SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.19 issue58Otherness of male domination author indexsubject indexsearch form
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Convergencia

On-line version ISSN 2448-5799Print version ISSN 1405-1435

Convergencia vol.19 n.58 Toluca Jan./Apr. 2012

 

Reseñas

 

Ese laboratorio llamado ciudad

 

Social Liberalism

 

Hilario Topete-Lara

 

Araujo Monroy, Rogelio et al. (2011), Sueños de la ciudad. Violencia social, estudios sociales y culturales, México: Fonca-Conaculta, Pfizer, SG, Laboratorio Social de Estudios Culturales, A Favor de los Niños, A. C., Por el Gusto de Saber A. C., 193 pp. ISBN: 978-607-00-4291-1.

 

Escuela Nacional de Antropología e Historia-Instituto Nacional de Antropología e Historia, México. Correo electrónico: topetelarah@yahoo.com

 

 

Los benjamines tienen el encanto que origina la magia de la espera, el embelesamiento ocasionado por la novedad, y el enamoramiento por lo creado, cuando de creación se trata. La ópera prima editorial no puede ser la excepción. Dicen, también, que el primer crío siempre es problemático y con frecuencia lo echamos a perder y, como suele pensarse que echando a perder se aprende, pasado el encanto inicial a veces se va tras el segundo con el propósito de superarlo. Ojalá que esto último sea el espíritu que guíe la trayectoria del Laboratorio Social de Estudios Culturales que hoy nos entrega Sueños de la ciudad. Violencia social, estudios sociales y culturales, a cuyo frente se encuentra el Dr. Rogelio Araujo Monroy acompañado en esta obra colectiva por las doctoras Lilia Oralia Nieto Fernández y Judith Solís Téllez, los maestros Elí Evangelista Martínez, Mario Enrique Mancilla González, Francisco Colín Rivas y Sandra Esquivel Ríos; por último, han colaborado también los licenciados Maricela Iturbide Mauricio, Martín Perdomo Jasso e Ivonne Arlette Jagüey Camarena, algunos de ellos integrantes del Grupo Interdisciplinario de Investigación e Intervención Social.

Sueños de la ciudad es una colección de artículos1 donde los temas de la intervención social, la identidad y la guerra sucia parecieran no tener conexión alguna; sin embargo, como aduce el introductor —cuya autoría, por cierto, al igual que la del presentador, será desconocida para el lector—, el hilo conductor es la cultura. El libro, en breve presentación y con una introducción mesurada, nos conduce a las reflexiones de los autores, al parecer, coordinados por Araujo Monroy, autor de "Laboratorio Social de Estudios Culturales", artículo breve con el que "abre boca" la comensalía (lectores). Y es justamente en este primer texto donde empieza a hacerse sólida la certeza de que los materiales no transitaron por la lente crítica de un editor ni de un corrector de estilo: el aparato crítico es heterogéneo, los errores ortográficos y "de dedo" atropellan al lector y, como en este artículo, la bibliografía evidencia que no todos los autores fueron ocupados en el cuerpo del texto, ni todos los citados en éste aparecen enlistados en aquélla. Esta inusual peculiaridad aparecerá en casi todos los capítulos, exceptuando el... Capítulo II,2 escrito por la doctora Nieto, el IX de Esquivel-Castañeda-Freyre, y el X de Perdomo, que, coincidentemente, son los únicos que no recurrieron a fuente alguna.

Araujo propone una noción de cultura que, por sí —dice— es integradora y contraria a vulnerabilidad social. Polémica idea, sin duda, porque si la cultura proporciona los elementos de la identidad a un colectivo, también proporciona los elementos para la exclusión identitaria; si no, ¿de dónde provendría el soporte sígnico-simbólico y las prácticas sociales para el distanciamiento o para la adscripción? La construcción lógica de contrarios (que no opuestos, porque la oposición no está en una lógica de dos valores) en un cuerpo interpretativo nos obliga a presuponer que inclusión-exclusión no existen el uno sin el otro; además, el principio de contrariedad nos permite pensar que los opuestos pertenecen al mismo campo semántico, al mismo paradigma... Polémica idea, sin duda, y tan polémica como aquella en la que nos propone que el proceso de marginación comienza en el campo de la cultura, y que una "sociedad sometida, dominada, explotada, comienza por los márgenes de la cultura", ante la cual se sorprendería cualquier estudioso de economía política crítica. Con todo, hay una idea sugerente, provocadora, que vertebra las intenciones epistemológicas del autor: la necesaria inclusión de la cultura en el estudio y tratamiento de grupos vulnerables. Los antropólogos concordaremos con esa idea, sin embargo, nos separaremos en el momento en que se nos insinúe coincidir con la idea de "grado cultural = grado (nivel) académico", o de la que nos propone que los excluidos sociales son —por esta circunstancia— excluidos culturales, como si la cultura fuese propiedad de los no-marginados: Oscar Lewis (1961) y Larissa Lomnitz (1989), entre muchos más que han estudiado la cultura de los marginados, siguen siendo dignos de lectura y mejores consideraciones que la omisión.

La tesis central, pese a todo género de comentarios, permanece firme: los terapeutas sociales no pueden omitir la variable "cultura" en su práctica profesional porque, como sentencia literalmente Monroy: "La cultura cura porque tiene el poder de producir pertenencia, identidad y participación" (p. 24), y nada mejor, concluye, que restituir a los marginados al campo de la producción cultural aprendiendo música, pintura, escultura, literatura. La esencia de su noción de cultura queda a descubierto y entonces los antropólogos y los etnólogos, entre otros, podemos mostrar oposiciones y/o resistencias ante la ecuación "bellas artes (nivel académico) = cultura", lo que no menoscabaría en manera alguna el espíritu humanista que permea a todo el artículo.

En el siguiente apartado, la bonhomía predicada por Lilia Oralia Nieto se hace presente. Ella transmite al lector una idea-noticia cuyo contenido nos posibilita entrever la filosofía de la comunidad terapéutica con un principio bioético digno de ser retomado en cualquier discurso médico ("científico" o "tradicional"): la dignidad de la persona. Sin embargo, no es éste su único aporte porque al cuestionar al "yo" y anteponer el "nosotros"-persona, la autogestión, la corresponsabilidad en el proceso de recuperación (autorrecuperación), coloca en entredicho el discurso médico que propone la cura de manera verticalista, unipersonal, somática, y dispone no sólo del cuerpo sino de la persona en un franco ejercicio de poder. Una idea similar podrá encontrar el lector en el... Capítulo X.

Al leer a Nieto uno no puede sino evocar la concepción que del delito y la pena tiene la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias Policía Comunitaria de Guerrero, según la cual todo acto delictivo es un error de la comunidad en su proceso de formación de individuos, por lo tanto, su enmendamiento es una responsabilidad colectiva; pero también, quienes han tenido oportunidad de leer La conquista del pan (Kropotkin, 1988) podrán evocar la idea de que las enfermedades sociales como la locura, el asesinato o el latrocinio, por citar sólo tres ejemplos, deben ser atendidas colectivamente porque colectivo es su origen. Un dejo de espíritu libertario, co-gestivo, parece delinear el marco conceptual y la filosofía de la comunidad terapéutica para la que ella trabaja, aunque, en tanto marco, aparece como enunciativo, a manera de divulgación, sin aparente problema de investigación alguno.

Los nexos del quehacer de los colectivos con la cultura, según una lectura muy personal de Nieto Fernández, aparecen explícitos en su segundo artículo incluido en el libro: "Estudio cultural de la infancia". La autora lo inicia presentándonos a Madres Unidas a Favor de los Niños A. C., institución para la cual labora y desde cuyo seno, con el proyecto Paternidad Social: Salud Comunitaria a Favor de los Niños, en Aculco, Estado de México, se propone realizar una reflexión en torno de la problemática que envuelve a los niños del citado municipio. El artículo inicia con algunos tropiezos, como proponer al lector una concepción de cultura que no aparece en el texto (p. 50); arrojar algunas ideas incompletas (p. 67), otras yuxtapuestas (p. 75), y enarbolar un concepto de infancia elaborado por las cúpulas de la UNICEF que no coloca el acento en la diversidad de infancias (aunque lo reconoce) y, en cambio, defender —la propia autora— la multiplicidad de infancias acorde con la diversidad de sociedades; tropiezos como el que da, por citar un ejemplo, cuando propone que "la Pobreza, La Guerra y El sida [sic]3 son fenómenos estructurales que representan el principal contexto histórico y cultural de las formas de vida de los niños" (pp. 58-59), como si las expresiones fenoménicas fueran la esencia misma, pero implica algo más: elude la esencia y la estructura misma de la sociedad capitalista en aras de una construcción que, sin serlo, se antoja oximorónica.

Al demostrar, con evidencia cuantitativa, que los tres flagelos (pobreza, guerra y sida) son los principales componentes del contexto histórico y cultural en que se desarrolla la infancia, Nieto produce un grito fuerte, firme, de denuncia contra el "imperio de la sociedad global" (p. 56) pero así, en abstracto, sin tocar nombres de personajes ni instituciones, como produciendo un velo de opacidad que invisibiliza a los responsables —de tales fantasmas apocalípticos— que, de suyo, son personas y, por ende, responsables de sus actos y de las consecuencias de sus acciones. Coloca el dedo en tres llagas, nadie lo discute y es elogiable aunque fuera se hayan quedado otras como las políticas económicas y sociales de los Estados (incluido, necesariamente, el mexicano), la drogadicción4 y la trata de seres humanos, por citar sólo tres más.

Elí Evangelista, en el cuarto artículo, nos despliega una "opción metodológica para el trabajo comunitario con jóvenes" a la que llama "La perspectiva juvenil". El autor se propone —y logra— distanciar, sin alcanzar a definir, algunas categorías vinculadas con la construcción sociocultural de la juventud. Al llegar a este punto, allana el camino para hacer notorio que no existe "la juventud", sino las construcciones sociales de "las juventudes", y su estudio sólo es posible mediante el análisis por niveles (1. de las condiciones sociales y, 2. de las imágenes) y con el auxilio de una perspectiva teórico-política, social y metodológica. Enunciarlo en lo general resulta fácil, pero Evangelista, apoyándose en cada paso en la obra de Feixas, se propone desglosarlos y definirlos. Así, desgrana las categorías básicas utilizadas en el enfoque y, con ello, dispone de un cuerpo conceptual básico, un instrumental analítico y una guía para emprender el trabajo de campo, sobre todo para investigadores noveles y para quienes busquen "el desarrollo de iniciativas de trabajo comunitario... con jóvenes... a partir del reconocimiento y respeto de sus identidades, códigos de comunicación, significados, simbolismos, formas de organización y participación" (p. 90).

El llamado... Capítulo V fue escrito por Mario E. Mancilla Pérez y constituye, junto con el de Maricela Iturbide (infra) y el de Francisco Javier Colín (infra), la terna de artículos que, aunque ligados en el libro por la cultura, no proponen ni tácticas ni estrategias ni maneras teórico-prácticas de intervención en grupos sociales. El suyo, bajo el título "El uso político de la identidad y las identidades múltiples", parte de una certeza incontrovertible: los estudios sobre identidad no pueden ser sino estudios de identidades múltiples, cuando es en el espacio urbano donde se estudia. Otra noción de partida que es a todas luces evidente es que no hay identidad que no sea objeto de uso político y no hay identidad compartida que sea ajena a un proyecto político: la identidad "pura", así como la identidad, no existen, excepto en el terreno académico o para efectos de análisis y/o con fines didácticos. Mancilla, con un cierto grado de irreverencia ante el purismo de quienes piensan a la teoría como cuerpos sagrados, lo mismo recurre a Appadurai que a Turner, Obeyeskere o Adams para recordarnos que en la constitución de grupos el ritual y los símbolos son necesarios, y que en la constitución de identidades los rituales son fundamentales en tanto que las normas y las emociones son los aglutinantes de la identidad de quienes participan de él.

Una vez expuesto el tema de la constitución de grupos salta a la distinción entre "competidor, líder y dirigente", para focalizar la atención en el líder y los tipos de líder, y cerrar con un brevísimo apartado, incluso de menores dimensiones que sus conclusiones. Al llegar a éstas, se tiene que hacer un formidable ejercicio para comprender el nexo entre el título y los apartados, y los apartados con las conclusiones. El reto queda allí para el lector.

Judith Solís Téllez entrega un artículo-homenaje de denuncia. Para lograrlo recurre a fuentes secundarias (un libro y un poema) que refieren, respectivamente, a dos desaparecidos durante el periodo de la Guerra Sucia en Guerrero: Rosendo Radilla Pacheco y Ausencio Bello Ríos, a quienes sendos hijos: Andrea Radilla y Jesús Bartolo Bello dedicaron a sus progenitores, la primera, un libro-denuncia y el segundo, un poema. In memoriam pudo haberse titulado el artículo y ser preciso porque "Dos casos de padres de familia desaparecidos en la Guerra Sucia en Guerrero: Rosendo Radilla Pacheco y Ausencia Bello Ríos", es uno de esos documentos que se escriben para que no desvanezca la memoria y la ilegalidad no quede impune. Solís logra ambos propósitos resaltando tanto el dolor por casi medio millar de desaparecidos en Atoyac como un valor destacado en la vida y la obra de Lucio Cabañas: la dignidad.

"Las definiciones internas y externas de la identidad. Las diversas perspectivas de la Guerra Sucia en Guerra en el Paraíso", de Maricela Iturbide Mauricio ocupa el... Capítulo VII. La autora, en lo que puede ser considerado como un enésimo homenaje al desaparecido Carlos Montemayor, se propone una re-lectura de Guerra en el paraíso, enviando su Hermes al interior del texto y solicitarle que en las manos traiga, de regreso, los diversos puntos de vista o perspectivas narrativas comprometidos en la obra por el estilo mismo del referido libro, más allá del narrador —y agregaría: del narratario—. Así, las perspectivas aparecen como un poliedro desde cuyas diversas caras se pueden otear distintos horizontes, maneras de entender una misma realidad. Y es una propuesta interesante, sin embargo, al transitar de la página 139 a la siguiente el lector se queda con un gran vacío, una sensación de estar incompleto. Nuevamente, como en otros artículos previos, el lector tiene que hacer el puente entre el contenido de los subtítulos y el título, y, en este caso, también elaborar sus propias conclusiones.

El toque de género, orientado hacia el feminismo, está —curiosamente—a cargo de un varón: Francisco Javier Colín, quien en el... Capítulo VIII ("Liderazgo femenino e identidades emergentes. Una disputa por el campo de los símbolos culturales") principia con una crítica a los constructos varoniles que han denostado, mediante estereotipos poco edificantes, "lo femenino". Para diseñar un nuevo constructo —que no es otra cosa lo suyo—, ensaya principiando desde la "Prehistoria de lo femenino y lo masculino".5 En el breve recorrido por la evolución humana, que a momentos nos recuerda la tesitura de Pepe Rodríguez (2000) en su ensayo formidable Dios nació mujer, Colín penetra en terrenos muy espinosos donde aún los más conspicuos expertos en hominización han salido —tarde o temprano— vapuleados luego de cada nuevo descubrimiento científico. Pero su osadía es mayúscula porque sin elementos de ecología evolutiva, de psicología evolutiva y, entre otras disciplinas auxiliares, de la paleoantropología, de etología comparada, funda grupos humanos con base en un "parentesco biológico", con miembros guerreros y dominantes y, sin embargo idílicamente equitativos (discutibles las tres ideas).

La hipótesis central del ensayo permanece en pie: nadie podría objetar la enorme importancia que tuvo la hembra homínida en la reproducción biológica y sociocultural, allí donde —y cuando— la cultura fue un hecho; sin embargo, establecer al hombre como "preservador" porque no puede parir, frente a una hembra "innovadora" (porque puede parir), es otro orden de proposición: es imposible probar que la "incompletud" fisiológica sea la piedra de toque para comprender la acumulación, la violencia y el dominio masculinos, así como la consecuente marginación y sometimiento femeninos.

El... Capítulo IX, "Estrategias para la significación de la atención médico psiquiátrica en México", de Sandra Esquivel Ríos, Carlos J. Castañeda y Juana Freyre Galicia parte de una investigación realizada en el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez. La justificación de la misma, proporcionar mayor calidad de atención modificando la forma, función y estructura de las puertas, para que esa imagen del pasado del hospital psiquiátrico como cárcel, en cuyo encierro se castigaba la enfermedad, cambiase tanto entre los trabajadores como en los familiares. La razón: humanizar las prácticas terapéuticas psiquiátricas, sin caer en los extremos propuestos por la antipsiquiatría; el método: cuestionario y control de variables. Resultado: se comprueba que el justo medio parece ser la mejor estrategia en materia de terapia en hospitales psiquiátricos.

El penúltimo capítulo es, quizá, el más extraño. Extraño por su extensión (menos de cuatro páginas y desarrollado en sólo cinco párrafos, que contrasta con la extensión del tercer artículo, de 32); por su título ("El canal"), y, por último, por la secuencia de ideas: aunque se trata de lo que el autor llama "primera aproximación a la lectura de escenarios comunitarios", en un espacio reducido se transita de la insinuación del sentido del mito al espacio geográfico "El Canal [de la] Ex Escuela de Tiro... en la Delegación Gustavo A. Madero" (p. 176), donde se realizó la "aproximación", y luego, al sitio donde eran arrojados cadáveres; de allí se desliza hacia referencias sobre la leyenda (mito, dice el autor) de "la Llorona" tomadas de la mano con fragmentos de El laberinto de la soledad de Octavio Paz (cuya obra no aparece en la bibliografía), para rematar con el tema de la drogadicción. Al final, la maraña debe ser re-elaborada por el lector para darle su propio sentido a un relato que pretende resaltar "la complejidad de los fenómenos sociales y como [sic] esta complejidad se encuentra simplificada en los huevos de una hormiga tal y como sucede con el mito, el mito nos ayuda a entender la trama en la que se encierra una historia, una historia que pasa de los imaginarios a lo simbólico y de ahí a la realidad" [sic]. Hegel y Berkeley están reivindicados con creces.

El artículo que cierra la obra lo escribió Ivonne Arlette Jagüey Camarena bajo el título "La ancianidad: penumbra, caída y dolor. 'Ya son cosas de la edad, ya no se puede hacer nada...'". Es un material escrito con un estilo poco usual, literaturizado, lo que lo convierte en un remanso donde se pierde —y hasta se puede olvidar por unos minutos— la turbulencia del resto de la obra. Poco usual porque Jagüey decidió proporcionar un texto breve que ocupa menos de la mitad de la extensión total; el resto, citas al pie. Con ese peculiar estilo, la autora nos conduce por dos caminos llenos de espinas: el de la ancianidad y el que suele recorrerse para llevar ancianos al asilo. El dolor, la dignidad menoscabada, la pérdida de libertad, el abandono, la necesidad de reconocimiento, todo el síndrome se desvela en apenas unas cuantas páginas para dejar en el lector esa sensación de "nudo en la garganta" y suficiente materia prima para reflexionar en torno de sí mismo —que algún día será anciano— y en aquellos que están en el umbral de —o en— la ancianidad.

En suma, Sueños de la ciudad..., que en nada trata la nocturnidad ni las culturas que se despliegan en ella, es un mosaico de ideas, de propuestas, muchas de ellas dignas de reflexión, de polémica constructiva.

 

Bibliografía

Kropotkin, Pedro (1988), La conquista del pan, México: Ediciones Antorcha.

Lewis, Óscar (1961), Antropología de la pobreza, México: Fondo de Cultura Económica.

Lomnitz, Adler de Larissa (1989), Cómo sobreviven los marginados, México: Siglo XXI.

Paz, Octavio (1992), El laberinto de la soledad, México: Fondo de Cultura Económica.

Rodríguez, Pepe (2000), Dios nació mujer, Barcelona: Ediciones B.

 

NOTAS

1 Inexplicablemente, los autores llamaron "capítulo" a cada artículo. En el estricto sentido de la palabra capítulo, ninguno de sus apartados se comporta como tal; se trata, consecuentemente, de una compilación de artículos.

2 Todos los capítulos inician su título de la misma manera: "... Capítulo I". Cuestión de estilo.

3 El "sic" es mío.

4 La autora incorpora al narcotráfico sólo como uno de los rostros de la guerra (guerra del Estado contra los narcotraficantes) que, al cobrar, durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, decenas de miles de vidas, se ha convertido en un agente devastador de envergadura; en cambio, al construir su terna apocalíptica deja de lado la acción segadora de vidas que el narcotráfico, mediante la drogadicción, ha generado.

5 Cursivas en el original.

 

Información sobre el autor

Hilario Topete-Lara. Doctor en Antropología por la Escuela Nacional de Antropología e Historia y labora para el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Actualmente es responsable del Archivo de la Palabra Voz y Eco de los Pueblos Originarios de La Mixteca, a la par que investiga sobre sistemas de cargos, magonismo y procesos de hominización/humanización. Publicaciones recientes: "Corpus Christi en San Juan Nuevo Parangaricutiro", en L. Korsbaek y F. Cámara Barbachano [eds.], Etnografía del sistema de cargos en comunidades indígenas del Estado de México, México: MC Editores (2009); "El gusto, el cargo, la deuda, las normas y sus alrededores. Meseta Purépecha, México", en Diálogo Andino. Estudios Históricos y Geográficos Regionales, Arica-Chile, núm. 33, agosto (2009); "Los lugares comunes y los vacíos en los estudios sobre los sistemas de cargos religiosos", en Argumentos, Estudios críticos de la sociedad, año 23, núm. 62, enero-abril, México (2010).

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License