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Revista IUS

Print version ISSN 1870-2147

Rev. IUS vol.15 n.47 Puebla Jan./Jun. 2021  Epub May 21, 2021

https://doi.org/10.35487/rius.v15i47.2021.692 

Artículos de investigación

Migración internacional de retiro: imaginarios sociales, memoria y cambios en el espacio de Ajijic

International migration in retirement: social imaginaries, memory, and spatial changes in Ajijic

*Asistente técnico en el Centro para el Aprendizaje en Evaluación y Resultados para América Latina y el Caribe del Centro de Investigación y Docencia Económicas, México. mariana.boya@gmail.com


Resumen:

La generación del baby boom (1946-1964) está envejeciendo, y buena parte de esta busca emigrar hacia países del sur global. Bajo ese contexto, México es uno de los destinos más atractivos pues, entre otras razones, en este país se han establecido colonias de extranjeros retirados desde hace más de un siglo. Para este estudio, se toma como caso Ajijic, Jalisco, donde, a partir de las interacciones entre extranjeros y locales, se analizan cuáles son los imaginarios sociales que han desarrollado los nativos sobre sí mismos y el extranjero; el rol de la memoria y los cambios en la identidad colectiva y en el espacio. Los resultados se basan en 42 entrevistas semiestructuradas, realizadas a extranjeros y locales. Como resultado, se encuentra que los locales aceptan la presencia extranjera, en tanto represente un beneficio económico y les dé un distintivo identitario frente a otros pueblos de la región. Asimismo, han desarrollado imaginarios que muestran su dependencia económica de los extranjeros.

Palabras clave: Migración internacional de retiro; turismo residencial; baby boom; imaginarios sociales; memoria; identidad; interacción

Abstract:

With a large part of the ageing baby boom generation (1946-64) seeking to emigrate to countries in the Global South, Mexico is one of the most attractive of such destinations given, among other factors, the fact that established communities of retired foreign nationals have been present there for more than a century. The present study used the case of Ajijic, Jalisco, focusing on the interactions between foreign nationals and local inhabitants and analyzing the social imaginaries that have developed in the latter with regard to both them-selves and the former, as well as the roles played by memory and changes in collective identity and space. The results are taken from 42 semistructured interviews conducted with both foreign nationals and local inhabitants, revealing that the latter accept the presence of the former, who represent an economic benefit to local people and provide them an identity distinct to other communities in the region. Moreover, local inhabitants have developed social imaginaries that demonstrate their economic dependence on foreign nationals.

Key words: International migration in retirement; residential tourism; baby boom; social imaginaries; memory; identity; interaction

Sumario

  1. Introducción

  2. Migración internacional de retiro: consecuencias en las comunidades de arribo

  3. Dificultades conceptuales: ¿turismo residencial o migración internacional de retiro?

  4. ¿Qué ocurre con los anfitriones de migrantes internacionales?

  5. Imaginarios sociales en construcción y cambio

  6. Transformaciones en el espacio y la memoria

  7. Conclusiones

1. Introducción

Bajo la idea de Ajijic como la zona con el mejor clima del mundo, esta localidad del municipio de Chapala en Jalisco, México, ha sido desde mediados del siglo pasado una de las zonas de mayor recepción de extranjeros del país. Sin embargo, sus migrantes tienen una particularidad: se trata de personas que atienden al fenómeno de migración internacional de retiro,1 esto es -en términos generales- retirados provenientes de países industrializados, como Estados Unidos y Canadá, que migran hacia países de menor desarrollo, en búsqueda de zonas de clima cálido y precios asequibles.2

A pesar de que tiene una extensión de poco más de cinco kilómetros,3 Ajijic es el punto de mayor concentración de la colonia extranjera. Lo anterior se explica en buena medida por su ubicación: Ajijic se encuentra en la región norte de la Ribera de Chapala, zona amurallada por la sierra de San Juan Cosalá y el lago de Chapala. Ello crea un clima ideal durante todo el año y una sensación de aislamiento; además, Ajijic se ha constituido como uno de los destinos preferidos por sus características geográficas, económicas y tecnológicas. La localidad se encuentra a menos de cincuenta kilómetros de Guadalajara, la ciudad capital del estado cuyo aeropuerto internacional cuenta con vuelos directos a ciudades de Norteamérica. Asimismo, ofrece acceso a productos importados,4 carreteras, comercios, servicios y sistemas de telecomunicación, como internet, lo cual le ha permitido a los extranjeros mantener relaciones con sus familiares y amigos, mientras permanecen informados sobre los acontecimientos en sus países.5

Sin embargo, en las últimas décadas, debido al incremento en la demanda y costo de los bienes inmuebles, este asentamiento ha tenido que extender sus fronteras a lo largo de la Ribera. La expansión territorial de la colonia se ha desarrollado de manera progresiva desde la década de los setenta6 y, conforme toman espacios, los propios colonos se reconocen como habitantes de Lakeside. Este nombre no solo ha funcionado como denotación territorial, sino que ha adquirido un carácter de entidad social en cuanto los extranjeros se identifican y nombran como lakesiders.7 Actualmente, Lakeside abarca desde la cabecera municipal de Chapala, recorre las localidades de San Juan Cosalá, Ajijic, San Antonio Tlayacapan y termina en Jocotepec, sumando un total de 29 kilómetros de presencia extranjera.

En cuanto a lo social, desde la década de los cincuenta, los extranjeros se han forjado un espacio dentro de la comunidad ajijicteca mediante la creación y consolidación de organizaciones filantrópicas. Estas, además de tejer redes entre locales y extranjeros y servir a la comunidad, han funcionado como instrumentos de replicación de la sociedad anglosajona. Las organizaciones han servido como espacios de socialización y recepción de los nuevos migrantes. Tales espacios resultan de fácil acceso, pues están regidos por un lenguaje común, con reglas semejantes a su estilo de vida anterior y donde permea el idioma inglés en toda su estructura.8 La existencia de estos grupos es parte del entramado de atractivos para migrar a colonias bien consolidadas, pues se presentan como espacios seguros donde los migrantes no tienen que enfrentarse a los peligros y costos de entrar a un nuevo sistema de reglas.

Sin embargo, dentro de esta historia migratoria, ¿qué ha ocurrido con los locales de Ajijic? Tradicionalmente, los estudios migratorios están enfocados en el sujeto que se desplaza, y este fenómeno no ha sido la excepción. Por ello, esta investigación está dedicada a los locales de las comunidades receptoras, quienes enfrentan las consecuencias de estos asentamientos. En concreto, se exploran los imaginarios sociales que esta comunidad ha creado sobre los migrantes retirados que recibe.

En ese sentido, se estudia de qué maneras la presencia extranjera ha jugado un papel importante en los cambios en el espacio y en la identidad individual y colectiva de los locales. Para ello, se hace una revisión del rol de la memoria en cuanto constructor y transmisor de los imaginarios sociales, y de su papel para subsanar y conservar la identidad colectiva y los referentes que transmitía el espacio. A partir de esto, se responden las siguientes preguntas: ¿cuáles son los imaginarios sociales que se han construido a lo largo del tiempo?, ¿qué ha ocurrido con la identidad de los locales al estar en contacto con el migrante?, ¿cómo ha cambiado el espacio?, ¿qué consecuencias han tenido los cambios en el espacio sobre la identidad y la memoria colectiva de los ajijictecos?

Saber cuáles son las consecuencias de esta migración y cuál es la experiencia de los locales frente a este otro adquiere relevancia en un contexto donde la generación del baby boom -que, tan solo en Estados Unidos ronda las 77 millones de personas- está envejeciendo.9 De hecho, se espera que entre 2000 y 2030 se duplique la población mayor a 65 años en Estados Unidos y, como consecuencia, que América Latina reciba una gran ola de estos retirados.10

Para esta investigación se sigue una metodología de perspectiva relacional donde, a partir de las interacciones que establecen locales y extranjeros, se pueden entender las construcciones que ha generado un grupo sobre el otro.11 Es entonces que, a partir de las interacciones entre ambos, se entienden los imaginarios sociales, el espacio, la identidad y la memoria. Como un primer paso de este estudio, se identificaron diferentes tipos de relaciones entre locales y extranjeros a partir de sus niveles de cercanía con el otro.

En total, se realizaron 42 entrevistas semiestructuradas a extranjeros y locales en Ajijic durante el mes de marzo de 2019. Dado que la estancia de los extranjeros en Ajijic varía, la temporalidad es relevante. De acuerdo con las entrevistas, en la última década, Ajijic ha sido anfitrión de una fuerte oleada de extranjeros estacionales -sobre todo canadienses- que residen tan solo durante los meses de invierno, siendo marzo su último mes de estancia en México. El tiempo en campo permitió tener un comparativo del espacio durante las épocas de mayor y menor migración, así como entrevistar a los migrantes estacionales, también llamados snowbirds.

2. Migración internacional de retiro: consecuencias en las comunidades de arribo

Por las características de quien migra, la migración internacional de retiro rompe el estereotipo del migrante y de las motivaciones tradicionales del desplazamiento. Por ejemplo, para el caso latinoamericano, los migrantes son regularmente imaginados como personas de tez morena o negra, que abandonan sus países de origen por falta de oportunidades laborales o huyendo de la pobreza, conflictos y violencia.

Incluso, dado que la migración internacional de retiro es un movimiento elegido y no forzado, se ha discutido si en realidad se refiere a un concepto aparte, más cercano a un movimiento de privilegio.12 Sin embargo, el abandono del país de origen se explica a partir de varias dimensiones que definen qué tan electiva -más bien, deseada- ha sido la decisión de migrar y, por tanto, qué tipos de interacciones tendrán los migrantes con su nuevo entorno cultural, social y espacial.

La migración de retiro contempla factores de expulsión y atracción para explicar la salida del país de origen. Por un lado, los migrantes pueden verse atraídos por países que presenten características como clima cálido, bajo costo de vida, servicios y vivienda a precios asequibles o bien, que tienen una comunidad foránea donde encuentren personas similares a ellos. De igual manera, pueden ser atraídos por su afinidad con ese otro país o por el deseo de vivir en otra cultura.13

En ese escenario, México resulta sumamente atractivo para migrar. En principio, su cercanía y conectividad con Estados Unidos y Canadá le dan ventaja frente a otros países del continente, pues migrar a México no es sinónimo de renuncia a los lazos amistosos, familiares y cívicos. De igual forma, tiene regiones de clima templado y zonas a nivel del mar. Por el tipo de cambio y 347 el bajo costo de vida, es un país económicamente accesible, que cuenta con asentamientos de migrantes de retiro bien consolidados. Esto último resulta ser una gran ventaja, pues reduce los costos y los riesgos del movimiento; facilita el acceso a información migratoria y hospedaje; les asegura un ambiente donde se identifiquen culturalmente y su proceso de adaptación se agilice.14

México cuenta con servicios de salud privados a módicos precios, así como con facilidades laborales que permiten contratar personal médico o del hogar a bajo costo. Todas estas características, en mayor o menor medida, han sido encontradas en estados y regiones como Sinaloa, Jalisco, Baja California Norte y Sur, Ajijic y San Miguel de Allende, siendo estos dos últimos casos los de mayor inmigración extranjera y antigüedad en el país.15

Por su parte, los factores de expulsión presentan justamente escenarios contrarios, donde el aspecto económico suele jugar un rol decisivo. Usualmente, las causas de la migración tienen que ver con costos tan altos en la vivienda y la salud, que los migrantes deben salir del país de origen hacia zonas donde sí puedan costear esos servicios.16 Sin embargo, los factores sociales y políticos también influyen en la decisión migratoria. Incluso, el desacuerdo con el estilo de vida y la cosmovisión del país de origen pueden ser el único motivo de salida. Esto ha tenido especial relevancia en Estados Unidos, debido al ambiente social y político a partir del 9/11. Además, en últimas fechas, el desánimo se ha agudizado por causa de las decisiones económicas y políticas del presidente Donald Trump.17

Si bien esta combinación ha orillado a migrar a personas que se sienten más identificadas con el estilo de vida en México, también ha atraído a quienes no pueden sostenerse económicamente en su país y carecen de motivación y simpatía por vivir en el extranjero. Esta contracara de la migración de retiro ha resaltado la importancia de observar la heterogeneidad en los tipos de extranjero, pues, además de que sus motivaciones para migrar se asemejan más a un acto de escape, también están ligados a un menor perfil económico, lo cual puede derivar en relaciones distintas a las que tradicionalmente han tenido con sus anfitriones en el extranjero.18 A propósito de estos tipos de migrante, Alfredo, quien trabaja para The Lake Chapala Society,19 una de las organizaciones extranjeras más grandes de Ajijic, comenta:

Cuando yo llegué aquí, encontré a dos tipos de extranjeros: los baratos y los abiertos. Los baratos es porque “es para lo que me ajustó, lo odio, pero es lo único para lo que me alcanzó”. Y son groseros. Es gente grosera, mala onda […] Casi ninguno está asociado a The Lake Chapala Society. Raros los que vienen aquí. Y los abiertos aprenden el idioma, la cultura, te preguntan, te hacen observaciones.20

Los migrantes de retiro, en general, han jugado un rol importante dentro de las comunidades de arribo, pues su llegada trae consigo implicaciones de orden principalmente económico y este, a su vez, trasciende poco a poco las esferas social y espacial. Al provenir de países de mayor desarrollo, realizan transacciones con un tipo de cambio ventajoso, convirtiéndose en estimuladores de las economías con dinero generado en otro país. Asimismo, no compiten laboralmente con los nativos; al contrario, generan empleos para los locales en actividades de servicios, sobre todo en las áreas de trabajo del hogar y la salud.21

Los migrantes de retiro, como creadores de empleos y consumidores de nuevos servicios y productos, reorientan la oferta de bienes de acuerdo con sus necesidades y poder de compra, generando cambios en las actividades económicas propias de la región, el uso del suelo y la apariencia del lugar, por mencionar algunas de las consecuencias más notorias.22

Conforme la generación del baby boom envejece, esta migración adquiere mayor relevancia en la literatura, donde comienza a discutirse qué tan sostenibles son en realidad estas colonias. Por un lado, la inyección económica que los extranjeros representan y los cambios que generan en la composición laboral tradicional pueden originar relaciones de dependencia económica. En casos como el de Ajijic, una zona rural de tradición pesquera y agrícola que vivía en condiciones de pobreza, la presencia extranjera ha impulsado el desarrollo de la industria inmobiliaria y el turismo, pero también ha incrementado el costo de la vivienda y los productos, así mismo se han reemplazado categóricamente las actividades primarias por las terciarias.

La disparidad económica resulta en despojo ecológico, lo cual se refiere al proceso donde -como consecuencia de la gentrificación- el local vende sus propiedades y tierras usadas para fines de consumo o vivienda, y estas se vuelven parte de la oferta inmobiliaria para el migrante extranjero. Se habla de despojo porque, por un lado, las condiciones de aumento de precios, de alguna manera, obligan a los locales a mudarse a sitios que sí puedan costear. Pero, por otro lado, los locales quedan faltos de espacios para realizar sus actividades económicas tradicionales, como la agricultura.

Esta situación no solo les arrebata su identidad como campesinos, sino que los deja en completa dependencia de los empleos generados por los migrantes. La presencia de otro, en mayor o menor medida, despierta un efecto transformador en la identidad individual y colectiva de los locales e, inevitablemente, afecta las formas en que interactúan con el nuevo espacio. En el caso de Ajijic, el cambio ha sido tal que incluso se le describe ya como un pueblo de servidores domésticos.23 En ese mismo sentido se debate qué tan sostenible es pensar a la migración internacional de retiro como una vía de desarrollo, pues el nivel de envejecimiento no se mantendrá constante. Así, puede dejar como resultado insuficiencia en la creación de empleos y abandono de toda una infraestructura física y social para atender las demandas de esta población.24

Asimismo, ante las consecuencias negativas para los locales, se ha reflexionado sobre la fragilidad de estas colonias. Si bien los migrantes han generado empleos y atendido necesidades importantes con su trabajo filantrópico, este perfil de migrante no suele desarrollarse en todos los asentamientos extranjeros. En México, un caso de esto es el de Cabo San Lucas, donde, entre otras características, el migrante no habla español, interactúa con los locales únicamente por razones laborales y no presenta interés por promover organizaciones que mejoren la calidad de vida del local.25

Este cambio de comportamiento coincide con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el cual ha permitido la entrada de productos norteamericanos a México y, por tanto, le da la posibilidad a los migrantes de importar su estilo de vida. Esto ha atraído a quienes solo buscan los beneficios económicos de vivir en México, pero no se interesan por generar vínculos con la cultura y sociedad que los recibe.26 Este patrón se ha visto también en Ajijic, donde anteriormente se recibían a migrantes que impulsaban labores filantrópicas en la zona. Pero el nuevo tipo de migrante pone en riesgo la tradición migratoria local y la aceptación en el pueblo sobre este otro, pues ahora la ausencia de beneficios puede exaltar las desventajas de su estancia en la comunidad.

El migrante internacional de retiro no es una categoría homogénea de jubilados con alto poder adquisitivo e interesados en el trabajo filantrópico, sino un grupo heterogéneo en cuanto a nivel económico y educativo, sus pasatiempos, historias de vida o relaciones con su lugar de origen. Más importante aún: cada grupo produce diferentes tipos de asentamientos, al igual que efectos en la composición social y económica de las comunidades a las que migran.

Saber quién es el otro y cómo interactúa con la comunidad -ya sea en términos espaciales o sociales- llega a dar pistas de las consecuencias que puede traer una forma de asentamiento sobre una comunidad, tanto en su cultura e identidad, como en las transgresiones a su espacio, los cambios en las actividades económicas y el costo de vida. Asimismo, estos cambios son determinantes en la configuración de las relaciones entre locales e inmigrantes y generan un tipo de recibimiento y percepciones hacia el otro.27

3. Dificultades conceptuales: ¿turismo residencial o Migración internacional de retiro?

Definir la migración internacional de retiro resulta una tarea compleja, pues comparte características con fenómenos como el turismo y el turismo residencial, e incluso, se les ha usado de manera intercambiable.28 Dentro de la literatura, más que ahondar en la distinción entre ambos conceptos, se ha producido una amplia terminología; sin embargo, todos ellos atienden a un fenómeno de mayor alcance.29 La variedad de términos se debe a los distintos tipos de migrantes y motivaciones, pero también a los tipos de desplazamientos que realizan.

Los movimientos de personas pueden manifestarse de diferentes formas a partir de las opciones migratorias que el país de arribo ofrece.30 Bajo los diferentes esquemas legales, se desarrolla una diversidad de movimientos en los cuales los extranjeros tienen estancias de diferente duración y establecen vínculos de distinto nivel de cercanía con los locales y el espacio. Ello abre un debate sobre si realmente se trata de movimientos migratorios o si son algo distinto. A propósito de lo anterior, es importante mencionar que los términos contienen una carga valorativa: palabras como expatriado, turista o migrante no son neutrales ni política ni culturalmente, y tampoco los movimientos que cada uno realiza.31

El turismo se ve involucrado en esta discusión debido a que la mayoría de los migrantes internacionales reportan haber viajado anteriormente al lugar de retiro por motivos vacacionales.32 A partir de una visita turística, se deriva la compra o renta de casas y, posteriormente, un movimiento de mayor duración.33 Precisamente, esa fusión entre el sector turístico e inmobiliario es a la que se conoce como turismo residencial, el cual ocurre a partir de la compra o renta de una segunda residencia, para fines de ocio o vacacionales.34

En un primer momento, la compra o demanda de un inmueble implican la apropiación del suelo. Después, su mantenimiento conlleva el desarrollo de relaciones laborales e interacciones de cierta frecuencia y plazo con miembros de la comunidad local.35 Por último, en la mayoría de las definiciones, quienes demandan estas residencias son adultos mayores, extranjeros y jubilados.36 Dicho lo anterior, la tarea de distinguir entre el turismo residencial y la migración internacional de retiro se complejiza, pues ambos se expresan de manera análoga y, por tanto, generan consecuencias de gran similitud.

Un componente para distinguirlos ha sido la duración de sus estancias y, de hecho, la literatura ha sido sumamente variada.37 En algunos casos, la duración de la estancia de los turistas residenciales es de periodos menores a los seis meses o un año,38 aunque también se ha hablado de estancias permanentes.39 Sin embargo, otras perspectivas ven en las estancias prolongadas un tipo de migración, donde a esos turistas se les entiende más como residentes, semirresidentes o inmigrantes estacionales por motivos turísticos.40

Para definir esta controversia, se toma como base la definición de turismo de la Organización Internacional del Turismo (OIT). Esta delinea algunas consideraciones -como la duración de la estancia, la frecuencia de las visitas o estacionalidad, el uso de la residencia y el entorno habitual- que pueden ayudar con la diferenciación de ambos conceptos. La OIT define que:

El turismo comprende las actividades que realizan personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos al de su entorno habitual, por un periodo de tiempo consecutivo inferior a un año con fines de ocio, por negocio y otros [donde] el entorno habitual de una persona consiste en una cierta área alrededor de su lugar de residencia más todos aquellos lugares que visita frecuentemente.41

En esta definición se encuentran tres componentes valiosos. El primero es el hecho de que el turismo, y por tanto el turismo residencial, no es exclusivo de extranjeros de la tercera edad y que sus motivaciones para adquirir una segunda residencia no están limitadas al ocio. De este modo, también serían turistas residenciales los nacionales que adquieren casas de campo o personas que rentan o compran un inmueble por motivos de salud o laborales. Esto ocurre comúnmente en Ajijic, donde buena parte de las residencias son propiedad de los tapatíos42 o mexicanos de otros estados, quienes usan estas casas durante periodos vacacionales o fines de semana.

El segundo aspecto es el carácter de la residencia. En ese sentido, la primera residencia es aquella donde se realizan las actividades cotidianas, es de uso principal y es donde se pasa la mayor parte del año. Por lo tanto, las casas de segunda residencia son aquellas donde se habita por temporadas cortas y donde se realizan actividades fuera del entorno habitual. De acuerdo con otras definiciones, el turismo residencial siempre ocurrirá en una propiedad con estatus de segunda residencia.43 Sin embargo, esta casa puede tener otros usos, más allá de lo turístico, ya sea como inversión o para que se convierta en la primera residencia. En este último caso, se trata de un movimiento migratorio, pues ahora, el regreso al lugar de origen significa una visita, no el reconocimiento de un espacio habitual donde se vive una cotidianidad de forma prolongada.

Por último, el entorno habitual es un elemento importante que complementa la definición, pues significa el desarrollo de un sentido de pertenencia al territorio. Esta identificación o unión con el lugar puede estar ligada a otro componente: la duración de la estancia. En los casos donde la residencia en el extranjero es voluntaria y deseada, se puede inferir que, quienes permanecen por más de seis meses -como puede ser el caso de los residentes temporales-, comienzan a desarrollar lazos con el territorio que van más allá del turismo residencial. Sobre esto, Hugo García comenta:

Los asentamientos de población extranjera jubilada, ampliamente denominados como turismo residencial y caracterizados por estancias consecutivas superiores a los seis meses por año, y de carácter estacional, no constituye actividad turística, puesto que pasa a ser su residencia principal y por tanto su entorno habitual. Por supuesto, las estancias permanentes de ningún modo pueden constituir un fenómeno turístico, puesto que supone un cambio de residencia principal.44

Todo lo anterior indica que en Ajijic se desarrollan ambos fenómenos. Sin embargo, desde la perspectiva local, a pesar de que sí hay una distinción entre los migrantes permanentes y los temporales, los nativos entienden sus movimientos como parte de un mismo fenómeno, pues las consecuencias que producen son muy similares, prácticamente iguales. Por ello, en este artículo se entiende al turismo residencial como parte del fenómeno de migración internacional de retiro, dejando fuera del estudio a los tapatíos u otros mexicanos con segundas residencias en la región.

4. ¿Qué ocurre con los anfitriones de migrantes internacionales?

Algo que comparten los ajijictecos y los extranjeros son sus ideas sobre la migración. Con el antecedente de ser un pueblo que pertenece a uno de los estados de principal expulsión de mexicanos hacia Estados Unidos, cuando los ajijictecos imaginan a un migrante, se piensan a sí mismos antes de la llegada de los extranjeros. Esto es, como campesinos pobres y de tez morena que buscan mejores oportunidades laborales. El extranjero, de acuerdo con sus propias interpretaciones sobre la marginación y etnicidad en torno al migrante comparten esta idea con el local, a partir de las experiencias de recibir migrantes mexicanos en su país. Esta combinación tiene como resultado la idea de que el migrante internacional de retiro es un americano, un extranjero, un expat, pero no un migrante.

Lo anterior es una idea compartida, a partir de experiencias y percepciones, por lo cual es un ejemplo de imaginario social. En palabras de Daniel Hiernaux, los imaginarios sociales son todas las creencias, imágenes o valoraciones que se definen en torno a una actividad, un espacio, un periodo, persona o sociedad, en un momento determinado.45 Como primer paso, los imaginarios se crean a partir de las percepciones del intérprete, las cuales están condicionadas por una base de ideas subjetivas. Asimismo, la percepción del intérprete está condicionada al lugar que este ocupe en el espacio social.46

Por otro lado, los imaginarios se construyen de manera individual o colectiva, con base en experiencias propias o ajenas, a través de los medios de difusión o basándose en la propia imaginación y fantasía.47 Los imaginarios se comparten de forma escrita, oral o visual y están contenidos en los discursos alrededor de cierta persona o fenómeno.48 Justamente este proceso de divulgación es el que legitima y constituye a los imaginarios en realidades. Sin embargo, los imaginarios no son permanentes: pueden ser falseados cuando se descubre que la realidad que describen no es del todo cierta.49

El principal riesgo de los imaginarios es justamente el hecho de que estas ideas compartidas pueden trasladarse en realidades y acciones. En el caso de Ajijic, lo que cada grupo imagina del otro abona en las maneras en que interactúan. Por ejemplo, el que los locales no consideren a los extranjeros propiamente como migrantes, los exenta de esa connotación negativa que tiene el término y ha contribuido con la aceptación de su presencia en el pueblo.

Esto es claro en las entrevistas: los trabajadores del hogar o quienes ostentan un nivel mínimo en escolaridad suelen llamarlos extranjeros o americanos y perciben beneficiosa su presencia en Ajijic. Sin embargo, quienes mantienen relaciones de mayor cercanía (como amigos o familiares) o que tienen un grado de escolaridad en nivel superior, son quienes los reconocen y nombran como migrantes. Ellos, que tienen una percepción positiva, también señalan sus implicaciones negativas, sobre todo para la conservación del medio ambiente.

Las ideas que tienen los extranjeros sobre su retiro y el movimiento que realizan están ligadas a sus imaginarios sobre los países del sur. Ven su retiro en esta región como una forma de volver a la naturaleza y tener una vida tranquila. Sin embargo, los escenarios que imaginan no contemplan a la población local como parte de su entorno social.50 En las zonas de arribo, forman organizaciones que integran a quienes ven como iguales y se desarrolla un proceso de socialización y construcción de los símbolos que los hacen ser parte de un grupo.51 Esta forma de evadir otros aspectos del entorno impide que sus imaginarios sobre el país de arribo sean transformados, con lo cual creen que estos son realidades. En consecuencia, se imaginan como propietarios, no como huéspedes. Por ello, en muchos casos, los extranjeros se identifican como parte de Ajijic, aunque tan solo son parte de la comunidad que ellos mismos imaginan.

La llegada de un otro extranjero, culturalmente distinto, puede tener efectos en la manera en que el nativo se entiende a sí mismo y a su localidad. De acuerdo con Gilberto Giménez, la identidad es el resultado de un proceso donde los sujetos, a partir de la confrontación con un otro, encuentran las características que los distinguen y hacen únicos. Pero también encuentran aquellas que comparten con otros y les permiten reconocerse como parte de grupos sociales.52

En este proceso de identificación, ya sea individual o dentro de un colectivo, se movilizan recursos culturales anteriormente interiorizados y transmitidos socialmente.53 Estos recursos se alimentan de los imaginarios sociales, de la memoria, los valores, lugares y lecciones aprendidas en experiencias pasadas que, en buena medida, han sido las responsables de crear y consolidar sus referentes, creencias y símbolos. Sin embargo, estos elementos se transforman en el tiempo y, por ello, se habla de la construcción de la identidad como un proceso, no como una definición inmutable.

El resultado de este proceso de identificación, en buena medida, está determinado por el sujeto que se usa como referente. En ese sentido, los ajijictecos han construido su identidad a partir de dos referentes principales. Por un lado, Ajijic reconoce un pasado en común con los otros poblados de la Ribera, pues se considera como un pueblo de agricultores y pescadores. Pero, por otro lado, se distingue del resto, al ser el pueblo preferido por los migrantes internacionales. A partir de esto, se desencadenan características particulares, como el ser un pueblo cosmopolita, bilingüe, de mayor poder económico y que posee el mejor clima de la Ribera. Esta visión de sí mismos cambia cuando su identidad se contrapone con el extranjero. En esos casos, el ser ajijicteco se define como trabajador, pobre y con un alto sentido de orgullo por su cultura.

Por lo anterior, su presencia y sus interacciones con el nuevo entorno pueden devenir en diferentes fenómenos, como la aculturación o la exaltación regenerativa. Por su parte, la aculturación se expresa cuando los sujetos se apropian de rasgos que caracterizan a aquel que miran como un otro. La introducción de estos nuevos elementos supone la reorganización de la identidad de los locales.

Si bien se incluyen nuevos rasgos a la identidad, como el ser bilingües al integrar el idioma inglés en su cotidianidad, también se pueden producir efectos de exaltación regenerativa.54 Esto último se refiere a destacar una o varias características de la identidad y tiende a surgir como respuesta de defensa a procesos de aculturación bruscos. Por ejemplo, al ser un pueblo que valora la naturaleza, la apropiación del espacio para construir inmuebles ha significado un cambio que le duele a la comunidad ajijicteca. En respuesta, mandan un mensaje sobre quién es el propietario del territorio, sobresaltando aspectos únicos de su identidad.

Un ejemplo son las fiestas patronales, celebraciones acompañadas de música de banda y pirotecnia, las cuales resultan ser de gran desagrado para el extranjero. En ellas, los ajijictecos festejan de acuerdo con su tradición, no en favor de las peticiones de los extranjeros. Al contrario, sugieren que los extranjeros se retiren del pueblo durante las festividades.

Lo anterior no significa que la identidad entre en contradicción, sino que los cambios en los rasgos culturales y en su ordenamiento de significados no han provocado que los ajijictecos dejen de identificarse como tales. Según Fredrik Barth, los individuos o los grupos pueden adoptar otros elementos, como la lengua o la religión, y seguir identificándose de la misma forma.55 Y eso también ocurre en Ajijic: en lo esencial, respecto a lo que los ha hecho ajijictecos, los cambios no son negociables.

Sin embargo, no es exagerado decir que, actualmente, los locales ya no entienden a su pueblo sin los extranjeros, pues siempre han estado presentes. Han dejado grandes huellas en el espacio, construyendo bibliotecas, escuelas, hospitales; aportando recursos para obras públicas, y siendo propietarios de buena parte de las casas del centro y de los fraccionamientos cerrados; además, el idioma inglés es algo ya común en las calles. Todo lo anterior queda guardado en una memoria que crea imaginarios sobre quién es el otro y quiénes son frente a él.

En casos como la migración, la memoria y el espacio son los referentes que permiten contar las historias de un pasado común. Ambos consolidan y mantienen presentes ciertos rasgos de las identidades; dan sentido a los símbolos y referentes actuales y juegan un papel en la producción y reproducción de imaginarios sociales. De acuerdo con Durkheim, la memoria no es un almacén del pasado, sino una maquinaria que selecciona, reconstruye y produce ideas sobre los recuerdos, a partir de estímulos.56

Un buen ejemplo de lo anterior es la insistencia de los ajijictecos y residentes permanentes extranjeros de conservar la sierra libre de construcciones. La identidad ajijicteca está basada en la belleza del paisaje y del escenario que componen el lago, el empedrado y los cerros. Mantener el ecosistema, más allá de un propósito ecológico, se ha convertido en una pelea por no perder parte de su identidad individual y colectiva. En ese sentido, buena parte de los locales se muestran nostálgicos por imaginar un Ajijic donde no hubiese existido la migración e, incluso, admiten preferir un escenario así que el actual. La transmisión de esos recuerdos y percepciones van moldeando a las generaciones nuevas, logrando mantener en la memoria colectiva un pasado común y una identidad colectiva basada en el cuidado del territorio.

Asimismo, el espacio es el escenario donde conviven los actores sociales. La forma en la que estos se distribuyen y conviven con él son una manera de entender cómo son las interacciones entre los diferentes grupos que allí habitan. Por ejemplo, la distribución de las casas en Ajijic evidencia la existencia de relaciones de poder económico, reflejadas en la apropiación de ciertos espacios. Ello también nos muestra las preferencias de cada grupo en cuanto a con quién desean relacionarse.57

En resumen, los imaginarios sociales se construyen a partir del contacto que tienen los locales con el otro extranjero, ya sea personalmente o basado en experiencias de otros. También es a partir de estas interacciones que los sujetos forman sus identidades, ya sean individuales o como colectivo. Dado que las identidades se construyen usando como referencia a un otro, lo que se imagine de este tiene repercusiones en este proceso. Los imaginarios sociales, a su vez, 359 se alimentan de experiencias, recuerdos o historias transmitidas socialmente. Dentro de este mecanismo, la memoria y el espacio sirven como herramientas para transmitir y dar durabilidad en el tiempo tanto a imaginarios sociales como a las identidades.

Figura 1 mecanismo de producción de imaginarios sociales a partir de las interacciones entre dos sujetos 

Para conocer los imaginarios sociales de los locales sobre los extranjeros, se detectaron tres grupos de interacción entre ambos. A partir de estos, se elaboraron guiones de entrevista que contemplan temáticas sobre relaciones laborales, organizacionales, amistosas o familiares, así como elementos sobre su identidad colectiva, recuerdos sobre el lugar y cambios en el espacio. A partir de esas preguntas y de la historia local, se dedujeron cuáles son los imaginarios que tienen los locales sobre el otro extranjero, así como los cambios en la identidad y la participación de la memoria y el espacio. El punto de saturación se alcanzó luego de realizar un total de 42 entrevistas semiestructuradas.58

Los entrevistados se dividieron en tres grupos: aquellos que sostienen relaciones directas, indirectas y nulas.59 Eran consideradas “directas” todas aquellas relaciones cercanas, ya fuesen por motivos de amistad o laborales. En esta categoría, se entrevistó a trabajadores del hogar que laboran de planta o que llevan muchos años trabajando para la misma persona; a quienes trabajan en establecimientos extranjeros; personas que conviven frecuentemente con extranjeros en actividades u organizaciones, y a quienes son amigos cercanos o familiares.

Las relaciones indirectas son aquellas donde existe contacto ocasional con intercambios poco sustanciales. Algunos ejemplos son los vecinos, los beneficiarios de asociaciones u organizaciones extranjeras, así como los dueños de negocios, los cuales se ven beneficiados por el turismo y la presencia extranjera.

Por último, se consideró como relación nula a quienes no tuviesen una relación ni laboral ni personal con los extranjeros, y que no fuesen beneficiarios de su estancia en Ajijic. Localizar a estos informantes fue casi imposible, pues todos en Ajijic tienen algún tipo de vínculo o historia con ellos. Entre todos los informantes, solo se encontró uno para esta categoría. Ella trabaja como directora de una escuela primaria; no ha trabajado para extranjeros, tampoco convive con ellos como vecina y no recibe apoyos de ninguna organización. Sin embargo, cuando era niña, fue beneficiaria de un proyecto extranjero de comedores estudiantiles. Asimismo, su mamá se empleó un tiempo como trabajadora del hogar para una mujer estadounidense.

Tabla 1 Diseño de investigación 

Niveles de interacción Motivo de la relación Puntos de contacto
Directa Indirecta Nula
Interacción de alta frecuencia Relaciones de confianza o amistad Interacciones de baja frecuencia Relaciones con una distancia formal y cordial No tienen relación con el otro ni comparten espacios. Laboral Casas de extranjeros, hoteles, hostales, restaurantes, bares, tiendas, otros servicios (estética, carpintería, herrería, etc.)
Vecinal Barrios, fraccionamientos
Familiar
Amistad
Organizaciones o proyectos LCS, centros de gobierno y otros espacios donde se desarrollan actividades en común.
Otros Malecón, el lago, las montañas, restaurantes, la plaza central, las calles, etc.

En esta tabla se resumen los diferentes niveles de interacción en los que locales y extranjeros conviven, así como las razones que motivan estas relaciones y los puntos donde ambos se encuentran.

5. Imaginarios sociales en construcción y cambio

Los imaginarios de los ajijictecos tienen origen en sus primeros intercambios con los extranjeros y, gracias a la memoria y al establecimiento de un statu quo en las interacciones, estos imaginarios se mantienen vigentes. Según los locales, Ajijic tiene una tradición antiquísima como pueblo receptor de extranjeros, comenzando por la relación pacífica que establecieron con los conquistadores. Es a partir de esta historia que se elabora todo un imaginario de la identidad ajijicteca como un pueblo genuinamente cosmopolita, pacífico, con abundancia de recursos y el mejor clima. En su historia contemporánea, los locales han desarrollado tres imaginarios principales alrededor del extranjero: el benefactor, la recompensa y la ayuda obligada. A continuación, se hace una breve revisión de las diferentes etapas migratorias en Ajijic para explicar el origen de estos imaginarios.

Luego de la Conquista, el siguiente encuentro con un otro extranjero se originó durante el Porfiriato (1884-1911), periodo presidencial que impulsó el desarrollo económico de México mediante la construcción de infraestructura, con inversión extranjera. Desde la década de 1880 a la primera década de 1900, llegaron a la Ribera algunos europeos y estadounidenses con fines de invertir en la zona para erigir un centro turístico. Sin embargo, no formaron lazos con los nativos ni se establecieron de forma permanente.60 A esta fase se le conoce como la etapa de “descubrimiento”.

Posteriormente, entre las décadas de 1920 y 1950, comenzó la etapa de “fundación” de la colonia extranjera. Esta se caracterizó por ser la fase donde los extranjeros se internaron en Ajijic y permanecieron por estancias prolongadas. A partir de estos primeros intercambios, se sostiene la base de los imaginarios actuales. En este caso, los extranjeros eran jóvenes artistas provenientes de Europa y Estados Unidos atraídos por el paisaje del lugar y el bajo costo de vida. Comenzaron estableciéndose por unos meses; sin embargo, a pesar de la brevedad, entablaron relaciones vecinales cercanas y laborales con los locales.

De igual forma, se ajustaron al estilo de vida de los nativos, pues practicaban agricultura de autoconsumo y asistían a las fiestas del pueblo. Para los locales, esas acciones eran demostraciones del alto sentido de respeto que tenían los extranjeros por su comunidad.61

Las condiciones de marginalidad y pobreza de Ajijic en ese entonces, en contraposición a las necesidades y el poder adquisitivo del extranjero, promovieron una cultura de “altruismo” y trabajo en la Ribera. Los extranjeros, al considerar que Ajijic era su nuevo hogar, desarrollaron proyectos para ayudar a la comunidad. Asimismo, ofrecieron trabajo remunerado al local, pero este siempre iba acompañado de apoyos: prestaban o regalaban dinero a sus empleados en caso de enfermedades; pagaban la educación de los hijos; regalaban ropa; ofrecían regalos en Navidad, entre otros.

A partir de la consolidación de las relaciones laborales y de altruismo como puente para interactuar con el local, se promovió una dinámica desde la cual se sitúa a los nativos como trabajadores y pobres, y a los extranjeros como empleadores y benefactores en el espacio social. Además, a partir de la interacción con este otro cuyo poder adquisitivo es mucho mayor, el local comienza a identificarse e imaginarse como pobre, mientras se construye entre los extranjeros una idea de obligación moral por ayudar al local. El resultado de todo esto son las relaciones de patronaje. Eleonore Stokes lo explica:

La tradición de patronaje creció de las relaciones económicas, sociales y culturales desiguales entre los patrones y los sirvientes y se arraigó con la exposición oral y literaria de que ese tipo de relaciones eran obligatorias, benevolencia paternalista. El patronaje es idealizado como un gesto altruista de los ricos.62

Desde una perspectiva de intercambio social, las interacciones se manejan a partir de transacciones desiguales, donde los extranjeros ofrecen algo que no les es de valor, como el dinero, mientras los locales les dan su admiración.63 Estas dinámicas de ayuda se han reproducido por generaciones en ambos grupos. Por su parte, los extranjeros han transmitido a los nuevos migrantes esta relación de paternalismo como “el deber ser”. Así, Karl, canadiense empleador y benefactor de su trabajadora del hogar, cuenta lo siguiente:

Escribí un artículo el año pasado en El Ojo del Lago. Yo estaba en Europa, regresé y tres días después recibí una llamada de una familia americana que vivía con 300 000 dólares o algo así. Ellos leyeron mi artículo y estaban preocupados por su jardinero si es que un día se quedaba sin empleo. Estaban preocupados por sus tres hijos. “¿Cómo va a pagar su educación?”. Mi vecina trabaja para seguros Monterrey. Hablamos con ella y les hizo un plan. Primero que nada, ellos le dejaron 80 000 dólares de seguro de vida al padre. Si es que él pierde el trabajo, su familia puede recibir ese ingreso. Ellos pusieron 20 000 dólares en una cuenta de ahorros para la educación de los hijos. Esa es la forma en la que debería ser [la relación entre extranjeros y locales]. Esa es la razón por la que nosotros estamos aquí.64

Por su parte, Michael, canadiense casado con una mujer local y propietario de un hotel en Ajijic, responde a la pregunta ¿Cuál es el rol de los extranjeros en Ajijic?

Apoyo. Apoyar a todos los nativos. Yo siempre les digo a todos “lo que pagas de impuestos, es nada. Tú allá en Canadá pagas 4000 dólares al año, aquí pagas 400 pesos del predial”. Tienen que apoyar. Muchos sí lo hacen. No te imaginas la cantidad de niños que tienen sus padrinos, desde que el chamaco entra a la primaria hasta si se quiere seguir a la facultad.65

Asimismo, al preguntar a los locales cuál es el rol de la comunidad extranjera en Ajijic, sus respuestas están relacionadas con los beneficios económicos y apoyos: “Yo creo que el rol principal de ellos es ayudar a la economía: construcción, pintura de casas, jardinería, amas de llaves, damas de servicio, en los restaurantes. El punto principal de ellos es la economía; además de los otros beneficios que hacen.”66 A su vez, esta idea se ha ido transmitiendo en el tiempo: ¿En tu niñez o adolescencia, alguna vez le preguntaste a algún familiar quiénes eran ellos? “Sí, decían que eran sus patrones, que ellos eran los que levantaban la economía.”67

Es común entre los trabajadores contar historias de ayuda. En su tono, es evidente la ilusión y agradecimiento por el apoyo que reciben. Aurora, una trabajadora del hogar que recibe remuneraciones extra por su trabajo, comenta: “Hay muchos americanos que sí, muy buenas personas y te dicen ‘ten tanto’.

De hecho, yo trabajo con unos señores que ellos me dan cada mes 300 pesos para la escuela de mi niño.” Incluso, el año pasado, una pareja la invitó a pasar el verano todo pagado en Canadá junto con su hijo.68

Historias como la anterior son recurrentes. Estas refuerzan la idea del extranjero como un benefactor de la comunidad, ya sea de forma directa como con Aurora, o mediante la creación de organizaciones filantrópicas. Pero también, son responsables de la invención de un imaginario sobre el esfuerzo y el trabajo: el imaginario de la recompensa. Los locales cuentan “historias de éxito”. Por poner un ejemplo, un jardinero que trabajó muchos años para su patrón quedó como heredero de sus pertenencias. La propagación de historias como esa genera incentivos para mantener la lealtad con el extranjero, pero también para sostener la dependencia laboral que se tiene con ellos.

Ambos imaginarios, el del benefactor y el de la recompensa, son parte de un imaginario más grande: la ayuda obligada. Dada la asimetría en las relaciones entre los dos grupos, así como la disparidad en el poder adquisitivo, se genera el sentimiento de que el extranjero tiene una obligación moral de pagar por su estancia en Ajijic.

En las entrevistas, al hablar sobre las organizaciones filantrópicas y eventos de recaudación organizados por los migrantes, se les preguntó a los locales por qué creían que los extranjeros hacían esas actividades. La respuesta frecuente fue que lo hacían por gusto y como una manera de retribuir todo lo que el pueblo les da. Con ello, se refieren a la bienvenida, la calidez, la hospitalidad y la posibilidad de vivir con menos presupuesto.

Asimismo, la población originaria considera que, al tener los extranjeros mayores ingresos y dada la pobreza de Ajijic, es su deber apoyar:

Ellos vienen con una finalidad de apoyar a grupos vulnerables […] Lo que aquí está pasando es que la comunidad extranjera ve las necesidades que hay, entonces hay padrinos que se interesan en apoyar a este pueblo que les ha dado la bienvenida. Y hay una especie de “retribución” en que nosotros les damos la bienvenida, no con ningún interés, pero ellos tienen la gratitud. Entonces dicen “vamos a apoyar a este grupo de niños que tienen la necesidad”.69

Sin embargo, algunos locales, sobre todo quienes sostienen relaciones de amistad cercanas a ellos, comentan cosas contrarias. Enfatizaron en que algunos de esos extranjeros no son ricos ni les sobran recursos, sino que migran por necesidad, pues sus pensiones les son insuficientes para vivir en sus países. Asimismo, consideraban inapropiado que se les adjudicara la obligación de “apoyar”, como lo expresan otros nativos.

Por otro lado, después de la Segunda Guerra Mundial, llegó una gran ola de extranjeros a Ajijic, dando origen a la fase de “expansión”. Este aumento de la migración fue impulsado por la inauguración de la autopista Guadalajara-Chapala-Jocotepec, la cual facilitó la extensión de esos migrantes por la Ribera.70 Los nuevos extranjeros eran de clase media, en su mayoría exmilitares, agentes de gobierno o de corporaciones internacionales. Buena parte de ellos eran retirados, por lo cual iban en busca de un estilo de vida de ocio. Por ello, continuaron con la práctica de contratar personal para atender el hogar. Entre 1950 y 1975, la demanda inmobiliaria creció y se extendió un corredor de casas a la orilla del lago en terrenos ejidales.71

Además del aumento en la demanda de inmuebles, esta fase se caracteriza por la consolidación de organizaciones filantrópicas, fraternales y recreacionales. Incluso, se crearon algunas organizaciones, como Lake Chapala Society (LCS), para ayudar a los extranjeros en su proceso de mudanza a Ajijic. Pero también se crearon otros grupos para ayudar a la comunidad local con medicamentos, tratamiento de enfermedades, talleres culturales, vestido, entre otros apoyos.

Las organizaciones significaron un mecanismo de consolidación de los roles y la relación desigual entre ambos grupos. Actualmente, dentro de la estructura de las organizaciones, la presencia local es escasa, si no es que nula. Las organizaciones funcionan como medios de socialización entre los extranjeros, donde pueden comunicarse en su lengua materna y sentirse culturalmente identificados, al mismo tiempo que creen estar ayudando a la comunidad ajijicteca. Sobre esto, Terry Vidal, ex director de LCS comenta: “Ajijic es un caso perfecto de colonización moderna […] cuando llegué aquí [LCS], había solo seis miembros mexicanos. Ahora hay 60. En ese tiempo, la gente no se quería integrar. Era un club de gringos.”72

Durante las décadas de 1970 y 1980, Ajijic se desarrolló como una “colonia establecida”. Esta etapa se caracteriza por la diversificación étnica y religiosa de los migrantes. Por ejemplo, comienzan a llegar grupos de canadienses y judíos estadounidenses.73 Al comienzo de los años noventa, México, Estados Unidos y Canadá firmaron el Tratado de Libre Comercio. Entre sus cláusulas, este tratado facilitaba la entrada de productos norteamericanos a México. El poder tener un estilo de vida similar al de Norteamérica a precios más asequibles y con comodidades que no podrían pagar en sus países -como el trabajo doméstico- despertó el interés de otro tipo de foráneo: aquel que no tiene intención de adaptarse, sino de importar su estilo de vida.74

A partir de esto, hay una fuerte promoción de fraccionamientos construidos lejos de la zona centro de Ajijic. Por lo general, estos extranjeros no son parte de las organizaciones filantrópicas ni recreativas, además, manifiestan constantemente quejas sobre la cultura hispánica y las costumbres locales.75 En parte, estos procesos de conexión entre ambas comunidades se han dificultado por el nuevo tipo de migrante. Al respecto, Michael comenta:

Es triste. Los nuevos gringos que van llegando son más fríos, chocantes y exigentes. Son los baby boomers. Vienen con más dinero, educados, arraigados en sus creencias, veo algo de racismo. A mí me ha tocado aquí, porque yo siempre estoy apoyando a mi equipo. Y yo les digo que no estamos aquí para que nos humillen ni nos maltraten. Piensan que yo soy mexicano. Y se enojan conmigo “¡Es que no hablan inglés! ¡No entienden!”. Yo digo “tú estás en México. Tienes que hacer la lucha de aprender algo al menos para pedir un café”.

Asimismo, al preguntar si los extranjeros tienen un sentido de responsabilidad y respeto por la comunidad local, una comerciante cercana a ellos responde: “Algunos, pero no todos. En general, creo que sí. La mayoría sí tienen. Pero otros no, simplemente quieren un lugar barato donde vivir y donde no tengan que hablar español. Y [Ajijic] es como el lugar ideal para ellos.” Sin embargo, otro factor que ha promovido la segregación es la inseguridad en la zona y los imaginarios que se han construido sobre México, a partir de las noticias en el extranjero:

Hay muchos extranjeros que viven con mucho miedo. No sé si… obviamente a algunos les ha pasado algo, pero otros se segregan y se van a su coto y no salen de ahí más que para conseguir víveres en el Costco de Guadalajara. No vienen aquí porque sienten que les va a pasar algo. Se sienten inseguros.76

6. Transformaciones en el espacio y la memoria

El espacio puede entenderse no solo como una cuestión material, sino como un centro con implicaciones simbólicas y culturales.77 Asimismo, es un área donde se enfrentan agentes de poder: quienes tienen la capacidad de influir en la distribución espacial de las inversiones y de las agencias administrativas, políticas y económicas, son quienes reciben los beneficios materiales.78 En Ajijic, la mayor parte de las transformaciones se realizan para darle un lugar a los turistas y a los extranjeros, aunque esto deje de lado los intereses de los locales.

En cuanto a su territorio, Ajijic está dividido por la carretera, la cual marca una separación entre el lado norte y el lado sur. A lo largo y ancho de este pueblo se distribuyen cinco barrios tradicionales, siendo el barrio de las Seis Esquinas el único que no ha sido transformado ni habitado de forma masiva por extranjeros. En el lado sur de la carretera se encuentran la costa con el lago, el malecón, la plaza central, la iglesia principal, los comercios más afluentes y, en buena medida, está ocupada por casas de extranjeros.

En el lado norte están las casas donde se concentran la mayoría de los locales. Sin embargo, en la parte alta de esta zona, existen algunos fraccionamientos y casas donde habitan principalmente extranjeros o tapatíos, quienes disfrutan de la vista hacia el lago y del silencio. Vale la pena resaltar que, a pesar de que hay una tendencia a que los extranjeros y tapatíos vivan en el cuadrante sur y los locales en el norte, esto no es una regla. En realidad, están en todos lados. Leonardo, un joven que vive en las Seis Esquinas, comenta:

Ellos [los extranjeros] tienden a estar en cotos pequeños y pues te metes y son casas muy lujosas, y árboles muy viejos y cosas así. Últimamente ya está más mezclado. Por ejemplo, mi barrio antes era un barrio bien tumbado, bien cholo, pero luego dejé de vivir allá y vivimos aquí cinco años. Y cuando regresamos allá, ya estaba todo mezclado. Ya había enfrente de nosotros un estadounidense, al lado unos canadienses, acá había una casa sola, acá enfrente, nuestros vecinos mexicanos; acá, otra estadounidense; acá, otros mexicanos y así.79

Es importante precisar que, aunque los extranjeros se internen en los barrios locales, los nativos no logran vivir en los fraccionamientos cerrados. Esto se debe a la diferencia en poder adquisitivo y el alza en los precios de los servicios e inmuebles, lo que ha construido espacios exclusivos para cada grupo. En cuanto al acceso a ciertos espacios privados, como teatros, restaurantes o bares, los locales comentan que su entrada únicamente está condicionada a una cuestión económica. De acuerdo con ellos, sus razones para no entrar a sitios donde comúnmente hay extranjeros es por falta de dinero.

Por otro lado, la industria inmobiliaria ha ido capturando los espacios que comúnmente se creían públicos. Un ejemplo es la orilla del lago o playa, como la llaman los locales. En camino hacia San Antonio Tlayacapan, se han desarrollado clubs y lo que parecen ser hoteles, los cuales, han privatizado una sección del lago, impidiendo el paso por esa zona.

Otro componente de segregación es el idioma. En los espacios dominados por extranjeros se tiende a desarrollar las actividades en inglés. A propósito, Azucena, hija de un extranjero y crecida en Ajijic, comenta sobre LCS:

Pocos mexicanos, si no es que ningún mexicano, va a entrar ahí a sentarse a tomar el sol y leer un libro. Lo vemos como para extranjeros Fui invitada a la mesa directiva con Terry […] Ayudan muchísimo, pero no me sentía parte. Puro extranjero hablando inglés, que quieren ayudar a la comunidad pero no hablan el español.

¿Y qué piensa la gente de que haya lugares donde no puedes entrar? “Es que sí puedes entrar, pero no quieres. Sientes como que ‘ay, es de gringos’. Pero si quieres, puedes.”

La captura del espacio es notoria. Al observar las casas, es fácil adivinar el origen del propietario. Mientras las casas de los extranjeros se caracterizan por ser terrenos grandes, amurallados, con fachadas de colores vibrantes y flores, las de los locales suelen ser pequeñas, con sus puertas y ventanas abiertas e incluso, en algunos casos, se mantiene el viejo estilo de vivienda familiar. Este consiste en que, dentro de un mismo terreno, se construyan a lo largo viviendas para varias familias de un mismo núcleo. Los extranjeros han capturado gran parte del territorio y, para los ajijictecos, estas diferencias son evidentes, al igual que la desigualdad en la distribución de los servicios, como agua, recolección de basura o electricidad. Notan que el gobierno local pone mayor prioridad en asegurar su provisión en las zonas de extranjeros.

La identidad del ajijicteco está fuertemente ligada con su entorno. Para ellos, algo que hace a Ajijic distinto al resto de la Ribera es su clima, la belleza de las montañas y las vistas al lago. Además, conforme se desarrollan nuevas construcciones, se despliegan comentarios de nostalgia y añoranza por los tiempos donde no había propiedad privada.

Aunque la demanda inmobiliaria pone en riesgo esta parte de su identidad, los ajijictecos privilegian el desarrollo económico. Josefina, una costurera de 87 años, recuerda lo siguiente: “Cuando éramos niños nos íbamos al Potrero. Éramos felices ahí. Eran huertos de papaya, de verduras. Caminábamos por la playa. Ahora, el Potrero está todo fraccionado. Todo está construido”. Sin embargo, al preguntarle cómo sería Ajijic si no hubiesen llegado los extranjeros, responde: “estaríamos hundidos. Ajijic sería un pueblito sin civilización, de agricultura”.

Testimonios como ese son recurrentes y, a pesar de mostrar melancolía por las viejas formas de ser del pueblo, aceptan los cambios, así como aceptan la presencia del extranjero. Para algunos ajijictecos, mantener su beneficio económico se ha convertido en una prioridad, pero para muchos otros, es evidente que, si se rompe el ecosistema, Ajijic dejaría de ser atractivo para turistas y extranjeros.

En los últimos años, se han desarrollado proyectos agresivos para el territorio. El primero, fue la apertura de Wal-Mart en un pueblo vecino. Este centro comercial fue inaugurado en un contexto de protestas y rechazo de la comunidad local por instalar una empresa transnacional en lo que antes fue un terreno con árboles de mango. Además, cambió el orden de consumo de la localidad: “Anteriormente, en cada esquina había una tiendita y ahí la gente se surtía. De hecho, a partir de Wal-Mart, muchas tiendas desaparecieron porque ya no era la misma venta, el mismo beneficio que ellos tenían. Bajó mucho su rendimiento.”80

A su vez, se ha intentado en numerosas ocasiones hacer construcciones sobre los cerros. Al preguntarle a los ajijictecos qué creen que haya traído todos estos cambios, apuntan al extranjero y al gobierno local como principales autores. Sin embargo, a pesar de tener consciencia sobre los cambios en el uso de suelo, el estilo de vida, la apariencia del pueblo y el deterioro del medio ambiente, los ajijictecos siguen percibiendo de manera positiva la estancia del extranjero.

La mejora económica en la región tiene mayor peso que la memoria y la identidad colectiva. Una hipótesis de esto es que la tierra y el lago tenían mayor valor cuando el pueblo se dedicaba a actividades económicas que dependían de estos recursos. Ahora, la estabilidad de las montañas, el paisaje y el lago son importantes, pero como elementos que atraen a los extranjeros para vivir allí. La dependencia de estos recursos está más alejada: ya no sobreviven de la agricultura ni de la pesca, sino de los extranjeros.

Aunque el Ajijic de árboles frutales y ojos de agua cristalina haya desaparecido, el pueblo está regado de recordatorios de este pasado: el kiosco de la plaza central está repleto de detalles en alfarería y piedra con animales del lago; las paredes en las casas locales y extranjeras están pintadas con murales de los artistas locales donde el lago y sus pescadores son los protagonistas; hay una lucha ferviente por mantener el empedrado. Estos esfuerzos, aunque en realidad sirven como estrategias para atraer al turismo, conservan los recuerdos de un pasado en común, y su alta presencia ayuda a mantener claro el origen de quienes son los locales.

7. Conclusiones

Anteriormente, las colonias de migrantes internacionales de retiro estaban formadas por extranjeros que participaban de forma activa en la comunidad local: aprendían español, formaban organizaciones donde colaboraban con los locales y vivían entre ellos. En las últimas décadas, este perfil ha cambiado y no solo rompe con los imaginarios que ha construido el local sobre el extranjero, sino que pone en peligro la aceptación de la presencia del otro. A lo largo de su historia juntos, las interacciones entre ambos grupos han creado imaginarios sociales que denotan la dependencia económica del local con el extranjero. Pero estos imaginarios, al igual que las interacciones tradicionales, están en peligro. Si bien la presencia del extranjero ha generado bienestar económico en la zona, también ha sido responsable de la reconfiguración del espacio, donde los locales han sido forzados a dejar su territorio. Esto se hace evidente al observar el gran tamaño de los espacios que ocupan los extranjeros en comparación con los locales. No solo las casas y las calles donde viven los extranjeros son más grandes, sino que los comercios, los productos y las propias transgresiones en el espacio son para satisfacer sus demandas, dejando de lado los reclamos del local por conservar el espacio y cuidar el ambiente.

Ante el despojo paulatino, los ajijictecos han respondido con despliegues cada vez más notorios de su estatus como propietarios del territorio: celebran sus fiestas por las calles más importantes del pueblo, arrojan confeti y harina frente a tiendas de extranjeros, tocan música y truenan cuetes por la madrugada y muestran siempre un gran orgullo por la tierra donde nacieron. Si bien, la presencia de este otro extranjero los ha dotado de distintas características en su identidad, también ha contribuido a reforzar la cohesión del pueblo y a tener claridad sobre qué los hace ajijictecos.

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1En adelante, migración de retiro o migración internacional.

2 Croucher, Sheila, The other side of the fence: American migrants in Mexico, Austin, University of Texas Press, 2009, pp. 54-65.

3Medición propia. Instituto Nacional de Estadística y Geografía, “Espacio y datos de México”, Inegi, 2019. Disponible en: https://www.inegi.org.mx/app/mapa/espacioydatos/default.aspx?ag=140300002

4 Stokes, Moran Eleanore, La Colonia Extranjero: An American Retirement Community in Ajijic, Mexico, Nueva York, State University of New York,1981, pp. 19-24.

5 Ayuntamiento de Chapala, “Plan Municipal de Desarrollo (2012-2030)”, 28 de noviembre, 2012. Disponible en: https://sepaf.jalisco.gob.mx/sites/sepaf.jalisco.gob.mx/files/030_pmd_2012-2030_chapala.pdf

6Véase Stokes, Moran Eleanore, La Colonia Extranjero: An American Retirement Community in Ajijic, Mexico, Nueva York, State University of New York,1981, pp. 57-76.

7 Talavera, Salgado Francisco, Lago Chapala. Turismo residencial y campesinado, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1982, p. 45; Stokes, Moran Eleanore, La Colonia Extranjero: An American Retirement Community in Ajijic, Mexico, Nueva York, State University of New York,1981, p. 52.

8 Stokes, Moran Eleanore, La Colonia Extranjero: An American Retirement Community in Ajijic, Mexico, Nueva York, State University of New York,1981, p. 158.

9 McEnany, Anne y Richard Kiy, “Civic Engagement, Volunteerism and Charitable Giving: Americans Retiring in Mexico’s Coastal Communities”, U.S. Retirement in Mexico Research Series, San Diego, International Community Foundation, 2010, p. 3.

10 The Migration Policy Institute, “America’s emigrants. US Retirement Migration to Mexico and Panama”, 2006, p. 6.

11 Maldonado Mercado, Asael y Zaragoza Contreras, Laura, “La interacción social en el pensamiento sociológico de Erving Goffman”, Espacios Públicos, vol. 14, núm. 31.

12 Croucher, Sheila, The other side of the fence: American migrants in Mexico, Austin, University of Texas Press, 2009, pp. 54-65.

13 The Migration Policy Institute, “America’s emigrants. US Retirement Migration to Mexico and Panama”, 2006, pp. 7-9.

14 Croucher, Sheila, The other side of the fence: American migrants in Mexico, Austin, University of Texas Press, 2009.

15Omar Lizárraga recupera del Instituto de Política Migratoria de Estados Unidos esta información, localizando a las regiones de Guadalajara, Chapala, León, San Miguel de Allende, Guanajuato, Monterrey, Ciudad Juárez, Tijuana, Mexicali, Rosarito y Ensenada como los once destinos mexicanos que reciben a más estadounidenses. Lizárraga Morales, Omar, “La inmigración de jubilados estadounidenses en México y sus prácticas transnacionales. Estudio de Mazatlán, Sinaloa y Cabo San Lucas, Baja California Sur”, Migración y Desarrollo, núm. 11, p. 102.

16 Schafran, Alex y Monkkonen, Paavo, “Beyond Chapala and Cancun: Grappling with the Impact of American Migration to Mexico/Más allá de Chapala y Cancún: lidiando con el impacto de la migración estadounidense en México”, Migraciones Internacionales, vol. 6, núm. 2.

17Basado en las entrevistas realizadas durante marzo de 2019 en Ajijic, México.

18The Migration Policy Institute, art. cit., p. 2 y Lizárraga Morales, Omar, art. cit., p. 99.

19LCS es una organización fundada en 1964 por Neil James. Su establecimiento se ubica en la zona sur de Ajijic con salida directa al lago. Ésta se dedica principalmente a dar orientación a extranjeros para facilitar su proceso de migración. Además, ofrecen actividades recreativas, así como eventos para recaudar fondos y ayudar a la comunidad local.

20Alfredo (40 años), entrevista realizada el 7 de marzo de 2019.

21Palma, Mora Mónica, De tierras extrañas. Un estudio sobre la inmigración en México 1950-1990, México D.F., Instituto Nacional de Migración, Centro de Estudios Migratorios (INAH), 2006, p. 135.

22 Sunil, T. S., Rojas V. y Bradley D.F. “United States’ international retirement migration: the reasons for retiring to the environs of Lake Chapala, Mexico”, Ageing and Society, vol. 27, núm. 4, pp. 489-490.

23 Bastos, Santiago, “Mezcala: despojo territorial y rearticulación indígena por el turismo residencial en la Ribera de Chapala, México”, en Jordi Gascón y Ernest Cañada (coords.), Turismo, residencia y gentrificación rural, Tenerife, El Sauzal.

24 Stallman, Judith y Siegel, Paul, “Attracting Retirees as an Economic Development Strategy: Looking into the Future”, Economic Development Quarterly, vol. 9, pp. 372-382.

25 Lizárraga Morales, Omar, “La inmigración de jubilados estadounidenses en México y sus prácticas transnacionales. Estudio de Mazatlán, Sinaloa y Cabo San Lucas, Baja California Sur”, Migración y Desarrollo, núm. 11, pp. 109-113.

26 Truly, David, International Retirement Migration: a case study of the Lake Chapala Riviera in Jalisco, Mexico, Universidad de Carolina del Sur, 2001.

27 Schafran, Alex y Monkkonen, Paavo, “Beyond Chapala and Cancun: Grappling with the Impact of American Migration to Mexico/Más allá de Chapala y Cancún: lidiando con el impacto de la migración estadounidense en México”, Migraciones Internacionales, vol. 6, núm. 2.

28 Hayes, F. Matthew, “Una nueva migración económica: el arbitraje geográfico de los jubilados estadounidenses hacia los países Andinos”, en Andina migrante: Boletín del Sistema de Información sobre Migraciones Andinas, núm. 15, p. 3.

29Ejemplos de estos términos son migración de ocio, migración de segunda residencia, la migración por búsqueda de amenidades o la migración estacional. O’Reilly, Karen y Benson, Michaela, “Lifestyle Migration: Escaping to the Good Life?”, en Karen O’Reilly y Michaela Benson (eds.), Lifestyle Migration: Expectations, Aspirations and Experiences, Farnham, Ashgate, 2009, pp. 2-3).

30En el caso de México, hay tres diferentes opciones para visitar o permanecer en el país: se puede ingresar con un pasaporte vigente que permite una estancia de hasta seis meses. Si se quiere permanecer por más tiempo, adquirir derechos o iniciar el proceso para una estancia permanente, se debe aplicar por una residencia temporal que debe ser renovada cada año. Por último, quienes quieran residir en México y evitar trámites anuales, pueden aplicar por un permiso permanente. Secretaría de Relaciones Exteriores, “Visas para Extranjeros”, 22 de julio, 2015. Disponible en: https://www.gob.mx/sre/acciones-y-programas/visas-para-extranjeros-8036

31 Croucher, Sheila, The other side of the fence: American migrants in Mexico, Austin, University of Texas Press, 2009, p. 5.

32 Truly, David, “International retirement migration and tourism along the Lake Chapala Riviera: Developing a matrix of retirement migration behavior”, Tourism Geographies, vol. 4, núm. 3, p. 264.

33 Truly, David, International Retirement Migration: a case study of the Lake Chapala Riviera in Jalisco, Mexico, Universidad de Carolina del Sur, 2001, p. 30.

34 Milano, Claudio, “Campesinos y pescadores ante la promoción del turismo residencial en el Delta del Parnaíba (Brasil)”, en Ernest Cañada y Jordi Gascón (coords.), Turismo residencial y gentrificación rural, (Tenerife) y Xixón, España, Pasos-RTPC-Foro de Turismo Responsable, 2016, p. 63.

35 Monterrubio, Carlos, “Impactos del turismo residencial percibidos por la población local: una aproximación cualitativa desde la teoría del intercambio social”, LiminaR Estudios Sociales y Humanísticos, vol. 16, núm. 1, p. 106.

36 García, Andreu Hugo, “Un acercamiento al concepto de turismo residencial”, en Tomás Manuel Mazón y Antonio Aledo Tur (coords.), Turismo residencial y cambio social: nuevas perspectivas teóricas y empíricas, España, Aguaclara, 2005, p. 4; Arrones Jurdao, Francisco y Sánchez, Elena, España, asilo de Europa, Barcelona, Editorial Planeta, 1990.

37Al turismo residencial se le ha dotado de otros componentes para diferenciarse de la migración internacional de retiro. Algunos ejemplos son: el motivo de la visita, el cual se limita a fines de ocio o turísticos; el clima, donde únicamente se escogen zonas de clima cálido; el espacio, donde los turistas residenciales demandan fraccionamientos cerrados o alejados del centro local. García, Andreu Hugo, “Un acercamiento al concepto de turismo residencial”, en Tomás Manuel Mazón y Antonio Aledo Tur (coords.), Turismo residencial y cambio social: nuevas perspectivas teóricas y empíricas, España, Aguaclara, 2005, p. 4.

38 Raya, Mellado Pedro y Benítez Rochel, José J., “Concepto y estimación del turismo residencial: aplicación en Andalucía”, Papers, núm. 31-32.

39 Monreal, Juan (coord.), Un nuevo mercado turístico: jubilados europeos en la Región de Murcia, Murcia, Universidad de Murcia, 2001, p. 48.

40 Mira, Eduard, “El turismo: la experiencia soñada, la experiencia vivida”, en Antonio Alaminos, Informe sociológico de la Provincia de Alicante, Alicante, Diputación Provincial de Alicante, 1995; Gustafson, Per, “Turismo y movimientos migratorios estacionales de personas jubiladas”, Annals of Tourism Research, vol. 4, núm. 2.

41 Sancho, Amparo (dir.), Introducción al turismo, Organización Mundial del Turismo, 1998, p. 44. Disponible en: http://www.utntyh.com/wp-content/uploads/2011/09/INTRODUCCION-AL-TURISMO-OMT.pdf

42Gentilicio designado a los provenientes de Guadalajara, la capital del estado de Jalisco.

43Andreu García puntualiza lo siguiente: “Siempre que haya turismo residencial este se llevará a cabo en una segunda residencia, pero por el contrario, no siempre que se utiliza una segunda residencia se puede hablar de turismo residencial”. García, Andreu Hugo, “Un acercamiento al concepto de turismo residencial”, en Tomás Manuel Mazón y Antonio Aledo Tur (coords.), Turismo residencial y cambio social: nuevas perspectivas teóricas y empíricas, España, Aguaclara, 2005, p. 19.

44 García, Andreu Hugo, “Un acercamiento al concepto de turismo residencial”, en Tomás Manuel Mazón y Antonio Aledo Tur (coords.), Turismo residencial y cambio social: nuevas perspectivas teóricas y empíricas, España, Aguaclara, 2005, p. 19.

45 Hiernaux, Daniel, “Turismo e imaginarios”, en Daniel Hiernaux, Allen Cordero y Lisa van Duynen, Imaginarios sociales y turismo sostenible, San José, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, 2002, p. 8.

46 Enríquez Acosta, Jesús Ángel y Robles Baldenegro, María Elena, “Imaginarios sociales acerca del turismo en Roses, Cataluña”, Teoría y Praxis, núm. 15, p. 141.

47 Hiernaux, Daniel, “Turismo e imaginarios”, en Daniel Hiernaux, Allen Cordero y Lisa van Duynen, Imaginarios sociales y turismo sostenible, San José, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, 2002, p. 9; Enríquez Acosta, Jesús Ángel y Robles Baldenegro, María Elena, “Imaginarios sociales acerca del turismo en Roses, Cataluña”, Teoría y Praxis, núm. 15, p. 140-141.

48 Aliaga, Sáez Felipe, “Algunos aspectos de los imaginarios sociales en torno al inmigrante”, Revista Aposta, núm. 39, p. 5.

49 Aliaga, Sáez Felipe, “Algunos aspectos de los imaginarios sociales en torno al inmigrante”, Revista Aposta, núm. 39, pp. 4-6.

50 Enríquez Acosta, Jesús Ángel y Robles Baldenegro, María Elena, “Imaginarios sociales acerca del turismo en Roses, Cataluña”, Teoría y Praxis, núm. 15, pp. 117-123.

51 Aliaga, Sáez Felipe, “Algunos aspectos de los imaginarios sociales en torno al inmigrante”, Revista Aposta, núm. 39, pp. 20-24.

52 Giménez, Gilberto, “Cultura, identidad y memoria. Materiales para una sociología de los procesos culturales en las franjas fronterizas”, Frontera Norte, vol. 21, núm. 41, p. 13.

53 Giménez, Gilberto, “Cultura, identidad y memoria. Materiales para una sociología de los procesos culturales en las franjas fronterizas”, Frontera Norte, vol. 21, núm. 41, p. 11.

54 Gendreau, Mónica y Giménez, Gilberto, “Impacto de la migración y de los media en las culturas regionales tradicionales”, en Manuel Ángel Castillo, Alfredo Lattes y Jorge Santibáñez, Migración y fronteras, México, El Colegio de México, 1998, p. 165.

55 Barth, Fredrik, Los grupos étnicos y sus fronteras, México, FCE, 1976, pp. 18-19.

56 Barth, Fredrik, Los grupos étnicos y sus fronteras, México, FCE, 1976, pp. 20-21.

57 Huete, Raquel y Mantecón, Alejandro, “Introducción: sobre la construcción social de los lugares” en Tomás Mazón, Raquel Huete y Alejandro Mantecón (eds.), Construir una nueva vida. Los espacios del turismo y la migración residencial, Santander, Milrazones, 2011, pp. 18-19.

58De estas, 24 son de locales, 10 de extranjeros, y el resto de ellas se realizaron a mexicanos de otros estados que habían migrado a Ajijic, buscando oportunidades laborales, para retirarse o porque eran propietarios de una casa de campo. En cuanto a los extranjeros entrevistados, ellos también fueron divididos en estas tres categorías.

59Sobre los perfiles de los informantes, véase el anexo 1.

60 Talavera, Salgado Francisco, Lago Chapala. Turismo residencial y campesinado, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1982, p. 24.

61 Stokes, Moran Eleanore, La Colonia Extranjero: An American Retirement Community in Ajijic, Mexico, Nueva York, State University of New York,1981, pp. 41-42.

62 Stokes, Moran Eleanore, La Colonia Extranjero: An American Retirement Community in Ajijic, Mexico, Nueva York, State University of New York,1981, pp. 135-136.

63 Stokes, Moran Eleanore, La Colonia Extranjero: An American Retirement Community in Ajijic, Mexico, Nueva York, State University of New York, 1981, pp. 130-136.

64Traducción propia. Karl (78 años), entrevista realizada el 11 de marzo, 2019. El artículo del que habla tiene la siguiente referencia: Homann, Karl, “She cannot but I can”, Ojo de del Lago, 2018. Disponible en: https://www.chapala.com/elojo/223-articles-2018/january-2018/4054-she-cannot-but-i-can

65Michael (62 años), entrevista realizada el 20 de marzo, 2019.

66Luciana (45 años), entrevista realizada el 15 de marzo, 2019.

67Juan (60 años), entrevista realizada el 8 de marzo, 2019.

68Aurora (43 años), entrevista realizada el 13 de marzo, 2019.

69Juan (60 años), entrevista realizada el 8 de marzo, 2019.

70 Talavera, Salgado Francisco, Lago Chapala. Turismo residencial y campesinado, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1982, p. 45.

71 Talavera, Salgado Francisco, Lago Chapala. Turismo residencial y campesinado, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1982, pp. 52-64.

72Traducción del autor. Entrevista realizada el 8 de marzo, 2019.

73 Stokes, Moran Eleanore, La Colonia Extranjero: An American Retirement Community in Ajijic, Mexico, Nueva York, State University of New York,1981, p. 57.

74 Truly, David, International Retirement Migration: a case study of the Lake Chapala Riviera in Jalisco, Mexico, Universidad de Carolina del Sur, 2001.

75 Truly, David, “International retirement migration and tourism along the Lake Chapala Riviera: Developing a matrix of retirement migration behavior”, Tourism Geographies, vol. 4, núm. 3, pp. 268-273.

76Sofía (50 años), entrevista realizada el 21 de marzo, 2019.

77Se retoma a Lefebvre, Henri, The Production of Space, Oxford y Massachusetts, Blackwell, 1991 en Flores Pacheco, Martha Inés y Martha Patricia Guerra Vallejo, “Entre lo local y lo foráneo: gentrificación y discriminación en San Miguel de Allende, Guanajuato”, Revista Legislativa de Estudios Sociales y de Opinión Pública, vol. 9, núm. 18.

78 Flores Pacheco, Martha Inés y Martha Patricia Guerra Vallejo, “Entre lo local y lo foráneo: gentrificación y discriminación en San Miguel de Allende, Guanajuato”, Revista Legislativa de Estudios Sociales y de Opinión Pública, vol. 9, núm. 18, p. 193.

79Leonardo (22 años), entrevista realizada el 11 de marzo, 2019.

80María (54 años), entrevistada el 19 de marzo de 2019.

Anexo 1

Directa Indirecta Nula
Locales María (73 años - trabajadora del hogar/beneficiaria de vecina) Juan Ramón (48 años - beneficiario por un negocio, trabajador directo y amigo de extranjero) Juan (60 años - pintor y amigo) Leonardo (22 años - comerciante, nieto de extranjero y amigo cercano) Héctor (52 años - enlace con la comunidad extranjera/comerciante/amigo) Aurora (43 años - trabajadora del hogar, beneficiaria) Daniel (32 años - trabajador en Hacienda/apadrinado de un extranjero) Efrén (46 años - beneficiario, amigo, comerciante, yerno de extranjero) María (58 años - bibliotecaria LCS y viuda de extranjero) Rita (63 años - recepcionista hotel propiedad de un extranjero, amiga) Sofía (50 años - costurera, comerciante y amiga) Rosalba Zamora (63 años - vecina, hijos trabajadores de extranjeros) Luciana (45 años - beneficiara, pero sin relación actual) Josefina (87 años - comerciante, trabajadora para extranjeros) Anastasia (39 años - estilista con clientes extranjeros) María del Refugio (30 años - estilista con clientes extranjeros) Abel (74 años - comerciante, hijos trabajan con extranjeros) Candelaria (58 años - Directora escuela primaria)
Ribera / Estados Jorge Chaorán (77 años - retirado, amigo de vecinos extranjeros) Karen (24 años - beneficiaria de beca LCS y diseñadora en LCS) Maluz (76 años - empleada negocio mexicano) Hugo (28 años - beneficiario beca LCS)
Tapatíos Trino (barista en Ajijic, amigo de extranjeros) Alfredo (40 años - dir. educativo LCS) Edgardo (45 años - agente de seguros con clientes extranjeros)
Hijos de extranjeros Azucena (44 años - amiga) Michael (62 años - empleador, casado con mexicana, relación con orgs. y gobierno local) Lee (69 años - amigo, casado con mexicana) Mark (46 años - empleador, dueño restaurante para LCS)
Mexicanos retornados Fernando (71 años - amigo) Martha (66 años - casada con extranjero criado en Ajijic; relación con estadounidenses en eu, no en Ajijic)
Extranjeros Peter (92 años - casado con mexicana, dueño rancho con trabajadores mexicanos en California, eua, amigo) Yoshi (40 años - empleador y amigo) Terry Vidal (58 años - esposa mexicana, director organización extranjera) Karla (74 años - empleadora del hogar, amiga solo de tapatíos de clase media-alta, exvoluntaria LCS) Marianne (72 años - empleadora del hogar, colaboradora en LCS) Larry (72 años, empleador y voluntario en LCS) Glorine (70 años, empleadora y voluntaria en LCS) Gary (60 años, empleador y voluntario LCS) Margaret (72 años, voluntaria como profesora de inglés en LCS) Robert (56 años, empleador y comerciante)

Recibido: 01 de Septiembre de 2019; Aprobado: 06 de Julio de 2020

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