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Migraciones internacionales

On-line version ISSN 2594-0279Print version ISSN 1665-8906

Migr. Inter vol.14  Tijuana Jan./Dec. 2023  Epub Aug 04, 2023

https://doi.org/10.33679/rmi.v1i1.2593 

Artículos

El crecimiento de la migración mexicana calificada hacia el norte: destinos estadounidenses y canadienses

Jeffrey G. Reitz1 
http://orcid.org/0000-0002-5080-2592

Melissa Hernández Jasso2 
http://orcid.org/0009-0000-7724-399X

1 University of Toronto, Canada, jeffrey.reitz@utoronto.ca

2 Harvard University, United States, mhernandezjasso@g.harvard.edu


Resumen

Mientras comienza a aumentar la migración de mexicanas/os con educación universitaria a Estados

Unidos y Canadá, las oportunidades ofrecidas por Canadá y su sistema expansivo de selección de puntos, con oportunidad de residencia permanente, subraya una pregunta: ¿qué factores podrían inducir a estas/os migrantes a preferir destinos canadienses sobre estadounidenses? Empleando teorías migratorias tradicionales y entrevistando a una muestra de 40 voluntarias/os universitarias/os, se confirma que la proximidad, el clima y la cultura suelen favorecen destinos estadounidenses; mientras que la seguridad personal, la aceptación y bienestar social, favorecen a Canadá. Las preferencias urbanas específicas importan: en Estados Unidos, dichos motivos generalmente favorecen a ciudades del sur, destinos tradicionales para mexicanas/os menos calificadas/os. Quienes consideran ciudades del norte, con mayor frecuencia prefieren un destino canadiense. Este hallazgo sugiere que Canadá tendrá mayor competitividad en el mercado urbano del norte incrementando la información sobre sus oportunidades migratorias, impulsando significativamente la migración calificada mexicana.

Palabras clave: migración calificada; destinos urbanos; preferencias migratorias; Estados Unidos; Canadá

Abstract

As migration of university-educated Mexicans to both the United States and Canada has begun to increase, the greater opportunities Canada’s expanding points-based selection system offers for the highly skilled to become permanent residents highlights a question: which factors may induce high-skilled Mexicans to prefer Canadian destinations versus American? Using traditional migration theories to frame interviews with a volunteer sample of 40 young university-educated Mexicans, this study confirms that reasons of proximity, climate, and culture often favor American destinations, while reasons of social acceptance, social welfare, and personal security favor Canadian. Importantly, urban-specific preferences matter. Those factors favoring U.S. destinations in general lead many to prefer southern-tier U.S. cities traditional for less-skilled Mexican migration. Those considering northern U.S. cities often prefer a Canadian choice. Canadian competitiveness in the northern urban market suggests that increased awareness of Canadian immigration opportunities could significantly boost skilled Mexican migration to Canada.

Keywords: high-skilled migration; urban destinations; migration preferences; United States; Canad

Introducción

La migración altamente calificada suscita interés en todo el mundo industrial avanzado (Shachar, 2006; Organization for Economic Co-operation and Development [OCDE], 2008), incluso en Estados Unidos y en Canadá, pero la migración procedente de México no suele mencionarse en tales conversaciones. Históricamente, la migración mexicana hacia ambos países ha estado protagonizada por individuos con bajos niveles tanto de educación como de calificación laboral, y es en ellos que las investigaciones se han centrado casi exclusivamente. El flujo migratorio mexicano poco calificado a los Estados Unidos es de gran escala, a menudo indocumentado y muy divisivo. Domina los debates sobre inmigración y se le considera un factor negativo en la competencia por la inmigración calificada. Canadá ha tenido un gran éxito en la captación de inmigrantes altamente calificados, aunque en su mayoría estos proceden de fuera del continente americano. Los inmigrantes mexicanos en Canadá representan un flujo relativamente pequeño de trabajadores temporales menos calificados, llegando especialmente a través del Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales (PTAT o SAWP, por las siglas en inglés de Seasonal Agricultural Worker Program) (Basok, 2002; Verduzco y Lozano, 2003; Massey y Brown, 2011; Lara Flores et al., 2015).

La migración mexicana altamente calificada hacia Estados Unidos y Canadá ha sido relativamente poco explorada, pero las tendencias recientes sugieren que se encuentra en un gran momento para ser investigada (Tigau, 2013; Tigau, 2020; Clemens, 2014; Peña Muñoz, 2016; Ruiz Soto y Selee, 2019). Debido al aumento de los niveles educativos en México, la promoción de la integración económica de América del Norte en todos los niveles, y el avance de la globalización, la migración mexicana altamente calificada a ambos países -aunque sigue siendo mínima- ha ido en aumento. ¿Cuáles son estas tendencias y cómo se comparan con las tendencias paralelas de migración altamente calificada hacia EE. UU. y Canadá proveniente de otros lugares? ¿Cómo pueden estas explicarse desde el punto de vista de las teorías de la migración internacional, y cuáles son las implicaciones a futuro de estos flujos en su relativo tamaño? ¿Cómo perciben los mexicanos altamente calificados en busca de empleo en el extranjero a EE. UU. y Canadá, en términos de ser destinos potenciales?

A primera vista, EE. UU. tendría varias ventajas importantes sobre Canadá a la hora de atraer migración altamente calificada procedente de México. EE. UU. es un país cercano, familiar y vinculado a México mediante un denso conjunto de redes personales y económicas. Ofrece oportunidades económicas sin paralelo para las personas altamente calificadas y tiene numerosas comunidades mexicoamericanas repartidas por todo el país.

No obstante, Canadá cuenta con herramientas necesarias para competir. Aunque su clima es menos acogedor, ofrece un entorno social más alentador, sobre todo para los inmigrantes (Reitz, 2012). Aunque tanto Canadá como Estados Unidos reciben inmigrantes desde hace mucho tiempo, en una reciente encuesta comparativa de Gallup sobre los países que “más aceptan inmigrantes”, Canadá ocupó el primer lugar y EE. UU. el sexto (Esipova et al., 2020). Es importante destacar que, en comparación con EE. UU., el programa de inmigración de Canadá es mucho más extenso en relación con su población (Massey et al., 1998, p. 62). Crea muchas más oportunidades para que las personas con educación avanzada y otras cualificaciones soliciten la residencia permanente sin necesidad de un empleo previamente acordado. En EE. UU., tales oportunidades son limitadas (Kerr, 2020). Además, se está llevando a cabo una importante ampliación del programa de inmigración de Canadá; el objetivo anual de 250 000 admisiones migratorias, ha estado vigente durante varias décadas, fue recientemente ampliado. En 2019 Canadá admitió a más de 341 000 inmigrantes permanentes, superando la marca del 1 por ciento de la población, y con un 58 por ciento en las categorías económica y de selección por calificación. Para 2023, se ha fijado un objetivo de 421 000 admisiones (Immigration, Refugees and Citizenship Canada [IRCC], 2020). Otro ejemplo de esta expansión es que en 2022 se admitieron 405 999 residentes permanentes, con un 62 por ciento en las categorías económica y por calificación, y se fijó un objetivo de 500 000 para 2025 (IRCC, 2022). La OCDE señaló que “Canadá no solo es el país de la OCDE con mayor número de inmigrantes, sino también el que cuenta con el sistema más elaborado y duradero de inmigración de mano de obra calificada” (OECD, 2019a, p. 13).

Otra posible ventaja para Canadá puede ser el discurso público negativo que hay sobre la inmigración en Estados Unidos, en particular respecto a la de mexicanos. Estudios previos sobre mexicanos en Canadá han hallado que hay conciencia de la imagen social negativa que se tiene sobre ellos en EE. UU. Incluso si ésta se basa en estereotipos, los mexicanos buscan con avidez distinguirse de ella a los ojos de los canadienses (Whittaker, 1988; Tigau, 2013). El análisis de Tigau (2015) de los medios de comunicación de Canadá, México y Estados Unidos mostró que el discurso público canadiense sobre la migración calificada es el más receptivo. Además, las prestaciones sociales en Canadá son más generosas que en Estados Unidos, y sus políticas de inmigración y multiculturales gozan de apoyo popular. Sin embargo, a pesar del énfasis en este tipo de inmigración, los inmigrantes calificados que llegan a Canadá sin un empleo previamente acordado suelen tener dificultades para encontrar un trabajo basado en sus calificaciones. Este problema también aplica para los mexicanos, como comprobó Peña Muñoz (2016) en sus entrevistas en Toronto.

Tanto Estados Unidos como Canadá ocuparon altos puestos en una evaluación del “atractivo” de los países de la OCDE para los trabajadores inmigrantes con títulos de posgrado, elaborada a partir de fuentes de dicha organización (con el apoyo de la Fundación Bertelsmann de Alemania) y utilizando una escala que toma en cuenta aspectos tanto económicos como no económicos. Canadá y EE. UU. ocuparon respectivamente los puestos quinto y séptimo; Estados Unidos habría logrado el primer puesto, pero perdió posición debido a las limitadas oportunidades que ofrece su sistema de inmigración. Otros países como Australia obtuvieron el primer puesto, seguido de Suecia, Suiza y Nueva Zelanda. Irlanda se situó después de Canadá en sexto lugar (OECD, 2019a, p. 5). En el análisis realizado por Ewers y Dicce (2018) se descubrió que Estados Unidos y Canadá ocupaban los primeros puestos en “atractivo para los trabajadores extranjeros calificados” (segundo y quinto, respectivamente). Los migrantes potenciales reconocen tales características de estas naciones. Una encuesta mundial de Gallup de 2017-2019 estimó que 750 millones de personas en todo el mundo emigrarían a otro país de poderlo hacer. El “principal destino deseado” fue Estados Unidos, con 21 por ciento, seguido de Canadá y Alemania, con un

6 por ciento. Además, entre otros países elegidos por dos tercios de todos los emigrantes potenciales, Francia, Australia y el Reino Unido fueron elegidos cada uno por entre cuatro y cinco por ciento (Esipova et al., 2018).

El presente artículo indaga la potencial importancia de la migración calificada de México a Estados Unidos y Canadá. La siguiente sección describe las tendencias recientes de la migración mexicana altamente calificada hacia ambos países. Posteriormente abordamos el marco teórico del análisis, sugiriendo que para nuestro propósito, las teorías de la migración deberían ser específicas para los migrantes altamente calificados, debiendo también tomar en cuenta las diferencias en los destinos urbanos dentro de cada uno de los dos países de destino. Los destinos urbanos son importantes, siendo que los emigrantes potenciales tanto calificados como no calificados suelen elegir no sólo el país, sino también una ciudad o región específica, y los principales destinos de inmigración en EE. UU. y Canadá varían significativamente en términos de los criterios que afectan las decisiones migratorias. Este marco teórico es el que guía posteriormente nuestra descripción de las preferencias de destino migratorio entre los mexicanos con formación universitaria, basada en una serie de entrevistas realizadas en la Ciudad de México. Nuestros resultados sugieren que existen fuerzas sociales y económicas viables que apoyan la migración de mexicanos calificados a las principales ciudades de Estados Unidos y Canadá. La discusión final indica cómo las tendencias futuras pueden depender de las políticas de inmigración de cada país, y de los esfuerzos de reclutamiento en México.

Tendencias recientes de la migración calificada de méxico hacia el norte

En comparación con los 36 millones de personas de origen étnico mexicano en Estados Unidos, que representan aproximadamente el 11.2 por ciento de la población (U. S. Census Bureau, 2018b), el impacto mexicano en Canadá es minúsculo: solo el 0.3 por ciento. Un mapa de Canadá y Estados Unidos (mapa 1) muestra que todas las provincias canadienses tienen poblaciones étnicas mexicanas similares en tamaño a las de casi todos los estados de Estados Unidos, fuera del suroeste. Aun así, los niveles de migración se han mantenido bajos a pesar de las oportunidades económicas en Canadá. Esto se ha explicado de diversas maneras: por la proximidad de México a EE. UU., por las redes sociales en EE. UU., por la falta de información sobre Canadá, y por el temor generalizado al invierno canadiense (Samuel et al., 1995).

Aun así, el número de inmigrantes de México a Canadá ha aumentado constantemente desde 1961, de un promedio de 210 por año en la década de 1960, a aproximadamente 3 700 por año entre 2011 y 2019, con un pico de 4 500 alcanzado en 2014 (IRCC, 2016). La reciente expansión de la inmigración canadiense elevó esta cifra a 5 145 inmigrantes procedentes de México en 2022 (IRCC, 2023). Los mexicanos representaban el 0.1 por ciento del total de la inmigración canadiense en la década de 1960, y esta cifra aumentó en el periodo más reciente a cerca del 1.3 por ciento. En Canadá, la población nacida en México era de alrededor de 95 410 en 2016, y la población de origen étnico mexicano (es decir, incluyendo a los inmigrantes de segunda generación en delante, así como los que afirman pertenecer a etnias únicas o múltiples) era de 128 485. Esto sigue sólo cerca del 0.4 por ciento del total, pero por encima de la cifra de 96 055 registrada en 2011 (Statistics Canada, 2011b; Statistics Canada, 2023; Armony, 2018). La mayoría (43.6 % en 2016) vive en Toronto, Montreal o Vancouver (Statistics Canada, 2017). Entre los inmigrantes nacidos en México, 39.4 por ciento vivía en una de esas tres ciudades en 2016, un incremento frente a 341.8 por ciento de 2001 (Mueller, 2005, p. 41).

Fuente: U. S. Census Bureau (2018a) y Statistics Canada (2011a).

Mapa 1 Porcentaje de población de etnia mexicana, estados estadounidenses (2018) y provincias canadienses (2010) 

Si bien las cifras son bajas, Canadá ya representa el segundo país de destino mayormente elegido por los mexicanos (Ng y Serrano, 2017, p. 42), sólo después de Estados Unidos, y por delante de España o de cualquier país en el continente americano que se encuentre al sur de México. Los datos de 2015 mostraban 12 millones de personas de origen mexicano en Estados Unidos, seguido de 94 000 en Canadá, 47 000 en España, y 66 000 en todo el hemisferio occidental al sur de México (Ng y Serrano, 2017, p. 42).

Similar al resto de los inmigrantes permanentes en Canadá, los procedentes de México son altamente calificados. Su perfil educativo ha ido aumentando con el tiempo y ahora es similar al de la población inmigrante general en Canadá. De 1978 a 1992, los inmigrantes mexicanos pertenecían principalmente a la clase familiar, y la mayoría tenía estudios secundarios o inferiores (Samuel et al., 1995). Entre 2003 y 2013, la proporción de inmigrantes mexicanos en edad de trabajar (de 25 a 59 años) que recientemente se habían vuelto residentes permanentes, y que contaban con un título de licenciatura, fue del 51.2 por ciento. Por lo demás, la proporción con algún tipo de educación postsecundaria era del 73.4 por ciento. Estas cifras coinciden estrechamente con la población inmigrante en general, que es de 52.2 y 73.2 por ciento, respectivamente, de acuerdo a datos del IRCC (Van Haren y Masferrer, 2019, p. 6).

Parte del reciente aumento de la migración México-Canadá se atribuye a una mayor migración económica, que aumenta a su vez los niveles educativos (Van Haren y Masferrer, 2019, p. 5). Otro factor significativo en el aumento de la proporción de inmigrantes calificados es el surgimiento de nuevas e importantes redes de profesionistas, las cuales son suficientes para motivar a más inmigrantes calificados de México a elegir Canadá. Por el contrario, el requisito de visado para los viajeros mexicanos, impuesto desde julio de 2009 hasta diciembre de 2016, redujo el componente de refugiados.

Es probable que el número de mexicanos calificados que emigran a Estados Unidos esté también aumentando, aunque los datos al respecto son limitados y no permiten una comparación directa con Canadá. Ruiz Soto y Selee (2019) evidenciaron que en Estados Unidos el número de inmigrantes mexicanos adultos (de 25 años o más) con título universitario aumentó de 269 000 en 2000 a 678 000 en 2017, con las poblaciones más grandes localizadas en California y Texas. De la cohorte de 2017, dos tercios -aproximadamente 450 000- eran ciudadanos naturalizados o residentes permanentes (es decir, contaban con tarjeta verde; el 30 % no estaban autorizados). Del mismo modo, en 2016 la población adulta inmigrante en Canadá nacida en México era de 74 785 (Statistics Canada, 2016a), y 23 435 tenían una licenciatura (Statistics Canada, 2016b), lo que hace que la cifra canadiense sea aproximadamente la mitad de la estadounidense en términos per cápita (vea el cuadro 1).

Esta disparidad entre Estados Unidos y Canadá es mucho menor que aquella de la inmigración mexicana general a los dos países (cuadro 1). Muchos de los mexicanos con estudios universitarios en EE. UU. pudieron haber recibido su educación ahí mismo, y la proporción respecto a todos los inmigrantes mexicanos se ve afectada por las variaciones en el número de inmigrantes menos calificados en el país. A pesar de tales limitaciones de datos, Clemens (2014) concluyó que “la migración calificada será sin duda una parte gradualmente creciente del panorama [de México y Estados Unidos] a largo plazo” (p. 12).

Cuadro 1 Inmigrantes mexicanos calificados,* y población general de inmigrantes mexicanos, en relación con la población total; Estados Unidos (2017) y Canadá (2016) 

Población general Inmigrantes mexicanos calificados Inmigrantes mexicanos calificados como porcentaje de la población total Población general de inmigrantes mexicanos como porcentaje de la población total
Estados Unidos 325 100 000 450 000 0.14 3.6
Canadá 34 460 000 23 435 0.07 0.27

* Residentes permanentes y ciudadanos naturalizados con licenciatura.

Fuente: Statistics Canada (2016a; 2016b), U. S. Census Bureau (2017), Ruiz Soto y Selee (2019).

Es de esperar un aumento en la migración mexicana calificada hacia el norte debido al aumento sustancial en el volumen de población calificada de México, resultado tanto del incremento de la población general como del crecimiento en la proporción de la población que alcanza la educación superior. Desde 1970, la base de población mexicana se ha más que duplicado, pasando de 51 millones en 1970 a 126 millones en 2018 (World Bank, 2020b). En el mismo periodo, la proporción de población mexicana con estudios post secundarios aumentó de menos del 2 al 15 por ciento (World Bank, 2020a). Zúñiga y Molina (2008) sostuvieron que el aumento de los niveles de calificación en México superaba la demanda nacional de empleo, y que el excedente se traducía en un aumento en emigración. Sus proyecciones indicaban que el excedente no sería permanente, ya que la demanda interna de personas altamente calificadas eventualmente aumentaría. En cualquier caso, la tendencia hacia la internacionalización de la educación (Altbach y Knight, 2007) y el énfasis en los idiomas internacionales se traduce a que la transferibilidad de las calificaciones educativas sea cada vez mayor, como muestran los procesos de acreditación de estudios en el extranjero en Canadá, las cuales se aplican a México. La mayor integración económica que el TLCAN (ahora T-MEC [USMCA]) representa también facilita la migración mediante la disponibilidad de visados en virtud del tratado, y la creación de redes sociales académicas y profesionales transnacionales.

No es claro si el crecimiento de la migración mexicana calificada hacia el norte es mayor o menor de lo que cabría esperar en función de las tendencias subyacentes en materia de educación y población. Así mismo, aunque los ciclos económicos afectan a los flujos migratorios, los ingresos relativos entre países no han cambiado mucho. Los ingresos relativos de México se han mantenido muy por debajo de la mitad de los de Estados Unidos y Canadá (OCDE, 2019c, p. 750). En razón de esto, los incentivos económicos para la movilidad parecen no haber cambiado.

Marco teórico: aplicación de la teoría migratoria a los mexicanos calificados en américa del norte

La teoría migratoria proporciona un marco para analizar a los mexicanos con formación universitaria en América del Norte. Dos cuestiones importantes serán examinadas empíricamente. Primeramente, debido a que la mayor parte de las aplicaciones de la teoría al caso de los mexicanos en Norteamérica se enfocan en aquellos no calificados, debe abordarse explícitamente cualquier implicación para quienes cuentan con formación universitaria, incluido el impacto potencial de la política de inmigración canadiense centrada en la calificación. En segundo lugar, un elemento importante es que los destinos urbanos y regionales de los migrantes mexicanos en Estados Unidos se han desplazado de los territorios fronterizos del suroeste hacia las zonas urbanas del noreste, lo que sugiere que los mexicanos en busca de oportunidades consideran cada vez más destinos, tomando menos en cuenta las preocupaciones tradicionales de distancia y clima. Esto plantea la cuestión de cómo es que el cambio de prioridades de los mexicanos calificados podría afectar el relativo atractivo de los destinos urbanos del norte tanto de Estados Unidos como de Canadá.

¿Cómo impacta el nivel de calificación de los migrantes mexicanos en su elección de destinos?

Son muchos los factores que influyen en los mexicanos de todos los niveles de calificación para emigrar a EE. UU. o Canadá. En su artículo clásico, “Una evaluación de la teoría internacional de la migración: el caso norteamericano” (An Evaluation of International Migration Theory: The North American Case) Massey et al. (1994) agruparon las teorías de la migración internacional por tradición temática: 1) economía clásica, que hace hincapié en los beneficios monetarios que se esperan de la migración para los individuos; 2) la llamada “nueva” economía de la migración, que tiene en cuenta una gama más amplia de fuerzas que afectan al bienestar económico de los hogares y sus miembros interdependientes; 3) las teorías del capital social, que incluyen el análisis de cómo los activos personales, más allá del capital humano y las aptitudes laborales específicas, incluidas las redes sociales, determinan las oportunidades y los resultados de los emigrantes; 4) las teorías de los sistemas mundiales y la globalización, que sostienen que los flujos migratorios entre un país de origen y otro de destino están influidos por sus respectivas posiciones dentro de una estructura económica más amplia. Aunque las teorías no se aplicaron específicamente a la migración mexicana calificada a EE. UU. y Canadá, tienen importantes implicaciones para un análisis de este tipo.

Muchas de las teorías referidas señalan a Estados Unidos como el destino más probable a elegir por los emigrantes mexicanos calificados. En primera instancia, su proximidad geográfica y familiaridad reducen las cargas migratorias tanto monetarias como psíquicas, al tiempo que disminuyen los costos de mantener los lazos familiares y domésticos. Otro elemento podría ser el factor climático, ya que los inviernos menos hostiles del sur de Estados Unidos se traducen en un beneficio tangible para muchos, si no es que para la mayoría, de los migrantes potenciales. En cuanto a la presencia de comunidades mexicano-americanas, estas pueden ser menos significativas para los emigrantes con formación universitaria en términos de satisfacción de necesidades básicas. Aunque pueden proporcionar un mayor sentido de conexión cultural a nivel local, un estudio reciente de Tigau (2020) descubrió que las relaciones en la comunidad mexicana son bastante complejas, principalmente porque, a diferencia de los inmigrantes indocumentados, los profesionistas mexicanos son una minoría que disfruta de privilegios de movilidad. Esto crea tensiones, especialmente en zonas tradicionales de migración como Texas, donde existen considerables diferencias de estatus entre migrantes mexicanos. El estudio también muestra que la elección de destinos tradicionales puede ser perjudicial para la validación de estudios, ya que los mexicanos calificados se vuelven parte de un grupo étnico históricamente menos calificado, lo cual llega a traducirse en un estigma significativo.

Es de esperar que los migrantes calificados tengan mayores ingresos en Estados Unidos, particularmente en los centros urbanos vinculados a la economía global. Algunas investigaciones (Borjas, 1993; Aydemir y Borjas, 2006) sugieren que, dado que las desigualdades salariales son mayores en EE. UU., los inmigrantes altamente calificados pueden esperar encontrarse en el segmento superior donde se encuentran los mayores beneficios. De hecho, este patrón también se observa en los análisis de migración entre ambos países anglosajones (Borjas, 1993, pp. 37-40). Canadá pierde con más frecuencia talentos de alto nivel en favor de EE. UU. que a la inversa, excepto cuando el gobierno canadiense interviene mediante incentivos para contrarrestar dicho efecto. Por todas estas razones, cabría esperar que los mexicanos altamente calificados prefiriesen ciudades estadounidenses sobre las canadienses.

Ciertas consideraciones teóricas favorecen a Canadá, en donde la asistencia social, incluso para los inmigrantes recién llegados, es más fácilmente asequible. Tales ayudas resultan más relevantes para las personas con niveles más bajos de ingresos, pero hasta los inmigrantes altamente calificados, y particularmente los procedentes de minorías que no tengan un empleo acordado antes de su llegada, pueden verse trabajando en ocupaciones por debajo de su nivel de calificación, esto a ambos lados de la frontera entre Estados Unidos y Canadá (Batalova et al., 2016; Reitz, et al., 2014). Recibir ayuda para cubrir necesidades básicas, tales como la atención sanitaria, puede ser tranquilizador para las personas preocupadas por este rubro. El cálculo general de seguridad laboral puede también verse afectado por la expectativa de poder ser discriminado o recibir un trato deficiente. Por ejemplo, hay quienes pueden creer que el sentimiento antiinmigrante y antimexicano es más fuerte en EE. UU., aún cuando las investigaciones al respecto no han encontrado que las consecuencias para los ingresos de los inmigrantes sean necesariamente más negativas en EE. UU. Un mayor sentimiento de antagonismo por parte de los mexicanos hacia EE. UU. favorecería a Canadá. Sin embargo, éste podría disminuir con políticas de inmigración más favorables bajo la administración Biden.

El tema de la globalización dentro de la teoría de la migración sugiere una conexión entre las “ciudades globales” y el sistema económico mundial, que genera una importante polarización del mercado laboral con una mayor demanda laboral en ambos extremos de la jerarquía de calificaciones. Massey et al. (1994, pp. 726-727) observaron que tanto las ciudades estadounidenses como las canadienses podrían verse afectadas por el impacto de la globalización en el mercado laboral y la inmigración, y señalaron que las tres ciudades estadounidenses identificadas por Friedmann (1986) como ciudades globales “primarias” -Nueva York, Chicago y Los Ángeles- ocupaban los puestos 1, 2 y 4 en inmigración, y las tres ciudades globales “secundarias” -Miami, Houston y San Francisco- ocupaban los puestos 3, 5 y 7. Friedmann (1986) identificó una sola ciudad canadiense, Toronto, como ciudad global secundaria. Sus 81 368 inmigrantes en 2016 (IRCC, 2016, p. 25) la habrían situado en cuarto lugar entre las ciudades norteamericanas, después de Nueva York, Los Ángeles y Miami (U. S. Department of Homeland Security, 2017).

Sin embargo, mientras que gran parte del análisis de las ciudades globales en Estados Unidos hace hincapié en la inmigración poco calificada (Sassen, 2001), las ciudades canadienses se distinguen por la naturaleza relativamente alta de calificación en su inmigración. En una comparativa restringida a inmigrantes con estudios universitarios, Toronto ocuparía un lugar más destacado, quizá incluso el primero o el segundo puesto (siguiendo a Nueva York). Así pues, desde la perspectiva de la teoría de la globalización, Toronto y, en cierta medida, Montreal y Vancouver, son ejemplos de ciudades que fungen como imanes de inmigrantes calificados, incluidos los procedentes de México.

El desplazamiento hacia el norte y las prioridades en evolución de los inmigrantes mexicanos

Los patrones migratorios de los mexicanos menos calificados en Estados Unidos han cambiado durante las últimas décadas. En la actualidad hay grandes asentamientos de mexicanos por todo el país, incluyendo en el más distante y frío norte. Estos cambios se deben a condiciones económicas no necesariamente vinculadas a la globalización de manera directa (Massey et al., 2010), e involucran cada vez más a mexicanos de origen urbano, como mostró Hernández-León (2008) en relación a la ciudad de Monterrey, Nuevo León. Antes de la década de 1980, alrededor del 70 por ciento de los migrantes provenían de lo que se conoce como la región “histórica” de migrantes, y se asentaban en los cuatro estados fronterizos con México (vea el cuadro 2), también Illinois recibiendo un número significativo. Durante la década siguiente, las regiones tanto de origen como de destino cambiaron, como describen Massey et al. (2010):

Durante la década de 1990, la región central de México cobró importancia como origen de migrantes hacia Estados Unidos, y en el 2006 representaba aproximadamente un tercio de todos los migrantes indocumentados en aquel país. Aunque la mayoría de los migrantes de la región central se dirigieron a destinos tradicionales como California, Texas, Illinois y el suroeste, los flujos también se diversificaron e incorporaron nuevos destinos en el medio oeste, el noreste y el sureste, con importantes flujos hacia Nueva York-Nueva Jersey, Carolina del Norte, Georgia y Florida (p. 150).

Cuadro 2 Porcentaje de orígenes y destinos de los inmigrantes procedentes de México antes y después de 1980 

Origins Before 1980 (%) By 2006 (%) Destinations* Before 1980 (%) By 2006 (%)
Historical Region 70 45 Borderlands Texas, Arizona, California, New Mexico, 86 61
Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, San Luis Potosí, Zacatecas, Aguascalientes, Colima, Nayarit
Central Region 10 37 Great Lakes Illinois, Indiana, Michigan, Ohio, Wisconsin 5** 12.5
Mexico City, Guerrero, Hidalgo, State of Mexico, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Tlaxcala
Border Region 20 11 Southeast D.C., Florida, Georgia, Maryland, North Carolina, South Carolina, Virginia, West Virginia NA 10
Baja California, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas
Southeastern Region 7 Northwest Idaho, Nevada, Oregon, Utah, Washington NA 8.5
Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz, Yucatán

* En el cuadro no se incluyen otras regiones. Las cifras pueden variar debido al redondeo.

** Los datos corresponden únicamente al estado de Illinois.

Fuente: Elaboración propia basada en Massey et al. (2010, pp. 133-138).

Entre 1990 y 2010, 15 estados con poblaciones de inmigrantes mexicanos relativamente pequeñas experimentaron una multiplicación de diez veces su tamaño, incluso en las regiones Norte, Este y Sureste de EE. UU. (Rosenblum et al., 2012). Por ejemplo, en Georgia, el número aumentó de 20 000 a casi 300 000; en Minnesota, de 4 000 a 65 000; y en Delaware, de 1 000 a casi 20 000 (Rosenblum et al., 2012, p. 38). Basándose en los porcentajes de la población total, las personas de origen mexicano siguen siendo más numerosas en Texas, California, Nuevo México, Arizona, Nevada y Colorado. Pero si nos basamos en las cifras, los principales destinos incluyen no sólo Illinois, sino también Florida, Washington, Georgia, Carolina del Norte y Nueva York (cuadro 3). Por ejemplo, Illinois alojaba a casi 1.6 millones de mexicano- estadounidenses en 2010, un aumento sustancial desde el año 2000, y tenía entonces más del doble de mexicano-estadounidenses que Colorado. Otros estados, como Illinois, Florida y Washington, tienen más mexicanos que Nuevo México o Nevada. El estudio de Smith (2006) sobre los mexicanos en Nueva York hizo hincapié en la ciudad de Puebla en México como fuente de migración.

Cuado 3 Estados de EE. UU. clasificados por población mexicano-estadounidense (2010) 

Ranked by Percentage of Mexican Americans Clasificación por número de mexicano- estadounidenses
State/Territory Mexican American Population Percentage State/Territory Mexican American Population Percentage
Total U. S. 30 742 375 10 Total U. S. 30 742 375 10
Texas 7 704 044

31.7

California 11 231 410 30.7
California 11 231 410 30.7 Texas 7 704 044 31.7
Nuevo Mexico 526 314 26.1 Arizona 1 631 468 26.1
Arizona 1 631 468 26.1 Illinois 1 535 659 12
Nevada 524 959 19.9 Colorado 736 652 15.1
Colorado 736 652 15.1 Florida 592 395 3.2
Illinois 1 535 659 12 Washington 563 256 8.6
Oregón 353 561 9.4 Nuevo Mexico 526 314 26.1
Utah 246 844 9.3 Nevada 524 959 19.9
Idaho 140 968 9.2 Georgia 490 440 5.2
Washington 563 256 8.6 Carolina del Norte 458 493 4.9
Kansas 230 315 8.2 Nueva York 422 292 2.2

Fuente: Elaboración propia basada en información de la U. S. Census Bureau (2010).

Otros estudios ahondan en estas tendencias. En su trabajo “Desvío migratorio” (Deflecting Immigration), Light (2006) mostró cómo los gobiernos locales de la región de Los Ángeles utilizaron la política de vivienda para redirigir la migración mexicana. Garip (2016) diferenció la migración mexicana a EE. UU. en términos de varias corrientes migratorias distintivas, prominentes en diferentes momentos y detonadas por diversas razones. Massey et al. (2010, p. 150) sugirieron que la mayor prominencia de la inmigración como tema de discusión en Estados Unidos puede parcialmente atribuirse al aumento en el número de áreas impactadas por su llegada.

Si bien estos patrones migratorios cambiantes sugieren que la distancia y el clima no son barreras infranqueables para los mexicanos, cabe preguntarse por qué el proceso parece detenerse en la frontera canadiense. Faltando investigación, sólo nos queda la especulación. Los nuevos asentamientos de mexicanos en zonas no tradicionales parecen ser “sembrados” por la migración secundaria de mexicanos, que a su vez animan a otros a seguirles, incluidos algunos que llegan directamente de México. Es poco probable que dicha migración secundaria implique un movimiento transfronterizo, que no estaría sancionado por la normativa canadiense en materia de inmigración, e implicaría costes con escasos beneficios. En segunda instancia, es posible que se esté produciendo algún movimiento transfronterizo indocumentado de mexicanos a Canadá a pesar de su irracionalidad económica, y que esté atrayendo poca atención debido a que sus cifras son bajas en relación con otras poblaciones inmigrantes. El hecho de que la expansión territorial de mexicanos menos calificados por las regiones de EE. UU. no haya llevado al asentamiento de estos en Canadá no indica necesariamente una aversión general por parte los mexicanos respecto a asentarse en Canadá.

Distintos destinos pueden ser aún más favorecidos por los migrantes mexicanos altamente calificados, aunque se dispone de menos información al respecto. Ruiz Soto y Selee (2019) hallaron que en el 2017, de 678 000 mexicanos con educación universitaria residentes en Estados Unidos, el 60 por ciento se asentaba en Texas o California, y muchos se concentraban en zonas fronterizas: San Diego-Tijuana, El Paso-Ciudad Juárez, McAllen-Reynosa y Brownsville- Matamoros. El resto se distribuía más ampliamente por los Estados Unidos. Los autores especulan con la posibilidad de que los mexicanos altamente calificados intentan escapar de los crecientes niveles de violencia. También observaron un patrón en Canadá: subempleo de los altamente calificados, encontrándose inmigrantes trabajando en la construcción y en servicios de la industria alimenticia.

Percepción de los mexicanos con estudios universitarios sobre ee. Uu., canadá y sus ciudades como destinos migratorios

Muestreo y método

Con el propósito de conocer a mayor detalle las preferencias de los mexicanos altamente calificados que aún residen en México como potenciales migrantes a ciudades estadounidenses versus ciudades canadienses, se realizaron entrevistas en la Ciudad de México con una muestra de 40 jóvenes mexicanos con educación universitaria entre julio y noviembre del 2019. El muestreo fue no probabilístico por cuotas, diseñado para representar por igual a hombres y mujeres en universidades privadas y públicas, y estuvo compuesta por voluntarios que respondieron a publicaciones en redes sociales. Los entrevistados estudiaban o habían estudiado en una de 17 instituciones postsecundarias mexicanas, tanto públicas como privadas. Una amplia variedad de disciplinas y campos profesionales estuvieron representados. Una ligera mayoría (52.5 %) había completado ya sus estudios. El resto se dividía a partes iguales entre estudios universitarios y de posgrado.

Las entrevistas estructuradas incluyeron ítems sobre futuros objetivos académicos y profesionales, la posibilidad de emigrar, y el atractivo de EE. UU. y Canadá como posibles destinos, haciendo hincapié en ciudades concretas dentro de cada país. Se emplearon la codificación manual y el análisis de contenido cualitativo para identificar patrones en las respuestas de los entrevistados. Dada la selección informal de una muestra tan pequeña, no se puede asumir fiabilidad estadística.

Se preguntó a todos los entrevistados sobre sus percepciones generales de ambos países, para así evaluar el atractivo de estos y los posibles destinos urbanos. Posteriormente, cada entrevistado calificó zonas urbanas concretas de cada país en función de hasta qué punto se sentiría como en casa en ellas. En la parte final de la entrevista, compararon varias características de dos posibles opciones urbanas: a) empleos, b) salarios, c) universidades, d) servicios públicos, e) actividades culturales, f) seguridad, g) condiciones climáticas, h) aceptación social, e i) sentirse como en casa. También se les preguntó sobre la posibilidad de discriminación por diversos motivos en esas dos opciones. Para esta parte, la muestra se dividió en dos grupos de 20 participantes cada uno; a la mitad de la muestra (submuestra A) se le pidió que las comparara a nivel nacional, y a la otra mitad (submuestra B) que contrastara sus principales elecciones urbanas dentro de cada país. Se duplicó la codificación de las respuestas a las preguntas abiertas, con resultados esencialmente coherentes.

En general, los entrevistados expresaron una opinión positiva de Canadá como país, prefiriéndolo por un amplio margen a EE. UU. como posible ubicación. Aún así, cuando se plantearon preguntas sobre ciudades concretas a las que se mudarían, las preferencias cambiaron significativamente hacia EE. UU. La ventaja estadounidense radica principalmente en el atractivo de las ciudades del sur de California y Texas, donde los mexicanos tienen los vínculos más fuertes. Toronto, Montreal y Vancouver se mostraron principalmente competitivas frente a destinos del norte de EE. UU. como Chicago y Nueva York. Comprender estas tendencias y el pensamiento que las sustenta son claves importantes para proyectar el futuro de la migración hacia el norte de mexicanos calificados.

Experiencias, redes sociales y planes migratorios

Resulta interesante que la migración forma ya parte de la historia personal de muchos entrevistados. Algunos se habían trasladado a la Ciudad de México desde otros estados mexicanos para estudiar o trabajar, y otros tenían antecedentes de inmigración dado que generaciones antecedentes habían emigrado a México desde distintos países, principalmente de Europa Occidental. Catorce habían emigrado antes al extranjero, la mayoría de las veces a EE. UU. o Canadá como parte de programas de intercambio, prácticas, o estudios de maestría. Cuando se les preguntó sobre sus planes migratorios futuros, el 85 por ciento manifestó interés por ir al extranjero, especialmente para completar sus estudios, aunque muchos dijeron que no rechazarían una oferta de empleo o educación si se materializara.

Se mencionaron algunos “factores de impulso” (push factors) específicos, especialmente las características desagradables de la situación actual en México, como la violencia y la consiguiente incertidumbre política y económica. Un licenciado en comercio internacional dijo: “Me gustaría irme a vivir a otro lugar; últimamente lo pienso cada vez más. Más que nada por la situación actual del país, la inseguridad es insoportable, y ahora tengo hijos y tengo que cuidarlos” (J. Orozco, comunicación personal, 22 de noviembre de 2019). Una mujer del área de nutrición coincidió: “la inseguridad sería (...) un factor clave. La situación que vemos hoy es preocupante, y nos moveríamos para darles mejores condiciones a nuestros hijos” (D. Melchor, comunicación personal, 15 de noviembre de 2019). Como ilustran estos comentarios, contar con una oferta de trabajo o una oportunidad académica a veces puede o no ser significativo. De hecho, al menos siete entrevistados afirmaron haber considerado la migración independientemente de cualquier objetivo académico o profesional. Una mujer dijo que estaría dispuesta a aceptar cualquier trabajo siempre que fuera en un país que le gustara.

Las redes vinculaban a los entrevistados a ambos países. Las redes familiares apuntaban con más fuerza a EE. UU., consecuencia evidente de una mucho mayor presencia mexicana en este país. De todos los entrevistados, el 52.5 por ciento tenía familiares en EE. UU., el 5 por ciento en Canadá, y el

17.5 por ciento tenía vínculos familiares en ambos países. En cuanto a redes de amistad, los entrevistados estaban más equitativamente vinculados tanto a EE. UU. como a Canadá. El 20 por ciento tenía amigos en EE. UU., el 27.5 por ciento en Canadá, y el 40 por ciento en ambos países.

Imágenes contrastantes de Estados Unidos y Canadá

Aunque la mayoría de los entrevistados afirmaron que considerarían la posibilidad de trasladarse a Estados Unidos o Canadá (80 % y 70 %, respectivamente), la percepción general de Canadá resultó mucho más favorable. El 90 por ciento (36 de 40) de los entrevistados tuvo una opinión favorable de Canadá “como lugar para vivir, trabajar y estudiar” (formulación utilizada en la pregunta). En cuanto a Estados Unidos, el 17.5 por ciento (7 entrevistados) tuvo una opinión favorable del país. Mientras que el 22.5 por ciento (9 entrevistados) tuvo una opinión desfavorable de Estados Unidos, y una persona expresó una opinión desfavorable de Canadá.

Los comentarios de toda la muestra indicaron que, aunque muchos admiran a Estados Unidos como un país grande, cosmopolita, poderoso y rico, están conscientes de los inconvenientes y desafíos. Esto incluyendo el impacto del sentimiento antiinmigrante, que se intensificó bajo la administración Trump y que se extendía a una preocupación más general sobre el legado de la historia de las relaciones entre Estados Unidos y México. Un entrevistado con formación en filosofía y derechos humanos comentó: “Soy mexicano, así que eso realmente determina mi opinión sobre Estados Unidos (...) Nuestra relación con ese país es de subordinación, y no de colaboración, que sería lo ideal” (H. Calderón, comunicación personal, 26 de octubre de 2019). Otro entrevistado con formación en psicología hizo referencia a la política estadounidense actual: “Si bien creo que (...) ofrece muy buenas oportunidades de trabajo, en este momento no es el mejor lugar para estar como mexicano” (F. Salamanca, comunicación personal, 27 de octubre de 2019).

Los entrevistados expresaron su preocupación por ciertas condiciones sociales más extendidas en Estados Unidos, como el racismo, la violencia, las armas y las drogas. El psicólogo ya citado dijo: “cuestiones importantes, como la violencia con armas de fuego y el racismo, hacen que [Estados Unidos] sea un lugar difícil para vivir” (F. Salamanca, comunicación personal, 27 de octubre de 2019). Un diseñador gráfico comentó que la polarización y el conflicto sobre estos temas eran rasgos definitorios: “Creo que [Estados Unidos] es un país muy diverso, muy polarizado. Hay expresiones racistas, pero también gente que alza la voz a favor de la inclusión y la aceptación” (P. Revueltas, comunicación personal, 17 de noviembre de 2019). Este entrevistado continuó expresando su resentimiento por la hipocresía estadounidense respecto a la perspectiva que se tiene sobre los problemas sociales mexicanos:

Creo que [Estados Unidos] tiene serios problemas de violencia, y tienden a lavarse las manos, como si México [fuera] el país violento, cuando eso está muy lejos de la realidad. No digo que tengamos los mismos niveles de violencia, pero ellos también tienen un gran problema con las drogas y las armas (P. Revueltas, comunicación personal, 17 de noviembre de 2019).

Por último, algunos consideraban que estos problemas sociales iban empeorando con el tiempo. Una mujer del ámbito de la comunicación observó: “Antes tenía una opinión positiva [de Estados Unidos], pero esto ha cambiado en los últimos años. Es un país que me asusta y me fascina al mismo tiempo” (M. Arjona, comunicación personal, 6 de octubre de 2019).

También se abordaron varias cuestiones culturales más generales. Algunos de los entrevistados rechazaban el estilo de vida estadounidense por considerarlo excesivamente superficial, egocéntrico y materialista. Uno de ellos dijo:

[Los estadounidenses] son muy nacionalistas y lo único que les importa son ellos mismos. Es como si tuvieran una visión muy limitada del mundo y sólo pudieran ver lo que ocurre dentro de su país. Tienen gente muy talentosa, muy capaz y educada, muy inteligente, y al mismo tiempo, hay tanta ignorancia (S. Escobar, comunicación personal, 7 de noviembre de 2019).

Las opiniones positivas sobre Estados Unidos se centraron en las oportunidades laborales y la presencia mexicana en ciertas áreas. Un ingeniero mecánico entrevistado nos dijo:

Me siento muy cercano a Nuevo México y Texas. Al igual que muchos mexicanos, puedo notar la influencia de México en esos lugares, (...) por la población que tienen. Creo que en cuanto a comida o tradiciones nos parecemos mucho (C. Ariza, comunicación personal, 5 de septiembre de 2019).

Este punto, si bien expresa una conexión con las percepciones generales de Estados Unidos, sugiere que los atractivos del país pueden ser específicos para cada región.

Por otro lado, los comentarios sobre las virtudes canadienses hicieron hincapié en la diversidad y el multiculturalismo. Doce entrevistados se refirieron a estos aspectos, y hablaron muy bien de la apertura canadiense a la inmigración. Sus comentarios sobre Canadá evidenciaron una comparación entre ambos países, explícita o implícita. Una mujer del ámbito de las relaciones internacionales nos dijo que la diversidad en Canadá es a “menor escala”, pero que los canadienses son “más tolerantes” que los estadounidenses. Otra mujer del mismo ámbito fue explícita al respecto:

Tengo una percepción mucho mejor [de Canadá] que de Estados Unidos; tiene una imagen mucho mejor. No sé si se deba a su situación política actual con Trudeau, que parece ser más de izquierda que Trump, pero su política exterior es más flexible, más amigable con los mexicanos (M. Vico, comunicación personal, 5 de septiembre de 2019).

Un ingeniero en sistemas hizo un comentario comparativo similar con Estados Unidos en relación a la violencia:

Para ser honesto, tiendo a comparar [Canadá] con Estados Unidos, y esa es quizás la razón por la que tengo una opinión mucho mejor de Canadá. Me gusta, ¡me gusta mucho! (...) No se oye hablar tanto de violencia [en Canadá] como en Estados Unidos (D. Melchor, comunicación personal, 15 de noviembre de 2019).

La referencia a Estados Unidos deja de estar presente cuando se aborda el tema de la cultura quebequense. El ingeniero mecánico citado anteriormente mencionó:

Me identifico con Quebec por mis clases de francés. Me encanta su ubicación, la educación multicultural y bilingüe, su estilo de vida. (...) He pensado en emigrar a Quebec simplemente porque me encanta su cultura francesa y tengo muchos amigos allí (C. Ariza, comunicación personal, 5 de septiembre de 2019).

Esto nos sugiere que ciertas regiones de Canadá tienen un atractivo específico, al igual que sucede con Estados Unidos.

El clima extremo de Canadá fue motivo de preocupación, aunque algunas personas leales a su preferencia consideraban que el clima invernal canadiense era una ventaja, que enmarcaba de forma atractiva el paisaje natural. Pese a esto, los comentarios sobre la “frialdad” de Canadá fueron más allá del clima y se adentraron en cuestiones culturales. Una mujer del área de la mercadotecnia nos dijo que la cultura anglosajona canadiense es más impersonal y seria que la latina. Sin embargo, el ingeniero en sistemas consideró que, en términos culturales, Canadá ofrecería una sociedad más cálida que EE. UU. Con ello parecía referirse a los programas sociales y los servicios públicos; pues nos dijo,

Aunque hace más frío que en Estados Unidos, yo diría que Canadá es un país más cálido, aunque no tanto como México. Creo que como familia tendrías mejores ingresos en Canadá, y hay menos desigualdad (R. Samper, comunicación personal, 9 de noviembre de 2019).

Aunque las opiniones sobre Canadá fuero positivas, también fueron relativamente vagas. Al menos nueve entrevistados confesaron tener información limitada y dudaron a la hora de expresar su opinión. Como dijo uno, “no hay mucha información sobre Canadá”, o al menos “yo no sé mucho al respecto” (D. Vives, comunicación personal, 4 de octubre de 2019). Es también posible que la conciencia que hay sobre Canadá como un posible destino migratorio haya crecido debido al aumento de los flujos documentados anteriormente. Un actuario nos dijo: “Hay muchas buenas oportunidades [en Canadá]. Últimamente he visto a mucha gente emigrar a Canadá, tanto amigos como personas con las que trabajaba antes. Creo que se ha vuelto cada vez más importante” (M. Valdivia, comunicación personal, 15 de noviembre de 2019).

Un ingeniero químico comentó:

Nunca consideré Canadá para nada realmente, pero de repente, en el trabajo, mucha gente habla de Canadá y dice que quieren irse para allá. Así que me ha llamado la atención. Ahora me lo estoy planteando, he oído que es un buen lugar. Desde mi punto de vista es como si Canadá hubiera solucionado todos los problemas con los que Estados Unidos no ha podido (G. Gómez, comunicación personal, 26 de octubre de 2019).

En la submuestra que comparaba características específicas a nivel nacional (submuestra A), las características de cada país fueron percibidas de forma bastante diferente. Canadá fue valorado más positivamente en seguridad personal, aceptación social, servicios públicos y calidad del trabajo, mientras que Estados Unidos fue valorado más positivamente en universidades (algo particularmente relevante para quienes se plantean estudiar en el extranjero), condiciones climáticas y actividades culturales. Ambos países recibieron la misma puntuación en salarios y en sentirse como en casa (ver la gráfica 1).

Fuente: Elaboración propia basada en entrevistas realizadas por los autores (submuestra A, N=20).

Gráfica 1 País preferido de acuerdo a cada atributo, entre los posibles migrantes calificados mexicanos 

Se preguntó a los entrevistados qué país sería más receptivo a ellos como inmigrantes. Concretamente, la pregunta era en qué país encontrarían más discriminación o tendrían más dificultades para conseguir un trabajo acorde con sus calificaciones. En este caso, sus percepciones fueron extremadamente diferentes. Prácticamente todos los entrevistados consideraron que sufrirían más discriminación por motivos de nacionalidad en EE. UU. La inmensa mayoría consideró su cultura y color de piel como posibles factores de discriminación. Además, Estados Unidos se consideró con más frecuencia un país difícil para encontrar un trabajo que se ajuste a las calificaciones poseídas.

Elección transnacional de destinos urbanos

Aunque la percepción en general de cada país es importante para los futuros emigrantes, a fin de cuentas se eligen ciudades concretas, por lo que la percepción de éstas es considerablemente importante. Esta cuestión se abordó en dos pasos. En primer lugar, se pidió a los entrevistados que valoraran ciudades concretas dentro de cada país. En segundo lugar, se les preguntó por sus preferencias entre esas ciudades, sin tener en consideración las fronteras nacionales, y pensando únicamente en lo que las ciudades por sí mismas ofrecían. Fue así que se obtuvo una lista de las mejores opciones urbanas de Norteamérica.

En cuanto a las opciones en Estados Unidos, Los Ángeles fue la primera elección de casi uno de cada tres entrevistados. Fue una de las tres primeras opciones para tres de cada cuatro entrevistados (ver el cuadro 4, A). Después de Los Ángeles, los más mencionados fueron San Antonio y San Francisco, cada uno mencionado entre los tres primeros puestos por más de dos de cada cinco personas. Los mexicanos esperan sentirse como en casa en las ciudades estadounidenses con numerosa población mexicano-americana, posiblemente porque tienen parientes o amigos allí. También son ciudades que muchos entrevistados han visitado. Se mencionaron algunas ciudades del norte, en particular Nueva York y Chicago. Estas tres metrópolis estadounidenses -Nueva York, Chicago y Los Ángeles- tienen una notable historia migratoria y reciben grandes volúmenes de inmigrantes de muchos lugares. No es de extrañar que los entrevistados las percibieran favorablemente.

Cuadro 4 Clasificación de las ciudades estadounidenses y canadienses como lugares para “sentirse como en casa”, entre los posibles migrantes mexicanos calificados 

A. U.S. cities’ rating C. North American cities’ rating
Percent rating as Percent rating as
top choice (%) top three (%) top choice (%) top three (%)
Los Ángeles 29 74 Los Ángeles 29 54
San Antonio 20 43 New York 14 26
San Francisco 14 51 San Antonio 11 29
New York 14 31 Toronto 11 46
Chicago 9 43 San Francisco 9 29
Miami 6 20 Chicago 6 17
Boston 3 11 Montreal 6 20
Washington 3 11 Vancouver 6 29
Pittsburgh 3 9 Washington 3 9
Portland 0 6 Quebec 3 9
Calgary 3 6
B. Canadian cities ratings Miami 0 17
Percent rating as Boston 0 0
top choice (%) top three (%) Portland 0 0
Toronto 37 86 Pittsburgh 0 0
Vancouver 26 71 Ottawa 0 9
Montreal 23 66 Victoria 0 3
Quebec 7 53 Edmonton 0 0
Calgary 6 9
Ottawa 3 14
Edmonton 0 17
Victoria 0 10

Fuente: Elaboración propia basada en entrevistas realizadas por los autores (N=35.5 sin respuesta).

En Canadá, Toronto ocupó el primer puesto, elegida como el lugar donde los futuros emigrantes se sentirían más como en casa por más de un tercio de los entrevistados (vea el cuadro 4, B). Toronto figura entre las tres primeras opciones para el 86 por ciento de los entrevistados. Vancouver y Montreal también fueron muy bien valoradas. Los entrevistados que ya habían visitado o vivido allí mencionaron las cualidades de la ciudad y su percepción de las oportunidades de empleo. Algunos se sintieron atraídos por la lengua francesa y la cultura de Montreal; y siguiendo esta línea, la mitad de los entrevistados mencionaron Quebec entre las tres primeras ciudades.

Al elegir ciudades sin tener en cuenta la frontera internacional, Canadá salió perdiendo. Por ejemplo, Los Ángeles, Nueva York, San Antonio y San Francisco se mantuvieron en los puestos más altos. Las ciudades canadienses se incluyeron como segunda o tercera opción (cuadro 4, C, segunda columna). Independientemente de la imagen positiva que prevalece de Canadá como país, y de las numerosas quejas que los entrevistados formularon sobre la sociedad estadounidense y las políticas de ese país hacia México, las ciudades estadounidenses siguieron encabezando la lista de destinos donde dijeron que se sentirían como en casa.

Aún así, Toronto, que seguía siendo la primera opción canadiense, se situó más o menos al mismo nivel que San Francisco y Chicago, y bastante cerca de Nueva York. Para casi la mitad de los entrevistados, Toronto estuvo entre las tres primeras posibilidades en ambos países. Además, Montreal y Vancouver estuvieron entre las tres primeras (20 % y 29 % de las veces, respectivamente) casi con la misma frecuencia que Nueva York o San Francisco (26 % y 29 % de las veces, respectivamente).

Tras agregarse las opciones canadienses, Chicago fue la ciudad que perdió más competitividad. Fue mencionada entre las tres primeras por el 43 por ciento de los entrevistados cuando las opciones se limitaron a ciudades estadounidenses, pero sólo por el 17 por ciento cuando se incluyeron las opciones canadienses. En efecto, las ciudades canadienses desplazaron a Chicago de los primeros puestos. En menor medida, San Francisco y San Antonio fueron también desplazadas. San Francisco estuvo entre las tres primeras opciones para el 51 % de los entrevistados cuando sólo se tomaron en cuenta las opciones estadounidenses, pero descendió al 29 % cuando se incluyeron las ciudades canadienses. San Antonio bajó del 43 % al 29 %. En cambio, Nueva York descendió muy poco.

En resumen, si bien Canadá como país fue valorado muy positivamente en comparación con Estados Unidos, las opciones estadounidenses dominaron cuando la atención se desplazó a las opciones de destino a nivel urbano. Las ciudades de California y Texas ejercieron un fuerte magnetismo sobre la muestra, ciertamente pequeña, de mexicanos con estudios universitarios. Las ciudades canadienses, especialmente Toronto, resultaron competitivas principalmente para con ciudades del norte de EE. UU. como Nueva York y Chicago, y en cierta medida con San Francisco y San Antonio.

Las percepciones de las características mencionadas anteriormente, importantes a la hora de comparar estos países como destinos, diferían cuando las alternativas eran las ciudades específicas mejor valoradas por los entrevistados dentro de EE. UU. y Canadá. Se les pidió que compararan sus principales opciones urbanas dentro de cada país (submuestra B) de acuerdo a las mismas características que habían utilizado para calificar los países en general. Aunque muchos contrastes comparativos se mantuvieron, también se produjeron cambios interesantes, siendo el más llamativo el de sentirse como en casa.

Mientras que los entrevistados habían indicado sentirse igualmente a gusto en EE. UU. y Canadá como países, al comparar la ciudad mejor valorada de cada país, el 70 % de los entrevistados mencionaron ciudades estadounidenses y alrededor del 25 % una ciudad canadiense (gráfica 2). A nivel urbano, la opción canadiense fue la que más mejoró en razón de las universidades. El resto de las comparaciones se mantuvieron igual. Por ejemplo, las ciudades canadienses fueron preferidas por la seguridad personal, los servicios públicos y la aceptación social, mientras que las estadounidenses lo fueron por sus condiciones climáticas. En cuanto a las oportunidades de empleo, se valoraron más o menos igual.

Fuente: Elaboración propia basada en entrevistas realizadas por los autores (submuestra B, N=20).

Gráfica 2 País de la ciudad preferida de acuerdo a cada atributo, entre los posibles migrantes calificados mexicanos 

A pesar de los sentimientos negativos hacia EE. UU. en general, que llevaron a los entrevistados a afirmar que no era más probable que se sintieran más como en casa en EE. UU. que en Canadá, muchos declararon que esperaban sentirse como en casa en la ciudad específica dentro de EE. UU. que más probablemente elegirían como destino. Estas ciudades fueron comúnmente Los Ángeles, San Francisco o San Antonio, todas ellas con grandes comunidades mexicano-americanas, cercanas a México, y con nombres en español. La importancia concedida a estos aspectos y a otras características, quizá explicadas por las condiciones climáticas, favoreció a EE. UU. y podría explicar la elección urbana final. Por ejemplo, es posible que las

ciudades canadienses fueran elegidas por motivos académicos porque, si bien EE. UU. es conocido por sus universidades de primer nivel, aquellos que seleccionaron una ciudad canadiense concreta podrían haberlo hecho esperando completar allí sus estudios postsecundarios.

Examinamos si las expectativas de discriminación más frecuentes en EE. UU. cambiaban al comparar las ciudades más importantes de ambos países, según lo mencionado por cada entrevistado, y descubrimos que se reducían, pero sólo un poco. La diferencia en las expectativas de discriminación para las ciudades preferidas de cada país fue menos extrema que la diferencia en las expectativas de discriminación en general para cada país. No obstante, las expectativas de discriminación fueron mayores en EE. UU., incluso al comparar las ciudades favorecidas.

Análisis adicional de la toma de decisiones migratorias

Hasta este punto, los resultados sugieren que, a pesar del recelo sobre la sociedad estadounidense y sus perspectivas de vida en ella, muchos mexicanos se sienten atraídos por ciudades estadounidenses específicas en las que advierten una sensación de familiaridad, a menudo debido a una cuantiosa presencia mexicana. También tienen consideraciones a nivel nacional, como el clima. Al mismo tiempo, los resultados sugieren que las ciudades canadienses compiten con las norteamericanas, especialmente con Chicago y Nueva York.

Nos interesaban especialmente los casos en los que las principales preferencias en EE. UU. y Canadá fueron también las dos ciudades más mejor puntuadas en general por los entrevistados. Hubo 15 casos de este tipo, y vale la pena examinarlos porque la elección entre países es más sobresaliente. En 11 de estos casos, una ciudad estadounidense fue la primera de las dos opciones, y en cuatro, una canadiense.

Cuando se eligió una ciudad estadounidense, los entrevistados a menudo hicieron mención de la presencia mexicana o de razones familiares. Tanto Los Ángeles como San Francisco fueron tres veces elegidas en lugar de una ciudad canadiense debido a que las primeras cuentan con mayor presencia latina, por vínculos familiares, o porque los entrevistados tenían la sensación de que esas ciudades eran más amistosas y acogedoras. Uno de los entrevistados dijo que sentía una fuerte conexión con San Francisco por su nombre y su historia. San Antonio fue elegida por el entrevistado debido a que contaba con un pariente cercano viviendo allí. Con Nueva York fue distinto: fue elegida dos veces en lugar de una ciudad canadiense debido a visitas anteriores, y porque es una ciudad grande y cosmopolita, como la Ciudad de México.

En los cuatro casos en que una ciudad canadiense quedó en primer lugar, los entrevistados mencionaron características atractivas específicas de la ciudad, a menudo haciendo referencia a viajes anteriores. Por ejemplo, una vez se eligió Toronto en lugar de Chicago porque ya se había estado allí, aunque el entrevistado tenía familia en Chicago; así, vemos que el atractivo de una ciudad eclipsó las conexiones sociales.

Conclusiones

A medida que aumenta el nivel educativo en México, aumenta también el potencial de migración calificada de México a EE. UU. y Canadá. Si bien la historia de la migración desde México es principalmente una historia de trabajadores poco calificados que se trasladan al suroeste de Estados Unidos, los datos actuales revisados en este artículo muestran que la migración de mexicanos con estudios universitarios a Estados Unidos y Canadá ha aumentado en las últimas décadas, sugiriendo esto que los migrantes calificados representan una corriente nueva y distinta en el flujo migratorio hacia el norte. El análisis aquí presentado concluye que, mientras que la migración mexicana menos calificada se ha dirigido mayoritariamente a EE. UU., los mexicanos con estudios universitarios encuentran en Canadá una opción atractiva, en parte porque su política de inmigración ofrece más oportunidades para la migración calificada permanente, incluso para aquellos que no tienen un empleo previamente acordado. Algunas características de la sociedad canadiense pueden también resultar atractivas, tales como las prestaciones sociales, la seguridad personal, o las políticas culturales.

La exploración del potencial de la migración calificada a Canadá y EE. UU., basada en entrevistas con una pequeña muestra de mexicanos con estudios universitarios en la Ciudad de México, reveló una apertura a la migración en general, y una buena disposición a considerar la migración a ambos países. Las enormes ventajas estadounidenses de tamaño, proximidad, clima, familiaridad, grandes comunidades mexicanas, y redes de migración establecidas desde México tienen relevancia para la inmigración calificada. Al mismo tiempo, el clima social y político estadounidense, incluidos los persistentes y crecientes esfuerzos por reducir la inmigración procedente de México, así como cuestiones más amplias relacionadas con la delincuencia y las drogas, y aspectos de la cultura estadounidense en general, claramente disuaden a algunos.

Canadá parece tener una imagen nacional muy positiva basada en una reputación de equidad y apertura a la inmigración, y en características como la seguridad personal, la diversidad cultural, y los servicios públicos. Esta percepción positiva, sumada al sistema de inmigración canadiense, parece constituir una ventaja significativa. Ambos países ofrecen oportunidades económicas, que impulsan muchas o la mayoría de las decisiones migratorias. También es cierto que los entrevistados sabían mucho menos sobre Canadá, lo que puede llevar a que se le considere menos como una opción. Aunque los vínculos familiares y de redes con EE. UU. son más fuertes, también se cuenta con estos en Canadá. Así mismo, las personas de origen mexicano que se encuentran ahora en Canadá tienen un nivel educativo medio mucho más alto que sus homólogos de EE. UU. Es probable que esto fortalezca las redes profesionales y académicas, y aumente el atractivo de Canadá.

Algunos potenciales migrantes mexicanos prefirieron los destinos urbanos en las ciudades del norte de Estados Unidos, mientras que las ciudades canadienses surgieron como las más competitivas en relación con estos destinos. Se evidenció un enfoque significativo en las ciudades del noreste de EE. UU., como Nueva York y Chicago, y las ciudades canadienses de Toronto, Montreal y Vancouver. Estas recibieron altas calificaciones por parte de los entrevistados que las eligieron. Para aquellos que consideraron mejores los destinos del norte, el clima resultó menos importante. Por otro lado, para muchos, las expectativas de bajos niveles de criminalidad y violencia relacionada con las armas, la apertura a la diversidad cultural y el que los mexicanos no estén estigmatizados, los bajos niveles de inseguridad económica, y los bien establecidos servicios públicos disponibles en Canadá tuvieron un atractivo considerable. Para algunos, la cultura francófona de Quebec representó una atractiva opción adicional.

Nuestros hallazgos sugieren que los potenciales migrantes calificados mexicanos perciben a Canadá de manera positiva, pero tienen mucha menos información de este país en comparación con la que se tiene de Estados Unidos. No se conocen bien las oportunidades para solicitar el estatus de residencia permanente en Canadá sin conexiones previas con el país. Para competir por posibles inmigrantes, Canadá debe abordar esta relativa falta de información y fortalecer la diplomacia pública a nivel urbano. Futuras investigaciones podrían explorar las variaciones regionales dentro de México en términos de características que afecten las preferencias de destino de los migrantes altamente calificados.

A fin de cuentas, la competitividad de cada país en la captación de migrantes altamente calificados puede depender del desarrollo de esfuerzos específicos para tal fin, y en este contexto los empleadores, las instituciones educativas y los gobiernos jugarán un papel importante. Mientras EE. UU. busca formas de reducir la inmigración, el gobierno canadiense ha puesto la mira en aumentar sus cifras. De esto resulta que México represente un importante objetivo de potencial captación.

Traducción: Fernando Llanas.

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Recibido: 08 de Abril de 2021; Aprobado: 24 de Septiembre de 2021

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