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Relaciones. Estudios de historia y sociedad

On-line version ISSN 2448-7554Print version ISSN 0185-3929

Relac. Estud. hist. soc. vol.33 n.132 Zamora Jan. 2012

 

Reseñas

 

Ann Laura Stoler, Along The Archival Grain. Epistemic Anxieties And Colonial Common Sense

 

Oscar Muñoz Morán*

 

Princeton y Oxford, Princeton University Press, 2010, 316 p.

 

* Universidad Complutense de Madrid. Correo e: oscarmmoran@gmail.com

 

Ann L. Stoler presenta en el texto aquello que el colonialismo europeo decimonónico oculta en, lo que ella denomina, los silencios de los archivos. Es un análisis sobre los sentimientos y la razón del documento. Es una visión sobre el debate moral y la aflicción personal que recorre a los holandeses que conforman el sistema colonial del periodo comprendido entre 1830 y 1930. Un tiempo en que los Inlandsche Kinderen (europeos nacidos en las Indias) comenzaban a dar pequeñas muestras de cierto descontento por el trato recibido o, más concretamente, por su indefinición social. Mientras, los holandeses procedentes del viejo continente se mostraban preocupados por estos alegatos de rebelión. Stoler demuestra como, por medio de la ponderación de la importancia de los escasos enfrentamientos dados, los funcionarios del Estado, los plantadores-patronos y la sociedad noble del momento, ocultaba sus disyuntivas morales sobre dónde posicionar a los Inlandsche Kinderen (IK). Es, al fin y al cabo, un estudio sobre la problemática de la jerarquía social. Donde los nuevos grupos surgidos de la situación colonial (hijos de europeos, pero nacidos, criados e identificados en las Indias) no terminan de ser situados en ninguna escala del orden social. No son indios locales, pero tampoco europeos de pleno derecho. Son "cosecha propia" (p. 105) que protesta justo por esta indefinición y por no contar con los mismos derechos y privilegios que sus padres.

Pero el trabajo de Ann Stoler es, especialmente, un texto clave en el desarrollo de la antropología histórica. La autora defiende que es precisamente el análisis etnográfico, el único que permite el estudio de los silencios de los documentos, de los sentimientos, del pensamiento, la razón, la aflicción y la moral que en ellos reflejan sus autores. Al fin y al cabo, el libro es, para la propia autora, un estudio de la historia y sentido del archivo (p. 1). Es una etnografía de lo no escrito, de lo que no aparece en el documento histórico, de lo no explícito. Es un análisis de lo que no se podía decir o articular en el sistema colonial pero, que, precisamente, es este discurso no dicho (the grain), el que marca las ideologías y sociedades que entran en juego en dicho sistema.

El libro de Stoler está estructurado en dos partes de las cuales deja fuera los dos primeros capítulos. Éstos son una extensa y detallada demostración de intenciones de la autora, así como la explicación de una propuesta metodológica que viene defendiendo desde hace años. La antropología histórica, como la misma autora afirma (2002), siguiendo las palabras de Bernard Cohn (1981), es una subdisciplina surgida en los años setenta y ochenta del pasado siglo, tras el giro histórico que la antropología, o al menos parte de ella, decidió tomar tras la crisis de la disciplina. Desde entonces, los antropólogos vienen haciendo (como sucede con los etnohistoriadores en los países americanos, especialmente México y el mundo andino) una lectura etnográfica del contenido de los documentos. Han ocupado un espacio dejado por los historiadores, dedicados, especialmente hasta la Segunda Guerra Mundial, a fechas, nombres, periodos y políticas. Los antropólogos históricos y los etnohistoriadores, tomaron el camino marcado anteriormente por historiadores con LeGoff (1992) o antropólogos como Evans-Pritchard (1990), por decir sólo un par de ejemplos. Se comenzó a hacer etnografía de los sectores menos presentes en la historiografía, de estructuras y comportamientos sociales que los documentos presentaban pero que sólo la etnografía parecía dar las herramientas correctas para realizar su análisis.

Tras el éxito de la propuesta de Hayden White (1992), sobre la necesidad de centrarse en la forma del documento, tanto o más que en el contenido, muchos antropólogos decidieron dar ese paso solicitado. La propia Stoler, ya nos había provocado sobre la idea de que los etnógrafos debíamos leer más allá del contenido del archivo (2000 y 2002). Estaba bien analizar éste bajo un nuevo prisma y con una metodología que los historiadores no tenían, pero, precisamente, si por algo se caracteriza la antropología, es por la capacidad de dar una explicación al funcionamiento de las formas culturales. No, al porqué algo es cómo es, sino cómo se constituye y funciona para llegar a serlo. Es, en palabras de la propia autora, la necesidad de pasar a observar el "archivo como fuente", al "archivo como sujeto" (p. 44). Y esta es la propuesta metodológica en este volumen: el archivo colonial nos muestra cómo es el orden de las cosas en el sistema del cual es producto. Pero no únicamente por el contenido que nos transmite, sino también por la forma, que es un reflejo inequívoco de "los principios y prácticas de la gobernanza" colonial (p. 20).

En la primera parte (capítulos 3, 4 y 5) plantea, con ejemplos específicos, su tesis central del libro, es decir, cómo en los sentimientos y emociones que reflejan los documentos se muestra lo que denomina "la razón de Estado", la "filosofía" del momento (p. 70). Filosofía que está claramente centrada en resolver la confusión reinante en la colonia respecto a la necesidad de definición social de determinados sectores de población, los IK, que parecen poner en duda la propia identidad europea.

En el capítulo tres, se presenta como una aparente pequeña y sin importancia revuelta de ciertos IK acomodados por ser excluidos del ingreso al Harmonie Club de Batavia (Indonesia) en 1848, desencadena toda una correspondencia entre funcionarios de la colonia y de la metrópolis, sobre la verdadera naturaleza de la misma, así como de sus protagonistas y peligrosidad.

El capítulo cuarto, a mi juicio uno de los más interesantes del libro, es un análisis sobre lo que Stoler denomina los "no eventos": aquellos acontecimientos que podrían haber sido, pero no fueron (p. 106). Hablamos de prácticas, políticas o proyectos sociales que el sistema colonial planteó como oportunos para solucionar los problemas de la indefinición social de los IK. Un ejemplo son los documentos que reflejan las dudas administrativas sobre el papel que éstos debían jugar en la nueva economía colonial, más concretamente, respecto al trabajo manual. Reservado como estaba éste a los no europeos, es decir, a los indios locales, ante la creciente necesidad de mano de obra, se plantea la posibilidad de que los IK pudieran hacerlo. Es entonces, cuando la conflictividad ideológica entra en juego: por un lado los que defienden a sus hijos y familiares como europeos nacidos en la colonia; por el otro, los que afirman que al haber nacido en Indonesia y sentirse identificados con estas tierras, pierden todo el derecho como europeos.

Por su parte, el capítulo quinto, está dedicado a una serie de "comisiones" realizadas por el funcionariado colonial, que tenían el objetivo de, mediante una encuesta, recoger el sentir y parecer de la sociedad del momento. Pero, como afirma Stoler, el descontento y las protestas ante sus resultados fueron una constante porque se construyen con base en unas preguntas, dirigidas a una categoría social, que en realidad parecía no existir (p. 162).

La segunda parte del libro (los capítulos 6 y 7) son un recorrido por la figura de Frans Carl Valck, funcionario del estado holandés, que pasa unos años en Indonesia y que, en una correspondencia privada, pone de manifiesto los abusos de los patrones europeos sobre la población local. El primero de los capítulos, de esta segunda parte, está dedicado al análisis de esas cartas (especialmente una escrita el 28 de octubre de 1876), donde Valck detalla las torturas, abusos, violaciones e incluso mutilaciones a la que es sometida la población indígena por los plantadores. El autor de la carta se puso sobre la pista de esta situación tras el asesinato, a manos de sus empleados, de la familia Luhmann, 11 días antes de la redacción del manuscrito. Dada la violencia que usaron los indios contra sus patronos, Valck se preguntó la razón de la misma y llegó a la conclusión de que no podría ser otra que el abuso previo por parte de los segundos.

Stoler se sorprende de que hasta el momento todos estos datos de malas conductas hayan escapado a los ojos de los historiadores de las Indias Holandesas. Pero, afirma, tiene su explicación: la documentación oficial, que es la que llena la mayor parte de los archivos coloniales, carece de esta información. Y no parece que sea por una acción consciente de los funcionarios, sino por el desconocimiento de las prácticas, ocultadas por parte de los patronos a las inspecciones (p. 191).

El último capítulo del libro es un análisis de la obra y vida de Valck y su familia, intentando rastrear el porqué de sus aflicciones, sentimientos y emociones, que le llevaron a investigar y escribir sobre algo que nadie más parece haberse atrevido. Es, en la misma línea que plantea Nicholas Dirks (2002) para la India, la "biografía del archivo", es decir, quién, cuándo, porqué y cómo escribió lo que escribió (p. 48).

La obra se complementa con dos apéndices documentales sobre la cronología de la colonia y sobre los gobernadores de la misma, sumamente importantes para entender, en especial, la primera parte del libro.

Es, según mi parecer, esa segunda parte dedicada a la figura de Valck, la más atractiva del libro. Es en ella, donde entra en juego todo el método que propone la autora, es decir, el análisis de los sentimientos y del ethos de los autores de los documentos. Aquellos que nos dan la verdadera razón del archivo colonial, que nos muestra la ideología y el debate emocional que la sociedad del momento está viviendo.

Pero es en toda la obra, donde se puede apreciar el verdadero trabajo y esfuerzo hecho por la autora por comprender todo aquello que rodeaba a los archivos coloniales. Se puede apreciar como existe un verdadero interés por dar respuesta a las múltiples preguntas que, como etnógrafa, le han ido surgiendo a medida que leía el contenido de los documentos: ¿por qué de la ausencia de determinada información?, ¿quién y por qué se escribió determinado contenido?, ¿cuál era el papel real en la sociedad del momento del autor y de las personas a las que se refiere?

Como afirma en sus dos primeros capítulos, cree firmemente en que la etnografía, como dijo Lévi-Strauss, es la ciencia de lo no escrito. Pero, siendo antropólogos históricos, resulta complicado sostener dicha afirmación. Es en esta disyuntiva, por tanto, donde se justifica este trabajo: el estudio de lo no escrito de los documentos.

Ahora bien, si existe una limitación en el trabajo de Stoler, tal vez la podamos encontrar en la respuesta a la última pregunta de las anteriormente planteadas: ¿quiénes son las personas a las que se refieren los documentos? Reconociendo que no es, en ningún momento, el objetivo del estudio, es cierto que resultaría mucho más completo si la autora nos hubiera mostrado el pensamiento de los IK, cuyas voces están ausentes a lo largo del libro, respecto a esa conflictividad social del momento. La visión planteada es exclusivamente la de los funcionarios y colonos nacidos en Europa.

Pero, como digo, desde un principio se deja claro que el objeto de estudio es el archivo colonial y, más concretamente, quiénes son las personas que lo construyeron y que emociones, pasiones e inquietudes tenían cuando realizaron dicha tarea. Un estudio, por tanto, novedoso e imprescindible en cuanto a propuesta metodológica y que, sin duda, a los investigadores del colonialismo decimonónico les abrirá múltiples camino de análisis.

 

Bibliografía

Cohn, Bernard, "Toward a Rapprochement", Journal of Interdisciplinary History, vol. 12, núm. 2, 1981, 227-252.         [ Links ]

Dirks, Nicholas B., "Annals of the Archive: Ethnographic Notes on the Sources of History", en Brian Keith Axel, ed., From the Margins. Historical Anthropology and Its Future, Durham y Londres, Duke University Press, 2002, 47-65.         [ Links ]

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Le Goff, Jacques, History and Memory, Nueva York, Columbia University Press, 1992.         [ Links ]

Stoler, Ann L., "Castings for the Colonial: Memory Work in 'New Order' Java", Comparative Studies in Society and History, vol. 42, núm. 1, 2000, 4-48.         [ Links ]

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White, Hayden, El contenido de la forma. Narrativa, discurso y representación histórica, Barcelona, Paidós, 1992.         [ Links ]

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