SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 issue84El traspaís de Cancún-Riviera Maya: Lugares, actores y dinámicasReseña del dossier temático de la Revista Española de Antropología Americana 52 (2).https://revistas.ucm.es/index.php/reaa/issue/view/3995 author indexsubject indexsearch form
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Trace (México, DF)

On-line version ISSN 2007-2392Print version ISSN 0185-6286

Trace (Méx. DF)  n.84 Ciudad de México Jul. 2023  Epub Dec 11, 2023

https://doi.org/10.22134/trace.84.2024.910 

Reseñas

De Chupícuaro a Teotihuacan: Arqueología del valle del río Tigre, Guanajuato

Eliseo Padilla* 

* Museo Nacional de Antropología / Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, eliseopadilla@gmail.com.

Faugère, Brigitte. 2022. Chupícuaro a Teotihuacan: Arqueología del valle del río Tigre, Guanajuato. ., 2p. t, México: Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, MAE, Université de Paris, Centre National de la Recherche Scintifique, Institut Universitaire de France, Université Paris 1 - Panthéon-Sorbonne,


En 1926 Enrique Juan Palacios llevaba a cabo las primeras exploraciones en el valle de Acámbaro, en años siguientes Ramón Mena y Porfirio Aguirre realizaban las primeras excavaciones, donde hallaron sepulturas, cerámica y figurillas. Hoy en día, a casi cien años de estos primeros trabajos, llega a nosotros este libro en dos tomos, coordinado por la doctora Brigitte Faugère y publicado por el Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, que presenta las investigaciones de varios especialistas. La obra da a conocer los datos, análisis e interpretaciones de un proyecto arqueológico iniciado en 2010 y culminado en 2020 que tuvo varias temporadas de investigación de campo durante esa década. Los sitios arqueológicos investigados se ubican en las riberas del río Tigre cerca de la confluencia con el río Lerma, una región cuya ubicación permitió la interacción de sociedades y el intercambio de bienes entre el Occidente y el Altiplano Central mexicano. Además, la información se expone con un enfoque diacrónico, cuyo margen temporal va desde el Preclásico tardío hasta el Epiclásico.

El primer tomo, escrito por Brigitte Faugère , presenta en tres capítulos las condiciones geográficas y secuencia ocupacional de la región, resumiendo las excavaciones e interpretaciones. El Mezquital-Los Azules fue el principal sitio excavado, ubicado en la ladera de una pequeña meseta en el borde del valle cerca del actual pueblo de Puriantzícuaro en el sureste de Guanajuato. Brigitte Faugère describe, de manera muy detallada, la secuencia estratigráfica excavada que en general comprende una estructura circular de 6.2 m de diámetro (UC1) utilizada alrededor del año 300 a. C. como un depósito de sepulturas. Posteriormente, fue construido un gran patio hundido de forma circular de 17 m de diámetro (UC2), cuyas paredes se cubrieron con un paramento de basalto, andesita, tezontle y toba -originalmente cubierto por un aplanado de tierra- que llegó a alcanzar más de un metro de altura. Esta construcción tenía un canal de desagüe cubierto con grandes lajas para evitar inundaciones internas.

Después, en el transcurso del siglo iv d. C., tuvo lugar un evento ritual de clausura con fogones encendidos en forma sucesiva, el patio fue rellenado, se construyó un grueso piso de estuco y un nuevo edificio. Esta secuencia, como señala la autora, permite estudiar los procesos de cambio en tres momentos principales: la transición entre las fases Chupícuaro temprano y reciente, al final de la cultura Chupícuaro, y una ocupación que no había sido documentada durante el siglo iv d. C., cuyos materiales revelan interacciones significativas con la ciudad de Teotihuacan.

Por su parte, el tomo 2 reúne la colaboración de varios especialistas con los resultados de los análisis de los materiales arqueológicos. Podemos dividir este tomo en cuatro bloques: primero, los datos de las excavaciones y sus fechamientos; segundo, los análisis de los objetos cerámicos; tercero, los estudios líticos; y cuarto, los capítulos dedicados a los contextos y análisis del material óseo.

Además de las excavaciones en El Mezquital-Los Azules se realizaron sondeos en San Cayetano, Chamácuaro, Inchamácuaro y La Lomita. Mención especial merece la Sepultura 1 de San Cayetano, temporalmente ubicada en Chupícuaro reciente, con el hallazgo de un recién nacido asociado a un conjunto de nueve figurillas y dos vasijas. La secuencia estratigráfica de estas excavaciones se optimiza con los resultados de los fechamientos de radiocarbono, datos que Brigitte Faugère y Philippe Lanos presentan, a partir de un modelo elaborado con un software que mejora la precisión de las dataciones y combina las medidas cronométricas con los datos arqueológicos. Un estudio particular de Yoana Herrera y Michelle Elliott identifica los taxones de la madera carbonizada utilizada en los fogones de clausura del gran patio hundido, análisis que aborda el uso del huizache, mezquite y encino como recursos leñosos destinados a los fuegos relacionados con actos rituales.

Dibujos, fotografías y tablas exponen de manera gráfica el trabajo de Faugère sobre la cerámica, con el objetivo de fechar los niveles excavados, determinar una atribución cultural y proponer posibles funciones; aunado a ello se presenta el catálogo de las piezas completas en el capítulo cinco. Con la misma rigurosidad, el estudio de figurillas antropomorfas y zoomorfas distingue las de tradición local y aquellas que proceden de otras latitudes. Como parte de estos trabajos cerámicos, Héctor Cabadas y Daniel Pierce dan a conocer los resultados de petrografía y activación neutrónica que separan los tipos de manufactura local de aquellos foráneos tanto de otras regiones del Occidente como del Altiplano Central de México.

La lítica se aborda desde los estudios tipológicos hasta los análisis arqueométricos. Brigitte Faugère revela que los abundantes desechos de talla manifiestan la elaboración de artefactos en el mismo sitio, objetos completos y en proceso de manufactura, como macronavajas, raspadores, raederas, cuchillos, perforadores, puntas de proyectil y navajas prismáticas de obsidiana. Otros artefactos de lítica pulida, principalmente implementos de molienda, dan cuenta de las actividades cotidianas de subsistencia de estas poblaciones. Mención especial es un capítulo escrito por Faugère que trata de las orejeras, cuentas y pendientes de barro, piedra, concha y hueso, de los cuales llama la atención el fragmento de una pequeña máscara de piedra con rasgos olmecoides. El análisis arqueométrico realizado por José Luis Ruvalcaba, Mayra Manrique, Valentina Aguilar y Henri Bernard identificó con espectroscopia infrarroja, espectroscopía de fluorescencia de rayos X y difracción de rayos X las fases minerales y composición elemental de varios de estos objetos.

Los contextos y materiales óseos se presentan en los capítulos diez y once. Isaac Barrientos examina las costumbres funerarias y prácticas rituales a través de las sepulturas, depósitos óseos y elementos dispersos, y en esta disertación expone valiosos datos del estado de salud y nutrición de estas poblaciones. Por su parte, Aurélie Manin nos abre el panorama del aprovechamiento de recursos faunísticos. Los restos de vertebrados que evidencian la caza, cría, pesca y captura de varios animales, como conejos, liebres, venados cola blanca, berrendos, tlalcoyotes, tortugas, pescados, perros y pavos, que después de aprovechar su carne eran utilizados para la elaboración de diversos implementos de hueso como instrumentos musicales.

Para finalizar podemos acotar algunos de los aportes principales de esta obra en seis puntos principales:

  • Las excavaciones en El Mezquital-Los Azules dan cuenta de hallazgos con una secuencia arquitectónica antes no conocida en la región, asociada con una secuencia cerámica definida correlacionada con fechamientos absolutos desde el Preclásico tardío hasta el Epiclásico.

  • El hallazgo de cerámica Chupícuaro pintada al negativo, una técnica decorativa que era poco definida en muestras de cerámicas anteriores.

  • El registro de materiales dentro de una secuencia estratigráfica que evidencia interacciones con el Centro de México (tipos cerámicos, figurillas, obsidiana). En esta relación una de las hipótesis principales de Brigitte Faugère es que El Mezquital-Los Azules constituía un punto de enlace en una importante ruta de intercambio, administrado por grupos relacionados directamente con los barrios de Teotihuacan.

  • En los complejos cerámicos es evidente la presencia de cerámicas locales y de tradición foránea. Dentro de la cerámica local la identificación de los tipos Ramón rojo sobre bayo y Ramón rojo sobre bayo esgrafiado que imitan formas y decoraciones del grupo pintado rojo sobre natural de Teotihuacan, un patrón semejante que también ocurre en sitios de la Cuenca de Cuitzeo.

  • Los yacimientos de Ucareo-Zinapécuaro debieron desempeñar un punto medular en los intereses económicos de Teotihuacan, así como la relevancia de su posterior explotación durante el Epiclásico.

  • La evidencia de una ocupación Epiclásica en el área que no se había tomada en cuenta en algunos estudios previos como en los análisis cerámicos de la Presa Solís.

De este modo, De Chupícuaro a Teotihuacan: Arqueología del valle del río Tigre, Guanajuato es una lectura necesaria no solo para los interesados en el pasado arqueológico del Bajío y el Occidente de México, sino para quienes se interesan por las interacciones de Teotihuacan más allá del Altiplano. Una publicación que incrementa el conocimiento prehispánico de esta región junto con todas las investigaciones previas desde las primeras exploraciones de Enrique Juan Palacios hace casi un siglo.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons