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Economía UNAM

Print version ISSN 1665-952X

Economía UNAM vol.4 n.11 Ciudad de México May./Aug. 2007

 

Reseña

 

Arturo Guillén R., Mito y realidad de la globalización neoliberal

 

Carlos Mallorquín

 

Universidad Autónoma Metropolitana, Miguel Ángel Porrúa, 2007.

 

Profesor de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, <cmallorquin@hotmail.com>

 

El libro de Arturo Guillén, presenta una agradable "impostura", cuestiona la idea de que la globalización se ha consumado o está en proceso, pero sostiene que la economía mundial y las creciente internacionalización comercial siempre ha sido un fenómeno inherente al capitalismo, por lo cual no debe confundirse con la globalización per se. El libro va deconstruyendo los variados elementos que se han ofrecido por los "globalistas" para sostener dicha tesis.

El mito sobre la globalización forma parte de aquel torrente demencial de libros y voces que prácticamente sin mucha reflexión convencieron a muchos que el "mercado" resuelve y siempre pudo resolver equitativa y eficientemente todos los problemas sobre la distribución y la generación del ingreso. Eso que se presenta como neoliberalismo y hoy cada vez más esconde la boca que lo arroja, logró convertir al "mercado", en algo análogo u homólogo a una "sociedad", como si los atributos de los entes que compran y venden o intercambian podrían trasladarse sin problematización a un ámbito de prácticas de convivencia socializadas. La primacía en dicho discurso de la elección aparentemente entre individuos y que hace de la reproducción social y de sus condiciones de existencia un idilio sin par, siempre y cuando desaparezcan las instituciones o la participación estatal, logró convertirse en doctrina y confesionario dominante casi por doquier. La noción de una tendencia globalizadora es parte de dicho adefesio conceptual. Y las ciencias sociales no lo han enfrentado cabalmente.

Por ejemplo, casi a nadie parece haberle importado que "la importancia del sector informático y de telecomunicaciones" -como dice el autor- solamente representara en 1998 "9.1%" en la más grande economía del mundo (la estadounidense), y que su contribución al "crecimiento del PIB alcance únicamente "0.3%" (p. 45), y sin embargo se sigue hablando de la "nueva economía" y de su difusión universal.

La "nueva economía" surge como pieza de un nuevo régimen de acumulación bajo una dominación financiera, según el autor, se trata de:

"Un cambio cualitativo en la lógica de la acumulación de capital. En él la esfera financiera predetermina la esfera productiva sometiendo ésta a sus necesidades (...). Las firmas se 'financiarizan', lo que importa ahora es el valor accionario de la corporación y aumentar los ingresos de la misma, mediante la participación activa de sus tesorerías en los mercados financieros. La rentabilidad de las empresas (...) pasa a depender no tanto de la fortaleza productiva e interna de las firmas, sino concretamente del valor de sus acciones en la bolsa." (p. 59).

La liberalización y desregularización aumentó sin lugar a duda el ritmo y los flujos del capital, pero ante el capital golondrino que observamos, la doctrina neoliberal nos tenía una respuesta, algo que llama "ventajas comparativas": o sea su traslado y ubicación hacia geografías y patrones de reproducción con menores costos relativos.

Pero los hechos -que a nadie parecen importar- confiesan que la "cúspide de la pirámide financiera se encuentran las Empresas Trasnacionales (ETN), los grandes bancos, los bancos de inversión, las compañías de seguros, los operadores de los fondos de inversión y pensiones, así como (...) los fondos de cobertura (hedge funds) y los private equity funds)." (p. 64). La actividad especulativa es según el autor "global" y se concentra en el mercado de cambios, las bolsas de valores y "los mercados de derivados" (p. 65).

Por otra parte, el libro relata que la "economía contemporánea" está más "internacionalizada" "que la que existía a comienzo del siglo XX, con la diferencia de que mientras el siglo pasado el grueso del comercio internacional se efectuaba entre naciones, ahora es predominante comercio intra-firma de las ETN" (p. 85). Y el propio flujo de inversión extranjera (IED) se ha incrementado, pero no tiene nada de "espectacular" (p. 85). como dicen propios y extraños:

"Entre 1980 y 1993, el pib nominal de los países de la OCDE se multiplicó en 2.5 veces, mientras que el valor del comercio internacional lo hizo 3.4 veces, el de los activos financieros en 7.7 veces y las transacciones en los mercados de cambios 15 veces." (p. 86).

La esfera financiera ha avanzado más que ninguna en aquello que podría denominarse "globalización", pero para al autor el fenómeno no es nuevo, corresponde a una tendencia que se vislumbra desde la formación de una "economía-mundo" con las "ciudades-estado" mediterránea del siglo XIV"(p. 75). Existe según el autor una diferencia cualitativa (p. 87) en la mundialización del capital respecto de fases anteriores.

No obstante, las ETN comercian e invierten pensando en sus propias formas de producción y mercados de orígen (p. 114), y por tanto los "centros de decisión" (p. 95) de las "empresas-red" (p. 96), desmienten aquella noción de las ventajas comparativas que el confesionario neoliberal resucita sistemáticamente. ("los capitales nacionales dentro de cada país son preeminentes"p. 115). Las tendencias son contradictorias dice el autor, las ETN forman un "embrión" (p. 112) de un sistema productivo mundial que no logra plenamente su materialización: "La mayoría de las ETN globales, aunque operen en muchos países y vendan en múltiples mercados, son propiamente firmas 'multilocales"'(p. 113).

Por tanto, si bien la globalización o internacionalización mercantil no es fenómeno nuevo, siempre presente en el capitalismo, se destaca que existen aspectos que actualmente son "cualitativamente diferentes" (p. 117).

Igualmente, la globalización no trajo consigo paz y tranquilidad sino más bien la multiplicación de escenarios donde resurge el viejo y antaño imperialismo de las grandes potencias con los estadounidenses al frente. Propiamente dicho, el autor habla de una tendencia hacia la integración de la economía mundial (p. 131) pero se trata de la tríada y no un hecho mundial, o sea Japón, Europa y él "coloso del norte". La promesa o amenazadora fuerza de la integración mundial, sin fronteras, sin estados, se ve incumplida, los estados son "victimas consentidoras"(139), formas de organización indispensables para la gobernabilidad del régimen político internacional.

Una de las posibles razones que podrían plantearse y que explicarían esa ausencia de globalización es el hecho de que la economía estadounidense vaya perdiendo su hegemonía mundial. El interrogante central en el cuarto capítulo trata las vicisitudes de un "hegemón" y sus debilidades fincadas en unos pies de barro que tiemblan ante el déficit en la cuenta corriente, lo cual alude a la posibilidad de que caduque la capacidad aparentemente inagotable de crear la moneda de circulación internacional. ("Si el desequilibrio externo de Estados Unidos no logra mantenerse bajo control, tarde o temprano los inversionistas y los bancos centrales pueden decidir abandonar el dólar y colocar sus recursos en otro lugares de reservas" (p. 168).

También evalúa los cálculos que estarían detrás de la política externa estadounidense para invadir Iraq y otros sitios, los cuales forman parte de la estrategia para mantener su declinante hegemonía mundial. Ello supone reflexionar sobre los posibles escenarios conflictivos entre las grandes economías y las naciones emergentes, pero el autor dice que si las "rivalidades "Interimperialistas", a diferencia del período de entreguerras del siglo pasado, "ocupan un lugar secundario" (p. 221), debido a que las ETN son muy similares entre sí y por tanto no se trata de rivalidades económicas. Las rivalidades que existen entre las economías poderosas tienen que ver con diferencias entre "multilateralismo versus unilateralismo" y consenso versus uso indiscriminado de la fuerza" (p. 218).

La globalización financiera crea entonces toda una serie de fenómenos que hacen más vulnerables a las economías, las crisis financieras en las últimas décadas que se dieron en Asia y América latina, son productos de la nueva modalidad de circulación del capital. Los cambios en la política, cambios fijos post Bretón Woods y su derrumbe a mediados de los setenta, y el surgimiento de libre convertibilidad genera el medio ambiente ideal para la aparición de cambios económicos drásticos en los planes y políticas económicas de muchas naciones. Una de las tesis del libro es la idea de que los desequilibrios obedecen a un fenómeno "sistémico" (p. 235), relacionado al actual régimen de acumulación dominado por las finanzas. La "volatilidad de los flujos de capital" (p. 240), son la fuente de los desequilibrios locales y mundiales y por tanto las crisis financieras. La apertura financiera, la desregularización y la libre política de cambios, son los elementos insoslayables para comprender hoy día las crisis económicas en economías emergentes así como el declive de la economía estadounidense como el "hegemón" mundial. El declive de dicha economía tiene que ver con la declinante tasa de ganancia consecuencia de un incremento en la "relación capital-producto (p. 267) o en términos marxistas, la elevación de la composición orgánica del capital.

Sin embargo, podríamos argumentar a partir de otro vocabulario1 que la tasa declinante de ganancia es realmente un causal primordial. E inclusive si se objetara la existencia de una baja en la tasa de ganancia ello no conduciría necesariamente a negar la existencia de un elemento sistémico en cualquier dirección.

De hecho los capítulos finales del libro (octavo y noveno) tratan temas teóricos en torno a la existencia de tendencias o leyes o sus contratendencias que explicarían la dirección que tomaría el capitalismo norteamericano, o si las "grandes crisis" (p. 285) tienen causas únicas o no. Tal parte del libro es la que ofrece un mayor espacio para la discusión teórica, porque supone rediscutir Marx y las nuevas visiones sobre el origen, uso e importancia de la moneda en el pasado y en la actualidad (unidad de cuenta, "representante de riqueza", "deuda"). Señalemos de paso que con la aparición de I. Fisher en la presentación de los mecanismos sobre la expansión y la deflación monetaria articulada a ciertas nociones de la economía política marxista el libro introduce aspectos teóricos mucho más problemáticos. No se olvide que Fisher puede decirse uno de los primeros en el siglo XX en rescatar la clásica ecuación cuantitativa del dinero, que a su vez fue transformada por la escuela de Cambridge y Keynes. Efectivamente, los vocabularios teóricos no se excluyen necesariamente entre sí, pero entonces se impone su transformación conceptual y algunos puentes teóricos pertinentes.

Si bien el libro demuestra que la idea de la globalización es un mito, podemos agregar que ello puede argumentarse desde otros vocabularios, especialmente dada la vacuidad del discurso "globalista", que en muchos casos da pena teórica ajena.

En este sentido, cabe subrayar que los aspectos teóricos más problemáticos del libro surgen cuando examinamos la idea de si el actual régimen de acumulación dominado por las finanzas y sus secuelas autodestructivas es "sistémico", o si se debe a la política actual o aspectos contingentes, lo cual supondría que se puede cambiar: por un lado buscando una nueva reconfiguración de las instituciones mundiales y por el otro, transformando de las bases sociales de los estados específicos, los cuales son el punto de partida en esa dirección.

 

Nota

1. Véase al respecto mi reseña de Globalisation in Question de Paul Hirst y Grahame Thompson, revista: Estudios Sociológicos, El Colegio de México, núm. 50, mayo-agosto, 1999 (pp. 587-590).         [ Links ]

 

Información sobre el autor

Carlos Mallorquín. Ha trabajado casi un cuarto de siglo en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y ha colaborado con otras instituciones académicas nacionales. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde 1993, actualmente nivel II. Realizó sus estudios de Doctorado en Estudios Latinoamericanos, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de UNAM, 1988-1993. Hizo su Maestría en sociología con política, 1980-1981 en la University of London, Birkbeck College, Faculty of Economics, Lóndres, Inglaterra y su licenciatura en Sociología 1977-1980, Thames Polytechnic Bachelor Of Arts Sociology, Londres, Inglaterra. Actualmente trabaja en torno a una biografía intelectual de Raúl Prebisch. Entre sus más recientes publicaciones pueden verse: Celso Furtado: un retrato intelectual, Sao Paulo, Brasil, 2005; y La Economía entre/vista editorial Universidad de la Ciudad de México, 2004; Ideas e historia en torno al pensamiento económico latinoamericano, Plaza y Valdés, México, 1998. Coordinó con Rafael Sánchez Torres: El estructuralismo latinoamericano e institucionalismo norteamericano, ¿discursos compatibles en la teoría social contemporánea? Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, México, 2006. Asimismo es autor de varios capítulos en libros.

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