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Investigaciones geográficas

On-line version ISSN 2448-7279Print version ISSN 0188-4611

Invest. Geog  n.105 Ciudad de México Aug. 2021  Epub Nov 01, 2021

https://doi.org/10.14350/rig.60436 

Editorial

Editorial


De vez en cuando hay una exposición de mapas antiguos en la Ciudad de México. Es un proyecto complejo y de altas exigencias, tanto conceptuales como materiales para llevar a la práctica la idea original y el montaje de una exposición cartográfica. Hay varias experiencias previas1 que dejan ver que este tipo de propuestas culturales resultan atractivas para el público general y los recintos que las abren logran un éxito equiparable a otras exposiciones temáticas en su agenda museográfica. La exposición temporal “Trazar el mundo. La colección cartográfica del Museo Franz Mayer” se presentó con motivo de los 35 años de vida de este museo (1986-2021), con lo que reanuda sus actividades y ocupa la atención en este editorial de Investigaciones Geográficas, revista del Instituto de Geografía de la UNAM.

La existencia de una colección de mapas antiguos en el Museo Franz Mayer de la Ciudad de México es una novedad en el contexto de las artes decorativas. Al lado de las esculturas, los muebles, el vidrio, la pintura o la plata, los mapas ocupan su lugar entre los libros y los globos terráqueos. Los inicios de esta colección de mapas se remontan al México de mediados del siglo XX. En su residencia del Paseo de la Reforma, número 960, Franz Mayer recibía los catálogos de grandes colecciones de arte. En sus páginas se mostraban piezas de un gran atractivo. Ahí estaban los mapas. Él los pedía a los proveedores y poco a poco llegaron a la casa.

Los mapas se trasladaron a la nueva sede, abierta en 1986, en un edificio colonial remodelado y acondicionado para la conservación y la exhibición a un lado de la Alameda en el Centro Histórico. Unos años después, inició un proceso de catalogación de los mapas antiguos a cargo del geógrafo Adrian Dario Jacinto Alvarado y la geógrafa Daniela Santos Jardón, de la Universidad Nacional Autónoma de México, bajo la supervisión de Tania Vargas, responsable de acervos documentales del museo. Se propuso utilizar los criterios de la ISAD (G), la norma internacional general de descripción archivística que integra y adapta información mediante 26 elementos de cada mapa, agrupados en siete áreas de información descriptiva que se ordenan de lo más amplio o general a lo específico o particular. El mapa antiguo se convierte en una unidad de descripción, que es la base de la única descripción.

En este contexto de celebración del Franz Mayer y la apertura de sus espacios, luego de meses cerrados por la COVID-19, nada mejor que el montaje de una exposición cartográfica. Tania Vargas, curaduría y un equipo de especialistas han dado vida a esta exposición con la que el Franz Mayer dio la bienvenida al público general en su majestuosa sede colonial. El universo de 550 mapas, cada uno con su ficha catalográfica, ofrecía múltiples opciones para pensar la propuesta y las relaciones entre los mapas y otras piezas del museo. Se han seleccionado, finalmente, 66 objetos, en tres núcleos temáticos, con una larga temporalidad, del siglo XVI al XIX. En un ambiente controlado (de humedad, temperatura e iluminación) de la planta baja del edificio se presentaron mapas, atlas, globos, brújulas, relojes y otros instrumentos.

La exposición inicia con el biombo de Juan Correa (1655-1720): Los cuatro elementos clásicos y siete artes liberales, a través de un video, una entrada sorprendente ya que sitúa a los mapas como parte de los ajuares domésticos de las élites europeas. Esta curaduría abrió relaciones inéditas y novedosas para mirar los mapas en este marco. En los espacios privados el poder miraba los mapas, atlas y globos que, al igual que las armas o los barcos, eran los instrumentos de las conquistas y expansión geográfica al inicio del siglo XVI, de acuerdo con John Brian Harley. Una introducción preparaba al visitante en los grandes temas de la cartografía renacentista, el mundo europeo, la actividad artística y la representación visual. Ahí se presentaba a España en América y las rutas abiertas por Portugal al Oriente. En seguida las ambiciones territoriales y comerciales de la sociedad europea, en tres piezas: el mapa universal de Juan de la Cosa de 1500, otro anónimo del Golfo de México, del siglo XVII y la Americae nova Tabula de Willem Janszoon Blaeu, dibujado en 1617 (Figura 1).

La colección cartográfica del Museo Franz Mayer. Marzo-agosto de 2021. Fondo Memoria Institucional, Museo Franz Mayer, Ciudad de México. René Araujo (fotógrafo).

Figura 1 Detalle de la exposición Trazar el Mundo. 

El primer núcleo de la exhibición: La cartografía del Nuevo Mundo, siglos XVI-XVII, presentaba el incremento del consumo y diseño de los mapas ante el cambio de los intereses, el giro de las ciencias y las nuevas ideas del mundo. En la exposición se detecta el procedimiento aplicado por Sebastián Münster en su Altera Generalis Tab Secundum Ptol (1550, xilografía), así como en el Typus Orbis Universalis (1550, xilografía). El cambio técnico, a cargo de las escuelas de cartografía, llegó con los nuevos papeles y las técnicas de impresión de la mano de Gerardus Mercator con su Hispaniae Novae Nova Descriptio (1607, calcografía y acuarela) y Abraham Ortelius con su Hispaniae Novae Sivae Magnae et Vera Descriptio (1603, calcografía y acuarela). Esta modernización se aprecia en los mapas de Pieter Goos con su Pascaerte Van Nova Hispania, Chili, Peru, en Guatimala (1672, calcografía y acuarela), de Louis Renard, su Novae Hispaniae, Peruviae et Guatimalae Litorae (1675, calcografía y acuarela) y de Johann Baptist Homann, su Planiglobii Terrestris Cum Utroq Hemisphaerio Caelesti Generalis Exhibitio (1720, calcografía y acuarela).

La parte intermedia de la exposición presenta: La nueva cartografía como ciencia y arte, siglo XVIII. Es una época de cambios, no solamente por el pensamiento ilustrado y la creación de sociedad científicas (Inglaterra y Francia), donde los mapas se presentaban y discutían, también por los elementos decorativos y nuevas técnicas que sitúan una nueva producción y reproducción de mapas. En este renglón, sobresalen las cartelas, ornamentadas e iluminadas, el uso de la litografía y papeles avitelados (con textura lisa y homogénea), así como la perspectiva y los sombreados, al igual que las dedicatorias y los retratos de cartógrafos, exploradores, gobernantes y personalidades políticas y religiosas. En la exposición esto se apreciaba en el mapa de Georg Matthäus Seutter y su Diversi Globi Terr-Aquei (1725-1730, calcografía y acuarela), en el de Johann Baptist Homann y su Totius Americae Septentrionalis et Meridionalis novissima repræsentatio (1720, calcografía y acuarela) o el de Guillaume Delisle y su Carte D’Amerique (1722, calcografía y acuarela).

En la parte central de la exposición una primera mesa con el utillaje de la cartografía, nos referimos a los instrumentos científicos del Museo Franz Mayer, ahí se aprecian catalejos, relojes de arena, globos terráqueo y celeste o el reloj anular y de sombra, ahí se encuentra, de Joseph Camacho, su Navegación theorica y práctica (Cádiz, 1762), recientemente restaurado y compuesto de tres partes: la cosmografía, la matemática y la geografía.

En la última parte de la exposición se muestran: los nuevos órdenes visuales, siglo XIX. La atención a un lenguaje visual, simbólico y técnico, las relaciones de poder y el uso práctico del conocimiento asociado al Estado-nación, el auge de los mapas topográficos y diseños sobrios y austeros con criterios estandarizados, como los códigos de colores aplicados por la cromolitografía para marcar, describir o jerarquizar elementos del mapa. El papel de pulpa mecanizada y las cartelas guiaron a los coleccionistas y a las firmas editoriales. La recuperación de la proyección de Mercator en los mapamundis se apreciaba en los mapas de John Thomson y su Hydrographical Chart of the World (1814, litografía y acuarela) y en el de Abraham Rees y su The World on Mercators Projection (1820, litografía y acuarela).

Una segunda mesa presenta, al centro de la sala, los instrumentos científicos del quehacer cartográfico, como el reloj de sombra tipo equinoccial horizontal, en bronce, de Jean Gabriel Augustin o la brújula de la compañía austríaca Brüder Voigtlaender y el reloj tipo díptico de faltriquera (madera y papel) de la compañía alemana G. Negelein (Mendoza, 2021).

En resumen, esta actividad cultural de tipo público fue posible gracias a tres ejes relevantes: el primero museográfico, que deja ver la clase mundial de esta colección del Museo Franz Mayer y la coordinación de 31 especialistas encabezados por Alejandra de la Paz, directora general y la curaduría de Tania Vargas, al frente de un equipo de expertos técnicos, repartidos por áreas: exposición e investigación (4 personas), colecciones y restauración (3 personas), control y movimiento de la obra (7 personas), comunicación y difusión (2 personas), diseño gráfico (1 persona), relaciones públicas y eventos especiales (1 persona), programas públicos (3 personas), administración (4 personas) y administración de salas (4 personas); un segundo eje es la idea de la exposición, que reclama la visión y “tiene un impacto específico en los visitantes”, de modo que el discurso visual de la curaduría, como se ha visto, “combina la puesta en contexto de los objetos y la comunicación con los espectadores a trevés de esos mismos objetos”, con lo que enriquecen e “influyen en los procesos de pensamiento” (Bal, 2021, p. 38). En relación con esto, el tercer eje propone situar los mapas bajo la mirada de las artes decorativas y los espacios de la vida privada, un marco cultural y de circulación de imágenes donde las élites europeas examinaban el mundo, su inmensidad, las rutas marinas abiertas y, en general, la expansión geográfica, del siglo XVI a los inicios del siglo XIX. En palabras de Francesca Pellegrino, la hegemonía de Occidente y la idea de dominio (Pellegrino, 2007), como uno de los enfoques en la historia de la cartografía europea.

REFERENCIAS

Bal, M. (2021). Lexicón para el análisis cultural. Madrid: Akal. [ Links ]

Mendoza Vargas, H. (2021). Libreta de campo: “Trazar el mundo. La colección cartográfica del Museo Franz Mayer”, México: Bitácora personal de la exposición. [ Links ]

Pellegrino, F. (2007). Geografía y viajes imaginarios. Barcelona: Random House Mondadori. [ Links ]

1Con el título “Paseo en Mapa. Explorando las claves de América Latina”, se abrió esta exposición en el Antiguo Colegio de San Ildefonso de la Ciudad de México, del 26 de marzo al 25 de julio de 2010, con 90 mapas de la región latinoamericana; posteriormente, la exposición de mapas urbanos “Trazos y trazas de Guadalajara, símbolos, estética y funcionalidad” en el Museo de la Ciudad de Guadalajara, de diciembre de 2010 a febrero de 2011.

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