INTRODUCCIÓN
En los últimos 30 años los agostaderos dedicados a la producción pecuaria en el Estado de Sonora, México, posee una gran diversidad florística de plantas no maderables y maderables. Entre un 30% a 70% de las especies nativas y de alto valor forrajero que actualmente presentan una fuerte disminución en sus poblaciones, se encuentran el palo fierro (Olneya tesota A. Gray), zámota (Coursetia glandulosa A. Gray), cósahui (Krameria erecta Willd), entre otras, debido a que han tenido un notorio consumo por los herbívoros; aunado a los desmontes masivos y el cambio de uso de suelo, no les ha permitido propagarse en forma natural; por lo que se encuentran en serios problemas que los podría llevar a desaparecer de sus propios ecosistemas (Mc Caughey-Espinoza et al., 2017). Los arbustos constituyen un buen porcentaje de la dieta de los animales bóvidos, por lo cual es importante la conservación de las plantas nativas en los hábitats naturales. El valor nutritivo de los alimentos está dado por su composición química y por la eficiencia con la cual los animales extraen sus nutrientes durante la digestión (Sanon et al., 2008).
Las plantas forrajeras constituyen la base de la alimentación del ganado bovino, proporcionan los nutrimentos fundamentales para satisfacer los requerimientos fisiológicos de los animales. Las plantas nativas proporcionan una dieta rica en proteína, fósforo y calcio, en las diferentes estaciones del año. Es de suma importancia investigar los recursos forrajeros propios del entorno, para incorporarlos a los sistemas de producción ganadera y brindar alternativas sostenibles, que permitan mejorar los agro- ecosistemas y condiciones de vida de las comunidades (Francis y Lowe, 2000; Muñoz et al., 2011; Apráez et al., 2017).
Los árboles y los arbustos asociados proporcionan múltiples beneficios a la ganadería (Ruiz et al., 2006). Las plantas nativas forrajeras tolerantes a sequías constituyen opciones para mejorar las deficiencias nutricionales de bovinos en pastoreo (Insuasty et al., 2013), por su gran versatilidad y diversas bondades; son muy importantes en los sistemas agroforestales y silvopastoriles (Portillo et al., 2009). También se le ha atribuido beneficios medicinales, mostrando efectos contra daño hepático, antioxidante, antiinflamatorio y anticancerígena (Carini et al., 2002; Torres-González et al., 2011; Jiménez-Estrada et al., 2013; Morán-Palacio et al., 2014).
En la actualidad la actividad ganadera amerita un nuevo enfoque productivo que revalorice los recursos arbóreos y arbustivos, como elementos fundamentales para el diseño de sistemas productivos eficientes y sostenibles. Por lo que en esta investigación se planteó realizar un análisis químico proximal del cósahui del sur (Krameria erecta), debido al potencial forrajero que esta especie representa para los agostaderos del estado de Sonora, México.
MATERIAL Y MÉTODOS
Ubicación del área de estudio
El presente trabajo se llevó a cabo en el rancho "Las Cruces " situado en la parte este de Hermosillo, Sonora; localizado a 29°03'21.30” de Latitud Norte y 110°45'12022" de Longitud Oeste, a una altitud de 277 msnm, con una precipitación media anual de 330 mm y temperatura promedio de 24° C, con vegetación denominada matorral arbosufrutescente, y suelo regosol. Ocasionalmente se tienen heladas y granizadas en el invierno.
Especie en estudio y material utilizado
La especie en estudio es el cósahui (Krameria erecta Willd), por ser una planta del desierto sonorense. Se utilizaron tijeras podadoras, bolsas de papel, marcadores y balanza digital pelouze, modelo SP5.
Toma de muestras
Para el muestreo se seleccionaron cuatro sitios de estudio, (50 m x 50 m. con una superficie de 2,500 m2 por cuadrante) de agostadero en condiciones de pastoreo (activo). La colecta del material vegetal se realizó al azar, no se consideró la etapa fenológica por existir una variación entre la misma época de evaluación; se colectó una cantidad de materia vegetal considerable (hoja, tallos y flores); se mezclaron y se dividieron en tres muestras. Este mismo procedimiento se realizó para cada uno de los sitios en estudio.
Fechas de colecta
De acuerdo a las condiciones climatológicas presentes en el estado de Sonora, se consideró realizar el análisis químico proximal de las cuatro estaciones del año (primavera, verano, otoño e invierno). La colecta del material vegetal se realizó en las fechas que se muestran en la tabla 1.
# de colecta | Estación | Fecha |
---|---|---|
1ro | Verano | 16 de julio de 2018 |
2do | Otoño | 03 de noviembre de 2018 |
3ro | Invierno | 31 de enero de 219 |
4to | Primavera | 27 de abril de 2019 |
Análisis químico
El contenido nutricional de Krameria erecta, se realizó en el laboratorio de nutrición animal del Departamento de Agricultura y Ganadería de la Universidad de Sonora, mediante los métodos establecidos por la A.O.A.C (1995), que incluye el contenido de humedad (método 930,04), proteína cruda utilizando el método de Kjeldah (método 955,04), cenizas (por calcinación a 550°C) (método 930,05), extracto etéreo (método 962,09) y fibra bruta (método 920,39). En lo que respecta al material seco, fue molido en un molino willey con un tamaño de malla de 1 mm; enseguida se procedió a secar a 55 ºC durante 48 h para la obtención del peso en base seca.
Análisis estadístico
Los datos obtenidos fueron analizados con un diseño completamente al azar, se evaluaron los cuadrantes y cuatro estaciones del año (primavera, verano, otoño e invierno). Con los datos obtenidos se realizó un análisis de varianza. Para la comparación de medias se utilizó la prueba de media de Tukey-Kramer, con un alfa de 0.05%. Estos análisis se llevaron a cabo utilizando el paquete estadístico JMP 5.0.1 (JMP, 2002).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Al evaluar el contenido nutricional de Krameria erecta, se mostró que sí existen diferencias significativas con respecto a la época de muestreo y entre los sitios en el porcentaje de extracto etéreo, % de materia seca, % de humedad, % de cenizas, % de fósforo y % de calcio.
En lo que respecta al porcentaje de proteína, se observa que presentaron diferencias significativas en las cuatro épocas del año y también se mostró; mientras que en el resto de los sitios evaluados no se mostraron diferencias significativas, presentando valores de proteína cruda en promedio de 7.46 a 13.42% durante todo el año. Los porcentajes de proteína cruda más altos se presentaron en la época de verano, esto puede deberse a que la proteína incrementa su concentración cuando la planta se encuentra en estrés hídrico durante tiempos prolongados (tabla 2). Debido a sus niveles proteicos considerables, naturaleza multipropósito, amplio margen de adaptación y capacidad de producción, la biomasa de los árboles y arbustos puede contribuir a mejorar la calidad de la dieta de los animales (García et al., 2009).
Marshal et al., (2005), evaluaron la proteína cruda de Krameria grayi Rose y Pintor, en cuatro épocas del año, mostrando para invierno 10.97%, primavera 10.83%, verano 8.55% y otoño 10.62%. Dichos resultados difieren en las cuatro épocas de evaluación con los obtenidos en este estudio, siendo que krameria erecta presentó valores más altos en las cuatro épocas evaluadas.También difieren con los resultados obtenidos por Toyes-Vargas et al., (2013), quienes analizaron el contenido de proteína cruda de 5 especies forrajeras nativas: huizache (Acacia farnesiana), mezquite (Propsopis glandulosa), palo fierro (Olneya tesota), palo verde (Cercidium floridum) y vinorama (Acacia brandegeana); presentaron valores de 14.68 a 22.74% de proteína cruda. Esta diferencia entre los resultados podría atribuirse que las especies analizadas por Toyes-Vargas et al., (2013), son fabáceas.
Para el caso de extracto etéreo, estadísticamente existen diferencias significativas con (P<0.05). Entre los sitios y época de colecta, las fechas de colecta presentaron valores de 1.8 a 2.4% de extracto etéreo; ver tabla 2. El porcentaje de materia seca presentó diferencias significativas entre los sitios y la época de colecta, mostrando valores de 71.2 a 87.3%. Es posible mencionar que estos resultados están relacionados con el contenido de proteína; en verano las plantas presentan mayor contenido de materia seca y por ende menor humedad (tabla 2). La presencia de las lluvias presenta cambios importantes en el contenido de proteína y materia seca, provocando la disminución de estas variables y aumentando el % de humedad, como se muestra claramente en este estudio al obtener valores de 12.7 a 28.8% (tabla 2).
Sitios/época | %PC* | %EE* | %MS* | %H* |
---|---|---|---|---|
S1 Verano | 13.41±0.040415a | 2.2±0.100000bcd | 87.3±0.360555a | 12.7±0.152753f |
S2 Verano | 13.220.010000±a | 1.9±0.100000de | 84.9±0.400000b | 15.1±0.264575e |
S3 Verano | 13.31±0.020817a | 2±0.100000cde | 85.1±0.152753b | 14.9±0.115470e |
S4 Verano | 13.42±0.015275a | 1.8±0.100000e | 87.2±0.057735a | 12.8±0.058595f |
S1 Otoño | 10.3±0.251661cd | 2.7±0.152753a | 72.1±0.611583e | 27.9±0.200000b |
S2 Otoño | 10.5±0.200000c | 2.2±0.173205bcd | 73.4±0.100000d | 26.6±0.100000c |
S3 Otoño | 10.1±0.100000d | 2.4±0.100000ab | 71.2±0.173205f | 28.8±0.115470a |
S4 Otoño | 10.5±0.100000c | 2.2±0.100000bcd | 72.3±0.152753e | 27.7±0.529150b |
SI Invierno | 7.46±0.055678e | 2.3±0.100000bc | 73.5±0.100000d | 26.5±0.173205c |
S2 Invierno | 7.68±0.030000e | 2.1±0.100000bcde | 73.3±0.100000d | 26.7±0.100000c |
S3 Invierno | 7.61±0.010000e | 2.3±0.200000bc | 73.6±0.100000d | 26.4±0.100000c |
S4 Invierno | 7.67±0.020000e | 2.3±0.173205bc | 73.4±0.100000d | 26.6±0.264575c |
SI Primavera | 11.09±0.020000b | 2.2±0.100000bcd | 76.3±0.173205c | 23.7±0.264575d |
S2 Primavera | 11.03±0.010000b | 2±0.100000cde | 76.7±0.173205c | 23.3±0.100000d |
S3 Primavera | 11.1±0.100000b | 2.1±0.100000bcde | 76.6±0.200000c | 23.4±0.100000d |
S4 Primavera | 11.03±0.010000b | 2±0.100000dce | 76.4±0.100000c | 23.6±0.100000d |
*a, b, c, d, e, f Literales diferentes, entre renglones indican diferencias significativas (P<0.05). %PC= % de proteína cruda; % EE= % de extracto etéreo; %MS= % de materia seca; %H= % de humedad.
Cabe mencionar que los resultados obtenidos en lo que respecta al porcentaje de materia seca en este estudio, difiere con los de Toyes-Vargas et al., (2013), quienes evaluaron algunas especies de plantas nativas huizache (Acacia farnesiana), mezquite (Propsopis glandulosa), palo fierro (Olneya tesota), palo verde (Cercidium floridum) y vinorama (Acacia brandegeana); obteniendo resultados de 92.53 a 96.38%.
Por lo tanto, se puede mencionar que, a menor disponibilidad de agua en los suelos, fue mayor la evapotranspiración edáfica de las plantas y repercutió en las variaciones de humedad en el tejido vegetal analizado Ojeda et al., (2012). La composición química de la planta puede presentar variaciones, principalmente en función de las condiciones ambientales (Gallego et al., 2014).
El componente arbóreo y arbustivo involucrado en estos sistemas, presentan amplios efectos en el marco nutricional de los herbívoros (Carmona, 2007); debido a sus considerables niveles proteicos, naturaleza multipropósito, amplio margen de adaptación. los árboles y arbustos pueden contribuir a mejorar la calidad de la dieta de los animales. Es preciso evaluar la composición química y nutricional de las especies más promisorias en los ecosistemas ganaderos, para así poder establecer las principales ventajas y limitaciones en el uso de cada una para la alimentación animal (García y Medina, 2006; García et al., 2009).
Debido a la composición química y valor nutricional de su follaje, flor y frutos, y de elevada aceptabilidad por animales; a las plantas leñosas se les puede considerar que poseen potencial forrajero (Pizzani et al., 2006; Pinto-Ruiz et al., 2010), y constituye un importante forraje con diferentes valores nutricionales, según sea la parte de consumo y la época en que se encuentre el banco de proteína natural durante el año (Orskov, 2005; Hernández et al., 2008).
Cabe mencionar que el porcentaje de cenizas presente en Krameria erecta, mostró diferencias significativas en la época de colecta, pero no entre los sitios; excepto en la época de invierno. En el sitio dos fue diferente al resto, de esa misma época. Los valores de ceniza presentes fueron de 7.41 a 13.33%. En el contenido de cenizas los resultados difieren con los de Toyes-Vargas et al., (2013), siendo los valores de Krameria erecta más altos, con respecto a huizache (Acacia farnesiana), mezquite (Propsopis glandulosa), palo fierro (Olneya tesota), palo verde (Cercidium floridum) y vinorama (Acacia brandegeana).
En relación al porcentaje de fibra cruda (% FC), se presentaron diferencias significativas en la época de colecta, mostrando promedios de 23.78 a 32.82%; pero no existe diferencia significativa entre los sitios evaluados (tabla 3). Los procesos metabólicos de las plantas no se ven relacionados con el contenido de fibra cruda, al no intervenir en estos mismos. La fibra curda es necesaria para realizar los procesos digestivos, por lo cual el cósahui del sur muestra valores considerables de fibra cruda en las diferentes épocas evaluadas. Por otra parte, al comparar estos resultados con los de Toyes- Vargas et al., (2013), son similares en cuanto al porciento de fibra cruda, con respecto a las plantas de huizache (Acacia farnesiana), mezquite (Propsopis glandulosa) y vinorama (Acacia brandegeana) y el porciento de proteína cruda de Krameria erecta difiere con los de palo fierro (Olneya tesota) y palo verde (Cercidium floridum), presentando valores más altos krameria erecta.
Sitios/época | %Ce* | %FC* | %Ca* | %P* |
---|---|---|---|---|
S1 Verano | 13.33±0.026458a | 24.11±0.200000d | 1.21±0.010000de | 0.07±0.017321b |
S2 Verano | 13.21±0.011547a | 23.78±0.023094d | 1.18±0.005774de | 0.06±0.015275b |
S3 Verano | 13.28±0.023094a | 23.98±0.010000d | 1.19±0.010000de | 0.07±0.010000b |
S4 Verano | 13.3±0.100000a | 23.99±0.010000d | 1.18±0.010000de | 0.07±0.010000b |
S1 Otoño | 10.3±0.100000c | 29.21±0.852369b | 1.32±0.020000d | 0.09±0.036056a |
S2 Otoño | 10.1±0.200000c | 29.54±0.210713b | 1.31±0.010000de | 0.06±0.010000a |
S3 Otoño | 10.2±0.100000c | 29.39±0.036056b | 1.33±0.010000de | 0.08±0.010000a |
S4 Otoño | 10.3±0.173205c | 29.5±0.100000b | 1.31±0.010000de | 0.07±0.017321a |
SI Invierno | 7.41±0.010000e | 32.82±0.010000a | 0.06±0.000000de | 0.05±0.010000c |
S2 Invierno | 7.7±0.100000d | 32.17±0.017321a | 0.06±0.010000de | 0.06±0.010000c |
S3 Invierno | 7.66±0.010000de | 32.41±0.010000a | 0.05±0.010000e | 0.06±0.010000c |
S4 Invierno | 7.62±0.010000de | 32.58±0.026458a | 0.06±0.010000de | 0.06±0.010000c |
SI Primavera | 11.12±0.020000b | 26.74±0.017321c | 0.87±0.017321c | 0.09±0.010000c |
S2 Primavera | 11.01±0.100000b | 26.59±0.010000c | 0.99±0.010000a | 0.08±0.010000c |
S3 Primavera | 11.04±0.017321b | 26.64±0.026458c | 0.89±0.010000c | 0.08±0.010000c |
S4 Primavera | 11.07±0.010000b | 26.52±0.026458c | 0.93±0.017321b | 0.07±0.010000c |
a, b, c, d, e Literales diferentes, entre renglones indican diferencias significativas (P<0.05). %Ce= % de cenizas; %FC= % de fibra cruda; %Ca= % de calcio; %P= % de fosforo.
El calcio presentó diferencias significativas en los sitios de la época de primavera. Las épocas de verano, otoño e invierno no presentaron diferencias significativas, excepto en el sitio tres de la época de invierno, con respecto al resto de los sitios de esa época. Por lo tanto, este elemento si presenta variación en los análisis en la época de primavera, siendo este un elemento inmóvil en el suelo (tabla 3); pero la variación de éste en las plantas, puede deberse a que el calcio puede variar su presencia en suelos que presenten problemas de erosión; y considerando esto último, es posible atribuirle esta variación a la falta de vegetación en los sitios de estudio.
Con respecto al porcentaje de fósforo presente en krameria erecta, se observa que existe diferencia significativa (P>0.05), entre las épocas de colecta (verano, otoño, invierno y primavera); mostrándose sin diferencias significativas (P>0.05), entre las épocas de colecta de invierno-primavera y sus respectivamente sitios de colecta; al presentarse valores de 0.05 a 0.09% (tabla 3). Estos valores se pueden atribuir que el fósforo es poco móvil en el suelo, pero sí es movible en la planta.
A pesar de los cambios drásticos que se presentan en esta región durante las cuatro estaciones (épocas) del año, Krameria erecta muestra un buen potencial nutricional, al no tener variaciones tan fuertes en su composición bromatológica en cuanto a fibra cruda, calcio, extracto etéreo, materia seca y fósforo. Por esta razón, es importante conocer el contenido de los alimentos y el valor nutricional de las especies individuales nativas (Guerrero et al., 2010). El uso de los recursos naturales de forma racional y sostenible, es una opción viable para obtener beneficios en las actividades agropecuarias (Quansah y Makkar, 2012).
Los árboles y arbustos forrajeros son especies adaptadas a las condiciones de suelo y clima de la región, lo que permite garantizar con alta probabilidad su sobrevivencia, persistencia y crecimiento de moderado a relativamente rápido; mejora la dieta del animal y reduce el uso de concentrados en las explotaciones pecuarias, proporcionando condiciones favorables para el incremento de la respuesta productiva de los animales (De Andrade et al., 2008; Rodríguez y Roncallo, 2013; Sosa et al., 2004; García y Medina, 2006; Petit et al., 2009). Por lo tanto, la integración de árboles en los potreros presenta una opción para mejorar la productividad y sustentabilidad de la ganadería (Ortega, 2013).
Es importante señalar que para discutir los resultados obtenidos. se cuenta con poca información sobre el contenido nutricional de otras especies de la familia de las Krameracea. Se deben hacer más investigaciones para continuar evaluando el contenido nutricional de otras especies aún no estudiadas, que son de gran importancia para los animales; ya que cubren una gran parte de sus necesidades nutricionales. Lo anterior es indispensable para el establecimiento de estrategias de manejo sostenible de sistemas silvopastoriles; sin embargo, la actividad ganadera es realizada bajo sistemas productivos poco amigables con el ambiente. La producción debe de ser sustentable en términos biológicos y económicos para la producción agropecuaria (Korbut et al., 2009; Oliva et al., 2015; Oliva et al., 2018).
CONCLUSIONES
La composición química del cósahui del sur (Krameria erecta) mostró un mayor contenido de nutrientes en verano, excepto en extracto etéreo. El contenido del porciento de proteína cruda presenta casi el doble en verano que en invierno. El análisis estadístico entre estación del año (época) de muestreo, indica que existen diferencias significativas. En la época de otoño krameria erecta proporciona mayor porciento de grasa y carbohidratos, como energizantes para los herbívoros.