Memorias del CGH: a 20 años de la huelga en la UNAM es un volumen de 543 páginas dividas en tres grandes secciones: La voz de los estudiantes, Entrevistas con actores, abogados y profesores y La voz de la solidaridad. Además, contiene un epílogo de Luis Hernández Navarro, un prólogo de Lydiette Carrión y una introducción firmada por los coordinadores. De inicio, vale la pena señalar que el texto es valioso en sí mismo por su sola publicación. El movimiento estudiantil del Consejo General de Huelga (CGH) que logró, a pesar de un panorama adverso y no sin contradicciones, frenar el intento de privatización más obvio de las últimas décadas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha sido apenas estudiado y la mayoría de los análisis que sobre éste existen son, las más de las veces, poco profundos y con una visión que desdibuja su trascendencia. En ese sentido, el libro resulta fundamental para indagar, a través de un amplio abanico de voces, tanto las causas como las consecuencias del movimiento huelguístico más largo y complejo en la historia de la máxima casa de estudios del país.

En La voz de los estudiantes se presentan 25 artículos de diversa manufactura. Es la sección con más contenido teórico e intelectual pues los autores realizan recuentos -algunos sumamente pormenorizados- balances, críticas y autocríticas de la estrategia empleada por el CGH en las distintas etapas de la movilización. Desde luego, los textos permiten pensar problemas del presente a partir de un análisis retrospectivo. La mayoría de las autoras y autores comparten la característica de estar vinculados a la vida universitaria desde diversos espacios, entre ellos la academia. No obstante, a pesar de la riqueza de perspectivas y de enfoques analíticos, hay una asimetría en cuanto a la concepción y hechura de los artículos. En estricto sentido, varios no son “memorias”, es decir, testimonios de vivencias personales de lo que significó participar en la huelga y en el movimiento estudiantil en general, sino textos académicos o de opinión política. Tal vez dicha asimetría, notoria incluso en la extensión, se deba a las condiciones en la que fue realizada la convocatoria para participar en una obra de tal magnitud. Como bien se anota en la introducción, se convocó a decenas de ex huelguistas y no pocos, por múltiples razones, no pudieron ser parte del volumen o rechazaron participar en él. Sobre la base de la pluralidad, los coordinadores lograron superar una serie de dificultades, entre ellas la pandemia misma, para dar a luz un espacio de reflexión que partiera desde quienes fueron protagonistas de aquella intensa movilización.

Para quien esto escribe, la sección Entrevistas con actores, abogados y profesores es la más amena y la más provechosa si de un libro de memorias se trata. Hay siete entrevistas con preguntas semiestructuradas que permitieron a los entrevistados ampliar sus reflexiones. Vale la pena señalar, por un lado, el trabajo que implicó por parte de los coordinadores llevar a cabo las entrevistas y preparar cada uno de los cuestionarios pues si bien pueden leerse preguntas genéricas hay un conjunto de ellas explícitamente pensadas según el perfil de cada entrevistado.

Bajo la misma tónica de la pluralidad, el lector encuentra testimonios de quienes en su momento fueron estudiantes, profesores y abogados que participaron activamente en la movilización. Esta sección tiene la virtud de ser “hablada” y, quizá por eso mismo, los entrevistados no se dirigen solamente al activismo o a quienes le dieron vida al CGH sino que buscan dialogar con un lector menos conocedor del tema. De esa forma, extienden sus impresiones, balances y consideraciones sobre las diferentes etapas del movimiento y las consecuencias derivadas de éste sin un lenguaje pretensioso o rebuscado, sino desde una sencillez que aporta claridad. Asimismo, en los siete testimonios puede leerse la necesidad e importancia de que existan, tanto en la Universidad como fuera de ella, núcleos de activistas organizados pues su labor cotidiana resulta clave en momentos de efervescencia política.

La última sección, La voz de la solidaridad, contiene 5 artículos de los cuales 4 de ellos fueron escritos por profesores y uno por un estudiante, en la época de la huelga, de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa (UAM-I). Lo relevante de la sección es que logra reflejar una de las características más destacables del movimiento estudiantil de 1999, es decir, que nunca estuvo solo. Durante los 295 días de huelga, el CGH fue ampliamente cobijado por profesores (tanto de la UNAM como de otras instituciones), estudiantes de nivel superior de instituciones públicas de todo el país y organizaciones sociales y sindicales. Ese cobijo, ese respaldo político, fue uno de los pilares con los que la huelga se sostuvo. Este es un aporte más del libro pues brinda la posibilidad de reflexionar en torno al elemento de la solidaridad en el que pocas veces se repara.

En conjunto, sin ser propiamente un libro de memorias ni de artículos académicos sino una mezcla de distintos registros verbales y escriturales, el volumen es una veta para profundizar el análisis de un movimiento tan amplio, ecléctico y genuino como el del CGH. Para investigadores y estudiosos de las movilizaciones estudiantiles contemporáneas en México, Memorias del CGH: a 20 años de la huelga en la UNAM es un material necesario.