Clasificación JEL: O18, Q12, R11, R13, R15 y R23.
Introducción
Los bajos ingresos y la pobreza rural son fenómenos característicos y persistentes en un gran número de países, incluyendo a México. La elaboración de diagnósticos y análisis del problema son entonces de fundamental importancia para la discusión de las medidas de política que contribuyan al aumento del ingreso de los más pobres y, con ello, a reducir la pobreza y lograr el desarrollo económico del país.
La economía de los hogares rurales de México se distingue por la diversificación de sus fuentes de ingreso, y los estudios respecto al sector rural deben de tomar esto en cuenta. Dentro de esas fuentes de ingreso las actividades económicas que parten del uso de los activos físicos de los hogares aún son de importancia (nos referimos a la producción agrícola y ganadera, a la explotación de recursos naturales, a otras actividades productivas de los hogares y relacionadas con la provisión de servicios). No obstante, son distintas las vinculaciones de cada actividad con el resto de la economía local y, en consecuencia, los efectos en la misma que puedan traer consigo cambios en la oferta de cada actividad. Lo anterior significa que los efectos en el ingreso de los hogares y en la pobreza rurales diferirán conforme a la actividad que sufra un cambio. Una manera apropiada de estudiar estas cuestiones es a partir de un enfoque multisectorial y, en específico, de un modelo de multiplicadores. A diferencia de los modelos microeconómicos de hogares rurales (de equilibrio parcial), el de multiplicadores es uno de equilibrio general que incorpora la conformación de un sistema económico completo (de un país, de un conjunto de países, de una o varias regiones, de las poblaciones rurales, etc.). Esto desde la perspectiva de las relaciones de interdependencia sectorial y de las características y articulaciones de las distintas cadenas productivas internas y externas. Un modelo multisectorial capta, pues, los efectos directos e indirectos de un cambio exógeno, promovido, por ejemplo, por las políticas públicas.
Estimamos el modelo de multiplicadores a partir de una matriz de contabilidad social (MCS en adelante). Los datos para elaborar la provienen de encuestas representativas de los hogares de diez comunidades rurales de México (véase apéndice). Empleamos la técnica de descomposición de multiplicadores establecida por Thorbecke y Jung (1996), con algunas diferencias respecto a esta propuesta y a otros estudios.1 Con base en la estimación y descomposición de los efectos multiplicadores en el ingreso y en la pobreza rural de los hogares de los poblados estudiados, el artículo contiene los resultados de nuestras indagaciones de los efectos que tendrían aumentos en la oferta de las actividades productivas de los hogares rurales. Los hallazgos pueden proporcionar elementos para la discusión de opciones de políticas productivas que tengan el propósito de aumentar el ingreso rural y, con ello, reducir la pobreza. Al identificar los sectores de la economía rural con mayores efectos multiplicadores en el ingreso, los resultados del estudio podrán usarse para focalizar los esfuerzos gubernamentales en estos componentes de la economía de los hogares rurales. La cuestión es de interés por sí sola y adquiere más relevancia si se toman en cuenta las limitaciones en el presupuesto público.
El artículo está formado por tres secciones. En la primera analizamos brevemente los estudios que anteceden al presente; en la sección II estudiamos el grado de representatividad de los datos usados, presentamos el esquema de la MCS construida, así como el método de descomposición de multiplicadores empleado para elaborar nuestras estimaciones. En la sección III exponemos los principales resultados obtenidos y al final presentamos las conclusiones.
I. Antecedentes
Para obtener el ingreso necesario que les permitan subsistir los hogares rurales realizan una serie de actividades agropecuarias y no agropecuarias, prestan servicios (trabajo asalariado, comercio, reparación de herramientas, etc.) y emigran al sector urbano nacional o al extranjero, enviando remesas a sus hogares de origen. Un enfoque multisectorial considera estas estrategias (Sadoulet y De Janvry, 1995).
Los efectos de diferentes choques en una estructura económica (y, por ende, en los ingresos de los agentes económicos) se pueden analizar a partir de distintas perspectivas multisectoriales. Para México hay dos tipos de estudios de multiplicadores: los de cobertura nacional (Barceinas y Cervini, 1993; Adelman y Taylor, 1990 y 1991; Zárate, 2000, y Sadoulet et al, 2001) y los aplicados a poblaciones rurales (Adelman et al, 1988; Becerril et al, 1996; Taylor y Adelman, 1996; Guevara y Yúnez Naude, 2000, y Yúnez-Naude et al, 2000). Los enfoques con una perspectiva nacional tienen la limitante de que soslayan las especificidades de la economía de los hogares que viven en el sector rural mexicano, y la metodología y propósitos de los modelos que han sido aplicados a poblaciones rurales son distintos de los de la presente investigación.
Por ejemplo, el estudio de Guevara y Yúnez Naude (2000) incluye consideraciones de la pobreza, pero no incorpora una descomposición de multiplicadores, y fue realizado con base en diez comunidades por separado. No obstante que el presente estudio parte las MCS elaboradas por esos autores; nuestro análisis es más detallado en aspectos relacionados con la pobreza rural y, al agregar MCS de los poblados en una sola le da a los resultados mayor representatividad (véase la sección II). Por su parte, el objetivo de Yúnez Naude et al (2000) es evaluar el efecto de las políticas públicas en el sector rural mexicano. Esto lo hacen a partir de cinco comunidades rurales y comparando los efectos multiplicadores del programa de apoyos al campo o Procampo con los que tendría una política de un aumento exógeno y directo en la demanda de las actividades productivas de los hogares. Los resultados del estudio son de interés para la discusión acerca de las políticas públicas en el sector rural, pero no se enfocan en el combate a la pobreza en dicho sector.
II. Información estadística y método
1. Datos
Los datos que usamos provienen de las MCS de diez comunidades elaboradas por Guevara y Yúnez (2000).2 En el sentido estadístico estricto, estas comunidades no son representativas de los poblados rurales de México. No obstante, si comparamos las principales características socioeconómicas de sus hogares con las arrojadas por la Encuesta Nacional a Hogares Rurales o Enhrum, puede decirse que los poblados del presente artículo contienen características de los más pobres del país.3 La edad promedio del jefe del hogar en las regiones rurales del centro y sur del país (es decir, en donde se ubican la mayor parte de las comunidades del presente estudio) es de 49 años, y la de nuestras diez comunidades de 46 años. Según la Enhrum el promedio de años de educación del jefe es de entre 4 (región centro) y 4.8 (sur), mientras que el de las diez comunidades es de apenas 3.2. En el plano regional el promedio de años de escolaridad de los miembros de la familia es de 5.3 (centro) 4.9 (sur) y el de las diez comunidades de sólo 4. Las diferencias en el peso de las actividades productivas de los hogares entre las comunidades Enhrum del sur y centro del país frente a las de los diez poblados usados en el presente estudio también muestran que las últimas son más pobres. Lo anterior debido, por ejemplo, a que la participación de las actividades agrícolas en el ingreso de los hogares del centro y del sur de México es de 11.3 y 8.7%, respectivamente, menor que la de las diez comunidades (15.2%). Asimismo, mientras que en 2002 el 34.8% de los habitantes de las zonas rurales de todo México padecían pobreza alimentaria, 65% de los hogares de las diez comunidades estudiadas están dentro de esta categoría (Sedesol, 2002 y 2006, y líneas abajo).
Usamos, pues, las 10 matrices comunitarias del trabajo de Guevara y Yúnez para construir una MCS agregada o MCSA y, a partir de ésta, para elaborar una MCS agregada y reducida (MCSAR, véase apéndice). Según la MCSA, las principales características de la economía de las diez comunidades estudiadas son las siguientes: i) el producto bruto comunitario (PBC) anual de 1999 fue de 51 233.205 miles de pesos y el PBC per capita anual de 7 974 pesos; dicho producto es sumamente bajo respecto al producto per capita del sector rural mexicano, el cual fue de 36 304 pesos en ese mismo año;4ii) los componentes del PBC son: comercio y servicios (46.5% del PBC), ganadería (32.2%), granos básicos (14.3%), producción forestal y forestal no maderable (6%), agricultura comercial (0.9%) y elaboración de artesanías (0.04%);5iii) el valor agregado —es decir, la retribución a los factores productivos: trabajo (asalariado y familiar), tierra (renta) y capital (depreciación y rentas)— representa 62% del PBC; iv) los sueldos y salarios y las remesas que los emigrantes envían a sus lugares de origen son componentes importantes del ingreso de los hogares de las comunidades; los salarios de los que trabajan fuera de las comunidades y las remesas aportan 42.5% de su ingreso total; por su parte, el valor agregado del trabajo en las actividades productivas de los hogares representa 54.8% del ingreso de los mismos; v) las transferencias gubernamentales aportaron 2.7% del ingreso de los hogares estudiados.6
Las diez MCS dividen a los hogares rurales en dos grupos, a partir de una línea de pobreza moderada, que incluye el gasto en alimentos y en bienes y servicios no alimentarios. Los hogares no pobres (HNP) son aquellos con un ingreso/gasto per capita mensual igual o superior a los 478.16 pesos y los hogares pobres (HP) son los que tienen un ingreso/gasto inferior a dicho valor (Guevara y Yúnez Naude, 2000).7 A partir de esta definición y de los datos de los diez poblados estudiados, resulta que 65% de sus hogares son pobres, con un ingreso medio que representa apenas 57% de la línea de pobreza moderada (272.5 pesos per capita mensuales). Por su parte, los HNP tienen un ingreso de 991 pesos per capita mensuales.
2. Método
Como en la mayor parte de los modelos de multiplicadores, en el que usamos para hacer su descomposición se supone que existe exceso de capacidad o desempleo de los factores de producción. Esto significa que tanto los precios como la propensión al gasto de las cuentas endógenas (véase la subsección a) del modelo permanezcan constantes. En el modelo también suponemos que la tecnología de producción y la dotación de los recursos no varían en el periodo de estudio. Con esta base una MCS puede usarse para estimar los efectos de cambios exógenos e inyecciones en el sistema socioeconómico completo, tales como un incremento o disminución en la demanda para productos de actividades específicas o productos sectoriales.8
a) La matriz de contabilidad social y el análisis de multiplicadores. Iniciamos el análisis de multiplicadores agregando en una sola MCS las MCS de los diez poblados y homologando sus cuentas (MCSA; pormenores en González, 2005). Posteriormente separamos las cuentas en dos categorías (endógenas y exógenas) para construir la MCSAR. En esta última matriz las cuentas exógenas son el gobierno, el resto del mundo y la inversión.9 Por su parte, las cuentas endógenas están compuestas de los factores de producción, las instituciones (grupos de hogares) y las actividades de producción (véase apéndice).
En el cuadro 1 presentamos el esquema de flujos contenido en la MCSAR y en el modelo de multiplicadores. La suma de las inyecciones exógenas que se trasmiten a las comunidades estudiadas está consolidada en un vector
Gastos | |||||||||
Cuentas endógenas | Exógenas | Total | |||||||
Factores |
Instituciones (hogares) |
Actividades de producción |
Suma de otras cuentas externas |
||||||
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | |||||
Ingresos | |||||||||
Cuentas endógenas | |||||||||
Factores de producción | 1 | 0 | 0 | T 13 | x 1 | y 1 | |||
Instituciones (hogares) | 2 | T 21 | T 22 | 0 | x 2 | y 2 | |||
Actividades de producción | 3 | 0 | T 32 | T 33 | x 3 | y 3 | |||
Cuentas exógenas | |||||||||
Suma de cuentas externas | 4 |
|
|
|
t | y x | |||
Total | 5 |
|
|
|
|
Fuente: Thorbecke y Jung (1996), p. 283.
El modelo contiene cinco transformaciones endógenas (cuadro 1). La matriz T 13 asigna el valor agregado generado por las actividades de producción locales como ingreso acumulado a los factores de producción. T 33 muestra los requerimientos de insumos intermedios para la producción (es decir, las transacciones insumo/producto), mientras que T 32 representa la demanda gasto) de productos locales por parte de las instituciones privadas u hogares. T 21 asigna el valor agregado de las actividades productivas locales a los dueños de los factores de producción (los hogares). Finalmente, T 22 contiene las transferencias interinstitucionales, o sea, las transferencias locales entre los dos tipos de hogar.
En síntesis, cambios exógenos determinan, por medio de su interacción dentro de la MCSAR, los ingresos de las cuentas endógenas: es decir, i) el ingreso de los factores de producción (vector y 1); ii) el ingreso de los hogares (y 2), y iii) el ingreso de las actividades de producción (y 3).
De manera analítica, los multiplicadores de precio fijo que se estiman son los cambios en ingreso endógeno (dy n ) que resultan de los cambios en inyecciones exógenas (dx):
en que dy n incluye el cambio en el ingreso de los factores (dy 1), el cambio en el ingreso de las instituciones (dy 2) y el cambio en el ingreso de las actividades de producción (dy 3); C n es la matriz de propensión marginal al gasto de las cuentas endógenas; I es la matriz de identidad, y M c es llamada la matriz de multiplicadores de precio fijo. A diferencia de la matriz de multiplicadores contables, M c tiene la ventaja de permitir que cualquier elasticidad ingreso/gasto no negativa se refleje en ella (el uso del enfoque de multiplicadores de precio fijo requirió la estimación de esas elasticidades para cada uno de los dos grupos de hogar y para cada actividad productiva).11
b) Descomposición del multiplicador para el análisis de efectos. Nuestro interés en este trabajo es estimar el efecto multiplicativo en el ingreso y en la reducción de la pobreza de los hogares rurales de México que podrían causar aumentos exógenos que impulsen la producción de bienes y servicios producidos en comunidades rurales. Dependiendo de la tecnología usada, la dotación de los factores de los grupos de hogar y la extensión de los interenlaces entre demanda y oferta local —que miden el grado de integración de la economía rural—, ciertas actividades de producción contribuyen más que otras al crecimiento del ingreso. El crecimiento del ingreso contribuye a la disminución de la pobreza. El procedimiento para calcular los multiplicadores de ingreso es el que sigue. Los componentes de la matriz de propensión marginal al gasto (C n ) son:
Usando (2), la ecuación (1) puede reescribirse en forma explícita como:
Al despejar términos se obtiene:
A partir de un cambio exógeno en la demanda por una actividad de producción (dx 3), se desea conocer el efecto en el ingreso de los diferentes grupos de hogares (dy 2). Por tanto, el análisis se centra en la parte de la matriz de multiplicadores de precio fijo que une las actividades de producción a los grupos de hogares, es decir, M c23 .12 El elemento m ij de esta matriz muestra los efectos totales directos e indirectos de un incremento de una unidad en la demanda de la actividad de producción j respecto al ingreso por cada grupo de hogar i.
Para analizar los efectos distributivos (D) y de interdependencia (R), M c23 puede descomponerse multiplicativamente en dos matrices,
en que las dimensiones de las matrices M c23 , R y D son, respectivamente: grupo de hogar por actividades de producción, grupo de hogar por grupo de hogar y grupo de hogar por actividades de producción. Los multiplicadores de precio fijo y los efectos distributivos correspondientes a cada par de actividad de producción y grupo de hogar pueden obtenerse de manera directa de las matrices M c23 , D, respectivamente.
Para derivar los efectos de interdependencia se sigue el siguiente procedimiento. Las dimensiones de las matrices M c23 y D son equivalentes, mientras que R es una matriz cuadrada. Sea r ij = m ij /d ij , en que m ij es un elemento de M c23 y d ij es el elemento correspondiente de D. Entonces, un número (escalar) r ij representa el efecto de la matriz R en un específico d ij , los cuales determinan multiplicativamente un específico m ij ; es decir, m ij = r ij d ij , en que r ij son los efectos de interdependencia de la actividad de producción j en el grupo de hogar i.
Los efectos distributivos (d ij ) representan los efectos iniciales de un cambio en el producto de las respectivas actividades de producción en el ingreso de cada grupo de hogar. La fuerza de los efectos distributivos depende principalmente de dos fenómenos: i) de la tecnología empleada (es decir, qué tan intensiva es la actividad de producción en trabajo y qué tanto depende la actividad de producción de los factores de producción poseídos por los grupos de hogares), y ii) de la dotación de factores de los grupos de hogares (es decir, cuánto trabajo, tierra y capital posee cada tipo de hogar).
Por su parte, los efectos de interdependencia (r ij ) captan los efectos directos e indirectos del gasto y regasto por cada grupo de hogar, así como los efectos en otros grupos de hogares que se benefician del efecto en el ingreso inducido por la inyección exógena inicial. Los efectos de interdependencia reflejan, pues, el grado de la integración de la economía en estudio, ya que captan los movimientos tanto de demanda como de oferta. Cuando los consumidores gastan más en bienes y servicios domésticos y cuando las pautas de consumo son más diversificadas, dichos efectos son más grandes. De igual manera, a mayores enlaces intersectoriales respecto a la producción y a mayores enlaces de transferencias entre los grupos de hogares, más altos son los efectos de interdependencia.
i) Efectos distributivos. Los efectos distributivos de un cambio exógeno en el producto de una actividad de producción (dx 3) tienen tres componentes: efectos iniciales en la actividad o efectos de insumo-producto. Por ejemplo, el producto de la ganadería se incrementa en una unidad. Para producirla se requieren insumos intermedios como el maíz. A su vez, la producción adicional de maíz requerida demanda insumos intermedios. Los efectos son entonces, de primer, segundo y más alto orden, que son captados por la matriz (I − C 33)−1. Además, cualquier incremento en el producto sectorial requiere factores de producción o insumos primarios. La demanda de esos factores está en la matriz C 13. El mayor uso de factores aumentará el valor agregado, que se distribuirá entre los propietarios de los insumos primarios: los grupos de hogar (matriz C 21). Finalmente, las transferencias de ingreso entre grupos de hogar están contenidas en (I − C 22)−1.
En suma, los efectos distributivos totales se definen como:
D puede descomponerse multiplicativamente en tres componentes:13
Es decir,
en que D 3 representa las transferencias interhogar (efectos transferencia); D 2 contiene los flujos de ingreso por medio de los grupos de hogares dueños de los factores usados en el proceso de producción (efectos distributivos directos), y D 1 representa los interenlaces insumo/producto en la producción (efectos intersectoriales de producción).
Para comparar los respectivos efectos directos de las diferentes actividades de producción en los hogares pobres es necesario identificar estos efectos para cada par de actividad de producción y grupo de hogar. Las dimensiones de las matrices D y D 2 son equivalentes (esto es, grupos de hogares por actividades de producción) y los efectos distributivos directos para cada par de actividad de producción y grupo de hogar pueden obtenerse de la matriz D 2. Para derivar los efectos distributivos de transferencias se usa la propiedad de que las matrices D(= D 3 D 2 D 1) y D 2 D 1 tienen dimensiones equivalentes. Se define a d 3ij = d ij /d 21ij , en que d ij es un elemento de D y d 21ij es un elemento de D 2 D 1. Entonces, un número (escalar) d 3ij representa el efecto de la matriz D 3. También, es posible obtener los efectos distributivos resultantes de los enlaces de producción intersectorial de cada actividad de producción para cada grupo de hogar. El procedimiento es calcular el enlace de producción intersectorial (d 1ij ) a partir de d 1ij = d 21ij /d 2ij , en que d 21ij es un elemento de D 2 D 1, y d 2ij es un elemento de D 2. Por tanto, se obtiene que,
ii) Efectos de interdependencia. Los efectos distributivos capturan el efecto de un cambio en el producto sectorial en el ingreso. Por su parte, los efectos de interdependencia contienen los efectos de gasto y regasto. El mayor ingreso de los hogares que trae consigo un aumento en el producto sectorial se gasta (por ejemplo, en alimentos y ropa). Para satisfacer esta demanda adicional de bienes producidos localmente, debe crecer su producción. Esto requiere insumos primarios e intermedios, los que, finalmente, generan un flujo indirecto adicional de ingresos para los hogares, pobres y no pobres. Así, los efectos de interdependencia incluyen tanto el efecto de la primera ronda inicial de gasto de los grupos de hogares como el de las subsecuentes rondas de regasto de los mismos. Los efectos de interdependencia reflejan el grado de integración local en el sistema socioeconómico tanto de la producción como del gasto. Los efectos de interdependencia en el presente contexto son equivalentes a los efectos de circuito cerrado identificados por Pyatt y Round (1979) en su método de descomposición de multiplicadores. Ellos muestran que:
Si la matriz de gasto marginal (C 32) es denotada por E (E = C32), se obtiene la siguiente expresión para R dada la definición de D en (4):
La ecuación (5′) implica que los efectos de interdependencia pueden expresarse como una función de los efectos distributivos (D) y de la matriz de propensión marginal al gasto (E). Mientras más alto sea el valor de los elementos de D o E, más grandes serán los efectos de interdependencia. Por tanto, la matriz de multiplicadores de precio fijo que une las actividades de producción a los grupos de hogares M c23 puede ahora expresarse haciendo la sustitución de R de (5′) en (3):
Si m ij es un elemento de M c23 , entonces ésta puede descomponerse multiplicativamente en dos componentes:
en los que d ij es un elemento de D y r ij = m ij /d ij . Se ha mostrado que los efectos distributivos pueden descomponerse adicionalmente en efectos distributivos de transferencia, efectos distributivos directos y efectos distributivos resultantes de los enlaces de producción intersectorial [véase ecuación (4”)].
Por tanto, un multiplicador m ij puede descomponerse de la manera siguiente:
El lector recordará la ecuación (1), en que dy 2 = M c23 dx 3. Si dy 2i es un elemento del vector dy 2, y dx 3j es un elemento del vector dx 3, entonces
La definición anterior es la que usamos para estimar el efecto del cambio en el producto sectorial en el ingreso medio de los grupos de hogares y, en consecuencia, en la reducción de la pobreza.
iii) Incorporación de los efectos sensibilidad de la pobreza en el procedimiento de descomposición de multiplicadores. Después de derivar el efecto de un cambio en el producto sectorial sobre el ingreso medio de los grupos de hogares, definimos la sensibilidad de la medida de pobreza a los cambios en el ingreso medio del grupo (la medida de la pobreza adoptada es la P α de Foster, Greer y Thorbecke, 1984, FGT, en adelante). La sensibilidad de la pobreza está determinada por la elasticidad de la medida de pobreza seleccionada (P α) respecto al ingreso medio para el grupo de hogares pobres —o para diferentes grupos de hogares en los que participen los pobres— y por sus tasas de crecimiento.
El primer paso para estimar la modificación en la medida de la pobreza causada por un cambio en el producto sectorial es determinar el efecto de un cambio en el ingreso sobre una medida de pobreza. Kakwani (citado por Thorbecke y Jung, 1996) muestra que un cambio en una medida de pobreza puede descomponerse en dos partes: i) el cambio en el ingreso per capita medio (es decir, el efecto que se ha derivado y descompuesto en la sección precedente), y ii) el cambio en la distribución del ingreso:
en que P
αij
es la medida P
α de FGT uniendo el sector j al grupo de hogar i,
en que η αi es la elasticidad de P αij con respecto al ingreso per capita medio del grupo de HP (o de cada grupo de hogar i en los que participen los pobres) resultado de un incremento en el producto del sector de actividad j.14
El siguiente paso es unir el incremento en el ingreso medio (
en que dx j es el cambio en el producto del sector j definido sobre una base per capita para el grupo i. Por tanto, la ecuación (11) puede reescribirse como:
Para obtener los efectos de un cambio en el producto del sector j sobre la disminución de la pobreza, estos efectos deben sumarse a partir de los diferentes grupos de hogares. La descomposición aditiva de la medida de pobreza agregada P α (es decir, P αj ) puede reescribirse como:
en que s αi representa la participación de los pobres en cada grupo de hogares. En este artículo se distinguen sólo dos grupos de hogares: HNP y HP, y dado que el segundo agrupa al total de los hogares pobres, en este grupo s αi = 1.
El “efecto sensibilidad de la pobreza” se define así:
El multiplicador modificado
Dado que m
ij
= r
ij
d
ij
(ecuación 7), al definir
A partir de m
ij
se calcula el aumento en el ingreso de un grupo de hogares i (por ejemplo, los HP) causado por un cambio en la demanda (y producto) de una actividad j. El término s
αi
d
ij
contiene la parte de los efectos distributivos totales recibidos por los pobres en el grupo de hogar i y el término r
αij
representa los efectos de interdependencia relacionados. Los efectos sensibilidad de la pobreza están positivamente relacionados con la elasticidad de la pobreza (η
αi
) y con el cambio en el producto del sector j definido sobre una base per capita para el grupo i(dx
j
). A su vez, los efectos sensibilidad de (la pobreza están negativamente relacionados con el ingreso per capita medio
Los efectos distributivos directos modificados
En síntesis, el cambio total en el ingreso de los pobres debido al cambio en el producto del sector
Antes de la desagregación de los multiplicadores calculamos la propensión marginal al gasto de los hogares (PMgG ij ), la elasticidad de la pobreza (ηα) y los índices de pobreza (P α).
La estimación de PMgG ij se hizo en tres etapas. Primero calculamos la propensión de gasto medio (PGM ij ) corriendo una regresión lineal simple con el gasto total de los hogares como variable independiente y el gasto en cada actividad como dependiente. Segundo, se realizó la misma regresión aplicando logaritmos para obtener la elasticidad de gasto (Ey ij ). Finalmente, con el producto de dichos valores se obtiene la PMgG ij , es decir, PMgG ij = Ey ij PGM ij .
La elasticidad de la pobreza se calculó según el procedimiento de Ravallion y Huppi (1991) estimando la ηα con respecto a la media de la clase entera de la medida de pobreza P α:
en que f(z) denota la densidad de la probabilidad del consumo en la línea de pobreza z. La elasticidad de la pobreza está en función de la aversión social a la pobreza (α) y es necesaria para estimar el efecto sensibilidad de la pobreza ante cambios en el ingreso per capita medio de los HP.
Los índices de pobreza (P α) también dependen de los valores de α. Con α = 0 se estima la incidencia de la pobreza (índice de recuento), con α = 1 se calcula la brecha de la pobreza y con α = 2 se capta la severidad de la pobreza.
Los resultados de la estimación del índice de pobreza de FGT son los siguientes: i) 65% de los hogares de las comunidades estudiadas se encuentra en pobreza moderada (índice de recuento de la pobreza, P 0 = 0.6458); ii) el déficit agregado de los pobres en relación con la línea de pobreza, cuando ha sido promediado en todos los hogares (sean estos pobres o no), representa el 28% de la línea de pobreza (índice de brecha de la pobreza, P 1 = 0.2777), y iii) el índice de severidad de la pobreza es de 15% (P 2 = 0.1507).
Por otra parte, la desigualdad media de la pobreza de los HP de las diez comunidades, como una proporción de la línea de pobreza, es alta (P 1/P 0 = 43%). Las elasticidades de la pobreza obtenidas para los HP de las comunidades estudiadas son: η0 = −0.41705, η1 = −1.3254 y η2 = −1.6856.16 Estos valores significan que, ante un aumento de 1% en el ingreso medio de los pobres, la pobreza disminuye entre 0.42 y 1.68%, dependiendo del valor de la aversión social a la pobreza (α).
III. Resultados
Usamos el modelo de multiplicadores y su descomposición para estimar los efectos multisectoriales en el ingreso de los hogares y en la disminución de la pobreza que tendría un aumento exógeno en el producto por cada sector de actividad de 100 pesos per capita (se decidió simular la inyección usando este valor para dar mayor claridad al análisis de los resultados). El aumento de 100 pesos equivale a 1.25% del producto bruto per capita anual de los hogares de las diez comunidades estudiadas (PBC) y a 20.9% del valor de la línea de pobreza moderada. Además y según las encuestas realizadas a las muestras representativas de hogares de las diez comunidades, el choque exógeno simulado es similar al monto de las transferencias gubernamentales a los hogares en sus programas de combate a la pobreza.17
Los cuadros 2 y 3 contienen los resultados de las estimaciones de los efectos multiplicadores totales y desagregados en el ingreso para los hogares no pobres y pobres, respectivamente. El cuadro 3 también muestra los efectos multiplicadores del cambio exógeno simulado en el nivel de pobreza de los HP. Los multiplicadores modificados de precio fijo (
Agricultura de básicos |
Agricultura comercial |
Ganadería |
Aprovechamiento forestal y leña |
Comercio y servicios |
|||
1. | Multiplicadores de precio fijo |
0.9854 | 1.5889 | 1.3980 | 1.3489 | 1.1459 | |
2. | Efectos distributivos |
0.2869 | 0.4840 | 0.3824 | 0.3810 | 0.3171 | |
2a. | Efectos distributivos de transferencia |
1.0229 | 1.0214 | 1.0250 | 1.0239 | 1.0246 | |
2b. | Efectos distributivos directos |
0.2475 | 0.4334 | 0.3205 | 0.3704 | 0.2760 | |
2c. | Efectos distributivos de enlaces de producción |
1.1333 | 1.0936 | 1.1639 | 1.0047 | 1.1213 | |
3. | Efectos de interdependencia |
3.4349 | 3.2826 | 3.6559 | 3.5403 | 3.6144 |
Fuente: Estimaciones propias.
a Ante una inyección exógena de 100 pesos per capita en el producto de la actividad j (dxj = 100 pesos).
Agricultura de básicos |
Agricultura comercial |
Ganadería |
Aprovechamiento forestar y leña |
Comercio y servicios |
||||
I. |
Recuento de la pobreza (Head-count measure) |
|||||||
1. | Multiplicadores de precio fijo |
1.0691 | 1.6574 | 1.5931 | 1.4998 | 1.2948 | ||
2. | Efectos distributivos |
0.2808 | 0.4103 | 0.4471 | 0.4076 | 0.3594 | ||
2a. | Efectos distributivos de transferencia |
1.0370 | 1.0408 | 1.0330 | 1.0349 | 1.0337 | ||
2b. | Efectos distributivos directos |
0.2346 | 0.3582 | 0.3789 | 0.3919 | 0.3100 | ||
2c. | Efectos distributivos de enlaces de producción |
1.1544 | 1.1005 | 1.1424 | 1.0050 | 1.1215 | ||
3. | Efectos de interdependencia |
3.8072 | 4.0397 | 3.5629 | 3.6799 | 3.6026 | ||
4. | Efectos sensibilidad de la pobreza |
−0.153 | −0.153 | −0.153 | −0.153 | −0.153 | ||
5. | Efectos totales de la disminución de la pobreza |
−0.1636 | −0.2537 | −0.2438 | −0.2295 | −0.1982 | ||
II. |
Brecha de la pobreza (Poverty gap measure) |
|||||||
4. | Efectos sensibilidad de la pobreza |
−0.4864 | −0.4864 | −0.4864 | −0.4864 | −0.4864 | ||
5. | Efectos totales de la disminución de la pobreza |
−0.5200 | −0.8061 | −0.7749 | −0.7295 | −0.6297 | ||
III. |
Severidad de la pobreza (Distribution-sensitive measure) |
|||||||
4. | Efectos sensibilidad de la pobreza |
−0.6186 | −0.6186 | −0.6186 | −0.6186 | −0.6186 | ||
5. | Efectos totales de la disminución de la pobreza |
−0.6613 | −1.0252 | −0.9854 | −0.9277 | −0.8000 |
Fuente: Estimaciones propias.
a Ante una inyección exógena de 100 pesos per capita en el producto de la actividad j (dxj = 100 pesos). Como todos los HP están en un solo grupo los efectos distributivos modificados no dependen de la aversión social a la pobreza (α). Es decir, los valores de
b El efecto sensibilidad de la pobreza es el mismo para cada actividad de producción debido a que no estimamos los niveles de pobreza para cada actividad.
El cuadro 3 también contiene los resultados de los efectos multiplicadores respecto a la pobreza de los HP: la sensibilidad de la pobreza (q αi , renglones 4) y los efectos totales en la disminución de la pobreza (−dP αj /P αj , renglones 5). Ambos indicadores dependen de la aversión social a la pobreza, es decir, de los valores de α las filas 4 y 5 del renglón I muestra los resultados cuando no hay tal aversión (α = 0), las mismas filas del renglón II cuando α = 1 y las del renglón III cuando α = 2.
1. Descomposición de los multiplicadores para los hogares no pobres
Los resultados, presentados en el cuadro 2 indican que ante un aumento exógeno en el producto de 100 pesos per capita los multiplicadores de precio fijo para los HNP son altos. La agricultura comercial tiene el mayor efecto multiplicador, pues el ingreso de los HNP aumenta en 159 pesos (cuadro 2, renglón 1). Ello se debe a que, para estos hogares, dicha actividad tiene los efectos distributivos más altos (48 pesos, fila 2) y, en específico, porque tiene grandes efectos distributivos directos (43 pesos, fila 2b). Ello significa que el uso de los factores productivos de los HNP en los cultivos comerciales tiene los mayores efectos en el ingreso de dichos hogares.
El efecto multiplicador de precio fijo de la ganadería ocupa el segundo lugar (140 pesos ante la inyección simulada de 100 pesos). Frente al resto de las actividades, la ganadería tiene los efectos más grandes directos de transferencias (103, fila 2a), así como los mayores efectos directos de enlaces de producción (116 pesos, renglón 2c) y de interdependencia o totales (366 pesos, renglón 3). En síntesis, la actividad ganadera de los HNP tiene importantes efectos multiplicadores de eslabonamientos de producción y efectos secundarios de gasto y regasto.
La agricultura de básicos tiene un bajo efecto multiplicador, ante un aumento exógeno de 100 pesos en el producto, el ingreso de los HNP aumenta en sólo 98.5 pesos. Esto se explica por los bajos efectos distributivos (28.7, renglón 2) y, en específico, por sus bajos efectos distributivos directos (24.7, fila 2b). No obstante lo anterior, la agricultura de básicos tiene importantes vinculaciones con el resto de las actividades productivas locales (113 pesos, fila 2c).
La agricultura comercial y el aprovechamiento forestal y extracción de leña tienen los menores efectos distributivos de enlaces de producción (109 y 101, respectivamente). Ello implica que las dos actividades tienen las demandas más bajas de insumos intermedios producidos en otra(s) actividad(es).
2. Descomposición de multiplicadores para los hogares pobres y la disminución de la pobreza
Con un incremento exógeno en el producto de 100 pesos per capita, las cinco actividades que realizan los HP tienen un efecto multiplicador de precio fijo alto, y mayor a los multiplicadores estimados para los HNP (cuadro 3 y 2, respectivamente). Al igual que para los HNP, la agricultura comercial es la que más afecta el ingreso de los HP (166 pesos), y le siguen la ganadería y el aprovechamiento forestal y extracción de leña (159 y 150 pesos, respectivamente, cuadro 3, renglón 1). El efecto multiplicador de precio fijo de la ganadería ocupa, pues, el segundo lugar, sobre todo por su gran efecto distributivo (44.7 pesos, renglón 2). La agricultura de básicos tiene el menor multiplicador de precio fijo (107 pesos). No obstante, ocupa el segundo lugar en cuanto a sus efectos indirectos o de regasto (381 pesos, renglón 3) y es la que tiene los mayores vínculos con otras actividades de producción (115, renglón 2c).
El multiplicador de precio fijo del comercio y servicios ocupa el penúltimo lugar tanto para los HNP como en los HP (115 y 130 pesos, cuadros 2 y 3, fila 1, respectivamente). En ambos casos este multiplicador sólo supera al de la agricultura de básicos.
Independientemente del grado de aversión a la pobreza, la producción de cultivos comerciales y la ganadería son las actividades cuyo crecimiento tiene los efectos más grandes en la disminución de la pobreza (por ejemplo −0.25 y −0.24, respectivamente cuando α = 0 y −1.03 y −1.0, respectivamente cuando α = 2, cuadro 3, filas I.5 y III.5). Le siguen las actividades forestales (por ejemplo, −0.23 cuando α = 0), el comercio y los servicios (−0.2 cuando α = 0) y por último, la producción de cultivos básicos (−0.16 cuando α = 0).
El gran efecto de la agricultura comercial en la disminución de la pobreza se debe sobre todo a los altos efectos de interdependencia (4.040). O sea que son grandes los efectos indirectos o de regasto de la agricultura comercial hacia los HP. Por su parte, la disminución en la pobreza provocada por el impulso a la actividad ganadera se explica principalmente por los efectos distributivos (0.45), básicamente por los altos efectos distributivos directos y por los grandes enlaces de producción (0.379 y 1.142, respectivamente, renglones 2, 2b y 2c).
El aprovechamiento forestal y la recolección de leña ocupan el tercer lugar en la disminución de la pobreza (−0.23). Respecto al resto, esta actividad tiene los efectos distributivos directos más grandes (0.39) y los más bajos efectos distributivos de enlaces de producción (1.0). Lo último se debe a que los enlaces de la recolección de leña con otras actividades productivas locales son casi nulos.
No obstante que el crecimiento de la agricultura de básicos y de los servicios también disminuyen la pobreza, sus efectos son los más bajos respecto a las otras actividades de los HP. El resultado se explica, en parte, por los bajos efectos distributivos directos de la producción de básicos y de las actividades de servicios (0.235 y 0.310, respectivamente), y también, para el segundo tipo de actividades, por sus bajos efectos de interdependencia (3.603). Los pequeños efectos multiplicativos que tiene la producción de cultivos básicos en la reducción de la pobreza se deben a su bajo efecto en el ingreso de los HP. Lo último se explica, en parte, por la baja productividad en la producción de estos bienes que, en ocasiones, conduce a que sea negativo el ingreso neto que le representa esta actividad a los hogares rurales.
Conclusiones y consecuencias políticas
En las comunidades rurales analizadas la mayor parte del ingreso de sus hogares proviene del trabajo asalariado (fuera de las comunidades y en el extranjero, 42.5%) y del valor agregado generado por sus actividades productivas locales (54.8%). Estas actividades son: la producción de cultivos básicos y comerciales, la ganadería, la explotación forestal y el comercio y servicios. La producción de bienes agrícolas para la venta y la ganadería son las actividades que más contribuyen a la disminución total de la pobreza.
La descomposición de los multiplicadores realizada muestra la gran heterogeneidad de los efectos específicos en la contribución a la disminución de la pobreza que tienen las diferentes actividades productivas de los hogares rurales. De las dos con los efectos más grandes, los de la agricultura comercial se explican, sobre todo, por sus altos efectos de interdependencia; mientras que la contribución de la ganadería a la reducción de la pobreza surge, en gran parte, por sus altos efectos distributivos directos y por los efectos distributivos de los enlaces de producción.
A partir del trabajo de sus miembros los hogares rurales pobres cuentan con mano de obra abundante y no calificada. Una alta proporción de este factor es usado en la producción de cultivos básicos (en especial de maíz) para el consumo familiar. El pequeño efecto relativo de esta actividad en la disminución de la pobreza se debe a sus bajos efectos distributivos, en particular a los enlaces directos. No obstante, la producción de maíz tiene grandes enlaces de producción y de interdependencia.
La técnica de descomposición de multiplicadores y los resultados obtenidos en los efectos que las actividades productivas de los hogares rurales pueden proporcionar en su ingreso, aportan información a los que toman decisiones de política para evaluar otras medidas de combate a la pobreza. En específico, si las políticas públicas tienen el propósito de reducir la pobreza rural a partir de mecanismos endógenos —es decir, con base en las actividades productivas de las comunidades rurales muy pobres— nuestros resultados indican la conveniencia de que el Estado apoye la producción de cultivos para la venta a partir, por ejemplo, de inversiones en infraestructura pública (comunicaciones y transporte) que promuevan su comercialización.
Inversiones de este tipo también podrían hacer viable la producción para la venta de maíz con diversidad genética en las comunidades en donde sus hogares la conserven, que en general son los más pobres. Al complementarse la mejora o creación de obras de infraestructura con medidas que apoyen la comercialización de maíces genéticamente diversos, no sólo se promovería la conservación de la biodiversidad del cultivo; también se aprovecharían los grandes enlaces de producción y de interdependencia que encontramos para esta actividad.