Introducción
La vegetación ribereña se desarrolla a lo largo de cursos de agua naturales, y constituye un elemento clave para el mantenimiento de los ecosistemas fluviales (Rzedowski, 2006). Estas comunidades vegetales representan un hábitat natural, y a su vez, corredores biológicos para la fauna silvestre que se desarrolla en ellas (Paolino y col., 2018). Así mismo, cumplen con una función de protección de grandes avenidas fluviales, evitando con ello el desbordamiento de ríos e inundaciones (Croke y col., 2017).
Estas comunidades vegetales tienen una estructura y composición florística muy rica, como resultado de una serie de sucesiones a lo largo del tiempo, que han propiciado un balance de especies que dominan 2 o más estratos; sin embargo, este equilibrio puede cambiar drásticamente para los que se encuentran dentro o cercanos a las áreas urbanas (Bozóki y col., 2018; Dahmer y col., 2018). Usualmente, las actividades antropogénicas, como la canalización, obras hidráulicas, desazolve, entre otros, contribuyen a que estas zonas riparias sean invadidas por especies introducidas y ruderales, potencialmente invasoras (Aronson y col., 2017; Grella y col., 2018), lo cual modifica la composición y variación de la vegetación nativa.
Lamentablemente, la modificación de los cursos de agua en zonas urbanas, es un fenómeno muy común en la actualidad (Aronson y col., 2017). Quizá las zonas rurales no presenten problemas tan drásticos en este sentido, pero en ciudades con altas densidades demográficas es evidente que existen graves complicaciones ecológicas y sociales (Guida-Johnson y col., 2017). Un ejemplo de lo anterior es la Zona Metropolitana de Monterrey (ZMM), en el estado de Nuevo León, México, la cual es atravesada por el río Santa Catarina de poniente a oriente.
El río Santa Catarina nace en el cañón La Purísima de la sierra de San José (límites con Coahuila) y atraviesa parte de los municipios de Santiago, Santa Catarina, San Pedro, Monterrey, Guadalupe, Juárez y Cadereyta, con una cuenca aproximada de 1 200 km2, y una longitud de 160 km, hasta su confluencia con el río San Juan, uno de los más importantes de la región noreste del país (Periódico Oficial del Gobierno Constitucional del Estado Libre y Soberano de Nuevo León, 2008).
En el año 2008, un trayecto del cauce del río Santa Catarina en la ZMM fue decretado como Área Natural Protegida Estatal, en categoría de Parque Urbano, bajo la denominación de “Parque Lineal”. Esta categoría obedece al hecho de que es un reducto de vegetación riparia, que ofrece múltiples servicios ambientales (Periódico Oficial del Gobierno Constitucional del Estado Libre y Soberano de Nuevo León, 2008).
A pesar de que el río normalmente lleva un gasto de poca consideración y sin turbulencia, con lluvias importantes en verano, se suele convertir en un temible torrente, no solamente por la cantidad de agua recibida del cañón La Purísima, sino también de los flujos torrenciales de la ZMM, cuya red fluvial se ve sobrepasada por las fuertes lluvias, como ha sucedido en años pasados, con los huracanes Gilberto, Emiliy y Alex (en los años 1988, 2005 y 2010, respectivamente), de acuerdo al Plan de desarrollo Urbano del Municipio de Monterrey (PDUMM, 2012).
Los estudios florístico-ecológicos de los ríos generan conocimiento para la determinación de estrategias adecuadas para el manejo eficiente de estos ecosistemas. Actualmente, los antecedentes sobre estos temas, en la región, son el de Villarreal y col. (2006), quienes estudiaron la flora riparia de los ríos Sabinas y San Rodrigo en Coahuila; los de Treviño y col. (2001) y Canizales y col. (2010), que trabajaron con comunidades vegetales ribereñas de los ríos Ramos y Cabezones en Nuevo León. Sin embargo, ninguno de estos cuatro ríos fueron estudiados en una zona urbana afectada por el cambio de uso de suelo.
El objetivo del presente trabajo fue evaluar la variación espacial de la riqueza, la composición y la estructura (únicamente en el estrato alto), de especies de la vegetación ribereña del río Santa Catarina, en una porción con alta densidad urbana.
Materiales y métodos
Área de estudio
El estudio se desarrolló en una comunidad vegetal ribereña en el río Santa Catarina, en el noreste de México, específicamente en los municipios de Monterrey y Guadalupe, Nuevo León (Figura 1). Las coordenadas de ubicación del sitio de inicio, al oeste son 25º40’04” N y 100º17’50” W, y las del sitio donde concluye el análisis, ubicado más al este, son 25º41’25” N y 100º09’53” W, con una altitud que varía de 428 msnm a 517 msnm.
De acuerdo a la clasificación de Köeppen, modificada por García (1964), para la república mexicana, el clima es estepario, semicálido, subhúmedo ((A)Cx’), con lluvias de verano. El porcentaje de precipitación invernal es entre 5 % y 10.2 % anual, con una temperatura media anual de 18 °C a 22 °C. El suelo del área donde se realizó el estudio está constituído por feozem, un tipo caracterizado por su humedad, color oscuro, producto de la alta cantidad de materia orgánica y por su saturación de bases, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés: Food and Agriculture Organization) (FAO, 2015).
Análisis de la vegetación
El análisis de la comunidad vegetal se realizó en septiembre y octubre (meses de mayor precipitación) mediante un inventario de la cubierta vegetal en un tramo de 15.65 km lineales y un ancho aproximado de 80 m (40 m en ambas riberas del río), sobre ambos lados del cauce del río Santa Catarina, conformando un área de estudio de 125.20 ha de superficie. La evaluación se realizó en 8 secciones (identificadas en forma numerada en la Figura 1) que variaron de 1.20 km hasta 3 km, a lo largo de la zona de estudio. El total del área muestreada fue de 9.6 ha de superficie, lo que representa el 7.66 % del área total. La longitud de cada una de las secciones obedeció a la accesibilidad del sitio y la abundancia de vegetación. En estas secciones se contabilizó el número total de individuos de estrato alto y la presencia de especies del estrato bajo. La clasificación de la cubierta vegetal se dividió en 2 clases y/o grupos. En el estrato alto, se consideró la vegetación de porte arbustivo y arbóreo que presentaron alturas que van de los 2 m hasta los 8 m de altura; y el estrato bajo, como las especies del grupo de las herbáceas, con alturas estimadas que van de los 0.30 m hasta los 1.99 m de altura. Las especies se identificaron utilizando claves taxonómicas de Correll y Johnston (1970) y el libro de Molina-Guerra y col. (2019). Para definir las especies introducidas se siguió principalmente a Villaseñor y Espinosa-García (2004).
Análisis de la información
Para evaluar la diversidad beta, que es el grado de reemplazamiento de especies o cambio biótico, a través de condiciones ambientales (Whittaker, 1972), en el estrato alto, se utilizó un algoritmo que analiza la similitud de las muestras mediante el cálculo del porcentaje de similitud (0 % a 100 %) entre cada una de ellas y que es representada en una gráfica de similitud de Bray-Curtis (Brower y col., 1998). Valores cercanos a 0 indican que existe una escasa similitud florística, valores cercanos al 50 % indican intermedia, y cercanos al 100 alta. El análisis se desarrolló mediante el programa BioDiversity Pro 2.0 (McAleece y col., 1997).
Para el estrato bajo, únicamente se registró la presencia de las especies en los sitios de muestreo, por lo tanto, se utilizó el coeficiente de similitud de Jaccard para determinar el grado de semejanza entre los sitios (Magurran, 1988), mediante la siguiente ecuación:
Donde:
Ij es el coeficiente de similitud de Jaccard, a es el número de especies presentes en el sitio A, b número de especies presentes en el sitio B, y c son las especies presentes en ambos sitios A y B. El análisis se realizó en el programa PAST 3.20 (Hammer y col., 2001).
Para describir la estructura de la comunidad, se generó una gráfica de dominancia-diversidad (Brower y col., 1998), la cual, describe la relación del número de individuos de las especies en función de un arreglo secuencial de especies, y esta se presenta del mayor al menor valor (Martella y col., 2012). De igual manera, los valores cercanos a 0 de este índice, indican que existe una escasa similitud florística, valores cercanos al 50 % indican intermedia, y cercanos al 100 alta.
Resultados
Variación de la riqueza
En general, se registraron 87 especies, 77 géneros y 37 familias de plantas, incluyendo a una alga macroscópica. De estas, 18 especies son introducidas y el resto nativas. Algunos autores ya han reportado la presencia de especies introducidas en comunidades vegetales ribereñas e indican que existe una relación positiva entre el nivel de urbanización y el porcentaje de especies introducidas (Burton y col., 2005; Pennington y col., 2010).
Estrato alto
Derivado del muestreo, en el estrato alto se registraron 16 familias pertenecientes a 25 géneros y 28 especies, incluyendo 9 especies introducidas (Tabla 1). Las especies con mayor número de individuos fueron Salix nigra Marshall 1785, Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit 1961, Ricinus communis L. 1753 y Parkinsonia aculeata L. 1753. Dichas especies, además de Vachellia farnesiana (L.) Wight & Arn. 1834 y Nicotiana glauca Graham 1828, tuvieron presencia en todos los sitios de muestreo. Las especies Vachellia rigidula (Benth.) Seigler & Ebinger 2005, Acanthocereus tetragonus (L.) Hummelinck 1938, Agave americana L. 1753, Agave lechuguilla Torr. 1859, Casuarina equisetifolia L. 1759, Celtis laevigata Willd. 1814, Celtis pallida Torr. 1859, Delonix regia, Morus nigra L. 1753, Opuntia engelmanni Salm-Dyck 1849 y Yucca filifera Chabaud 1876, sólo se presentaron en un sitio de muestreo.
Número de individuos | |||||||||
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ARECACEAE | |||||||||
Washingtonia filifera* | 10 | 20 | 7 | 12 | 49 | ||||
ASPARAGACEAE | |||||||||
Agave americana | 6 | 6 | |||||||
Agave lechuguilla | 36 | 36 | |||||||
Yucca filifera | 5 | 5 | |||||||
BIGNONIACEAE | |||||||||
Tecoma stans | 4 | 3 | 10 | 17 | |||||
BORAGINACEAE | |||||||||
Ehretia anacua | 9 | 2 | 19 | 30 | |||||
CACTACEAE | |||||||||
Acanthocereus tetragonus | 2 | 2 | |||||||
Opuntia engelmannii | 13 | 13 | |||||||
CANNABACEAE | |||||||||
Celtis laevigata | 49 | 49 | |||||||
Celtis pallida | 39 | 39 | |||||||
CASUARINACEAE | |||||||||
Casuarina equisetifolia* | 3 | 3 | |||||||
EUPHORBIACEAE | |||||||||
Ricinus communis* | 124 | 59 | 88 | 498 | 140 | 31 | 36 | 732 | 1 708 |
FABACEAE | |||||||||
Caesalpinia mexicana | 7 | 1 | 8 | ||||||
Delonix regia* | 1 | 1 | |||||||
Leucaena leucocephala* | 503 | 210 | 172 | 390 | 35 | 248 | 192 | 86 | 1 836 |
Parkinsonia aculeata | 114 | 124 | 79 | 269 | 80 | 5 | 37 | 437 | 1 145 |
Pitecellobium dulce | 11 | 2 | 13 | ||||||
Prosopis glandulosa | 27 | 2 | 6 | 35 | 11 | 7 | 204 | 292 | |
Vachellia farnesiana | 107 | 65 | 12 | 10 | 15 | 1 | 7 | 114 | 331 |
Vachellia rigidula | 58 | 58 | |||||||
MELIACEAE | |||||||||
Melia azedarach* | 4 | 3 | 8 | 20 | 35 | ||||
MORACEAE | |||||||||
Morus nigra* | 1 | 1 | |||||||
OLACEAE | |||||||||
Fraxinus americana* | 18 | 49 | 87 | 50 | 22 | 91 | 317 | ||
PLATANACEAE | |||||||||
Platanus occidentalis | 4 | 3 | 1 | 8 | |||||
SALICACEAE | |||||||||
Populus mexicana | 70 | 28 | 22 | 49 | 27 | 66 | 262 | ||
Salix nigra | 107 | 222 | 137 | 711 | 123 | 214 | 15 | 677 | 2 206 |
SAPINDACEAE | |||||||||
Sapindus saponaria | 5 | 3 | 8 | ||||||
SOLANACEAE | |||||||||
Nicotiana glauca* | 10 | 6 | 39 | 9 | 6 | 1 | 30 | 8 | 109 |
Total | 1 098 | 824 | 2 702 | 2 039 | 459 | 507 | 322 | 2 675 | 8 587 |
*Especies introducidas
Estrato bajo
Se registraron 25 familias pertenecientes a 53 géneros y 60 especies (Tabla 2). Las especies que se reportaron con mayor distribución, fueron Cyperus involucratus Rottb. 1806 y Phragmites australis Cav. (Trin.) ex Steud 1840 en 7 sitios cada una, Eragrostis mexicana (Hornem.) Link 1827, Helianthus annuus L. 1753, Melinis repens (Willd.) Zizka 1988, Polygonum pensylvanicum L. 1753 y Typha domingensis Pers. 1807 en 6 sitios cada una. Mientras que 26 de las especies registradas solo se presentaron en un sitio. Del total de las especies reportadas 10 son introducidas, entre las cuales, Cyperus involucratus y Melinis repens cuentan con presencia en la mayoría de los sitios de muestreo.
Familia/Nombre científico |
Número de individuos | |||||||
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Sitio 1 | Sitio 2 | Sitio 3 | Sitio 4 | Sitio 5 | Sitio 6 | Sitio 7 | Sitio 8 | |
AMARANTHACEAE | ||||||||
Amaranthus blitoides | x | x | ||||||
Amaranthus palmeri | x | x | x | x | ||||
Salsola kali* | x | x | x | x | ||||
ANACARDIACEAE | ||||||||
Toxicodendron radicans | x | |||||||
APOCYNACEAE | ||||||||
Asclepias oenotheroides | x | |||||||
ASTERACEAE | ||||||||
Bidensodorata | x | x | x | x | x | |||
Calyptocarpus vialis | x | x | x | |||||
Helianthus annuus | x | x | x | x | x | x | ||
Parthenium hysterophorus | x | x | x | |||||
Pectis papposa | x | |||||||
Porophyllum sp. | x | |||||||
Sanvitalia procumbens | x | |||||||
Taraxacum officinale* | x | |||||||
BORAGINACEAE | ||||||||
Heliotropium angiospermum | x | |||||||
Tiquilia canescens | x | x | ||||||
BRASSICACEAE | ||||||||
Lepidium virginicum | x | |||||||
CHARACEAE | ||||||||
Chara vulgaris | x | x | ||||||
COMMELINACEAE | ||||||||
Commelina diffusa | x | x | x | |||||
CONVOLVULACEAE | ||||||||
Ipomoea sp. | x | x | ||||||
Merremia dissecta | x | x | x | x | x | |||
Merremia quinquefolia | x | x | ||||||
CRASSULACEAE | ||||||||
Kalanchoe sp.* | x | |||||||
CUCURBITACEAE | ||||||||
Luffa aegyptiaca* | x | x | x | |||||
CYPERACEAE | ||||||||
Cyperus esculentus* | x | |||||||
Cyperus involucratus* | x | x | x | x | x | x | x | |
EUPHORBIACEAE | ||||||||
Acalypha radians | x | |||||||
Croton incanus | x | |||||||
Euphorbia maculata | x | |||||||
Euphorbia prostrata | x | x | ||||||
FABACEAE | ||||||||
Pitecellobium dulce | x | |||||||
LOASACEAE | ||||||||
Cevallia sinuata | x | x | ||||||
LYTHRACEAE | ||||||||
Heimia salicifolia | x | |||||||
MALVACEAE | ||||||||
Abutilon dugesii | x | x | x | x | ||||
Gossypium hirsutum | x | |||||||
Herissantia crispa | x | |||||||
Waltheria indica | x | x | ||||||
PASSIFLORACEAE | ||||||||
Passiflora foetida | x | |||||||
Passiflora tenuiloba | x | |||||||
POACEAE | ||||||||
Aristida pansa | x | x | ||||||
Cenchrus ciliaris* | x | x | x | x | x | |||
Cenchrus incertus | x | x | ||||||
Chloris virgata | x | |||||||
Cynodon dactylon* | x | x | x | x | ||||
Eragrostis mexicana | x | x | x | x | x | x | ||
Melinis repens* | x | x | x | x | x | x | ||
Paspalum virgatum | x | |||||||
Pennisetum clandestinum* | x | x | ||||||
Phragmites australis | x | x | x | x | x | x | x | |
Zea mays | x | |||||||
POLYGONACEAE | ||||||||
Polygonum pensylvanicum | x | x | x | x | x | x | ||
PORTULACACEAE | ||||||||
Portulaca pilosa | x | x | ||||||
RANUNCULACEAE | ||||||||
Clematis drummondii | x | |||||||
SOLANACEAE | ||||||||
Chamaesaracha sordida | x | |||||||
Datura stramonium | x | x | ||||||
Solanum elaeagnifolium | x | x | ||||||
Solanum nigrescens | x | x | ||||||
TYPHACEAE | ||||||||
Typha domingensis | x | x | x | x | x | x | ||
VERBENACEAE | ||||||||
Aloysia macrostachya | x | |||||||
Lantana velutina | x | |||||||
Lippia graveolens | x | x |
*Especies introducidas
Estrato alto
El dendrograma de similitud Bray-Curtis (Figura 2) muestra que el primer grupo que se forma es el que diferencia a los sitios 4 y 8 del resto de la comunidad, esto debido al gran número de individuos de las especies Salix nigra con 711 N/ha y 677 N/ha, Ricinus communis con 498 N/ha y 732 N/ha y Parkisonia aculeata con 269 N/ha y 437 N/ha, respectivamente, así como de otras cantidades similares, pero con menor abundancia. El segundo grupo está conformado únicamente por el sitio 7, debido a la baja presencia de Salix nigra (15 N/ha). El tercer grupo (conformado por los sitios 1, 2, 3, 5 y 6) presenta intermedia presencia de Salix nigra (≥ 107 N/ha y ≤ 214 N/ha). Es importante mencionar que los 3 grupos presentan una similitud de intermedia a alta, debido a que la similitud entre el grupo 2 y 3 es del 60 % y del 1 con el resto es de 71.53 %.
Estrato bajo
Con base en el dendrograma de similitud de Jaccard (Figura 3), el sitio 7 se separa en cuanto a similitud de los demás, debido a que fue el sitio que menor número de especies presentó. El siguiente grupo está conformado por 4 sitios (2, 4, 5 y 6), los cuales comparten 3 especies en común (Cyperus involucratus y Typha domingensis), siendo una de estas introducida (Cyperus involucratus). Los sitios 1, 3 y 8 conforman otro grupo, en el cual destacan 9 especies compartidas (Bidens odorata Cav. 1791, Helianthus annuus, Commelina diffusa Burm. 1768, Merremia dissecta (Jacq.) Hallier f. 1893, Cyperus involucratus, Cynodon dactylon (L.) Pers. 1805, Eragrostis mexicana, Melinis repens y Polygonum pensylvanicum) siendo 3 introducidas (Cyperus involucratus, Cynodon dactylon y Melinis repens). En general, la composición de la vegetación presenta una similitud de baja a intermedia, debido a que en los sitios del grupo 3, es de un 23 % a 40 %, y en los sitios de los grupos 1 y 2, es de 18 % a 47 %.
Estrato alto
El gráfico de dominancia-diversidad (Figura 4), muestra una distribución de modelo geométrico de tipo discreta, en donde la comunidad vegetal ribereña está conformada por escasas especies muy abundantes, y el resto de las especies son prácticamente raras.
Discusión
Estrato alto
La riqueza florística presente en el área de estudio del río Santa Catarina (15 km lineales) se considera media, a pesar de la influencia antropogénica, ya que se registró la presencia de 28 especies en total, en diferentes estadios sucesionales. En el estrato alto, se encontraron tanto especies nativas (19) (por mencionar algunas, Celtis laevigata, Celtis pallida, Populus mexicana Wesm. ex DC. 1868) como introducidas (9) (por citar algunas, Washingtonia filifera (Linden ex André) H. Wendl. 1879, Leucaena leucocephala, Morus nigra y Fraxinus americana L. 1753). En otras comunidades vegetales ribereñas mejor conservadas, como Sabinas y San Rodrigo, en Coahuila, el estrato arbóreo tuvo una diversidad similar (17 especies), aunque la mayoría de esas especies fueron nativas (Villarreal y col., 2006). Sin embargo, en ríos también afectados por cambios de uso de suelo, como el Ramos y Cabezones, en Nuevo León, la riqueza de árboles fue variable, con 7 y 19 especies, respectivamente (Treviño y col., 2001). Una posible explicación del por qué se registró un mayor número de especies en el presente estudio en comparación a otros desarrollados en el noreste de México, es debido a que en esta investigación se evaluó una comunidad vegetal en proceso de regeneración natural, y al haber mayor espacio disponible después del disturbio (Huracán Alex), existe la posibilidad de que se establezca un mayor número de especies (Alanís y col., 2011; Graciano-Ávila y col., 2018).
La alta presencia de individuos de Salix nigra, en el estrato alto, para la comunidad vegetal ribereña del río Santa Catarina coincide con lo registrado por Treviño y col. (2001), quienes la registraron como una de las más conspicuas en un estudio realizado en el río Cabezones, Nuevo León, México. Por su parte, Íñiguez-Ayón y col. (2015), reportaron esta especie en una evaluación del río Tamazula, en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, México. Dicha especie ha sido ampliamente evaluada, se asocia a vegetación de galería, se reproduce sexual y asexualmente, y se establece preferentemente en elevaciones intermedia y altas al cause del agua, donde los eventos de inundación son menos frecuentes (Stover y col. 2018), como en el caso de esta investigación.
La segunda especie con mayor abundancia fue la introducida e invasora Leucaena leucocephala, la cual, se encuentra en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo (Lowe y col. 2004). Si bien, México es considerado el centro de máxima diversidad del género Leucaena (Zárate, 1994), la especie L. leucocephala se distribuye de manera natural en el sur de México (Peralta-Juárez y col., 2017), pero debido a su uso en actividades pecuarias (Ledesma, 2002), se ha distribuido en todo el mundo, incluyendo el noreste de México. Esta especie no ha sido documentada en comunidades ribereñas del noreste de México (Treviño y col., 2001 y Canizalez y col., 2010), pero sí se tiene registro de su uso en plantaciones experimentales (Jurado y col., 1998) y áreas urbanas (Leal y col., 2018b). Es importante mencionar que la especie ha sido reportada en ecosistemas ribereños por algunos autores, como Moreno-Jiménez y col. (2017), que la registraron en un afluente del río Tacotalpa, en Tabasco, México; y Peguero (2010) ha reportado su presencia en vegetación riparia de la República Dominicana.
Otra especie de interés en este estudio, por su abundancia, fue Ricinus communis, una especie introducida que, comúnmente, se presenta en zonas ribereñas y que muestra adaptación en canales permanentes de riego (Reveles y col., 2010). Lo registrado en esta investigación coincide con Cornejo-Denman y col. (2018), quienes reportaron a Parkinsonia aculeata como una de las especies dominantes en un estudio de la vegetación riparia presente en la sección baja del río Bravo, entre México y Estados Unidos. De hecho, en otros países, como Australia, Parkinsonia aculeata forma poblaciones tan densas a lo largo de ríos, que causa serios problemas para el uso del agua (Cochard y Jacques, 2005).
De las cuatro especies con mayor presencia en el estrato alto, Garcillán y Rebman (2016), registraron a Ricinus communis como una especie exótica de origen africano que se ha adaptado a las condiciones de los ecosistemas de México, y mencionaron que esta especie suele estar presente en zonas con disturbio antrópico o natural, como bordes de caminos, asentamientos humanos y zonas riparias. Muller (1947) y Rzedowski, y Calderón-de-Rzedowski (1997), reportaron a Parkinsonia aculeata como una especie que se distribuye de forma nativa en el matorral espinoso tamaulipeco.
Treviño y col. (2001); Canizales y col. (2010), realizaron estudios de diversidad y estructura de comunidades ribereñas maduras en el noreste de México, donde registraron a Taxodium mucronatum Ten. 1853 como una de las especies mayormente presentes, con altos valores de abundancia y dominancia, lo cual difiere con lo reportado en la presente investigación, ya que en el área de estudio no fue observada esta especie. Otra especie que presenta altos valores de abundancia (470 N/ha) en comunidades maduras es Platanus occidentalis L. 1753 (Canizales y col., 2010), mientras en este estudio, fue escasamente registrada, con 8 N/ha. Las especies antes mencionadas son esciófilas, ya que necesitan condiciones de sombra para germinar y desarrollarse en las primeras faces, y después de cierto tiempo, necesitan mayor intensidad de luz (Enríquez-Peña y col., 2004), por lo tanto, podrían considerarse indicadoras de que la comunidad vegetal observada no presenta un grado de madurez avanzado y se encuentra en las primeras fases de estado sucesional.
Estrato bajo
La presente investigación, a diferencia de Treviño y col. (2001); Rzedowski (2006), de Canizales y col. (2010) y de Santiago-Pérez y col. (2014), incluyó el estrato bajo, el cual está conformado por 60 especies. Se consideró importante evaluar este estrato, debido a que se ha reportado que presenta alta riqueza de especies comparado con la comunidad arbórea y arbustiva (Pérez-Calix, 1996; Villarreal y col., 2006). Como se mencionó en la metodología, la vegetación del estrato bajo consistió en evaluar las herbáceas que van de los 0.30 m hasta los 1.99 m de altura, las cuales no han sido consideradas en los estudios desarrollados en México.
Rzedowski (2006) mencionó en su clasificación de la vegetación acuática y subacuática, que existen comunidades de tular y carrizal, las cuales presentan una distribución cosmopolita, y cuyas asociaciones principales están dominadas por Typha spp. y Cyperus spp. En el área de estudio se registraron en la mayoría de los sitios de muestreo Cyperus involucratus y Typha domingensis.
Las especies Cyperus involucratus y Melinis repens se encuentran reportadas como especies introducidas en México (Mora-Olivo y Villaseñor, 2007; SAGARPA, 2016). En diversos estudios, como los de McCoy-Sulentic y col. (2017) y Wassens y col. (2017), se ha demostrado los efectos que las especies introducidas provocan al ambiente en el que se desarrollan, uno de los principales, es que son responsables de gran número de extinciones. March-Mifsut y Martínez (2007), registraron en su estudio que M. repens es una especie que desplaza a la vegetación nativa y promueve regímenes anómalos de fuego, por lo que es importante realizar más estudios en el noreste de México para conocer la situación de estas especies en el área, y tomar las medidas que sean pertinentes para el control de las mismas.
Estrato alto
La diversidad beta presente en el estrato alto es de intermedia a alta, lo cual coincide con los resultados presentados por Canizales y col. (2010), quienes registraron una diversidad media alta en las áreas estudiadas en una comunidad ribereña en el noreste de México. La alta abundancia de las especies Salix nigra y Leucaena leucocephala es el factor principal de la agrupación de los sitios. La especie Salix nigra ha sido registrada con alta presencia en vegetación ribereña del noreste de México (Treviño y col., 2001), caso contario a la introducida e invasora Leucaena leucocephala, que no ha sido reportada en el noreste de México, pero sí con escasa abundancia en vegetación ribereña del sureste de México (Moreno-Jiménez y col., 2017).
Estrato bajo
La diversidad beta es de baja a intermedia. Gärtner y col. (2015), registraron valores similares en su estudio de patrones compositivos para herbáceas. Del total de las especies reportadas, 10 son introducidas, entre las cuales, Cyperus involucratus y Melinis repens cuentan con presencia en la mayoría de los sitios de muestreo. Espinosa-García y col. (2004), mencionaron que existe una relación positiva entre el tamaño de la población o el disturbio causado por la actividad humana con el número de especies exóticas presentes. Dado que el río Santa Catarina se encuentra inmerso en la mancha urbana, se esperaría que se presenten especies introducidas, como ya ha sido documentado en otras áreas urbanas (Aronson y col., 2017; Grella y col., 2018). El porcentaje de especies exóticas o introducida fue de 16.66 %, valor menor a lo reportado por Aronson y col. (2017), quienes registraron 55 % y 41 % en 2 ríos urbanos de Nueva Jersey, Estados Unidos.
Estrato alto
Los resultados mostraron una distribución de modelo geométrico de tipo discreta, en donde la comunidad vegetal ribereña está conformada por escasas especies muy abundantes, el resto de las especies son prácticamente raras. El modelo supone que las especies difieren marcadamente en su dominancia competitiva, de manera que las especies más abundantes ocupan una fracción grande del nicho y las demás especies se distribuyen en los espacios restantes. Este patrón suele observarse en estadios tempranos de una sucesión o en ambientes desfavorables (Martella y col., 2012). Dicho patrón ha sido documentado en comunidades vegetales regeneradas después de actividades pecuarias (Leal y col., 2018a) y mineras (Marroquín-Castillo y col., 2016). En el caso de esta investigación, la comunidad vegetal ribereña se encuentra en una fase de regeneración natural, donde no se han realizado prácticas de restauración ecológica y aún no llega a ser una comunidad vegetal madura.
Conclusiones
Se concluye que la variación de la vegetación del estrato alto, presenta similitud de intermedia a alta, debido a la alta abundancia de individuos de las especies Salix nigra y Leucaena leucocephala. La vegetación del estrato bajo, presenta una similitud de baja a intermedia, toda vez que existen escasas especies en común en el trayecto evaluado. La composición de la vegetación se encuentra en un estado sucesional secundario, debido a que algunas de las especies con mayor presencia son introducidas, como Leucaena leucocephala y Ricinus communis para el estrato alto, y Cyperus involuratus y Melinis repens para el estrato bajo.