Introducción
El síndrome de la sonda de gastrostomía enterrada (SGE), también conocido como buried bumper syndrome, es un evento adverso grave poco frecuente que se presenta en un 1.5% de los pacientes a los que se les coloca una sonda de gastrostomía percutánea asistida por endoscopia (PEG). Puede ocurrir por diferentes mecanismos, entre los que está un botón externo apretado que ejerce presión excesiva del botón interno sobre la pared gástrica y la pared abdominal en el trayecto de la sonda de PEG, causando inflamación, edema y eritema del tejido circundante, así como necrosis de la pared gástrica, lo cual provoca alojamiento del botón interno en el trayecto gastrocutáneo. La sospecha de SGE es con base en la exploración física, al ocurrir disfunción para la infusión de alimento, así como falta de movilidad/rotación de la PEG. La endoscopia es el método ideal para confirmar el diagnóstico y lograr la extracción de la sonda y/o el «desenterramiento» de esta1.
Caso clínico
Paciente de sexo femenino de 95 años de edad, con antecedente de hipertensión arterial sistémica, que presentó evento vascular cerebral de tipo isquémico teniendo alteración asociada de la mecánica de deglución con imposibilidad de alimentación oral, por lo cual se realizó colocación de PEG sin eventualidades ni complicaciones inmediatas. Se verificó adecuada rotación de 360 grados de la sonda, quedando el botón externo en la marca de los 2 cm. Se dio seguimiento diario por 72 horas, verificando su adecuado funcionamiento.
Once días después de la colocación de la PEG, se solicitó revisión de la sonda por nuestro servicio debido a fuga de dieta por orificio de trayecto cutáneo y enrojecimiento de la piel circundante. En la exploración física se observaban gasas entre la piel y el botón externo, así como la salida de material purulento a través del estoma. Se intentó avanzar la sonda hacia el lado gástrico sin éxito, tampoco se logró rotación de esta a 360 grados. Finalmente, durante la realización de dichas maniobras se visualizó parcialmente el botón interno de la sonda a través de la herida externa. Se realizó endoscopia superior inmediata y se observó en cara anterior de cuerpo gástrico un trayecto ulcerado condicionado por el enterramiento del botón interno de la sonda asociado a material de fibrina y pus (Fig. 1). Se retiró la sonda mediante tracción con facilidad. Se observó trayecto de la fístula gastrocutánea adecuadamente epitelizado sin identificar otras complicaciones (Fig. 2). Se mantuvo con antibiótico de amplio espectro y aseo del estoma, ocurriendo cierre completo de este por segunda intención 14 días después. La paciente fue alimentada con sonda nasogástrica durante ese tiempo y por 14 días adicionales, siendo colocada nueva PEG sin eventualidades, dando instrucciones para revisión diaria de la sonda a cuidador primario, teniendo adecuado funcionamiento.
Discusión
El SGE es una complicación poco frecuente y la mayor parte de la información es producto de casos o series de casos1. Este es el primer caso de SGE detectado en nuestro servicio en los últimos 15 años.
Ocurre habitualmente en la edad avanzada, como sucedió en la paciente, aunque en la literatura el SGE se ha descrito incluso en infantes1, lo cual sugiere que puede ocurrir en cualquier edad. El condicionante del SGE es la tracción excesiva del botón interno2. En nuestro caso, a pesar de haber tenido funcionamiento adecuado de la PEG de forma inicial, ocurrió fuga de la infusión de alimento además de falta de movilidad de la sonda hacia pared gástrica y falta de rotación de esta a 360 grados, datos que sugieren que ocurrió presión excesiva entre el botón interno y el externo de la PEG, lo cual pudo haber sido favorecido por el uso inadecuado de gasas entre el botón externo de la PEG y la piel. De acuerdo con la literatura, las medidas que podemos implementar para prevenir la aparición del SGE son: a) el botón externo del tubo de gastrostomía debe colocarse aproximadamente de 0.5 a 1 cm de la pared abdominal para evitar una tracción/tensión excesiva; b) no deben colocarse gasas o apósitos debajo del botón externo; c) la sonda debe girarse 360° durante el cuidado diario, y d) la longitud de la parte externa sobresaliente de la PEG debe medirse periódicamente para reconocer la migración temprana. Es importante que el endoscopista mantenga comunicación constante con los cuidadores primarios del paciente con PEG y evitar complicaciones como la del caso del SGE3-5.
En conclusión, el SGE debe sospecharse cuando hay disfunción o fuga en sitio del estoma de gastrostomía asociada a imposibilidad para avanzar la sonda hacia pared gástrica o rotación adecuada de esta. Se deben implementar y vigilar el cumplimiento de las medidas de prevención específicas después de la colocación de PEG para evitar el SGE.