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Frontera norte

versão On-line ISSN 2594-0260versão impressa ISSN 0187-7372

Frontera norte vol.32  México  2020  Epub 11-Jun-2021

https://doi.org/10.33679/rfn.v1i1.1992 

Artículos

Espacios de interacción transfronteriza articulados por afiliación religiosa. Un acercamiento etnográfico desde la vida socio-religiosa de mujeres zapotecas evangélicas en Ensenada, Baja California

Donna Melissa Espino Torres 1  
http://orcid.org/0000-0002-5212-4457

1Universidad de París, Francia, dmelissaet@gmail.com


Resumen

El propósito de este artículo es analizar la conformación de espacios de interacción transfronteriza articulados por afiliación religiosa entre una congregación de mujeres zapotecas evangélicas de la ciudad de Ensenada, Baja California, México, y organizaciones religiosas e iglesias evangélicas del estado de California, Estados Unidos. La aproximación metodológica es cualitativa. Se analizan datos etnográficos recabados entre 2017 y 2018. La originalidad de este trabajo reside en mostrar cómo a partir de la afiliación religiosa llegan a conformarse espacios de interacción transfronteriza que trascienden las identificaciones étnicas y vinculan a diversos actores, a pesar de los constreñimientos socio-políticos actuales de la frontera México-Estados Unidos.

Palabras clave: espacios transfronterizos; evangélicos; etnicidad; religiosidad; frontera México-Estados Unidos

Abstract

The purpose of this article is to analyze the conformation of cross-border interaction spaces articulated by religious affiliation, between a congregation of Zapotec evangelical women in the city of Ensenada, Baja California, Mexico, and religious organizations and evangelical churches from the state of California, United States. The methodological approach is qualitative. Ethnographic data from 2017 and 2018 are analyzed. The originality of this work lies in showing how cross-border spaces can be built by religious affiliation, which transcends ethnic identifications and links different actors, despite the current and difficult socio-political context of the Mexico-United States border.

Keywords: cross-border spaces; evangelicals; ethnicity; religiosity; Mexico-U.S. border

INTRODUCCIÓN

Este artículo busca analizar la conformación de espacios de interacción transfronteriza, articulados por afiliación religiosa, entre una congregación de mujeres zapotecas evangélicas residentes en la ciudad de Ensenada, Baja California, México, y organizaciones religiosas e iglesias evangélicas del estado de California, Estados Unidos.2

Las reflexiones que aquí se presentan abonan en los estudios de la región fronteriza del noroeste de México, específicamente en los trabajos sobre migración, etnicidad y religión. El objetivo central es evidenciar la importancia de la etnografía en el análisis de procesos y dinámicas transfronterizas que tienen como base las interacciones y relaciones sociales. Al describir y estudiar la conformación de espacios de interacción que en el noroeste de México involucran a distintas comunidades de creyentes de uno y otro lado de la frontera, se busca ejemplificar una forma en que se construye un espacio social transfronterizo entre México y Estados Unidos.

Por espacio transfronterizo se entiende una vasta gama de interacciones “pasadas y presentes, producto de todo tipo de encuentros: desde la planificación material y financiera, hasta las redes de actores; desde las relaciones sociales, hasta la definición de estrategias políticas” (Durand, 2015, p. 310).3

En este artículo se aborda al espacio transfronterizo desde el análisis de las interacciones y relaciones sociales articuladas por religiosidad. En este sentido, interesa destacar el papel de la religiosidad en el traspaso de fronteras geográficas y demarcaciones simbólicas (Levitt, 2007).

La principal apuesta de contribución de este trabajo es metodológica. Al tratarse de una investigación etnográfica, lo que interesa resaltar es la importancia de la observación y la descripción densa (Geertz, 1996) de espacios de interacción articulados por religiosidad en la frontera México-Estados Unidos, partiendo desde el estudio de la vida cotidiana de estas comunidades de creyentes.

El artículo recupera observaciones realizadas fuera de los lugares y tiempos específicos que las comunidades evangélicas destinan a la expresión de la fe y del culto. Se analizan eventos específicos e interacciones anuales que suceden fuera de la iglesia y de los servicios religiosos, los cuales estructuran por excelencia la práctica religiosa colectiva o congregacional de creyentes evangélicos.

A partir de la vida socio-religiosa de la congregación de mujeres zapotecas evangélicas residentes en Ensenada, es decir, a través de sus redes de relaciones sociales articuladas por la religiosidad, mostraré la conformación de espacios de interacción distintos, que trascienden la frontera México-Estados Unidos.

Sin duda, esta región fronteriza históricamente ha sido un epicentro de flujos migratorios de diferentes perfiles, trayectorias y densidades y, consecuentemente, los estudios producidos en la región constituyen referentes importantes en el campo de los estudios migratorios, y también fronterizos. Sin embargo, pocos han sido los trabajos antropológicos que desde el método etnográfico han abordado los vínculos que se construyen en esta frontera a partir de las afiliaciones religiosas.

Las investigaciones sobre religiosidad en la frontera México-Estados Unidos se han enfocado mayormente en comprender los escenarios religiosos desde el lado mexicano. Los temas sobresalientes han sido el cambio y la diversidad religiosa (Hernández Hernández, 2014).

Aunque estas investigaciones han realizado importantes contribuciones para comprender los escenarios de diversidad religiosa del norte de México, existen pocos trabajos etnográficos que se interesen por la diversidad religiosa y las relaciones transfronterizas entre México y Estados Unidos. En la región, el contexto de diversidad se ha relacionado con la circulación de personas de orígenes y credos diversos, así como con la cercanía geográfica con Estados Unidos. Sin embargo, pocos trabajos se interesan por los vínculos, por los puentes entre comunidades de uno y otro lado de la frontera a través de la religiosidad. En este artículo presento un trabajo etnográfico interesado por estos aspectos. Se espera abonar en la literatura y generar intereses de investigación.

LAS INFORMANTES CLAVE

Son siete las mujeres zapotecas que llevan el liderazgo de su congregación evangélica en la ciudad de Ensenada. Esta congregación está integrada por 21 miembros; la mayoría, mujeres y niños zapotecas, generalmente sus hijos. Es a partir de conversaciones y entrevistas con estas mujeres y sobre todo, a partir de la observación de sus espacios de vida, que surge este artículo que presenta resultados de investigación.

La congregación de estas mujeres se encuentra localizada en una colonia periférica de la ciudad de Ensenada, Baja California, México. Esta colonia se conforma mayoritariamente por familias zapotecas originarias del municipio de San Blas Atempa, Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.4

En 2018, en esta colonia había en alrededor de 10 familias zapotecas originarias del mismo pueblo; en esta colonia existe una alta circularidad migratoria, y los desplazamientos entre San Blas Atempa y Ensenada son comunes y constantes. Algunos individuos llegan a esta última ciudad por medio de las redes paisanales y familiares por cortos periodos de tiempo, mientras que otros deciden instalarse a largo plazo en la ciudad y en la colonia. Desde la década de los setenta, existe una historia migratoria que conecta a individuos y familias zapotecas de San Blas Atempa, Oaxaca, con la ciudad de Ensenada (Espino Torres, 2015).

La congregación de las mujeres zapotecas se constituyó formalmente en 2014, a partir de que estas mujeres construyeran su propia iglesia en su colonia. Estas mujeres viven experiencias individuales de cambio religioso, comúnmente comprendidas como experiencias de conversión, después de migrar a la ciudad de Ensenada. Estas mujeres migraron en la década de los noventa del siglo pasado, y es en esta ciudad en la que asisten a iglesias evangélicas y llegan a modificar su identificación y pertenencia religiosa.

Estas experiencias individuales de cambio religioso las han vivido de la siguiente forma: desde un catolicismo popular hacia la adopción y expresión propia de una religiosidad evangélica de orientación pentecostal. Si bien, para estas mujeres estas experiencias han implicado importantes reconfiguraciones identitarias, especialmente en torno a su identidad étnica y de género, estas no son el objeto de análisis en este artículo, y su explicación requiere de análisis más profundos que esperan discutirse en otras ocasiones.

En las siguientes líneas no se aborda el ámbito de la constitución de sus identidades religiosas, sino que el análisis parte de los vínculos que estas mujeres construyen al definirse como evangélicas, y que establecen específicamente con comunidades de creyentes que trascienden la frontera México-Estados Unidos.

En este trabajo se analizará la conformación de tres espacios de interacción sucedidos a lo largo de un año de observación de los espacios de vida y redes de relaciones que estas mujeres establecen por su religiosidad. Algunos de estos espacios se organizan de manera anual, mientras que otros se han constituido como eventos específicos.

Tomando en cuenta tanto el origen de los individuos que participan en dichos espacios, como en las lógicas organizativas detrás y las dinámicas comunitarias que se entretejen; en su composición, estos espacios tienen una clara dimensión transfronteriza. En estos espacios de interacción social transfronteriza articulados por religiosidad, se observan redes de relaciones sociales establecidas entre indígenas y no indígenas, entre mexicanos y estadounidenses, entre residentes bajacalifornianos y ciudadanos californianos, vinculados por la identificación y la pertenencia religiosa evangélica.

En este artículo, además de discutir interacciones sociales transfronterizas articuladas por religiosidad, se evidencian las dinámicas de cambio religioso que viven indígenas migrantes en la región bajacaliforniana. Aunque se han documentado experiencias, pocas investigaciones han incorporado la dimensión transfronteriza que las atraviesa.

ANTECEDENTES

Como se señaló anteriormente, las discusiones que aquí se presentan pueden contribuir a la documentación de un proceso más amplio, que va perfilándose como de índole regional. Diferentes investigaciones, como Camargo Martínez (2011; 2018), Hernández y O'Connor (2013) y O'Connor (2016), han documentado experiencias de cambio religioso entre indígenas migrantes en Baja California.

Estas investigaciones han mostrado que el ámbito religioso en el estado de Baja California es un ámbito de observación privilegiado, no solamente para observar y comprender continuidades socio-culturales en las trayectorias individuales y colectivas de indígenas migrantes, sino también para comprender procesos y experiencias de cambio socio-cultural. Sin duda,

… el análisis de los lazos que los hombres y las mujeres migrantes mantienen con sus grupos de pertenencia, así como la manera en que se estructuran sus relaciones con los miembros de la sociedad receptora, es necesario para conocer los procesos de continuidad y cambio sociocultural ( Oehmichen Bazán, 2015, p. 27 ).

Las investigaciones referidas han destacado que en Baja California, entre las comunidades de indígenas migrantes que transforman su fe y pertenencia religiosa, destaca una integración prioritaria a grupos evangélicos. Estas investigaciones han sugerido observar cómo las dinámicas de recomposición religiosa que experimentan estas poblaciones trascienden las experiencias individuales, y tienen impactos familiares y comunitarios.

Por ejemplo O'Connor (2016), al estudiar por numerosos años a los mixtecos evangélicos de diferentes sitios, y en particular a los mixtecos residentes del Valle de San Quintín, situado a 185 kilómetros de la ciudad de Ensenada, en el mismo estado, reconoce que entre los principales cambios que experimenta esta población sobresalen nuevos “comportamientos”, individuales y colectivos, asociados a las recomposiciones religiosas que han experimentado en sus travesías migratorias dentro y fuera del país. Como la autora señala, una de las principales opciones de cambio y de reinvención identitaria que ha tenido esta comunidad indígena migrante, relacionada con una búsqueda de pertenencia social en un contexto global, también desigual, ha sido la conversión religiosa.

Asimismo, el trabajo de Camargo Martínez (2011) también se ha consolidado como un referente clave. Su trabajo ha sido pionero al discutir la manera en que en Baja California el “campo religioso” es una importante dimensión de análisis, desde la que se estructuran nuevas redes de relaciones en la migración interna, y particularmente la indígena.

Este autor, al interesarse por los vínculos religiosos que aparecen en las redes migratorias de poblaciones indígenas en el noroeste de México, ha identificado la importancia de tener en cuenta la oferta y la diversidad religiosa que existe en esta región, para poder analizar y explicar su impacto en los cambios y recomposiciones que estas poblaciones experimentan en sus afiliaciones religiosas. El autor argumenta que:

Los estudios dan cuenta de cómo en algunos contextos se da una mayor exposición a la diversidad de creencias definidas en espacios particulares a donde arriba la población indígena migrante. Este es el caso de las ciudades fronterizas ubicadas en el norte de México y las ciudades del sur de Estados Unidos. Por un lado, los estados fronterizos se caracterizan por tener tasas de población no católica por arriba del promedio nacional; del mismo modo cuatro estados fronterizos al sur de la Unión Americana, los cuales registran los mayores niveles de concentración de población hispana, alcanzan en su conjunto apenas 40% de población católica, lo que refiere contextos con un alto nivel de diversidad religiosa en ambos lados de la frontera. De esta forma, tanto la migración como el asentamiento de las poblaciones en estas zonas limítrofes, presuponen – o pueden presuponer – cambios en las adscripciones identitarias de los migrantes ( Camargo Martínez, 2011, p. 352 ) [Cursivas propias].

En un trabajo más reciente, el autor también ha señalado que en la región noroeste de México comienza a consolidarse un “protestantismo de tipo étnico entre las poblaciones indígenas”. El autor refiere al moldeo de “una religiosidad local que se nutre de la identidad étnica, y que se inscribe en los procesos de recomposición del campo religioso de las comunidades indígenas del país” (Camargo Martínez, 2018, p. 17). Sin embargo, este proceso de recomposición religiosa se entiende como parte de una lógica neocolonial y de expansión estadounidense hacia las poblaciones indígenas, y poco se reflexiona acerca de la capacidad de agencia y elaboración de sentido propio que las poblaciones indígenas también pueden desarrollar y desempeñar en sus experiencias de cambio religioso.

Los individuos que transforman su fe, creencias y pertenencia religiosa, no son solamente receptores pasivos, ellos también son artífices de su propia experiencia. En este sentido, es importante también observar y comprender desde ellos mismos la importancia que otorgan a sus experiencias de cambio, y observar, por ejemplo, la importancia concedida a las nuevas redes de relaciones adquiridas y a los espacios de interacción en los que participan a partir de la redefinición de su religiosidad.

Si tenemos en cuenta que las experiencias de cambio religioso individual son procesuales, algunos individuos pueden también instrumentalizar redes y recursos en el proceso. En este trabajo espera mostrarse la manera en que una congregación de mujeres indígenas, que ha reconfigurado su religiosidad en la movilidad geográfica, adquiere también herramientas para el fomento de sus liderazgos y el desarrollo de sus intereses sociales y comunitarios.

Por otro lado, también es necesario aclarar que aunque los trabajos referidos anteriormente son importantes y van articulando un campo de estudio fundamental en la región noroeste del país, estos trabajos se han limitado a explicar realidades de poblaciones indígenas migrantes en el Valle de San Quintín. Aunque esta región es fundamental para el estudio de los procesos de continuidad y de cambio que enfrentan las poblaciones indígenas y migrantes en México, pues se trata de una zona dedicada a la agricultura intensiva de exportación que históricamente ha sido receptora de jornaleros indígenas, poco se conoce o se ha estudiado acerca de procesos similares que existen en zonas urbanas de la frontera noroeste del país, y en particular en el estado de Baja California.

También resulta importante estudiar experiencias de cambio religioso en migrantes indígenas que no laboran en el campo y que se dedican, por ejemplo, al sector de los servicios, al trabajo ambulante, a las labores de construcción, o al servicio doméstico, como es el caso de las mujeres zapotecas que integran la congregación evangélica en la ciudad de Ensenada, y desde las cuales surgen las reflexiones que aquí se presentan.

Así mismo, tampoco han sido problematizadas las diferentes escalas socio-espaciales que pueden acontecer en las interacciones y en la vida socio-religiosa de los indígenas migrantes en la región, a partir de las “nuevas comunidades religiosas” a las que se integran.

En este artículo se presenta material empírico y etnográfico inédito, que muestra las dinámicas en las que miembros de colectividades étnicas construyen nuevos entramados de relaciones sociales y comunitarias, que instrumentalizan y poseen significados propios, a partir de la afiliación religiosa que han transformado en la movilidad geográfica. A partir de observar la vida socio-religiosa de una congregación de mujeres zapotecas en Ensenada, se materializan espacios de interacción y participación que se conforman por religiosidad, y visibilizan redes de relaciones agenciadas con organizaciones e iglesias evangélicas de Estados Unidos.

En los siguientes apartados se busca dar respuesta a las siguientes preguntas de investigación: ¿Qué tipos de espacios de interacción se construyen entre el grupo de mujeres zapotecas evangélicas de la ciudad de Ensenada y las organizaciones e iglesias originarias de Estados Unidos?, ¿qué características tienen?, ¿cuál es la importancia de estos espacios? y ¿de qué manera este acercamiento etnográfico contribuye a estudiar a la religiosidad en la frontera noroeste de México?

NOTA METODOLÓGICA

La aproximación metodológica es cualitativa. Se analizan datos etnográficos producto del trabajo de campo realizado durante 12 meses entre 2017 y 2018 en la ciudad de Ensenada, Baja California, México. Además de observaciones y conversaciones informales, se analizan fragmentos narrativos extraídos de entrevistas a profundidad y semiestructuradas. Se tomarán en cuenta tanto visiones de la congregación de mujeres zapotecas evangélicas en Ensenada, así como de individuos y líderes de las organizaciones religiosas y de las iglesias evangélicas californianas con los que interactúan.

Para desarrollar el análisis de estos datos cualitativos, se presentan tres viñetas etnográficas; es decir, tres ejemplos de descripción empírica a través de los que se espera mostrar cómo llegan a conformarse espacios de interacción transfronteriza articulados por afiliación religiosa desde la vida socio-religiosa de dicha congregación de mujeres.

A través de la conformación de estos tres espacios de interacción aparecen individuos, grupos e iglesias evangélicas de diversas denominaciones, específicamente pentecostales, y que se definen como no denominacionales; es decir, creyentes evangélicos que no reclaman afiliación denominacional alguna.

Desde las viñetas puede observarse cómo diversos actores religiosos interactúan con la congregación de mujeres zapotecas evangélicas en Ensenada. Las relaciones y vínculos se construyen sin importar la afiliación religiosa con una denominación evangélica específica, y también sin importar una pertenencia étnica en común, o hablar el mismo idioma.

Estas comunidades religiosas se vinculan a partir de la afiliación religiosa que las engloba, es decir, la “cristiano-evangélica ”, y construyen puentes y redes de relaciones que atraviesan la frontera geográfica y simbólica entre México-Estados Unidos.

Cabe precisar que, aunque en este artículo interesa analizar las interacciones transfronterizas que por religiosidad se tejen desde la congregación de mujeres zapotecas en Ensenada, estas interacciones se suscitan en diferentes escalas. Estas van desde la escala local micro (en la colonia donde está la iglesia), a lo local (en la ciudad, con otras comunidades de creyentes), así como a la escala regional y nacional (con otras comunidades, organizaciones e iglesias).

La vida socio-religiosa de las comunidades de creyentes evangélicos no necesariamente se acota a una territorialidad específica. Particularmente, los grupos evangélicos e iglesias de orientación pentecostal, como se verá ejemplificado en este artículo, se encuentran cada vez más relacionados entre sí a escalas globales, o a través de redes transnacionales. En efecto, “tal como la tienda local de ropa Gap es parte de una extensa red de corporación global, cada vez más y más mezquitas locales, templos, e iglesias pentecostales son también operaciones globales” (Levitt, 2007, p. 2) [Traducción propia].

VIÑETAS ETNOGRÁFICAS

En primer lugar, se analiza la conformación de un espacio de interacción entre la congregación evangélica de mujeres zapotecas de Ensenada y la iglesia californiana “Church at the Rock”, originaria de Woodland, California.

En sus inicios, los vínculos entre esta iglesia y la congregación de mujeres zapotecas surgen a partir de que esta iglesia visita la colonia de residencia de estas mujeres con fines misioneros, a mediados de la década del 2000. Estas mujeres se interesan por establecer una relación con esta comunidad religiosa y mantener el contacto. Años más tarde se instauró un espacio de interacción más o menos anual, en el que miembros de esta iglesia visitan la congregación de dichas mujeres, y comparten no solamente los momentos de prédica que acontecen en los servicios religiosos, sino también momentos de socialización con tintes lúdicos. También se comparten alimentos y se realizan dinámicas y juegos con los niños y niñas de ambas congregaciones, con el fin de vincular a los miembros de ambas comunidades religiosas.

En esta viñeta interesa mostrar la consolidación de un espacio de interacción transfronteriza articulado por religiosidad y sin intermediarios locales entre la congregación de mujeres zapotecas y la iglesia californiana. También se indaga en los sentidos atribuidos por el sostenimiento de este tipo de espacios como lugares de encuentro que vinculan a creyentes diversos, de distintos orígenes y con distintas experiencias de vida.

En segundo lugar, se analiza la conformación de un espacio de interacción entre la congregación de mujeres zapotecas de Ensenada, una iglesia de la ciudad llamada “Cristo Vive”, y mujeres líderes de la iglesia “Abundant Life”, originarias de San Diego y de Sacramento, California.

En esta viñeta interesa mostrar la conformación de un espacio de interacción único, que involucra diferentes escalas socio-espaciales en el proceso de su organización. Este espacio se conforma a partir del liderazgo en la organización por parte de la iglesia Cristo Vive, ubicada en Ensenada, que a partir de sus redes de relaciones que traspasan la frontera, invita a las mujeres líderes de las iglesias “Abundant Life” a venir a la ciudad a un evento específicamente dedicado a las mujeres. Después, la iglesia Cristo Vive invitó a la congregación de mujeres zapotecas en Ensenada a ser partícipes del evento, y de esta manera establecieron una relación específica, que esperan sostener a lo largo de los años.

En la segunda viñeta, además de mostrar un espacio de interacción transfronteriza en el que por religiosidad se observan dinámicas de interacción entre al menos tres comunidades religiosas, dos de México y una de Estados Unidos, se muestra un espacio de interacción que se articula también en torno a la dimensión de género. En esta viñeta se podrá comprender la importancia que conceden las mujeres miembros de comunidades religiosas evangélicas en la frontera noroeste de México al establecimiento de interacciones entre mujeres evangélicas de orígenes diversos y sobre el fomento de espacios para ellas, en los que además de expresar su fe reflexionan en conjunto acerca de temas de interés común.

Finalmente, en la tercera viñeta se analiza la construcción de espacios alternativos que pugnan por el acceso a ciertos servicios sociales, específicamente servicios de salud alternos y de especializaciones médicas, que son promovidos tanto por la congregación de mujeres zapotecas evangélicas en Ensenada como por la iglesia local “Cristo Vive”, con la que conviven de manera cotidiana las mujeres zapotecas, y otra iglesia evangélica californiana, la “Westside Church”, originaria de Placerville, California.

Viñeta etnográfica 1. La “Church at the Rock”, originaria de Woodland, California, en su visita anual con la congregación de mujeres zapotecas evangélicas en Ensenada, Baja California

Desde hace algunos años, miembros de la iglesia Church at the Rock, una iglesia evangélica independiente o no denominacional de Woodland, California, realizan una visita más o menos anual a la congregación de las mujeres zapotecas evangélicas de Ensenada.

Esta visita constituye un evento anual fundamental dentro de las actividades que realiza la congregación de mujeres zapotecas. Para ellas, esta visita es concebida como un espacio de interacción central a través del cual sostienen y extienden redes de relaciones con individuos creyentes que trascienden la frontera.

Esta visita es percibida por los distintos actores involucrados como un lugar de participación entre personas diversas que, por una afiliación religiosa en común, buscan construir espacios alternativos de socialización.

En lo expresado por las siete mujeres zapotecas con quienes se convivió cotidianamente durante el trabajo de campo, en su congregación hay una búsqueda por crear vínculos y desarrollar un sentido de comunidad cristiana más allá del concedido tácitamente a su grupo de referencia o congregación.

Para las mujeres zapotecas, esta interacción y este espacio de encuentro con la iglesia Church at the Rock, es concebido como un momento importante en la creación de vínculos y dinámicas de interacción con otros individuos, tanto fuera de su congregación como de su grupo étnico, lo que resulta importante para ellas en términos de pertenencia social y reconocimiento.

Para ellas, no es necesario traspasar una frontera geográfica para tejer interconexiones y sentirse miembros de una comunidad extendida más allá de las zonas limítrofes de un territorio. Aquí la religiosidad se presenta como el medio que ha hecho posible que estas mujeres tengan nuevas u otras relaciones en la ciudad, y con individuos provenientes de más allá de la frontera entre México y Estados Unidos.

Levitt (2007), al estudiar a las comunidades de creyentes que por su pertenencia religiosa construyen vínculos transnacionales (Levitt, 2007), y la idea general de Smith y Guarnizo (1998) de contemplar las lógicas de articulación transnacional desde los márgenes o el “transnacionalismo desde abajo”, contribuyen a reflexionar y comprender cómo a través de sus redes, las comunidades religiosas llegan a atravesar fronteras geográficas y simbólicas en diferentes direcciones.

En el caso de la congregación evangélica de las mujeres zapotecas en Ensenada, no se necesitan pasaportes, retomando la expresión del libro de Levitt (2007)God Needs No Passport”, para relacionarse y vincular a su congregación con individuos y comunidades religiosas cuyas lógicas de reconocimiento y membresía operan en la escala transnacional.

Por su parte, para los miembros de la iglesia Church at the Rock, estos reconocen a las mujeres zapotecas evangélicas como miembros vitales de su comunidad religiosa.

Los líderes de esta iglesia californiana comprenden su relación con la congregación de mujeres zapotecas como un aspecto clave de su vida socio-religiosa. Ellos buscan que su comunidad de creyentes, integrada casi en su totalidad por ciudadanos estadounidenses –hombres y mujeres, niños y niñas de diferentes edades–, desarrollen vínculos con otras comunidades religiosas, tanto en su sociedad de origen como en otros sitios.

A través de conversaciones informales llevadas a cabo durante la visita que realizaron miembros de la iglesia Church at the Rock a la congregación de la colonia de las mujeres zapotecas en junio de 2018, se comprende que la mayoría de los miembros de esta comunidad religiosa contemplan estos momentos de interacción como parte de sus deberes y vocaciones sociales. Aunque existe una lectura teológica de sus acciones, es decir, se otorga un sentido religioso y de fe a sus interacciones sociales con las mujeres zapotecas, como por ejemplo el deseo de sostener y continuar compartiendo “la Palabra” del Evangelio, el “spread the Word” en sus palabras, es importante decir que también existe un proceso reflexivo sobre sus interacciones sociales con otras comunidades religiosas fuera de su lugar de origen, y perciben sus interacciones como prácticas comunitarias.

Los miembros de la Church at the Rock son críticos con los grupos religiosos y con las misiones estadounidenses que otorgan ayudas materiales a individuos en situaciones precarias del lado mexicano, y que no sostienen relaciones espirituales, comunitarias o de amistad a largo plazo con quienes se relacionan en las misiones. Desde su perspectiva, un creyente cristiano es también un servidor social y un comunitario comprometido.

Por ejemplo, el pastor de la iglesia “Church at the Rock” concibe que a través de la fe presente en las comunidades religiosas cristianas, una fe que gira en torno a la figura de Dios o Jesús, existe un poder articulador de vínculos sociales y servicio comunitario. En sus palabras, vivir una vida religiosa y de fe significa vivir una vida de servicio social, desde la que se intenta romper barreras sociales presentes en nuestras sociedades:

¿Sabes de lo que se trata? de Jesús. Cuando Jesús vino, él rompió todo tipo de barreras y fronteras. Él básicamente dijo: yo vine al mundo por los enfermos. Él vino al mundo por la gente que está sufriendo y está rota, para poder sanarlos… ¿Cuál es hoy la diferencia? La verdadera cristiandad es que tú vives por alguien, tú sirves, tú estimas a otros mejores que a ti mismo. Tú prefieres a otros que a ti mismo, eso es lo que Jesús hizo. Jesús vino a construir el lazo y a conectarnos. Él nos enseñó que tenemos que servir, servir a personas ([Pastor de la iglesia “Church at the Rock”], Ensenada, Baja California, México, comunicación personal, 18 de junio de 2018).

Así mismo, existen reconstrucciones discursivas y teológicas de este tipo de experiencias por parte de la congregación de mujeres zapotecas, quienes reinterpretan pasajes bíblicos a través de este tipo de interacciones que por su afiliación religiosa tienen lugar en su vida cotidiana:

Vayan y hagan discípulos en todas las naciones, dice la Biblia en algún lugar. Pero bueno, si yo no puedo salir a las naciones, que las naciones vengan a mí (E. Toledo, comunicación personal, 4 de mayo de 2018).

Viñeta etnográfica 2. Mujeres evangélicas: zapotecas, ensenadenses y líderes de iglesias evangélicas californianas compartiendo espacios de participación y encuentro

En mayo de 2018, en la ciudad de Ensenada tuvo lugar un evento organizado por una iglesia de la ciudad de nombre Cristo Vive, que reunió a diferentes comunidades religiosas. Entre estas comunidades acudieron las mujeres líderes de la congregación de mujeres zapotecas en Ensenada, desde cuyas experiencias surge el presente artículo de investigación. En este evento, las mujeres zapotecas se vincularon con diferentes mujeres cristianas de la ciudad de Ensenada, y en particular, con líderes de las iglesias evangélicas Abundant Life, originarias de Sacramento y de San Diego, California.

Este evento se organizó a propósito de la festividad del Día de las Madres en México, y logró reunir a diferentes mujeres cristianas de Ensenada y California. Además de realizarse un servicio religioso, en el que se compartieron lecturas bíblicas y testimonios, tanto en inglés como en español y se realizaron diferentes talleres y dinámicas a lo largo de la jornada, que duró seis horas.

Dentro de las dinámicas, se discutieron temáticas de interés general para las mujeres reunidas. Se discutió sobre la familia, sobre los retos que existen hoy en día para las madres solteras, sobre los valores comunes que como mujeres cristianas defienden, así como los retos que contemplan en la educación de los hijos, y al vivir en un mundo en el que observan desigualdades sociales.

A través de la observación de este evento se pudo comprender que dentro de las comunidades religiosas, y específicamente dentro de las comunidades religiosas evangélicas en el noroeste de México, es común la organización de espacios de interacción entre distintas comunidades de creyentes, dentro de los cuales se busca compartir experiencias y dialogar sobre aspectos de interés común entre individuos que comparten una misma fe, y que trascienden la práctica religiosa o el culto. La religiosidad en común es la que estructura también relaciones sociales y vías alternativas para imaginar, organizar y crear espacios de participación y encuentro.

Uno de los aspectos que fueron discutidos entre las mujeres cristianas que se reunieron en dicho evento fue el tema de las desigualdades sociales que observan en las sociedades de las que forman parte. De hecho, la organización del mismo evento, según mujeres de la iglesia Cristo Vive, surgió con este interés: promover vínculos entre mujeres cristianas en la ciudad de Ensenada y más allá de la ciudad, sin importar orígenes, idioma, denominación con la que se identifican o la iglesia en la que se congregan.

Al conversar con distintas mujeres presentes, y en específico con mujeres de la congregación evangélica de mujeres zapotecas en Ensenada, se comprendió que la visión de la iglesia Cristo Vive es compartida. Este tipo de eventos se valoran no solamente porque promueven interacciones y generan redes de relaciones con otras y diferentes mujeres cristianas, sino también porque articulan un espacio de interacción que es específicamente para mujeres.

Para las cuatro mujeres zapotecas con las que se discutió en el evento, y después del mismo, este tipo de eventos son los que fomentan liderazgos en las mujeres cristianas sin importar la clase social a la que pertenezcan, su origen étnico, o la iglesia o lugar en el que se congregan. Además, en las conversaciones entabladas con ellas resulta importante que desde las mujeres surja, sean cristianas o no, la promoción y organización de espacios únicos para ellas en donde poder compartir experiencias y establecer comunidades de apoyo.

Por ejemplo, al conversar con una de las mujeres miembro de la congregación evangélica de mujeres zapotecas en Ensenada que recientemente se había integrado, explicó que le gusta asistir a este tipo de eventos, pues en esas ocasiones valora su proceso de adhesión a su congregación. Comentó que es a partir de su congregación y los vínculos que por medio de ella tiene en la ciudad, que se hace posible el escuchar otras experiencias de mujeres, y compartir y recibir consejos para su vida diaria. Refiriéndose a la iglesia Cristo Vive, previo al evento con Abundant Life, esta mujer explica lo siguiente:

A veces nos invitan a la iglesia de Cristo Vive . Los días de las madres nos invitan y vamos. Me gusta ir a la iglesia de allá (…). Hay más personas que te pueden dar consejos, personas buenas y me gusta (…). Una hermana un día vino desde lejos y aquí dio conferencias, también en Cristo Vive , ella es mexicana, pero vive lejos. Recuerdo muy bien que me gustaron mucho sus pláticas. Eso es lo que a mí me gusta, que me platiquen, oír las experiencias… (M. Reyna, comunicación personal, 28 de enero de 2018).

En general, entre las mujeres zapotecas entrevistadas sobresalen reflexiones compartidas acerca de este tipo de eventos como espacios de encuentro y de participación en la ciudad. Algunas de ellas manifiestan recibir aprendizajes, además de poder establecer vínculos fuera de su colonia, y fuera de las relaciones cotidianas que tienen con sus paisanos, o con sus familias.

Las mujeres zapotecas que participaron en el evento de mujeres de Cristo Vive, valoran que a partir de su afiliación religiosa se construyen puentes hacia otras personas con las que antes no se vinculaban. Existe una valoración atribuida a sus redes socio-religiosas, pues conciben que a través de ese medio ellas han fortalecido sus liderazgos, los cuales van más allá del ámbito religioso, e intentan replicar en sus espacios de vida privada y colectiva en sus comunidades.

En efecto, estas mujeres, además de ser líderes de su propia congregación, van transformando dinámicas al interior de sus hogares, y se posicionan como líderes comunitarias. A partir de su afiliación religiosa buscan pertenecer a una comunidad más amplia, que no se limita a su grupo étnico ni a su congregación.

Las mujeres esperan dar continuidad a las relaciones que establecen en este tipo de eventos. En particular, la mayoría de las mujeres zapotecas que asistió al evento de la Cristo Vive esperan guardar contacto y organizar otros espacios de encuentro con otras mujeres líderes de las congregaciones evangélicas que ahí conocieron. Especialmente, esperan volver a coincidir con las líderes de las iglesias californianas Abundant Life, con quienes, a pesar de encontrar numerosas diferencias, creen compartir intereses comunes, tanto personales, como con la forma y modelo de sociedad que imaginan y en la que quieren vivir.

Por su parte, para las mujeres líderes de la iglesia Abundant Life, el tema de trascender barreras sociales y vincularse con individuos de distintos orígenes es visto como una cualidad que, desde su perspectiva, es común entre iglesias e individuos que promueven una fe cristiana.

En una entrevista semiestructurada realizada a la predicadora de la iglesia Abundant Life de Sacramento, California, ella indica la importancia que desde su perspectiva debe otorgarse al rol social de las iglesias y de las organizaciones cristianas que, aunque desde un sentido teológico, intentan trascender fronteras de clase, etnia y origen nacional. Ella defiende la importancia del papel que pueden desempeñar las iglesias como “social breakers”:

El Evangelio es bueno para cualquier persona. No importa si eres pobre o rico. El dinero no hace feliz a una persona. Amamos el dinero, eso compra cosas, pero el dinero no puede hacerte feliz. ¿De qué se trata la vida? Creo que si puedes traer un mensaje de esperanza, ese es el propósito de la vida. Tenemos diferencias sociales, tenemos diferentes idiomas, somos diferentes de todas partes, pero Jesús nos hace iguales, él nos hace una familia. Somos familia. Eso es lo que queremos, todos necesitamos pertenecer, entre todos, sentir que pertenecemos, sentir un propósito. Porque somos hijas de Dios, las mismas. Somos una familia de diferente tipo de personas, pero Dios nos ama igual, él tiene un plan para nosotros. Tienes que ir y encontrar a gente sin barreras sociales, ni económicas, ¡ninguna barrera! Eso no es algo que nada más se aprende, es bueno aprender de la sociología, pero necesitamos un poco más. Creemos que quienes realmente son los social breakers , es la gente de Dios. En el mundo se puede hacer un buen trabajo y eso cambia cosas. En efecto, necesitamos a médicos, necesitamos programas sociales, necesitamos todo eso, pero lo único que puede cambiar los corazones de mujeres y hombres es el espíritu de Dios, y es por ello que la iglesia es poderosa en temas sociales, porque se entiende que todos somos iguales. Eso no se entiende en ningún lugar. No a través de programas sociales, no en campus de ciencias sociales, solo es Jesús… ([Predicadora de la iglesia Abundant Life , Sacramento], Ensenada, Baja California, México, comunicación personal, 5 de mayo de 2018).

En suma, en el evento de mujeres organizado por la iglesia Cristo Vive, en el que participaron la congregación de mujeres zapotecas en Ensenada y líderes de la iglesia Abundant Life, de Sacramento y de San Diego, California, se concretiza un espacio de interacción transfronteriza articulado por religiosidad y género, que vincula a distintas mujeres de ambos lados de la frontera México-Estados Unidos, con intereses socio-religiosos comunes.

Viñeta etnográfica 3. Espacios transfronterizos itinerantes que movilizan el acceso a servicios sociales entre comunidades religiosas evangélicas

Desde la congregación de las mujeres zapotecas evangélicas de Ensenada estudiada, se generan interacciones en diferentes momentos del año, con diferentes iglesias y actores religiosos, tanto locales como extranjeros, para la creación de espacios en los que se ofrecen servicios sociales alternativos a personas que en su colonia tienen medios limitados de acceso.

Específicamente, estas mujeres movilizan sus redes para lograr proveer de servicios de salud y de especializaciones médicas a su comunidad. En la organización de estos eventos intervienen individuos y organizaciones de ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos. Un caso ejemplar es la dinámica de organización que estas mujeres tienen con la iglesia local Cristo Vive, mencionada en el apartado anterior, y la iglesia californiana Westside Church, originaria de Placerville, California. La última campaña de salud, realizada en la colonia de residencia de las mujeres zapotecas, fue en marzo de 2018 y se llevó a cabo de la siguiente manera.

La campaña se realizó en una sola jornada. Llegaron a la ciudad de Ensenada profesionistas médicos de Estados Unidos, a través del contacto que estos tienen con la iglesia Westside Church, de Placerville, California. El contacto con esta iglesia lo tiene desde hace varios años la iglesia ensenadense Cristo Vive. La congregación de las mujeres zapotecas de Ensenada fue la tercera organización religiosa que se unió a la campaña médica, contactadas por los pastores de la iglesia Cristo Vive. Las mujeres tuvieron a su cargo la organización del evento en su colonia. Ellas se encargaron de la difusión del evento, y lograron reunir a numerosas personas en las afueras de su congregación.

Al intercambiar con las mujeres zapotecas entrevistadas, ellas explicaron que este tipo de evento es clave para su congregación, pues reconocen que entre sus miembros existen personas en situaciones precarias a las que les es difícil acceder a servicios sociales o acudir al médico. Al organizar este tipo de campañas, las mujeres zapotecas ganan un espacio de legitimidad para su congregación y sus labores en su colonia.

En esta campaña en específico, se propuso a los asistentes consultar sus niveles de presión y de azúcar, y se otorgaron medicinas básicas a quienes las solicitaran para tratar malestares menores, como por ejemplo dolores de cabeza. En otras ocasiones, las campañas médicas que las mujeres zapotecas han coorganizado junto con Cristo Vive y otras iglesias y grupos de médicos provenientes de California, han ofertado consultas especializadas como ginecológicas y oftalmológicas.

Para la realización de esta campaña, lo que unió a los diferentes actores de uno y otro lado de la frontera fue el interés por la acción comunitaria. Si bien se trata de iglesias evangélicas las que se encuentran al frente de la organización de estos eventos, no todos los que participan en estos encuentros son individuos que comparten una misma fe. Los médicos que van a la ciudad no necesariamente son miembros de organizaciones religiosas. El interés de esta campaña es atender a diversos individuos en situaciones precarias, sin importar que formen parte de una congregación religiosa.

La red de relaciones transfronterizas que se instauró para la realización de esta campaña, no siguió solamente una lógica unidireccional norte-sur. La campaña médica se hizo posible a través del despliegue de la agencia de cada uno de los individuos y organizaciones que articulan esta interacción comunitaria transfronteriza, y que reconocen necesidades en sus comunidades. Para su realización fue necesaria la operación de redes tanto por parte de los miembros de la iglesia Westside Church en su contexto de origen, como por Cristo Vive, así como fue necesario el despliegue de redes que las mujeres zapotecas tienen en su colonia y en la ciudad.

La esposa del pastor de la iglesia Cristo Vive explica de la siguiente manera la llegada y organización de este tipo de equipos solidarios transfronterizos, que se establecen para ofertar campañas de salud en la ciudad de Ensenada. En la siguiente cita, anuncia la campaña médica que en marzo de 2018 llegó a la congregación de mujeres zapotecas en Ensenada:

En marzo llega un equipo de médicos. Ellos vienen por parte de varias iglesias, de Virginia, de Carolina, de Westside. Ellos allá se organizan para traer este servicio para la comunidad y nosotros aquí coorganizamos [por ejemplo, con la congregación de mujeres zapotecas]. Traen medicamentos, médicos, ginecólogos, etcétera. Ahorita ya comenzamos aquí, va a ser el 6, 7, 8 y 9 de marzo. Van a estar aquí en Ensenada, y vienen estos hermanos, que son parte de esta familia a la que pertenecemos. Los hermanos de Placerville son como una familia, a veces han venido solo para visitar, solamente como amigos, otras veces en escuelas de verano, o vienen a apoyar arduamente en las campañas de salud ([Esposa de Pastor de la iglesia Cristo Vive ], Ensenada, Baja California, México, comunicación personal, 26 de enero de 2018).

CONCLUSIONES

El artículo buscó responder a las siguientes preguntas de investigación: ¿Qué tipos de espacios de interacción se construyen entre el grupo de mujeres zapotecas evangélicas de la ciudad de Ensenada y las organizaciones e iglesias originarias de Estados Unidos?, ¿qué características tienen?, ¿cuál es la importancia de estos espacios? y ¿de qué manera este acercamiento etnográfico contribuye a estudiar la religiosidad en la frontera noroeste de México?

Los tipos de espacios que se construyen entre el grupo de mujeres zapotecas evangélicas en la ciudad de Ensenada y organizaciones e iglesias originarias de Estados Unidos son diversos. Sin embargo, estos tienen en común que más allá de conformarse para la expresión de la fe y la práctica religiosa, se conforman por intereses sociales y comunitarios. También son distintas las características de los diversos espacios que se conforman.

Algunos de estos espacios constituyen lugares para la socialización entre comunidades religiosas con tintes lúdicos. Estos promueven la integración y el reconocimiento de comunidades religiosas transnacionales, como en el caso de la visita realizada por la iglesia Church at the Rock a la congregación de las mujeres zapotecas en Ensenada, en junio de 2018.

Otros espacios de interacción son articulados por religiosidad y género. Este es el caso que se muestra en el evento organizado por Cristo Vive, en el que dichas mujeres zapotecas participaron y se relacionaron con distintas mujeres evangélicas, y especialmente con mujeres evangélicas provenientes de la iglesia californiana Abundant Life.

Así mismo, existen espacios de interacción conformados por diversos actores de uno y otro lado de la frontera que a partir de una religiosidad en común, logran desplegar sus redes de relaciones para vincular a individuos y profesionistas médicos con una vocación de servicio social. Este es el caso de la campaña de salud coorganizada entre la iglesia local Cristo Vive, la congregación de mujeres zapotecas y la iglesia californiana Westside Church en Ensenada.

En algunos de estos espacios se potencializan relaciones interétnicas e interclase, que son importantes para las distintas comunidades religiosas, tal es el caso de la visita anual de la iglesia Church at the Rock, y del evento de mujeres organizado por Cristo Vive. Por otro lado, una de las características centrales de los espacios que aquí se discutieron es que muestran redes de relaciones entre individuos y comunidades religiosas evangélicas de diferentes denominaciones.

Además, a través de los tres espacios discutidos se muestra la voluntad general y la capacidad organizativa de individuos y organizaciones religiosas de ambos lados de la frontera México-Estados Unidos para vincularse y establecer lazos de solidaridad alternativa, a pesar de los constreñimientos de orden geopolítico que existen en esta frontera. A través de la conformación de estos espacios, se muestra una voluntad por parte de diferentes individuos por dialogar acerca de temas comunes y, en específico, por formar parte de comunidades que son comunidades religiosas, pero también comunidades sociales, las cuales no se limitan a un solo territorio, y buscan proveerse conjuntamente de servicios y recursos de diferente tipo.

A través de las viñetas etnográficas pudo mostrarse la manera en que la vida socioreligiosa de una congregación de mujeres zapotecas en Ensenada se encuentra atravesada de redes de relaciones distintas, y en diferentes escalas. Desde la vida socio-religiosa de estas mujeres fue posible observar la conformación de diferentes espacios de interacción social transfronteriza articulados por religiosidad. Se considera que este trabajo demuestra la riqueza y el potencial del método etnográfico para documentar, estudiar y comprender experiencias de religiosidad, formación de redes y espacios de interacción, que por vínculo religioso son promovidas entre individuos y organizaciones religiosas tanto de México como de Estados Unidos.

Aunque algunas de las interacciones analizadas en los espacios etnografiados puedan percibirse como de tipo asistencialista, pues en efecto, son individuos estadounidenses quienes tienen la posibilidad y los recursos para atravesar la frontera geográfica, al vincularse con individuos y comunidades religiosas del lado mexicano, estas interacciones no carecen de procesos reflexivos por parte de los individuos y de las distintas comunidades que interactúan. Los espacios de interacción que se promueven son vistos por los diferentes creyentes como momentos en los que se aperturan lazos y puentes de discusión con personas distintas acerca de intereses comunes.

Estas lógicas conllevan a reflexionar acerca de un posible proceso de construcción de identidades religiosas y de pertenencias socio-religiosas que pueden trascender dimensiones de clase, etnia y/o origen nacional en la frontera noroeste de México.

Desde los espacios etnografiados, existen pistas para reflexionar acerca de una forma de religiosidad evangélica transfronteriza que se articula en torno a la fe y a las creencias compartidas, pero también con relación a vocaciones sociales, búsquedas de pertenencia social y servicio comunitario. Las afiliaciones socio-religiosas de las poblaciones aquí presentadas, y los vínculos comunitarios que establecen, trascienden identidades étnicas y territorialidades específicas.

Por otro lado, este artículo contribuye también a mostrar cómo la afiliación religiosa, en el caso de comunidades de indígenas migrantes, puede proveer redes de relaciones y espacios de participación centrales en las ciudades, como en el caso de las mujeres zapotecas en Ensenada, que han redefinido su religiosidad en la movilidad geográfica.

Glick Schiller, Çaglar y Guldbrandsen (2006) han explicado previamente la manera en que experiencias de conversión religiosa dentro del cristianismo también pueden ser claves en las dinámicas de incorporación de los migrantes a las sociedades de destino.

Las comunidades religiosas figuran como comunidades centrales que promueven espacios de interacción entre diferentes individuos, que pueden ser también espacios de participación y de fomento de liderazgos, los cuales contienen una amplia capacidad organizativa y llegan a movilizar todo tipo de recursos. Estos recursos no son solamente simbólicos y espirituales, sino que también son recursos y capitales sociales. Incluso, algunos autores observan a las organizaciones religiosas como organizaciones sociales desde las cuales los individuos pueden también proveerse y/o desarrollar herramientas políticas. Esta situación es particularmente visible en el caso de las comunidades de migrantes.

Levitt (2007), al estudiar diferentes comunidades de migrantes insertos en comunidades religiosas en los Estados Unidos, ha analizado y mostrado cómo la membresía religiosa puede aportar a estas poblaciones importantes capitales sociales y herramientas que en ocasiones devienen políticas, y que juegan roles importantes en sus procesos de inserción y en las mejoras en su vida social y comunitaria. La autora señala que “aunque las instituciones religiosas no tengan agendas políticas explícitas, la gente puede aprender acerca de recaudar fondos, organización y liderazgo al participar, y después aplicar estas herramientas a otras configuraciones” (Levitt, 2007, p. 152) [Traducción propia].

Esto corresponde con el caso de la congregación de mujeres zapotecas analizada. Estas mujeres comienzan a vincularse con diversos individuos de su ciudad, externos a su grupo étnico de pertenencia, al movilizar las redes de relaciones que han establecido por vínculo religioso. Estas mujeres han accedido y construido espacios de interacción y participación social en la ciudad, que por otros medios no habían sido posibles; a través de ellos, movilizan diversos recursos, se organizan y también fomentan sus liderazgos.

Finalmente, al tener como elemento central la descripción etnográfica, este artículo espera reposicionar la importancia de la observación en campo y de las prácticas concretas en las interacciones de los individuos, para la identificación de dinámicas y procesos sociales que trascienden las realidades y los contextos geográficos específicos en donde se encuentran.

Las etnografías sobre comunidades religiosas en México, que vinculan a diversos actores y escalas de interacción social desde contextos locales como, por ejemplo, la escala transfronteriza, pueden aportar bastante a la comprensión de los escenarios de religiosidad contemporáneos. A través de los espacios etnografiados en este artículo, se muestra cómo comunidades religiosas evangélicas en la frontera noroeste de México no acotan sus redes a localidades específicas ni a poblaciones homogéneas. Individuos, comunidades e iglesias evangélicas distintas atraviesan esta frontera, geográfica o simbólicamente, para relacionarse y perseguir intereses comunes.

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2Este artículo se desprende de la tesis doctoral que se realiza con mujeres zapotecas originarias del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, quienes en las últimas dos décadas se han integrado a grupos evangélicos en la ciudad de Ensenada.

3Traducción propia.

4Con fines de proteger la identidad de las informantes, sus familias y comunidad, se decide omitir el nombre de la colonia y la congregación religiosa que conforman.

Recibido: 12 de Abril de 2019; Aprobado: 09 de Diciembre de 2019

Translation: Miguel Ángel Ríos Flores

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