La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (Instituto Nacional de Estadística y Geografía [INEGI], 2022) muestra que un número considerable de la población mexicana se siente insegura en su ciudad. Adicionalmente, se reporta que con frecuencia los adolescentes se involucran en situaciones de violencia en su comunidad como víctimas, testigos o perpetradores (INEGI, 2021). Esta situación muestra la necesidad de ampliar los estudios realizados en México acerca de los factores asociados y las consecuencias para los adolescentes de la exposición a la violencia en la comunidad. Para alcanzar este objetivo es necesario que los investigadores dispongan de escalas con evidencias de validez y fiabilidad sólidas que les permitan hacer inferencias sustentadas acerca del constructo.
Exposición a la violencia en la comunidad
La violencia en la comunidad se manifiesta en agresiones públicas hacia las personas o sus bienes que ocurren en el vecindario o la ciudad de los individuos (Kennedy & Ceballo, 2014). Este tipo de violencia se presenta en forma directa, cuando los individuos son víctimas de agresiones hacia sí mismos o sus bienes o en forma indirecta al ser testigos de agresiones hacia otros en su comunidad (DeCou & Lynch, 2017). La evidencia empírica muestra que la exposición a la violencia en la comunidad se asocia con problemas de conducta y emocionales en los adolescentes. Por ejemplo, diversos estudios constatan que la exposición a la violencia en la comunidad se relaciona positivamente con la desensibilización a la violencia, las actividades antisociales y el acoso escolar en adolescentes (Chaux et al., 2012; Yearwood et al., 2021). Adicionalmente, en los adolescentes expuestos a altos niveles de violencia en la comunidad se reportan problemas de salud mental como el estrés postraumático, carencias en la regulación emocional, ansiedad y depresión (Heleniak et al., 2018; Yearwood et al., 2021).
Medición de la exposición a la violencia en la comunidad
El desarrollo de escalas para medir exposición a la violencia en la comunidad toma importancia a principios de la década de los noventa. Sin embargo, no existe acuerdo en lo relativo las dimensiones de este constructo. Aunque en general los autores consideran los constructos de victimización directa e indirecta, incluyen como dimensiones de la victimización indirecta el ser testigo o conocer sobre eventos violentos en la comunidad (Richters & Martinez, 1993). Otros autores consideran dividen la violencia directa en dimensiones tales como la violencia traumática y no traumática (ej., Flowers et al., 2000). Sin embargo, la mayor parte de las escalas consideran un modelo de dos dimensiones: violencia directa e indirecta (DeCou & Lynch, 2017; Hardaway et al., 2016; Schwartz & Proctor, 2000).
Las primeras escalas para medir la exposición a la violencia en la comunidad fueron desarrolladas con poblaciones infantiles y adolescentes de Estados Unidos (Hardaway et al., 2016; Richters & Martinez, 1993; Schwartz & Proctor, 2000). Estas escalas han sido ampliamente utilizadas y se han adaptado para estudiar poblaciones de diferentes orígenes étnicos en Estados Unidos y Europa (Bacchini et al., 2011; Esposito et al., 2017; Phan et al., 2020). En Latinoamérica, también se han desarrollado o adaptado escalas para medir el constructo (De Assis et al., 2013; Chaux et al., 2012; Zavaschi et al., 2002). Aunque estas escalas son ampliamente usadas por los investigadores, hasta donde conocemos no existen evidencias robustas de la validez de su estructura interna, discriminante o de su relación con variables externas.
En México, Orozco et al. (2020) reportan una adecuada fiabilidad de la Escala de Victimización desarrollada por Ruiz (2007) para medir exposición directa e indirecta a la violencia en la comunidad en estudiantes universitarios de México. Sin embargo, no existen reportes de evidencias de validez de esta escala. Adicionalmente, cuenta con un formato de respuesta dicotómica (Sí o No), que no permite diferenciar la frecuencia con que presenta este problema.
En otro estudio, Galán et al. (2018), validaron el Cuestionario de Exposición a la Violencia en Niños y Adolescentes para medir exposición a la violencia directa e indirecta en adolescentes mexicanos y conformada por siete ítems. Los autores reportan evidencias de validez de la estructura interna bidimensional del constructo mediante un análisis factorial exploratorio y confirmatorio; sin embargo, los autores, no diferencian entre la exposición a la violencia en la comunidad, de la que ocurre en contextos escolares, familiares y virtuales.
Diferencias por sexo en la exposición a la violencia en la comunidad
La evidencia empírica acerca de diferencias en los niveles de exposición a la violencia en la comunidad en ambos sexos es contradictoria. En lo relativo a la violencia indirecta, diversos estudios reportan mayores niveles de exposición a ésta en los individuos de sexo femenino (Koposov et al., 2021; Löfving et al., 2018), mientras que otros constatan mayor prevalencia en el sexo masculino (Bountress et al., 2021; Schwartz et al., 2021). En otras investigaciones no se confirman diferencias significativas entre ambos sexos en la exposición a violencia indirecta en la comunidad (Gaylord et al., 2011; Javdani et al., 2014). Respecto a la exposición directa a la violencia en la comunidad, los resultados de estudios realizados en diversas poblaciones (anglosajonas, asiáticas, africanas y latinoamericanas) son consistentes en reportar que los individuos de sexo masculino presentan mayores niveles de victimización en su comunidad (Ceballo et al., 2021; Falconer et al., 2021). Sin embargo, en la revisión de literatura no se encuentran encontraron estudios acerca de la invariancia de medida de las escalas para medir el constructo en ambos sexos, lo cual no permite precisar con claridad si los resultados se deben a diferencias en el constructo en ambos grupos o a sesgos de medición (Putnick & Bornstein, 2016).
Relación con variables externas
En el modelo de adaptación patológica (PAM; Ng-Mak et al., 2002) se considera que la exposición reiterada a la violencia produce una desensibilización a la misma que si bien disminuye la sintomatología psicológica, incrementa los niveles de violencia. Los autores sostienen que la desensibilización a la violencia reduce la reacción a la violencia, con la consecuente disminución de síntomas de ansiedad y estrés. Sin embargo, esta disminución de la respuesta emocional disminuye si inhibición a involucrarse en conductas violentas, ya que es menos afectado por las implicaciones morales negativas de su implicación en este tipo de conducta.
Con base en este modelo se considera que la frecuencia de la exposición a la violencia en la comunidad se relaciona positivamente con el acoso escolar. Estudios empíricos constatan la relación positiva entre ambas variables (Azeredo et al., 2023; Esposito et al., 2022).
El presente estudio
Para atender las limitaciones señaladas en la medición de la exposición a la violencia en la comunidad, en el presente estudio se reporta el diseño y propiedades psicométricas de la escala Exposición a la Violencia en la Comunidad en Adolescentes (EVC-A) en población mexicana. Para este fin se realizan los siguientes análisis: (a) validez de contenido de la escala mediante el juicio de expertos, (b) validez de la estructura interna propuesta de dos factores de primer orden (exposición directa e indirecta a la violencia), (c) evidencia de validez discriminante de las dos dimensiones de la escala, (d) invariancia de medida de la escala en ambos sexos y (e) validez concurrente de la escala mediante su relación con el acoso y la victimización por pares.
Método
Participantes
Participaron en el estudio 598 estudiantes (M = 13.23 edad, DE = 0.96) de cinco escuelas secundarias públicas urbanas de un municipio del noroeste de México, 313 (51%) del sexo masculino y 285 (47%) del femenino. Del total, 34% cursaban el primer grado de secundaria, 27% el segundo y 39% el tercero. Similar a la mayor parte de las escuelas públicas de México, las instituciones involucradas en el estudio atienden a estudiantes de diversos niveles socioeconómicos.
Instrumentos
Exposición a la violencia comunitaria. Para el desarrollo de la escala para medir Exposición a la Violencia en la Comunidad en Adolescentes (EVC-A) se siguieron varias fases. En primer lugar, se realizaron tres grupos focales, el primero incluyo a 18 estudiantes de secundaria (9 del sexo masculino y 9 del femenino), el segundo a 10 docentes (7 del sexo femenino y 3 del masculino) y el tercero a 10 padres de familia (8 padres y 2 padres) que atendieron de forma voluntaria la invitación a participar en los mismos. Los participantes de los grupos focales debatieron de manera abierta durante aproximadamente una hora en cada caso. Antes de comenzar la sesión se les presentó una definición del constructo exposición a la violencia a la comunidad: “Agresiones de que se es objeto o que se observa que son objetos otras personas en su colonia, barrio o ciudad”. Después se les indicó que discutieran acerca de los tópicos siguientes: (a) ¿Qué tipos de violencia han experimentado personalmente en el último año en su comunidad?, y (b) ¿Qué tipo de violencia observan que experimentan otras personas en su comunidad? A partir del análisis de las respuestas se desarrollaron 10 ítems en formato tipo Likert con opciones de respuesta desde 0 (Nunca) hasta 4 (Siempre), donde se indagó acerca de la frecuencia con que se experimenta la violencia indirecta en su comunidad (vecindario o ciudad) (8 ítems), que implica ser testigos de hechos violentos en su comunidad hacia otras personas (ej., He visto a alguien apuntar un arma a otra persona); y la violencia directa (7 ítems), involucra ser víctima directa de hechos violentos en su comunidad (ej., Me han amenazado verbalmente).
Acoso y victimización por pares. Se utilizó el Cuestionario Europeo del Proyecto de Intervención en Bullying (EBIPC; Ortega-Ruiz et al., 2016). Esta escala se conforma por 12 ítems en formato de respuesta tipo Likert (0 = Nunca hasta 4 = Siempre) que miden agresión (6 ítems), y victimización en los últimos dos meses. Del total de ítems, seis cuestionan a los estudiantes acerca de la frecuencia con que agreden a sus compañeros (ej., He insultado y dicho groserías a otro estudiante, Coeficiente McDonald’s Omega ω = .82, varianza media extractada VME = .55) y seis indagan en la frecuencia con de victimización por pares (ej., Me han golpeado, pateado o empujado, ω = .84, VME = .54). El análisis factorial confirmatorio muestra que el modelo se ajusta a los datos (SBX2 = 97.49, gl = 50, p < .001; CFI = .99; TLI = .99; RMSEA = .05, IC 90% [.04, .07]); SRMR = .07).
Procedimiento
El estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional Autónoma de México. Se obtuvo consentimiento por escrito de los padres o tutores para que los estudiantes contestarán los cuestionarios. A los estudiantes cuyos padres firmaron el consentimiento informado se les explicó el objetivo del estudio y se les pidió su participación voluntaria en el mismo. Se les garantizó a los estudiantes la confidencialidad de la información proporcionada.
Análisis de datos
Validez de contenido
La versión inicial del cuestionario se sometió a juicio de seis expertos (2 investigadores, 2 docentes y 2 padres de familia) que evaluaron la relevancia de los ítems en una escala que oscila entre 1 = no relevante hasta 4 = muy relevante). Basados en la literatura, se incluyeron en el estudio los ítems con un índice de validez de contenido mayor o igual a .80 (Wynd et al., 2003).
Evidencia de validez relacionada con la estructura interna
Los valores perdidos, menores al 3% en todas las variables, se trataron con el método de imputación múltiple disponible en el SPSS 25. Se calculó la media, desviación estándar, asimetría y curtosis de los ítems. La normalidad univariada implica valores de asimetría y curtosis entre -1 y 1. En la literatura se sugiere que un valor de asimetría menor que 3 y de curtosis menor que 7 no afectan de forma importante las estimaciones (Finney & DiStefano, 2013).
Dado que la teoría es robusta acerca de la existencia de un modelo de dos dimensiones para medir la exposición a la violencia en la comunidad, se decidió calcular directamente un modelo confirmatorio. El análisis factorial confirmatorio (AFC) se realizó con apoyo del software JASP 17.1. Atendiendo al nivel de medida ordinal de los ítems se utilizó el método de estimación mínimos cuadrados ponderados diagonalizados (DWLS) (Bandalos & Finney, 2019). Se consideraron como índices de ajuste del modelo: Satorra-Bentler Chi cuadrada con probabilidad asociada > .05, índice de ajuste comparativo (CFI) ≥ .95, Tucker-Lewis índice ≥ .95, error de la raíz cuadrada de la media de aproximación (RMSEA) ≤ .08 y la raíz del residuo cuadrático promedio estandarizada (SRMR) ≤ .08 (Brown, 2015).
Evidencias de fiabilidad
La fiabilidad de la escala se examinó con el coeficiente Omega de McDonald (ω) y la varianza media extractada (VME). Se consideraron valores de ω ≥ .70 y VME ≥ .50 como indicadores de fiabilidad aceptable (Hair et al., 2017; Peterson & Kim, 2013).
Evidencia de validez discriminante
La validez discriminante de las dos dimensiones muestra que son constructos distintos. Se asume la presencia de validez discriminante cuando la correlación al cuadrado (R ² ) entre las escalas es menor al porcentaje de la varianza extractada para cada dimensión (Fornell & Lacker, 1981).
Invariancia de medición por sexo
La medición de la invariancia por sexo se examinó utilizando un análisis multigrupo. Se analizó la invariancia de varios modelos anidados: configural, métrico y escalar. En el modelo configural se examinó la consistencia de la estructura interna del modelo en ambos grupos sin establecer restricciones. Posteriormente, se agregó la restricción referida a la igualdad de los pesos factoriales en ambos grupos (invariancia métrica). Por último, se incluyó la restricción referida a los interceptos de los ítems (invariancia escalar). En cada caso se consideraron indicadores de invariancia, diferencias en SBX² (ΔSBX²) con una p asociada < .05, diferencia en el CFI (ΔCFI) menor a .01 y diferencia en RMSEA (ΔRMSEA) es menor a .015 (Putnick & Bornstein, 2016).
Comparación de medias latentes
Si la invariancia escalar es confirmada, se procede a calcular la diferencia de medias latentes en ambos sexos. Los estudiantes de sexo masculino se tomaron como el grupo de referencia asignándole el valor de cero. Se consideró que un valor de d de Cohen > .20 es indicador de un efecto pequeño, d > .50 mediano y d > .80 grande.
Evidencia de validez basada en la relación con variables externas
La evidencia de validez concurrente se examinó mediante el análisis de la correlación entre la escala de exposición a la violencia en la comunidad con el acoso y victimización por pares, fue calculada utilizando el coeficiente de correlación de Spearman. Funder y Ozer (2019), sugieren que una r > .10 implica un efecto pequeño, una r > .20 mediano y una r > .30 grande.
Resultados
Análisis descriptivos
En la Tabla 1 se reportan los resultados de los análisis descriptivos de los ítems de la escala. Las medias de los ítems se sitúan en las categorías “casi nunca” y “nunca”, lo que indica que las experiencias de violencia en la comunidad no son frecuentes. Los valores de asimetría y curtosis señalan que los datos no presentan normalidad univariada. El índice de validez de contenido fue mayor a .80 en todos los ítems, lo que sugiere que los expertos los consideran pertinentes.
Tabla 1 Media, desviación estándar, asimetría y curtosis de los ítems de la escala Exposición a la Violencia en la Comunidad
M | DE | Asimetría | Curtosis | ICV | |
1. He visto que alguien es golpeado (a) | 1.52 | 1.18 | 0.35 | -0.53 | .90 |
2. He visto que alguien es lastimado (a) gravemente | 1.18 | 1.16 | 0.74 | -0.28 | .82 |
3. He visto que a alguien le apuntan con un arma de fuego | 0.66 | 1.12 | 1.71 | 1.95 | .80 |
4. He tenido que correr a esconderme cuando algunas personas comenzaron a disparar | 0.96 | 1.22 | 1.06 | 0.04 | .84 |
5. He visto que a alguien lo (a) amenazan con un cuchillo o navaja | 0.75 | 1.07 | 1.28 | 0.72 | .82 |
6. He visto a alguien recibir un disparo | 0.58 | 1.05 | 1.87 | 2.71 | .88 |
7. He visto a alguien ser atacado (a) con un cuchillo o navaja | 0.47 | 0.92 | 2.10 | 3.85 | .81 |
8. He visto a alguien ser asesinado | 0.47 | 0.92 | 2.17 | 4.44 | .84 |
9. Me han apuntado con un arma de fuego | 0.16 | 0.62 | 4.52 | 21.33 | .85 |
10. Me han disparado | 0.08 | 0.42 | 6.23 | 42.52 | .80 |
11. Me han amenazado con un cuchillo o navaja | 0.25 | 0.70 | 3.37 | 12.07 | .89 |
12. Me han atacado con un cuchillo o navaja | 0.16 | 0.58 | 4.23 | 18.96 | .82 |
13. Me han pegado | 0.96 | 1.09 | 0.97 | 0.23 | .85 |
14. Me han amenazado verbalmente | 0.99 | 1.15 | 1.03 | 0.22 | .86 |
15. Me han quitado mis pertenencias por la fuerza | 0.61 | 1.03 | 1.68 | 2.05 | .88 |
Nota. ICV= índice de validez de contenido
Evidencia basada en la estructura interna
Los resultados del análisis factorial confirmatorio muestran un ajuste adecuado del modelo de medición de dos factores de primer orden a los datos (SBX2 = 122.85, gl = 87, p = .007; CFI =. 99; TLI = .98; RMSEA = .062, IC 90% [.055, .070]); SRMR = .08). Como se observa en la Figura 1, las cargas factoriales son significativas (p < .001) con valores que oscilaron entre .54 y .86 (ver Figura 1).
Evidencia de fiabilidad
Los resultados obtenidos en los factores: violencia indirecta (ω = .87, IC 95% [.85, .88]; VME = .59) y violencia directa (ω = .72, IC 95% [.68, .75]; =, VME = .52) sugieren una adecuada fiabilidad de los puntajes de ambas dimensiones.
Evidencias de validez discriminante y concurrente
Los resultados muestran que la raíz cuadrada de la correlación (R ² ) entre los dos factores de la escala es menor a la VME de cada una de ellas. Esto sugiere que las dimensiones de la escala de exposición a la violencia en la comunidad presentan una adecuada evidencia de validez discriminante.
Con respecto a la validez concurrente, como se esperaba, ambas dimensiones de la escala de exposición a la violencia en la comunidad (indirecta y directa) se relacionan de manera positiva con las escalas de acoso y victimización entre pares. Los valores de las correlaciones indican un tamaño de efecto de mediano (r > .20) a alto (r > .30) (ver Tabla 2).
Tabla 2 Correlación entre exposición a la violencia en la comunidad, acoso y victimización
1
VME = .59 |
2
VME = .52 |
3 | 4 | |
1. Violencia indirecta | - | |||
2. Violencia directa | .66*** (.43) | - | ||
3. Agresión | .38*** | .47*** | - | |
4. Victimización | .35 *** | .53*** | .58*** | - |
Nota. La raíz cuadrada de las correlaciones se reporta entre paréntesis (R²). ***p < .001.
Análisis de la invarianza de medida por sexo
El modelo configural se ajustó de forma adecuada en ambos grupos (SBX2 = 204.96, gl = 174, p = .005; SRMR = .06; CFI = .99; TLI = .93; RMSEA = .05, 90% CI [.03, .07]). Se confirmó la invariancia métrica, lo que implica que las cargas factoriales fueron similares ambos sexos. Finalmente, se verificó la invariancia escalar (equivalencia en los interceptos de los ítems) (ver Tabla 3).
Comparación de medias latentes
Para la comparación de medias latentes por sexo se tomó como referencia al grupo de los hombres, asignando un valor de media latente igual a cero. Tanto en la violencia indirecta (ΔM = -.024, Z = -2.38, p = .017, d de Cohen = 0.53) como en la directa (ΔM = -0.28, Z = -2.82, p = .005, d de Cohen = 0.62) la media de las mujeres fue menor a la de los hombres, lo que implica que se encuentran menos expuestas a ambos tipos de violencia. El tamaño del efecto indica que estas diferencias tienen implicaciones teóricas y prácticas.
Discusión
Contar con escalas psicométricamente robustas para medir la violencia en la comunidad es necesario para el estudio de las variables antecedentes y las consecuencias de este problema en los adolescentes. En este contexto, el estudio se propone diseñar y evaluar las propiedades psicométricas de la escala de exposición a la violencia en la comunidad en adolescentes mexicanos. De los resultados del estudio se infiere que la escala de EVC-A es un instrumento psicométricamente robusto para medir el constructo en adolescentes mexicanos.
Dimensionalidad del modelo
El análisis de la estructura interna confirmo un buen ajuste a los datos del modelo de dos factores de la escala de exposición a la violencia en la comunidad (violencia indirecta y violencia directa), lo cual coincide con los modelos bidimensionales propuestos en escalas anteriores (Esposito et al., 2017; Hardaway et al., 2016; Richters & Martinez 1993). Por otro lado, los resultados del análisis de la validez discriminante justifican la medición de cada dimensión por separado. Se recomienda a futuros estudios analizar los antecedentes y efectos en el desarrollo de los adolescentes de ambas formas de exposición a la violencia.
Invariancia por sexo
La escala de exposición a la violencia en la comunidad para adolescentes confirmó ser invariante en los adolescentes de ambos sexos. En otras palabras, la escala es una medida psicométricamente equivalente en los y las adolescentes. Por lo tanto, es posible considerar que la diferencia en las respuestas entre estos grupos se debe a diferencias en su comportamiento y no a un sesgo de medición.
El resultado del análisis de la diferencia de medias latentes para las dos dimensiones de la escala (violencia indirecta y violencia directa), demostró que las puntuaciones medias de los hombres son significativamente más altas que las de las mujeres en ambas dimensiones. Estos resultados son consistentes con la literatura (Bountress et al., 2021; Schwartz et al., 2021). Aunque son necesarios más estudios en adolescentes mexicanos para examinar las variables culturales y psicológicas relacionadas con estas diferencias.
Validez externa
Consistente con investigaciones previas, los resultados indicaron que las dos dimensiones de la exposición a la violencia en la comunidad (indirecta y directa) se relacionan positivamente con la agresión y la victimización por pares (Esposito et al., 2022). El tamaño del efecto de las correlaciones sugiere consecuencias explicativas y prácticas de estas relaciones a corto y largo plazo. En general, los hallazgos subrayan la importancia de considerar a la exposición a la violencia en la comunidad como un factor esencial en la prevención del acoso.
Implicaciones teóricas y prácticas
Este estudio demuestra que la exposición a la violencia de manera directa e indirecta son dimensiones esenciales en la medición de la violencia a la comunidad. Desde el punto de vista práctico constituye un instrumento que puede ser utilizado por los investigadores en la medición del constructo en adolescentes. Adicionalmente, sugieren que la disminución de la exposición de los adolescentes a la violencia en la comunidad debe ser considerada en los programas de prevención del acoso escolar. Finalmente, muestran que los estudiantes del sexo masculino se encuentran más expuestos a la violencia en la comunidad, lo cual, implica que los programas de prevención deben hacer énfasis en este grupo.
Limitaciones
Si bien el estudio aporta a la medición del constructo, presenta limitaciones que es importante señalar. Primero, la escala es una medida de autorreporte de exposición a la violencia en la comunidad, lo que implica que las respuestas de los estudiantes pueden ser influenciadas por la deseabilidad social. Considerando lo anterior, se recomienda utilizar diversos métodos de medición. Segundo, los estudiantes fueron seleccionados de escuelas públicas de un municipio del noroeste de México. Se sugiere realizar estudios de validación cruzada de la escala en adolescentes de diversos contextos culturales a lo largo de México. Así mismo, se recomiendan r estudios transculturales que involucren adolescentes de otros países. Finalmente, el estudio utiliza un diseño transversal, que no permite evaluar la invariancia longitudinal del constructo.