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Polis

On-line version ISSN 2594-0686Print version ISSN 1870-2333

Polis vol.10 n.2 México Jul./Dec. 2014

 

Artículos

 

Desencanto Democrático y Opinión Ciudadana sobre el Crimen en Latinoamérica

 

Democratic Disenchantment and Citizens 'Opinion on Crime in Latin America

 

Ricardo Román Gómez Vilchis*

 

* Profesor-Investigador quien realiza una estancia postdoctoral en el Departamento de Política y Cultura, de la División de Ciencias Sociales y Humanidades, de la Universidad Metropolitana, Unidad Xochimilco. Doctor en Ciencia Política por la Universidad de California, San Diego (UCSD). Integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), nivel 1. Correo electrónico: ricardoromano2@hotmail.com

 

Artículo recibido el 26 de mayo de 2014.
Aceptado el 10 de octubre de 2014.

 

Resumen

¿Puede el crimen desafiar la satisfacción democrática? Aunque mucho se ha escrito sobre la democracia, pocos trabajos han ponderado en su análisis los efectos del crimen en la satisfacción ciudadana por la democracia. Estos trabajos han enriquecido nuestro saber sobre la democracia, pero generalmente se han restringido a estudios de caso en un período de tiempo acotado. Usando 14 encuestas de Latino-barómetro, 154,100 encuestados, de 1995 a 2009, en 18 países de América Latina, este estudio muestra que cuando los latinoamericanos perciben un incremento en los niveles de criminalidad, se sienten decepcionados con la democracia, y la satisfacción democrática disminuye.

Palabras claves: ciudadanía, crimen, democracia, percepción, América Latina.

 

Abstract

Can crime challenge democratic satisfaction? Although it has been written a lot about democracy, few works have emphasized in their analysis, the effects of crime on citizen satisfaction for democracy. These works have enriched our knowledge about democracy, but on 154 the whole these efforts are restricted by using case studies focused on a specific year. Using data from fourteen surveys of Latinobarometro with 154,100 interviews, from 1995 to 2009, across 18 Latin American countries, this study shows that when Latin-American citizens perceive an increase in crime, they feel disappointed about democracy and democratic satisfaction decreases.

Key words: citizenship, crime, democracy, perception, Latin America.

 

Introducción

La relación que la ciudadanía construye con las instituciones políticas va más allá de acudir a las urnas para expresar su respaldo o rechazo a las políticas públicas implementadas por la administración en turno. La población se "siente bien o se siente mal" con las instituciones de gobierno; en pocas palabras, el ciudadano experimente una cierta satisfacción o insatisfacción con el sistema político. Cuando se trata de una naciente democracia, la situación toma particular importancia. Las democracias emergentes demandan del apoyo ciudadano para una futura consolidación. De no obtener el respaldo de la ciudadanía, de no sentirse los ciudadanos satisfechos con la democracia, las instituciones políticas se "contaminan" de cierta vulnerabilidad y un eventual retorno hacia el autoritarismo de los gobiernos anteriores se convierte en uno de los posibles escenarios.

Investigaciones recientes muestran que la satisfacción ciudadana por la democracia debe ser explicada por múltiples factores. Uno de los enfoques, el dominante, subraya que la satisfacción democrática halla en las variables de tipo instrumental (percepción sobe la economía e indicadores económicos) sus principales determinantes (Anderson y Guilllory, 1997; Clarke, Dutt y Komberg, 1993; Chu, et. al., 2008; Holmberg, 1999; McAllister, 1999). El otro enfoque utiliza principalmente variables de tipo intrínseco vinculadas con el contexto político, de tal forma privilegia en su estudio los derechos del ciudadano, las libertades civiles y temas relevantes en la mente de la población, como puede ser el crimen en las nacientes democracias (Blanco, 2013; Craig et al., 2006; Crow, 2010; Cruz, 2003; Pérez, 2004; Stadelmann-Steffen y Vatter, 2012; Weitz-Shapiro, 2008).

Hasta hora la mayoría de los análisis centrados en la satisfacción democrática han sido estudios de caso, acotados a un grupo pequeño de países y a un período de tiempo muy restringido. Si bien es cierto estos trabajo han hecho importantes aportaciones para entender de qué forma se estructura y "construye" el "sentir" ciudadano por la democracia, sus hallazgos encuentran como principal limitante, la dificultad de extender dichas conclusiones a contextos más amplios, en cuanto tiempo y espacio, que superen la especificidad de los estudios de caso, que incluyen generalmente de uno a tres casos de análisis, donde la mayoría de veces no se pondera el tiempo como variable. La contribución de este trabajo es examinar la satisfacción democrática entre la mayoría de los países de América Latina. La investigación incluye 18 países, en un período largo de tiempo, de 1995 a 2009. El enfoque se centra en la relación de la satisfacción democrática con el crimen, uno de los temas menos estudiados como determinante del apoyo ciudadano hacia la democracia.

El presente estudio reconoce que las investigaciones previas han ofrecido valiosos argumentos teóricos y empíricos para comprender la influencia que tanto los factores económicos como los políticos y sociales ejercen en la satisfacción democrática; sin embargo, las conclusiones de estas investigaciones están limitadas a espacios muy específicos y acotados, derivados del diseño institucional, de las circunstancias económicas, y de la idiosincrasia de un número reducido de naciones. Este trabajo busca sumarse a la serie de aportaciones teóricas y empíricas que han hecho los estudios previos concentrados en el análisis de la satisfacción democrática, pero a través de un enfoque más amplio, que incluya una extensa gama de países, con contextos económicos, políticos y sociales, hasta cierto punto distintos, a lo largo del tiempo, y que la validez de los resultados se sostenga tratando de englobar al mayor número de casos, tanto de países como de ciudadanos. En específico este artículo se formula las siguientes preguntas de investigación: ¿Puede el crimen alterar la relación que los latinoamericanos sostienen con la democracia? De ser así, ¿de qué manera la opinión ciudadana sobre el crimen puede poner en riesgo la satisfacción democrática en América Latina?

Este artículo se divide de la siguiente manera: la primera sección describe y examina al crimen como uno de los principales problemas en América Latina y preocupación de los latinoamericanos. La segunda discute teóricamente el problema a tratar: el impacto del crimen en la satisfacción democrática de los ciudadanos. La tercera sección formula la hipótesis de trabajo. El cuarto apartado presenta los datos utilizados y la metodología. Finalmente, las últimas dos secciones, respectivamente, dan cuenta de los resultados y las conclusiones del presente artículo.

 

El Crimen como Problema Preponderante en América Latina

La evidencia empírica de las últimas décadas indica que los gobiernos latinoamericanos han hecho un trabajo muy pobre para atender los problemas del crimen y de la inseguridad. El Salvador, Guatemala y Colombia se encuentran entre los países con el mayor número de asesinatos en el mundo hoy en día, y el crimen es un problema muy serio materialmente en todas las ciudades importantes de América Latina (UNODC, 2013; Ungar, 2003: 909). La tasa de homicidios de Guatemala (58.68 por 100,000 habitantes) ha llegado a ser hasta ocho veces más alta que en las democracias europeas que sufrieron retornos hacia el autoritarismo en los años veinte y treinta, y cincuenta veces más alta que aquéllas que lograron sobrevivir a tal riesgo (Seligson, 2005: 226). En El Salvador, la tasa de homicidios en 1994 y 1995 fue astronómicamente alta, alcanzando el número de 138 personas por 100,000 habitantes. La gravedad de esta cifra, una de las más altas del mundo junto con la de Colombia (80 homicidios por 100,000 habitantes en 1991) (Blanco, 2013), puede ser apreciada contrastando el número de homicidios previo a la guerra civil del Salvador (33 por 100,000 habitantes) y en 1982 (en el pleno apogeo de la violencia durante la guerra) de 55.3 por 100,000 habitantes (Cruz, 2003; Hagopian y Mainwaring, 2005: 197; Pérez, 2004).

Según el Informe Mundial de la Naciones Unidas sobre la Delincuencia, la tasa estimada de homicidios en Latinoamérica ha alcanzado el número de 30 por 100,000 comparada con los 7 por 100,000 que se registran en los Estados Unidos; y de 2 por 100,000 que se presentan en el Reino Unido, España y Suiza (Hagopian y Mainwaring, 2005: 349). Esto significa que se ha registrado la cifra 140,000 homicidios cada año en la región latinoamericana (Seligson, 2005: 225).

A lo largo de América Latina, más de una tercera parte de latinoamericanos en 2003 manifestó que ellos o algún miembro de su familia habían sido víctimas del crimen en los últimos doce meses (Hagopian y Mainwaring, 2005: 349). Seligson (2005: 226) especula que los altos niveles de la delincuencia podían estimular el apoyo por restringir las libertades civiles. Una especulación que está bien fundada, dado el inquietante patrón del aumento en torno al apoyo hacia "la mano dura del gobierno" como un medio para resolver los problemas del país, por encima de la participación ciudadana como un medio para resolver los dilemas más relevantes de una nación. En Guatemala, el apoyo por la "mano dura" del gobierno, pasó de un 48% en 1993 a un 60% en 1999, mientras el porcentaje de aquéllos quienes favorecían la participación ciudadana, como forma para resolver conflictos, cayó del 40% en 1993 a 29% en 1999 (Pérez, 2004; Seligson, 2005: 227).

Asimismo, datos provenientes de la opinión pública muestran la importancia que tiene para los latinoamericanos el crimen como una amenaza para su vida cotidiana y la democracia (Blanco, 2013; Cruz, 2003; Pérez, 2004). Mientras que la elección de gobernantes, la protección a las minorías y la organización de elecciones pueden considerarse las principales tareas del sistema político en las democracias consolidadas, los ciudadanos en las democracias emergentes ven al crimen como la principal tarea para la consolidación democrática. En 1998, 38% de los costarricenses ubicaron el combate contra el crimen en el primer lugar como la principal tarea de todo sistema democrático por encima de la elección de cargos públicos, la distribución del ingreso y la protección a las minorías. En México (31%) y en Chile (26%) opinan que el crimen debe ser visto como la segunda tarea más importante que necesita ser atendida por los sistemas democráticos (Clark, 2001: 88; Klesner, 2001: 125).

La evidencia empírica indicando que los gobiernos latinoamericanos han hecho un "papel pobre" para atender el crimen y la inseguridad, las altas tasas de la delincuencia en América Latina, según cifras de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en inglés The United Nations Office on Drugs and Crime (UNODC, 2013), la fuerte relación entre la democracia y la percepción sobre el crimen entre los latinoamericanos (en algunas de las naciones que integran la región la gente ve la lucha contra el crimen como la principal tarea para alcanzar la consolidación democrática), son argumentos de tipo empírico para utilizar al crimen como una variable clave que puede explicar la variación de la satisfacción democrática en la zona. La siguiente sección explica teóricamente la relación y el sentido del vínculo satisfacción democrática y opinión ciudadana sobre el crimen.

 

Hacia una teoría del impacto de la percepción sobre el crimen en la satisfacción democrática

¿La democracia convierte a los ciudadanos en personas felices o al menos se encuentran satisfechos cuando son gobernados por instituciones democráticas? Aunque el apoyo ciudadano hacia la democracia puede ser un elemento clave para la consolidación democrática, no sabemos del todo si las variables que han demostrado tener influencia sobre la satisfacción democrática de los ciudadanos, en contextos específicos acotados en tiempo y espacio, pueden poseer el mismo impacto en contextos más amplios que vayan más allá de la esfera de lo nacional, que engloben a un gran número de países en una región, o en un continente.

Los estudios sobre la satisfacción con la democracia (SCD), en inglés satisfaction with democracy (SWD), empezaron décadas atrás. Bratton y Mattes (2001) han identificado dos principales perspectivas teóricas en este tipo de estudios: una ha privilegiado los factores instrumentales que afectan el apoyo ciudadano hacia la democracia; por ejemplo, la opinión sobre la economía, los indicadores económicos y el nivel de desempleo (Anderson y Guilllory, 1997; Clarke, Dutt y Komberg, 1993; Chu, et. al., 2008; Holmberg, 1999; McAllister, 1999). La otra ha puesto atención a variables de tipo social o político como las libertades ciudadanas, la corrupción y el crimen, este último el objeto de estudio del artículo (Blanco, 2013; Craig et al., 2006; Crow, 2010; Cruz, 2003; Pérez, 2004; Stadelmann-Steffen y Vatter, 2012; Weitz-Shapiro, 2008). En la misma línea de Bratton y Mattes (2001), este trabajo llama a estas dos Escuelas: la Perspectiva Instrumental de la Democracia y el Enfoque Intrínseco de la Democracia.

Desde la Perspectiva Instrumental de la Democracia, las teorías de la economía política han enfatizado el papel de las evaluaciones hechas por los ciudadanos, particularmente aquéllas vinculadas con la economía, al reflexionar sobre la SCD. Los estudiosos de la democracia han encontrado que las percepciones que tienen los ciudadanos sobre su economía personal y la del país están directamente relacionadas con la satisfacción democrática (Anderson y Guilllory, 1997; Clarke, Dutt y Komberg, 1993; Chu, et. al., 2008). En Suecia, Holmberg (1999: 115) muestra que aquellos ciudadanos con una percepción sombría de la economía tienen menos satisfacción por la democracia. Newton (1999: 173) halla que en Francia y Holanda la gente que se percibe a sí misma como adinerada está claramente más satisfecha y confiada en la democracia que las personas de bajos ingresos. En Canadá, Kornberg y Clarke (1992) encuentran que la percepción de la población sobre el desempleo y la inflación impacta en la SCD.

En contraste con estos estudios, otros han ponderado los indicadores económicos objetivos por encima de la percepción ciudadana sobre la economía, al analizar las determinantes de la SCD. Algunos han privilegiado en sus trabajos al crecimiento económico, la injusticia social y el nivel de desempleo (Whitefield y Loveless, 2013); otros las situaciones 110 de vulnerabilidad y crisis de la economía (Graham y Sukhtankar, 2004) y ciertas investigaciones la interacción entre las reformas al mercado y el desempeño económico (Kitschelt 19992; Mishler y Rose, 2001). En un análisis enfocado en las viejas y bien consolidadas democracias, McAllister (1999: 196) argumenta que las condiciones macroeconómicas tienen un fuerte impacto vía el Producto Interno Bruto (PIB) y la tasa de desempleo en los niveles de satisfacción de los ciudadanos hacia el gobierno. El trabajo de McAllister (1999) hace una significativa aportación al estudio de la SCD, al incorporar en su análisis a varias naciones; sin embargo, por un lado este tipo de estudios no han sido los más usuales, y por otro el trabajo de McAllister (1999) se restringe a la percepción de la gente sobre la democracia en 1990 exclusivamente, con lo cual cabe el cuestionamiento de si los resultados encontrados son producto de la relación existente entre la satisfacción democrática y los indicadores económicos o de las variables exógenas a dicha relación derivadas de la coyuntura específica del año de estudio, es decir, de 1990.

Desde la perspectiva del Enfoque Intrínseco de la Democracia, algunos estudios han recurrido como metodología a los estudios de caso, privilegiando diferentes variables como la principal determinante de la SCD. Stadelmann-Steffen y Vatter (2012) concentran su análisis en la relación entre la satisfacción personal de los ciudadanos y la satisfacción que éstos sienten por la democracia en Suecia. Craig et al., (2006) usando la elección presidencial de 2000 en los Estados Unidos, profundiza en el estatus del votante al término de la contienda política (ganador vs. perdedor) y su relación con la SCD. La línea de investigación enfocada en el impacto que tiene la corrupción sobre la SCD ha sido recientemente explotada, concentrado estos esfuerzos en casos de estudio, como por ejemplo en Argentina (Weitz-Shapiro, 2008). Crow (2010) halla que la mejor variable explicativa para entender la SCD en México es, justamente, el concepto que los mexicanos tienen sobre la democracia, ya sea sustantiva, liberal o electoral.

Otros estudios, los menos, han puesto su atención en la relación entre el crimen y la satisfacción por la democracia. Blanco (2013) encuentra que la percepción sobre la inseguridad y el haber sido víctima de algún crimen afectaron la satisfacción democrática en Colombia. Usando datos a nivel individual (encuestas) Pérez (2004) analiza la forma en que la percepción ciudadana sobre la inseguridad pública afecta la legitimidad democrática en El Salvador y Guatemala. Cruz (2003) utiliza indicadores objetivos para examinar el impacto que tiene la violencia y el crimen sobre la SCD en los países mencionados anteriormente y en Nicaragua. La principal limitación de estos trabajos es que varios de ellos se encuentran muy acotados en cuanto a tiempo y espacio, enfocándose en un número específicos de casos (de uno a tres países) y en un periodo de tiempo corto, generalmente un año. Esto complica la posibilidad de que estos resultados pudieran considerarse aplicables a otros contextos más amplios, regionales o continentales que incluyeran al tiempo como variable control. El presente artículo busca fortalecer nuestro conocimiento sobre la SCD, derivado de trabajos anteriores, teniendo como enfoque, un tema hasta hora poco estudiado, la presencia del crimen y su relación con la democracia. La contribución de esta investigación no sólo radica en utilizar una variable poco utilizada en los análisis de la SCD, como lo es el crimen, sino también en la ampliación del objeto de estudio, es decir, 18 países de América Latina, durante 14 años, para de esta forma arribar a conclusiones de alto rigor científico.

 

Hipótesis

Las dos secciones anteriores han mostrado empírica y teóricamente que la satisfacción democrática resulta muy sensible a un conjunto de factores, que generalmente se dividen en instrumentales (de tipo económico) e intrínsecos (de tipo político-social). Los estudios previos (Dammert y Malone, 2006; Holmberg, 1999; Louw, 2007; McAllister, 1999; Newton, 1999; Seligson, 2005; Weitz-Shapiro, 2008) indican que el arribo de la democracia trae consigo una serie de expectativas en la mente del ciudadano, quien considera que las instituciones democráticas serán capaces de atender y resolver de manera clara, rápida y eficiente, los problemas de antaño. Al no ocurrir esto en la mayoría de los casos, el ciudadano se siente decepcionado y comienza a pensar que la democracia "no funciona"en su país, que da, literalmente, lo mismo quién gobierne, ya que los problemas continúan.

Este argumento, la influencia de factores económicos y sociopolíticos en la satisfacción democrática se ha comprobado, en la mayoría de los casos, a través de estudios de caso acotados a contextos muy específicos, en cuanto tiempo y espacio, sin profundizar detalladamente si el conjunto de factores que afectan a la satisfacción democrática en un país pueden tener la misma influencia en otras naciones, y si dicha relación puede perdurar en el tiempo, mostrando que el poder explicativo de estas determinantes es tal que no se circunscribe a una coyuntura derivada de un año y un país específico.

Este trabajo propone que la relación que sostiene la satisfacción democrática con sus principales determinantes (factores socio-políticos y económicos) prevalece más allá de la especificidad de los contextos nacionales, que los hallazgos derivados de dicha relación pueden explicar la satisfacción democrática en ámbitos globales, en el caso del presente estudio, continentales, y que el vínculo que guarda la satisfacción por la democracia con sus principales determinantes se mantiene a través del tiempo.

El análisis del presente artículo utiliza 18 países latinoamericanos en total, de 1995 a 2009, ponderando un tema que ha sido clave en la mente de los ciudadanos en América Latina: el crimen, y que curiosamente ha sido de los menos examinados como determinante de la SCD. El énfasis de este problema en el presente estudio obedece a razones teórica y empíricas. Primero, desde el punto de vista teórico, Edward (1995) señala que para que un problema afecte el apoyo, la satisfacción y la percepción de la ciudadanía sobre las instituciones de gobierno, dicho tema o problema debe estar en la mente de los ciudadanos. Las páginas anteriores mostraron que para varios latinoamericanos la presencia del crimen debe ser una prioridad de los gobiernos para alcanzar la consolidación democrática. Segundo, empíricamente hablando, diferentes indicadores muestran que las nacientes democracias, como las latinoamericanas, son la que peores resultados han obtenido para atender la inseguridad.

Honduras (90.4), Venezuela (53.7), El Salvador (41.2) , Guatemala (39.9), Sudáfrica (31.0), Colombia (30.8), República Democrática del Congo (28.3), Brasil (25.2), República Dominicana (22.1), México (21.5), y Nigeria (20.0) estuvieron entre los países con la tasa mayor de homicidios intencionales por cada 100,000 en 2012, de acuerdo a la UNODC (2013). La mayoría de estas naciones son parte de las nuevas democracias.

Se reconoce que la presencia del crimen puede afectar a cualquier nación; sin embargo, son principalmente las nuevas democracias, como las latinoamericanas, las que resultan más vulnerables a sus efectos por varias razones. Primero, en contraste con las viejas y consolidadas democracias, los nuevos sistemas democráticos no tienen instituciones políticas sanas para reducir el crimen ni recursos institucionales para encarar la desafiante situación. Un estudio de Bermeo (1997) muestra que en las democracias cuyas instituciones han sufrido una ruptura, el aumento de los homicidios es tres veces mayor que las democracias que logran sobrevivir. Segundo, la llamada "cultura en favor de la violencia" contribuye a la vulnerabilidad de las nuevas democracias ante los efectos del crimen. Entre varias de las democracias emergentes, en ocasiones los ciudadanos "juegan" un papel clave en favor de la tolerancia por el crimen en las calles al no denunciar y ver como "normal" que parte del vecindario practique el robo y el asalto como forma de vida (Louw, 2007: 245). Esta tolerancia hacia el crimen fortalece la violencia, y, al mismo tiempo, debilita las instituciones democráticas. De tal manera, la ciudadanía podría considerar los sistemas autoritarios como una alternativa política al final de cuentas.

Los argumentos revisados en esta sección señalan que el vínculo entre la satisfacción democrática y la opinión ciudadana sobre el crimen es fuerte, y en un sentido negativo. Cuando la ciudadanía percibe que el crimen se ha fortalecido, la satisfacción democrática tiende a diezmarse. Este efecto obedece a que el crimen ha sido considerado por los latinoamericanos como uno de los temas de mayor prioridad para alcanzar una futura consolidación democrática, y que después de una transición democrática, la ciudadanía tiene altas expectativas en los nuevos gobiernos, electos democráticamente, y asume que los problemas sociales, políticos y económicos serán resueltos por la administración en turno con gran prontitud. De tal forma, la hipótesis de trabajo del presente estudio se expresa de esta manera:

H: El crimen y la satisfacción democrática se encuentran asociados de manera negativa. Ante el aumento de la primera, la segunda disminuye. En específico, cuando la percepción ciudadana considera que el crimen se ha fortalecido, el ciudadano se siente frustrado y piensa que la democracia no vale la pena; no funciona en su país. De tal forma, se genera un resultado adverso para la satisfacción democrática, la cual disminuye y se debilita. Los efectos de dicha relación se evidencian en diferentes contextos, que van más allá de la esfera de lo nacional, y que se sostiene a lo largo de los países latinoamericanos utilizados en este estudio.

 

Datos y metodología

El análisis de esta investigación mide la relación entre la satisfacción con la democracia y la percepción sobre el crimen. El estudio utiliza estadística descriptiva a partir del uso de comparaciones con tabulaciones cruzadas. Por medio de tablas de datos "se muestra la distribución de casos de forma transversal de los valores de una variable dependiente para los casos (o categorías) que tienen valores diferentes en una variable independiente" (Pollock, 2005: 62). De tal forma, las tabulaciones cruzadas permiten presentar un panorama general de la interacción entre dos variables: la dependiente y la independiente, a través de la descripción y comparación detallada de distribución de frecuencias de ambas. Las categorías de la variable independiente se colocan verticalmente a lo largo de las columnas; las de la variable dependiente ocupan los renglones y se distribuyen de manera horizontal, como se verá cuando se presenten los resultados. Se trata de comparar los valores de la variable dependiente (los renglones) a lo largo (transversalmente) de las diferentes categorías de la variable independiente (las columnas).

La variable dependiente es la satisfacción democrática, que puede tomar tres valores o categorías: nada satisfecho, algo satisfecho y muy satisfecho. El Cuadro 1 muestra la operacionalización y la codificación de las variables. La variable explicativa clave es la percepción sobre el crimen. Como variable control el análisis utiliza el nivel de desempleo por país en América Latina.

Las 14 encuestas en las que se basa este estudio fueron hechas por la Corporación Latinobarómetro (2013). Es una organización no gubernamental (ONG) sin fines de lucro, con sede en Santiago de Chile, única responsable de la producción y publicación de los resultados.

En total, las encuestas contienen 154,100 entrevistas hechas en viviendas. El período de análisis va de 1995 a 2009. Ninguna encuesta fue llevada a cabo en 1999. Se localizaron las viviendas a través de un procedimiento probabilístico, multietápico y estratificado. El diseño muestral de los países tuvo cierta variedad, en algunos casos fue en tres etapas y otras en cuatro, en ambos casos fue por cuotas en la etapa final. En general, más de mil personas fueron encuestadas en todos los países cada año. Las encuestas incluyeron países como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Sin embargo, no todos los países participaron en las encuestas todos los años. Una entrevista de aproximadamente 50 minutos fue llevada a cabo con un adulto entrevistado en una vivienda, escogida al azar, con igual probabilidad entre hombres y mujeres. En todos los países la edad adulta es a los 18 años, excepto en Brasil y Nicaragua, a los 16. Los adultos que contestaron el cuestionario de la encuesta fueron escogidos al azar, con igual probabilidad de ser entrevistados.

Para el presente estudio se construyó una base de datos con las catorce encuestas obtenidas de Latinobarómetro, las cuales incluyen anualmente a varios países latinoamericanos. Esto implicó leer sendos cuestionarios. Cada uno contenía en promedio más de cien reactivos. Fue necesario identificar las preguntas que se repetían y aparecían de manera constante a lo largo del tiempo. Convertir esas preguntas en variables. Recodificar las variables para poderlas analizar. Se tuvo que integrar en una sola base de datos las 14 encuestas originales. Además, en el análisis a nivel agregado, se obtuvieron los promedios de cada variable por país y por año para obtener el dato a nivel de las naciones y construir una segunda base de datos.

Son varias las razones metodológicas que justifican que el presente análisis se concentre en Latinoamérica: (1) América Latina se encuentra entre las regiones con más alto nivel de criminalidad en el mundo (UNODC, 2013); (2) Los datos de Latinobarómetro ofrecen información sistemática, ordenada y organizada. Las preguntas utilizadas para la realización del presente análisis, sobre corrupción y democracia, se repiten de manera recurrente de 1995 a 2009; (3) Si bien la satisfacción por la democracia en América Latina es baja, existe cierta variación en la zona, países como Paraguay, Perú y México registran un alto nivel de insatisfacción democrática, mientras en Uruguay y Costa Rica la situación hasta cierto punto es distinta

Guiado por el rigor científico y analítico, el presente trabajo privilegia el concepto de validity, validez científica y reliability, confiabilidad científica. El primer término, validez científica, alude al análisis crítico de la propuesta científica que se plantea, en particular de la relación que se argumenta existe entre dos variables. El análisis se formula a partir de esta pregunta: ¿Hay realmente una relación entre la variable dependiente y la independiente? (Trochim, 2001: 22). En el caso de este estudio: ¿Hay realmente una relación entre la satisfacción democrática y la percepción sobre el crimen? El segundo concepto reliability se refiere a la calidad de la medida de la relación entre las variables (Trochim, 2001: 88). Por lo anterior el artículo realiza diferentes pruebas (tests) para examinar la relación entre la satisfacción democrática y percepción del crimen.

Para someter a prueba la relación entre la percepción sobre el crimen y la satisfacción democrática, es decir, la validez científica de la misma (validity), el presente estudio examina dicha relación a dos niveles: el individual (la unidad de análisis es la opinión de cada individuo) y el agregado (la unidad de análisis es la "opinión" de la colectividad, en este caso de los países latinoamericanos). Para el análisis agregado en el caso de la satisfacción democrática y la percepción sobre el crimen se obtuvieron los promedios de cada nación por año. La variable "Satisfacción Democrática" (a nivel agregado) se dividió en tres grupos iguales según su distribución, creándose una nueva variable ordinal, con las categorías "nada satisfecho", "algo satisfecho", y "muy satisfecho". Se hizo lo mismo para crear la variable percepción sobre el crimen a nivel agregado, pero en este caso, solamente se crearon dos grupos de la nueva variable ordinal, según si la percepción sobre el crimen se hallaba por debajo o bien encima de la media. Si la relación entre las variables se hace evidente en ambos niveles, esta prueba fortalece la validez científica del presente estudio.

Para someter a prueba la calidad de la medida de la relación entre la satisfacción democrática y la percepción sobre el crimen, es decir, la confiabilidad científica de la medida (reliability), el análisis que se presenta utiliza como variable control el nivel de desempleo por país; es una variable que ha mostrado impactar la satisfacción democrática, como indicó la revisión de la literatura. En un análisis estadístico el uso exclusivo de dos variables (la dependiente y la independiente) siempre resulta cuestionable y limitado, en cuanto a la calidad de la medida de dicha relación, ya que ésta puede ser espuria, es decir, artificial y desaparecer al momento de incluir una tercera variable que funcione como control (Pollock, 2005: 88).

 

Resultados

Los primeros resultados de este estudio se presentan a través de gráficas que muestran la distribución de las frecuencias de la variable dependiente, la satisfacción democrática entre los latinoamericanos de 1995 a 2009, a lo largo de tres categorías: nada satisfecho con la democracia, algo satisfecho con la democracia y muy satisfecho con la democracia.

En el eje horizontal X de la Gráfica 1 aparecen los países que este análisis ha utilizado. En el eje vertical Y aparece el porcentaje que cada nación ha obtenido en la categoría "nada satisfecho con la democracia", en cierto sentido el porcentaje de insatisfacción democrática de los latinoamericanos. Esta gráfica indica que los tres países con el mayor grado de insatisfacción democrática en América Latina son: Paraguay (83%), Perú (79%) y México (74%). Los resultados de la Gráfica 1 señalan que la decepción por la democracia es la regla y no la excepción en Latinoamérica, ya que de 18 países, 16 revelan una insatisfacción democrática de más del 50 por ciento; las excepciones de esta marcada tendencia hacia la insatisfacción democrática son Uruguay y Costa Rica, cuyos porcentajes en la categoría de análisis "nada satisfecho con la democracia" se limitan a un 38 y 44 por ciento, respectivamente.

La Gráfica 2 nos presenta la distribución de frecuencias de la variable SCD a lo largo de la categoría "algo satisfecho por la democracia". Los resultados, al igual que los de la Gráfica 1, tampoco son muy alentadores. La última columna, de izquierda a derecha, de esta gráfica muestra que el promedio alcanzado por las naciones estudiadas en esta categoría es de apenas un 27 por ciento. Incluso, en naciones como Perú y Paraguay solamente un 16 y un 14 por ciento de sus ciudadanos, respectivamente, manifiestan sentirse algo satisfecho con la democracia.

Los resultados de la Gráfica 3 exhiben el panorama poco alentador de la SCD en América Latina. Los datos vuelven a sugerir que la insatisfacción democrática es la regla y no la excepción entre los latinoamericanos, ya que solamente un país, Costa Rica, logra rebasar el 20 por ciento en la categoría de "muy satisfecho con la democracia." En la última columna, de izquierda a derecha, de esta gráfica se observa que solamente en promedio un 9 por ciento de los latinoamericanos manifiesta sentirse muy satisfecho con la democracia. El número resulta pobre y poco esperanzador para considerar que los ciudadanos latinoamericanos piensan que la democracia ha cubierto sus expectativas. En naciones como Brasil, México y Perú, los ciudadanos que expresan sentirse muy satisfechos con la democracia no llegan al 5 por ciento.

Como se explicó en la sección anterior, cuando se realiza un análisis estadístico, una de las forma de fortalecer la validez científica de la investigación (validity) es utilizar las mismas variables, la dependiente y la independiente, a otro nivel o unidad de análisis, para comprobar la solidez de la relación entre las mismas (Trochim, 2001: 22; Pollock, 2005: 15). El presente estudio utiliza dos unidades de análisis: (1) el dato individual (la opinión de cada individuo encuestado) y (2) el dato agregado a nivel de los países (se han sumado las opiniones de cada ciudadano por país y año, se han promediado estas respuestas para obtener la percepción ciudadana en cada nación sobre el crimen y su nivel de satisfacción democrática). Para Inglehart y Welzel (2003: 64) el dato agregado permite mejorar el criterio de análisis de la relación entre la variable dependiente y la variable independiente. A diferencia del dato individual (el dato que se registra con base a las opiniones de cada persona, donde los encuestados pueden contestar las preguntas hasta cierto punto al azar, sin meditarlas con todo detenimiento) en el dato agregado, las desviaciones o sesgos, tanto positivas como las negativas, que introduce el dato individual, al agregarse al nivel de una unidad de análisis mayor, se cancelan una a la otra. De tal forma, los resultados a nivel individual no necesariamente van a coincidir con los del nivel agregado, son dos fotografías distintas de una misma realidad, pero si coinciden, algunos autores interpretan tales resultados como una mayor validez científica de la investigación (Seligson, 2002: 273).

El Cuadro 2 ilustra la relación entre la insatisfacción democrática (personas que no están nada satisfechos con la democracia) y la percepción de la ciudadanía sobre el crimen, con datos a nivel individual, es decir, la unidad de análisis es la opinión de cada persona. Las categorías de la variable independiente (percepción de la ciudadanía sobre el crimen) definen las columnas del Cuadro 2; y los valores de la variable dependiente definen los renglones o filas. De lo que se trata es comparar los valores de la variable dependiente (lo renglones) a lo largo (transversalmente) de las diferentes categorías de la variable independiente (las columnas). En este caso, el Cuadro 2 ha incluido solamente la información cuando la variable dependiente toma el valor de "nada satisfecho con la democracia." El segundo renglón, de arriba hacia abajo, indica el porcentaje que alcanza la variable dependiente a lo largo de las tres categorías de la variable independiente: (1) el crimen ha disminuido; (2) el crimen sigue igual; (3) el crimen ha aumentado. El tercer renglón, de arriba hacia abajo, muestra el mismo tipo de información, pero en lugar de mostrar los porcentajes, presenta el número de personas que dio esa respuesta.

Si la hipótesis de la investigación es correcta: "Cuando la ciudadanía piensa que el crimen ha aumentado, la satisfacción democrática disminuye", ¿qué tipo de resultados debe arrojar el Cuadro 2? Específicamente, ¿qué debe mostrar la comparación de las tres columnas: (1) el crimen ha disminuido, (2) el crimen sigue igual, (3) el crimen ha aumentado? Se espera que quienes indican que el crimen ha aumentado expresen una mayor insatisfacción por la democracia, es decir, que el porcentaje de esta columna sea mayor que el de las otras. Comparando los porcentajes transversalmente a lo largo de las columnas se observa que la evidencia respalda la hipótesis formulada. Quienes consideran que la corrupción ha aumentado, son aquéllos que experimentan mayor insatisfacción por la democracia. El 8.5% de aquéllos que opinan que la corrupción ha disminuido se siente "nada satisfecho con la democracia"; el 12% que dice que la corrupción sigue igual opina que está "nada satisfecho con la democracia"; y el 79.5 % de quienes afirman que la corrupción ha aumentado indica que se encuentra "nada satisfechos con la democracia".

Los resultados del Cuadro 2 se basan en las respuestas que ofrecieron 154,100 encuestados, a lo largo de 18 países latinoamericanos en un período de tiempo largo, 14 años, de 1995 a 2009. Aquí radica la contribución que hace el presente estudio: la inclusión de un número significativo de casos, naciones latinoamericanas, que permita la obtención de resultados robustos, científicamente hablando, para el entendimiento de la relación entre la satisfacción democrática y el crimen en un contexto global; hallazgos representativos de todo un continente, que toman en consideración incluso al tiempo como elemento clave en el estudio. El análisis del Cuadro 3 y el del Cuadro 4 si dirigen hacia este mismo objetivo: examinar si la influencia que ejerce la percepción sobre el crimen en la satisfacción democrática, al aumentar la primera disminuye la segunda, se evidencia en los 18 casos de estudio que incluye este trabajo, a lo largo de los 14 años que considera esta investigación.

El Cuadro 3 permite trasladar el estudio a otro nivel de análisis, el de tipo agregado, con el cual se busca fortalecer los hallazgos encontrados en el Cuadro 2. Con esta unidad de análisis se examina la opinión de cada país como un todo sobre la democracia y el crimen. Con esta estrategia metodológica, el número de observaciones cuando el dato individual es agregado a nivel de los países (se suman y promedian los datos individuales) es reducido notablemente, en total son 237 observaciones.

El Cuadro 3 exhibe el vínculo entre la opinión que cada país tiene sobre el crimen y la satisfacción por la democracia que experimenta las naciones latinoamericanas de 1995 a 2009. Las categorías de la variable independiente (percepción ciudadana sobre el crimen) definen las columnas del cuadro, y los valores de la variable dependiente (satisfacción democrática) a los renglones o filas. Como se hizo en el Cuadro 2, lo que se busca es comparar los valores de la variable dependiente (lo renglones) a lo largo (transversalmente) de las diferentes categorías de la variable independiente (las columnas). De acuerdo a los datos del Cuadro 3, la variable dependiente puede tomar el valor de "nada satisfecho", "algo satisfecho", y "muy satisfecho". El segundo renglón (de arriba hacia abajo) indica el porcentaje que alcanza la variable dependiente, cuando toma el valor de "nada satisfecho" a lo largo de dos categorías de la variable independiente: (1) el nivel del crimen percibido que está por debajo de la media; (2) el nivel del crimen percibido que se encuentra por encima de la media. El tercero y el cuarto renglón (de arriba hacia abajo) muestran el mismo tipo de información, pero cuando la variable dependiente toma, respectivamente, el valor de "algo satisfecho" o bien "muy satisfecho."

¿Qué tipo de resultados deben aparecer en el Cuadro 3? Es decir, ¿qué necesita mostrar la comparación de las dos columnas: (1) nivel de crimen percibido por debajo de la media (2) nivel de crimen percibido por encima de la media? Atendiendo la hipótesis planteada en páginas anteriores, se tiene: a mayor percepción de la presencia del crimen en las calles, menor satisfacción democrática. Comparando los porcentajes transversalmente a lo largo de las columnas se observa que la evidencia respalda la hipótesis formulada, ya que quienes indican que el crimen ha aumentado expresan una mayor insatisfacción democrática. Según los resultados del Cuadro 3, los países que perciben una mayor presencia del crimen en la sociedad (tercera columna, de izquierda a derecha, aquéllos donde el nivel del crimen percibido se encuentra por encima de la media) son las naciones que experimentan menor satisfacción por la democracia, o mejor dicho, mayor insatisfacción por la misma. Enfocando el análisis en el segundo renglón (de arriba hacia abajo), se ilustra que la insatisfacción por la democracia (categoría: "nada satisfecho") es mayor (44%) en aquellos países donde el nivel percibido del crimen se encuentra por encima de la media, que entre aquellas naciones (23%) donde el nivel percibido del crimen está por debajo de la media. Enfocando el estudio en el cuarto renglón (de arriba hacia abajo), se muestra que la satisfacción por la democracia (categoría: "muy satisfecho") es mayor (37%) en aquellas naciones donde el nivel del crimen percibido se encuentra por debajo de la media, que en aquellos (29%) donde el nivel de la percepción del crimen está por encima de la media. El comportamiento de la variable dependiente en el tercer renglón (de arriba hacia abajo) es semejante al del cuarto.

¿Qué tanto fortalecen los resultados del Cuadro 3 la validez científica de este estudio (validity)? Los resultados del Cuadro 3 (datos a nivel agregado) coinciden con los resultados del Cuadro 2 (datos a nivel individual), ya que la hipótesis de trabajo se ha comprobado en ambos cosas y se sostiene el argumento de que el aumento de la percepción del crimen afecta negativamente la satisfacción democrática. La relación entre la variable dependiente y la variable independiente se ha comprobado en dos niveles de análisis distintos, el individual y el agregado.

La evidencia empírica presentada hasta ahora fortalece el argumento de que existe una estrecha relación entre la opinión ciudadana sobre el estado del crimen y la satisfacción del ciudadano por la democracia. Dicho vínculo "corre" en un sentido negativo: si la percepción del ciudadano sobre la presencia el crimen en las calles aumenta, la satisfacción democrática disminuye. Por el contrario, si la gente considera que el crimen ha disminuido, la satisfacción por la democracia se fortalece. Sin embargo, la pregunta es: ¿esta relación entre opinión ciudadana sobre el crimen y satisfacción democrática se podrá sostener ante la presencia de una tercer variable que funcione como control? De tal forma, si incluso utilizando una variable control, la relación entre la satisfacción democrática y la percepción sobre el crimen se mantiene, la medida de dicho vínculo no resultó artificial (reliability), ya que los efectos de la variable independiente en la dependiente permanecen, manteniendo como control una tercer variable. Lo cual evidenciaría la confiabilidad científica (reliability) del presente estudio. Tal como describen las líneas siguientes.

Esta tercer variable, que funcionará como control, debe ser una que teóricamente esté asociada, vinculada, con la variable dependiente. En la revisión de la literatura, el trabajo identificó que los indicadores económicos han demostrado ser razón de un aumento o disminución de la satisfacción democrática. Uno de ellos, recurrentemente, ha sido el desempleo. El análisis utiliza datos provenientes del Fondo Monetario Internacional (FMI, 2012) el cual incluimos como control. De tal forma, el Cuadro 4 es una tabla de comparación controlada, es decir, una que "presenta tabulaciones cruzadas, transversales, entre una variable independiente y una dependiente para cada valor que toma la variable control" (Pollock, 2005: 89). En este caso, la variable control puede tomar dos valores nominales: (A) si el desempleo está por debajo de la media; (B) si el desempleo está por arriba de la media. De esta manera, el Cuadro 4 está dividida en dos: el Cuadro 4A y el Cuadro 4B. Para este estudio, el Cuadro 4A, el de la izquierda, ilustra la relación entre la percepción sobre el crimen en una nación y la satisfacción democrática en un país, cuando el nivel del desempleo está por debajo de la media; y el Cuadro 4B, el de la derecha, la misma historia pero cuando el nivel del desempleo está por arriba de la media. El Cuadro 4 integra dos tipos de comparaciones: (1) la satisfacción democrática según los niveles del crimen percibidos por la ciudadanía cuando la tasa de desempleo se encuentra por debajo de la media; (2) la satisfacción democrática según los niveles del crimen percibidos por la gente cuando la tasa de desempleo se halla por arriba de la media.

¿Qué tipo de relación entre la percepción ciudadana sobre el crimen y la satisfacción por la democracia evidencia el Cuadro 4A? El Cuadro 4A muestra que la influencia de la percepción del crimen en la satisfacción democrática se mantiene, controlando por el nivel de desempleo. Comparando los porcentajes transversalmente a lo largo de las columnas se observa que la evidencia respalda la hipótesis formulada: cuando la ciudadanía piensa que el crimen ha aumentado, la satisfacción democrática disminuye. En el caso concreto del Cuadro 4A, los países cuya percepción sobre el crimen se encuentra por encima de la media, son aquéllos que experimentan menor satisfacción por la democracia, o mejor dicho mayor insatisfacción por la misma. Enfocando el análisis en el tercer renglón (de arriba hacia abajo), se ilustra que la insatisfacción por la democracia (categoría: "nada satisfecho") es mayor (48%) en aquellos países donde el nivel del crimen se percibe por encima de la media, que entre aquellas naciones (20%) donde el nivel de la percepción del crimen está por debajo de la media. Una diferencia de 28%. Enfocando el estudio en el quinto renglón (de arriba hacia abajo), se muestra que la satisfacción por la democracia (categoría: "muy satisfecho") es mayor (32%) en aquellas naciones donde el nivel del crimen percibido se ubica por debajo de la media que en aquéllas (29%) donde el nivel de la percepción del crimen está por encima de la media. Una diferencia de 3%.

Los resultados del Cuadro 4B, cuando el desempleo se halla por arriba de la media, fortalecen los hallazgos descritos en el Cuadro 4A. La insatisfacción por la democracia (categoría: "nada satisfecho"), es mayor en aquellos países (40%) donde el nivel del crimen percibido se ubica por encima de la media, que entre aquellas naciones (27%) donde el nivel percibido del crimen se halla por debajo de la media. Una diferencia de 13%. Enfocando el estudio en la satisfacción por la democracia (categoría: "muy satisfecho"), ésta es mayor en aquellas naciones (44%) donde el nivel del crimen que se percibe se encuentra por debajo de la media, que en aquéllas (31%) donde el nivel percibido del crimen por la gente está por encima de la media. Una diferencia de 13%. Los resultados de los cuadros 4A y 4B comprueban que aun controlando por el nivel de desempleo, la percepción sobre el crimen tiene una fuerte relación con la satisfacción democrática, lo cual respalda la hipótesis de este trabajo: "Cuando la ciudadanía piensa que el crimen ha aumentado, la satisfacción democrática disminuye."

Tanto los resultados del Cuadro 3 como los del Cuadro 4 se derivan del análisis de 18 casos de estudio, en igual número de países latinoamericanos, a lo largo de 14 años, de 1995 a 2009. Esta estrategia metodológica pretende hacer una contribución relevante al estudio de la satisfacción democrática, ya que en la mayoría de las veces, si bien los trabajos previos en este campo han hecho un significativo aporte para comprender cómo se estructura la satisfacción democrática, estos hallazgos se refieren a un conjunto muy limitado de países, lo cual restringe la posibilidad de generalizar tales resultados. El presente análisis ha incluido a un gran número de naciones de todo un continente a lo largo de varios años. Y la influencia negativa que ejerce la percepción ciudadana sobre el crimen se ha manifestado en todos los casos que se han incluido en el presente estudio durante más de una década, lo que fortalece la validez y la confiabilidad científica de la investigación.

 

Conclusiones

En la introducción de este trabajo se planteó la pregunta de si el crimen podía afectar la relación que los ciudadanos sostienen con la democracia. En este artículo teórica y empíricamente se ha argumentado que dicho vínculo resulta muy sensible principalmente entre las democracias emergentes, este estudio se concentra en las de América Latina, cuyas instituciones políticas, en ocasiones, carecen de los mecanismos necesarios para reducir los niveles de criminalidad.

La principal contribución del presente trabajo radica en el número de casos que se han incluido en el análisis, 18 países latinoamericanos a lo largo de 14 años, y en las implicaciones que esto conlleva al arribar a conclusiones que son representativas de un gran número de naciones que integran América Latina. Los resultados de investigaciones anteriores enfocadas en estudios de caso que involucraban, en la mayoría de las veces, a dos o tres países, sugerían la necesidad de ampliar la esfera del análisis a límites que superaran el ámbito de lo nacional. Los hallazgos de este artículo muestran que la influencia negativa que ejerce la percepción sobre el crimen en la satisfacción democrática involucra a un tipo particular de naciones, las llamada nuevas democracias, en este caso las de América Latina. Cabe preguntarse si estos mismos resultados podrían hallar replica en análisis enfocados en las nuevas democracias de África, Europa Oriental, Asia, entre otras. Lo cual es razón para estudios posteriores.

Los resultados obtenidos tienen implicaciones directas en materia de políticas públicas en América Latina, en específico aquéllas orientadas en la eventual consolidación democrática de estas naciones. Prioritario resulta, según los hallazgos de este estudio, la implementación de políticas públicas que reduzcan los niveles de criminalidad en América Latina para fortalecer la relación entre la democracia y los ciudadanos, pero al mismo tiempo fundamental será la estrategia para "transmitir" a los ciudadanos los logros de las política públicas orientadas a reducir el crimen, ya que no basta con que las tasas de la inseguridad pública presenten resultados positivos para la ciudadanía, sino que ésta así lo perciba.

El presente análisis conduce a tres principales conclusiones. Primero, en América Latina prevalece una gran insatisfacción por la democracia. La decepción por este sistema político es la norma, no la excepción, ya que, como mostró la Gráfica 1, de 18 países 16 revelan una insatisfacción democrática de más del 50%. Algunos países incluso alcanzan un nivel de insatisfacción de más del 70%, tal es el caso de Paraguay (83%), Perú (79%) y México (74%). La opinión ciudadana sobre el crimen juega un papel preponderante para explicar tal "desencanto" con la democracia. Segundo, la relación satisfacción democrática y percepción sobre el crimen resulta estrecha; el crimen es visto en varios países de América Latina como el principal obstáculo para la consolidación democrática. Tercero, la relación tiene efectos negativos y se da en los siguientes términos: cuando los ciudadanos perciben que el crimen ha aumentado, la satisfacción democrática baja; y viceversa, cuando la gente piensa que el crimen ha disminuido, la satisfacción democrática aumenta.

La evidencia que permitió arribar a las conclusiones anteriores fue evaluada por medio de estrategias metodológicas que fortalecieron la validez científica de la investigación (validity) y la confiabilidad de la misma (reliability). En el primer caso, el presente estudio examinó dicha relación a dos niveles: el individual (la unidad de análisis es la opinión de cada individuo) y el agregado (la unidad de análisis es la "opinión" de la colectividad, en este caso de los países latinoamericanos). En ambos niveles de estudio, el individual y el agregado, los resultados que se obtuvieron mostraron que la percepción ciudadana sobre el crimen afecta la satisfacción democrática. Para evaluar la calidad de la medida de dicha relación, entre la variable dependiente y la independiente, lo que se conoce como confiabilidad científica (reliability) (Trochim, 2001: 88), se utilizó el nivel de desempleo como variable control, para observar si al incluir dicha variable la percepción ciudadana sobre el crimen mantenía su influencia y efectos sobre la satisfacción democrática. Lo que finalmente ocurrió, robusteciendo la confiabilidad científica de los hallazgos del presente estudio.

 

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