Introducción
El malestar psicológico conjunta la ansiedad y la depresión como características de riesgo de una población; anteriormente eran analizadas como factores independientes; sin embargo, Kessler & Mroczek (1994) la retoman como una unidad de análisis cuantificable unificada en el uso de características que no cumplen con seguimiento de criterios completos para un diagnóstico clínico. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2013) la depresión afecta al 4,3% de la población mundial; representando un costo de 16 billones de dólares en costos de programas de intervención e incapacitaciones, perfilando la depresión como una problemática de salud y económica. La conjunción con la ansiedad, detectada en el 3.4% de la población mundial, pudiendo duplicar el efecto económico, sin contar las problemáticas sociales que se pueden desencadenar (PAHO, 2017).
El malestar psicológico se presenta como predictor de la ansiedad social, dificultando la integración del individuo al sistema escolar, comunitario o laboral (Chang et al., 2018; Jore et al., 2020). En el tiempo actual, una problemática de interacción son las conductas de ciberagresión; estas son la sublimación del modelo de agresión tradicional, pero dentro del nuevo entorno social virtual, en el año 2014 afectó al 12% de la población, parece poco, pero el reporte anterior del 2010 mostró una afectación del 7% siendo casi duplicada en apenas 4 años (UNESCO, 2019).
El malestar psicológico y la ciberagresión comienzan su aparición desde los 12 años y mostrándose más comúnmente a los 15 años, por lo que permite categorizar su etapa de desarrollo en la adolescencia (Nagamitsu, et al., 2020; PAHO, 2017; Wartberg, et al., 2018). El estudio de la población adolescente cobra especial relevancia debido a que son los siguientes en insertarse dentro del campo laboral, y sus conductas se ven como predictoras de su posible comportamiento dentro de un sistema formal normativo o laboral (OMS, 2010). El adolescente se mantiene en constante interacción con diferentes sistemas dentro de su contexto, y desde la perspectiva ecológica de investigación propuesta por Bronfenbrenner (1979), se requiere tomar en cuenta la mayor cantidad de sistemas adscritos dentro de los que los adolescentes se integran, resumiéndose en: el sistema individual, familiar, escolar, comunitario, cibernético y económico para su análisis (Kekkonen et al., 2020; Romero-Abrio et al., 2019; Yudes Gómez et al., 2018; Zhai et al., 2020).
El análisis de la víctima ha sido ampliamente estudiado; sin embargo, el caso de los agresores comenzó su estudio en Estados Unidos en el 2001 (Anderson et al., 2001), pero es a partir del año 2013 que el análisis de los perpetradores cobra especial importancia gracias a Olweus (2013), quien relaciona la agresión y su versión cibernética con la necesidad de analizar a los perpetradores debido a ser el principal eje para intervención.
Desarrollo
Método
La búsqueda fue llevada a cabo en las plataformas de Webofknowledge y Scopus. El primero es el sistema de búsqueda de la plataforma Web of Science (WOS) de Clarivate Analytics (Clarivate analytics, 2021). El segundo sistema de búsqueda es Scopus del (Elsevier, 2021). El cuestionamiento de investigación fue: ¿Qué sistemas sociales se han analizado en relación con el malestar psicológico y la ciberagresión en adolescentes por medio del uso de SEM (Structural Ecuation Modeling) y bajo que índices se comprueba su relación causal? El objetivo es analizar los sistemas asociados mediante modelos estructurales, así como los índices de bondad de ajuste bajo los que se justifican. La revisión se llevó a cabo mediante el protocolo PRISMA (Moher, et al., 2009).
Las palabras clave utilizadas fueron ciberagresión, perpetración, malestar psicológico, adolescentes y modelo de ecuaciones estructurales en idioma inglés; no se filtraron los años debido a que el uso del SEM se ha llevado a cabo desde 1918 por Sewall Wright (Westland, 2015); por último, se retomó que las palabras claves se encontraran dentro del diccionario de psicología de la American Psychological Association (2020).
Los operadores booleanos registrados dentro de la primera búsqueda en la plataforma de “Web of knowledge” operaron bajo la sintaxis: TOPIC: ("psychological distress” AND "adolescen*" AND "structural equation model*") OR TOPIC: ("cyberbullying perpetration" AND adolescents AND "structural equation model*") Refined by: DOCUMENT TYPES: (ARTICLE) Timespan: All years. Indexes: SCI-EXPANDED, SSCI, A&HCI, BKCI-S, BKCI-SSH, ESCI, con un total de 163 artículos registrados.
Mientras en Scopus se llevó a cabo la misma búsqueda, aplicando el filtro de tipo de documento limitándose a artículos, bajo la siguiente sintaxis: (TITLE-ABS-KEY ({psychological distress} AND “adolescen*” AND “structural equation model*”) OR TITLE-ABS-KEY ("cyberbullying perpetration" AND adolescen* AND "structural equation model*") AND (LIMIT-TO (DOCTYPE, "ar"). El resultado de la búsqueda arrojó como resultado un total de 172 artículos, dando un total de 335 documentos en la conjunción de ambos resultados de búsqueda.
Se continuó con el análisis con base en el modelo PRISMA como se muestra en la Figura 1, el total de registros fue de 335 artículos, 87 elementos duplicados se eliminaron. De los 248 artículos restantes, 153 elementos fueron cribados al no usar el método SEM ni referir el malestar psicológico o ciberagresión como variables incluidas. 82 artículos completos se analizaron: 8 elementos fueron descartados al no estar disponibles y 1 debido a que el sujeto de estudio estaba fuera de la etapa propuesta. Cada uno de los artículos se categorizó dentro de una base de datos con base en los objetivos del estudio.
Los criterios de inclusión de los artículos fueron el uso del método SEM, la inclusión del malestar psicológico o la ciberagresión como variable dependiente o independiente y analizar a la población adolescente. Los artículos se clasificaron por: título, variable retomada (malestar psicológico/ ciberagresión), año de publicación, tipo de estudio (longitudinal: seguimiento a individuos específicos durante un periodo prolongado de tiempo; transversal: diferentes variables en un contexto temporal especifico), autores, número de veces citado, tipo de análisis SEM (path análisis: cuando se analiza un modelo que no incluye un análisis factorial confirmatorio y que únicamente muestran variables latentes u observables pero no ambas; análisis factorial confirmatorio: análisis de la congruencia entre las variables dentro de una prueba o batería compuesta; SEM completo (aquellos estudios cuyos modelos se integren por variables latentes fijadas con enlaces hacia al menos una de sus variables observables o que si se integra solo con variables latentes u observables, muestre el análisis factorial confirmatorio como parte del estudio), por la cantidad de sistemas implicados en el análisis, variable inicial o independiente del modelo, variables intermediarias o mediadoras, si el modelo propuesto mostro un ajuste adecuado; por último, se clasificaron los índices y el nivel de ajuste reportado.
Análisis general de los resultados
La primera publicación se dio en el año 1989, y el mayor número de publicaciones fue en el 2020 con un total de 14 publicaciones. La obra producida por Windle (1989) busca encontrar la forma cómo se relacionan el temperamento y la salud mental en los adolescentes, relacionando variables de nivel individual independiente como la estabilidad emocional, extraversión, adaptabilidad, orientación a tareas, nivel general de actividad; las variables dependientes se dividieron en malestar y bienestar psicológicos. presentando una relación significativa entre la estabilidad emocional, la extraversión, el nivel general de actividad con el malestar y el bienestar psicológico.
En relación con la ciberagresión, el primer artículo publicado es de Heirman y Walrave (2012) con el objetivo determinar un patrón conductual predictivo de conductas de acoso en internet, encontrando que la percepción de las normas subjetivas y el control conductual predicen la ciberagresión.
Los autores más citados en relación con el malestar psicológico son: Quinn y Chaudoir (2009) con un total de 380 citas, Wadsworth y Compas (2002) citados 212 veces y Morris, et al. (2001) citado 211 veces. Mientras, en relación con la ciberagresión son: Heirman y Walrave (2012) con 123 citas, Del Rey, et al. (2016) con 60 citas y Shadmanfaat, et al. (2020) con 13 citas.
La principal temática es el malestar psicológico, variable presente en el 90% de los artículos dentro de la búsqueda, mientras que solo el 9% hacen referencia a la ciberagresión, y el 1% usan ambas variables dentro del mismo análisis. La mayoría realizan un estudio de tipo transversal 77%; mientras que el 23% llevan a cabo un estudio longitudinal. El 80% de los estudios realizan un SEM completo, el 20% restante realizan un path análisis y no se encontraron registros de trabajos con análisis factorial confirmatorio únicamente.
Análisis de contenido
En el análisis se encontró de que los principales sistemas en relación con el malestar y la ciberagresión son: individual, familiar, escolar, comunitario, cibercomunitario, económico. El 42% de los estudios analizados toman en cuenta a la variable individual como un sistema influyente en el análisis del malestar psicológico y la ciberagresión; en segundo lugar, se encuentra el sistema comunitario con una presencia del 20%, seguido del sistema familiar con un 18%, posteriormente está el sistema escolar con un 10%, continuando con el sistema cibercomunitario con un 6%, y finalmente, el sistema económico con el 4%. Cada estudio puede contar con de 1 a 4 sistemas en forma simultánea, y en el análisis actual el 42% analizan a los dos sistemas, 30% analizan 3 sistemas, 20 % analizan un solo sistema y 7% analizan 4 sistemas en forma simultánea.
En relación con su función en los estudios que toman en cuenta el malestar psicológico, el 55% lo determinan como una variable dependiente de variables individuales (Artiran et al., 2019; Buelens et al., 2019; Jore et al., 2020; Kayani et al., 2020; Nyarko et al., 2020; Windle, 1989; Wu & Chen, 2020), familiares (Fothergill et al., 2016; John-Henderson et al., 2018; Loton & Waters, 2017; Su et al., 2020), escolares (Chen, 2020; Granvik et al., 2021; Jiang, 2020; Turner et al., 2017) , comunitarias (Birman & Taylor-Ritzler, 2007; Jore et al., 2020; Xin et al., 2020), cibercomunitarias (Chen, 2020; W. Chen & Lee, 2013; Wartberg et al., 2019) y económicas (Crouter et al., 1999; Damphousse & Kaplan, 1998; Jiang, 2020). El 32% la especifican como una variable mediadora, y el 13% como una variable independiente que influye al sistema individual (Buelens, et al., 201; Kogan, et al., 2015), familiar (Fothergill, et al., 2016), comunitario (Hsieh, et al., 2014; Mereish & Poteat, 2015) y cibercomunitario (Brighi, et al., 2019).
En el caso de la ciberagresión, no se registran casos donde se muestre como una variable independiente, el 11% la proponen como variable mediadora (Barlett, et al., 2018), mientras que el 89% restante la ven como variable dependiente del sistema individual (Del Rey, et al., 2016; Erreygers, et al., 2019; Heirman & Walrave, 2012), familiar (Brighi, et al., 2019; Romero-Abrio, Martínez-Ferrer, et al., 2019), escolar (Rawlings, 2017), comunitario (Romero-Abrio, Martínez-Ferrer, et al., 2019) y cibercomunitario (Barlett, et al., 2018; Brighi, et al., 2019).
En relación con los índices de ajuste reportados en los diferentes estudios, se encontró que el 40% reporta 3 índices diferentes, el 26% reporta 2 índices, 16% reportan 4 índices, 10% reportan 1 índice, 5% reportan 5 índices y el 3% 6 índices. El índice más reportado es el RMSEA con una presencia en el 93% de los estudios; el segundo índice más utilizado en el CFI en el 80% de los casos, seguido por el TLI con un uso del 32%, el cuarto lugar se presenta el SRMR con un 24%, en quinto lugar, el NFI usado en el 19% de los estudios; los índices menos utilizados son el GFI usado solo en el 13% de los casos, el AGFI en el 10% de los casos y el IFI el 7% de los casos1. Por último, se encuentra que el 100% de los estudios reportan un ajuste adecuado con referencia a los índices que presentan.
Análisis de los resultados
En relación con la temática central se encuentra que los estudios se relacionan en mayor medida con el malestar psicológico, cuyo principal papel es el de mediar o ser resultado de diferentes problemáticas en el ambiente del individuo; sin embargo, en relación con la ciberagresión únicamente 7 estudios fueron encontrados, añadiendo un octavo caso en el que se retoma la ciberagresión como una comorbilidad, en la que las conductas agresivas son un reflejo delas problemáticas individuales, las cuales a su vez dependen de las pautas problemáticas en la comunicación de la familia de los adolescentes (Romero-Abrio et al., 2019).
Los estudios SEM dan como resultados del análisis 6 sistemas principales de estudio: el sistema individual, comunitario, familiar, escolar, cibercomunitario y económico, pero el malestar y la ciber agresión, en la mayoría de los casos, es resultado de otras variables de los sistemas mencionados (Assari, et al., 2017; Chen, 2020; Green, et al., 2012; Romero-Abrio, et al., 2019; Turner, et al., 2017; Villarreal-González, et al., 2011).
Para futuros análisis es importante el mejorar el reporte de datos, especificando la mayor cantidad de índices de ajuste, ya sea del grupo 1 (GFI, AGFI y NFI) o del grupo 2 (TLI, IFI, CFI, RMSEA, SRMR), ya que únicamente el 40% de los estudios presentan al menos 3 índices de ajuste mientras que el 25% reportan solo uno o dos de los índices de ajuste.
Conclusiones
Las publicaciones por año eran limitadas, hasta el año 2013 cuando aumenta el número de publicaciones. Ello puede deberse a que antes de los años 2007-2010, los principales softwares actuales para el modelamiento de datos retomaron popularidad. Tal como lo mencionan Bowen y Guo (2011), programas como Mplus, Amos o LISREL existían desde la década de los 90´s, pero no es hasta el año 2007 que la renovación de sus plataformas se hace más intuitiva para los usuarios, pudiendo explicar el súbito aumento en el número de publicaciones referentes al uso de dicha metodología.
Castells (2004) determina la sociedad red como un facilitador de la descentralización de la sociedad; sin embargo, es importante retomar que la sociedad de igual forma a generado pautas negativas de interacción dentro de este nuevo medio, como el ejemplo la ciberagresión, que es una pequeña versión de las diferentes problemáticas que la recursividad de las conductas de violencia tiene y únicamente se subliman a nuevos horizontes, un área de oportunidad dentro del análisis es la baja cantidad de literatura en relación a la relación de agresividad entre los que interactúan dentro de los medios cibernéticos; aún más el determinar los factores sociales dentro de su entorno que puedan desencadenar dichas conductas.
El malestar psicológico dentro de esta red se ha analizado de forma constante e aislada, viendo a variables individuales como efecto de otras variables individuales; como si el adolescente no interactuara con diferentes contextos, se ha comprobado su relación con el uso de sustancias, bajo rendimiento académico y que su falta de atención al largo plazo se transforma en una incapacidad adaptativa el nuevo medio laboral al que se expone ya en la etapa de adultez (Edwards, et al., 2014; Green, et al., 2012; Grella, et al., 2005; Hsieh, et al., 2016; John-Henderson, et al., 2018; Melkman, 2017). De esto nace la necesidad del análisis; primero, de las etiologías posibles, y en segundo, de las problemáticas a las que da pie.
En inicio, el malestar psicológico y la ciberagresión se muestran como problemáticas aisladas, hasta que Romero-Abrio, et al. (2019) dan pie a un análisis conjunto en el que se propone a un adolescente deprimido, que se desapega del sistema de normas sociales y que traslada eso al nuevo medio cibernético, demostrando la sublimación de las interacciones sociales hacia el nuevo entorno, de ahí la importancia del análisis en conjunto para poder establecer los sistemas de mayor peso, mejorando las estrategias de intervención, que en principio se muestran como actitudes aisladas, pero que repercuten en el sistema social-económico de forma significativa y poco valorada.
Existe información comprobada de la relación de al menos 6 sistemas diferentes para analizar incluso los sistemas no solo significativos, sino cuales tienen un mayor peso predictivo; esto se dificulta, ya que la tendencia de los estudios es incluir únicamente dos sistemas diferentes en el análisis, centrándose principalmente en el análisis de variables individuales y familiares, si bien la variables familiares ganan importancia al ser el centro principal de desarrollo de los individuos, el nivel individual genera una visión aislada de las problemáticas, cuando como se demuestra en otros estudios no solo son producto de un análisis multicausal y multidimensional, sino que incluso ambas problemáticas generan problemas a diferentes niveles como el comunitario con el aumento de las tendencia delictivas o el económico al dejar disminuir su rendimiento al crecer y formar parte de un entorno laboral (Edwards, et al., 2014; Green, et al., 2012; Grella, et al., 2005; Hsieh et al., 2016; John-Henderson, et al., 2018; Melkman, 2017). Además, de que generalmente los índices de ajuste se dividen en dos grupos reportables en los que cada uno cuenta con un mínimo de tres indicadores; sin embargo, solo el 64% de los estudios realizados reportan 3 o más indicadores, mientras que el resto muestran solo 1 o 2, y de igual forma, los investigadores los retoman como un nivel de ajuste adecuado, por lo que se requiere realizar una revisión de las problemáticas, presentando la mayor cantidad de indicadores para determinar el ajuste de los modelos.