Introducción
El crecimiento acelerado de la población, desde la década de los sesenta, desencadenó un incremento de las actividades humanas para adquirir recursos con el fin de satisfacer sus necesidades, lo que conllevó a un rápido consumo per cápita de servicios ecosistémicos (Diaz et al., 2019; Rosenstock et al., 2019). Este consumo acelerado trajo como resultado la trasformación de los sistemas naturales, con la consecuente alteración de los procesos ecológicos y la capacidad de resiliencia de los mismos, generando diversas problemáticas ambientales que afectan la supervivencia de las especies (Myers et al., 2013; Steffen et al., 2015). Este conjunto de cambios ha dado lugar a la definición de una nueva época geológica denominada Antropoceno, donde la humanidad ha alcanzado el nivel de agente transformador de escala geológica global, de manera equivalente a otros grandes procesos que han modelado el desarrollo del planeta (Steffen et al., 2015).
El Antropoceno se ha caracterizado, entre otros aspectos, por la transformación de dos tercios de la superficie de la tierra para suplir la demanda de uso de recursos mineroenergéticos, industriales y agropecuarios; lo que ha ocasionado el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero y la subsecuente elevación de la temperatura, el cambio en el patrón de precipitaciones y la aceleración de la frecuencia de eventos meteorológicos extremos (Pachauri et al., 2014; Griggs et al., 2013). Por ejemplo, estos fenómenos incrementan la pérdida de especies (27% del total planetario), la disminución de la cobertura vegetal y la modificación de los ciclos biogeoquímicos (Diaz et al, 2019). Esto puede llegar a desencadenar una crisis planetaria a causa de la escasez de recursos y alimentos, que amenaza los sistemas de soporte vital y el bienestar propio de la especie humana (Monge y Russo, 2009; Montagnini y Metzel, 2017; Rosenstock et al., 2019).
Los hechos anteriormente expuestos vislumbran la necesidad de poner en marcha estrategias que permitan mitigar los efectos adversos del desarrollo tecnológico acelerado y de las diversas actividades humanas no sustentables sobre los ecosistemas, y que sean conducentes a generar escenarios para el desarrollo sustentable, con miras a propiciar un cambio radical de gobernanza en los ecosistemas (Mbow et al., 2014; van Noordwijk et al., 2018). El manejo adecuado de los sistemas agroforestales (SAF) sería un elemento que coadyuvaría al logro de un desarrollo regional sustentable (Marlay, 2015; Perfecto y Vandermeer, 2008). La interacción adecuada de las dimensiones natural, social, política y económica de los SAF podría resultar en la preservación de los servicios ecosistémicos, el control de la degradación ambiental, la captación del carbono, la variabilidad climática, el desarrollo comunitario, la seguridad alimentaria y la mejora de las condiciones socioeconómicas locales (Coulibaly et al., 2017; Tschora y Cherubini, 2020).
La agroforestería es una técnica antigua, empleada por los indígenas precolombinos en la práctica de la agricultura migratoria y de huertos caseros (Marlay, 2015; Montagnini et al., 2015). Esta se define como una interacción biológica y económica de plantas perennes leñosas nativas, con cultivos o cría de animales, donde se incluyen como mínimo dos especies vegetales, una leñosa y, por lo menos, una de interés económico (Petit-Aldana, 1993; Torralba et al., 2016). Estos elementos biológicos que conforman los SAF interactúan bioeconómicamente en zonas productivas tanto en ecosistemas frágiles como en estables, a escala local o regional; con fines productivos, de conservación y/o también usados para subsistencia o comercialización en función del tiempo y el espacio (Nair, 2011; Torquebiau, 2000).
El diseño de SAF responde a las necesidades y propósitos contextuales del lugar donde pretenden desarrollarse. En este sentido, existen diversas dimensiones (ecológica, social, económica, sistémica) (Nair, 2011; Montagnini et al., 2015) y enfoques (uso del suelo, manejo del bosque, conservación de la biodiversidad, cambio climático, desarrollo comunitario, desarrollo rural, entre otros) (Torralba et al., 2016; Tschora y Cherubini, 2020) desde donde son abordados e implementados, aplicando estrategias participativas que integran los conocimientos locales y científicos, con el fin de dar respuesta a los requerimientos socioeconómicos, espaciotemporales, fun-cionales y productivos a escala local; destacándose el diagnóstico rural participativo (DRP), el diagnóstico rural rápido (DRR) y el diagnóstico y diseño agroforestal (D&D).
A partir de estas estrategias participativas, se proponen los diseños técnicos de los SAF, es decir, las diferentes técnicas que se emplean para la selección de plantas, parcelación y tiempo de interacción de los sistemas; los cuales se clasifican de acuerdo con su base estructural, ecológica y funcional en diseños agroforestales secuenciales (en ellos existe una relación cronológica entre las cosechas anuales y los productos arbóreos; es decir, que los cultivos anuales y las plantaciones de árboles se suceden en el tiempo. Esta categoría incluye formas de agricultura migratoria con intervención o manejo de barbecho). y diseños agroforestales simultáneos (consiste en la integración simultánea y continua de cultivos anuales o perennes, árboles maderables, frutales o de uso múltiple y/o ganadería). (Mendieta y Rocha, 2007; Ajayi et al., 2011; Marlay, 2015; Montagnini et al., 2015; Torralba et al., 2016)
Los estudios actuales sobre la agroforestería han girado en torno a evaluar de manera independiente, los beneficios ecológicos asociados a la conservación de especies, el uso adecuado del suelo y la protección de los ecosistemas; especialmente en las zonas con amplios procesos de degradación por deforestación. Así mismo, buscan cuantificar el impacto de su inclusión para el desarrollo rural y en la mitigación de la pobreza y violencia en las zonas afectadas por conflictos sociales (Ajayi et al., 2011; Marlay, 2015; Martinelli et al., 2019). Sin embargo, pese al amplio conocimiento que se tiene sobre estos sistemas, faltan estudios que muestren de manera integral la contribución de los SAF al desarrollo sustentable.
Objetivos
El objetivo principal de este trabajo fue realizar una revisión de las tendencias metodológicas, desde el conocimiento de cuáles son las dimensiones, enfoques, diseños y variables ambientales que se implementan en el desarrollo de sistemas agroforestales, con el fin de establecer su aporte al desarrollo sustentable, esto, a partir de una revisión bibliográfica a escala mundial para los últimos 20 años (2000-2020).
Materiales y métodos
Sistema de búsqueda bibliográfica
Se empleó la metodología de revisión sistemática de literatura (Zafra et al., 2017). En esta revisión, se consideraron los documentos publicados a escala mundial durante los últimos veinte años (2000-2020), acerca de las tendencias metodológicas para el desarrollo de SAF. Estas tendencias metodológicas, fueron abordadas desde la descripción de las dimensiones, enfoques, diseños y variables, necesarios para la implementación de sistemas agroforestales desde una perspectiva de desarrollo sustentable.
Las bases de datos utilizadas para la consulta documental fueron: (i) ScientDirect, (ii) Scopus, (iii) SpringerLink y (iv) Google Scholar. Se utilizaron también, para la primera fase de revisión, las siguientes combinaciones de palabras clave en inglés (Fase 1): agroforestry (agroforestería) y (ii) sustainable development (desarrollo sustentable). Estas palabras clave fueron usadas como principales descriptores temáticos, a partir de las cuales se seleccionaron solo los artículos relacionados con enfoques (uso del suelo, manejo del bosque, conservación de la biodiversidad, cambio climático, manejo del agua, servicios ambientales, desarrollo comunitario, desarrollo rural y producción de bioenergía) (Torralba et al., 2016; Tschora y Cherubini, 2020) y diseños agroforestales (agricultura migratoria, sistemas Taungya, cultivos intercalados, jardines caseros, cultivos en callejones, pastoreo en plantaciones, pastoreo en huertos, bancos de forrajeo, cercas vivas y sistemas integrales mixtos) (Nair, 2011; Montagnini et al., 2015). Se excluyeron de la revisión aquellos documentos que presentaron temas no relacionados con los objetivos de la presente revisión, tales como: (i) indicadores de evaluación de SAF, (ii) ventajas y desventajas de la implementación de SAF, (iii) evaluación de la productividad de SAF, (iv) políticas de desarrollo de los SAF y (v) comparaciones económicas de los SAF frente a la agricultura convencional.
Sistema de análisis bibliográfico
En la segunda fase de revisión documental, se seleccio-naron los primeros 50 documentos registrados por la base de datos Scopus, con el fin de detectar mediante el uso de palabras clave las dimensiones de investigación en sistemas agroforestales (ecológico, económico, social, sistémico) (van Noordwijk et al., 2018; Montagnini, et al., 2015; Somarriba, 1998) y los enfoques agroforestales (Torralba et al., 2016; Tschora y Cherubini, 2020).
Adicionalmente, para estos mismos 50 documentos y mediante la lectura de los resúmenes o índices, se identificaron los diseños agroforestales más usados; clasificados en dos categorías de acuerdo con Somarriba (1998): sistemas agroforestales secuenciales y sistemas agroforestales simultáneos, los cuales se relacionaron con las variables ambientales importantes para el desarrollo de SAF (edafológicas, climáticas, bióticas y socioeconómicas).
La fase 3, consistió en establecer el orden de importancia de los enfoques y diseños agroforestales, mediante su frecuencia de citación en los documentos seleccionados y relacionados con las palabras clave de la fase 1. Acorde con esto, se infirió que, por su contribución al desarrollo sustentable, los enfoques y diseños agroforestales que fueron frecuentemente citados o registrados en las bases de datos consultadas tenían un mayor índice de importancia dentro de los documentos científicos. Posteriormente, se clasificaron mediante cuartiles (Zafra, et al., 2017) y el índice de citación Q, con el cual se relacionó el número de documentos detectados en las dos primeras fases, (Q presenta un intervalo entre 0 y 1; distribuido de la siguiente manera: Q1 = -0.24, Q2 = 0.25-0.49, Q3 = 0,50-0.74 y Q4 = 0.75-1.)
Finalmente, se desarrolló la fase 4 de búsqueda bibliográfica, para el análisis de la distribución geográfica de las investigaciones a escala mundial, con miras a establecer cuáles enfoques y diseños agroforestales son más empleados dentro de los estudios y las comunidades donde son aplicados; para ello se emplearon las palabras clave mencionadas en la fase 1. Para la construcción de esta revisión se emplearon un total de 70 artículos.
Análisis estadístico
Para el análisis de los datos obtenidos se empleó estadística descriptiva (promedio, media, deviación estándar y varianza) para cada uno de los elementos considerados en la revisión (enfoques, diseños, variables y tendencias de distribución de los estudios de SAF). Posteriormente, se empleó la prueba Chi-cuadrado (Zafra et al., 2017) con el propósito de identificar el grado de correlación existente entre los diseños agroforestales y las dimensiones de estudio, y los diseños agroforestales y las variables necesarias en su desarrollo.
Adicionalmente, se realizó un análisis clúster no jerárquico con SPSS Statistics para Windows, V. 25.0 (IBM Corp., 2017) para clasificar mediante conglomerados homogéneos la distribución de las investigaciones con respecto a las variables: zonas continentales de investigación (América, Asia, Europa y Oceanía), dimensiones de estudio de los SAFs (sistémica, ecológica, social y económica) y diseños (mixtos, secuenciales y simultáneos).
Resultados
En la primera fase de revisión de literatura para las palabras clave agroforestería y desarrollo sustentable, se encontró un total de 50 028 documentos en las cuatro bases de datos. La base de datos con mayor número de documentos detectados fue Google Scholar, seguida por Springer Link, ScienceDirect y Scopus (Tabla 1).
Fase | Palabras clave | Bases de datos | (Q) | Cuartil | |||||||
Scopus | ScienceDirect | SpringerLink | Google Scholar | ||||||||
DD | (Q) | DD | (Q) | DD | (Q) | DD | (Q) | ||||
1 | Agroforestería (agroforestry) Desarrollo sustentable (sustainable y development) | 662 | 1.0 | 4 451 | 1.00 | 6 315 | 1.00 | 46 600 | 1.00 | ||
2. Enfoques | Uso del Suelo (Land use) | 545 | 0.82a | 3 982 | 0.89 | 5 738 | 0.90 | 40 800 | 0.87 | 0.87 | Q4 |
Manejo del bosque (Forest management) | 519 | 0.78 | 3 366 | 0.75 | 5002 | 0.79 | 30 000 | 0.64 | 0.74 | Q4 | |
Desarrollo Comunitario (Community | 364 | 0.55 | 3 274 | 0.73 | 4 766 | 0.75 | 29 300 | 0.62 | 0.66 | Q3 | |
Conservación de la Biodiversidad (Biodiversity conservation) | 345 | 0.52 | 2 587 | 0.58 | 3 917 | 0.62 | 32 300 | 0.69 | 0.60 | Q3 | |
Desarrollo rural (Rural development) | 314 | 0.47 | 3 217 | 0.72 | 4 587 | 0.72 | 19 500 | 0.41 | 0.58 | Q3 | |
Cambio climático (Climate change) | 303 | 0.45 | 3 447 | 0.77 | 5 087 | 0.80 | 31 800 | 0.68 | 0.68 | Q3 | |
Servicios ambientales (Environmental Service) | 302 | 0.45 | 2 873 | 0.64 | 4 011 | 0.63 | 20 700 | 0.44 | 0.54 | Q3 | |
Manejo del agua (Water Management) | 200 | 0.30 | 2 639 | 0.59 | 3 418 | 0.54 | 20 200 | 0.43 | 0.46 | Q2 | |
Producción de Bioenergía (Bioenergy production) | 78 | 0.11 | 479 | 0.10 | 875 | 0.13 | 17 000 | 0.36 | 0.18 | Q1 | |
3. Diseños | Agricultura migratoria (Shifting agriculture) | 77 | 0.11 | 2 121 | 0.47 | 2 879 | 0.45 | 17 900 | 0.38 | 0.35 | Q2 |
Cultivos intercalados (Intercropping) | 38 | 0.05 | 1 459 | 0.32 | 1 790 | 0.28 | 12 830 | 0.27 | 0.23 | Q1 | |
Huertos caseros (Homegardens) | 29 | 0.04 | 739 | 0.16 | 1 520 | 0.24 | 8 530 | 0.18 | 0.15 | Q1 | |
Cultivo en callejones (Alley cropping) | 26 | 0.03 | 130 | 0.02 | 346 | 0.05 | 6 002 | 0.12 | 0.06 | Q1 | |
Plantación en pastoreo (Plantation Grazing) | 24 | 0.03 | 713 | 0.16 | 1 206 | 0.19 | 16 900 | 0.36 | 0.18 | Q1 | |
Pastoreo en Huertos (Grazing in orchards) | 14 | 0.02 | 195 | 0.04 | 764 | 0.12 | 5 480 | 0.11 | 0.07 | Q1 | |
Sistema Taungya (Taungya systems) | 13 | 0.02 | 64 | 0.01 | 154 | 0.02 | 267 | 0.01 | 0.01 | Q1 | |
Bancos de Forraje (Fodder banks) | 11 | 0.01 | 351 | 0.07 | 827 | 0.13 | 17 000 | 0.36 | 0.14 | Q1 | |
Cercas vivas (Live fences) | 6 | 0.009 | 239 | 0.05 | 764 | 0.12 | 12 100 | 0.26 | 0.11 | Q1 | |
Sistemas integrales mixtos (Mixed integrate systems) | 5 | 0.008 | 1118 | 0.25 | 2 305 | 0.36 | 17 300 | 0.37 | 0.24 | Q1 |
Nota: DD: Documentos detectados; Q: Índice promedio de frecuencia de citación.
Dimensiones y enfoques de aplicación en sistemas agroforestales
La presente revisión bibliográfica mostró el siguiente orden de importancia para las dimensiones de estudio de sistemas agroforestales relacionados con el desarrollo sustentable: sistémico, ecológico, social y económico (Tabla 1).
En relación con los enfoques detectados dentro de las investigaciones para el desarrollo de los SAF, se encontró un total de nueve enfoques vinculados a las dimensiones ecológica, social y económica (la dimensión sistémica abarca más de dos enfoques). En la dimensión ecológica, se encuentra un total de seis enfoques: uso del suelo, manejo del bosque, conservación de la biodiversidad, cambio climático, manejo del agua, y servicios ambientales; este último hace parte también de la dimensión social, en la que se encuentra además el enfoque de desarrollo comunitario; finalmente en la dimensión económica se relacionan los enfo-ques desarrollo rural y producción de bioenergía (Fig. 1).
El orden de importancia para los principales enfoques de desarrollo de SAFs en las investigaciones a escala mundial, se encontró que uso del suelo y manejo del bosque presentan los índices promedio más altos de citas; seguidos por desarrollo comunitario, conservación de la biodiversidad, desarrollo rural, cambio climático y servicios ambientales. Por último, con un menor índice de citación se encuentran los enfoques de manejo del agua y producción de bioenergía (Tabla 2).
Enfoques de los Sistemas Agroforestales | ||||
No. | Dimensiones de SAF relacionados con DS |
|
Enfoques | Índice Q |
1 | Sistémico | 48.0% (n = 24) | Integra más de dos enfoques | |
2 | Ecológico | 38.0% (n = 19) | 1.Uso del suelo | Q4 |
2.Manejo del bosque | Q4 | |||
3.Conservación de la biodiversidad | Q3 | |||
4.Cambio climático | Q3 | |||
5.Manejo del agua | Q2 | |||
6.Servicios ambientales | Q3 | |||
3 | Social | 8.0% (n = 4) | 1.Desarrollo comunitario | Q3 |
4 | Económico | 6.0% (n = 3) | 2.Desarrollo rural | Q3 |
3.Producción de bioenergía | Q1 | |||
Diseños de los sistemas agroforestales | ||||
No. | Clasificación de los diseños SAF |
|
Diseños | Índice Q |
1 | Sistemas agroforestales secuenciales | 70.0% (n = 35) | 1.Cultivos intercalados | Q1 |
2. Agricultura migratoria | Q2 | |||
3.Sistemas Taungya | Q1 | |||
2 | Sistemas agroforestales simultáneos | 90.0% (n = 45) | 1. Huertos caseros | Q1 |
2. Cultivo en callejones | Q1 | |||
3. Cercas vivas | Q1 | |||
4. Sistemas integrales mixtos | Q1 | |||
5. Bancos de forraje | Q1 | |||
6. Pastoreo en huertos | Q1 | |||
7. Plantaciones en pastoreo | Q1 |
A partir de lo anterior, se analizaron en conjunto las dimensiones y enfoques de los SAF. Los resultados mostraron en orden de importancia que dentro de la dimensión ecológica los enfoques más estudiados fueron uso del suelo (Q4), manejo del bosque (Q4), conservación de la biodiversidad (Q3) y cambio climático (Q3). Con respecto a la dimensión social y económica, los hallazgos permitieron observar que los enfoques más abordados fueron desarrollo comunitario (Q3) y desarrollo rural (Q3). En relación con la producción de bioenergía, este fue el enfoque de desarrollo con menor índice de citación dentro de las investigaciones desarrolladas (Q1).
Diseños y variables empleadas en la construcción de sistemas agroforestales
Referente al porcentaje de investigaciones que hacen relación a los tipos de diseños agroforestales empleados en cada estudio de caso, los resultados muestran con respecto a la clasificación propuesta por Somarriba (1998), que los diseños agroforestales secuenciales presentan un porcentaje de citación de 70.0% y los diseños agroforestales simultáneos 90.0%. La diferencia porcentual obedece principalmente al número de arreglos forestales propuestos en cada clasificación, en donde se registran tres en SAF secuenciales: agricultura migratoria, sistemas Taungya y cultivos intercalados; y siete para los SAF simultáneos: jardines caseros, cultivos en callejones, pastoreo en plantaciones, pastoreo en huertos, bancos de forrajeo, cercas vivas y sistemas integrales mixtos (Fig. 2). Respecto a la importancia de citación, el mayor índice promedio Q corresponde a agricultura migratoria (índice = 0.358, Q2, S= 0.47), seguido de sistemas integrales mixtos (Índice = 0.249, Q1, S= 0.37) y cultivos intercalados (Índice = 0.236, Q1, S= 0.35).
Respecto a las variables identificadas dentro de los estudios como piezas clave para determinar qué tipo de diseño y enfoque emplear para el desarrollo de un sistema agroforestal, a nivel porcentual se encontró que las variables edafológicas (84.0%) se encuentran referenciadas con mayor frecuencia, entre las cuales se destacan elementos importantes referentes al componente suelo tales como: sus clases, condiciones de permeabilidad, morfología, infiltración y factores químicos. En orden de importancia siguen las variables bióticas (70.0%), las cuales se relacionan principalmente con la cobertura vegetal y la diversidad de especies forestales empleadas para la construcción de los SAF. Le continúan las variables socioeconómicas (60.0%), dentro las que se destacan elementos referentes a los mecanismos de productividad de los sistemas locales y con ello su relación con el uso del suelo y la problemática asociada a este, los índices de pobreza, conflictos sociales, educación y demografía. Por último, se mencionan las variables climáticas (40.0%), en las cuales se menciona elementos relacionados con su variabilidad, tales como las precipitaciones, la irradiación solar, temperatura y humedad.
Relación entre los diseños agroforestales, dimensiones y variables para su desarrollo
La prueba de Chi cuadrado (X2), aplicada a la información presentada en la Tabla 3, permitió evidenciar que no existe un grado de asociación entre las dimensiones de desarrollo de los SAF y los tipos de diseños que son mencionados dentro de las investigaciones como técnicas frecuentes empleadas por las comunidades (X2 = 0.20, gl. = 6, p > 0.05). Igualmente, mediante la misma prueba se determinó que tampoco existe un grado de asociación entre los diseños agroforestales y las variables necesarias para su desarrollo y gestión (X2 = 0.438, gl. = 6, p > 0.05).
Enfoque | Diseño | Variable | ||||||||||||||
Autor | Dimen sión | US | MB | DC | CB | CC | MA | SA | DR | PB | Secuencial | Simultáneo | EDAF | CLIM | BIOT | SE |
Asia | ||||||||||||||||
Sokheang et al. (2018) | ECO | X | X | X | X | SIM | X | X | X | |||||||
Lestari (2019) | ECO | X | AM | X | X | |||||||||||
Paembonan et al. (2019) | ECO | X | X | CI | X | X | ||||||||||
Sharma y Sharma (2018) | SIS | X | X | CI | PC | X | X | |||||||||
Park et al. (2019) | SIS | X | X | X | X | PC | X | X | X | X | ||||||
Nath et al. (2015) | SIS | X | X | X | X | AM-CI | X | X | X | X | ||||||
Rahman et al. (2012) | SIS | X | X | HC-PC | X | X | X | |||||||||
Afentina et al. (2019) | SIS | X | X | X | X | X | X | X | ||||||||
Van Noordwijk et al. (2012) | SIS | X | X | X | X | AM-CI | HC-PH-CV | X | X | X | X | |||||
Mohan et al. (2012) | SIS | X | X | X | X | X | AM. ST | HC-PP- | X | |||||||
Magcale (2014) | SIS | X | X | X | X | X | CI | HCs | X | X | X | X | ||||
Mishra y Mishra (2017) | SOC | X | HC | |||||||||||||
Roy y Roy (2017) | ECON | X | SIM | X | X | |||||||||||
Zomer et al. (2007). | ECO | X | X | AM-CI | X | X | X | |||||||||
Bohra et al. (2018) | ECON | X | X | CI | BF | X | ||||||||||
África | ||||||||||||||||
Adekunle y Bakare (2004) | SIS | X | X | X | X | ST | X | X | ||||||||
Nyong et al. (2019) | SIS | X | X | X | X | ST | HC-PM-BF | X | X | |||||||
Ziyadi et al. (2019) | SIS | X | X | X | X | ST | X | X | ||||||||
Quandt et al. (2018) | SIS | X | X | X | X | AM | X | X | ||||||||
Russell y Franzel (2004) | SIS | X | X | X | X | X | ||||||||||
Amadu et al. (2020) | SIS | X | X | X | X | X | X | |||||||||
Nischalke et al. (2017) | SIS | X | X | X | X | X | X | X | ||||||||
X | CI | HC-BF-SIM | X | X | X | |||||||||||
Asare et al. (2014) | ECO | X | X | X | CI | X | X | X | ||||||||
Bernard y Minang (2019) | ECO | X | X | X | ||||||||||||
Nyberg et al. (2020) | ECO | X | SIM | X | X | X | X | |||||||||
América | ||||||||||||||||
Herrera (2018) | ECO | X | HC-SIM | X | ||||||||||||
Harvey y González (2007) | ECO | X | X | CI | X | |||||||||||
Fischer y Vasseur (2000) | SIS | X | X | AM-CI-ST | HC-PC- BF.CV | X | X | X | X | |||||||
Grossman (2014) | ECO | X | X | AM-CI- ST | X | X | X | X | ||||||||
Jarett et al. (2017) | SIS | X | X | X | X | CI | HC-CV | X | X | X | X | |||||
Shibu et al. (2012) | SIS | X | X | X | X | PP-BF | ||||||||||
Morgan y Zimmerman (2014) | ECO | X | X | AM | HC-PP-BF- | |||||||||||
Swamy y Tewari (2017) | SIS | X | X | X | AM-ST | HC-PP-BF | ||||||||||
Porro et al. (2018) | SIS | X | X | X | CI | X | X | X | X | X | ||||||
Anderson et al. (2009) | ECO | X | X | SIM | X | X | ||||||||||
Europa | ||||||||||||||||
Paolotti et al. (2016) | SIS | X | X | PP-PH | X | X | X | |||||||||
Ehret et al. (2014) | ECON | X | AM-CI | X | X | |||||||||||
Quinkenstei et al. (2012) | SIS | X | X | X | PC | X | ||||||||||
Ehret et al. (2018) | ECON | X | X | PP | X | X | X | |||||||||
General | ||||||||||||||||
Macneely y Schroth (2006) | ECO | X | X | AM-CI | PH | X | X | |||||||||
Abbas et al. (2017) | ECO | X | X | X | X | |||||||||||
Van Noordwijk (2018) | ECO | X | X | X | X | |||||||||||
Norgrove y Beck (2016) | ECO | X | X | X | PC | |||||||||||
Waldron et al. (2017) | SOC | X | ||||||||||||||
Pavlidis y Tsihrintzis (2018) | ECO | X | AM-CI | X | X | X | ||||||||||
Chaturvedi et al. (2018) | ECO | X | X | |||||||||||||
Chakravarty et al. (2017) | SIS | X | X | X | X | X | HC | X | X | X | X | |||||
Montagnini y Metzel (2017) | SIS | X | X | X | HC | X | X | X | X | |||||||
Wu et al. (2020) | ECO | X | X | X | ||||||||||||
Promedio | 49.0 | 32.7 | 42.9 | 23.4 | 20.4 | 14.3 | 18.4 | 44.9 | 14.3 | 81.6 | 37.5 | 49.0 | 56.3 | |||
Datos considerados | 25 | 16 | 21 | 12 | 10 | 8 | 10 | 22 | 7 | 41 | 19 | 25 | 27 | |||
Media | 0.25 | 0.16 | 0.21 | 0.12 | 0.1 | 0.8 | 0.1 | 0.22 | 0.007 | 0.41 | 0.19 | 0.25 | 0.27 | |||
Desviación estándar | 0.51 | 0.47 | 0.50 | 0.44 | 0.40 | 0.37 | 0.40 | 0.50 | 0.35 | 0.39 | 0.49 | 0.51 | 0.50 | |||
Varianza | 0.25 | 0.21 | 0.24 | 0.18 | 0.16 | 0.13 | 0.16 | 0.24 | 0.12 | 0.14 | 0.23 | 0.25 | 0.24 | |||
Total de datos | 50 | 50 | 50 | 50 | 50 | 50 | 50 | 50 | 50 | 50 | 50 | 50 | 50 |
ZG = Zona geográfica, ECO = Ecológica, SIS = Sistémica, SOC= Social, ECON= Económica, US= Uso del suelo, MB= Manejo del bosque, DC= Desarrollo comunitario, CB=Conservación de la biodiversidad, CC= Cambio climático, MA= Manejo del agua, SA= Servicios ambientales, DR= Desarrollo comunitario, PB=Producción de bioenergía, SIM=Sistemas integrados mixtos, AM= Agricultura migratoria, CI= Cultivos intercalados, PC=Plantaciones en callejones, HC= Hueros caseros, PH= Plantaciones en huertos, CV= Cercas vivas, ST= Sistemas Taungya, BF= Bancos de forrajeo, EDAF=Edafológicas, CLIM= Climáticas, BIOT=Bióticas, SE= Socioeconómicas.
Tendencias de la distribución geográfica de estudios en sistemas agroforestales
Los resultados muestran que la tendencia de distribución de estudios en SAF se encuentra categorizada por zonas geográficas (Tabla 3), donde Asia es el continente con mayor porcentaje de citación, con un total de 14 publicaciones distribuidas en cuatro países; seguida por América con un total de 11 estudios de caso en 7 países; África en 12 países; Europa en 2 países y sin una zona específica a nivel general (Fig. 3).
Análisis clúster
De acuerdo con el análisis clúster jerárquico efectuado para la clasificación de las dimensiones y diseños mencionados en las investigaciones, con las zonas de distribución de los estudios de sistemas agroforestales, se encontraron cinco conglomerados de agrupación (Fig. 4).
El primer grupo demarcado con color azul en el gráfico de dispersión agrupa a las investigaciones que presentan la dimensión ecológica como dimensión de desarrollo de sistemas agroforestales, distribuidas en mayor proporción en las zonas geográficas de Asia (57.14%) y América (42.85%). De acuerdo con este clúster, se observó mediante los estudios que, dentro de estas regiones se da una predilección por el desarrollo de diseños agroforestales secuenciales 50.0% en total, frente al 42.85% simultáneos y 14.28% que combinan a los dos tipos de diseños (Mixtos).
Un segundo conglomerado (color verde) agrupa a las investigaciones desarrolladas bajo una dimensión sistémica, distribuidas dentro del continente asiático (63.63% de las publicaciones) y africano (36.36% de las publicaciones). En relación con los diseños agroforestales se opta por la implementación mixta, consecuente con la dimensión de agrupación de este clúster. En este mismo grupo se encuentran asociadas tres investigaciones (puntos más alejados de conglomerado en la Figura 4), que pertenecen a la dimensión económica, y cuya clasificación en este conglomerado se debe a su distribución geográfica (Asia) y tipo de diseño empleado.
El clúster 3 (amarillo) relaciona las investigaciones desarrolladas en la zona geográfica de África, desde las dimensiones ecológica (66.66%) y social (33.33%). Las publicaciones agrupadas en este clúster no relacionan ningún diseño agroforestal. El clúster número 4 (rojo) también se encuentra relacionado con la dimensión sistémica y la zona geográfica de África. Sin embargo, la diferencia con el clúster dos (verde), radica en que los diseños agroforestales desarrollados en estas investigaciones no son mixtos, sino que se da una predilección por los diseños secuenciales.
Finalmente, el clúster 5 (naranja) relaciona las investigaciones también bajo la dimensión sistémica, con diferencia respecto a los clústeres dos y cuatro en que la zona geográfica corresponde al continente europeo y que los diseños relacionados son simultáneos.
Discusión
Los resultados muestran una mayor disposición al desarrollo de investigaciones que abordan el estudio de los sistemas agroforestales desde una dimensión holística, lo que induce a aseverar que la proyección de desarrollo de estos sistemas a escala mundial está orientada a responder a las características locales y contextuales en donde se establecen los SAF, incluyendo además de los elementos ecosistémicos, la diversidad de aspectos demográficos, culturales y productivos propios de la localidad, con el fin de mejorar el desarrollo comunitario y rural (Nair, 2011; Sharma y Sharma, 2017).
Además, desde la dimensión holística, la productividad de los SAF apunta a generar una revolución agrícola desde un enfoque sustentable, donde mediante la diversificación agrícola y la inclusión de prácticas y saberes locales se mejora el manejo de los sistemas agroalimentarios y, por ende, se contribuye a mitigar el impacto negativo sobre los ecosistemas que ha generado por décadas las prácticas agrícolas tradicionales, como lo son los monocultivos o la ganadería extensiva (Adekunle y Bakare, 2004; Ziyadi, et al., 2019).
n relación con la dimensión ecológica y los enfoques de implementación de los SAF: uso del suelo, manejo forestal, conservación de la diversidad y cambio climático; se puede establecer que el desarrollo de investigaciones desde este eje metodológico lleva implícita la preocupación actual por generar tecnologías de uso de la tierra que permitan el manejo forestal desde una perspectiva de diversificación y, con ello, fomentar prácticas sustentables de uso y manejo del suelo (Asare, Afari, Osei y Pabi, 2014; Jarett et al., 2017).
Además, las investigaciones muestran que desde los estudios de diversificación productiva, también se rescata la importancia de los SAF como fuente de diversidad genética, de hábitat y sustento alimenticio para animales; además de permitir la reducción de la presión sobre los bosques, promocionar la conservación de los recursos maderables, la reactivación de cadenas tróficas afectadas por la fragmentación, actuar como sumideros de carbono y promover beneficios asociados a la mejora de la calidad del agua y de los ciclos biogeoquímicos (Nischalke et al., 2017; Swamy y Tewari, 2017; van Noordwijk et al., 2018; Harvey y González, 2007; Sokheang et al., 2019; Zomer et al., 2007).
Adicionalmente, se resalta el papel que tienen estos sistemas en la recuperación del suelo en zonas con condiciones climáticas y edáficas que dificultan el desarrollo de prácticas agrícolas sustentables, ya que suministran materia orgánica y nutrientes y mejoran las condiciones de irrigación del terreno, lo que permite la transformación productiva y con ello frenar los procesos acelerados de erosión a causa de las condiciones ecológicas de la región (Russell y Franzel, 2004).
Por su parte, las investigaciones desde la dimensión social y económica, relacionada con los enfoques de desarrollo rural y desarrollo comunitario; muestran que la vinculación de los SAF contribuye a reducir los escenarios de pobreza e inseguridad alimentaria en zonas vulnerables, afectadas no solo por las condiciones ecológicas locales, sino además por los escenarios de violencia, fragmentación social y desarraigo cultural (Magcale, 2014).
Así mismo, en las investigaciones se resalta que los sistemas agroforestales se constituyen como estrategias que permiten reivindicar el valor de las prácticas ancestrales de siembra, rescatando la importancia de la implementación de sistemas agroforestales tradicionales tales como, la agricultura migratoria, los huertos caseros o los cultivos intercalados, los cuales permiten conservar los conocimientos y sustentos económicos locales, integrando nuevas tecnologías al manejo agrícola. De manera que se ha dado apertura a espacios de gobernanza ambiental donde las poblaciones son quienes decidieron y adaptaron los desarrollos agrarios adecuados a sus necesidades, con la premisa de conservación de los sistemas ecológicos (Mishra y Mishra, 2017; Mohan y Zimmerman, 2012).
Por otro lado, desde el punto de vista económico, la revisión mostró que la diversificación en la producción de los SAF permitió reducir el uso de agroquímicos y pesticidas para mejorar las cosechas y aumentar el mayor número de productos que pueden ser susceptibles a su comercialización, los cuales no solo incluyen los bienes alimenticios, sino también los maderables, textiles, de forraje y medicinales. Además, se reconoce la importancia de los SAF en la apertura de empleos vinculados con el mayor número de actividades que requiere la gestión de estos y los beneficios extrínsecos a la práctica como el pago por bonos de conservación y secuestro de carbono (Kiptot y Franzel, 2012; Shibu et al., 2012; Ehret et al., 2015; Roy y Roy, 2017).
Las investigaciones mostraron que los diseños agroforestales con un mayor número de citas (agricultura migratoria, cultivo en callejones, huertos caseros y cultivos intercalados) son ampliamente utilizados por las comunidades campesinas e indígenas, en razón a sus conocimientos y cosmovisiones sobre el uso de la tierra y los beneficios productivos que extraen de ellos que les permiten no solo la comercialización a pequeña y mediana escala, si no también, asegurar el autoconsumo y la seguridad alimentaria, mientras se reduce el impacto a los sistemas naturales. (Swamy y Tewari, 2017; Waldron et al., 2017; Chakravarty et al., 2017).
Sin embargo, autores como Fischer y Vasseur (2000), hacen una crítica al uso intensivo de los diseños de agricultura migratoria en procesos agroforestales, puesto que han incrementado los procesos de expansión de la frontera agrícola y reducido los periodos de ciclaje de la tierra, desencadenando grandes pérdidas de biodiversidad, un aumento en la deforestación y como consecuencia mayor grado de erosión, sedimentación de cuerpos de agua, aumento de las emisiones de dióxido de carbono y alteraciones en el microclima.
Los resultados de la revisión resaltan que, en el desarrollo de sistemas agroforestales, se deben incluir variables edafológicas, climáticas, bióticas y socioeconómicas en conjunto, lo cual responde al carácter sistémico de estas tecnologías. Por tanto, su integración de manera interdisciplinar determinará el éxito en el desarrollo de SAF dentro de las comunidades, ya que, es la población involucrada es quien decide y determina cuáles son necesidades locales y, por tanto, seleccionará los propósitos en la implementación de estos sistemas, ya sea con fines de conservación, autoconsumo o productividad, garantizando la gestión integral y sustentable de estas tecnologías (Mbow et al., 2014; Montagnini et al., 2015; Perfecto y Vandermeer, 2008).
Finalmente, la distribución por zonas geográficas de las investigaciones en sistemas agroforestales muestra que la mayor parte de estos estudios, se han realizado en zonas (África o América) en las cuales predominan diferentes conflictos sociales, ecológicos y productivos, siendo los más citados por diferentes autores: degradación de ecosistemas, inadecuados procesos de producción y expansión de las fronteras urbanas, población azotada por los conflictos armados, la pobreza y la inseguridad alimentaria; y actividades productivas insustentables, que no cubren las necesidades básicas de los pequeños productores (Coulibaly et al., 2017; Tschora y Cherubini 2020). Lo mencionado lleva a inferir que este tipo de sistemas, aunque no son la única estrategia para frenar la mencionada problemática, si se constituyen como elementos priorizados y respaldados por las Naciones Unidas para fomentar la agricultura sustentable en las regiones identificadas dentro de los estudios.
Conclusiones
Los resultados mostraron que existen cuatro dimensiones de investigación de sistemas agroforestales: sistémico, ecológico, social y económico. Se resalta que la dimensión sistémica predominó en las investigaciones, donde se integra de los ámbitos ecológicos, económicos, productivos y sociales en el estudio y desarrollo de estas tecnologías de uso sustentable de la tierra en las distintas localidades de implementación de los SAF. Los enfoques y diseños empleados para el desarrollo de los SAF responden a las necesidades locales y las características ecológicas y productivas de las comunidades, por lo que en esta revisión se pudo establecer, con base en el índice de citación dentro de los estudios, que los enfoques con una mayor relevancia a escalas local y regional son: uso del suelo, manejo del bosque, desarrollo comunitario, conservación de la biodiversidad, desarrollo rural y cambio climático. Así mismo, los diseños más mencionados dentro de la literatura fueron: cultivos intercalados, huertos caseros, cultivo en callejones y agricultura migratoria, siendo estos diseños empleados a pequeña y mediana escalas, lo que sugiere que la disposición para la selección del diseño responde a los conocimientos y costumbres locales. Las variables más abordadas en los estudios analizados para esta revisión corresponden a las edafológicas y las bióticas, presentando una mayor importancia relativa sobre las socioeconómicas y climáticas, lo cual, está relacionado directamente con los aspectos específicos de los ecosistemas donde se gestionan este tipo de diseños agroforestales, ya que de esto depende el éxito de las plantaciones establecidas. Finalmente, en relación con la tendencia de distribución de los estudios en sistemas agroforestales, se evidenció que Asia, América y África, presentaron un mayor número de investigaciones en el desarrollo de estas tecnologías del uso de la tierra, lo cual sugiere que el desarrollo de este tipo de investigaciones y técnicas de manejo rural se concentra en países que requieren estrategias sustentables de manejo de la tierra, que se caracterizan por sus contextos ecológicos exacerbados y la vulnerabilidad de sus poblaciones frente a fenómenos sociales.