Introducción

El Consejo Mexicano de Investigación Educativa, Asociación Civil, o COMIE, A. C., se fundó en septiembre de 1993 con el objetivo principal de “conjuntar acciones e intereses comunes de los investigadores en el área educativa, con el fin de fomentar la investigación de calidad que incida en las prácticas y políticas de la investigación educativa” (^{COMIE, 2014}). Sus acciones y productos principales se dan a través de una revista científica, congresos nacionales de investigación educativa y los estados de conocimiento.

Desde enero de 1996, la Revista Mexicana de Investigación Educativa ha publicado un centenar de números que son accesibles en dos sitios. Los primeros 83 números publicados hasta diciembre de 2019 se pueden consultar en el sitio: https://www.comie.org.mx/revista/v2018/rmie/index.php/nrmie/issue/archive, y del número 84 en adelante se encuentran en https://www.rmie.mx/.

Los Congresos Nacionales de Investigación Educativa (CNIE), que tienen como antecedente a un congreso realizado en agosto de 1981 en la capital del país (^{COMIE, 2014}) se celebran desde 1993 de manera bianual en distintas ciudades de la República Mexicana. El primer congreso organizado por el COMIE se celebró entre los meses de septiembre y diciembre de 1993 en seis ciudades de la república (Guanajuato, Toluca, Pátzcuaro, Xalapa, Guadalajara y Ciudad de México). Los siguientes ya contaron con organización y sede local en Ciudad de México (1995); Mérida, Yucatán (1997); Aguascalientes, Aguascalientes (1999); Manzanillo, Colima (2001); Guadalajara, Jalisco (2003); Hermosillo, Sonora (2005); Mérida, Yucatán (2007); Boca del Río, Veracruz (2009); Ciudad de México (2011); Guanajuato, Guanajuato (2013) (COMIE, 2014); Chihuahua, Chihuahua (2015); San Luis Potosí, San Luis Potosí (2017); Acapulco, Guerrero (2019); Puebla, Puebla (2021) y Villahermosa, Tabasco (2023). Debido a la pandemia por COVID-19 el congreso de Puebla se hizo en formato eminentemente virtual.

Los estados de conocimiento implican la revisión del estado del arte de la investigación educativa en el país en un periodo de 10 años. La primera colección estudió la década previa a la constitución del COMIE. La segunda comprende un análisis de la producción académica publicada de 1992 a 2001, la tercera abarca de 2002 a 2011 y la cuarta se dedica a estudiar el periodo de 2012 a 2021.

Los principales lectores de estos materiales suelen ser investigadores que se encuentran realizando un posgrado o sus primeros trabajos de investigación en el campo de la educación. El tono evolutivo de los libros evidencia las formas en que se ordenaba el campo de la investigación educativa, permite reconocer las principales voces de la época y acceder a un listado temático y sistematizado de fuentes de información y consulta.

Si bien las colecciones de 1992 a 2001 y de 2002 a 2011 se pueden consultar en línea (https://www.comie.org.mx/v5/sitio/estados-de-conocimiento/), los trabajos de las décadas de los setenta y ochenta no son públicamente accesibles. Es posible que estas colecciones se encuentren físicamente en las bibliotecas personales de profesores o instituciones, pero por el momento son inaccesibles a través de Internet. Sería una tarea pendiente del COMIE, ubicarlos, digitalizarlos y hacerlos accesibles en su portal.

Estados de conocimiento del COMIE

En el COMIE se entiende por estado de conocimiento al:

[…] análisis sistemático y la valoración del conocimiento y de la producción generadas en torno a un campo de investigación durante un periodo determinado. Permite identificar los objetos bajo estudio y sus referentes conceptuales, las principales perspectivas teóricas-metodológicas, tendencias y temas abordados, el tipo de producción generada, los problemas de investigación y ausencias, así como su impacto y condiciones de producción (^{COMIE, 2001a}).

En los estados de conocimiento se revisan diferentes tipos de productos, como artículos de revista, capítulos de libros, libros, tesis y reportes técnicos. Se realizan análisis exhaustivos de la producción académica y científica de un periodo y se exploran los desafíos y oportunidades para cada área temática. Esto contribuye al avance del conocimiento, a la identificación de tendencias investigativas, vacíos teóricos y metodológicos, así como a la generación de nuevas líneas de investigación y, en su caso, a la extinción de temas que ya hayan sido agotados.

En sus tres décadas de existencia el COMIE ha realizado el análisis de 40 años de la investigación educativa en México. Esto es importante pues permite la observación de la evolución del campo y de la forma en que históricamente esta ha sido ordenada. Las áreas temáticas, los campos y líneas de investigación de los congresos nacionales y los libros mismos de los estados de conocimiento, evidencian los focos, tensiones y temas prioritarios en el terreno de la investigación educativa.

Previo a la fundación del COMIE, en 1993, las voces más autorizadas de la investigación educativa en México ya buscaban la colaboración nacional de investigadores. “En 1981 se realizó el Primer Congreso Nacional de Investigación Educativa, que culminó con la publicación de un estado de conocimiento de los trabajos realizados en la década de los setenta” (^{García Salord y Landesmann, 1993}). Esta colección de estados de conocimiento se organizó en diez campos temáticos. Con la influencia de los trabajos de 1981, al constituirse como asociación civil en 1993, el COMIE continuó con la organización de congresos y la elaboración de estados de conocimiento. A continuación, se presenta una descripción de los cuatro estados de conocimiento coordinados por el COMIE.

Investigación educativa en los ochenta, perspectivas para los noventa (1982-1992)

En 1993, año en que el COMIE se constituyó como asociación civil, se llevó a cabo, entre septiembre y noviembre, el II CNIE y la elaboración de los estados de conocimiento de la investigación educativa en México correspondiente a la década de los ochenta. La colección contaba “con 30 estados de conocimiento temáticos agrupados en seis áreas que fueron elaborados por más de doscientos investigadores de ochenta instituciones y dependencias, lo que habla del desarrollo de la investigación educa­tiva a pesar de la crisis financiera de los años ochenta” (^{García Salord y Landesmann, 1993}).

El proceso de publicación de esta colección se hizo en dos etapas. Primero se prepararon 29 cuadernos que se presentaron en el II CNIE (^{COMIE, 2001b}). Después, se corrigieron y agruparon en seis áreas temáticas para conformar una colección de nueve libros, incluyendo una reflexión extensa que ocupó tres volúmenes y una visión sintética de los estados de conocimiento del decenio. Este proyecto inicial del COMIE “representa el esfuerzo colegiado por señalar los avances y las dificultades del trabajo en su conjunto, y las propuestas para fomentar la calidad de la investigación educativa en todo el país y en las diferentes instituciones” (^{COMIE, 2001b}). Los títulos de la colección de estados de conocimiento del decenio de 1982 a 1992, coordinada por el doctor Eduardo Weiss del Departamento de Investigaciones Educativas del Cinvestav, son:

La investigación educativa en México (1992-2002)

De 1993 a 2002, el COMIE se fortaleció como asociación. Logró el reconocimiento de la comunidad educativa y la consolidación de su prestigio y rigor académico. En ese periodo se organizaron cinco congresos bianuales de investigación educativa que convocaron la asistencia de más de 1850 investigadoras e investigadores¹ de todo el país en cada uno de ellos (^{COMIE, 2014}). En 1996 se fundó la Revista Mexicana de Investigación Educativa y para finales de 2002 ya se habían editado y publicado 16 números. Los trabajos colegiados para la construcción de la colección de estados de conocimiento de 1993 al 2002 se iniciaron en el año 2000 (^{Rueda, 2003}). Las áreas temáticas siguieron evolucionando. La colección La investigación educativa en México (1992-2002) quedó compuesta por 17 libros en los que se reporta el estado de la investigación educativa en México en 12 campos temáticos. Los títulos de la colección de estados de conocimiento del decenio de 1992 a 2002, que fue coordinada por el doctor Mario Rueda Beltrán, investigador del Centro de Estudios sobre la Universidad (CESU) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), son:

Estados de conocimiento 2002-2011

De 2002 a 2011, el COMIE gozaba de prestigio, estabilidad y prosperidad. La RMIE publicó 34 números y se organizaron cinco CNIE con asistencia superior a los 2000 delegados cada uno. Esta colección de estados de conocimiento recibió el interés y el apoyo financiero de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) para su edición. La colección de 2002 a 2011, coordinada por el doctor Carlos Muñoz Izquierdo, reportó lo referente a 15 áreas temáticas en 17 libros, pues dos de ellas presentaron sus trabajos en dos volúmenes. La publicación del proyecto se hizo en dos momentos. En 2013 se publicaron 13 libros y los siguientes fueron al cabo de dos años más. Los títulos de los libros de esta colección son los siguientes:

Estados de conocimiento 2012-2021

La elaboración de los estados de conocimiento del decenio de 2011 a 2021 sucede en un momento histórico inédito. La pandemia por COVID-19 impacta al campo de la educación de manera notoria pues de marzo de 2020 a verano de 2022, las actividades académicas en todo el sistema educativo mexicano se hicieron a la distancia, en el mejor de los casos, utilizando tecnologías de la información y de la comunicación (TIC).

La migración digital forzada también impactó la organización y elaboración de los estados de conocimiento del COMIE en tres aspectos. Primero, en el temático, pues la literatura de 2020 y 2021 de todas las áreas del Consejo se vieron permeadas por el uso de las TIC. Segundo, en la consulta de materiales en bibliotecas y otros espacios físicos no se pudo hacer pues por la pandemia se encontraban cerradas. Tercero, la organización y manufactura de los estados de conocimiento de este decenio se dio a través de plataformas de videoconferencia y trabajo colaborativo en la nube. Incluso, el CNIE de 2021 en Puebla, se tuvo que celebrar en modalidad virtual con un número reducido de actividades presenciales de aforo limitado que se transmitieron a través de la plataforma virtual del congreso. Se trata entonces de una era distinta, inédita a la que, además, se le suma una complicación de orden financiera, marcada por una serie de dificultades económicas que le tocó enfrentar al COMIE durante este periodo; a la austeridad nacional que inició en 2018; y el distanciamiento entre el Consejo y las fuentes de apoyo financiero que habían jugado un papel fundamental para la concreción de proyectos anteriores del COMIE.

Las reuniones de la comisión de los estados de conocimiento, la organización del trabajo en cada área temática y las habilitaciones tecnológicas para el manejo de programas informáticos como Mendeley, VOSviewer, MaxQDA o Atlas.ti se dieron a la distancia a través de plataformas de videoconferencia como Zoom, Meet, Jitsi o MS Teams. El trabajo remoto de emergencia incrementó las búsquedas de materiales en formato digital en comparación con lo que se había hecho para las colecciones de las décadas pasadas, lo cual era de esperarse. No obstante, debido al cierre de las instituciones educativas, la consulta de materiales impresos sufrió una afectación, pues las bibliotecas y librerías quedaron inaccesibles. El trabajo de las imprentas se ralentizó, dejando fuera del análisis de la década a algunos materiales impresos.

Para el COMIE es muy importante alinear la presentación de los estados de conocimiento con el CNIE. Eduardo Weiss propuso, a principios de la década de los noventa, una fórmula en la que se vinculaban las actividades de convocatoria, divulgación, exposición de avances y presentación editorial de los estados de conocimiento en el marco del CNIE (^{Block, Civera, Dussel, Hernández, y Dávalos, 2019}).

Para la elaboración de los estados de conocimiento de 2012-2021 se revisaron cerca de 16 mil productos académicos. Se ha agrupado el trabajo de 29 coordinadores, 466 autores, 30 dictaminadores, 251 capítulos. Es un proyecto de más de 9,000 cuartillas distribuidas en 15 títulos, algunos con dos volúmenes, a saber:

Retos para las siguientes décadas

Hay retos que el COMIE enfrentará para las siguientes décadas. El más evidente es quizás la digitalización y publicación de la primera entrega de los estados de conocimiento. Esto abriría el acceso a la colección completa y al análisis de 40 años de publicaciones del campo de la investigación educativa en México.

Un segundo reto está en la mejora de los procesos de gestión, coordinación y elaboración misma de los estados de conocimiento. Esta tarea es compleja y demandante, pues requiere de tiempo, dedicación y visión. Los conflictos al interior de los grupos de trabajo no son infrecuentes, pues la tensión, la presión de los tiempos de entrega, la diferencia entre puntos de vista y las valoraciones de los procesos, roles de las personas en el equipo y contenidos pueden generar situaciones ríspidas y de difícil resolución. La elaboración de minutas por reunión y la socialización de los acuerdos tomados podrían servir para reducir las tensiones al interior de los grupos de trabajo.

Un tercer reto está en el uso de software para la automatización de búsquedas, la colaboración con otras disciplinas y el préstamo de sus procesos de sistematización de información. El área de informática, específicamente en su rama de ingeniería de software, tiene avances destacados para la revisión sistemática de literatura. ^{Kitchenham, Budgen, y Brereton (2015)} y ^{Zhang, Ali y Tell (2011)} proponen metodologías basadas en evidencia para la revisión sistemática de productos académicos y para la identificación de estudios relevantes de un área temática, que bien podrían hacer una diferencia en el campo de la investigación educativa mexicana. El establecimiento de un estándar como el Quasi-Gold (QGS) para la generación de criterios de inclusión y exclusión, la definición y obtención de cadenas de búsqueda, la automatización de las búsquedas y la definición de su sensibilidad y precisión podrían hacer una diferencia importante para una comunidad de investigadores educativos que se enfrentan cada vez con más frecuencia a bases de datos, repositorios y bibliotecas digitales sistematizadas.

Con las cuatro colecciones de estados de conocimiento del COMIE se consolida un proyecto académico de largo aliento que ha resultado valioso como medio de divulgación y diseminación de los trabajos de la comunidad de investigadores educativos del país, pero que también ha servido como recurso histórico que da cuenta de la pertinencia de las investigaciones, los rumbos educativos y las políticas en el campo de la educación. Los estados de conocimiento han servido de inspiración y referencia para la continuación de más investigaciones en el área, para la elaboración de tesis de licenciatura y posgrado, y también como insumo para el análisis, la crítica y la reflexión de los trabajos de los investigadores educativos de la nación.