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Acta poética

On-line version ISSN 2448-735XPrint version ISSN 0185-3082

Acta poét vol.25 n.1 Ciudad de México Mar./May. 2004

 

Reseñas

 

Traducir como utopía

 

Andreas Ilg

 

Hans J. Vermeer, Übersetzen als Utopie. Die Übersetzungstheorie des Walter Bendix Schönfiies Benjamin [Traducir como utopía. La teoría de la traducción de Waiter Bendix Schönfiies Benjamin], Heidelberg, TEXTconTEXT, 1996

 

La teoría de la traducción de Benjamin es una teoría extravagante, enigmática y, por ello, discutida hasta el exceso. ¿Harán falta otras reflexiones? ¿Qué de nuevo se podrá deducir de sus ensayos teóricos dedicados a la traducción? ¿Tiene sentido volver a interrogar las obras de Benjamin y, en especial, el tan citado ensayo: La tarea dei traductor! Justamente sí, pues la obra lo exige y, por otro lado, la teoría de la traducción de Benjamin lo impone. El misticismo que la vela, o resulta espantoso por ser un acertijo imposible de adivinar o, por el contrario, ejerce su encanto sobre quien intenta descifrarlo. Hans Joseph Vermeer es uno de quienes han enfrentado la difícil tarea de indagar sus profundidades aparentemente insondables, y lo hace con una luz que, a primera vista, parece más bien tenue, ante lo vasto del campo de interpretaciones posibles. El avance es paulatino y con pasos cuidadosos: a veces con saltos repentinos, en ocasiones con detenimientos prolongados, pero volviendo siempre a la senda trazada, ubicando el lugar conquistado, por vago que sea el panorama que se haya abierto.

El camino sutil que el meticuloso investigador alemán emprende hacia la teoría de la traducción de Benjamin y a través de ella, tiene un objetivo claro, preciso, modesto y, no obstante, menos ambicioso que atrevido. Dicho sea de paso, el atrevimiento de esa aventurada katábasis al abismo histórico benjaminiano posibilita no sólo una nueva perspectiva para la lectura de su teoría, sino una nueva forma de concebir la traducción:

Es geht mir aber nicht um eine Chronologie Benjaminscher Werke, sondern um den Versuch einer Ausdeutung seiner Gedanken im Hinblick auf eine, d.h. eine von mehreren möglichen und zugleich eine einheitliche, Translationstheorie (57).1

Subrayamos que se trata de un intento de una interpretación exhaustiva que comprende más de 200 páginas y que, sin embargo, pide un replanteamiento a medio camino: el intento de que la interpretación sea exhaustiva se considera sólo parcial.

Was ich im Vorstehenden zu erreichen versucht habe, ist lediglich eine Teilausdeutung Benjaminscher Gedanken auf eine —zugestandenermaßen: meine— Auffassung vom (prospektiven) translatorischen Handeln hin zu skizzieren (114).2

Ante la conquista de un terreno tan extenso, sorprende esa aclaración sensible y muy modesta. La perspectiva, sin embargo, se mantiene firme: reubica el ensayo de Benjamin dentro del campo de la teoría de la translación y lo enfoca mediante un denominador común: la "acción translativa" (1). Por lo general, se comprende la teoría benjaminiana de la traducción como fundamentada en el mito de la creación y de Babel. Pero Vermeer precisa:

Auf einem Mythos läßt sich keine Wissenschaft aufbauen —aber vielleicht sind Utopien 'fruchtbarer' (54).3

De esta reflexión, así como de la importancia del "acto", se deriva el título: "Traducir [verbo-acto] como utopía". Sin embargo, y en esto radica la riqueza de la perspectiva de Vermeer, una utopía difiere de un mito en que la primera progresa, es prospectiva, mientras que el último, de manera regresiva, reconduce a un origen.

Situar la teoría de la traducción de Benjamin como una teoría utópica permite extraer una nueva enseñanza: la acción translativa prospectiva, dirigida al receptor y determinada por éste. Por ello, la teoría de la translación se orienta por un "escopo", que equivale a un objetivo que se determina por la cultura a la que se traslada forma y contenido. Es más:

Nach der Theorie vom translatorischen Handeln kann ein Ausgangstext gänzlich verworfen werden, wenn der Translationsskopos dies verlangt (186).4

Esa afirmación no sólo da cuenta de la forma prospectiva de ubicar la teoría de Benjamin a partir del enfoque de la teoría de la acción translativa, sino que propone y expone una perspectiva novedosa de traducir o, mejor dicho, de trasladar. Este nuevo modo de pensar la traducción, en el cono de luz de la teoría de la translación, es lo que sacude al lector partícipe de una teoría de la traducción tradicional y perteneciente a ella. Lo sacude y lo reubica, reforma su modo de ver y de concebir los alcances de la traducción en términos translatológicos y, en el caso particular de la presente obra de Vermeer, a situar de nuevo el muy discutido ensayo de Benjamin.

Como ya dijimos, el camino para lograr esa reubicación de la teoría benjaminiana se traza con cuidado, con cautela y con una precisión muy particular. Mas el lector que por primera vez se acerca al texto de Vermeer, pronto se topará con una serie de obstáculos: la exactitud de la expresión puede resultar exagerada, incluso para un lector germano-hablante; lo meticuloso de la investigación se anuncia desde el comienzo de la obra: ¿por qué el subtítulo de "La teoría de la traducción de Walter Bendix Schoenflies Benjamin [subrayamos]"? y, en lo que concierne al texto, ¿por qué el uso constante de palabras selectas de origen latino, como por ejemplo ambig (188) o interdependent (207)? Suenan exóticas en alemán, por lo que sorprenden al lector y no facilitan que se familiarice con el texto. Por otro lado, el uso de este vocabulario, lleno de latinismos, permite la convergencia de varias lenguas en una y, además, facilita la traducción sin que se pierda lo preciso de la expresión; a la par, da cuenta de la formación del autor como filólogo clásico y como uno que maneja varias lenguas con perfección y sutileza.

¿Qué es lo que dificulta la entrada al texto o su recepción? ¿Será el estilo del escritor? ¿Será el tema? Quizá las dos cosas. El escrito de Hans Joseph Vermeer definitivamente lleva la marca de la discusión con el ensayo de Benjamin. Podría decirse que no sólo se trata de un trabajo sobre la teoría de la traducción de Benjamin, sino de un escrito rozado, además, por el estilo benjaminiano:

Wenn die These (oder Hypothese) in dieser hier vorgelegten Skizze mit solchen Einschüben Umwege machen und im Zickzack zu laufen scheint, dann kann ich mich auf Benjamins zumeist doch sehr verdröselte Gedankenfolge und Ausdrucksweise selbst zurückbeziehen (127).5

Hay, por consiguiente, un modo peculiar de ensamblar los temas, haciendo una especie de patchwork de una ráfaga de ideas. Parece que éstas convergen, en retorceduras múltiples, hacia el hilo conductor. Por ello es difícil seguir este texto con una lectura fluida, pues obliga al lector a que también él camine paso a paso, se detenga constantemente e incluso no sólo a que se reubique, sino que retorne a campos aparentemente conquistados.

No obstante, en esto radica el poder y la fuerza de la obra, pues las lecturas apresuradas y, a veces, precipitadas, han hecho que el ensayo de Benjamin y su teoría de la traducción se comprendan frecuentemente de una manera poco innovadora. Volver a situar esta teoría y abrir un nuevo campo de perspectivas para la translación, ésa es la meta a la que aspira la obra de Vermeer; por ello resulta una fresca sacudida y una propuesta innovadora ante concepciones establecidas con demasiada rigidez, a la cual no le falta un fundamento sólido. La propuesta "nueva" de Vermeer es una renovación de la teoría de la translación a partir de una lectura cuidadosa y exhaustiva del ensayo de Walter Benjamin: se trata de reubicar este ensayo como una utopía, a fin de recuperar su poder histórico, el de una Historie der Zukunft,6 en vez de rechazarlo como un mito o como una propuesta misteriosa de los que un estudio científico nada podría rescatar.

No sólo es enriquecedor, sino indispensable, volver a leer a Benjamin con la propuesta de Vermeer.

 

Notas

1 "Mas no se trata de una cronología de las obras de Benjamin, sino del intento de una interpretación exhaustiva de sus pensamientos en la perspectiva de una teoría de la translación, y esto quiere decir, de una entre muchas posibles y, además, de una que sea homogénea". Las referencias al texto de Vermeer se precisan con el número de página entre paréntesis.

2 "Lo que he intentado lograr en lo propuesto hasta aquí, solamente es una interpretación parcial de los pensamientos de Benjamin que esquematiza una concepción —lo confieso: la mía— de la acción translativa (prospectiva)".

3 "Una ciencia [la teoría de la translación] no se deja fundamentar en un mito —pero probablemente resultará 'más fructífero' hablar de utopías".

4 "Según la teoría de la acción translativa, un texto de partida puede rechazarse por completo, si el escopo de la translación lo exige". En otro texto de Vermeer —Die Weit, in der wir übersetzen, 1996— se aclara que no se trata de una adaptación, cueste lo que cueste, a las expectativas y a las costumbres de la cultura meta.

5 "Si con tales inserciones en el presente esquema, la tesis (o hipótesis) parece dar rodeos y andar en zigzag, puedo remitirme a la secuencia de pensamientos y a la forma de expresión retorcidas del mismo Benjamin".

6 Eine Historie der Zukunft nennen wir manchmal Utopie: "A veces llamamos utopía a una historia del futuro" (7).

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