Problemas generales en el postgrado

El COVID-19 se convirtió en un fuerte problema sanitario en distintos países. Afecta a toda la sociedad. Desafortunadamente, el virus que ocasiona la enfermedad, SARS-CoV-2, llegó y cambió la forma de vivir, obligando a la humanidad a afrontar desafíos inesperados. Sin embargo, el ser humano se está adaptando e innovando para enfrentar las condiciones que ha impuesto esta pandemia. Queda claro, que esta situación cambió la manera de ver las cosas, cada día hay que prepararse física y psicológicamente, así como actualizarse en el uso de herramientas digitales que permitan cumplir las responsabilidades y funciones que cumple cada miembro de la sociedad. En lo que se normalizan las cosas se seguirá trabajando en línea y hay que cumplir de la mejor manera, sin arriesgar la salud.

Los estudiantes de postgrado en la UAT hemos tenido distintos problemas. Sin embargo, el alumno tiene la obligación de cumplir pese a la exigencia que amerita sus estudios y tiene que adaptarse rápidamente a la crisis de salud. Antes de la pandemia, los alumnos podíamos hacer estancias en otras instituciones con mejores instalaciones y equipos para cumplir parte de las investigaciones. Hoy es imposible viajar debido a que las universidades o centros de investigación están cerradas. El alumno no puede hacer estas estancias porque expondría su salud y la de investigadores colaboradores. Por otra parte, es difícil avanzar con la investigación debido a que todo está restringido (biblioteca, laboratorio o equipo). Otra de las limitantes para realizar de manera adecuada la investigación son restricciones logísticas y financieras institucionales. El limitado apoyo económico para gasolina o disponibilidad de vehículos oficiales para experimentos de campo ocasiona retraso y modificaciones en la investigación. Ante esta situación se perciben incongruencias ya que el protocolo de seguridad ante el COVID-19 prohíbe salidas y convivencia social, pero el posgrado continúa exigiendo avances sustanciales de investigación. En algunos casos, los trabajos de investigación se han detenido, por lo que se buscan alternativas. El alumno de posgrado lucha por continuar su investigación porque eso refleja su profesionalismo y compromiso. Sin embargo, no hay reglas o planes de contingencia académicas que respalden una situación como la que se está viviendo. Adicionalmente, las clases virtuales han sido un reto para alumnos y profesores debido a fallas técnicas eventuales que causan interrupciones o limitan la eficiencia del proceso enseñanza-aprendizaje. Esto ocasiona un problema entre expositor y receptor. La información no se logra transmitir al alumno y las metas de la materia se cumplen a medias.

Por otra parte, las Universidades y el CONACyT mantienen los requisitos de egreso del posgrado en tiempo y forma. En doctorado son 3-4 años y algunos reglamentos internos de las universidades solicitan realizar estancias nacionales e internacionales, publicar un artículo científico y tener uno más en proceso editorial. Sin embargo, debido a la problemática planteada, se debería analizar la posibilidad modificar dichos requisitos. En este contexto, el becario es el más perjudicado, ya que esto también repercute en el cumplimiento de requisitos para ingresar al Sistema Nacional de Investigadores. Tal vez no se puede realizar una modificación reglamentaria permanente, pero sería conveniente agregar un Anexo para los estudiantes que realizan sus postgrados durante el periodo de pandemia COVID-19 o durante eventuales eventos epidémicos recurrentes.

Testimonio de una estudiante de doctorado que sobrevivió al COVID-19

Cuando el COVID-19 se detectó en el estado de Tamaulipas y las reglas sanitarias se ejecutaron, me encontraba en laboratorio de la institución desarrollado la investigación de mi programa doctoral. La universidad fue evacuada y cerrada. Sin embargo, tenía un experimento establecido en laboratorio, el cual consiste en microencapsular a Trichoderma spp. y Bacillus spp. para evaluarlos como antagonistas de Fusarium spp. y como inductores de crecimiento en plantas de jitomate (Solanum sp). Una vez concluida la primera etapa del experimento se había planeado una estancia en el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A.C., Unidad Cuauhtémoc, en Chihuahua, con un investigador que forma parte del comité de tesis. La estancia tendría como finalidad utilizar un equipo de microencapsulación. Sin embargo, fue imposible viajar, por lo tanto, se modificó la metodología para realizar la encapsulación de forma menos sofisticada y con poco recurso. Se me permitió entrar al laboratorio para terminar el experimento, que tenía establecido. Una vez culminada la evaluación de antagonismo como parte de la primera etapa del experimento, continúo el trabajo en campo. La contingencia sanitaria no afectó en la etapa de trasplante del jitomate e inoculación de los microorganismos encapsulados. Se contó con el apoyo de un docente e investigador y su familia, que permitieron establecer el experimento en su propiedad, lográndose realizar las primeras mediciones de crecimiento de plantas. Sin embargo, a finas de diciembre resulté positiva a la prueba COVID-19, la situación de salud se agravó y fue imposible continuar con la evaluación. Con el tiempo y la atención adecuada mi salud comenzó a mejorar lentamente. Quedaron secuelas que han disminuido mi productividad. Por otra parte, el cultivo de jitomate tuvo complicaciones mientras estuve enferma como presencia de Bemisia sp y virosis; no se realizaron los primeros cortes de fruta; y se perdió el registro de datos. Adicionalmente, la estación invernal causó lenta maduración de frutos, por lo que se realizaron parcialmente algunas mediciones. Era necesario aprovechar al máximo el experimento. Lo importante es que finalmente recupere mi salud, aunque con secuelas que espero con tiempo se subsanen, pero motivada para proseguir con mi investigación. Sé que en adelante las clases posiblemente continúen en línea, con las limitantes en equipos e infraestructura de laboratorios, pero es importante seguir con el programa de postgrado. Se repetirá el experimento en campo y se lograrán los objetivos de esta investigación, siempre atendiendo las indicaciones de expertos en cuanto a medidas de seguridad contra COVID-19.

Testimonio de una estudiante de maestría ante el COVID-19

Cuando inició la pandemia COVID-19 en México me encontraba en el último periodo académico de licenciatura, planeando ingresar a la maestría en el siguiente semestre. Sin embargo, la pandemia se prolongó. El curso de selección fue de manera virtual debido a las reglas sanitarias establecidas. Fui aceptada y se preparó de inmediato material vegetal para establecer el trabajo de tesis. Una de las dificultades más grandes fue el traslado de plantas al sitio experimental debido a restricciones de ingreso a instalaciones de la universidad. Tampoco había apoyo de vehículo oficial, que en ese momento eran indispensables para el traslado de las plantas de cítricos. El trabajo consiste en inocular la bacteria Candidatus Liberibacter asiticus en diferentes especies de cítricos con portainjertos contrastantes para probar el efecto de inductores de resistencia. Las complicaciones de traslado de plantas, retrasó la inoculación de la bacteria, la cual se realizaría mediante injerto de yemas infectadas. Decidimos realizar el transporte por cuenta propia; sin embargo, cuando se consiguió vehículo, las plantas ya no estaban en óptimas condiciones y el trabajo continúo con retraso al requerirse nuevas plantas. Posteriormente, ocurrió una helada y se perdió todo el material experimental. Se tuvo que obtener nuevas plantas fuera de la entidad y realizar modificaciones al proyecto original. Actualmente, la investigación se está realizando, y aunque el avance es lento por restricciones de la pandemia, sé que cumpliré con mis objetivos. Esta situación me impulsa a ser más autodidacta, buscar soluciones y actualizarme constantemente en el uso de tecnologías digitales, por otro lado, estoy dispuesta a adaptarme a la situación, cumplir con mis obligaciones y responsabilidades.