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Revista de la Facultad de Medicina (México)

On-line version ISSN 2448-4865Print version ISSN 0026-1742

Rev. Fac. Med. (Méx.) vol.65 n.2 Ciudad de México Mar./Apr. 2022  Epub Apr 30, 2022

https://doi.org/10.22201/fm.24484865e.2022.65.2.10 

Arte y medicina

El tlatoani Tízoc y su piedra

Teresa I. Fortoul van der Goes


En el número anterior, comentamos la relevancia de otra piedra que fue una herramienta que servía para poder entender los jeroglifos egipcios y así conocer más acerca de esa cultura que duró más de 3,000 años. Del mismo modo, el trabajo de decodificar textos nos ha permitido conocer otras culturas como la maya y la azteca y, en otros campos, el ADN. Ahora hablaremos sobre la piedra de Tízoc que, además de su belleza, informa sobre algunas de las acciones de ese huey tlatoani1.

Los tlatoaque (plural de tlaltoani, aunque también se utiliza tlatoanis) ostentaban el máximo cargo en la jerarquía política y poseían, en opinión de un consejo formado por otros miembros de la nobleza, las cualidades necesarias para ejercer con prudencia y eficacia el poder que el poseer el trono les conferiría2.

Fueron varios los tlatoanis quienes ayudaron a forjar el imperio mexica, y tenemos información de algunos de ellos. Sus inteligentes gestas trascendieron en innumerables logros, batallas ganadas, magníficas construcciones, etc. Quedaron registradas en los códices o en los textos que recopilaron los sacerdotes que acompañaron a los españoles durante su estancia en Tenochtitlan. Uno de ellos fue Tízoc.

Tízoc Chalchiuhtlatona -el agujerado con chalchihuites- vivió de 1436 a 1486, y sucedió a su hermano Axayácatl3 en el trono mexica, convirtiéndose en el séptimo soberano de Tenochtitlan, reinado que duró de 1481 a 1486. A diferencia de su hermano, reconocido por sus conquistas bélicas, estrategias de expansión territorial y enriquecimiento mediante alianzas matrimoniales con nobles ricos4, Tízoc era de inclinación más bien religiosa, por lo que se le consideraba un emperador débil, ya que no realizó un gran esfuerzo por engrandecer el imperio.

Durante el tiempo que duró su reinado mandó labrar una piedra que se identifica con su nombre. Este magnífico monolito está bellamente tallado en piedra caliza, mide 94 cm de alto × 2.65 m de diámetro y pesa 9.5 toneladas. El labrado se realizó en el estilo mexica imperial por orden de este controvertido soberano.

En el canto están talladas 15 escenas en las que se indica qué pueblos fueron dominados, en el ángulo superior derecho de cada una aparece un guerrero sometiendo a un personaje que personifica al señorío particularizado con un glifo toponímico5.

Representación de Tízoc en el Códice Telleriano-Remensis. 

Las escenas incluyen al huey tlatoani portando el tocado de Huitzilopochtli, como si fuera un colibrí, cual si fuera la encarnación del dios. Estas escenas talladas están limitadas arriba por elementos de la bóveda celeste, y en la parte inferior se observan varios cuchillos de sacrificio. Al centro tiene un orificio y un canal que no está descrito y que según parece se realizó al inicio de la Conquista3,6.

Esta piedra era una parte de dos piezas similares, ubicadas en el patio del templo de Yopico dedicado al dios Xipe Tótec, uno de los cuatro Tezcatlipocas, nuestro señor el desollado portador del maíz, la guerra, y de la fertilidad, del que ya hemos hecho mención en una entrega previa7.

¿Para qué la hicieron?

Destinada a rendir culto al Sol, imagen que está esculpida en la parte superior de la piedra (temalácatl), se cree que sobre ella ocurría el sacrificio gladiatorio que consistía en amarrar a un cautivo mal armado sobre esta y en esas condiciones se enfrentaba a un guerrero adecuadamente pertrechado. Así, la otra piedra (tamalácati) recibiría el cuerpo del capturado ya herido y ahí se le extraía el corazón en el tlahuahuanaliztli, “rayamiento ritual”3.

¿Dónde se descubrió?

Con la Conquista, la piedra quedó en los terrenos de lo que hoy es el Zócalo de la Ciudad de México. Salió a la luz nuevamente cuando se construían los cimientos de la nueva catedral. Después quedó expuesta frente a la puerta principal de la antigua catedral, por más de 60 años. Durante el siglo XVII la enterraron nuevamente y fue hasta 1824 que se trasladó al Museo Nacional en la Universidad; para 1964 se trasladó al recién inaugurado Museo Nacional de Antropología e Historia, que es donde se puede apreciar en la actualidad8.

Está ilustrado en el Código Florentino, y el dominico fray Diego Durán describe cómo la desenterraron y su deseo de que fuera destruida: “…esta batea… deseo ver quitada de allí, y aún también de ver desbaratada la Iglesia mayor y la nueva: es porque se quiten aquellas culebras de piedra que están por basas de los pilares, las cuales eran cerca del patio de Huitzilopochtli, y donde sé yo que han ido a llorar algunos viejos y viejas la destrucción de su templo...”3.

Afortunadamente, esta no fue la única ocasión en que la Piedra de Tízoc se salvó de ser destruida, pues al sacarla, los trabajadores destruyeron otras de gran valor para la historia de los mexicas.

Actualmente es posible admirar a este monolito que es una verdadera obra de arte, tallada con gran cuidado y habilidad. Su belleza y los detalles de los seres representados en las batallas es impresionante, por lo que una visita al Museo Nacional de Antropología e Historia permitirá acercarse a esta escultura mexica y mirarla con detenimiento. Altamente recomendable.

La Piedra de Tízoc que representa las victorias del tlatoani y fiestas dedicadas a Xiuhtecuhtli (dios del fuego). Museo Nacional de Antropología (México). 

REFERENCIAS

1. Fortoul van der Goes TI. Descifrando códigos. Rev. Fac. Med. (Méx.). 65;2: 59-61. [ Links ]

2. Vela E. Los Tlatoanis mexicas. Arqueología mexicana. [Consultado: 09 de enero de 2022]. Disponible en: Disponible en: https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/los-tlatoanis-mexicasLinks ]

3. Iglesias y Cabrera S. La Piedra de Tízoc. 25 de febrero de 2016. [Consultado: 03 de enero de 2022]. Disponible en: Disponible en: https://komoni.chemisax.com/la-piedra-de-tizoc/Links ]

4. Castañeda de la Paz M. Axayácatl. Arqueología mexicana. [Consultado: 09 de enero de 2022]. Disponible en: Disponible en: https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/axayacatlLinks ]

5. López Austin A, López Luján L. La historia póstuma de la Piedra de Tízoc, Arqueología Mexicana. 102:60-9. [Consultado: 09 de enero de 2022]. Disponible en: Disponible en: https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/la-historia-postuma-de-la-piedra-de-tizocLinks ]

5. Vargas I, García-Fabbila F. El esplendor de la escultura gladiatoria: la piedra de Tízoc. Cultura, El Universal, viernes 17 de octubre de 2021. [ Links ]

6. Fortoul van der Goes TI. Nuestro señor el desollado. El portador del maíz y la guerra. Rev. Fac. Med. (Méx.). 2021;64:56-58. http://doi.org/10.22201/fm.24484865e.2021.64.4.08 [ Links ]

7. Chi A. Piedra de Tízoc, El Cuauhxicalli del sacrificio gladiatorio de las mexicas, joya de Tenochtitlan. Septiembre 17, de 2020. [Consultado: 03 de enero de 2022]. Disponible en: Disponible en: https://mayasbalam.com.mx/2020/09/17/piedra-tizoc-el-cuauhxicalli-del-sacrificio-gladiatorio-de-los-mexicas-joya-de-tenochtitlan/Links ]

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