SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.39 special issueCOVID-19 Pandemic: A plant health vision of a multidimensional problemMy name is Bernardino Cruces, 85 year-old, I am a farmer author indexsubject indexsearch form
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Revista mexicana de fitopatología

On-line version ISSN 2007-8080Print version ISSN 0185-3309

Rev. mex. fitopatol vol.39 n.spe Texcoco  2021  Epub Nov 30, 2022

https://doi.org/10.18781/r.mex.fit.2021-2 

COVID-19: El Virus, Enfermedad y Epidemiología

COVID-19 en el año Internacional de la Sanidad Vegetal

José Jorge Gutiérrez-Samperio,*  1 

1 Exdirector General de Sanidad Vegetal, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, México; Exdirector ejecutivo del OIRSA; Creador de los Programas Nacionales contra Moscas de la fruta y Mosca del mediterráneo. Texcoco, Estado de México, CP. 56230, México.


Las plagas, en su amplia acepción, han tenido un rol preponderante en la historia de la humanidad. Se puede afirmar que hombre, cultivos y plagas han transitado juntos en el tiempo. Códices, glifos, pinturas y un sinnúmero de documentos antiguos, incluyendo la Biblia y el Corán, así lo atestiguan. El ser humano ha tenido embates tanto de enfermedades propias, como de aquellas que limitan la obtención de sus alimentos y deterioran el medio ambiente. El COVID-19, que ahora nos aqueja y se declaró pandemia por la Organización Mundial de Salud en Marzo de 2020, viene a sumarse a las experiencias sufridas en el pasado, con pestes o epidemias que causaron millones de muertes por enfermedades o hambrunas. Es paradójico que esta contingencia sanitaria sucede justo cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 20 de diciembre de 2018, en su resolución A/RES/73/252 decide declarar 2020 Año Internacional de la Sanidad Vegetal con el propósito de “resaltar la importancia de la salud de las plantas para mejorar la seguridad alimentaria, proteger el medio ambiente y la biodiversidad e impulsar el desarrollo económico” según el pronunciamiento de FAO. Por primera vez, en una época con grandes avances tecnológicos y científicos, la humanidad fue consciente de su vulnerabilidad ante la inevitable evolución de las formas vivas frente a disyuntivas de impacto global que ha provocado el ser humano. Así, la plaga, parásito o peste hace su propia declaratoria de preeminencia existencial, a través del SARS-CoV-2, para recordarnos que la salud de humanos y de plantas es la esencia de la vida y de su continuidad. Pero quizás la salud absoluta no basta. Es necesario encontrar un equilibrio en un mundo agobiado por dar tanto, a cambio de casi nada, de todos aquellos que la habitamos. Si el sensor de nuestra intervención antropocéntrica del mundo es el cambio climático entonces el caos biológico es indirectamente nuestra obra. Reemergencia de plagas y enfermedades consideradas erradicadas, o las de origen zoonótico que nunca habían acompañado a la humanidad, constituye una distopía surrealista que no podremos eventualmente negar más.

En el caso de plagas de nuestros cultivos y alimentos, hay muchos ejemplos de ese advenimiento del desequilibrio. En el libro “La Gran Plaga”, cuyo autor es F. Löhr Von Wachendorf, con una extensa bibliografía consultada, su contenido resulta magnífico para involucrar aspectos filosóficos sobre las plagas (Von Wachendorf, 1959). El autor denominó al primer capítulo: “Y se sentaron en un opíparo banquete”. Con solo leer esto, queda uno totalmente involucrado en la visión de Von Wachendorf. Los demás capítulos son igualmente sugerentes, por ejemplo: “Los jinetes apocalípticos cabalgan,” “El hambre no es el mejor cocinero,” “En la primera guerra mundial salió vencedera la peste de la patata, el tributo de Francia a un pequeño bicho: 100,000 millones de francos oro”.

En México, los Mayas y Aztecas se enfrentaron a la langosta o chapulín y al chahuistle, hongo del maíz, desde tiempos prehispánicos (Rodríguez-Vallejo, 1992). En el museo de antropología e historia de la ciudad de México existe una excelente escultura de un chapulín en piedra rosada, cuya figura estilizada es muy parecida a las que se observan en las ruinas mayas de Tikal en Guatemala. En el Castillo de Chapultepec (proviene del náhuatl y significa cerro del chapulín), existe también una escultura de chapulín en su majestuoso patio.

En el libro “Las cosas de Yucatán” de Fray Diego de Landa, el autor narra eventos relativos a cultivos recogidos de la tradición oral de nativos peninsulares, como sequías y langosta (Saák en lengua maya) e inclusive registra la existencia de cuando menos 14 hambres, algunas de ellas originadas por la langosta (de Landa, 1986). Una de las primeras medidas para el control o salvaguarda contra esta y otras plagas fue establecida a través de instancias y procesos religiosos en la época virreinal en Mérida, Morelia, Guadalajara y otros lugares de México. Existen escritos sobre eventos religiosos para solicitar ayuda a diversos santos, así como el establecimiento de diezmos para su control y de actividades para salvar y proteger los granos cosechados de roedores y gorgojos.

En las décadas de los 20´s a los 50´s se establecieron programas internacionales con la participación de México contra las moscas de la fruta, langosta y royas del trigo. Por ejemplo, se consideró la protección fitosanitaria del noroeste, incluyendo Sinaloa, Sonora y California, creándose la cuarentena No. 2 con un área de inspección y tratamiento en Guadalajara. En 1947 se estableció el Comité Internacional de Lucha Antiacridia para combatir la langosta con sede en Managua, Nicaragua. Debido a los buenos resultados, en 1953 se transformó en el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA). Todas estas actividades y programas se realizaron antes de la creación de FAO y del Comité Internacional de Protección Fitosanitaria.

En esos años se fortalecieron muchas actividades sanitarias entre México y EUA, como el programa sobre roya del trigo con apoyo del Banco Mundial; la campaña de erradicación de la fiebre aftosa, así como la creación de la Oficina de Estudios Especiales, con apoyo de AID de EUA. A principios de esos años, también se sufrió la influenza española, enfermedad que causó muchas muertes de personas en México y fue quizá la primera pandemia que afectó a nivel mundial. Si ahora estamos sufriendo con la pandemia de COVID-19, seguro se tuvieron grandes calamidades en aquellos años con investigación y sistemas de salud insipientes.

En todo este contexto histórico, es imperativo reconocer y promover una política global de prevención aprovechando el impulso del Año Internacional de Sanidad Vegetal 2020, una medida notable de la Organización de Naciones Unidas. Hoy más que nunca, es fundamental crear y fortalecer programas de prevención contra las adversidades biológicas robusteciendo instancias oficiales y privadas. La capacidad de buenos liderazgos, creados adecuadamente, con visiones y acciones sistémicas y humanísticas, debe ser una de las acciones inmediatas. Es imperativo pensar en el futuro de las naciones, de la humanidad, de la naturaleza, de las necesidades sobre la salud humana y de la riqueza agropecuaria.

Literature cited

De Landa D. 1986. Relación de las Cosas de Yucatán. Edición de AM. Garibay, Ciudad de México, Editorial Porrúa. México. 126 p. https://www.wayeb.org/download/resources/landa.pdfLinks ]

Rodríguez-Vallejo J. 1992. Historia de la Agricultura y de la Fitopatología (Con referencia especial a México). (No. 630.972R62). Colegio de Postgraduados. Chapingo, México. 135p. [ Links ]

Von Wachendorf FL. 1959. La Gran Plaga: El hambre a Través de la Historia. Editorial Labor. Barcelona, España. 451p. [ Links ]

Recibido: 02 de Febrero de 2020; Aprobado: 30 de Marzo de 2021

* Corresponding author: josejorgegutierrezsamperio611@gmail.com

Creative Commons License This is an open-access article distributed under the terms of the Creative Commons Attribution License