SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.6 issue1Migración internacional, remesas y desarrollo local en América Latina y el Caribe author indexsubject indexsearch form
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Migraciones internacionales

On-line version ISSN 2594-0279Print version ISSN 1665-8906

Migr. Inter vol.6 n.1 Tijuana Jan./Jun. 2011

 

Reseña bibliográfica

 

Exporting Japan: Politics of Emigration to Latin America

 

Adolfo Alberto Laborde Carranco

 

Toake Endoh, 2009, Estados Unidos de América, University of Illinois, 266 pp.

 

Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, EGADE Business School and EGAP. Dirección electrónica: adolfo.laborde@itesm.mx y adolfolaborde@yahoo.com.mx.

 

Taoke Endoh, en su trabajo Exporting Japan: Politics of Emigraton to Latin America, aborda los orígenes de la política migratoria japonesa hacia América Latina. La obra se divide en seis capítulos y una parte de conclusiones. Taoke sustenta que, enfrentados a una fuerte oposición a la emigración latinoamericana por razones mercantilistas, imperialistas y de seguridad nacionales, los partidarios de la emigración expresaron sus virtudes desde una perspectiva económica, haciendo hincapié en que los flujos migratorios de Japón aportarían nuevas ideas y cambios en el resto del mundo (p. 62). Así mismo, con el objetivo de promover la migración japonesa al exterior, las autoridades de Japón desarrollaron estrategias de promoción y marketing en diarios, revistas y programas radiofónicos, dando a conocer los beneficios de salir al exterior en hospitales, comercios y parques. De esta manera, la población con poco acceso a la información también se podía enterar de las virtudes de la emigración. Algunos eslóganes que se usaron para promover la migración a América Latina fueron: "La naturaleza en América Latina es tan rica que nadie necesita trabajar"; y "La gente es cálida y hospitalaria con los migrantes japoneses" (p. 70). Ante esto, la comunidad empresarial en Japón apoyó la política de promoción de la emigración a América Latina. Los grandes empresarios japoneses sostuvieron juntas privadas para dialogar sobre la oportunidad de emigrar al "nuevo mundo", contando con la participación de banqueros, industriales y políticos (p. 75). Mientras tanto, surgió un nuevo concepto de política sobre "la superación del pueblo japonés en el exterior", que buscaba promover la idea de que los japoneses estaban contribuyendo al crecimiento mundial, de tal suerte que la emigración hacia Latinoamérica comenzó a ser vista como un proceso que llevaba al progreso nacional y a la construcción de la nación (p. 77). Sin embargo, es aún incierto si la política de emigración latinoamericana cumplió sus objetivos de control de población y estabilización de recursos al interior de Japón (p. 79). Aunque se trataba de una política un tanto anticuada, ésta logró sobrevivir porque cumplía otros objetivos políticos. ¿Qué tipo de papeles adicionales asumía esta política? ¿Qué problemas específicos identificaron los funcionarios de gobierno e intentaron resolver a través de la emigración? Estas preguntas se abordaron en el centro del análisis expuesto por Taoke (p. 98). En términos de la conexión entre la emigración latinoamericana y el suroeste de Japón, algunos expertos opinan que el patrón de la preeminencia del suroeste ya se había establecido hace mucho tiempo en las migraciones anteriores a Hawai y Norteamérica. Antes de la emigración japonesa a América Latina, la población del suroeste ya estaba acostumbrada a la migración a través de sus propias experiencias con las olas migratorias transpacíficas. Por lo tanto, se puede decir que la migración a América Latina fue una arteria nueva que emanó de los patrones migratorios ya establecidos (pp. 107–108).

Por otro lado, el autor argumenta que la idea de utilizar el programa de emigración estatal para apaciguar tensiones sociales prevaleció en los discursos de los políticos y administradores durante la turbulenta década de los años veinte. La doble naturaleza de esta política –aliviar la sobrepoblación y reducir la inestabilidad política– subraya el enfoque realista que tenía el Estado sobre la trayectoria de Japón a futuro, en donde una sobrepoblación en una economía rural causaría pobreza y desempleo, lo que deterioraría la moral y la mentalidad del pueblo (p. 140).

De esta manera, la iniciativa de emigración latinoamericana fue institucionalizada en la década de los años veinte y después en los años cincuenta, junto con una serie de programas sociales diseñados para lidiar con la situación económica y la decadencia cívica (pp. 155–156). En este mismo sentido, cabe mencionar que con el mismo espíritu de bienestar social y rehabilitación individual, el Buró Social promovió y fomentó la emigración a través de las instituciones. La emigración estaba diseñada para "matar dos pájaros de un tiro: al mejorar las condiciones económicas, la emigración lograba la emancipación de la agonía de la discriminación social" (p. 156). Por este motivo, la política de emigración latinoamericana, que emergió de una atmósfera de crisis en los periodos de la preguerra y posguerra, perdió fuerza con la llegada de nuevas condiciones domésticas e internacionales. Antes de la guerra, el número de emigrantes disminuyó considerablemente en la década de los treinta, mientras que en la posguerra los valores y los intereses del pueblo cambiaron de ser políticos a económicos, de acuerdo con el crecimiento de la economía y la industrialización de la década de los sesenta (pp. 159–160).

En el contexto del impasse político entre el colonizado y el colonizador, la política de emigración fue diseñada e implementada para abordar y neutralizar la presente tensión política y frenar posibles crisis similares en el futuro. Por ejemplo, en Washington, los legisladores del Comité de Asuntos Militares discutieron la reubicación de los campesinos en la isla de Okinawa (pp. 165–166). Otro factor que reanudó la migración después de la Segunda Guerra Mundial fue la escasez de recursos. A pesar de la ayuda generosa proporcionada por Estados Unidos y el trato preferencial en los mercados internacionales, Japón se vio inmerso en un predicamento al intentar reconstruir su red internacional de suministro de recursos. De esa manera, su recuperación económica y posterior crecimiento dependía de fuentes externas para el suministro de energía y alimentación. En este sentido, América Latina contaba con todo lo que Japón carecía: amplias reservas de minerales, tierra fértil con buen clima y un excelente ambiente natural (p. 171).

En el caso de Brasil, tanto los exportadores brasileños como los consumidores japoneses estaban interesados en la diversificación de sus socios comerciales. Respecto de estos últimos, el asunto era inminente. Con el surgimiento del proteccionismo económico después de la Primera Guerra Mundial y la conformación de bloques colonialistas a escala global, Japón se enfrentó a un dilema internacional y tensiones con Estados Unidos y Gran Bretaña por su protagonismo en Asia. Por lo tanto, Japón decidió romper su dependencia de la hegemonía occidental, importando más productos de Brasil que de Estados Unidos (pp. 172–173). Sin embargo, Japón no implementaría ninguna medida proteccionista en contra de los productos brasileños; al contrario, le otorgó a Brasil un estatus incondicional de nación más favorecida y continuó importando cada vez más algodón brasileño. La esencia de estas transacciones internacionales fue considerada crítica y crucial para contrarrestar la falta de balance en el comercio internacional. En particular, la fuerza de trabajo de Japón y la propiedad privada fueron indispensables para lograr que el comercio y la operación de capital fueran esencialmente japoneses (p. 174).

En este mismo orden de ideas, cabe destacar que en el Japón de la posguerra también se implementó una estrategia transnacional de recursos en conjunto con la emigración latinoamericana, particularmente para la producción de frijol de soya. Este producto, utilizado anteriormente en Brasil como alimento para animales, se convirtió en la principal cosecha de exportación (pp. 177–178). Por este motivo, al darse cuenta del valor del frijol de soya brasileño para posicionarse más en el terreno del comercio internacional de commodities, Japón comenzó a proporcionar considerables apoyos financieros y técnicos a Brasil (pp. 178–179). Así mismo, el outsourcing de algodón, frijol de soya y otros commodities manifestaron la intención de Japón de ampliar el efecto de su política de emigración en la economía internacional para reforzar la seguridad del suministro de alimentos en América Latina. Para impulsar esta iniciativa transnacional, se lograron diversos acuerdos institucionales, financieros y diplomáticos, en los cuales Brasil figuró como terreno de prueba para la orientación de las políticas japonesas (p. 179).

El proyecto de emigración a América Latina bajo la tutela japonesa fue una parte integral de la estrategia global de Japón para expandir su esfera de influencia en la política mundial. A pesar del aparente tono etnocentrista e imperialista, Japón insistió en que sus operaciones de "colonización a través de la migración" no constituían un acto de agresión, sino un proyecto pacífico conducido siempre con la aprobación del otro país, respetando siempre su soberanía. Sin embargo, Occidente no creía en los argumentos pacifistas y cosmopolitas de Japón, cuyas operaciones militares en el noreste de Asia sugerían lo opuesto: un intento de penetrar a la fuerza en el hemisferio oeste (p. 191).

Lo que cambió de manera evidente el discurso japonés sobre la emigración y la colonización en América Latina fue su conciencia nacional hacia sus antiguos rivales: Estados Unidos y Europa. Los partidarios de la emigración ya no hablaban abiertamente y de manera antagónica sobre ellos, como lo habían hecho (p. 193). Al mismo tiempo que veían para abajo y con racismo a América Latina, los partidarios de la emigración en Japón ofrecían razones similarmente racistas para sugerir que los mejores candidatos de migrantes eran la población rural y los mineros (p. 194).

Taoke Endoh concluye su trabajo sobre las políticas de la migración japonesa a América Latina diciendo que el Estado japonés, tanto en el ámbito federal como en el local, fue el principal arquitecto del esquema migratorio tanto en la preguerra como en la posguerra de la Segunda Guerra Mundial. Doméstica e internacionalmente, Japón promovió e incluso coordinó la emigración a través de diversos acuerdos institucionales y en colaboración con organizaciones e individuos. La migración sin precedentes a América Latina en las décadas de los años veinte y treinta, y posteriormente en los cincuenta y sesenta, fue una creación del Estado. Mientras que la participación del gobierno japonés en la emigración a América Latina fue constante, la implementación de la política y el discurso oficial sobre la migración colonial sufrió cambios. Este estudio ha proporcionado evidencia de que la emigración latinoamericana fue un descompresor político utilizado por el Estado de la preguerra y posguerra para disminuir fuentes de inestabilidad y restaurar el orden público y la unidad nacional (pp. 197–203).

 

Información sobre el autor

ADOLFO ALBERTO LABORDE CARRANCO estudió los doctorados en cooperación internacional en la Universidad de Kobe, Japón, y en ciencias sociales –orientación en relaciones internacionales– en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), nivel I, del Consejo Nacional para la Ciencia y Tecnología en México. Sus líneas de investigación son Japón, Asia–Pacífico, negocios y relaciones internacionales y migración internacional. Es autor de cinco libros sobre el fenómeno migratorio de los mexicanos en Estados Unidos y de varios artículos sobre temas internacionales publicados en revistas especializadas y periódicos de circulación nacional e internacional. En la actualidad es profesor–investigador y director de la revista Foreign Policy, edición mexicana, publicada por la Rectoría de las escuelas nacionales de posgrado EGADE Business School y EGAP, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterey.

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License