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Convergencia

On-line version ISSN 2448-5799Print version ISSN 1405-1435

Convergencia vol.22 n.69 Toluca Sep./Dec. 2015

 

Artículos

Desahuciados medioambientales. Historias de vida

Environmental homeless. Life stories

Alena Kárpava1 

Matías Bedmar-Moreno1 

1Universidad de Granada, España. elenak@correo.ugr.es, bedmar@ugr.es


Resumen:

Este artículo parte de una investigación más amplia que centra su atención en el estudio del fenómeno inmigratorio bielorruso en la provincia de Granada. Se trata de una investigación de vertiente metodológica cualitativa de corte hermenéutico, que responde a un estudio biográfico-narrativo, haciendo uso de la estrategia historia de vida, y recurriendo a la entrevista biográfica, semiestructurada y en profundidad como herramientas para recoger los datos. Las conclusiones obtenidas vinculan la dificultad de la integración del grupo estudiado con la debilidad de la identidad cultural y su vínculo con la migración medioambiental por el desarrollo de la industria nuclear. Conocer las particularidades del grupo inmigrante bielorruso nos llevó a plantear la necesidad de la elaboración de tecnologías socio-humanitarias de potenciación de su identidad cultural, con el fin de facilitar el proceso de su integración.

Palabras clave: inmigración bielorrusa; migración ambiental por desarrollo; Chernóbyl; programas de acogida temporal

Abstract:

This work is part of a larger piece of research focusing on the study of Belarusian immigration in the Province of Granada. The research is based on a qualitative methodology of a hermeneutic character. It responds to a biographical-narrative study, using a life history strategy and semi-structured, biographical and in-depth interviews, as data-collection tools. Its conclusions connect the integration difficulty of this group with the weakness of cultural identity and the links of environmental migration to nuclear industry development. Familiarity with the peculiarities of the Belarusian immigrant group led us to propose the elaboration of a program to strengthen their cultural identity in order to facilitate their process of integration.

Key words: Belarusian immigration; environmental migration for development; Chernobyl; foster care programs

Introducción

Una colaboración prolongada con las asociaciones españolas de ayuda humanitaria a los afectados por la catástrofe nuclear de Chernóbyl llevó a la autora de esta investigación a la reflexión sobre un posible vínculo entre el proceso migratorio bielorruso y la migración medioambiental por el desarrollo de la industria nuclear, así como la importancia de este vínculo en la creación de los espacios de interacción positiva en el marco de la paz intercultural y en la capacidad de integración de los inmigrantes bielorrusos (Kárpava, 2013).

Se plantea el estudio empírico ante la observación de: a) la evidente presencia de la migración bielorrusa ambiental exterior por el desarrollo de la industria nuclear; b) vacío académico en torno a la migración medioambiental por el desarrollo de la industria nuclear en general; c) ausencia de estudios académicos, en lengua española, relativos a la inmigración bielorrusa, tanto como fenómeno inmigratorio en general, como migración medioambiental en particular; d) y el hecho de que España, desde hace veinte años, representa el tercer destino del desplazamiento ambiental por el desarrollo de la industria nuclear de los menores bielorrusos y sus acompañantes en los programas de acogida temporal.

Los objetivos del mismo son los siguientes: a) examinar la implicación de los programas de acogida temporal sobre el origen y desarrollo de la inmigración bielorrusa; b) verificar la existencia, o ausencia, de la conciencia de ser migrante ambiental por el desarrollo de la industria nuclear; y c) analizar la influencia de esta conciencia (o su ausencia) y de la creación del espacio de interacción positiva (desarrollada en el marco de la paz intercultural) entre las familias bielorrusas y españolas en la capacidad de integración del inmigrante bielorruso.

Se trata de una investigación de vertiente metodológica cualitativa de corte hermenéutico, que responde a un estudio biográfico-narrativo, haciendo uso de la estrategia historia de vida, y recurriendo a la entrevista biográfica, semiestructurada y en profundidad como herramientas para recoger los datos. Las conclusiones obtenidas vinculan la dificultad de la integración del grupo estudiado con la debilidad de la identidad cultural, debida, entre otros factores, a la degradación ambiental del país de origen, causa del accidente nuclear. Conocer las particularidades del grupo inmigrante bielorruso nos llevó a plantear la necesidad de la elaboración de tecnologías socio-humanitarias de potenciación de su identidad cultural, con el fin de facilitar el proceso de su integración.

Marco conceptual

Migración medioambiental por el desarrollo de la industria nuclear. Vacío académico

En primer lugar, cabe destacar que el análisis del estado de la cuestión, relativo a la migración medioambiental, demostró un notable vacío en torno al desplazamiento ambiental provocado por la contaminación radiactiva, fruto del desarrollo de la industria nuclear. El grueso de las investigaciones tiende a centrarse en el impacto de las catástrofes naturales en el proceso migratorio ambiental, mientras que a los desplazamientos humanos, provocados por el desarrollo de la industria nuclear, se dedican unas escasas líneas en algunos de los estudios (Castillo, 2011; Solà, 2012; Borràs, 2006).

El grueso de las investigaciones tiende a centrarse en el impacto de las catástrofes naturales en el proceso migratorio ambiental, mientras a los movimientos humanos, impulsados por el desarrollo de la industria nuclear, se dedican unas escasas líneas en algunos de los estudios (Castillo, 2011; Solà, 2012; Borràs, 2006) que hacen referencia, en el apartado "accidentes industriales", a la catástrofe nuclear de Chernóbyl como un "accidente nuclear más evidente de desplazamientos" (Borràs, 2006), hacia un medio cercano, de aquellos que buscan una mejor calidad de vida porque su hábitat original está seriamente dañado "El gobierno soviético evacuó miles de personas, unas 100.000,1 después de haberse producido el accidente. Una zona de 30.0002 km alrededor de Chernóbyl permanece deshabitada y permanentemente contaminada, pues la contaminación radiactiva tiene una media de vida de aproximadamente 25.0003 años" (Borràs, 2006: 96). Esta última idea, en su relación con el impacto del accidente nuclear sobre el desplazamiento humano, no suele ser desarrollada.

La complejidad del tema, la disparidad de los datos (IAEA, 2006; Greenpeace, 2006; Fairlie y Sumner, 2006; Yáblokov et al., 2011; etc.), la escasa atención de los medios de comunicación, la invisibilidad socio-política del problema de los afectados por la catástrofe nuclear de Chernóbyl (Kuchinskaya, 2007), la omisión de los casos de la migración medioambiental por el desarrollo de la industria nuclear, dificultan la contrastación de los datos, por lo que se invita a un estudio transdisciplinar de dicho fenómeno migratorio en el seno del Instituto de la Paz y los Conflictos.

Problemática de la definición

En segundo lugar, estamos ante el problema de la definición de la migración medioambiental por el desarrollo de la industria nuclear. La polémica hunde sus raíces en la confusión en torno al uso del término medio-ambiental o ambiental, surgida a partir de la interpretación en la lengua española del término inglés environmental, como el pleonasmo del mismo, como un énfasis en la redundancia del daño ocasionado en las condiciones físicas y su repercusión en las circunstancias económicas, políticas, sociales, culturales de un lugar, de una colectividad o de una época.

Además, nos encontramos ante un amplio abanico de términos: "migraciones por motivos medioambientales", "migración inducida por el cambio climático", "refugiados ecológicos", "emigrantes forzados por motivos medioambientales", "refugiados medioambientales" (Solà, 2012), "desplazados medioambientales", "desplazados por el desarrollo" (Castillo, 2011), "sin menospreciar aquellos casos donde se utilizan eufemismos como 'movilidad', 'víctimas del clima', 'sin techo', 'víctimas del desastre'" (Egea y Soledad, 2011: 207).

A pesar de esta amplia oferta, ninguno de dichos términos refleja en su totalidad la realidad de la situación de la migración impulsada por una catástrofe nuclear. Frente al evasivo discurso político y de los medios de comunicación proponemos el término de los desahuciados medioambientales4 (Kárpava, 2013), el cual hace referencia a la privación de la persona de todas las esperanzas de conseguir el bienestar deseado dentro de su entorno habitual, afectado por los efectos colaterales de la industria nuclear, que producen un impacto irreparable en el medio físico, y repercute en las condiciones sociales, económicas, culturales de un lugar y de la colectividad en una determinada época.

Se trata de un desencadenamiento progresivo del cambio medioambiental que causa un daño irreversible en la salud y las vidas humanas, o el que produce una situación de violencia, la que Galtung (1995: 314) define como una situación en la cual las "realizaciones efectivas, somáticas y mentales, están por debajo de sus realizaciones potenciales".

Un desahuciado medioambiental por el desarrollo de la industria nuclear comparte las características propias de cada uno de los tipos de la migración ambiental forzada (refugiados ambientales, desplazados internos, desplazados ambientales, desplazados por el desarrollo, emigrantes forzados por el medio ambiente y reasentados ambientales), por presentar rasgos semejantes a la: a) migración ambiental por el desarrollo: debido a un marcado trastorno ambiental, producido por un accidente o un experimento nuclear, el hábitat, en el que residen las personas, se convierte en impracticable para la vida humana; b) migración forzada: por ser su hábitat brutalmente modificado, lo cual obstaculiza la subsistencia segura, impulsando a la población a huir de lo peor, concorde con los desplazados, reasentados y refugiados ambientales; c) migración voluntaria. Dependiendo del grado de información, estado de salud, afectación del entorno físico y familiar, factor temporal (tiempo transcurrido tras el accidente), la población decide si debe o quiere permanecer en el lugar perjudicado por la radiación. La emigración forzada adquiere rasgos de la emigración voluntaria, cuyo fin es evitar lo peor, las posibles enfermedades o malformaciones, lo que la acerca a la emigración forzada por el medio ambiente; d) migración interna (mayoritariamente) o externa (depende del factor económico, reconocimiento internacional o solidez de la red migratoria); e) migración sin garantías de retorno, por no poder retornar sin que la salud se vea gravemente afectada, rasgo compartido con los refugiados ambientales; f) migración permanente (mayoritariamente) o temporal (se produce en casos aislados como respuesta a la ausencia de una sólida política de reasentamiento e integración de la población afectada). Los gobiernos y la industria nuclear tienden a ignorar el problema, renunciando el apoyo al emigrante ambiental por el desarrollo de la industria nuclear, lo cual aproxima dicha migración a los refugiados ambientales.

Problemas del reconocimiento y responsabilidades políticas

Las conferencias inaugurales de los aniversarios del accidente de la central nuclear de Chernóbyl potencian cada vez más la visualización del desahuciado medioambiental por el desarrollo de la industria nuclear. Sólo por el accidente nuclear de Chernóbyl fueron afectadas 400 millones de personas en el mundo (Yáblokov et al., 2011), sin conocer el número exacto de las víctimas de más de 2000 experimentos y más de 10.000 accidentes nucleares (Chugoku Shimbun, 1991; Medvedev, 1991; Aleksiévich, 2002). No obstante, el reconocimiento de la migración impulsada por este tipo de accidente industrial se reduce sólo a unos pocos casos de los reasentamientos forzados.5

La negación de este reconocimiento está estrechamente relacionada con las responsabilidades políticas y la obligación de proporcionar las garantías de una protección adecuada a este grupo migratorio. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, por ejemplo, se niega a reconocer los casos distintos a los refugiados clásicos por el temor de la devaluación de la protección de los mismos (ACNUR, 1993, 1995), considerando que la emigración por factores medioambientales es excepcional y no vinculada a una operación política (Borràs, 2006).

La modificación de dicho concepto llevaría al aumento del número de los desplazados, que no le interesa a los Estados (Solà, 2010), porque reconocer conlleva dotar de una condición que garantiza el disfrute de las tres generaciones de los derechos humanos.

El temor de la avalancha migratoria, los elevados costes económicos y la dificultad geográfica (extensión de las zonas contaminadas) del reasentamiento de los afectados por la contaminación radiactiva, la obligación del reconocimiento de la deficiencia de la industria nuclear (como barata, limpia y segura), la necesidad de respuesta a la violencia cultural procedente de las instituciones oficiales,6 colabora con la atribución a la migración ambiental del carácter económico (Egea y Soledad, 2008) o afectivo.

Movimiento migratorio en la República Belarús a partir de la catástrofe nuclear de Chernóbyl

Tras la catástrofe nuclear de Chernóbyl, Belarús se ha convertido en el país más afectado por la contaminación radiactiva, siendo, paradójicamente, uno de los países europeos que no contaba con ninguna central nuclear en su territorio. Greenpeace (2006), Fairlie y Sumner (2006), Yáblokov et al. (2011) muestran su preocupación por el creciente número de los afectados por la contaminación radiactiva: malformaciones, aumento del número de las enfermedades oncológicas y no oncológicas de etiología diversa.

Dorofeieva (2011), Eismont (2011), Chizhova (2011) recogen los principales resultados de la Conferencia Internacional 25 años después de Chernóbyl, celebrada en Minsk, del 17 al 20 de abril de 2011 (MERB, 2011), así como las entrevistas con los médicos, ecólogos, epidemiólogos, científicos dedicados a la investigación de las consecuencias de la catástrofe nuclear de Chernóbyl en la vida y la salud de la población afectada.

Ningún país del mundo se detuvo a presentar los cálculos del número de los afectados por experimentos y catástrofes nucleares. Como víctimas de Chernóbyl, oficialmente constan sólo 31 víctimas directas y unas 600.000 personas expuestas de forma importante (IAEA, 2006). Respecto a la población bielorrusa, estamos ante una visible crisis demográfica. Al inicio de los años noventa la República Belarús contaba con más de diez millones de habitantes, actualmente, tras 26 años, su número se redujo a 9.465.000 habitantes (Zinovski, 2012). El número exacto de los afectados por la contaminación radiactiva nunca será conocido debido a la falta de transparencia de las instituciones oficiales que contradicen la metodología de la objetividad del estudio científico (Yáblokov et al., 2011).

Esta falta de transparencia también la podemos observar en lo relativo a la reflexión sobre el movimiento migratorio humano producido en los países afectados por la catástrofe nuclear de Chernóbyl. El informe del IAEA (2006) recoge sólo los casos de 330.000 reasentados de las zonas de mayor riesgo. Yáblokov, además de confirmar este dato, hace hincapié en la envergadura del número de los afectados (más de siete millones de personas sólo entre los ciudadanos bielorrusos), candidatos potenciales a la emigración (Yáblokov et al., 2011).

En lo relativo al movimiento migratorio bielorruso a partir del año 1986 y su relación con la migración medioambiental por el desarrollo de la industria nuclear, podemos hacer la siguiente observación:

Migración interior

Mientras que en el año 1999 4,5 millones de bielorrusos (45,1% de la población) habían realizado al menos un cambio de residencia a lo largo de su vida, la mayoría fuera del país de origen, el principio del siglo XXI está marcado por la movilidad interna, llegando, en el año 2009, al 94,7% del volumen total migratorio (Petrakova, 2010). La mayoría de los emigrantes prefirió como destino final la capital. Los informes estatales relacionan este movimiento con los motivos económicos (Shajotko, 1996). No obstante, pensamos que una mayor parte de los desplazados (la mayoría emigra desde las regiones con mayor tasa de contaminación radiactiva) buscaba un refugio en la capital porque es considerada una zona limpia de los efectos de la radiación.

La magnitud de los procesos de evacuación, reasentamiento y desplazamiento voluntario (Yáblokov et al., 2011; Medvedev, 1991) cambió la naturaleza de la migración bielorrusa, deformando la estructura de los flujos migratorios del país. Como resultado, por un lado, se establecieron regiones con alta concentración de la población urbana y rural; y por otro, se formaron territorios escasamente poblados con amplias superficies, agrícolas y urbanizadas, eliminadas del movimiento económico estatal (Petrakova, 2010). La migración se convirtió en el problema estatal. El gasto en las subvenciones ascendía, los profesionales de las zonas rurales se marchaban, las mujeres abandonaban las zonas contaminadas por miedo de tener hijos con malformaciones (Aleksiévich, 2002). "El secretismo sobre el nivel exacto de contaminación aceleró el proceso de emigración" (Medvedev, 1991: 154).

Actualmente, la tasa de migración neta en la República Belarús (0,38%) es menor que en muchos países desarrollados, aunque este equilibrio no se debe a la ausencia de la emigración, entre ella exterior (8.712 emigrantes en 2012), sino a la inmigración (18.040 inmigrantes en 2012) debida a las políticas sociales promovidas por el gobierno bielorruso (Zinovski, 2012).

Migración exterior

El momento de apogeo de la migración bielorrusa corresponde a los finales de los años ochenta, principio de los noventa (Shajotko, 1996). Teniendo en cuenta que la catástrofe nuclear de Chernóbyl tuvo lugar en el año 1986, relacionamos este hecho, en primera instancia, con los problemas medioambientales, aunque oficialmente este aumento en los índices migratorios suele estar vinculado a los cambios político-económicos, ligados a la desintegración de la Unión Soviética en el año 1991. Llama la atención que ni en los años noventa, ni actualmente, las causas ecológicas figuren como uno de los factores que marcan el desplazamiento bielorruso.

Una gran parte de los emigrantes medioambientales bielorrusos fue a parar en los países del llamado extranjero cercano, o los países de la Comunidad de los Estados Independientes (CEI), cercanos lingüística, tradicional y culturalmente, y un menor porcentaje encontró su destino en los países del extranjero lejano, principalmente en Alemania, Israel, Estados Unidos, Argentina y Australia. Sólo en cinco años, entre 1992 y 1997, el número de los desplazados llegó a 245.496 personas (Zinovski, 2012), lo que corresponde al 8,1% del total de la emigración bielorrusa exterior estipulada en tres millones de personas (Dobrovolski, 2013); esto quiere decir que una tercera parte de la población total del país vive fuera de sus fronteras.

En el inicio de los años noventa en la República Belarús se originó un nuevo tipo de desplazamiento humano, sin precedentes anteriores. La apertura de las fronteras, tras la desintegración de la Unión Soviética, permitió la migración medioambiental, temporal, circular, por el desarrollo de la industria nuclear, de los menores bielorrusos, considerados categoría socialmente vulnerable (MAEC, 2009), en los programas de acogida temporal de los afectados por la catástrofe nuclear de Chernóbyl. Dichos programas, sólo en los años 1993-2006, produjeron más de 70.000 desplazamientos de los menores bielorrusos hacia España, según el Departamento de Asuntos Humanitarios de la Presidencia de la República Belarús (DAH-PRB, 2009). Este hecho impulsó la creación de los lazos interculturales que originaron unas particulares redes migratorias entre la población nativa, española, siendo ésas un apoyo imprescindible para los casos de la inmigración bielorrusa.

Estudio empírico

Se trata de una investigación de vertiente metodológica cualitativa que responde a un estudio biográfico-narrativo de corte hermenéutico. Nuestra elección fue determinada por considerar este método más apropiado para reflejar las experiencias descritas en las historias de vida.7

Objetivos

Objetivos generales:

a) Crear conocimiento sobre la inmigración bielorrusa; b) Generar interés científico sobre la migración medioambiental, de no-retorno, por el desarrollo de la industria nuclear; c) Recuperar el pasado silenciado, reconstruir la memoria y papel histórico de las personas comunes.

Objetivos específicos:

a) Examinar la implicación de los programas de acogida temporal de los menores bielorrusos y sus acompañantes sobre el origen y el desarrollo de la inmigración bielorrusa en la provincia de Granada (España); b) Verificar la existencia, o ausencia, de la conciencia de ser migrante ambiental por el desarrollo de la industria nuclear; c) Analizar la influencia de esta conciencia (o su ausencia) y de la predisposición al contacto intercultural en la capacidad de integración del inmigrante bielorruso.

Muestra

El muestreo tuvo un carácter no probabilístico e intencional. Entre otras razones, dicho muestreo se debe a la dificultad de la localización de los miembros de la población estudiada, así como al uso del muestreo de la bola de nieve a la hora de buscar las fuentes de información. El producto final se presenta como un estudio de historia de vida, una descripción profunda de un fenómeno concreto. La recopilación de datos se realizó desde dos perspectivas diferenciadas para la posterior comparación e interacción de datos: desde la visión del inmigrante bielorruso y de la familia de acogida. Con este fin se entrevistó a ocho inmigrantes bielorrusas y ocho familias españolas8.

Con el fin de ampliar la información hemos recurrido al testimonio de los coordinadores de los programas de acogida temporal, presidentes y administrativos de las asociaciones de ayuda humanitaria en ambos países, así como a las familias bielorrusas, cuyos hijos habían participado en los programas de acogida, un director de un orfanato bielorruso, además de algunos profesores de la Universidad de Granada y funcionarios de la Junta de Andalucía, que colaboraron con la realización de los programas de acogida temporal.

Grupo inmigrante: datos sociodemográficos, relación con los programas de acogida

La dificultad de la localización de la población estudiada, la ausencia de la financiación del proyecto, la vinculación a la provincia de Granada, nos permitió contactar sólo con ocho inmigrantes bielorrusos (de 37 registrados por el Instituto Nacional de Estadística [INE] en la provincia antes mencionada). La feminización del grupo entrevistado se debe a la imposibilidad de contactar con ningún hombre de nacionalidad bielorrusa.

A pesar de que la muestra no tenía estipulado el criterio vínculo con el programa de acogida temporal de los menores víctimas de la catástrofe de Chernóbyl, siete de los ocho casos estudiados demostraron su relación, directa o indirecta, con dicho programa. Dos de las entrevistadas son familiares, madre y abuela, de los menores de acogida; dos son monitoras-traductoras que acompañaban a los menores durante su estancia en España, y tres participaron como menores de acogida (dos inmigraron tras cumplir la mayoría de edad, y una, siendo menor de edad por la reagrupación familiar). Las entrevistadas estaban vinculadas a las asociaciones de ayuda humanitaria de Granada, Madrid y Sevilla a lo largo de los años 1994-2005. El periodo medio de su estancia es de 3,7 años, con estancia mínima de un año, máximo nueve temporadas, lo que contradice las exigencias de DAH-PRB en torno al límite del número de estancias en el mismo país (tres) y en la misma familia de acogida (una) (DAH-PRB, 2010).

La diferencia en la procedencia de las entrevistadas (todas de nacionalidad bielorrusa, sólo dos nacieron en Belarús), en la edad (19-53), en los años de residencia en España (5-13), en el tiempo empleado para la regularización de su situación legal (1-4 años), en la preparación profesional, inserción laboral (cuatro licenciadas, una estudiante universitaria, una: ciclo superior, dos: estudios técnicos superiores; todas trabajan en el sector servicios o como empleadas de hogar), en el estado civil (una soltera, dos casadas, cinco: pareja de hecho), motivo migratorio (ambiental, económico, afectivo), estado de salud (todas presentan síntomas similares, acordes con los trastornos no oncológicos comunes en la población joven bielorrusa, expuesta a los efectos de la contaminación radiactiva), etc., nos permitió hacer un estudio contrastado, rico en opiniones y percepciones sobre el grupo estudiado.

Familias de acogida y los programas de ayuda humanitaria

Se entrevistaron ocho familias españolas, residentes en la provincia de Granada, que participaron en los programas de acogida temporal de los menores bielorrusos en los años 1993-2004. La selección de las familias no fue vinculante al proceso migratorio de las inmigrantes entrevistadas, con el fin de recopilar una información más completa y más variada en opiniones. Sólo en un caso el proceso migratorio fue seguido íntegramente, desde la participación de la inmigrante en los programas de acogida hasta su inmigración definitiva, recurriendo al testimonio tanto de la inmigrante, como de la familia de su acogida. El número de las familias entrevistadas se debe al grado de saturación de la información recibida, relativa a los factores generales del proceso de la acogida. Las variaciones de las experiencias personales, adquiridas a partir del contacto directo con la familia bielorrusa, son mucho más amplias y requieren un estudio aparte en una muestra más extensa.

La estancia media en los programas es de cuatro años (una familia sólo participó un año, mientras las demás de dos a ocho años). Cuatro de las familias acogieron sólo a un menor en todas las estancias. Las demás acogieron de dos a ocho menores, en algunos casos, hasta cuatro menores en la misma temporada. En siete de ocho casos la relación entre las familias y el menor se mantenía durante varios años después de la finalización de los programas. Una familia no volvió a contactar con el menor; tres mantuvieron el contacto sólo los primeros dos-tres años; cuatro familias mantienen la relación con el menor de acogida hasta la actualidad. Dos de las familias se convirtieron en la red migratoria para tres casos de inmigración: dos menores de acogida (inmigraron al cumplir la mayoría de edad) y una monitora. Las familias mencionaron otros 17 casos similares de inmigración, producidos en las provincias de Málaga, Sevilla y Almería. La pérdida de contacto se debe a la finalización de los programas, a la superación del límite de la edad permitida del menor, a los cambios internos en las familias, al factor temporal, lingüístico, económico, así como al desplazamiento interno de las familias bielorrusas (migración interna hacia las zonas con menor tasa de contaminación radiactiva: desde Zhlobin y Soligorsk a Minsk).

Llama la atención la feminización de los programas de acogida. Entre 23 menores, acogidos por ocho familias estudiadas, sólo cuatro eran varones. Este hecho pudo influir en una de las principales características de la inmigración bielorrusa: el predominio de la mujer en ella.9

Instrumentos

Como herramientas de recogida de los datos se emplearon la entrevista biográfica, la entrevista semiestructurada y la entrevista en profundidad, así como documentación personal facilitada por los entrevistados (material audiovisual, fotografías, cartas, documentos oficiales, etcétera).

La validez y la confiabilidad vienen dados por la credibilidad y coherencia interna de las historias, el grado de saturación entre los distintos testimonios, la triangulación sistemática y el rigor interpretativo del investigador.

El análisis cualitativo de datos textuales fue realizado gracias al programa informático Atlas.ti, diseñado para ayudar al investigador a agilizar el análisis cualitativo y la interpretación.

Particularidades de la investigación

La investigación fue llevada en tres lenguas: rusa, bielorrusa y española. Su pleno dominio fue de ayuda a la hora de resolver algunas preguntas sobre la coherencia interpretativa de los hechos, expresiones e interpretaciones ofrecidas desde un punto de vista de experiencia tricultural.

Dificultades: desinterés político y silencio en torno de la migración medioambiental por el desarrollo de la industria nuclear; escasez de estudios científicos en lengua española sobre la inmigración eslava oriental; factor tiempo, transcurrido desde la participación en los programas y el momento de las entrevistas actuales (el recuerdo pudo ser afectado por el tiempo, información, educación, entorno, experiencia migratoria, etcétera).

Discusión de los resultados

Objetivos de los programas de acogida temporal y su correlación con los motivos migratorios

El fin de los programas de acogida temporal, llevados a cabo por las asociaciones de ayuda humanitaria en la provincia de Granada, concuerda plenamente con los objetivos reflejados en el Acuerdo Bilateral (MAEC, 2009). Dichos objetivos están en estrecha relación con los motivos migratorios de los casos estudiados: a) fortalecimiento de la salud: motivo ambiental; b) ayuda a los menores procedentes de las familias socialmente vulnerables: motivo económico; c) fortalecimiento de las relaciones interculturales: motivo afectivo.

Es difícil destacar una única causa de la decisión migratoria (Black, 1998). Las entrevistadas destacan motivo afectivo, el contacto con la familia de acogida, como el principal motivo migratorio, lo cual contradice a la versión oficial que vincula a este grupo con la migración económica. El motivo económico, a su vez, se hace visible en el segundo objetivo del Acuerdo Bilateral (MAEC, 2009), en el elevado número en los programas de acogida de los menores, procedentes de las familias socialmente vulnerables, así como la vulnerabilidad social de las inmigrantes entrevistadas (casos de desplazados internos desde las zonas de riesgo, familia monoparental, vivienda de alquiler social, familia numerosa, inestabilidad económica). Respecto al motivo medioambiental, lo relacionamos con la conciencia de formar parte de la migración medioambiental por el desarrollo de la industria nuclear.

Conciencia10 de formar parte de la migración medioambiental por el desarrollo de la industria nuclear

En lo referente a la conciencia de ser migrante ambiental por el desarrollo de la industria nuclear habíamos recurrido a las siguientes categorías: grado de información sobre la catástrofe nuclear de Chernóbyl; lugar de procedencia; estado de salud; feminización de los programas de acogida; vulnerabilidad social de la familia; grado de afectación del entorno familiar, así como motivo migratorio y la idea de retorno. El análisis de los datos demuestra la presencia, no siempre implícita, del factor medioambiental en la decisión migratoria de las entrevistadas.

  1. El Acuerdo Bilateral (MAEC, 2009) es uno de los pocos documentos oficiales que reconoce que la población bielorrusa ha de recibir cuidados y ayudas especiales por residir en un territorio afectado por el accidente ocurrido en la Central Nuclear de Chernóbyl. No obstante, dicho documento no se pronuncia sobre un desplazamiento por causas medioambientales, denominándolo desplazamiento temporal o estancia temporal, sometiéndolo al retorno obligatorio, no adopción de los menores, límite de edad y número de estancias en el mismo país y en la misma familia.

  2. Los datos estadísticos de DAH-PRB (2011) demuestran que la preferencia en la selección de los menores beneficiarios de los programas de acogida temporal recae mayoritariamente en los afectados por la contaminación radiactiva.

  3. Dichos programas no están enfocados en el tratamiento médico de los afectados, sino en la prevención de las consecuencias de la exposición a la radiación en la salud de la población bielorrusa. No se trata del desplazamiento por salud sino del desplazamiento medioambiental.

  4. El primer contacto de las entrevistadas con España se produjo a partir de los programas de acogida temporal de los afectados por la contaminación radiactiva.

  5. Las entrevistadas, a pesar de su edad (31 años de media), presentan síntomas no oncológicos, comunes en la población joven de la República Belarús (Yáblokov et. al, 2011): debilidad, migrañas, hemorragia nasal, cansancio crónico, arritmia cardiaca, alergia, patología crónica del aparato digestivo, problemas del sistema cardiovascular, dolores de huesos, estado depresivo, problemas endócrinos, problemas de la glándula tiroides, que persisten incluso después de la emigración, cuando el factor socioeconómico ha cambiado.

  6. Entre los casos estudiados, sólo una de las inmigrantes (había emigrado desde la zona de mayor tasa de contaminación radiactiva) había tenido hijos en el destino migratorio. Su primera hija, nacida un año después de la inmigración, tuvo graves problemas de desarrollo pulmonar. No podemos confirmar científicamente la relación de este hecho con la exposición a los efectos de la radiación, pero consideramos necesario el estudio de los casos similares, así como echamos de menos un estudio de la influencia de los programas de acogida en la salud de los menores y sus acompañantes.

  7. Las entrevistadas (se trata de una población joven) muestran una excesiva preocupación por su estado de salud, así como una queja permanente sobre la deficiencia del sistema sanitario del país de acogida por falta de revisiones periódicas.

  8. Dentro del grupo entrevistado se observa el rechazo de la idea de retorno (incluso en la situación de una aguda crisis económica), vinculado con la falta de la seguridad ecológica en el país de origen.

  9. En uno de los casos se reconoce que la decisión migratoria está estrechamente ligada a la situación ambiental del país de origen.

  10. En otro caso fue solicitado el estatuto del refugiado ambiental, cuya denegación provocó un cambió en la actitud de la inmigrante en relación con su decisión migratoria, negando cualquier relación con el motivo ecológico del país de origen.

  11. Seis de ocho inmigrantes reconocen haber padecido carencia de información fidedigna sobre la situación ecológica del país de origen.

  12. Cabe considerar la correlación entre el género de las entrevistadas (ocho mujeres), la vulnerabilidad social de la familia (cinco tienen relación con el estatus de familia socialmente vulnerable) y la predisposición de la persona hacia una mayor tasa de absorción de las sustancias radiactivas en las circunstancias de la exposición de larga duración (Yáblokov et al., 2011; Eismont, 2011).

  13. Ciudad de procedencia: Zhlobin, Moguiliov (zonas de mayor riesgo) y Minsk. Aunque la capital es considerada zona fuera de riesgo, habría que tener en cuenta, además de la irregularidad territorial de la contaminación (Yáblokov et al., 2011) de Belarús, los casos de la migración interna en el grupo estudiado, producida desde las zonas de mayor tasa de contaminación radiactiva hacia regiones más limpias.

  14. El grado de afectación del entorno familiar podría informar sobre una posible tasa de exposición a la contaminación radiactiva: seis de ocho entrevistadas hacen referencia a casos cercanos de los familiares directos que padecen, o padecieron, problemas oncológicos o agravación de las enfermedades crónicas tras el accidente.

  15. Búsqueda de la afectividad: la predisposición a la afectividad, muy demandada en la cultura comunitaria eslava oriental, fue muy debilitada tras el accidente de Chernóbyl y la desintegración de la URSS. Las entrevistadas encontraron esta afectividad en las familias de acogida, lo cual explica la consideración de la misma como el motivo prioritario de la decisión migratoria.

Los casos estudiados demostraron que el factor medioambiental estuvo presente en la decisión migratoria. No obstante, se observa la debilidad o, incluso, ausencia de la conciencia de ser migrante ambiental por el desarrollo de la industria nuclear, debida al factor temporal, edad emigratoria, nivel de información o analfabetismo voluntario en torno a la catástrofe nuclear, mejora en la salud, influencia del discurso político y de los medios de comunicación, reacción a la denegación del estatuto de refugiado ambiental, así como el objetivo lucrativo de algunas asociaciones, que dio lugar a la vinculación de los programas de ayuda humanitaria con los viajes turísticos.

Integración de las inmigrantes

El espacio de la paz intercultural, creado durante el intercambio cultural entre las familias bielorrusas y españolas, había generado un espacio de interacción positiva (tercer objetivo de los programas), abierto al conocimiento mutuo, a un mayor interés por la cultura del otro, a las relaciones de confianza, comunicación efectiva, cooperación, empatía, reflexividad. Este espacio intercultural, acorde con el Plan Estratégico de Ciudadanía e Integración (MEYSS, 2011), debería predisponer hacia la integración del inmigrante, entendida como una mayor predisposición al contacto intercultural, una mayor apertura hacia la cultura de acogida, así como conservación de la cultura de origen. No obstante, hemos detectado una mayor preferencia por la asimilación, o una mayor adecuación a la sociedad receptora y distanciamiento con la cultura de origen, lo que se debe:

  1. Al esfuerzo de ser bicultural, de actuar de una forma conciente y plena en ambas culturas, lo que lleva a la sobrecarga cognitiva. Se observa distanciamiento con la lengua de origen incluso en la primera generación de inmigrantes.

  2. A la necesidad vital de sentirse aceptado dentro de la cultura de acogida, a la búsqueda de la afectividad y a la expectación de las recompensas parciales o el deber con la familia de acogida, que se ha convertido en su red migratoria.

  3. A la debilidad o la ausencia de la conciencia de ser migrante ambiental por el desarrollo de la industria nuclear. Al no reconocerlo, se agudiza la incapacidad de respuesta a la autopercepción de ser "de ninguna parte" relacionada con el desarraigo; al rechazo de la nacionalidad, de la idea de retorno, del contacto con el grupo eslavo, de los viajes al país de origen y de la lengua de origen, incluso en la primera generación de inmigrantes.

  4. A la indefinición de la identidad cultural, vinculada al rechazo de la tierra del país de origen, como parte de la idea de no-retorno, debida a la degradación ambiental de la misma, así como a los procesos históricos que marcaron el desarrollo de la República Belarús: migraciones internas y la política de rusificación, fomentadas en el territorio de la ex Unión Soviética.

  5. Entre otros factores, cabe tener en cuenta la edad (19-53 años); el conocimiento de la lengua y la cultura del país de acogida (tres de las inmigrantes son licenciadas en Filología Hispánica); la procedencia (dos de las entrevistadas nacieron en Cuba, por lo que conservan un mayor contacto con la cultura hispanohablante); el grado de vinculación con la cultura de origen (debilitada en el proceso de la desintegración de la URSS); vínculo con la población española (en mayor grado) y con los compatriotas (muy frágil); realización profesional (sector servicios, a pesar del alto grado de preparación profesional); la actitud del grupo español y su predisposición a conocer la cultura eslava, así como los prejuicios y estereotipos reinantes en la sociedad de acogida (de las 27 noticias consultadas en la prensa española sobre la inmigración eslava oriental, 19 hacían referencia al tema de la prostitución, trata de personas, mafia y delincuencia).

Otras reflexiones

Los programas de acogida temporal potenciaron el fortalecimiento de las relaciones interculturales entre los pueblos español y bielorruso, lo que permitió un mayor conocimiento de las culturas y sus valores, dando lugar a la consolidación de una red migratoria peculiar, constituida por la población nativa (familias de acogida), que apoyó la inmigración bielorrusa, asociada a la inmigración "por afecto" o "por amor", borrando la conciencia de inmigrante ambiental por el desarrollo de la industria nuclear.

A pesar de la debilidad de esta conciencia hemos observado la existencia de ciertos factores que indican, directa o indirectamente, presencia del motivo ambiental en la decisión migratoria. La vinculación con los programas de acogida de los afectados por el accidente nuclear de Chernóbyl, lugar de procedencia, excesiva preocupación por el estado y control de la salud, el rechazo de la idea de retorno por la "insuficiencia de la seguridad ecológica" del país de origen, negación de la nacionalidad bielorrusa, distanciamiento con los compatriotas, escasas visitas al país de origen, etc., aproxima este grupo a los desahuciados medioambientales.

Dicho término lo atribuimos a aquellos individuos que, expuestos a la presión ecológica (así como a la económica y/o política), de forma voluntaria o forzosa, emigran para evitar las consecuencias de la exposición permanente a las bajas dosis de la contaminación radiactiva; dentro o fuera del país de origen; de forma permanente; sin posibilidad de retorno, por no tener esperanza de que el entorno pueda ser rehabilitado; y sin contar con la protección adecuada del gobierno.

El deniego de los lazos con el país de origen nos condujo a la reflexión sobre la identidad del grupo inmigrante estudiado, sus raíces culturales y la tierra en la que éstas fueron desarrolladas. El rechazo de la nacionalidad bielorrusa nos lleva a la reflexión sobre jus soli (dos de las entrevistadas tienen la nacionalidad bielorrusa por el derecho del suelo en el que se nace), jus sanquinis (en dos casos la nacionalidad bielorrusa se debe a la de uno de los padres) y jus soli absoluto (en cuatro casos la nacionalidad bielorrusa fue impuesta automáticamente por residir en la República Belarús en el momento de su independencia). Este último hecho está ligado a los cambios políticos, económicos, sociales, culturales, producidos tras la desintegración de la URSS, y a la migración en el sofá, producida sin salir de la casa, hacia un nuevo Estado con unas referencias lingüísticas, culturales, económicas, políticas, sociales distintas a las conocidas. Lo dicho podría explicar la debilidad de la identidad cultural de las entrevistadas, cuya nacionalidad es debida a jus soli absoluto. No obstante, esta observación se encuentra presente en todos los casos, independientemente de la heterogeneidad de la adquisición de la nacionalidad.

Lo que vincula a todas las entrevistadas entre sí es la tierra (país de emigración), que tras la catástrofe ecológica impulsó el desplazamiento masivo de los afectados por el accidente nuclear de Chernóbyl, desterrando a cientos de personas y negándoles un proyecto vital seguro. La búsqueda de la afectividad, así como de un lugar limpio, apto para un futuro mejor, llevó a las inmigrantes a la identificación con la cultura española, que respondió afirmativamente al contacto intercultural. En estas condiciones fue desarrollada la conducta de asimilación. La inconciencia de formar parte de la migración medioambiental por el desarrollo de la industria nuclear limita la reflexión sobre la decisión de no-retorno por motivos de seguridad. Esto lleva a la incomprensión del estado de angustia, alteración, ansiedad experimentada ante la sensación de ser "de ninguna parte", que dificulta la integración incluso en un espacio propicio para ella.

Conclusiones

El estudio empírico respondió afirmativamente a algunas preguntas formuladas. Así, es cierto que: a) los casos estudiados de la inmigración bielorrusa hunden sus raíces en los programas de acogida temporal de los afectados por la catástrofe nuclear de Chernóbyl. También observamos que tales factores como la procedencia, el estado de salud, el rechazo de la idea de retorno, la feminización de los programas de acogida (que posteriormente influyeron en la feminización de la inmigración bielorrusa), la desvinculación con el país de origen y con los compatriotas, el grado de afectación del entorno familiar por las consecuencias del accidente nuclear, la vulnerabilidad social y económica de la familia, el motivo migratorio, vinculan el grupo estudiado con la inmigración medioambiental por el desarrollo de la industria nuclear.

No obstante, b) en lo referente a la conciencia de formar parte de la migración medioambiental por el desarrollo de la industria nuclear, se observa ausencia o debilidad de la misma, debida al factor temporal, edad migratoria, grado de información sobre la catástrofe, mejora en la salud experimentada tras la emigración, influencia de los medios de comunicación, discurso político y opinión pública.

Respecto a: c) la predisposición al contacto intercultural y la capacidad de integración del inmigrante bielorruso, quisiéramos destacar que los programas de acogida temporal crearon un espacio de interacción positiva, marcado por unas relaciones fundadas en el respeto, aceptación y reconocimiento mutuo, libres de prejuicios, abierto a la interculturalidad y a una mayor integración del inmigrante. No obstante, incluso en un clima propicio para el éxito de las relaciones interculturales e integración (mayor apertura hacia la cultura de acogida y conservación de la cultura de origen), observamos preferencia de las entrevistadas por la estrategia de asimilación (mayor apertura hacia la cultura de acogida y distanciamiento con la cultura de origen). Esto se debe al esfuerzo exigido por la opción bicultural y bilingüe, debilidad de la identidad cultural y ausencia, o debilidad, de la conciencia de formar parte de la migración medioambiental por el desarrollo de la industria nuclear. Esto último impide que se produzca la reflexión sobre la sensación de desarraigo, que afecta el estado emocional y el grado de satisfacción con el resultado inmigratorio.

La investigación realizada nos lleva a plantear un estudio más amplio, más profundo y contrastado con otras comunidades que registran una mayor presencia de la inmigración bielorrusa. La ausencia de trabajos relativos a la migración medioambiental provocada por un accidente nuclear y su efecto en la integración de los inmigrantes, por un lado, dificulta el estudio, y por otro, da pie a nuevas vías de investigación dentro del marco del estudio para la Paz, desde un enfoque transdisciplinar debido a las interconexiones de los constituyentes psicológicos, lingüísticos, sociales, económicos, culturales, ecológicos, etcétera.

Como una de las proyecciones futuras se propone un estudio de la indefinición de la identidad cultural del inmigrante bielorruso en su relación con los cambios socioculturales, económicos y políticos, producidos en el espacio postsoviético. La finalidad de dicho proyecto sería el diseño de un programa educativo de potenciación de la identidad cultural, que podría influir en el éxito del proceso de la integración de los inmigrantes eslavos orientales.

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1Belarús: Evacuados: 135.000; residentes en el territorio contaminado por Cesio-137 (nivel de contaminación mayor de 15 Ci/km2): 270.000; residentes en el territorio contaminado por Cesio-137 (nivel de contaminación mayor de 1 Ci/km2): 6.800.000; liquidadores: 200.000 (Yáblokov et al., 2011).

2La zona de exclusión fue establecida en 30 km alrededor de la central nuclear (Yáblokov et al., 2011; Medvedev, 1991).

3La discusión sobre el impacto producido dependerá de muchos factores, tales como la dificultad de la correlación entre la enfermedad y la dosis recibida, nivel de exposición a la radiación en los primeros días, disparidad de la distribución de las sustancias radiactivas (su localización en forma de manchas), vida media de cada uno de los radionúclidos (Plutonio 240: 65.530 años, Plutonio 239: 241.000 años, Cloro 26: 300.000 años), etcétera (Yáblokov et al., 2011).

4Desahuciar: quitar a alguien toda esperanza de conseguir lo que desea; medio: conjunto de circunstancias culturales, económicas y sociales en que vive una persona; ambiente: condiciones o circunstancias físicas, sociales, económicas de un lugar, de una reunión, de una colectividad o de una época (Real Academia Española de la Lengua).

5Para una información más detallada sobre la tipología de las migraciones forzadas y la migración interna, véase Egea y Soledad (2008).

6La Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, 2006), por ejemplo, difunde el mensaje sobre la radiofobia de la población bielorrusa, sosteniendo que los efectos secundarios de la catástrofe de Chernóbyl, producidos en la población, tienen un impacto muy por debajo de lo esperado.

7El desarrollo del estudio metodológico de la presente investigación se puede consultar en Kárpava (2014).

8El volumen de la muestra, según Bolívar (2001), estaría justificado por el carácter de la investigación biográfico-narrativa, centrada más en la "materialidad dinámica de la palabra del sujeto como constituyente de su conocimiento práctico personal, de sus ciclos de vida o identidad" (Bolívar, 2012: 1) y no tanto en las conclusiones generalizables. En los proyectos futuros ampliaremos la muestra a otras provincias de España, así como al espacio postsoviético (CEI), con el fin de profundizar más en nuestro estudio.

9La feminización de la migración bielorrusa podría ser producida por: 1. Según Yáblokov (2011), las niñas tienen más predisposición a acumular sustancias radiactivas en su organismo, por lo consiguiente, son las más afectadas. 2. Además de ser las niñas las más afectadas, las familias de acogida preferían niñas a los niños. El personal acompañante, las monitoras, traductoras y coordinadoras de los viajes, también eran mujeres. 3. El vínculo con la familia de acogida generó una red migratoria. Inmigraban mayoritariamente mujeres: en principio las monitoras y, posteriormente, menores que retornaban a España tras cumplir la mayoría de edad, por estudios o por amor (matrimonio). 4. La mujer bielorrusa destaca por una mayor libertad en la decisión migratoria y menor sujeción a un puesto de trabajo fijo frente al hombre, que, siendo considerado cabeza de familia, no emprende el camino migratorio por temor a perder un puesto de trabajo que le proporciona seguridad laboral y un determinado estatus social.

10Acorde con la definición de la conciencia propuesta por la Real Academia Española de la Lengua, entendemos la conciencia de ser migrante ambiental por el desarrollo de la industria nuclear como la capacidad de reconocerse como tal y de juzgar sobre esta visión y reconocimiento.

Recibido: 13 de Agosto de 2014; Aprobado: 10 de Junio de 2015

Alena Kárpava. Doctora en Paz, Conflictos y Democracia, Instituto de la Paz y los Conflictos, Universidad de Granada, España. Líneas de investigación: procesos migratorios en al ámbito del estudio para la paz intercultural. Publicaciones recientes: "La identidad cultural confusa, respuesta desde la educación social", en Soriano Díaz A., Temas de pedagogía social / educación social, Granada: Universidad de Granada (2014); "Inmigración bielorrusa ambiental por desarrollo de la industria nuclear en la provincia de Granada. Estudio metodológico", en Revista de Paz y Conflictos, Granada: Universidad de Granada, vol. 7 (2014); "Белорусская иммиграция в Гранаде. Проблема неопределенной идентичности. Интеграция в рамках интеркультурного мира", Весmнuк удмурmского унuверсumеmа, N4, en prensa.

Matías Bedmar Moreno. Doctor en Pedagogía, Facultad de Ciencias de la Educación, Instituto de la Paz y los Conflictos, Universidad de Granada, España. Líneas de investigación: pedagogía/educación social, educación para la paz, educación en personas adultas y mayores, educación intergeneracional. Publicaciones recientes: "Manifestaciones de ciudadanía en contextos de Desplazamiento Forzado", en Beas, M. [ed.], Ciudadanías e identidades en los manuales escolares (1970-2012), Sevilla: Diada editora (2013); "Valoración de las representaciones sociales sobre el concepto de paz en futuros educadores", en Convergencia, Revista de Ciencias Sociales, vol. 20, núm. 62 (2013); "Visión histórico-educativa en la España del franquismo. Influencias y repercusiones a través de los testimonios de vida de nuestros mayores", en Revista de Investigación Educativa, vol. 28, núm. 1 (2010).

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