogares provocados por el cultivo

Respecto al acceso a capitales, resulta paradójico que en la región de Los Tuxtlas se ha impulsado un gran número de proyectos de desarrollo por parte de instituciones gubernamentales, agencias internacionales, académicos y OSCs (Paré, 1996; Paré y Robles, 2005; Casados, 2008; Cruz y Valencia, 2009; Piñar et al., 2012). Sin embargo, estas iniciativas no han podido contrarrestar las dificultades que representan la insuficiencia de oportunidades laborales y el retiro del apoyo estatal al campo, así como el crecimiento demográfico y la fragmentación de tierras en la zona. Si bien no es reciente la diversificación de los ingresos de los hogares, ni la participación de uno o más de sus miembros en los mercados formales de trabajo no agropecuario, llama la atención la masificación de estos procesos (Léonard, 2003). Durante las últimas décadas se han intensificado los flujos migratorios fuera de la región y hacia lugares cada vez más lejanos más allá de las fronteras nacionales (Léonard, 2003).

La ineficacia de los esfuerzos para impulsar el desarrollo se refleja en las precarias condiciones de vida que prevalecen en las comunidades de estudio. El Censo de Población y Vivienda (INEGI, 2010) muestra que el porcentaje de personas analfabetas en las localidades (entre 12 y 21%) se sitúa en todos los casos por encima del nacional (5.8%), siendo siempre mayor el porcentaje de mujeres respecto al de hombres. Se registran altos porcentajes de población (26 a 65%) que en estas localidades no cuentan con acceso a los servicios de salud. La vulnerabilidad de gran cantidad de hogares se aprecia también en el número de jefaturas femeninas equivalentes al rango de 17 a 26% de los grupos domésticos (INEGI, 2010).

Por otro lado, la transformación de las actividades productivas se aprecia en la distribución de la Población Económicamente Activa por sector reportada para la región: 35% en el primario, 45% en el de servicios, y 17% en el manufacturero. Los datos oficiales reportan altos porcentajes de población ocupada en estas localidades (76 a 85 %, siendo siempre significativamente inferiores en el caso de las mujeres), pero no logran capturar de manera precisa el carácter temporal y las significativas fluctuaciones estacionales en muchas de las ofertas laborales en la zona.

En el caso del acceso a servicios públicos, INEGI (2010) reporta que porcentajes bajos (1 a 9%) de las viviendas en estas localidades carecen de electricidad. La proporción de viviendas que no disponen de entubada fluctúa entre 13 y 29% en las distintas localidades. En este mismo sentido, las carencias en servicios de salud, educación y servicios básicos se reflejan en el alto grado de marginación que registran todas las localidades, de acuerdo con las evaluaciones hechas por CONAPO (2010).

Una economía basada en el trabajo temporal y los apoyos estatales

El trabajo de campo permite afinar y complementar la información estadística en cuanto a las estrategias de vida y los ingresos. Según los testimonios, en estas localidades la mayoría de la población masculina se emplea como jornaleros de manera eventual, en los cultivos de tabaco y de maíz, por un sueldo de $1500 a $2000 pesos mensuales. Otros hombres trabajan en las bodegas de tabaco y en la construcción, con condiciones económicas similares. En algunos casos, los jefes de familia se han ido a trabajar fuera, a otra parte del país o a EE.UU. y mandan dinero. Estos ingresos se complementan a veces con las actividades de las mujeres (ventas por catálogo o de antojitos en el pueblo, tiendas de abarrotes, cría de puercos y gallinas) y con el apoyo Procampo para los ejidatarios.

En este contexto, las becas y los apoyos de Prospera constituyen una parte importante de los ingresos. Según las normas de la SEDESOL (Diario Oficial, 2014), las becas varían entre $175.00 y $1120.00 mensuales por alumno, según el sexo y el grado de estudio, a las cuales se suma un monto fijo de $335.00 mensuales de apoyo alimentario y $140.00 mensuales de apoyo alimentario complementario para cada titular de Prospera. En el caso de PC, por ejemplo, vocal de Prospera, de 32 años, de la comunidad de Bezuapan, la situación laboral varía según las temporadas. AR, su esposo, trabaja como jornalero y en empleos temporales, con un pago de $180.00 diarios en promedio26, pero ha pasado temporadas de hasta dos semanas sin trabajo. PC hace manualidades (cojines, bolsas cocidas y adornadas), cuya venta le ayuda, sobre todo, en los periodos en que su esposo no trabaja. Su hija de 16 años estudia el Telebachillerato y su hijo de 13 años acaba de abandonar la Secundaria. Por lo tanto, cada dos meses, PC recibe $950.00 de apoyo alimentario y $3060.00 de beca de su hija, o sea, un total de $2005.00 mensuales, el único ingreso estable, más o menos equivalente a lo que AR y PC ganan mensualmente de su trabajo y ventas. En el caso de NC, de 28 años, de la comunidad de Comoapan, la beca de $175.00 de la hija que está en Primaria y el apoyo alimentario suman un total de $650.00 mensuales, por lo que la situación de la familia es más precaria. M, el esposo de NC, de 30 años, trabaja como peón dos o tres días a la semana, según la demanda, y ella ayuda a una tía en su tienda de abarrotes tres tardes a la semana. Los ingresos de la familia pueden alcanzar $2000.00 mensuales como máximo. En estos dos casos representativos de las familias de las comunidades los ingresos permiten cubrir los gastos básicos (comida diaria, luz, agua, gas, pasajes, anualidades y útiles escolares), pero cualquier imprevisto, por ejemplo, de salud27, difícilmente puede ser resuelto sin la contratación de deudas.

La situación de los ejidatarios parece no diferir mucho. EC, ejidatario de El Periconal y habitante de la comunidad de Comoapan, tiene 3.5 ha, que siembra principalmente de maíz para la venta y el consumo de su familia (siete personas). Obtiene entre 10 y 15 t de los dos ciclos de cultivo (tapachole y temporal): conserva alrededor de 400 kg para el consumo del hogar y vende lo restante en $2.50 el kg a intermediarios que vienen de Salto de Eyipantla y San Andrés Tuxtla. Además, cultiva frijol en combinación con el maíz y cacahuates en pequeñas superficies. Los ingresos anuales del campo suman aproximadamente $35 000, de las cuales habría que restar los gastos de insumos y mano de obra. Los apoyos de Prospera y Procampo representan un ingreso anual menor, de aproximadamente $25 000, pero son más estables y repartidos en todo el año, a la diferencia de los ingresos del campo que pueden ser muy variables y se concentran en dos o tres temporadas anuales. La comparación de estos hogares de ejidatarios con los anteriores indica que el acceso a la tierra no cambia fundamentalmente la situación, por tratarse de superficies reducidas y de cultivos poco rentables.

Cambios sociales, económicos y territoriales

Este escenario de marginación y de constante inseguridad en el acceso a ingresos permite valorar el impacto que tuvo la aparición de la stevia en las economías de los hogares de Los Tuxtlas que adoptaron el cultivo. En agosto del 2014, cuando las primeras entregas se pagaron en $10 000, este monto pudo equivaler a lo que se ganaba en el hogar durante una temporada de tres o cuatro meses. El dinero sirvió para la compra de despensas básicas, gastos médicos, e incluso, en algunos casos, para el reembolso de deudas contratadas anteriormente. Las productoras con más margen de maniobra reinvirtieron una parte de las ganancias en el cultivo (plaguicidas químicos, cercas para proteger el huerto) y en otros rubros productivos; por ejemplo, la compra de mercancías para revender en sus pequeños negocios.

Aparte del impacto que tuvo en la economía familiar, la stevia significó también cambios en la organización de los ritmos de vida, como lo explican las productoras. Por sus características, el cultivo implica una inversión de tiempo diario importante: se debe regar la planta una o dos veces al día, podarla, quitar los botones florales, y aplicar plaguicidas y abonos a la planta cada ocho y quince días. Cada tres meses el trabajo es más intenso porque se junta el corte con el proceso de secado. Las plantas se trenzan en lazos y se tienden al sol o en un lugar cubierto. Posteriormente se despica (deshoja) y las hojas sueltas se tienden en lonas para su última fase de secado. Finalmente se empacan las hojas secas en bolsas de plástico de 8 kg.

En varios casos otros miembros del hogar se van involucrando en las labores. Los hombres apoyan en las tareas más pesadas cuando no salen a trabajar o por las tardes: preparan los tablones para la siembra, riegan plaguicidas químicos y abonos, y cortan, entre otras cosas. Los niños y los ancianos se dedican a despicar, secar y trenzar. Las mujeres logran combinar el cultivo con las actividades del hogar y las complementarias, como las ventas por catálogo o la fabricación de manualidades, que también se realizan en casa. La posibilidad de combinar el nuevo cultivo con otras actividades es facilitada por la división del trabajo entre los miembros del hogar, la cercanía de los huertos con las viviendas y poder dedicarles tiempo en ratos libres, varias veces al día.

A nivel del paisaje y del territorio el impacto del cultivo es todavía moderado: la superficie total alcanzaba aproximadamente 40 ha en la región de San Andrés Tuxtla en septiembre de 201528. Sin embargo, la superficie creció muy rápidamente entre enero -cuando había menos de 10 ha- y septiembre de 2015. Hubo algunos casos de expansión en parcelas ejidales, cuando el acceso al agua lo permitió. PC empezó el cultivo en agosto de 2014, con mil plantas entregadas por el programa Prospera, que sembró en una parte de su parcela colindante con el poblado. Aprovechó su conocimiento del campo, en especial del cultivo del tabaco, y agrandó su huerto de manera progresiva con plantas que otros habitantes del pueblo le regalaron por falta de espacio y posteriormente con otras, que reprodujo él mismo por esqueje. En marzo de 2015 su huerto incluía más de 6000 plantas. Para septiembre había agrandado aún más la superficie del plantío dentro de la parcela y un huerto de traspatio, con un total aproximado de 10 000 plantas. Sin embargo, más que a estos casos aislados de expansión en parcelas, el impacto en paisaje se debió a la multiplicación de los huertos en terrenos baldíos, traspatios y en los alrededores de las casas en decenas de localidades. Esta “colonización hormiga” de las hojas verdes de la stevia marcó de manera sutil, pero persistente el paisaje rural de la región.

Las incongruencias y deficiencias del proyecto, sus razones y consecuencias. Un proyecto productivo sin interés real por la producción

En los meses que siguieron a la implicación de Prospera a nivel federal en el proyecto se decidió suplir los ingenieros agrónomos de Rayca que trabajaban con las productoras desde el inicio del proyecto, por ingenieros ambientales capacitados por los anteriores, pero sin formación agronómica. Su apoyo fue insuficiente, ya que no aumentó su número al mismo ritmo que el de los huertos. Prospera empezó a circular un pequeño manual con explicaciones sobre las distintas fases del cultivo, las labores a desarrollar y las maneras de erradicar las plagas más comunes (coleópteros, pulgones, enfermedades producidas por hongos) mediante la aplicación de licuados caseros (elaborados con verduras y especias). En una cultura esencialmente oral, las productoras no consultaron el manual; siguió circulando la información de vocales a titulares y entre las productoras, a veces de distintas comunidades. Los remedios propuestos no fueron tan efectivos y las productoras, cada vez más numerosas, se sintieron desamparadas frente a la degradación de sus plantas. Por falta de conocimientos y de asesoría, varias productoras empezaron entonces a aplicar los plaguicidas químicos que se utilizaban en el cultivo del tabaco, sin tomar en cuenta las implicaciones para las hojas de stevia29. A pesar de que el producto obtenido carecía de calidad y que la empresa Rayca no tenía necesidad de las hojas, siguió asegurando la compra. En efecto, las ventas de los productos elaborados por Rayca -cosméticos, bolsitas de té de stevia y malteada de soya en polvo llamada Sochoc- no subieron de manera significativa, a pesar de que Prospera animaba a las productoras a comprar el último producto (que se vende en las tiendas Liconsa30) para incentivar el cultivo. Por otra parte, la empresa no encontró la manera de procesar la hoja para obtener un endulzante estándar31. Por lo tanto, la demanda de hojas no creció y la empresa incluso se habría podido surtir solamente con las obtenidas en sus propios plantíos. A pesar de esto, frente al aumento de la cantidad de hojas cosechadas como consecuencia de la expansión de los huertos, Rayca siguió comprando hojas durante los primeros meses de 2015, a un precio de $350.00 por kilo, sobrevalorado en relación con el precio mundial (véase nota 22).

Durante estos meses y hasta la actualidad, hubo poca información fidedigna por parte de la SEDESOL o de la empresa sobre el cultivo, las labores y las ventas. Las productoras ignoraban si el comprador era SEDESOL, Rayca u otra empresa; desconocían el destino y el proceso de la hoja; se confundían entre los asesores y sus empleadores. Se rumoreaba además información diversa y contradictoria sobre los precios, el tipo de pago, las fechas de recolección y los supuestos privilegios de las productoras de las localidades vecinas y de las vocales.

Un fin electoral

Las numerosas incongruencias del programa y los testimonios de los productores permiten relacionar este proyecto con el uso de los programas sociales para fines político-electorales, que tiene una larga tradición en México y está referido por distintos autores (Vilalta, 2007; Hevia, 2010; Bey y Combes, 2011). La captura de proyectos y fondos por parte de líderes locales, sobre todo en épocas electorales, ha sido reportada como persistente en programas de transferencias condicionadas como Prospera, Procampo y Liconsa, a pesar de que se ha buscado establecer candados, tanto en los términos de referencia como en las formas de operación, con el fin de evitar su utilización con propósitos electorales. Sin embargo, no se ha logrado frenar el corporativismo y el clientelismo político, prácticas más comunes en la población beneficiaria de programas que en la no beneficiaria (Vilalta, 2007). Si en los últimos años se han comprobado menos casos de coacción (amenazas, condicionamiento de los apoyos, violencia), las prácticas clientelares y semiclientelares se han multiplicado, adoptando formas variadas y complejas (Hevia, 2010). En varias ocasiones el programa Prospera ha sido acusado de hacer proselitismo, en especial mediante su programa “Cruzada Nacional contra el Hambre”32.

En el caso de la stevia, el trabajo de campo permitió establecer una relación entre el proyecto de cultivo y el proceso electoral del 7 de junio de 2015. Ese día se eligieron 500 diputados federales (así como gobernadores, presidentes municipales y diputados locales en varios estados). En el Distrito de San Andrés Tuxtla del estado de Veracruz, uno de los candidatos fue Jorge Carvallo Delfín, que poco antes había sido delegado estatal de la SEDESOL.

Si retomamos una por una las incongruencias del programa (rápida expansión de un cultivo sin que exista una demanda correspondiente; compra de toneladas de hojas de mala calidad sin que haya mercado y precio sobrevalorado; sustitución de asesores calificados por otros menos aptos; falta de información y secretismo), dan indicaciones sobre el objetivo real: aportar beneficios económicos a las titulares de Prospera para convencerlas de que el Gobierno en turno les estaba apoyando e influenciar así su voto. Lo que importaba era multiplicar el número de beneficiarias de los huertos y pagar a buen precio las primeras entregas para suscitar el interés y el entusiasmo de las productoras. Esto fue permitido por el apoyo económico del empresario de Rayca, que se alió al proyecto motivado por pretensiones políticas. El precio sobrevalorado de la hoja de stevia fue fijado por la empresa de manera aleatoria, sin relación con el mercado mundial ni con la demanda. La calidad de las hojas y al uso de productos químicos no fueron temas de preocupación, ya que al no ser un proyecto productivo real, ni la producción, ni la calidad del producto importaban.

El desconocimiento, la confusión y los mitos sobre el proceso fueron favorecidos por SEDESOL-Prospera para aumentar el desconocimiento y la vulnerabilidad de las productoras e imponer sus condiciones sin que pudieran cuestionarlas ni organizarse, aplicando un “mecanismo de control social sobre los votantes” (Vilalta, 2007, 36). De la misma manera, el papel otorgado a las vocales, más informadas y a menudo favorecidas económicamente por el proyecto, permitió tenerlas “ganadas a la causa”. Estas intermediarias -que tienen un papel esencial en el buen funcionamiento del programa Prospera, demostrado por Felipe Hevia (2010) - fueron quienes calmaron los ánimos, desarmaron los conflictos y las quejas, y defendieron el proyecto, a pesar de sus inconsistencias, tardanzas e incumplimientos. Los nuevos asesores de campo fueron otros intermediarios, quienes según los testimonios recolectados fueron contratados para evidenciar los beneficios y las bondades que representó la stevia para las productoras y relacionarlos con el nombre del candidato a la diputación o con el del PRI33. Las productoras entrevistadas que cobraron en diciembre de 2014 la cantidad de $1000 por kilo de hoja seca comentaron que estos asesores explicaron que la empresa dio $350.00 por kilo y que “el Presidente de la República” proporcionó $750.00 complementario. Fue una manera muy clara de señalar quién les apoyaba y de indicarles “cómo votar bien” en las siguientes elecciones, de manera a que siga el apoyo. La visita a Salto de Eyipantla de la titular de la SEDESOL a nivel federal, Rosario Robles Berlanga, acompañada por el Gobernador del Estado de Veracruz Javier Duarte Ochoa, el 14 de enero 2015, seguida por la del Presidente de la República un mes más tarde (16 febrero), constituyen otros apoyos fuertes otorgados al cultivo de la stevia y a través de él, al candidato del PRI del distrito de San Andrés Tuxtla.

El 7 de junio, Jorge Carvallo Delfín ganó la diputación federal con 50.92% de los votos34 aunque, como lo menciona Combes (2011), los bienes y favores no garantizan el apoyo y la lealtad de los “clientes” y no se puede comprobar de manera formal y estadística que esta victoria se debió a los votos de las beneficiarias de Prospera, el intento de capturar la confianza de las productoras, orientar el voto y crear así una dinámica clientelar está comprobado35.

En Los Tuxtlas, esta “captura” por operadores políticos o por caciques tradicionales se fundamenta en el recambio y refuncionalización de liderazgos que ha ocurrido en la región, asociados a lo que Léonard (2003) denomina como la territorialización de las redes sociales a nivel local. Diversos proyectos de desarrollo e iniciativas promovidos en la zona por parte de instituciones académicas, OSC, iglesias y agencias internacionales han enfrentado estas mismas dificultades durante varias décadas (Paré, 1996; Casados, 2008; Paré y Robles, 2005; Cruz Ramírez y Tehuitzil Valencia, 2009; Piñar Álvarez et al., 2012).

La situación post-electoral

En los dos meses anteriores a las elecciones, los representantes de SEDESOL-Prospera tuvieron que respetar la veda electoral y no acudieron a la región: las asesorías se hicieron por teléfono y las productoras sabían que durante estos meses no iba a haber recolección de hojas. La incógnita era si se iban a reanudar las compras después de las elecciones y sobre la permanencia del cultivo.

Al final del mes de junio 2015 los representantes de Prospera finalmente regresaron, pero no a todas las localidades, ni para comprar la totalidad de la producción. En Matacapan las productoras habían cortado dos veces después de la siembra de febrero, pero hasta septiembre nadie había pasado a recolectar las bolsas; después de seis meses de labores, pequeñas inversiones y esfuerzo, no habían cobrado ni un peso. En la localidad de Bezuapan, la hoja fue colectada y pagada a 25 productoras y, como se habían juntado dos cosechas por la veda eletoral, las ganancias fueron importantes. Por ejemplo, PC obtuvo 73 kilos de las dos cosechas y ganó $17 500.00, pero a 15 productoras de la misma localidad no se les compró la hoja, sin explicaciones, lo que ocasionó incomprensión y desesperación.

Otra novedad post-electoral fue que se aplicaron precios diferenciados al producto, de $150.00 a $350.00 por kg de hoja, aducido a un control de calidad (las bolsas con hojas color negro o café se pagaban menos que las bolsas con hojas verdes). Esto pudo ser una manera aleatoria de reducir los costos para Prospera. La incertidumbre de las ventas y el precio variado e inferior a lo que se esperaba36, además del desfase entre las horas y esfuerzos que las productoras dedicaron al huerto y las ganancias obtenidas, provocaron un desanimo generalizado. Algunas arrancaron las plantas; otras abandonaron sus huertos o le dieron solamente unos cuidados mínimos, con lo que el plantío creció sin control y se enmalezó.

El cultivo permaneció porque la SEDESOL siguió trabajando con la stevia por no mostrar versatilidad ni hacer evidente la manipulación preelectoral en cuanto a un proyecto que había sido apoyado por el Presidente de la República en persona. Era importante seguir con las nuevas reglas de operación y el proyecto de inclusión productiva. Sin embargo, la ausencia de mercado para la hoja se presentó más fuerte que nunca porque, por desacuerdos políticos posteriores a las elecciones, el empresario de Rayca se desvinculó del proyecto y dejó de comprar la hoja. Si en los meses posteriores a las elecciones SEDESOL-Prospera no recolectó la stevia de manera sistemática, fue porque estuvo rebasada por la cantidad de hojas obtenidas. No había posibilidad de venderlas a grandes grupos, como FEMSA o Bimbo, a pesar de la demanda creciente, porque la hoja no pasaría los filtros de calidad. En septiembre 2015 se hablaba del involucramiento de otra empresa, con más capacidad de inversión que Rayca, que podría comprar la hoja, procesarla y fabricar nuevos productos derivados, como miel de stevia. La situación seguía siendo de incertidumbre por la falta de un esquema productivo sólido.

Conclusión

La manera en que fue operado el proyecto de los huertos de stevia en las localidades de estudio muestra evidencias de que el objetivo del mismo era intentar “llevar a los votantes a escoger el buen candidato” (Bey y Combes, 2011). Esta aseveración se basa en las múltiples fallas que se observan en su instrumentación y en las entrevistas que se realizaron. Adicionalmente, pudieron reconocerse otros “efectos colaterales negativos” en esta iniciativa, como la obtención de beneficios desiguales y limitados para las productoras, con mejores beneficios para las vocales en comparación con las otras titulares, por ejemplo, lo que acentuó las desigualdades a nivel local. Mientras tanto, los actores políticos continuaron promocionando mediáticamente al proyecto como una iniciativa “gana-gana”, cuando el logro parecía ser mucho más significativo para ellos que para las productoras.

Esta experiencia muestra una vez más la desviación que pueden encerrar las políticas de combate a la pobreza en contextos con una arraigada tradición clientelar cuando se deja de lado las posibilidades de reactivar efectivamente las economías locales y con esto ampliar las oportunidades de los hogares más desfavorecidos.

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1Entrevistas realizadas entre enero y septiembre del año 2015.

2Dicho programa funciona con base en apoyos monetarios destinados a mejorar la alimentación, a la promoción de la salud y al favorecimiento de una mayor cobertura educativa (Diario Oficial, 2014).

3DFID, Department for International Development. 1999. Livelihoods Guidance Sheets: http://www.livelihoods.org.

4Estimaciones de la compañía Canadean, dedicada a estudios de mercado a nivel internacional: http://www.canadean.com/news/rising-demand-for-natural-sweeteners.

5Estos nuevos endulzantes se clasifican por su origen y aporte energético en: naturales y artificiales, calóricos y no calóricos.

6USDA, United State Department of Agriculture-Foreign Agricultural Service. Información actualizada hasta 5/25/2016: http://www.ers.usda.gov/data-products/sugar-and-sweeteners-yearbook-tables.aspx6.

7ISO, International Sugar Organization: http://www.isosugar.org/

9Nestlé, Cargill Inc, PureCircle Ltd., Stevia Corp., EvolvaHolding S.A., Coca Cola, PepsiCo Inc., Tate & Lyle Plc. y GLG Life Tech Corp.

10Se le han atribuido propiedades estimulantes de la producción de insulina, así como capacidad para reducir la hipertensión y funcionar como agente antibacteriano e inmunomodulador (Salvador et al., 2014).

11Food Business News: http://www.foodbusinessnews.net/

13ZAFRANET. Comunicaciones con datos de USDA y BEVERAGE DIGEST. 2015: http://www.zafranet.com/

14Este es el caso de Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que estableció un gravamen de $1.00 por litro a las bebidas saborizadas y azucaradas, emitido el 8 de septiembre de 2013.

15El número de productos que la incluyen como endulzante en América Latina registró en 2014 un crecimiento del 45% respecto del año anterior. Revista Énfasis con datos de Global Stevia Institute: http://www.alimentacion.enfasis.com

16Grupo Pegaso de la familia Azcárraga, dueños de Televisa y Movistar, entre otras compañías. Stevia Maya: http://www.steviamaya.com/empresa.php

17La información proporcionada en este capítulo proviene en su mayor parte de entrevistas realizadas a los productores y a responsables del proyecto a distintos niveles (ingenieros, delegado estatal de Próspera). No existe información documental sobre el tema, excepto algunos artículos de periódicos locales.

18Entrevista el 27 de enero de 2015.

19Según este documento, el programa debía funcionar con tres componentes -alimentación, salud, educación- y seguir cuatro líneas de acción: inclusión productiva, inclusión laboral, inclusión financiera e inclusión social (Prospera).

20Como la stevia es una planta de ciclo corto, los químicos utilizados se quedan en las hojas, por lo cual es deseable el uso exclusivo de productos orgánicos.

21Hubo más titulares interesadas, pero no todas pudieron cumplir con los requisitos.

22El precio está sobrevaluado, y lo es todavía con un precio de venta de 350 pesos por kg, ya que el precio de la estevia a nivel mundial a inicios de 2015 era de nueve dólares por kilo.

23Declaración pública de Rosario Robles Berlanga, titular de SEDESOL, ante los productores durante una visita a San Andrés Tuxtla, publicada en distintos medios de comunicación locales. Ver por ejemplo Periódico de San Andrés, 8 de agosto 2014, http://periodicodesanandres.blogspot.mx/2014/08/se-planea-feria-internacional-de-la.html

24La implantación de un huerto está evaluada en 13 000 pesos.

25Las productoras no sabían que hay que evitar la floración de la planta, quitando los botones florales a medida que van creciendo, para que no se debilite la planta.

26AR ha trabajado en un proyecto para componer la red eléctrica del pueblo, con un sueldo de 180 pesos diarios, y ha trenzando tabaco en una bodega por 200 pesos diarios. Son sueldos superiores a lo que gana normalmente un peón en el campo (120 pesos).

27Las familias tienen derecho al Seguro Popular, que presenta múltiples deficiencias, en especial la falta de medicinas.

28Corresponde a los 4000 huertos implantados por SEDESOL en el municipio de San Andrés Tuxtla y alrededores, y a los plantíos de la empresa Rayca (6.5 ha). En comparación, la superficie sembrada de tabaco en el municipio de San Andrés Tuxtla es de 602 ha.

29Las entrevistas permitieron constatar que muchas productoras no saben si el producto aplicado es orgánico o no.

30Liconsa está constituida como una empresa de participación estatal mayoritaria que trabaja con el propósito de mejorar los niveles de nutrición en México.

31Es decir blanco y en polvo, parecido al azúcar refinado o a los edulcorantes sintéticos, tal como lo comercializan ya varias marcas de México (Svetia, etcétera).

33Lo que no estaban haciendo los agrónomos anteriores, enfocados en el control de las plagas y el crecimiento de las plantas.

3434.33 % del PRI, 14.85 % del Partido verde, 1.74% del PRI + Partido Verde. Instituto Nacional Electoral Cómputos Distritales. Elección de diputados federales. Tabla de resultados, consultado el 19 de agosto de 2016 en: http://computos2015.ine.mx/Entidad/DistritosPorCandidatura/detalle.html#!/30

35Como el objetivo inicial del trabajo es la evaluación de un nuevo proyecto productivo, no buscamos indagar más sobre estas prácticas, ni cuantificarlas. Solo señalamos su existencia y los efectos que tuvo sobre el proyecto.

36Muchas productoras se quedaron con el recuerdo del precio de mil pesos por kg, pagado al final del año 2014.

Recibido: Octubre de 2015; Aprobado: Agosto de 2016

* Autor responsable virginiathiebaut@yahoo.fr

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