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Latinoamérica. Revista de estudios Latinoamericanos

On-line version ISSN 2448-6914Print version ISSN 1665-8574

Latinoamérica  n.55 Ciudad de México Dec. 2012

 

Reseñas

 

Claudia Costanzo Δαλατση, Algunas recurrencias en las literaturas iberoamericanas,

 

Carlos Alberto Crida Álvarez*

 

Αθηνα, εκδóσεις οσελóτος, 2010, 95 pp.

 

*Universidad Nacional y Kapodistríaca de Atenas (Grecia)

 

No sólo el título de la obra Algunas recurrencias en las literaturas iberoamericanas sino también su carátula resultan inquietantes. Esa imagen de un fósil marino de unos 239 millones de años, tomada por Δντωνης Δαλατση en el Museo de Historia natural de Lygourió (Grecia), con esa forma en espiral logarítmica, es decir la de "una curva que rota en torno a un eje, de modo que la forma de la curva permanece constante pero su tamaño aumenta en progresión geométrica", considero es una excelente muestra de lo puede esperar el lector atento en el interior del libro. Más aún, es un signo semiótico muy bien escogido, que está indicando que la autora ha cuidado hasta el menor de los detalles. La imagen del fósil se multiplica igual y distinta a la vez. Es idéntica fotografía pero va cambiando de tamaño, lo cual cristaliza la idea central que recorre toda la obra, la de "recurrencia hipostática". Sigamos con la carátula. Sabido es que la espiral constituye uno de los símbolos más antiguos y universales y que ya aparecía en el arte megalítico europeo. En muchas culturas ha simbolizado el ciclo de nacimiento-muerte-resurrección, materializado en el Sol, cuyo ciclo vital es precisamente ése, ya que nace por la mañana, muere a la noche y renace al día siguiente. En la actualidad ciertas propuestas filosóficas, espirituales, estéticas y aun tecnológicas ven en la espiral un símbolo del pensamiento cíclico. Es decir que la cubierta no es más que una figuración de lo que el lector va a encontrar en el texto expresado con palabras. Realmente, ¡es inquietante! Se ha sacado buen partido de las lecturas de Umberto Eco y de tantos otros semiólogos.

La imagen de la carátula, así como la lectura del libro, se podría comparar con la hipótesis sobre los mundos paralelos, del cosmólogo y profesor del Massachussets Institute of Technology, Max Tegmark, quien declaró a Eduard Punset, en su programa Redes del 3 de junio de 2011, lo siguiente:

Como la luz solamente puede desplazarse a una velocidad finita, si toda la realidad tiene únicamente 13 700 millones de años, entonces no podemos ver las cosas que están demasiado lejos, porque la luz necesitaría cien mil millones de años para llegar hacia nosotros, ¡así que no la vemos todavía! De ahí se desprende, pues, una imagen en la que el espacio discurre para siempre, pero nosotros solamente podemos ver la región que denominamos "nuestro universo". Por tanto, hay un número de regiones igual de grandes, que a mí me gusta llamar universos paralelos. Parece una idea descabellada, pero no deja de ser lo que en realidad predice la teoría más simple. Y, si existe un número infinito de lugares donde las cosas pueden empezar aleatoriamente, entonces cualquier cosa que pueda suceder, o cualquier cosa que podría haber sucedido pero no lo ha hecho.. .sucederá en otro lugar". En otras palabras, y volviendo a nuestro mundo, o sea a nuestro libro, algo que se dio se volverá a dar en otra parte, en forma idéntica o cambiada, una y otra vez. Realmente, ¡es inquietante!

No más comenzar la lectura del libro resulta inquietante, como decíamos, pues quita el sosiego, turba la quietud al despertar inmediatamente la curiosidad, al azuzar el interés del lector por lo que está leyendo. La lectura de Algunas recurrencias en las literaturas iberoamericanas requiere muchísima atención, muchísima concentración (así en superlativo) y, a su vez, muchos conocimientos previos de literatura, teoría literaria, filosofía, historia, semiótica y un largo etc. Abunda el uso de terminología y no son pocos los neologismos, lo cual lleva a preguntarse ¿a quién está dirigido? ¿Cuál será su público lector? Pero hasta Luis de Góngora y Argote también en su época tuvo pocos lectores que pudiesen acercarse realmente a su obra, salvando las diferencias, aunque no es una referencia gratuita, como veremos posteriormente.

Desde el prefacio también se observa una preocupación pulcrísima por el orden. Un orden que es muy lógico, tanto en cuanto a la estructuración de los capítulos como al desarrollo de las ideas. No obstante, es una lógica difusa, o sea plurivalente, que propone un número infinito de valores de verdad y, por lo tanto, que admite diferentes puntos de vista. La autora no propone una única lectura lineal sucesiva, aunque ésta pueda hacerse, ya que la forma en que están ordenados los capítulos y su contenido, siguiendo la propuesta clásica de teoría-análisis-apéndice, lo permite. Pero también puede hacerse una lectura zigzagueante, elíptica, circular, radial, de interacciones múltiples, ya que el texto todo el tiempo está remitiendo a otros textos integrantes del mismo libro. En este sentido, el de la pluralidad de lecturas, recuerda la novela Rayuela, del argentino Julio Cortázar, que propone al lector más de una lectura desde su primera página. "Mi libro se puede leer como a uno le dé la gana", afirma el personaje Morelli, como también creo que diría la autora del libro que nos ocupa. Esta pluralidad de lecturas no se debe a un ánimo lúdico (aunque podría serlo), sino más bien a dejar al lector en plena libertad de elección, según sus gustos, necesidades o lo que sea. Esta liberalidad tiene su razón de ser en los materiales reelaborados que integran el libro, los cuales la autora fue "escribiendo entre 1998 y 2010: artículos, ponencias, esquemas, notas", como nos informa en el prefacio, y que, a pesar de su autonomía, mantienen un eje, un hilo integrador, que es su personal propuesta de análisis basada en la "recurrencia hipostática". La libérrima autora no niega otras posibles alternativas de análisis, simplemente pretende superar "las limitaciones tanto de las teorías moderno-racionalista-logocéntricas como de las fragmentaciones post-estructuralistas".

Una lectura zigzagueante, elíptica, circular, radial, de interacciones múltiples es, a nuestro entender, una lectura barroca, en el sentido de la expresión latina horror vacui (que significa literalmente "miedo al vacío") y que forma parte de las características de ciertas tendencias del Barroco. Es como si la autora no quisiera dejar nada vacío, nada sin explicar (aunque no siempre lo logre), por eso ese barroquismo en su prosa y en la expresión de sus ideas. De ahí nuestra mención a Góngora y a la necesidad de una lectura atenta y concentrada.

Los análisis comparatistas intertextuales, presentes en los estudios de autores iberoamericanos que integran este libro, resultan comprensibles pues siguen una metodología rigurosa. No obstante, se echa en falta una definición de qué es la "recurrencia hipostática", principalmente en el capítulo titulado "Motivos de recurrencia", en el que se aporta la teoría. Costanzo afirma que "estamos en un momento diferente del proceso de recuperación de nuestra autonomía crítica (es decir la iberoamericana), en una fase no-instintiva, sino consciente", pero, contrariamente a lo afirmado, es a una comprensión intuitiva a la que se llega del sintagma "recurrencia hipostática", sobre el que se base la teoría analítica propuesta, dado que no se ofrece una definición clara, exacta y precisa. El significado hay que intuirlo y extraerlo de su aplicación en los ejemplos concretos que trae el libro, mediante un proceso deductivo. El significado del sustantivo "recurrencia" queda muy claro desde el título y su figuración en la tapa del libro, pero el adjetivo "hipostático" sólo lo encontramos explicado en una nota al pie de la página 14, en la que se aclara al respecto "elemento persistente, recurrente": "Es decir que reaparece a lo largo del tiempo de un modo 'hipostático', esto es, que cada vez es al mismo tiempo distinto sin dejar de ser lo mismo". Esto aparece en el signo semiótico de la carátula pero semánticamente es opaco, pues hay que descubrirlo, ya que no condice con la definición que da el DRAE del adjetivo hipostático. Tenemos que recurrir al griego moderno para su cabal compresión: si el adjetivo νποστατικóς significa αντóς; πον οχετιζεται με την νπóσταση

Por lo tanto, "recurrencia hipostática" sería lo que tiene existencia y que vuelve a ocurrir o a aparecer, especialmente después de un intervalo. Pero ¿de dónde se extrae lo de que "cada vez es al mismo tiempo distinto sin dejar de ser lo mismo"? Podemos dar a las palabras nuevos significados, pero para poder entendernos debemos aclarar primero qué significado le hemos conferido. La autora se refiere a dicho sintagma con los términos "noción" e "instrumento" y lo ubica "en el mapa de los estudios de Literatura Comparada". Concretamente, afirma que "la recurrencia hipostática está propuesta como uno de los muchos 'instrumentos' que pueden hacer viable el estudio de la 'intertextualidad interna', lo que parece indispensable para un conocimiento más o menos certero de las literaturas iberoamericanas". Esto realmente lo logra, pues a través de los estudios contenidos sobre autores iberoamericanos y sus obras se hacen patentes algunos de los elementos recurrentes a dicha literatura o literaturas. Hay pues una preocupación por condensar, generalizar, buscar lo común y propio en la literatura iberoamericana, lo cual es absolutamente necesario para ir poniendo un poco de orden en el inmenso fárrago productivo poco estudiado en su conjunto.

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