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Estudios sociales. Revista de alimentación contemporánea y desarrollo regional

versión On-line ISSN 2395-9169

Estud. soc. Rev. aliment. contemp. desarro. reg. vol.31 no.58 Hermosillo jul./dic. 2021  Epub 22-Ago-2022

https://doi.org/10.24836/es.v31i58.1153 

Artículos

Factores asociados a la organización de productores en Tierra Blanca, Veracruz

Factors associated with the organization of producers in Tierra Blanca, Veracruz

Yazmin Neguibi del Rosario Dzib-Poot* 
http://orcid.org/0000-0003-0502-4311

Ignacio Carranza-Cerda* 
http://orcid.org/0000-0003-3271-0317

Néstor Gabriel Estrella-Chulim* 
http://orcid.org/0000-0002-9120-8231

Héctor Chalate-Molina** 
http://orcid.org/0000-0001-6992-1594

*Colegio de Postgraduados, campus Puebla. México.

**Colegio de Postgraduados, campus Veracruz. México. Postgrado Programa de Estrategias para el Desarrollo Agricola Regional (Proedar). Boulevard Forjadores de Puebla, Momoxpan, Puebla, México C. P.72760. Teléfono: (222) 615 19 08.


Resumen

Objetivo:

Describir los principales factores culturales, factores sociales (capital social), factores psicosociales (percepción y expectativa de beneficios), factores socioeconómicos y variables asociadas con la producción de maíz que inciden en la participación y grado de organización para actividades agrícolas de los productores reubicados chinantecos y originarios locales del municipio de Tierra Blanca, Veracruz.

Metodología:

Se diseñó una guía de observación, guía de entrevista semiestructurada (informante clave) y cuestionario estructurado que fue aplicado a productores reubicados y originarios. La información se analizó con el IBM SPSS Statistics 19.

Resultados:

Se encontró que el factor cultural es clave para la tendencia a participar en grupos organizados; en el factor social, las normas y sanciones cumplen condiciones determinantes para el grado de organización, asi como, la edad del productor y número de integrantes de la familia; con respecto a la percepción de beneficios la asesoría técnica, acceso a maquinaria y tecnología fueron algunos de los aspectos relevantes que se relacionan con la organización y en la expectativa para participar en grupos destacan la transformación y venta, gestión de apoyos, acceso a maquinaria y tecnología; también se encontró que la producción de maíz está asociada con el grado de organización de los productores.

Limitaciones:

Tiempo, distancia y recursos económicos para analizar los factores organizacionales de otros productores.

Conclusiones:

Entre los dos grupos de productores existen diferencias de participación y grado de organización, lo cual se debe a factores culturales, factores sociales (capital social), factores psicosociales (percepción y expectativa de beneficios), factores socioeconómicos y de producción.

Palabras clave: alimentación contemporánea; agricultura familiar; economía social y solidaria; organización; originarios; reubicados

Abstract

Objective:

To describe the main cultural factors (social capital), psychosocial factors (perception and expectation of benefits), socioeconomic factors and associated variables with maize production that affect the participation and degree of organization for agricultural activities of the relocated Chinanteco smallholders and local originals in the municipality of Tierra Blanca, Veracruz.

Methodology:

An observation guide, a semi-structured interview guide (key informant) and a structured questionnaire that was applied to relocated and original smallholders were designed. The information was analyzed with the IBM SPSS Statistics 19.

Results:

It was found that the cultural factor is key to the tendency to participate in organized groups. In the social factor, the norms and sanctions fulfill determining conditions for the degree of organization, as well as, the age of family head and number of members of the family. Regarding the perception of benefits, technical advice, access to machinery and technology were some relevant aspects that are relate to the organization and in the expectation to participate in groups, the transformation and sale, support management, access to machinery and technology were highlighted; it was also found that corn production is associated with the degree of organization of the producers.

Limitations:

Time, distance and financial resources to analyze the organizational factors of other producers.

Conclusions:

Between the two groups of smallholders, there are differences in participation and degree of organization, which is due to cultural factors, social factors (social capital), psychosocial factors (perception and expectation of benefits), socioeconomic and production factors.

Keywords: Contemporary food; family farming; social and solidarity economy; organization; originals; relocated

Introducción

En México, el sector primario contribuye con el 3.1% a la economía en su conjunto. La agricultura, siendo una actividad importante, aporta el 2% y la ganadería el 1% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que las actividades forestales y de pesca contribuyen cada una con el 0.1%. Del total de Unidades de Producción (UP) agropecuarias en el país, 3.2 millones se dedican a actividades agrícolas, es decir el 86%, siendo en su mayoría pequeños y medianos productores (FAO, 2019).

Con respecto a la participación de los productores, se parte de la premisa de que su conformación a través de la organización conlleva al desarrollo productivo, económico y social de sus comunidades y potencialmente del país. Las organizaciones son un entramado, con hilos conductores que interrelacionan todo lo que en ellas acontece, en actos cotidianos es permanente el contacto con organizaciones ya que el mundo está conformado por ellas (Seltzer y Repetto, 2012).

Actualmente, la organización de productores se clasifica en: grupos organizados, asociaciones, cooperativas y empresas; sin embargo, muchos de los productores que integran estas figuras prefieren trabajar de manera individual para tomar decisiones. Se considera que la integración para una acción colectiva entre hombres y mujeres fortalece la consolidación de los grupos, atendiendo necesidades de actividades agrícolas, toma de decisiones, visualización de oportunidades, intercambio de habilidades y experiencias que permitan mejorar su calidad de vida comunitaria, por ende, su ingreso familiar con la finalidad de convertirlos en actores de su propio desarrollo (Ferrer, Barrientos y Saal, 2013).

Estas estructuras también sirven como marco para que los actores desarrollen medios de interacciones mutuas, con la finalidad de alcanzar un razonable balance de cooperación para hacer posibles, objetivos colectivos compatibles con los propósitos individuales considerando sus actividades productivas.

Al respecto, se considera a la organización de productores como un medio para desarrollar el capital humano, basado en actos cooperativos y en la educación de sus integrantes como un elemento básico para el trabajo colectivo (Cendeño y Ponce, 2009). No obstante, el capital social también se vincula al desarrollo agrícola y rural, siendo considerado como las actitudes de confianza y las conductas de cooperación y reciprocidad dentro de una comunidad específica (Durston, 2000). Además, involucra la habilidad de la persona o del grupo por obtener recursos y emprender acciones conjuntas, con el fin de reducir costos de transacción a través de la asociación, administración conjunta, compra o venta grupal de productos agrícolas, uso compartido de bienes, obtención y difusión de información, etc., por medio de sus lazos o redes.

Bajo este contexto los grupos organizados de productores de las localidades del municipio de Tierra Blanca, Veracruz, son una alternativa para desarrollarse en el medio rural del municipio donde la agricultura es una de las actividades principales para las familias, haciendo posible fomentar relaciones asociativas y solidarias entre ellos, a través de la cooperación social considerada como un valor de aportación para alcanzar un fin común, logrando constituir una base de relaciones que promueven formas de inclusión social orientadas a la mejora de las condiciones de vida de los participantes. Bajo esas consideraciones, el Comité Técnico Académico y Equipo Técnico Regional (2016), del Plan Tierra Blanca, reporta como debilidades “la falta de dinero, la escasa organización para la producción y mercadeo, así como, la carencia administrativa de los recursos”.

Estas son cuestiones que no solo repercuten en el desarrollo de actividades productivas agrícolas sino en el entorno económico y social donde se desarrollan los grupos organizados; surgiendo así las siguientes preguntas: ¿La participación de los productores en grupos organizados tiene relación con su origen? ¿El grado de organización de los grupos de productores está asociado a la confianza, comunicación, cooperación, redes, normas y sanciones? ¿La percepción de los participantes en grupos organizados y expectativa de los no participantes en relación a los beneficios es diferente para cada uno de los factores y entre localidades? ¿El grado de organización de los productores es diferente con relación a la edad, grado de escolaridad, el número de integrantes de la familia e ingreso familiar? ¿El grado de organización de los productores es diferente con relación a la superficie de su parcela; producción y consumo del cultivo de maíz?

Considerando lo antes expuesto, el objetivo de esta investigación es describir los principales factores de índole cultural, factores sociales (capital social), factores psicosociales (percepción y expectativa de beneficios), factores socioeconómicos y variables asociadas con la producción de maíz que inciden en la participación y grado de organización para actividades agrícolas de los productores reubicados chinantecos (Nuevo Arroyo Tambor) y originarios locales (Plan de Villa) del municipio de Tierra Blanca, Veracruz. De manera que se reflejen las diferencias de organización entre los dos grupos de productores como un ejercicio comparativo. Para dar respuesta a este planteamiento se toma en consideración la teoría de la economía social y solidaria que incluye los aspectos de capital social; teoría de organización con enfoque de asociación para entender cómo funcionan los grupos organizados y la agricultura familiar. Finalmente es importante promover la organización entre los productores agrícolas, partiendo del fundamento como un proceso que puede ayudar a obtener logros que de manera individual no se han alcanzado (Cendeño y Ponce, 2009).

Marco teórico

Economía social y solidaria

Dentro del campo de la economía y a nivel macro, se pueden distinguir tres subsistemas: capitalista, economía social (ES) y pública, entre los que existen distintos tipos de flujos económicos. La sociedad en general, así como el campo de lo económico en particular están dominados por el sistema económico capitalista, que tiene por objetivo la acumulación de capital, para lo cual busca maximizar la tasa de ganancia de las organizaciones. Sin embargo, la ES constituye un subsistema que actualmente no posee autonomía absoluta y está más o menos subordinado a la lógica del sistema capitalista que, a diferencia de este, prioriza la satisfacción de las necesidades de sus integrantes de acuerdo con parámetros culturalmente definidos en tiempo y lugar (Caracciolo y Foti, 2013). Asi mismo, es un ámbito en formación tanto en términos teóricos como a nivel de las prácticas sociales y formas alternativas al capitalismo dominante.

La economía social ve la posibilidad de desarrollar una socioeconomía, en que los agentes económicos no son separados de sus identidades sociales, mucho menos de su historia y de su incrustación en el mundo simbólico que denominamos cultura. Al ver la economía como inseparable de la cultura, queda como un espacio de acción constituido no por individuos utilitaristas buscando ventajas materiales, sino por individuos, familias, comunidades y colectivos de diverso tipo que se mueven dentro de instituciones haciendo transacciones entre la utilidad material, valores de solidaridad y cooperación, limitando (no necesariamente anulando) la competencia (Coraggio, 2002). Es por ello que, las organizaciones de productores existen y es difícil ignorarlas, se manifiestan desde los niveles nacional, regional y local, debido al interés demostrado tienden a asociarse y forman parte de una nueva modalidad social y económica (Rondot y Collion, 2001).

Por su parte, Carreras (2008) dice que la ES pretende agrupar a todo el conjunto de instituciones que conjugan, en una función única, objetivos económicos y sociales, fomentando e incentivando la participación ciudadana e introduciendo, como una condición no negociable, la corresponsabilidad de los miembros en la toma de decisiones. Las organizaciones están orientadas a desarrollar una actividad económica para la producción de bienes y servicios, en otros casos, desarrollar acciones políticas o sociales, siendo lógico que incluya desde organizaciones de base informales hasta formales. También indica que la finalidad de las organizaciones de la Economía Social es estar al servicio del hombre y la intención de crear lazos nuevos en las relaciones sociales. Por su parte, Coraggio (2002) fortalece la idea que se tiene de esta economía mencionando que es social porque produce sociedad y no sólo utilidades económicas, además genera valores de uso para satisfacer necesidades de los mismos productores o de sus comunidades generalmente de base territorial, étnica, social o cultural, no está orientada por la ganancia y la acumulación de capital sin límites, sino que, se basa en el bienestar de los individuos y sus sistemas de organización.

Teoría de la organización

La organización es el campo de conocimiento humano que se ocupa de una forma de agrupamiento de las personas. Las organizaciones de productores existen y es difícil ignorarlas, forman parte de una nueva modalidad de regulación económica y social (Rondot y Collion, 2001), ante ello, Martínez (1991) manifiesta que se trata de un proceso social que implica el establecimiento de relaciones sociales (entendidas como económicas, políticas e ideológicas-culturales) que surgen de la acción conjunta y consiente que hay entre los individuos que pertenecen a ellas, a lo largo del tiempo ha tenido avances y retrocesos, asi como el modo cambiante de participación de los actores y las amplias transformaciones en los ámbitos económico, político y social. También es entendida como la existencia de un sujeto o actor social (unipersonal o colectivo) que instrumenta determinados recursos con el fin de obtener un propósito e independientemente del mayor o menor grado de formalización de dicha unidad (unidad productiva unipersonal, familiar o colectiva, etc.) (Caracciolo y Foti, 2005). Las organizaciones sociales están conformadas por una comunidad de personas asociadas en forma libre, voluntaria y consciente para la producción de bienes o prestación de servicios (Orrego y Arboleda, 2006). La organización económica desarrolla asociación para un mayor control de sus procesos productivos, de transformación y comercialización de productos o servicios (ASERCA, 2006).

Carranza (2016), menciona que la organización de productores, también llamada organización campesina, es un concepto genérico que se aplica tanto al proceso organizativo como a los sujetos colectivos. Las iniciativas colectivas en el medio rural generalmente parten de un objetivo común cuyo logro es percibido como algo muy difícil o imposible de obtener de forma individual. Por lo tanto, la suma de aspiraciones, voluntades y recursos individuales desencadena procesos de asociación y organización orientados a la resolución de problemas comunes, asi mismo, señala que la asociación es la fase de gestión colectiva para lograr el acceso a los recursos, y la organización es el proceso de aplicación de los resultados para la producción de un bien o servicio mediante la asociación. Para el caso de esta investigación, por organización se entiende al conjunto de personas reunidas sobre la base de procesos con la expectativa de lograr algún objetivo en común.

Agricultura familiar (AF)

Se define por la forma en que la gente cultiva y vive, su importancia es altamente significativa en la economía abarcando los primeros tres estratos (E1, E2 y E3) considerados como los que agrupan a las Unidades Económicas Rurales (UER) conformando el segmento de agricultura familiar en México y representando el 81.3% de las UER que existen en el país, es decir, entre 5.3 y 5.4 millones (FAO-Sagarpa, 2012). Por lo tanto, supera lo meramente productivo convirtiéndose en un modo de vida (Vargas, 2017). Este tipo de agricultura designa una de las formas de organización de la producción agrícola, que reúne unidades caracterizadas por los vínculos entre la familia y la unidad de producción (Sourisseau, 2016). La producción se dirige al autoconsumo y mercado conjuntamente (Ramilo et al., 2010). Para Maroto y Arvelo (2015), la AF ocupa un lugar destacado en el sector agrícola, en el que puede contribuir más para la producción agrícola, crecimiento económico, creación de trabajo, conservación y el uso racional de la biodiversidad.

Aunado a lo anterior Maroto y Arvelo presentan cuatro características comunes que identifican la agricultura familiar:

  1. Las familias que la practican residen en un predio rural o cerca de él, cualquiera sea su régimen de tenencia.

  2. Sin perjuicio del uso de empleo ocasional, en la finca predomina el trabajo familiar, enfocado en aprovechar los limitados recursos de los que se dispone.

  3. El ingreso familiar se origina especialmente de la actividad agropecuaria y puede ser complementado con ingresos de actividades no agrícolas.

  4. La familia es responsable directa de la gestión de la producción agropecuaria en una unidad productiva generalmente de tamaño pequeño. (Maroto y Arvelo, 2015, pág. 1)

La pequeña agricultura como también es llamada la AF es predominante en el campo mexicano y tiene una enorme importancia en la economía agropecuaria del país, representando una oportunidad para dinamizar las economías locales, produce una parte muy significativa de nuestros alimentos y tiene una fuerte presencia en la producción de maíz y frijol (Robles, 2016). La agricultura familiar propone crear prácticas agrícolas altamente productivas, sostenibles, receptivas, flexibles, innovadoras y dinámicas. Teniendo en cuenta todas estas características, puede contribuir significativamente a la seguridad y la soberanía alimentaria. Asi como, fortalecer el desarrollo económico a través de empleos y generando ingresos para las familias (Van der Ploeg, 2014)

Metodología

Localización geográfica del área de estudio

La investigación se lleva a cabo en el municipio de Tierra Blanca, Veracruz. Según la Secretaria de Finanzas y Planeación (SEFIPLAN, 2016) del estado de Veracruz, en los cuadernillos municipales, Tierra Blanca se considera en la Región del Papaloapan. El municipio está ubicado en la zona centro del estado, comprendido entre los paralelos 18º 19' y 18° 45' de latitud norte y los meridianos 95º 59' y 96º 38' de longitud oeste, altitud entre 10 y 350 msnm. La superficie territorial es de 1,516.75 Km2, cifra que representa un 2.19% del total del estado (Figura 1). Su población es de 106 277 habitantes (INEGI, 2016).

Fuente: elaboración propia.

Figura 1 Ubicación de las dos localidades de estudio. 

Población objeto de estudio

La investigación se llevó a cabo en dos localidades: Nuevo Arroyo Tambor (NAT) y Plan de Villa (PV) pertenecientes al municipio de Tierra Blanca, Veracruz, por lo que, la población objeto de estudio se dividió en dos grupos: reubicados chinantecos (NAT) y originarios locales (PV). Para la selección influyó que uno de los grupos sea proveniente de otro estado, en este caso los chinantecos que eran originarios del estado de Oaxaca, pero debido a la construcción de la presa Cerro de oro tuvieron que desplazarlos al estado de Veracruz teniendo la necesidad de adaptarse a una nueva forma de vida, por otro lado, los originarios que son un grupo que siempre ha permanecido en el municipio de Tierra Blanca manteniendo sus costumbres y formas de trabajo.

Actividad económica del municipio

De acuerdo a la superficie territorial se derivan dos actividades económicas fuertes a nivel municipal que son: agricultura, con una superficie total de 136,376.748 hectáreas, de las cuales 76,344.748 son ocupadas para la siembra; la segunda es ganadería con una superficie de 60,032 hectáreas (PMD, 2014). Los principales productos agrícolas y la superficie que cosechan en hectáreas es la siguiente: caña de azúcar 12,345.86 hectáreas, limón 12,108.45 hectáreas, maíz 9,352.95 hectáreas, sorgo 344.50 hectáreas, fríjol 341.50 hectáreas, arroz 3,522.20 hectáreas, chile verde 50 hectáreas, sandía 62 hectáreas, mango 3,586 hectáreas, y los cultivos de papaya, plátano, etc., y dentro del municipio existen 6,185 unidades de producción. En cuanto a la ganadería se encuentran 4,906 unidades de producción, cuenta con 86,258 cabezas de ganado bovino de doble propósito, además de la cría de ganado porcino, ovino, equino y caprino, las granjas avícolas y apícolas igual son importantes (Enciclopedia en línea, 2013).

Muestra de estudio

La muestra de estudio se realizó con la condición de que, sean grupos reubicados (chinantecos), es decir, que no sean procedentes del estado pero que estén establecidos en el municipio y otros originarios (locales). También se procedió al uso del padrón de ejidatarios donde se tenía el registro de 46 ejidatarios en la localidad de Nuevo Arroyo Tambor (chinantecos) y de 68 ejidatarios en Plan de Villa (locales), haciendo un total de 114 ejidatarios entre las dos comunidades. La determinación del tamaño de muestra se obtuvo aplicando la fórmula estadística de muestreo cualitativo para cada una de las comunidades considerando 95% de confiabilidad, 10% de precisión y varianza máxima. El resultado fue de 31 productores de Nuevo Arroyo Tambor y 40 de Plan de Villa, haciendo una muestra total de 71 productores. El tipo de muestreo fue aleatorio simple, realizado a través de una tabla de números aleatorios.

Enfoque y método de investigación

La investigación se llevó a cabo a través de un enfoque cualitativo y cuantitativo, para describir los principales factores culturales, factores sociales (capital social), aspectos psicosociales percepción y expectativa de beneficios), factores socioeconómicos y variables asociadas con la producción de maíz que inciden en la participación y grado de organización de los productores. Asi mismo, el método de estudio planteado fué descriptivo y explicativo (Hernández, Fernández y Baptista, 2003). Con el primer método se realizó la descripción de las características de los dos grupos de productores reubicados y originarios para identificar las relaciones o diferencias que presentan. El segundo método se dirigió a responder las causas de los eventos, sucesos, y fenómenos sociales de estudio, es decir, va más allá de la descripción del fenómeno explicando por qué ocurren, en qué condiciones se dan y por qué se relacionan dos o más variables.

Técnicas e instrumentos de acopio de información

Para el acopio de información se usó la técnica documental, observación, entrevista a informantes clave y encuesta. Todas sirvieron para definir los aspectos, conductas a observar de las dos poblaciones y obtener el perfil de cada uno de los individuos. Los instrumentos de medición que se diseñaron y utilizaron fueron la guía de observación y guía de entrevista semiestructurada, para una fase exploratoria. Posteriormente se diseñó un cuestionario estructurado de 121 preguntas de tipo cerrado y abierto, con la finalidad de obtener los datos precisos para realizar el análisis y dar explicación clara del fenómeno objeto de estudio.

Las escalas que se utilizaron para la medición de las variables fueron: nominal, ordinal y de razón. Los datos obtenidos se capturaron en Microsoft Office Excel 2010, con este software se inició el análisis de la información elaborando tablas dinámicas para una visión preliminar de los grupos de estudio (análisis exploratorio). A través del paquete estadístico IBM SPSS Statistics 19, se generaron estadísticos descriptivos; además se realizaron pruebas no paramétricas de Chi-cuadrada y correlación de Spearman para analizar las relaciones entre las variables; finalmente, las pruebas paramétricas aplicadas fueron t de Student para muestras independientes y Anova de un factor, que también sirvieron para analizar la relación de variables y pruebas de hipótesis.

Determinación de variables

Las variables respuesta, seleccionadas en el presente estudio fueron: participación (Y1), que incluyó el involucramiento y asistencia del productor en actividades de algún grupo organizado; y grado de organización (Y2), teniendo como indicadores el número de grupos organizados en los que participa, tiempo de participación y actividades que realiza en el grupo.

Las variables explicativas fueron: origen del productor (X1), confianza (X2), comunicación (X3), cooperación (X4), redes (X5), normas y sanciones (X6), percepción de beneficios (X7), expectativas de beneficios (X8), edad (X9), grado de escolaridad (X10), integrantes de la familia (X11), ingreso familiar (X12), superficie de la parcela (X13), producción de maíz (X14) y consumo de maíz (X15). La hipótesis general formulada plantea que la cultura, los factores sociales (capital social), aspectos psicosociales (percepción y expectativas de beneficios), factores socioeconómicos y las variables asociadas con la producción de maíz son los principales factores que inciden en la participación y grado de organización para actividades agrícolas de los productores reubicados (NAT) y originarios locales (PV) del municipio de Tierra Blanca, Veracruz.

Resultados

Los productores de la localidad de Nuevo Arroyo Tambor (NAT) se caracterizan por provenir del grupo indígena Chinanteco originarios de Oaxaca, que fueron desplazados debido a la construcción de la presa Cerro de Oro y reubicados en el estado de Veracruz, en el municipio de Tierra Blanca. Mientras que, los productores de la localidad de Plan de Villa (PV) se caracterizan por ser un grupo originario local, es decir, que se conforma por individuos pertenecientes al municipio de estudio. Se encontró que los productores reubicados chinantecos tienen edad promedio de 52.8 años, 5.5 años de escolaridad, de los 31 entrevistados 25 son hombres (81%). Por otra parte, los productores originarios locales tienen edad promedio de 57.1 años, con 4.6 años de escolaridad, de los 40 entrevistados 32 son hombres (80%). En relación con la escolaridad ambos grupos tiene primaria incompleta y el rango de edad es de 19 a 84 años en los reubicados chinantecos (cuenta con población joven), mientras que para los originarios locales es de 31 a 81 años.

El 90.3% de la tenencia de la tierra para el grupo de reubicados chinantecos es ejidal, los restantes tienen tierras propias, rentadas, ejidales y rentadas con 3.2% cada una. La superficie del solar familiar es 728.5 m2 y las parcelas son de 6.4 hectáreas en promedio. En cuanto al grupo de originarios locales el 85.0% de los productores tiene tenencia de tierra ejidal, prevaleciendo este tipo de tenencia en la localidad, el 5.0% cuenta con propiedad y los que tienen prestada son 5.0%, el porcentaje restante no cuenta con parcela. La superficie del solar familiar a diferencia de los reubicados chinantecos es de 1,391.4 m2, siendo casi el doble y las parcelas son de 6.9 hectáreas en promedio. Si bien es cierto que los reubicados chinantecos cuentan con menor superficie de solar familiar y parcela, fué debido al acuerdo tomado con las autoridades al momento de su reubicación, ya que, se fraccionaron los terrenos con una misma medida para cada ejidatario contrariamente a los originarios locales que han permanecido en el mismo sitio por generaciones.

De acuerdo con las actividades que realizan los productores; el 61.3% de los reubicados chinantecos son agricultores, el 12.9% se dedica a la ganadería, asi mismo el 12.9% aseguró realizar trabajos como jornalero, también se encuentran las que se dedican a labores del hogar y crianza de animales en el traspatio 6.5%, el porcentaje restante tiene otras actividades. En contraste, solo el 10% de los productores originarios locales tiene como actividad la agricultura, continuando con el 20% que se dedican a la ganadería y el 37.5% reconoció realizar trabajos como jornalero, dando un porcentaje alto, el 10% se dedican a las labores del hogar y a la crianza de animales en el traspatio, entre otras actividades de menor práctica se encuentran empleados, comerciantes, mecánicos y carpinteros que suman el 22.5%. De la información presentada se desprende que para el grupo de los reubicados chinantecos la actividad que predomina es la agricultura, siendo base del sustento tanto económico como alimentario familiar. Para los originarios locales es ser jornalero debido a que la mayor parte de sus tierras agrícolas son rentadas a los ingenios para la producción de caña, como una forma de adquirir mayor ingreso sin necesidad de dedicarse completamente al campo.

Las familias del grupo reubicado chinanteco establecidos en la localidad de Nuevo Arroyo Tambor tienen un número de 4.4 integrantes en promedio, siendo de 1 a 9 los miembros que conforman la familia, con desviación estándar de 2.0. Con respecto al grupo originario local tienen un promedio 2.8 integrantes por familia, el rango es de 1 a 7 integrantes, con desviación estándar de 1.4. Sin embargo, para ambos grupos existe mayor porcentaje conformado de 1 a 4 integrantes, asi mismo, la prevalencia de mujeres en las familias es alta. La familia participa en las actividades productivas, para ello se distribuyen las tareas donde el padre de familia realiza las labores pesadas en la parcela, la esposa se ocupa del hogar y en sus ratos libres acude a la parcela para ayudar a su esposo, también se considera la participación de los hijos en las actividades tanto del campo como del solar familiar, aunque estos se dedican más a la escuela. Dentro de los solares se pueden encontrar plantas ornamentales, medicinales, frutales y comestibles. Las especies de animales que se encuentran en el solar son gallinas, guajolotes y cerdos, que utilizan para autoconsumo, siendo en algunos casos para la venta.

El cultivo principal para los productores reubicados es el maíz, siembran una superficie de 4.6 hectáreas en promedio del cual cosechan 17.5 toneladas, la mayor parte de éste producto agrícola se destina a la venta, dejando simplemente 1.0 toneladas para el consumo familiar. Mientras que los productores originarios locales se dedican a la producción de caña, seguido del maíz, limón y papaya maradol, todos para la venta a excepción del maíz del cual toman parte para consumo del hogar y para alimentar a los animales; la superficie sembrada de maíz por parte de este grupo local es de 1.1 hectáreas en promedio, cosechan 3.3 toneladas y destinan 0.7 toneladas para consumo del hogar.

El ingreso familiar en promedio anual para el grupo de reubicados chinantecos es de 25,161.00 pesos y para los originarios locales es de 41,007.75 pesos. Dicho ingreso se origina especialmente de la actividad agropecuaria, para los reubicados chinantecos el 50.7% de su ingreso anual en promedio proviene de la actividad agrícola y en el caso de los originarios locales el 59.6%, teniendo en cuenta que unos se dedican a la producción de maíz y el otro grupo mayormente a la producción de caña, asi mismo, el ingreso de la producción animal del grupo originario local es 4.9% y de los reubicados 7.0%. Otro complemento al ingreso es el empleo rural no agrícola con 15.0% para el grupo de reubicados y 19.5% para los originarios. Con relación a las remesas para el grupo de reubicados el porcentaje (1.0%) es bajo debido a que solo un entrevistado cuenta con ello, en el caso del otro grupo es de 9.8%. Para el caso de los subsidios o transferencias de índole productivo y social provenientes de las políticas públicas, el grupo originario local tiene un porcentaje de 6.2% de su ingreso, a diferencia de los reubicados con 26.8%.

Tipos de grupos organizado donde participan

La participación de los productores en grupos organizados presenta ciertas diferencias, tanto para los reubicados chinantecos (NAT) como para los originarios locales (PV), esto se debe al tipo de organización al que pertenecen. Sin embargo, las organizaciones de la ESS de tipo productivo (Agropecuario) aun siendo una forma de organizar la producción, transformación, distribución y consumo de bienes y servicios en el medio rural, no es para los originarios locales una determinante que los haga participar actualmente. En contraste, los reubicados chinantecos (NAT) son más participativos en grupos organizados de tipo productivo, asi como para realizar labores o actividades comunitarias y religiosas, en la siguiente gráfica se puede apreciar la participación de los productores en los diferentes grupos organizados por localidad (Figura 2).

Fuente: elaboración propia.

Figura 2 Participación en los diferentes grupos organizados por localidad. 

Participación actual y retrospectiva de los productores en grupos organizados productivos

La participación actual de los productores en grupos organizados de tipo productivo (Agropecuarias, ESS), se encuentra más activa en los reubicados chinantecos con un 68% (equivalente a 21 productores de los 31 entrevistados), mientras que el 68% (equivalente a 27 productores de los 40 entrevistados) de los originarios locales afirmó no participar en este tipo de grupos, pero dentro de su opinión existe una tendencia e interés para involucrarse (Figura 3).

Fuente: elaboración propia.

Figura 3 Participación actual y retrospectiva en grupos organizados. 

Participación actual de los productores en grupos organizados en relación con su origen (factor cultural)

La primera hipótesis considera que la participación de los productores reubicados chinantecos (NAT) y originarios locales (PV) en grupos organizados tiene relación con su origen. Para ello, se presenta la tabla de contingencia (Cuadro 1), donde se puede observar que existe mayor participación en grupos organizados por parte de los reubicados chinantecos, mientras que los no participantes en grupos organizados son los originarios locales. Aunado a lo anterior el valor de la prueba Chi cuadrada es X2= 12.971, con gl= 1 y con probabilidad altamente significativo de 0.001 (Cuadro 2), indicando que no se rechaza la hipótesis planteada, ya que, estadísticamente la participación de los productores en grupos organizados está relacionada con su origen.

Cuadro 1 Participación de los productores en grupos organizados en relación a su origen 

Participación Reubicados chinantecos (NAT) Originarios locales (PV) Total
Si Frecuencia 21 10 31
% 67.7 25.0 43.7
No Frecuencia 10 30 40 56.3
% 32.3 75.0 56.3
Total Frecuencia 31 40 71
% 100.0 100.0 100.0

Fuente: elaboración propia.

Cuadro 2 Valor de significancia prueba de Chi-Cuadrada de Pearson (X2

Valor Significancia
12.971a 0.001**

a. 0 casillas (0%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5. La frecuencia mínima esperada es 13.54

**La relación es altamente significativa al nivel 0.01 (bilateral). Error <1%.

Fuente: elaboración propia.

Considerando que un grupo está conformado por chinantecos quienes provienen de Usila un municipio perteneciente al estado vecino de Oaxaca, su reubicación al municipio de Tierra Blanca hace 26 años los llevó a vivir cambios orillándolos a unirse como grupo para poder desarrollarse económica, social y culturalmente por lo que tienden más a trabajar en grupos organizados. A diferencia de los originarios locales que de generación en generación han pertenecido a la misma localidad y no tienen la cultura de organizarse o trabajar en grupos, prefiriendo ser individualistas y realizar las actividades agrícolas por cuenta propia.

Funcionamiento de la organización (factores del capital social)

En la segunda hipótesis se considera que la confianza, comunicación, cooperación, redes, normas y sanciones que los grupos de productores poseen, se asocia con el grado de organización. Para identificar los factores asociados al grado de organización de los 31 productores (21 reubicados y 10 originarios) que sí participan en grupos organizados, se realizó la prueba de correlación de Spearman que refleja la matriz de coeficientes de correlación entre la variable dependiente grado de organización (alto-3, medio-2, bajo-1) y las variables confianza (muy confiado-5, confiado-4, ni confío ni desconfío-3, desconfiado-2, muy desconfiado-1), comunicación (buena-3, regular-2, mala-1), cooperación, redes y normas y sanciones (siempre-5, casi siempre-4, ocasionalmente-3, casi nunca-2, nunca-1) que comparten la misma escala y forman parte del capital social pero analizadas de manera independiente.

El coeficiente de correlación (Cuadro 3) es alto y negativo para el caso de normas y sanciones (-0.397), siendo el nivel de significancia (0.027) lo cual indica que la hipótesis planteada se sostiene al menos para esta variable, es decir, existe relación inversa y significativa con respecto al grado de organización, la probabilidad de error menor a 0.05% indica que se tiene una confianza en la información del 95%. Lo anterior señala que mientras más normas y sanciones establezcan los grupos organizados menor es el grado de organización, considerando entre las normas el apego a sus estatutos, asistencia en las asambleas, cumplimiento de comisiones asignadas y las sanciones que implican multas económicas y restricción de sus derechos.

Cuadro 3 Relación de capital social con el grado de organización de los participantes 

Variables Organización
N Coeficiente de correlación Significancia (bilateral)
Confianza 31 0.287 0.118
Comunicación 31 0.214 0.249
Cooperación 31 -0.225 0.223
Redes 31 0.095 0.611
Normas y sanciones 31 -0.397 0.027*

*La correlación es significativa al nivel 0 .05 (bilateral). Error < 5%.

Fuente: elaboración propia.

Para el caso de las variables independientes confianza, comunicación, cooperación y redes no muestra significancia alguna con el grado de organización, por lo que se deduce que no existe asociación o relación entre las variables planteadas. Sin embargo, la variable cooperación y redes siendo ambas independientes presentan un efecto de colinealidad donde el coeficiente de correlación es positivo (0.368), nivel significancia (0.041) probabilidad de error menor a 0.05% y confianza superior a 95%. De manera que, los productores mientras más interactúen o se relacionen con otros productores y/o familias de la localidad a la cual pertenecen tienden a ser mayor la cooperación entre ellos.

Percepción y expectativa de los beneficios (factores psicosociales)

La tercera hipótesis considera que la percepción de los participantes en grupos organizados y expectativa de los no participantes en relación con los beneficios es diferente para cada uno de los ítems y entre localidades (NAT y PV). Antes de abordar este apartado es importante mencionar que la escala utilizada para la medición es de tipo Likert puesto que, se plantearon preguntas que califican percepción y expectativa en lugar de afirmaciones como plantea originalmente el tipo de escala. Las variables analizadas se presentan a continuación:

Percepción de beneficios para los que participan

Los resultados obtenidos a través de la prueba t de Student que realiza diferenciación de medias entre dos grupos, muestra que los 21 productores (68%) reubicados chinantecos (NAT) que actualmente participan en grupos organizados de tipo productivo, así como los 10 productores (25%) originarios locales (PV), perciben que los beneficios (con escala siempre-5, casi siempre-4, ocasionalmente-3, casi nunca-2, nunca-1) que reciben y los hacen participar para los reubicados es la asesoría técnica con 3.3 en promedio dirigiéndose a la parte favorable y de manera desfavorable coincidieron en el traslado de la producción y negociar a un mejor precio su producto con 1.5. En contraste, los originarios tiene otra percepción indicando como mayor beneficio la gestión de apoyos con 3.1 en promedio y en menor grado el acceso a maquinarias y tecnologías con 1.0 (Cuadro 4). Los datos presentados deducen que la hipótesis se sostiene parcialmente, debido a que solo dos ítems planteados son estadísticamente diferentes siendo la asesoría técnica (0.018) y acceso a maquinarias y tecnologías (0.002), con probabilidad de error menor a 0.05% y confianza superior a 95 por ciento.

Cuadro 4 Percepción de beneficios para los participantes en grupos organizados 

Beneficios Reubicados chinantecos (NAT) Media Originarios locales (PV) Media Media de las localidades Significancia (bilateral)
Transformación y venta 1.7 1.1 1.4 0.113
Gestión de apoyos 3.2 3.1 3.1 0.869
Traslado de producción 1.5 1.4 1.4 0.846
Asesoría técnica 3.3 1.9 2.6 0.018*
Acceso a maquinarias y tecnologías 2.5 1.0 1.8 0.002*
Adquisición de insumos en grupo 3.2 2.4 2.8 0.134
Negociar a mejor precio 1.5 1.2 1.4 0.215
Financiamiento 2.0 1.2 1.6 0.063
Media de ítems 2.4 1.7 2.0

* La diferencia es significativa al nivel 0.05 (bilateral). Error < 5%.

Fuente: elaboración propia.

Expectativa de beneficios para los que no participan

Continuando con esta parte, se puede observar la expectativa de los productores en cuanto a beneficios que esperarían tener al participar en un grupo organizado. Considerando que los reubicados chinantecos son 9 productores (29%) y los originarios locales son 27 (68%), la media de los datos presentados es más alta para los originarios locales quienes manifiestan que esperarían tener siempre beneficios relacionados a la transformación y venta de su producto con una media de 4.7 siendo menor el financiamiento de 3.9 pero no dejando de ser importante para impulsar su participación. En el caso de los reubicados chinantecos esperan que la asesoría técnica (media 4.8) sea un beneficio que consigan al participar, asi mismo, perciben que obtendrían menos apoyos en financiamiento para adquirir insumos (media 2.3) (Cuadro 5). Aplicando una prueba t de Student se plantea que la hipótesis se sostiene parcialmente dado que solo cinco de los ítems resultaron estadísticamente significativos, los cuales son: transformación y venta (0.000), gestión de apoyo (0.002), traslado de la producción (0.001), acceso a maquinarias y tecnologías (0.002) y financiamiento (0.001), es decir, que presentan diferencias entre grupos con probabilidad de error menor a 0.05% y una confianza superior a 95%.

Cuadro 5 Expectativa de beneficios para los no participantes en grupos organizados 

Beneficios Reubicados chinantecos (NAT) Media Originarios locales (PV) Media Media de las localidades Significancia (bilateral)
Transformación y venta 3.7 4.7 4.2 0.000*
Gestión de apoyos 3.6 4.4 4.0 0.002*
Traslado de producción 3.6 4.6 4.1 0.001*
Asesoría técnica 4.8 4.4 4.6 0.144
Acceso a maquinarias y tecnologías 3.3 4.4 3.9 0.002*
Adquisición de insumos en grupo 4.6 4.3 4.4 0.427
Negociar a mejor precio 4.1 4.4 4.2 0.524
Financiamiento 2.3 3.9 3.1 0.001*
Media de ítems 3.7 4.4 4.1

* La diferencia es significativa al nivel 0.05 (bilateral). Error < 5%.

Fuente: elaboración propia.

En términos generales de medias para los beneficios que perciben que tienen los que participan es de 2.0 y para los que están interesados en participar es de 4.1, lo cual nos indica que, si percibieran mayores beneficios en los grupos organizados, la participación de los productores sería más favorable, ya que, obtener efectos satisfactorios los motivaría para participar.

Características socioeconómicas de los productores por grado de organización (factores socioeconómicos)

La cuarta hipótesis considera que la edad, grado de escolaridad, número de integrantes de la familia e ingreso familiar son diferentes con relación al grado de organización de los productores. Para ello, se realizó una prueba de Anova de un factor (one way), donde se dedujo que la hipótesis planteada se sostiene parcialmente, debido a que las variables edad del productor y número de integrantes de la familia están relacionados con el grado de organización. Por lo tanto, estadísticamente son diferentes con significancia 0.015 y 0.000 donde el nivel de error es menor a 0.05% y confiabilidad superior a 95% (Cuadro 6). Aunque aparentemente en los integrantes de la familia la diferencia no es significativa, el criterio depende del valor de distribución F. Las otras dos variables no resultaron significativas, es decir, no se relacionan con el grado de organización dando por hecho que la escolaridad e ingreso no intervienen para un alto nivel organizativo.

Cuadro 6 Características socioeconómicas de los productores por grado de organización 

Grado de
organización
Productores Edad Escolaridad Integrantes de la familia Ingreso familiar ($)
Media Media Media Media
Bajo 41 55.93 4.54 2.71 38,541.70
Medio 18 49.11 6.72 4.56 25,526.38
Alto 12 61.92 3.83 4.42 31,343.00
Significancia (bilateral) 0.015* 0.072 0.000* 0.522

* La diferencia es significativa al nivel 0.05 (bilateral). Error < 5%.

Fuente: elaboración propia.

Características de producción de maíz por grado de organización (variables asociadas con la producción)

La quinta hipótesis considera que la superficie de la parcela; producción y consumo del cultivo maíz es diferente dependiendo del grado de organización de los productores. Aplicando la prueba de Anova de un factor (one way), se realizó el análisis de las variables donde se dedujo que la hipótesis planteada se sostiene parcialmente, debido a que solamente la producción de maíz tiene relación con el grado de organización. Por lo tanto, estadísticamente es diferente con significancia 0.000 donde el nivel de error es menor a 0.05% y confiabilidad superior a 95% (Cuadro 7). Con respecto a la superficie de la parcela y el consumo de maíz no resultaron significativas, es decir, no se relacionan con el grado de organización dando por hecho que no intervienen para tener un alto nivel organizativo.

Cuadro 7 Características de producción de maíz por grado de organización 

Grado de
organización
Productores Superficie de parcela (ha.) Producción (ton.) Consumo (ton.)
Media Media Media
Bajo 41 5.4 5.9 0.67
Medio 18 8.0 16.5 1.13
Alto 12 8.6 10.8 0.73
Significancia (bilateral) 0.054 0.000* 0.050

* La diferencia es significativa al nivel 0.05 (bilateral). Error < 5%.

Fuente: elaboración propia.

Modelo sistémico construido desde los resultados

El esquema conceptual que se presenta a continuación surge de los resultados obtenidos, la estructura diseñada consta de cuatro niveles donde la parte baja y media capta la realidad que existe en las dos localidades de estudio, a partir de las variables generales planteadas para ambas comunidades se obtuvo diferencias tanto de los productores, como de las familias y la agricultura familiar. En el último nivel se visualiza una relación entre participación y grado de organización vinculada a la cultura, factores sociales (capital social), factores psicosociales (percepción y expectativa de beneficios), socioeconómicas y de producción, manteniendo cada una su integración y diferenciación, generando un conocimiento organizado.

Fuente: elaboración propia.

Figura 4 Modelo sistémico de resultados. 

Conclusiones

En los dos grupos de productores se identificó que la participación en grupos organizados guarda relación con su origen, puesto que, desde el factor cultural presentan diferencias de participación en las localidades, son los reubicados quienes tienden más a involucrarse en organizaciones movilizándose de forma activa para desarrollar actividades productivas, tratando siempre de conservar características de conducta que los diferencian por su lugar de proveniencia.

En cuanto a los factores de capital social que poseen, únicamente las normas y sanciones que establecen los grupos organizados se asocia al grado de organización, debido a que existe diferencias culturales que se relacionan con las formas de trabajo colectivo de cada grupo, dándoles identidad y rostro propio, proyectando un futuro común bajo ciertas condiciones normativas como son el apego a los estatutos, asistencia en asambleas, cumplimiento de comisiones y el pago de sanciones a través de multas económicas y restricción de sus derechos por faltas cometidas. Donde no se detectó asociación fue en confianza, comunicación, cooperación y redes, sin embargo, la confianza, aunque no resultó ser significativa tiene influencia en los participantes porque les genera seguridad para trabajar de forma conjunta. Contar con formas económicas alternativas, genera experiencias nuevas y originales que permiten incorporar diferentes estructuras organizativas, siendo protagonistas de una dinámica de procesos fomentando acciones de solidaridad y cooperación entre los integrantes. Es decir, con la permanencia de criterios propios de economía social, la mano vuelta que aún es practicada por los productores y en general las prácticas culturales que representan la solidaridad grupal, intervienen como intercambio, reciprocidad y cooperación. Con todo lo anterior, se puede lograr una mayor inclusión de los productores a las organizaciones propiciando su participación en ellas.

Respecto a la percepción de beneficios de los participantes en grupos organizados y la expectativa de los no participantes, se identificaron diferencias para cada uno de los ítems y entre localidades. A pesar de las diferencias entre ellas, se mostraron estadísticamente significativas la asesoría técnica, acceso a maquinaria y tecnología para realizar mejor su actividad en el caso de percepciones; en cuanto a la expectativa de los no participantes, las significativas fueron la transformación y venta de sus productos, gestión de apoyos, traslado de la producción, acceso a maquinaria, tecnología y financiamiento; esto es precisamente porque una organización sirve de base para incrementar su producción además de otros propósitos (acceso a insumos, gestión de recursos técnicos, financieros, trasformación y comercialización), lo cual puede ayudar a mejorar los ingresos y las condiciones de vida de los productores.

Se identificó que la edad del productor y número de integrantes de la familia, son los factores socioeconómicos que presentan diferencias estadísticas significativas con relación al grado de organización. Mientras que en el grado de escolaridad e ingreso familiar no se logró detectar diferencias, siendo posible que se deba al limitado conocimiento para mejorar sus hábitos de producción, administración y comercialización.

En la superficie de la parcela; producción y consumo del cultivo de maíz, se identificó que únicamente la producción del cultivo de maíz presenta diferencias significativas con relación al grado de organización. Las variables superficie de parcela y consumo no mostraron diferencias.

De manera general se concluye que los factores y variables antes mencionados inciden parcialmente en la participación y grado de organización de los productores reubicados y originarios locales. De todo lo anterior se desprende que la clave del éxito de las organizaciones consiste en hacer compatible el eje formado por el desarrollo de la participación, responsabilidad, confianza, cooperación y solidaridad como elementos para alcanzar una economía social y solidaria, asi como, el eje formado por la rentabilidad, la eficiencia y la viabilidad para fomentar sociedades productivas, humanas y socialmente responsables que propicien la participación y organización de productores para realizar sus actividades agrícolas.

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Recibido: 21 de Julio de 2021; Revisado: 09 de Septiembre de 2021; Aprobado: 11 de Octubre de 2021

Autor para correspondencia: Ignacio Carranza-Cerda. Dirección: icarranz@colpos.mx

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