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Nova tellus

Print version ISSN 0185-3058

Nova tellus vol.26 n.2 Ciudad de México Nov. 2008

 

Reseñas y notas bibliográficas

 

Martínez Gázquez, José, y Rubén Florio (coords.), Antología del Latín Cristiano y Medieval

 

Martha Angélica Rodríguez Leal

 

Bahía Blanca, Universidad Nacional del Sur/Universitat Autònoma de Barcelona, 2006, 251 págs.

 

Recepción: 12 de septiembre de 2008.
Aceptación: 13 de octubre de 2008.

 

Palabras Clave: antología, latín cristiano, latín medieval.

 

El propósito de esta antología es difundir y organizar las obras más representativas del conocimiento medieval, utilizando fuentes antiguas y modernas para una mejor comprensión del dogma cristiano, mismo que va desde textos bíblicos y litúrgicos, poesía lírica religiosa, poesía profana, poesía épica religiosa y alegórica, epopeya heroica, drama religioso y profano, actas notariales, crónicas, hagiografías, cultura filosófico-científica (que a su vez abarca textos moralizantes, enciclopedias, herbarios, lapidarios, cómputo y calendarización, astronomía), y termina con traducciones del griego al latín, del árabe al latín, textos mozárabes, apologéticos e inscripciones funerarias.

En el primer apartado correspondiente a los textos bíblicos y, que de acuerdo con nuestros especialistas, es uno de los más importantes de esta antología, tenemos a la Vulgata, traducida por San Jerónimo directamente del hebreo al latín por petición del papa Damaso. Su objetivo fue lograr una fácil comprensión de los textos bíblicos por parte del pueblo, de ahí su nombre. Es también uno de los libros con mayor número de transcripciones por lo que se conservan infinidad de manuscritos. Éstos incluyen además, fragmentos de los Evangelios que refieren desde el nacimiento de Jesús hasta su resurrección: Evangelium secundum Iohannem 1, 1-18; Liber genesis 1, 1-31; 2, 15-17; 3, 1-7, 14-24; Psalmus 50 (51); Annuntiati et conceptio Christi; del Evangelium Secundum Lucam 2, 1-20 leemos Iesu Christi nativitas in Bethlehem; del Evangelium Secundum Matthaeum 5, 1-16 nos presentan Beatitudines; Iesu Christi mors; además, San Pablo I, AD, Corinthios 15, 12-19. Agregan a esta sección un formulario general del Ordo Misae, que se encuentra dividida en dos partes: la "Misa de los Catecúmenos" y la "Misa de los Fieles" (25). La primera consta de un Introitus, Kyrie Eleison; Gloria in excelsis Deo; Colecta-Oratio; Espistula Graduate et Alleluia; Sequentia; Evangelium y el Credo. La segunda formada por el Ofertorium, Consecratio secreta, Proefatio, Sanctus, Te igitur, Consecratio, Doxología, Pater Noster, Agnus Dei, Communio, Postcommunio, terminando con el Ite, Missa est.

La relación del hombre con Dios va de la mano. Es decir, la fe religiosa como fenómeno espiritual e histórico dentro de la cultura occidental, va a intentar explicar la realidad, su realidad, como a una unidad de pensamiento donde Dios, su dios, representa el orden, el sentido de la vida humana, la ley ejercida como una verdad ipso facto, donde también el pensamiento habrá de sustentarse sobre el plano de la fe: la teología. Por todo esto, el hombre no necesitará mirar más allá, bastará con que se deje conducir por su religión. No es esto nada para sorprenderse. Lo que actualmente consideramos como una fuerza y presión ejercida sobre la libertad del pensamiento, el hombre de aquél momento no la mirará como tal. También ellos intentarán abordar la búsqueda de la verdad como hombres de su tiempo y espacio.

En el apartado dedicado a la poesía lírica-religiosa tenemos a san Ambrosio, de quien los autores dicen escribió 14 himnos, "todos con la misma estructura: ocho estrofas de cuatro versos", porque consideró que el "elemento métrico" (p. 29) era esencial para la interpretación por sus fieles. El himno no sólo representará un canto de alabanza. Se dice que sectas heréticas lo trajeron del Oriente y que su intención inicial fue la de motivar al pueblo para evitar que decayera su fe. El himno como tal ha tenido una evolución tan importante desde entonces que actualmente se le considera un género musical. Como sabemos, la palabra y el canto ejercieron y ejercen un poder intrínseco en nuestro ser. El significado textual del momento y la expresividad musical hicieron que el himno y su objetivo principal —el de trasmitir creencias sumado al acto de cantar— fueran censurados por los clérigos hasta el grado de prohibirlos. La respuesta no se hizo esperar, nos encontraremos ante un Prudencio, quien escribiera 12 himnos integrados en el Cathemerinon y que "no fueron escritos para ser cantados, como los de Ambrosio, sino para ser leídos y meditados" (p. 31). Este autor es muy importante por su trabajo debido a la clara influencia de la cultura clásica en el cristianismo. De ambos leemos en esta antología sus respectivos Hymnus ad Galli Cantum.

San Columba monje irlandés que corresponde al período de crisis entre la influencia clásica y cristiana, aprendió latín como segunda lengua. Escribió el Altus Prosator, un himno alfabético que expone los temas del Génesis hasta el Juicio Final. Otro irlandés, Gildas (el sabio) compuso Loria Sancti Gyldae Sapientis que "según la crítica moderna esta historia no sería más que una fábula que daría cuenta de las antiguas relaciones entre Britania e Irlanda" (p. 39). Venancio Fortunato y su Hymnus in Honore Sanctae Crucis "es una conmovedora descripción e invocación a la Cruz" (p. 44). Paulo Diácono, quien perteneció a la corte de Carlomagno por su formación erudita y noble, escribió el Versus in Laudem Sancti Iohannis Baptistae en estrofas sáficas, posteriormente, Guido d'Arezzo tomará "la primera sílaba de cada hemistiquio de la primera estrofa para dar nombre a las notas musicales" (p. 46). Fue un admirador profundo de la cultura clásica, de ahí su preocupación por retomarla. Alcuino de York (Flaccus), representante de la escuela palatina, con una prolífica actividad intelectual y literaria, y de quien leeremos su "Poema XXIII", es considerado por la crítica como "uno de los de más exquisita sensibilidad de la poesía medieval" (p. 49). Josefo Escoto, irlandés, discípulo de Alcuino y abad en la corte de Carlomagno combina el arte de la literatura clásica con los temas cristianos. En la reproducción de su "Poema IV",

letras destacadas forman la figura de una iglesia con tres cruces: una central, la mayor, y dos laterales más pequeñas. Los acrósticos que conforman el contorno de la iglesia se leen de arriba hacia abajo; la cruces laterales de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha, mientras que la cruz central se lee, de abajo hacia arriba, de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo (p. 52).

Hrabano Mauro, abad de Fulda, reconocido teólogo y poeta que ocupó puestos importantes dentro de la jerarquía eclesiástica por lo que influyó en la política de su época, fue un prolífico escritor y destacado intelectual de la Edad Media. "Una de sus obras más importantes es De rerum naturis, también conocido como De universo. Se trata de una summa, en 20 libros, la única ilustrada en la Edad Media en donde recoge lo esencial de la herencia de las Etimologías de Isidro" (p. 55). Uno de sus himnos que en este volumen se trascribe es el Hymnus de Natale Innocentum. Wilfrido Estrabón, también de la época carolingia, maestro de Carlos el Calvo hijo del emperador Ludovico el Pío. Fue de su mayor interés trabajar los temas exegéticos. Poeta notable, admirador de Virgilio, Ovidio, Prudencio, Venancio Fortunato y Boecio, escribió a los 18 años su poema Visio Wettini, "cuyas huellas se encuentran en la Divina Comedia de Dante" (p. 60). Encontramos aquí "el pasaje donde se describe el castigo a que está sometido Carlomagno en el Purgatorio" (60). Sedulio Escoto, irlandés de nacimiento, profundo conocedor de los clásicos, prolífico escritor de textos exegéticos, gramaticales, políticos y poéticos, conocedor notable de Virgilio, Cicerón, Horacio y Ovidio, poeta de la Corte de Lieja, escribió el Liber de rectoribus christianis del que la antología presenta el poema con que cierra el Capítulo XVI. Bernardo de Cluny, poeta al que pertenece De Contempu mundi, poema de 2966 versos escritos en tres libros. El primero habla del valor de los bienes terrenales, el fin del mundo y el Juicio Final; en el segundo y tercer libros critica al clero y a la sociedad de su tiempo. Pedro Abelardo, el más importante intelectual del siglo xii. Filósofo, teólogo y poeta, con una obra prolífica que incluye himnos acompañados con música, y que además firma, algo que era imposible de considerar en esa época. La antología nos entrega dos de sus himnos más importantes de su Hymnarius Paraclitensis: Ad vesperas y el Hymnus Gratiarum post epulas.

Dentro de la poética lírica religiosa encontramos variaciones sobre el mismo tema llamadas sequentia o sequentias, ambos términos se aplican tanto a la poesía como a la música. Es decir, el texto poético deviene fluido y sonoro, sensible y brillante gracias a las secuencias. La aparición y desarrollo de éstas es uno de los primeros pasos para el canto lírico-religioso. El cambio y el contraste saltan a la vista, mismo que podríamos traducir como un momento individual ético-subjetivo, intimista, sin perder el equilibro entre la forma y el contenido. De acuerdo con nuestros especialistas, es la imitación del salmo o del himno y

aparece en la liturgia de la misa como prolongación del canto del Alleluia tras el Gradual, de donde vendría su nombre, "lo siguiente", "como una explanación interpolación en el texto litúrgico, al modo de los tropos, usado desde los tiempos antiguos y que permaneció más o menos viva hasta bien entrada la Edad Moderna" (p. 72).

Algunos de sus más distinguidos representantes fueron: los monjes Nokter Balbulus; Hrabano Mauro; Wipo; Hermann Contractus; Tomás de Celano; Adam de San Víctor; Jacopone de Todi y Tomás de Aquino, a quien "ante la duda jansenista sobre la presencia real de Cristo en la Eucaristía, Urbanno IV [le] encargó a Tomás de Aquino la composición del oficio completo y la misa del Santísimo Sacramento en el año 1264" (p. 89).

En el apartado correspondiente a la poesía profana encontramos a Teodulfo de Orléans, quien escribió aproximadamente 80 piezas literarias y poéticas, todas ellas bajo la notoria influencia del mundo clásico. Hildelberto de Lavardin, el más famoso poeta del siglo xii, obispo de Lemans y arzobispo de Tours que, influenciado por el neoplatonismo destaca la presencia de los valores humanos a través de la palabra cristiana, logrando expresar así los sentimientos de la época, escribió elegías durante su destierro a Roma donde enalteció la majestuosidad así como su admiración por una cultura "pagana" (p. 95).

Los Carmina Riuipullensia y los Carmina Burana, los primeros conocidos como "poemas de amor de Ripoll", localizados en el monasterio benedictino del mismo nombre, presentan con originalidad la poesía erótica (carmina erotica), emparentada con la tradición lírica latina y con el lenguaje poético de Ovidio y Virgilio; los segundos integran el Codex Buranus, publicados por J. A. Schmeller en 1847, quien les diera ese nombre. Son escritos compilados desde el siglo x al xiii. Reúnen cantos dialectales del alemán bávaro, algunas piezas dramático-sacras. Se dividen en tres partes: los 55 primeros son de orden satírico-moral; la segunda parte del 56 al 186 son cantos de amor; y una tercera parte que corresponde del 187 al 228 abarcan cantos báquicos, lúdicos y de taberna.

Pasemos ahora al apartado de poesía épica, religiosa-alegórica, donde se habla nuevamente de Prudencio y una de las obras más importantes de la Edad Media, la Psychomachia: "su gran mérito consiste en haber propuesto una lectura alegorizada de la epopeya, representando, con estos combates de Vicios y Virtudes, la lucha de la iglesia contra todas las fuerzas del mal. [...] lo novedoso de la Psychomachia es que todos los personajes son alegóricos y femeninos" (p. 113). Sedulio, de quien se cree nació en Italia donde estudió filosofía, escribió una epopeya bíblica que consta de 1500 versos organizados en 5 libros "en un estilo que revela amplio conocimiento de la retórica" (p. 116), conocido como Paschale Carmen. Fue llamado por Lutero el christianissimus poeta. Alano de Lila, conocido como Doctor Universalis, vivió en Montpellier donde se cree que murió. Escribió De Planctu Naturae, Anticlaudianus, Parabolae seu de regulis sanctae theologiae, Contra haereticos, Distinctiones, sermones y piezas rítmicas. El Anticlaudianus es la obra más reconocida del siglo XII y representativa del neoplatonismo. Como parte importante de la epopeya heroica alemana encontramos al Waltharius, perteneciente a los siglos IX y X. Se cree que fue escrito por el monje benedictino Ekkehart I. Sin embargo, contiene 22 versos que corresponden a Geraldo, otro monje, también benedictino. Su importancia estriba en considerarlo un antecedente directo de la epopeya castellana y de los poemas juglarescos del siglo XVI. De Abbon de Saint-Germain-des-Prés, quien relata en su Bella Parisiacae urbis, el sito y asedio de París por los normandos en el 885. Letaldo de Micy y su poema De quodam piscatore quem ballena absorbuit que trata de un pescador que es tragado por una ballena en altamar, parafraseando el episodio bíblico de "Jonás y la ballena". Gualterio de Châtillón, escribió un Tratactus contra Iudaeos y Moralium Dogma Philosophorum, pero su reconocimiento se debe a sus poemas satíricos morales que forman parte de la colección de Carmina Burana, del que aquí se incluye el Carmen Campidoctoris. Un ejemplo más es el Poema de Almeria o Prefatio Almaria, que relata la lucha entre moros e hispanos en un plano simbólico. Consta de 385 versos que "cierran la Chronica Adefonsi Imperatoris, redactados probablemente por un coetáneo de Alfonso VII" (p. 137).

A partir del siglo IX los temas bíblicos serán los motivos a dramatizar. Dentro del drama religioso tenemos a Hrotsvitha de Gandersheim, de quien, gracias a sus dramas, podemos establecer un puente entre el teatro latino clásico y el teatro religioso anglosajón medieval. Aristócrata alemán, conocedor de Terencio, Virgilio, Boecio, Prudencio, Sedulio y otros más, sus obras giran en torno a la relación entre cristianos y paganos. En esta antología se incluye la versión completa de Dulcitius o Passio sanctarum virginum Agapis, Chioniae et Hirenae. Otro texto es el Ludus de Emmaus en el que se representa a Jesús al encuentro de dos de sus discípulos camino a Emmaus, mismo que debía recitarse en la víspera del lunes de la Semana Santa.

De la comedia elegíaca podemos decir que toma como modelo al dístico ovidiano, además la influencia romana es notoria por el uso de los temas amorosos,

pero a diferencia de aquélla, sus argumentos son más sencillos, los personajes femeninos poseen mayor envergadura y se nota la ausencia de figuras prototípicas. Todas ellas, aún las inspiradas en textos clásicos, se desarrollan en ambientes contemporáneos y hacen referencia a costumbres de la época (p. 155).

Casi todas son anónimas, y 20 son las conservadas, fueron representadas en las universidades donde se hablaba latín todavía. Las comedias anónimas más estudiadas son: Pamphilus, Babio, Baucis et Traso, De Tribus Puellis u Ovidius Puellarum, De Nuntio Sagaci, De Tribus Sociis, de Clericis et Rustico y De Uxore Cerdonis, Miles Gloriosus y Lidia, estas dos últimas de Arnulfo de Orleáns; Geta y Aulularia de Vital de Glois; Alda de Guillermo de Blois; Paulinus et Polla de Ricardo de Venosa. Aquí se presentan fragmentos de Pamphilus, quizás la más famosas del siglo XII, considerada como una de las fuentes del Roman de la Rose, del Libro del Buen amor y La Celestina.

Como se dijo en un principio, se incluyen otros apartados pequeños con fragmentos de documentos; actas notariales, escritos de ejecución testamentaria; partes de las primeras crónicas de la España cristiana; hagiografías; algunos textos enciclopédicos, filosóficos y científicos; otros más que nos permiten conocer hábitos y costumbres como son los fragmentos lapidarios, herbarios y algunas traducciones apologéticas del árabe al latín. El conjunto cierra esta antología a manera de complemento.

En mi intento por reseñar este magnífico libro me encontré dando pasos sobre el mismo camino: presentar una mínima perspectiva del conjunto y una visión sintética obligada de los correspondientes apartados, teniendo como hilo conductor el índice, mismo que se basa en trabajos filológicos reconocidos y relevantes tales como Glossarium Mediae Latinitatis Cataloniae; Reallexicon für Antike und Christentum; Compendium Auctorum Latinorum Medii Aevi; L'Étude des Auteurs Classiques Latins aux XIe et XIIe Siècles (Catalogue des Manuscrits Classiques Latins Copiés du IXe au XIIe siècle); Analecta Hymnica Medii Aevi; Corpus Christianorum; Corpus Christianorum. Continuatio Medievalis; Corpus Scriptorum Ecclesiasticorum Latinorum; Monumenta Germaniae Historica; The Medieval Latin and Romance Lyric to A.D. 1300; Der Koran im Zeitalter der Reformation. Studien zur Frühgeschichte der Arabistik und Islamkunde in Europa.

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