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Revista mexicana de opinión pública

versión On-line ISSN 2448-4911versión impresa ISSN 1870-7300

Rev. mex. opinión pública  no.36 Ciudad de México ene./jun. 2024  Epub 04-Feb-2025

https://doi.org/10.22201/fcpys.24484911e.2024.36.86834 

Dossier

“Nada ni nadie estará por encima de la voluntad soberana del pueblo”: AMLO, las redes y el populismo contemporáneo en México

“Nothing and no one will be above the sovereign will of the people”: AMLO, networks and contemporary populism in Mexico

Adalberto López-Robles* 
http://orcid.org/0000-0002-7286-265X

* Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-Xochimilco). adalbertolopez@hotmail.es.


Resumen

El nuevo entorno digital se ha convertido en una herramienta indispensable para la comunicación política contemporánea tanto de actores políticos de izquierda como de derecha; sin embargo, en este contexto, la relación entre populismo y redes sociales no ha recibido la atención considerable. Este artículo analiza el uso de Twitter (X) por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en el contexto de los debates sobre el populismo en América Latina. Se realiza un análisis de contenido tanto cuantitativo como cualitativo de 2673 publicaciones del presidente y se encontró que el populismo se manifiesta en tres aspectos clave: pueblocentrismo, antielitismo y soberanía popular. Al centrarse en la forma en que el presidente usa sus redes sociales con fines populistas, el estudio busca contribuir a la conceptualización y medición del fenómeno a partir de datos obtenidos de redes sociales.

Palabras clave: Twitter; México; pueblocentrismo; antielitismo; soberanía popular

Abstract

The new digital environment has become an indispensable tool for contemporary political communication of both left-wing and right-wing political actors; However, in this context, the relationship between populism and social media has not received considerable attention. This article analyzes the use of Twitter (X) by President Andrés Manuel López Obrador (AMLO) in the context of debates about populism in Latin America. A quantitative and qualitative content analysis of 3927 publications of the president is carried out and it was found that populism manifests itself in three key aspects: peoplecentrism, anti-elitism and popular sovereignty. By focusing on the way in which the president uses his social networks for populist purposes, the study seeks to contribute to the conceptualization and measurement of the phenomenon based on data obtained from social networks.

Keywords: Twitter; Mexico; peoplecentrism; antielitism; popular sovereignty

Introducción

Redes sociales como Twitter se han convertido en una herramienta central en la comunicación política. Su uso actual no se limita a las campañas políticas, ha sido clave también para la comunicación presidencial y, más recientemente, para la comunicación populista (Waisbord & Amado, 2017). Este estudio examina si el uso de Twitter (X) por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador revela aspectos del populismo contemporáneo y si este constituye una amenaza o un correctivo para la democracia en México.

En el plano conceptual, el populismo sigue siendo un debate inacabado. En las ciencias sociales existen tres teorías en competencia: la discursiva, la estratégica y la ideacional. Esta investigación tiene como objetivo proporcionar un análisis empírico del populismo a partir de información recopilada de Twitter, por consiguiente, se considera que esta última proporciona la definición más operacional sobre el fenómeno. Este enfoque entiende el populismo como una ideología delgada caracterizada por tres aspectos clave: el pueblo, la élite y la soberanía popular. La flexibilidad ideológica de este concepto hace que el populismo exhiba un núcleo restringido que le posibilita vincularse con otras ideologías más densas (liberalismo, socialismo, nativismo, etc.) (Mudde y Rovira Kaltwasser, 2013).

A pesar de la centralidad que tiene en el debate teórico actual (Laclau, 2005; Peruzzotti, 2017; De la Torre, 2013; Arditi, 2017) y la fertilidad de la región para la emergencia de líderes populistas, los estudios empíricos sobre el populismo en América Latina son escasos (Freidenberg, 2007; Casullo, 2021; Waisbord y Amado, 2017; Manfredi et al., 2021). Este vacío refuerza la necesidad de más análisis empíricos de un fenómeno que, en las últimas décadas, ha avanzado significativamente en la región.

En México, por ejemplo, el presidente López Obrador es a menudo etiquetado como populista tanto por comentaristas como por académicos. En efecto, señalan que el populismo fue un elemento constitutivo de su campaña presidencial (Monsiváis, 2020; Marini, 2018; Serrano, 2019; Dussauge y Aguilar, 2022; Ríos Figueroa, 2022), pero, desconocemos en qué grado se manifiesta este populismo en sus declaraciones públicas como presidente y que efecto tiene sobre la calidad de la democracia. Para responder estas preguntas, se realiza un análisis de texto de los tuits publicados por el presidente desde el primer día de gobierno (1 de diciembre de 2018) hasta abril de 2023. Los datos fueron recopilados a través de la API de Twitter usando el lenguaje de programación RStudio.

La estructura del artículo es la siguiente: en el primer apartado se esboza la discusión teórica actual sobre el populismo. La segunda sección presenta una descripción del contexto político mexicano en el que ha emergido el liderazgo populista de López Obrador. Un tercer apartado expone la propuesta metodológica seguida. La cuarta sección presenta los resultados y se concluye con una discusión de los hallazgos a la luz de la literatura sobre el tema.

Los enfoques teórico-metodológicos del populismo

El debate actual sobre la relación entre populismo y democracia se centra en dos temas clave. Por un lado, están los que argumentan que el populismo se asocia con el autoritarismo (Weyland, 2013; Monsiváis, 2023; Ríos Figueroa, 2022; Dussauge y Aguilar, 2022) y, por otro, quienes sostienen que el populismo profundiza la democracia al incluir las demandas sociales de una amplia mayoría (Arditi, 2017; Laclau, 2005). La primera es comúnmente defendida por los teóricos de la democracia liberal. Afirma Peruzzotti que: “a diferencia de las fuerzas antidemocráticas de extrema derecha o izquierda, el desafío del populismo a la democracia liberal es más problemático porque es un desafío que viene desde adentro, uno que se hace en nombre de la democracia” (2017, p. 319). La segunda hunde sus raíces en la filosofía política contemporánea. Por ejemplo, Arditi (2017) sostiene que en la medida en que el populismo funcione como parte del impulso redentor de la política moderna puede contribuir a renovar la democracia canalizando y potenciando la participación política.

Una corriente alternativa argumenta que el populismo puede ser tanto un correctivo o una amenaza para la democracia. ¿De qué depende? Mudde y Rovira (2012) argumentan que depende de (1) si los principales actores populistas están en la oposición o en el gobierno y (2) si el régimen democrático está consolidado o no. En lo que respecta al primer criterio, sostienen que, cuando el populismo se limita a la oposición, tiene poco margen de maniobra y, por lo tanto, tiene un impacto menor en la calidad de la democracia. El segundo se basa en la idea de que cuando un régimen democrático está consolidado, el populismo tiene poco impacto en la calidad de la democracia, ya que esta última es lo suficientemente robusta para hacer frente al desafío populista. México presenta el caso inverso, tenemos a un líder político con rasgos populistas en el poder y una democracia no consolidada por lo que cabría preguntarse si la democracia mexicana está lo suficientemente preparada para hacer frente al desafío populista.

Paralelamente al debate teórico de si el populismo es un correctivo o una amenaza para la democracia, existe también una preocupación por una definición operacional que permita medir empíricamente el fenómeno, lo que ha generado acalorados debates entre escuelas. Si bien existe un grado de acuerdo considerable sobre qué es el populismo, los investigadores, según Moffitt (2022), disienten con respecto a lo que en realidad constituye el populismo: ¿se trata de una estrategia?, ¿un discurso? o ¿una ideología? Este debate ha dado origen a los tres enfoques principales con los que se estudia el populismo actualmente: el estratégico, el discursivo y el ideacional, respectivamente. A continuación, se explican estos enfoques y se proponen algunas razones por las cuales se considera el ideacional como el más apropiado para el análisis empírico del populismo.

El primer enfoque conceptualiza el fenómeno como una estrategia política. Para sus defensores, definirlo de este modo es útil en la medida en que permite captar la conexión constitutiva del populismo, a saber, la conexión entre el líder y el pueblo (Weyland, 2017; Roberts, 2015; Freidenberg, 2007). De ahí que el populismo sea “una estrategia a través de la cual un líder personalista busca o ejerce el poder político con base en el apoyo directo, no institucionalizado y sin mediación de un gran número de personas en su mayoría seguidores desorganizados” (Weyland, 2001, p. 14). Un análisis del populismo, según Weyland, no debe centrarse en lo que dicen los populistas, sino en lo que realmente hacen, especialmente en los métodos que emplean para alcanzar y mantener el poder político (2017, p. 74).

Si bien está de acuerdo que el populismo ve emanar el poder del pueblo, esta corriente defiende una conceptualización “de arriba hacia abajo” (Roberts, 2015). Centra su análisis en la figura del líder, dado que el pueblo es un agregado heterogéneo, desorganizado y amorfo y sin agencia para actuar por sí sólo. La definición estratégica considera el carisma como una característica que puede ayudar a solidificar la relación directa entre el líder y sus seguidores (Freidenberg, 2007). La esencia del populismo, por tanto, “es que las personas empoderadas retóricamente sigan a un líder que dice actuar en su nombre” (Weyland, 2017, p. 79).

De ahí que el populismo sea una estrategia política de arriba hacia abajo que moviliza a “los electores donde las instituciones representativas son débiles o están desacreditadas y donde diversas formas de exclusión social o marginación política dejan a los ciudadanos alienados de tales instituciones” (Roberts, 2015, p. 153). La organización social y política desde abajo es inversamente proporcional a cualquier proyecto populista, ya que este se fortalece ahí donde la sociedad está atomizada. Esta situación le permite al líder coordinar los sentimientos fragmentados contra el sistema, pues “la intermediación institucional sólo distorsiona la relación entre ese liderazgo populista y sus electores” (Roberts, 2015, p. 159). Una de las limitaciones de este enfoque es que al conceptualizarlo como una estrategia de movilización electoral deja poco margen para analizar el populismo una vez en el poder.

El segundo enfoque distintivo sobre el populismo es el discursivo, esta corriente se basa en los trabajos de Ernesto Laclau (2005) y entiende el populismo como un tipo de discurso político que divide el campo político entre un “nosotros” y un “ellos”. Laclau se centra en las condiciones de posibilidad del populismo, por lo que sostiene que una acumulación de demandas insatisfechas y una creciente incapacidad del sistema institucional para absorberlas crea un caldo de cultivos para el surgimiento de actores populistas. Entre estas dos precondiciones se da una articulación política, una cadena equivalencial que posibilita, por una parte, la formación de una frontera interna que divide a la sociedad en dos campos y, por la otra, la construcción del pueblo como una nueva subjetividad política. El populismo no es un movimiento identificable con una base social, como sugiere el enfoque estratégico, o una determinada orientación ideológica, como afirma el enfoque ideacional, se trata de un modo de construir lo político, de un acto performativo que mediante la cristalización de demandas insatisfechas constituye el pueblo. De ahí que el pueblo no es un grupo dado, es una categoría política que se construye discursivamente.

La equivalencia, la subjetividad popular y la construcción dicotómica de lo social constituyen el momento simbólico, el momento de constitución del pueblo como voluntad colectiva y de la élite como el adversario (Laclau, 2006). Coincide con el enfoque estratégico en que el líder populista no es el origen del movimiento populista, pero sin ese punto de aglutinación el movimiento no podría forjar su unidad (Mouffe, 2018). El enfoque discursivo ha sido criticado por ser extremadamente abstracto y escurridizo al análisis empírico.

La tercera definición, y el enfoque de esta investigación, es el ideacional. En América Latina el populismo ha sido abordado principalmente desde los enfoques discursivo y estratégico (Freidenberg, 2007; Weyland, 2001; Hawkins, 2009; Waisbord y Amado, 2017; Casullo, 2021) y poco sabemos de la utilidad analítica del enfoque ideacional para los casos de la región. En consecuencia, este estudio se centra en la comprensión del populismo como una ideología. Esta escuela ve el populismo como un conjunto de ideas que en el mundo real aparece en combinación con otros conceptos que se toman de otras ideologías denominadas “densas” (Mudde, 2017). Mude, defensor de este enfoque, define el populismo como “una ideología delgada que considera que la sociedad esta finalmente separada en dos campos homogéneos y antagónicos “el pueblo puro” versus “la élite corrupta” y que argumenta que la política debe ser una expresión de la voluntad general del pueblo” (2004, p. 543). Sostiene, además, que los actores populistas separan al “pueblo puro” de la “élite corrupta” sobre la base de una dimensión moral (Mudde, 2017).

Solo es posible entender el populismo como una “ideología delgada” que emplea conceptos provenientes de otras ideologías, que no solo son más complejas y estables, sino que también permiten la formación de subtipos (Mudde y Rovira Kaltwasser, 2013). En otras palabras, estas otras ideologías agregan una dimensión adicional al populismo, como la etnia en el caso del populismo étnico de Evo Morales, la migración en el caso del populismo xenófobo o la nación en el caso de los populismos nacionales de Europa. Esto explica por qué es casi imposible que el populismo aparezca en el mundo real en un estado puro.

Al igual que las otras escuelas, la ideacional entiende que el concepto clave del populismo es indudablemente “el pueblo”. Con respecto a la tesis de que el pueblo es una construcción discursiva defendida por Laclau, sostiene que “el pueblo” no es un significante vacío, sino que como idea no carece completamente de contenido, puesto que es “la dimensión moral sobre la cual se basa el populismo la que le proporciona algo de contenido al significante” (Mudde, 2017, pp. 52). El actor populista remite la idea de pueblo a una concepción idealizada de la comunidad con basa en su pureza. En efecto, la pureza es lo que define el pueblo y lo separa de la élite corrupta.

La élite se define como la antítesis del pueblo, se define exnegativo. En el discurso populista, la élite puede hacer alusión a diferentes grupos: económico, mediático, político, etc., siempre que se opongan a los objetivos políticos de los actores populistas, estos actores serán etiquetados como la élite corrupta que trabaja en contra de la voluntad general de la gente común y en defensa de sus propios privilegios (Mudde y Rovira Kaltwasser, 2013).

La distinción monista y maniquea del populismo entre el pueblo puro y la élite corrupta, por otra parte, refuerza la idea de que existe una voluntad general. La noción de “soberanía general del pueblo” se basa fundamentalmente en la idea que define el pueblo no solo como la fuente última del poder político, sino también como los gobernantes (Mudde y Rovira Kaltwasser, 2013). Los actores populistas defienden la idea de que las élites no expresan esta voluntad, la esencia misma de la política, sino más bien sus intereses (Mudde, 2004). Al defender la idea de que los actores políticos deben responder a la voluntad general del pueblo, la ideología populista lleva la democracia liberal al extremo, promueve constantemente mecanismos de democracia directa que posibiliten la supuesta voluntad general del pueblo (Mudde y Rovira Kaltwasser, 2013, p. 17).

De acuerdo con el enfoque, estos criterios (pueblo, élite y soberanía popular) se consideran suficientes y necesarios para definir el populismo, por lo que deben estar presentes para categorizar un fenómeno como populista. Dado que el objetivo de este estudio es doble, analizar si el presidente López Obrador usa su Twitter con fines populistas e identificar el efecto de las medidas adoptadas por el presidente sobre la calidad de la democracia, considero que el enfoque más apropiado es el ideacional, ya que los enfoques discursivo y estratégico ponen el foco en el populismo como una estrategia de movilización.

El populismo de López Obrador

López Obrador es comúnmente retratado como un populista de izquierda en la misma línea de los populistas latinoamericanos contemporáneos (Serrano, 2019). En su discurso expresa la noción de una voluntad popular idealizada (el pueblo pone y el pueblo quita) y una élite corrupta (la mafia del poder) culpable de las injusticias pasadas sufridas por el pueblo. El estilo carismático y personalista de su liderazgo político ha sido fundamental para el análisis de su carácter populista (Monsiváis, 2020). Varios académicos coinciden en que el discurso populista constituyó un atributo definitorio de su proyecto político para llegar al poder (Marini, 2018; Olvera, 2021; Espino, 2021; Monsiváis, 2020).

Estas interpretaciones del populismo presente durante la candidatura de López Obrador se fundamentan en la situación crítica que vivió México después de la transición a la democracia. El populismo en México, señala Marini, “ha surgido precisamente en respuesta a un descontento popular difuso y transversal, así como a una crisis del sistema político e institucional mexicano” (2018, p. 154). En una linea similar, Olvera sostiene que “fue el resultado de una elección plebiscitaria, que expresó el rechazo masivo de la ciudadanía a la desigualdad, exclusión, violencia y corrupción que caracterizó al régimen de la transición a la democracia (2000-2018)” (2021, p. 315).

Para algunos academicos, estos periodos críticos constituyen los ambientes propicios para el desarrollo del populismo que se presenta como un correctivo para los males que afrontan las democracias en manos de las élites (Arditi, 2017; De la Torre, 2017). Para Mouffe (2018) el “momento populista” que viven tanto América Latina como Europa es el resultado de la crisis del neoliberalismo y para Casullo (2021) el populismo es un discurso funcional porque sabe construir explicaciones convincentes de un mundo en crisis.

El discurso de López Obrador se nutrió de este contexto y construyó, de manera polarizante, una estrategia populista para movilizar electoralmente a la ciudadanía a favor de su proyecto político y en contra de los que el entonces candidato llamaba la “mafia del poder”. Se limitó a descargar toda la responsabilidad de la situación económica y política del país en los gobiernos precedentes de lo que denominó “el periodo neoliberal” y prometió combatir la corrupción generalizada en el Estado mexicano.

Siguiendo la tipología de capitalismo propuesta por Roberts (2017), inclusivos y exclusivos1, Serrano argumenta que, durante más de treinta años, “los gobiernos mexicanos consolidaron un Estado exclusivo e implementaron reformas neoliberales: privatización, desregulación, desnacionalización y flexibilidad laboral que aumentaron la desigualdad, la pobreza, la informalidad y la marginalización en el país” (2019, p. 170). En su conjunto, estos factores abrieron la puerta a un populismo inclusivo y de izquierda representado en la figura de López Obrador, “ (Olvera, 2021, p. 315).

El estilo retórico de AMLO se apoyó en una narrativa maniquea que tenía como sustento la frustración de los mexicanos con el sistema político. En este proceso, los nuevos medios como las plataformas de redes sociales desempeñaron un papel crucial en la difusión del mensaje populista (Serrano, 2019). En los años de gestión de López Obrador hemos visto la puesta en práctica de algunos aspectos propios del populismo, por ejemplo, la toma de decisiones sobre temas de interés nacional a partir de consultas populares: el Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucia, el enjuiciamiento a expresidentes y la revocación de mandato. Por otra parte, algunos analistas señalan el uso, por parte del presidente, de la retórica de la “austeridad” como un medio para justificar un cambio que está teniendo efectos negativos sobre la administración pública (Dussauge y Aguilar, 2022). En nombre de la reducción del gasto público se han modificado estructuras organizacionales, procesos burocráticos, principios administrativos y esquemas de gestión de personal que están teniendo serias consecuencias para la democracia (Monsiváis, 2023; Ríos Figueroa, 2022; Sarsfield, 2023).

Otros estudios enfatizan el uso instrumental que hace el presidente del discurso populista para controlar la percepción que los ciudadanos tienen de su persona y de sus decisiones. Con este discurso antagónico, el presidente busca que lo evalúen, “no como un servidor público que tiene que dar resultados concretos, sino como un hombre providencial que está cumpliendo una misión superior: reivindicar a un pueblo victimizado que ha sufrido el abuso de los poderosos durante muchos años” (Espino, 2021, p. 4).

En síntesis, la elección de López Obrador en 2018 podría sugerir que dicho discurso no solo fue eficiente sino efectivo, sin embargo, al término de su mandato la pregunta por el talante populista del presidente y sus posibles consecuencias para la democracia sigue presente. Como vimos en el apartado anterior, los populismos contemporáneos han encontrado en las plataformas de redes sociales un aliado en el trabajo por mantener el discurso populista siempre activo. En México, estudios recientes han comenzado a ver estos sitios como una fuente de datos para el análisis empírico del populismo.

Por ejemplo, Sarsfield (2023) analiza los posteos del presidente en Facebook y encuentra una relación entre su discurso populista y la polarización afectiva. Si bien estos estudios son un avance en la materia, se requiere expandir el análisis a otras plataformas sociales. Recopilo datos de Twitter (X) y los analizo con el fin de evaluar hasta qué punto hace uso de una retórica populista y en qué medida esta es un correctivo o una amenaza a la democracia mexicana.

Datos y método

En el campo de la investigación empírica, se pueden distinguir dos subcampos desde los cuales se ha estudiado el populismo. Los cuantitativistas utilizan métodos como el análisis de texto (Pauwels, 2011; Hawkins, 2009), el análisis de contenido (Jagers y Walgrave, 2007) y, más recientemente, el análisis de contenido computacional (Waisbord y Amado, 2017; Rooduijn y Pauwels, 2011; Manfredi et al., 2021); mientras que los cualitativistas prefieren el análisis cualitativo de textos (Engesser et al., 2017).

En términos generales, para estos estudios, la visión dualista de la política que el populismo expresa puede rastrearse a través de sus componentes clave: apelaciones constantes al pueblo para abogar, mostrar cercanía o exaltar sus virtudes, la puesta en práctica de un lenguaje antagónico que critica, cuestiona o denuncia a sus contradictores y la exigencia permanente de la soberanía popular como la base del poder político en democracia. Además, las fuentes de datos de estos trabajos es variada, desde manifiestos electorales y de partidos (Rooduijn y Pauwels, 2011; Pauwels, 2011), transmisiones en televisión (Jagers y Walgrave, 2007; Block y Negrine, 2017), discursos políticos (Hawkins, 2009) hasta las cuentas de Twitter de los actores clave (Bracciale y Martella, 2017; Manfredi et al., 2021; Waisbord y Amado, 2017; Engesser et al., 2017; Ernst et al., 2017).

Por varias razones, este último campo ha sido de gran interés académico en los últimos años. Las características de las plataformas de redes sociales permiten una conexión cercana con la gente, un potencial para la personalización y la posibilidad de dirigirse a grupos específicos sin intermediaciones (Barberá, 2015; Govil y Baishya, 2018). De esta manera, brindan a los actores populistas la libertad de articular sin oposición su ideología y difundir sus mensajes. (Engesser et al., 2017; Waisbord, 2018), puesto que los populistas necesitan sentir una conexión cercana con el pueblo y en las redes sociales se congrega una población para nada despreciable con la que pueden conectar y propagar el mensaje (Block y Negrine, 2017; Baldwin-Philippi, 2019; Van Kessel y Castelein, 2016). En consecuencia, el tipo de retórica utilizado por los populistas (confrontaciones, emociones, discurso patriótico y abrasivo) a través del cual se conectan con los sectores sociales excluidos está ocurriendo en espacios comunicativos cada vez más mediado por las plataformas de redes sociales.

Para responder las preguntas que han dado origen a este estudio, se recopilaron datos del perfil del presidente López Obrador en X. La muestra comprende un total de 2673 tuits descargados y codificados en RStudio durante un periodo de 52 meses, desde diciembre de 2018 hasta abril de 2023. Se seleccionó un periodo de rutina política significativo para asegurarnos de capturar ampliamente las dimensiones centrales señaladas por el enfoque ideacional. Sin embargo, para el análisis empírico se toman sólo los tuits que contienen declaraciones relevantes para la caracterización del discurso populista, excluyendo aquellos que incluían imágenes, enlaces, videos o declaraciones sin ninguna relación con los objetivos de este estudio.

Se eligió Twitter por varias razones. La primera es que los tuits contienen elementos significativos que pueden revelar aspectos del discurso populista, dado que este tipo de discurso encaja perfectamente en el formato breve (280 caracteres) de la plataforma. En segundo lugar, sus datos son fácilmente accesible a través de la Interfaz de Programación de Aplicaciones (API), lo que posibilita el estudio de una variedad de fenómenos sociales y políticos actuales entre ellos el populismo.

Los tuits fueron analizados con técnicas de minería de textos (tokenización2). El método se basa en un enfoque de diccionario en el que un programa estadístico cuenta la proporción de palabras que se consideran indicadores de populismo (Rooduijn y Pauwels, 2011). Siguiendo el enfoque ideacional, en este diccionario, las tres dimensiones centrales del populismo (pueblo, élite y soberanía popular) fueron operacionalizadas a través de las siguientes preguntas: ¿en sus publicaciones el presidente demuestra cercanía con el pueblo, destaca sus virtudes y describe al pueblo como un ente monolítico? ¿el presidente en sus mensajes manifiesta un discurso conflictivo y antagónico con las élites, usando términos que descreditan, culpan y separan la élite del pueblo? y, por último, ¿el presidente defiende, reivindica o exige la soberanía del pueblo en desmedro de la soberanía de la élite?

Con base en estas preguntas, se escogieron aquellas palabras que la literatura especializada considera que son propias del discurso populista y que son comúnmente utilizada para posicionar a las élites malas (corrupción, traición, mentira, establecimiento, élite, inmorales, criminales, antidemocráticas, culpables, mafias, neoliberales, conservadores) contra el pueblo bueno (virtuoso, puro, participativo, honesto) y su soberanía popular (democracia directa, soberanía, referéndum).

Dado que la medición de los indicadores de populismo mediante el análisis de texto asistido por computadora se centra únicamente en la frecuencia de palabras, en muchos casos las referencias al pueblo con las palabras “nosotros”, “nuestro” o incluso el mismo término “pueblo” no son una referencia al pueblo en términos del discurso populista. A menudo estas palabras se refieren al pueblo de otras naciones, por ejemplo: “Felicidades, hermano y compañero Lula. El pueblo de Brasil demuestra una vez más su vocación democrática y, en especial, su inclinación por la igualdad y la justicia”.

Algunos académicos que aplican la minería de texto subrayan como principal problema la casi imposibilidad de medir la categoría de pueblo solo por medio de palabras, lo que resta validez a la técnica. Sin embargo, pese a esta limitación también señalan que en lo que respecta a las otras dimensiones (antielitismo y soberanía popular) esta técnica puede arrojar resultados confiables (Rooduijn y Pauwels, 2011). Con base en estos argumentos, se decidió complementar la técnica de diccionario con un análisis de texto cualitativo en la que la unidad de medida ya no son las palabras sino el tuit completo, con la finalidad de contrastar los hallazgos obtenidos mediante la técnica estadística computarizada. Se han examinado manualmente todos los tuits para encontrar palabras o expresiones recurrentes identificadas con las dimensiones centrales del populismo, de tal manera que pueda complementar los hallazgos obtenidos mediante minería de textos.

El análisis cualitativo del populismo utilizando datos de Twitter (X) ya ha sido implementado en Europa (Engesser et al., 2017). Siguiendo estos autores, se usan los tres elementos ideológicos clave identificados en la parte teórica como categorías heurísticas y se analizan los contenidos recopilado de Twitter para todas las publicaciones que caen en al menos en una de estas categorías y, posteriormente, selecciono aquellas publicaciones que se consideran como casos típicos para su respectiva categoría.

Resultados

La cuenta personal de López Obrador fue creada en octubre de 2009 y actualmente es seguida por más de 9 millones de usuarios, lo que nos proporciona una idea de la popularidad del presidente en esta red. Durante el periodo analizado (diciembre de 2018 a abril de 2023), como muestra la Figura 1, el uso de Twitter para la difusión de contenidos políticos en línea fue considerablemente alta, marzo de 2020 y septiembre de 2021 fueron los meses en los que más mensajes compartió con sus seguidores, más de 70 tuits publicados. Los datos muestran que el presidente ha mantenido una alta productividad en Twitter, lo cual proporciona una base robusta para el análisis empírico del populismo como ideología.

Fuente: Elaboración propia.

Figura 1 Número de tuits publicados por mes año 

Como primer ejercicio focalizo algunas palabras específicas con la finalidad de medir el número de veces que se repiten en las publicaciones del presidente, esto con el fin de observar si algunos términos que la literatura asocia con la retórica populista se encuentran entre los más mencionados. El primer paso en esta tarea fue la construcción de un diccionario de palabras creado por defecto mediante el uso de técnicas de minería de textos. El diccionario mide la frecuencia de palabras más usadas por el presidente. La Figura 2 muestra la frecuencia de las palabras y destaca el hecho de que la referencia al pueblo sea una constante en sus declaraciones en la red. Después de “México” (397 menciones), “pueblo” (con 261 menciones) es la segunda palabra con más menciones. Sin nombrar otras similares que algunos estudios (Rooduijn y Pauwels, 2011) consideran propias de la retórica populista: “país” (140), “pueblos” (95), “gente” (66), “mexicanos” (61), “pobres” (37).

Fuente: Elaboración propia.

Figura 2 Representacion gráfrica de las frecuencias de palabras 

Otro término común que aparece en el diccionario es “corrupción” con una frecuencia de 73 menciones. Según el enfoque ideacional, un aspecto fundamental de la ideología populista es la división moral entre pueblo bueno y élite corrupta. Los actores populistas suelen referirse a sus contrincantes políticos como una clase impura que actúan en contra del interés común y en pro de su propio beneficio. En el discurso de AMLO el término corrupción, como muestra la Tabla 1, aparece correlacionado con el de impunidad (0.41), su objetivo como mandatario es reducir la corrupción hasta desterrarla, de ahí que otra palabra clave asociada con el tema sea “cero” (0.29). En sus publicaciones, la corrupción también se encuentra relacionada con algunos verbos (acabar, permitir, combatir, desterrar). El presidente ve la lucha contra la corrupción como un “mandato” del pueblo mexicano: “Mientras estemos aquí por apoyo y mandato del pueblo vamos a combatir la corrupción”.

Tabla 1 Correlación entre palabras 

Término 1 Término 2 Correlación
Impunidad


corrupción
0.4115601
Cero 0.2961748
Acabar 0.2794848
Permitir 0.2400595
Combate 0.2253957
Austero 0.2027669
Desterrar 0.1975242
Combatir 0.1696315
Mandato 0.1692215

Fuente: Elaboración propia.

En lo tocante al tercer indicador de populismo, la defensa de la soberanía popular, los términos “voluntad” y “soberanía”, ambos con 18 menciones en total, tienen un peso relativamente menor a las demás. Para el mandatario, “la soberanía no es un concepto anacrónico ni patriotero; es el respeto a la independencia y dignidad de los pueblos”.

Para el enfoque ideacional, el populismo es una ideología delgada que puede combinarse perfectamente con otras ideologías densas como el nativismo en el caso de los populismos de derecha en Europa o el progresismo en los casos del populismo de izquierda de América Latina. El diccionario que se utiliza aquí para detectar el populismo puede ampliarse para capturar otras categorías que permitan explorar a qué otra ideología se adhiere el populismo del presidente López Obrador. El énfasis en temas como bienestar, justicia, salud, transformación, igualdad, programas, entro otros, evidencian el viraje hacia un populismo de izquierda parecido al que dominó la región en la primera década del siglo XXI.

La Figura 3 muestra que la frecuencia relativa de uso de términos asociados con el progresismo ocupa más del 50% de la gráfica. Sin duda, el populismo de López Obrador, como ideología delgada, permite ubicarlo como un populista de izquierda. Asimismo, el diccionario temático asocia términos a las otras dimensiones clave del populismo (pueblo, corrupción, soberanía popular). En la Figura 3 también se observan los pesos relativos y la evolución de estas dimensiones por año.

Fuente: Elaboración propia.

Figura 3 Porcentaje de uso de términos populistas de López Obrador por categoría 

En mayor o menor proporción, las dimensiones que destaca el enfoque ideacional están presentes en las publicaciones del presidente en X. Así, por ejemplo, aunque con un aumento relativamente pequeño, la soberanía popular ha estado presente desde 2019. El pueblo ha sido una de las dimensiones a las que más apela el mandatario, con una frecuencia de uso de casi un 50%. La apelación a la élite como un grupo corrupto ha estado presente en menor proporción, ocupa menos del 15% de sus menciones en Twitter.

De manera complementaria, profundizamos en las dimensiones centrales del populismo mediante el uso del análisis de texto cualitativo, lo que nos permite contextualizar aún más el discurso populista de AMLO. ¿Cuántos de estos términos detectados por el diccionario se corresponden con la ideología populista? Las tres dimensiones centrales del populismo (alusión constante al pueblo, críticas a la élite política y defensa de la soberanía popular) fueron divididas en subcategorías, siguiendo los estudios previos (Ernst et al., 2017).

Como sin referencia al pueblo el populismo es simplemente impensable, los actores populistas justifican sus acciones apelando e identificándose con el pueblo, ven el poder como una emanación directa del pueblo, para el cual gobierna, por lo que exhiben proximidad con la gente y resaltan con mucha frecuencia sus virtudes. Como la gente común ha sido históricamente marginada y excluida del sistema político por la élite gobernante, cuando los actores populistas llegan al poder ven su triunfo como un triunfo de la gente buena contra la élite corrupta. Separar al pueblo de la élite es uno de los aspectos más sobresalientes del populismo, por lo general como enfatiza el enfoque ideacional esta separación se realiza sobre la base de una dimensión moral: mientras describen a la élite como un grupo monolítico corrupto, resaltan trabajar en beneficio del pueblo. Algunos ejemplos de los tuits de López Obrador que ilustran este tipo de retórica se recogen en la Tabla 2.

Tabla 2 Dimensión del populismo: pueblo-centrismo 

El pueblo es el motor del cambio. 06/08/2019. https://t.co/op3PUOTR5G
Cuando cambia la mentalidad del pueblo, cambia todo. 27/08/2019. https://t.co/WZvZOifdlc
Lo más importante es hacer política para el pueblo. 29/08/2019. https://t.co/xuhXbPputr
El cimiento y distintivo de nuestro gobierno es atender las necesidades del pueblo. 13/08/2020. https://t.co/zDgGLO4Rny
Gobernamos con rectitud y amor al pueblo. 02/09/2020. https://t.co/QOgEgg0i9K
Mientras el pueblo nos apoye, la transformación va hacia adelante. 30/09/2020. https://t.co/ zNeZvmQ7AB
El gobierno está ahora al servicio del pueblo. 14/10/2020. https://t.co/KgVojJO7XP
No hay divorcio entre pueblo y gobierno. 30/12/2020. https://t.co/m2yKlFsEJY
Ahora el pueblo es el protagonista principal de esta historia. 07/10/2021. https://t.co/KVZjaoloQ1
El bienestar del pueblo y la atención preferente a los pobres son los distintivos de este gobierno. 31/01/2022. https://t.co/ad1BG4AINp
Garantizamos derechos al pueblo y promovemos la justicia social. 16/02/2022. https://t.co/tYIpDkJdjy
El bienestar del pueblo y el combate a la corrupción constituyen la esencia de nuestro quehacer gubernamental. 19/05/2022. https://t.co/Xv8oDUJzJd

Las publicaciones en Twitter del presidente contienen muchos extractos populistas en lo que respecta a su antagonismo con las élites. En su retórica antisistema, la élite es retratada como un grupo corrupto homogéneo que trabaja en contra de la voluntad del pueblo. Culpar a la élite de los problemas sociales y desacreditarlas públicamente son un común denominador del populismo, así como lo es el hecho de redefinir parcialmente los términos con los que se refieren a los políticos tradicionales. En México, como muestra la Tabla 3, estos actores son retratados en el discurso del presidente como neoliberales y conservadores.

Tabla 3 Dimensión del populismo: anti-elitismo 

Ante la revolución de las conciencias y el despertar del pueblo, las élites corruptas y sus voceros, no tienen otra opción que la de repetir mentiras y hasta hacer el ridículo. 03/04/2021. https://t.co/5mNrYMIiYy
Estuvimos en Los Altos de Jalisco, en el poblado de Temacapulín y en la presa El Zapotillo buscando resolver con justicia uno de los cientos de conflictos que heredamos del corrupto periodo neoliberal o neoporfirista. 14/08/2021. https://t.co/f8H5vSj6kG
La verdadera doctrina de la derecha es la hipocresía. 02/03/2022. https://t.co/MbEnJhLTEO
Enfrentamos a un bloque conservador y corrupto que dominó el país durante 36 años. 03/03/2022. https://t.co/XSfu7DMSfS
La concepción conservadora del poder es acumular dinero sin escrúpulos morales. 04/03/2022. https://t.co/kDkHbvXFxE
Los conservadores pagaban a los intelectuales para aplaudir al régimen opresor de corrupción, de injusticias y de privilegios. 07/03/2022. https://t.co/KVAgM7n1U5

Respecto a la dimensión soberanía popular, las alusiones que hace en este campo demuestran ser contundentes respecto a la exigencia de reivindicar la soberanía del pueblo como la base de todo gobierno democrático. Para el presidente, el poder emana del pueblo y los políticos deben trabajar por procurar el bienestar y la justicia social de la ciudadanía. La Tabla 4 muestra una selección de los tuits más representativos de esta dimensión.

Tabla 4 Dimensiones del populismo: soberanía popular 

Nada ni nadie estará por encima de la voluntad soberana del pueblo. 15/02/2019. https://t.co/yzMUIVXP4c
El pueblo pone y el pueblo quita, esa es la democracia participativa. 16/10/2019. https://t.co/H3qASkjBBr
El pueblo es el que verdaderamente manda, gobierna y transforma. 02/12/2019. https://t.co/H3qASkjBBr
El poder dimana del pueblo. 06/01/2020. https://t.co/n8T3zOsQZP
La democracia implica el respeto al mandato del pueblo. 02/07/2020. https://t.co/zciLYdnEen
El pueblo tiene, en todo momento, el derecho de modificar la forma de su gobierno. 15/09/2020. https://t.co/AdDFc8ANQR
No puede haber un interés particular por encima del pueblo. 19/11/2020. https://t.co/jwINi9qlhE
El pueblo es el que verdaderamente manda, gobierna y transforma. 04/01/2021.https://t.co/bXbPobRp8x
Fuimos electos para representar al pueblo. 04/08/2021. https://t.co/LtYS0fPHcb
En la democracia es el pueblo el que manda. 11/08/2021. https://t.co/VMFbWQKY4w
El pueblo debe mantener las riendas del poder. 21/10/2021. https://t.co/jJfMx9EFgh

En suma, la narrativa populista de López Obrador está tan presente hoy como en el pasado. Mantiene una relación tensa con sus críticos, usa etiquetas que descalifican a las élites y se considera el auténtico representante del pueblo, el única capaz de actuar en favor de las demandas de la gente. A la luz de estos resultados se discute si el estilo populista de López Obrador representa una amenaza o un correctivo para la democracia mexicana. A diferencia de los otros enfoques revisados aquí, el discursivo y el estratégico, la perspectiva ideacional permite precisar la relación del populismo con la democracia. Para este enfoque, una de las características del populismo es que su núcleo ideológico se adapta con facilidad a otras ideologías (Monsiváis, 2023).

La idea expresada muchas veces por el presidente de que “el poder dimana del pueblo” puede convertirse a la larga en un argumento contra la institucionalidad. Las instituciones autónomas e independientes se convierten en un obstáculo para la consecución de los objetivos populistas y un freno al poder de la mayoría representada en su figura. De ahí que para que la voluntad del pueblo prevalezca por encima de los intereses de las élites y de aquellas instituciones que se interponen sea menester borrar las barreras institucionales que truncan el actuar del pueblo.

En efecto, algunos estudios preliminares han mostrado preocupación que en nombre del pueblo se efectúe una erosión de la democracia mexicana (Dussauge y Aguilar, 2022; Sarsfield, 2023; Ríos Figueroa, 2022; Monsiváis, 2023). Entre las acciones estratégicas que sobresalen como una amenaza, y que a la larga pueden relacionarse con una gradual erosión a la calidad de la democracia, se encuentran las reformas constitucionales, el recorte presupuestal a los altos funcionarios, la polarización y los ataques a la independencia de las instituciones encargadas de hacer contrapeso. Veamos algunos ejemplos tomados de su cuenta de Twitter.

El presidente está empeñado en cumplir con su política de austeridad republicana, de acuerdo con su lógica “no puedo haber gobierno rico, con pueblo pobre”, de ahí que “terminar con la corrupción y reducir sueldos de altos funcionarios” (López Obrador, 2018) son objetivos esenciales de la Cuarta Transformación puesto que aumentará la inversión social y a largo plazo beneficiará a los más necesitados.

La captura, subversión e intervención del poder judicial también han sido acciones que despuntan en la agenda política del presidente. Entre muchas de sus estrategias para extender el control sobre el poder judicial sobresale su cercanía con hasta el entonces ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar: “Conversé con el ministro Arturo Zaldívar, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Existe un ambiente excepcional caracterizado por la amistad, cooperación y respeto a la división y equilibrio de poderes” (López Obrador, 2019). Durante su periodo, Zaldívar fue muy receptivo a las críticas del presidente y muchas veces decidió casos a su favor (Ríos Figueroa, 2022)

Pero el tema más preocupante para los académicos es la reforma electoral. Para el mandatario, “la reforma a la ley electoral es para garantizar democracia y hacer valer las decisiones del pueblo” (López Obrador, 2022). Sin embargo, es una propuesta que atenta contra la independencia y autonomía del Instituto Nacional Electoral, y preocupa que la medida, en última instancia, socave la naciente democracia mexicana.

La retórica de AMLO también ha sido señalada de polarizar el ambiente político-social al construir una división artificial entre quienes apoyan su defensa de los “pobres” y quienes solo buscan “criticar de mala fe” sus decisiones (Dussauge y Aguilar, 2022). Esta polarización se define en términos de una división moral, el pueblo bueno y la élite corrupta, la cual es constante en la mayoría de sus publicaciones: “Ante la revolución de las conciencias y el despertar del pueblo, las élites corruptas y sus voceros, no tienen otra opción que la de repetir mentiras y hasta hacer el ridículo (López Obrador, 2021).

En suma, los ejemplos muestran que, en nombre del pueblo, López Obrador impulsa cambios que, a la larga, podrían erosionar el sistema democrático. Su “extremismo democrático” motiva su desconfianza hacia todos aquellos organismos cuyo principio de selección no es el voto popular y que limitan la capacidad del pueblo para ejercer el poder. Como sostienen Mudde y Rovira Kaltwaser (2012), el populismo nos recuerda que siempre hay una tensión entre la voluntad popular y el constitucionalismo. Una tensión que aumenta cuando la democracia no es suficientemente robusta para hacer frente al desafío populista.

Conclusiones

Para el caso mexicano, la literatura ha demostrado que el populismo fue parte constitutiva de la estrategia de López Obrador para movilizar a la ciudadanía a favor de su candidatura. Cinco años después de la elección, este estudio evalúa a través del análisis de texto de datos extraídos de Twitter (X) si el populismo sigue siendo una dimensión destacada en el discurso del presidente. Siguiendo las premisas básicas del enfoque ideacional se operacionalizaron las tres dimensiones centrales del populismo (pueblo, élite y soberanía popular).

Los resultados presentados aquí evidencian que el populismo sigue estando presente en su discurso político. Las referencias constantes al pueblo sugieren que el mandatario utiliza principalmente la red (X) para legitimar las acciones del gobierno y mantener cercanía con el pueblo. Los datos también reflejan que la dimensión moral que divide al pueblo bueno y a la élite corrupta está presente en su discurso en Twitter. AMLO culpa a la élite tradicional de los males sociales de México y de la corrupción históricamente asociada con el Estado.

Su objetivo es erradicar la corrupción y recuperar la confianza del pueblo en sus instituciones. La moralización de la política es, para el enfoque ideacional, un aspecto fundamental que le da sentido al populismo y, en el caso de López Obrador, un elemento constitutivo que permite la diferenciación entre el ellos, los malos, y el nosotros, los buenos. Por otra parte, el énfasis en temas como bienestar, justicia, salud, transformación, igualdad y programas sociales lo acercan al populismo de izquierda que gobernó la región en la primera década del siglo XX.

Finalmente, un tema que nos permitió analizar empíricamente el enfoque ideacional es la relación del populismo con la democracia, más específicamente nos permitió indagar si el discurso y las acciones del presidente López Obrador constituyen una amenaza o un correctivo a la democracia. En primer lugar, hay que advertir que no se observa una oposición por parte del mandatario a la democracia per se, sino a la forma de democracia liberal. Ha sido bajo este formato que la élite corrupta que ha gobernado a México ha sumido al pueblo en la pobreza y la desigualdad. Su papel como mandatario es revertir la situación de injusticia a la cual sometieron el pueblo de México. De ahí que para alcanzar el objetivo esencial de bienestar y justicia sea fundamental reformar el sistema democrático, una situación que lo lleva, como sostienen Mudde y Rovira Kaltwasser (2012), a fortalecer la soberanía popular a costa del constitucionalismo.

Es precisamente en este punto que la narrativa y las acciones del presidente entran en conflicto con el imperio de la ley y la institucionalidad, en su afán de que se cumpla el mandato popular encabezado por él lleva a la democracia mexicana a su límite. Puesto que, al pretender instaurar una lógica de representación directa, en la cual la voluntad soberana del pueblo está por encima de cualquier tipo de oposición impulsa reformas constitucionales, dinamiza la polarización y confronta y ataca a las instituciones autónomas y a todos aquellos que se oponen a su gobierno desconociendo el pluralismo propio de la democracia.

Con estos resultados, este estudio no solo se suma a la investigación actual sobre el populismo en México en las plataformas de redes sociales, sino también al análisis empírico del fenómeno como una ideología delgada capaz de combinarse con otras ideologías más densas como bien señala el enfoque ideacional.

Hay, por último, algunas limitaciones de este estudio que deben ser consideradas. La primera es el hecho de enfocarse en una única red, quizá el acceso a los datos de Twitter sea un factor que facilite la investigación en ese sentido. Una segunda limitación es el periodo de tiempo, a cinco años de su mandato aún es posible que el presidente siga recurriendo a estrategias populistas. Una última limitación es que solo se analizaron las declaraciones escritas del presidente. Estas limitaciones podrían abrir una estructura de oportunidades para la investigación futura, estudiando otras plataformas de redes sociales, analizando un corpus más amplio o analizando discursos orales como las conferencias de prensa matutina.

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1De acuerdo con esta tipología, el capitalismo inclusivo es característicos de los estados de bienestar; mientras que en el capitalismo exclusivo el estado de bienestar es débil y el mercado laboral dual (formal/informal).

2En la jerga del análisis computacional de texto se le llama “tokenizar” (por tokenize en inglés) al acto de extraer unidades de análisis a partir de un cuerpo de escritos. Cualquiera sea el material analizado (frases, discursos o libros completos) se le extrae las palabras individuales que lo componen (“tokens”) para luego cuantificar de algún modo sus atributos (RPubs, 2018).

Recibido: 02 de Octubre de 2023; Aprobado: 03 de Noviembre de 2023

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