Introducción

Si bien la prevención de contagios de COVID-19 supone la implementación de comportamientos para reducir el riesgo y proteger la salud, la práctica de estas conductas está en función de la percepción que se tenga sobre la amenaza de la enfermedad. Investigaciones previas evidencian la importancia de la percepción de enfermedad cuando se trata de padecimientos transmisibles y no transmisibles, señalando que ésta puede modificarse en función de la gravedad y el riesgo atribuido.

Objetivo

Comparar la percepción de enfermedad y la práctica de conductas de prevención y exposición con base en la gravedad y el riesgo atribuidos al COVID-19 al término de la fase 1 e inicio de la fase 2 de la pandemia en México.

Método

A partir de un muestreo en cadena, se realizó un estudio comparativo en el que se diseminó una batería de evaluación por medio de correo electrónico y redes sociales.

Resultados

Se encontró que evaluar el COVID-19 como una enfermedad grave y percibirse en riesgo de contraerla tiene efectos moderados y leves, respectivamente, sobre la percepción de las consecuencias de la enfermedad (r = .34; r = .26), el impacto emocional (r = .32; r = .25), el control personal (r = .24) y la práctica de conductas de prevención (r = .05) y exposición (r = .07; r = .07).

Discusión y conclusión

El presente estudio muestra la relevancia de las variables perceptuales que impactan en la preocupación por consecuencias sociales y emocionales del COVID-19, así como de aquellas que favorecen las conductas de prevención y la minimización de conducta de exposición.

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