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Cirujano general

versión impresa ISSN 1405-0099

Cir. gen vol.42 no.4 Ciudad de México oct./dic. 2020  Epub 01-Ago-2022

https://doi.org/10.35366/101405 

Historia, ética y filosofía

Memorias de un Servicio de Cirugía General y de sus cirujanos. Parte 3

Memories of a General Surgery Service and its surgeons. Part 3

David Olvera Pérez1  * 

1 Asociado Titular de la Asociación Mexicana de Cirugía General. México.


Cronología del servicio de cirugía general y de los cirujanos generales del Hospital General del Centro Médico Nacional del Instituto Mexicano del Seguro Social 1963-1981 (HG del CMN del IMSS)

Dr. Jorge Bautista O’Farrill (1926-2014) (Figura 1)

Figura 1: Dr. Jorge Bautista O’Farrill. 

Las memorias del Dr. Jorge Bautista se remontan a la época de la Revolución mexicana, su padre, Gonzalo Bautista Castillo, fue correo de los hermanos Aquiles Serdán. El joven Bautista se hizo médico con la finalidad de tener un apoyo económico que le permitiera incursionar en la política, deseo innato que vio cumplido. Llegó a ser gobernador del estado de Puebla (1941-1945), y dentro de sus colaboradores más cercanos se encontraba el Lic. Gustavo Díaz Ordaz, quien llegó a la presidencia de México, hecho trascendental que al correr de los tiempos tuvo relevancia en el desarrollo del Hospital General del CMN del IMSS como veremos más adelante.

El Dr. Jorge Bautista estudió en la Facultad de Medicina de la UNAM, y al terminar emigró a Francia donde realizó estudios de gastroenterología en el Hospital Tenon, Universidad de París, y posteriormente realizó la residencia de cirugía general en The Bronx Hospital, New York University, Nueva York, EUA, donde llegó a ser jefe de residentes. A su regreso a México inició sus actividades profesionales en el Hospital Central de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Y en el año de 1963 se incorporó como cirujano al Servicio de Gastroenterología del Hospital General del Centro Médico Nacional del IMSS.

Un día fue llamado por el Lic. Gustavo Díaz Ordaz, presidente electo de México, para pedirle su opinión sobre quién debería operar a su esposa por presentar una litiasis vesicular. Recomendó al Dr. Manuel Quijano, quien realizó la cirugía acompañado por el Dr. Rafael Álvarez Cordero.

En el mes de marzo del año de 1969, al otro día de mi llegada de Mexicali -lugar donde realicé el internado de postgrado- me presenté en el Hospital General del CMN del IMSS para recibir instrucciones de mi rotación como residente de primer año. La secretaria me dio instrucciones de esperar al Dr. Jorge Bautista, quien después de una corta espera llegó e inmediatamente me informó acerca de la residencia en cirugía general, su estructura y organización. Su trato amable y cortés me causó buena impresión y sorpresa, era muy diferente de los maestros de la medicina con los que había tratado en otras ocasiones. Al final sólo la primera impresión es la que cuenta, ¿o no?

En el siguiente año, cuando llegué a rotar por el servicio de gastroenterología como R-2, de los cuatro equipos quirúrgicos me tocó estar en su grupo. Me siguió produciendo una atracción personal por su sencillez así como por su educación y trato personal. Mi admiración tuvo su clímax cuando me tocó realizar mi primera colecistectomía, y él participó como primer ayudante, guiándome por el camino escabroso de una vesícula biliar difícil, muy difícil por tratarse de una colecistitis atrófica esclerosante xantogranulosa empotrada en el hígado, y que nos llevó casi toda la mañana en su extirpación. Jamás lo vi impaciente, inquieto, y sus consejos transoperatorios fueron dichos con voz suave y tranquilizadora. Sin duda alguna fue un profesor que sabía enseñar cirugía y muchas otras cosas. Así fue con casi todos los cirujanos que forjó, por eso nuestra admiración y reconocimiento será eterno.

Su afición a la cacería le produjo un cambio importante en su vida profesional al sufrir un accidente que le ocasionó la pérdida de un ojo, después de un largo periodo de rehabilitación regresó a la cirugía que tanto le apasionaba así como a la enseñanza.

Sus logros académicos y reconocimientos públicos y privados sobresalientes que nos aclaran su imagen son: haber sido fundador y presidente del Consejo Mexicano de Cirugía General en la Asociación Mexicana de Cirugía General, fue miembro honorario, perteneció a la Academia Mexicana de Cirugía (miembro honorario), y a la Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de Medicina, además de otras 11 asociaciones, en la mayoría con la distinción de honorario, presidente de la Asociación Mexicana de Gastroenterología, director de la Facultad de Medicina de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), en todos esos cargos se distinguió por su honorabilidad, atingencia e innovación. Esta información es útil para resaltar que fue un hombre muy activo, actualizado en su campo quirúrgico y en otros. Siempre tuvo conocimientos de las novedades quirúrgicas, aun cuando ya no los necesitara. Dejó de leer los últimos artículos de cirugía impresos y por internet días antes de su fallecimiento.

Publicó cerca de 100 trabajos científicos, y ofreció más de 300 conferencias en México y en el extranjero. Dirigió 17 tesis de postgrado y colaboró en 10 libros de cirugía general. Participó en 31 cursos de actualización de cirugía general y/o gastroenterología. Fue profesor de pregrado en la Escuela Mexicana de Medicina de la Universidad La Salle. Profesor adjunto y posteriormente titular del curso de cirugía general.

Su trayectoria como cirujano y después como jefe de cirugía en relación con la enseñanza y amistad que desarrolló con los residentes de cirugía, es un ejemplo del gran cariño que se ganó de todas las generaciones. Múltiples homenajes le rindieron en vida sus residentes a todo lo largo y ancho del país.

Tenía una personalidad singular caracterizada por su amabilidad, sencillez y trato personal. En su papel de profesor fue capaz de llevar de la mano a muchos cirujanos por los caminos más escabrosos de la cirugía, por la patología más complicada, nunca dejó que el residente abandonara el bisturí o las tijeras, su perseverancia, tolerancia y enseñanza se conjuntaban para brindarle al cirujano residente valor para vencer el obstáculo, no importando el tiempo y lo difícil que estuviera la enfermedad del paciente. También fue consejero de nuestras vidas, nos conocía muy bien en el ambiente hospitalario, por dentro y por fuera; muchos residentes recibieron la orientación y la verdad de sus emociones, encontrando solución a su ceguera personal.

Cuando se presentaron cambios estructurales de funcionamiento en los hospitales adecuándolos en los niveles de atención, el Hospital General del CMN del IMSS no podía quedar exento, por lo que tomó la decisión de separarse del IMSS. Sin duda alguna la renuncia a la cirugía institucional y a la enseñanza fueron muy dolorosas, pero no lo suficiente para producir sentimiento de rencor.

Su decisión de regresar a la ciudad que lo vio nacer le fue muy gratificante, pues rápidamente las autoridades universitarias de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) lo acogieron llevándolo a la dirección de la Facultad de Medicina, donde volvió a demostrar su experiencia y dotes organizativas. En el año 1998 recibió el diploma como director emérito.

Sólo la enfermedad pulmonar, consecuencia de los muchos años de fumador, lo retiró de la actividad profesional. Recibió múltiples tratamientos, demostrando su temple, y mucha disciplina al someterse a varios tratamientos que le permitieron vivir más de 15 años, mucho más del tiempo que dicen las estadísticas mundiales sobre esta enfermedad.

El Dr. Jorge Bautista, en compañía de otros brillantes cirujanos, forjó a más de 300 cirujanos que se encuentran en todo lo ancho y largo de nuestro país, por eso su tumba es el nicho donde estarán sus restos perenemente, pero su pedestal es la República mexicana donde se encuentran trabajando los cirujanos que tuvieron la fortuna de heredar sus conocimientos quirúrgicos. Para muestra, algunos de ellos son expresidentes de nuestra asociación: Carlos Godínez, Luis Ize Lamache, Armando Castillo, Juan Mier, Rafael Aguirre, José Antonio Carrasco, Jesús Tapia, Alfonso Pérez Morales y Jesús Vega Malagón.

El 9 de julio del año 2014 a las 9 de la mañana, minutos más o menos, se apagó una estrella del universo quirúrgico mexicano. Mi profesor, mi padre quirúrgico y amigo terminó su ciclo de vida, y seguramente las mentes de más de 300 cirujanos generales de México se remontarán a los años de convivencia con el Dr. Jorge Bautista O’Farrill. Para mi fueron 46 años.

Dr. Vicente Guarner Dalias (1928-2011) (Figura 2)

Figura 2: Dr. Vicente Guarner Dalias. 

De origen español, específicamente catalán de Barcelona. Médico sobresaliente mexicano para el siglo XXI, llegó a México para terminar sus estudios primarios y preprofesionales continuando en la Escuela de Medicina de la UNAM. Realizó sus estudios profesionales en México y los completó en hospitales de EUA -postgrado en Ciencias Básicas y Anatomía Quirúrgica en Harvard Medical School-. A su regreso trabajó en el Hospital General de México en el Pabellón 29, en el cual fungía como jefe del Dr. Fernando Martínez-Cortés hasta su ingreso al Hospital General del Centro Médico Nacional del IMSS, donde inició como cirujano adscrito en el servicio de gastroenterología del Dr. Luis Landa. Después de una breve jefatura en la división de cirugía emigró al Centro Médico La Raza para hacerse cargo de la jefatura de cirugía.

Lo conocí como profesor y muy poco como cirujano. Era un caballero en su trato y excelente profesor que siempre me dispensó con su afecto. Por razones que desconozco nunca pasé por su servicio, por lo mismo no tengo bases para comentar sus habilidades quirúrgicas. Su participación en el servicio de cirugía general fue breve e indirecto, solamente lo fue cuando lo nombraron jefe de la División de Cirugía en el Hospital General del CMN del IMSS, en sustitución del Dr. Rafael Álvarez Cordero.

De sus logros académicos sobresale el ingreso a la Academia Nacional de Medicina en el año de 1973. Fundó la Sociedad de Historia y Filosofía de la Medicina, de la cual fue presidente en los años 1982-1984. También fue fundador y consejero de la Academia Mexicana de Bioética.

Recibió el premio de la “Investigación Quirúrgica Fernando Ocaranza” por la Academia Nacional de Medicina, premio de “Cinematografía quirúrgica” otorgado por la Asamblea Nacional de Cirujanos y el premio a la “Excelencia Médica” otorgado por la Institución Cedars Sinai de los Ángeles, California, EUA. Produjo 140 artículos científicos, fue coautor de nueve libros y sobresale su autoría en el libro Esófago, editado por la Universidad Nacional Autónoma de México. Además impartió 300 conferencias en México y en el extranjero.

Cultura, arte, literatura e historia fueron sus ideales con los que trabajó siempre, lo mismo pasó con su ejercicio profesional, que solamente lo separó cuando un cáncer de esófago lo sorprendió y lo llevó a la muerte.

Dr. Rafael Álvarez Cordero (1938-actual) (Figura 3)

Figura 3: Dr. Rafael Álvarez Cordero. 

Escribir sobre un hombre extraordinario, que además de brillante cirujano es escritor y fundador de subespecialidades quirúrgicas que dieron origen a colegios y asociaciones médicas, requiere mucho espacio y un buen escritor. Deseo que en esta relatoría se cumplan todas las expectativas sobre el mejor cirujano contemporáneo que tenemos en activo.

Cuando lo conocí formaba parte del equipo de tres cirujanos que resolvían los problemas quirúrgicos en las guardias del servicio de gastroenterología del tan mencionado Hospital General del CMN del IMSS. Fue el segundo residente que llegó y terminó su residencia.

En cirugía experimental tuve la oportunidad de ayudarle en los primeros trasplantes de hígado total en perros que realizaba con mucha habilidad, por lo mismo es pionero de trasplantes en México. Él a su vez colaboró conmigo para la realización de un trabajo de plastía de colédoco que ganó un premio nacional.

Trabajé con él en la creación de la terapia intensiva, pues mi interés en esa especialidad incipiente despertó un anhelo de conocer a fondo esta disciplina. A partir de esa fecha siempre lo admiré por su inteligencia, inquietud y perseverancia.

Posteriormente, estos valores se incrementaron cuando por su iniciativa logró instalar una de las primeras terapias intensivas en el país. También participó en los primeros trabajos de cirugía para la obesidad realizados en la década de los 70.

Sus estudios en terapia intensiva, en obesidad mórbida, su producción literaria así como los grados académicos de maestro y doctor en ciencias médicas por la UNAM fueron logros que muy pocos cirujanos tienen y permiten confirmar las palabras mencionadas en las primeras líneas.

Un ejemplo de su inteligencia fue el hecho de tener que presentar una conferencia en Brasil y tres meses antes de partir estudió portugués para dar la conferencia en ese idioma, ésa era su capacidad intelectual, misma que conserva hasta la fecha, por cierto es cuatrilingüe.

Ahora pasemos a su desarrollo y productividad profesional y académica. Es originario de la Ciudad de México, tiene título de médico cirujano expedido por la UNAM y sus estudios de postgrado en especialidad de cirugía general, cirugía digestiva e investigación quirúrgica los realizó en México, Estados Unidos y Francia.

Obtuvo su doctorado en ciencias médicas por la UNAM en el año 1976, ha continuado su preparación académica con talleres y cursos internacionales en terapia intensiva, metodología de la investigación clínica, técnicas didácticas, técnicas de liposucción y control corporal, manejo integral de la obesidad, cirugía laparoscópica, cirugía de banda gástrica y cirugías de derivación gástrica laparoscópica. Tiene cuatro consejos: cirugía general, gastroenterología, medicina crítica-terapia intensiva y el de geriatría.

De su participación en las actividades docentes se describe profesor de cirugía de la UNAM y de pregrado en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Facultad “Ignacio Chávez”.

De sus actividades profesionales sobresalen la jefatura de la Unidad de Cuidados Intensivos del HG del CMN del IMSS, la jefatura de la División de Cirugía General del mismo hospital, y la jefatura de la División de Cirugía del Hospital de Especialidades del Centro Médico La Raza, la jefatura del Departamento de Hospitales del IMSS y la jefatura de los Servicios Médicos del IMSS de la Delegación VI y director de Asuntos Internacionales de la Secretaría de Salud.

Sus participaciones en academias, consejos y asociaciones es importante y variable, aquí señalamos algunas: asesor del Consejo de Investigación Científica del IMSS, presidente de la Asociación de Cirugía Experimental, coordinador de cirugía en la Academia Nacional de Medicina, asesor de la Subdirección Médica del IMSS, presidente honorario de varias asociaciones médicas mexicanas y extranjeras, fundador y presidente honorario de la Sociedad Mexicana de Cirugía de la Obesidad y cofundador de la Federación Internacional para la Cirugía de la Obesidad (IFSO), ha presidido varios congresos nacionales e internacionales de cirugía metabólica.

Sus reconocimientos se inician con los diplomas de excelencia en sus estudios en la UNAM y mención honorífica en su examen profesional. Ha ganado diversos premios en concursos nacionales y extranjeros en cinematografía quirúrgica y cirugía experimental. Es doctor honoris causa de la Global Organization for Excellence in Health y obtuvo el premio internacional “Lifetime Membership Award” otorgado por la Federación Internacional para la Cirugía de Obesidad y Desórdenes Asociados.

Pertenece a 28 sociedades médicas nacionales e internacionales. Ha dictado más de 600 conferencias en Colombia, Brasil, Argentina, Chile, España, Francia, Bélgica, Italia, Austria, República Checa y Grecia. Su producción literaria en cifras es de 159 artículos científicos en revistas nacionales e internacionales en español, inglés, francés y portugués, ha participado en 11 libros sobre cirugía, terapia intensiva y obesidad nacionales e internacionales, tiene registrados 17 libros relacionados con la medicina y la educación para la salud.

Es y ha sido colaborador semanal de diversos diarios de México con su columna editorial “Salud y Política” en Unomásuno, El Universal, y actualmente escribe semanalmente en el periódico Excelsior un editorial en la sección “Opinión” y la columna “Viejo mi querido viejo” en la que con mucha frecuencia aconseja hacer ejercicios físicos, ya que él siempre ha sido deportista, lo que sin duda le produce un espíritu juvenil.

De su artículo editorial de los domingos en este periódico es importante señalar el valor cívico con el que muy frecuentemente escribe y describe las acciones del gobierno actual, que en muchas ocasiones produce graves consecuencias en la economía, la salud y en la población en general. Gracias a sus letras nos identificamos y respaldamos su postura porque desde nuestra trinchera no tenemos auditorio que nos escuche. Mi gran admiración y respeto por esta labor, Rafael.

Para terminar señalaré que fue editor de la Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM, continuando y fortaleciendo la labor desarrollada en ese puesto por el maestro Manuel Quijano Narezo. Posteriormente, el rector de la UNAM lo invitó a desempeñar en París el cargo de secretario académico del Centro de Estudios Mexicanos (CEMUNAM Francia). Estoy seguro de que su labor como promotor en ese puesto pronto dará resultados.

Dr. Carlos Godínez Oropeza (Figura 4)

Figura 4: Dr. Carlos Godínez Oropeza. 

Fue el cuarto residente de una generación que se inició en 1963 y creció rápidamente, inundando al país de excelentes cirujanos que ocuparon puestos directivos dentro del IMSS, o bien su ejercicio quirúrgico les dio prestigio dentro de la institución o en su actividad privada. Su excelente labor como residente y el crecimiento inmediato del servicio de gastroenterología por la demanda de pacientes le dieron la fortuna de ser elegido para continuar dentro del servicio como médico de base.

Fue un cirujano muy hábil, simpático, alegre, y por supuesto jovial, que había adquirido mucha experiencia por estar bajo la guía de grandes cirujanos, y por estar en un hospital con gran demanda quirúrgica. Su juventud le permitió tener un estrecho acercamiento con los residentes, y sus enseñanzas fueron bien aplaudidas. Después de pocos años de laborar en las guardias del servicio de gastroenterología ocupó un lugar importante en el servicio matutino, desempeñando con eficiencia esta responsabilidad. Fueron dos años hasta que se dividió el servicio de gastroenterología en cirugía general y gastroenterología médica. Cinco años duró el servicio de cirugía general en el edificio del HG del CMN del IMSS hasta que las nuevas disposiciones de respetar los niveles de atención dieron lugar para trasladar el servicio de cirugía general a los hospitales de segundo nivel, por lo que decidió separarse de la institución.

Con él presenté y escribí los primeros trabajos académicos relacionados con la cirugía gastroenterológica. Fue un cirujano productivo que estimuló a los residentes para participar en las sesiones, fue miembro de varias asociaciones médicas, presidente de la AMCG e ingresó a la Academia Mexicana de Cirugía.

Cuando disfrutaba de la cirugía privada, lo sorprendió la esclerosis lateral amiotrófica que rápidamente lo llevó a la muerte.

Siempre fue un buen compañero y amigo.

Dr. Luis Ize Lamache (1946-2014) (Figura 5)

Figura 5: Dr. Luis Ize Lamache. 

Lo conocí en el año de 1967 durante el servicio social. Agua Blanca fue la población del estado de Hidalgo donde lo realicé, tenía que pasar por Santa Ana Hueytlalpan, pequeña y dispersa población analfabeta, pobre y abandonada por nuestros políticos, cercana a la ciudad de Tulancingo, Hidalgo, lugar de origen de Luis. En esa minúscula población donde en una casona vieja había un consultorio con escaso mobiliario antiguo como la casona, y que tenía nombre de ¿Centro de Salud?, realizó su servicio social. Ahí lo vi dando consulta ayudado por una intérprete con un ánimo profesional que me causó admiración y respeto, fue así como conocí su lado humano, caritativo y profesional. Un año después nos encontramos en el Hospital General del Centro Médico Nacional del Instituto Mexicano del Seguro Social al iniciar la residencia quirúrgica. Entre otras cualidades de su personalidad sobresalía su inteligencia. En todas las actividades que participó o tuvo presencia, su personalidad sencilla sobresalía. Terminó la carrera profesional con honores y al igual que su residencia quirúrgica. En la residencia destacaba por la presentación de trabajos, comentarios y compañerismo, por eso fue elegido jefe de residentes. El dominio de los idiomas, su capacidad para organizar, programar y su disciplina fueron las virtudes que lo llevaron a ser seleccionado para una beca para el primer curso de los doctores Dudrick y Rhoads, precursores de la nutrición artificial a nivel mundial. A su regreso a México fundó el primer servicio en este ramo en el Hospital General del CMN del IMSS, que ayudó a vivir a muchos pacientes con pancreatitis aguda o crónica complicadas, con fístula intestinal, peritonitis, y estado de choque por diversas causas. Sus experiencias fueron rápidamente publicadas y difundidas en congresos y reuniones médicas, por lo que su imagen creció rápidamente como un gran cirujano que promovió cambios importantes en el tratamiento de esos pacientes.

Perteneció a la Academia Mexicana de Cirugía, fue presidente de la Asociación Mexicana de Cirugía General, socio fundador y primer presidente de la Asociación Mexicana de Nutrición Clínica y Terapia Medicinal, A.C. (1989), también se quedó a cargo del curso de cirugía general y jefe del servicio de gastrocirugía cuando desapareció el Servicio de Cirugía General del Hospital General del Centro Médico Nacional del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Fue un excelente deportista, practicaba diversos deportes y le gustaba velear, pero su vida se terminó cuando un cáncer de vejiga lo sorprendió en plena madurez profesional.

Es muy triste que una persona inteligente preparada y productiva nos abandone en la plenitud de su actividad profesional, cuando nos está transmitiendo sus experiencias consolidadas.

La siguiente semblanza del Dr. David Olvera Pérez, quien ha escrito estas memorias, es una reproducción de la realizada hace tiempo por un amigo cirujano, y que ha sido ligeramente modificada para omitir los elogios inmerecidos.

Dr. David Olvera Pérez (Figura 6)

Figura 6: Dr. David Olvera Pérez. 

Difícil resulta en unas cuantas líneas hacer el recuento de la trayectoria de un profesional, de un ser humano, y aunque poco justa la descripción, pretende resumir los aspectos más sobresalientes.

En la década de los 40, allá en la bella airosa, ciudad enmarcada majestuosamente por su reloj emblemático construido para conmemorar el primer centenario de nuestra independencia y cuna del fútbol nacional, nació un ilustre cirujano.

En 1961 inició sus estudios de pregrado en la Escuela de Medicina de la recién fundada Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, cursó los primeros años destacándose por su apego a los estudios, obteniendo siempre uno de los dos primeros lugares de su generación. Tres años más tarde ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México para continuar sus estudios y concluir la licenciatura en el año de 1966. El 9 de abril de 1968 presentó su examen profesional.

Ser cirujano era su obsesión de toda la vida. Se inclinaba por la cirugía de corazón y tórax que en ese tiempo empezaba a sobresalir por el primer trasplante de corazón realizado en Sudáfrica por el Dr. Claudio Barnard. Las circunstancias le facilitaron adquirir experiencia desde su etapa estudiantil al conocer al Dr. Rubén Argüero y al maestro Carlos R. Pacheco, quienes le dispensaron su apoyo para realizar cirugía experimental en perros en el año 1964, realizando trasplantes de pulmón y tráquea. Un hecho importante y que debería estar en los anales de la historia de la medicina mexicana, fue la iniciativa del Dr. Carlos Pacheco de realizar sesiones bibliográficas semanales de literatura quirúrgica relacionada con trasplantes. Fue en ese año de 1964, en la sala de juntas del cuarto piso del Hospital de Neumología y Cirugía de Tórax del CMN donde están guardados en sus paredes los inicios de una de las especialidades quirúrgicas, lugar en el que se reunían los doctores Carlos R. Pacheco, Rubén Argüero, Carlos Ibarra y el estudiante David Olvera.

En el Hospital General del Centro Médico Nacional del Institutito Mexicano del Seguro Social concluyó la residencia en cirugía general en el año de 1972, tiempo en el que obtuvo premios en los congresos y reuniones de residentes del IMSS. Su dedicación y responsabilidad dieron como resultado un logro más: ser premiado con un año de cirugía gastroenterológica; en este periodo también observó buen desempeño como jefe de residentes de esa generación cerrando un ciclo de la cirugía general que dirigía el maestro Manuel Quijano Narezo.

Con el título de tesis Ileostomía definitiva con bolsa ileal y válvula continente, el 1o de julio de 1977 presentó su examen de postgrado en la Universidad Nacional Autónoma de México. Estos estudios le han permitido haber sido certificado por los consejos de cirugía general y el de gastroenterología.

Al término de su residencia, por sus cualidades personales y quirúrgicas, fue elegido para formar parte del cuerpo de cirujanos del Servicio de Gastrocirugía del Hospital General del Centro Médico Nacional, en ese entonces dirigido por el Dr. Luis Landa, y en el que se encontraban grandes cirujanos que le dieron prestigio en esa época a este insigne centro hospitalario y por ende, a la cirugía general de nuestro país.

Durante 10 años, además de laborar intensamente, adquirió cocimientos médicos y una vasta experiencia quirúrgica que lo posicionaron como un excelente cirujano, pero esto no era suficiente, y la búsqueda de nuevos retos y logros lo llevaron a la Secretaría de Salud, ahí se desempeñó como director del Hospital General Valle de Ceylán en Tlalnepantla en el Estado de México, cuna del ilustre cirujano Gustavo Baz Prada, labor fructífera que lo condujo después de tres años a la Jefatura de la Región número III del Instituto de Salud del Estado de México, con su participación y coordinación fue posible poner en marcha tres de los cinco hospitales que se construyeron posteriormente al terremoto del año de 1985.

En este mismo cargo tenía la responsabilidad del buen funcionamiento de 20 hospitales y 240 centros de salud para proporcionar atención médica a 2.5 millones de habitantes, función que ejerció hasta el año de 1990.

Al reincorporarse a la actividad profesional privada en el año de 1990, inició su preparación de cirujano laparoscopista, y a pesar de las adversidades encontradas para su adiestramiento, diseñó una técnica en pollo con la que inició su destreza quirúrgica de mínima invasión, que le valió un premio y fue el pasaporte para llevar esta técnica a concurso en Videomed de la ciudad de Badajoz, España. Más tarde se hizo acreedor a otro premio por la primera esplenectomía por laparoscopia realizada en niños en México. Su entusiasmo por la cirugía laparoscópica ha sido una de sus preocupaciones en los últimos 20 años, durante los cuales ha dirigido cursos, talleres, simposios, participado en conferencias, pláticas, congresos y reuniones sobre el mismo tema.

Entre sus trabajos sobresale la punción directa del primer trocar sin utilizar aguja de Veress, trabajo que ha servido de norma para la práctica en los servicios de salud en Australia.

Uno de sus grandes intereses ha sido la educación. Desde estudiante participó como profesor suplente o ayudante, y a lo largo de su vida ha participado en ocho cursos de pregrado y en cuatro de postgrado, además de 65 cursos monográficos y de actualización.

Su preparación nunca se ha detenido, muestra de ello son los 32 cursos de postgrado que ha estudiado, entre los que destacan los de desarrollo gerencial, superación personal, administración en salud pública y de hospitales y, en los últimos años sobre cirugía de mínima invasión.

Actualmente pertenece a seis asociaciones de cirugía, la Asociación Mexicana de Cirugía General, la Asociación Mexicana de Cirugía Endoscópica, el Colegio Americano de Cirujanos, la Asociación de Cirujanos Laparoscopistas, Asociación Latinoamericana de Cirugía Endoscópica y la Federación Latinoamericana de Cirujanos Generales.

Ha escrito seis capítulos para libros, publicado 50 artículos, y en coautoría publicó el libro Cirugía en el paciente geriátrico. Tiene más de 166 participaciones en congresos nacionales e internacionales. Ha recibido premios y distinciones de asociaciones médicas y de la sociedad en general.

En el año de 2003 fue invitado por el presidente entrante de la AMCG Dr. Roberto Bernal Gómez a fundar y dirigir el Comité de Servicio Social, etapa trascendental en su vida que le permitió encontrarse con los principales valores de la medicina y desarrollar una actividad quirúrgica que le dio la oportunidad de regresarle a la sociedad mexicana algo de lo mucho que le ha ofrecido. Su carácter firme y determinante, pero a la vez poseedor de una gran sensibilidad, y un espíritu de servicio, le ayudaron durante ocho años a dirigir, con y sin apoyo de las sociedades médicas, el Programa de Cirugía Extramuros de Cirugía General realizando más de 60 campañas a lo largo y ancho de la República mexicana con resultados sorprendentes de más de 8,500 cirugías en total. Los principales procedimientos quirúrgicos fueron las hernias de pared abdominal y la colecistectomía por laparoscopia. Están en proceso las memorias de este servicio humanitario que sólo se pudo realizar por el apoyo de personal brillante de cirujanos generales, enfermería, anestesiología y técnicos de laparoscopia.

No han sido suficientes los grandes logros profesionales porque tanto la audacia al bucear de día y de noche en el mar como la constancia al practicar la equitación y la continua reflexión complementan su fructifica trayectoria. Lo cierto es la inmensa pasión que imprime en cada una de las empresas que realiza.

Pocas palabras para describir al cirujano, al administrador, al alumno, al maestro, al escritor, pero sobre todo al ser humano que ha sabido ser un gran amigo, un amoroso padre y un invaluable esposo.

Recibido: 27 de Febrero de 2019; Aprobado: 07 de Agosto de 2019

*Autor para correspondencia: Dr. David Olvera Pérez. E-mail: docolvera2@gmail.com

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