La adolescencia es una construcción social a partir de un hecho biológico, donde la cultura puede eclipsar e imponerse a lo biológico. Esto significa que puede ser vivida en forma muy diferente ya que diversas circunstancias pueden contribuir a que los adolescentes enfrenten su propio proceso de desarrollo con mayor o menor dificultad y estrés (Mendoza Berjano, 2009). Es una etapa de crecimiento personal y oportunidades y también implica afrontar situaciones difíciles (Vinaccia et al., 2007), por ello, los comportamientos de riesgo (consumo de sustancias adictivas, violencia, inicio temprano de actividad sexual, prácticas sexuales sin protección e infecciones de transmisión sexual, entre otras) son especialmente críticos en esta etapa, e incluso se ha señalado que la adolescencia es una edad de vulnerabilidad y de mayor exposición ante el crimen y múltiples formas de violencia como la explotación sexual, la trata y el matrimonio temprano (UNICEF, 2018).
En México, las y los adolescentes mexicanos tienen realidades culturales, económicas y sociales diferentes por lo que sus necesidades son diversas y las intervenciones que se realicen deberán responder a estas diferencias y particularidades. Por ello, la adquisición de habilidades para la reducción de riesgos y el fomento de factores y competencias protectoras durante la adolescencia es considerado primordial en esta etapa de la vida (Secretaría de Salud, 2020). La teoría de la resiliencia proporciona un marco conceptual para comprender por qué algunos adolescentes pueden desarrollarse como adultos saludables a pesar de estar expuestos a graves riesgos (Zimmerman, 2013). Aunque no se encuentra un consenso en su definición, los autores sí parecen estar de acuerdo en que la resiliencia es un mecanismo eficaz frente a situaciones adversas (Fergus & Zimmerman, 2005; Lozano-Díaz et al., 2020; Zimmerman, 2013). En este trabajo se parte de considerar a la resiliencia como resultado de “la combinación y/o interacción entre los atributos del individuo (internos) y su ambiente familiar, social y cultural (externos) que los posibilitan a superar el riesgo y la adversidad de forma constructiva” (González-Arratia & Valdez, 2013, pág. 943). En esta línea de la resiliencia como proceso dinámico el modelo ecológico-transaccional resulta útil (González-Arratia et al., 2019; Rutter, 1999; Uriarte, 2005) ya que se considera que el individuo está inmerso en un contexto ecológico de diferentes niveles que interactúan entre sí que afectan su desarrollo. Por tanto, la resiliencia “se construye en el proceso de interacción sujeto-contexto que incluye tanto a las reacciones sociales como los procesos intrapsíquicos que en conjunto permiten tener una vida normal en un contexto patógeno” (Uriarte, 2005, pág. 66). En esta perspectiva, el interés consiste en identificar los factores en los diversos niveles, personales, familiares y sociales, que resultan protectores y que favorecen comportamientos resilientes ante la adversidad o el riesgo. Los factores protectores son de dos tipos: los activos, que están dentro del individuo, y los que están fuera del individuo, como el apoyo de los padres y del grupo de iguales (Corchado et al., 2017; Fergus & Zimmerman 2005).
La evidencia empírica señala que la resiliencia en adolescentes se relaciona estrechamente con factores del mesosistema, como el apoyo social proveniente de los contextos familiares, de amigos y maestros (Coppari et al., 2018; García & Díez Canseco, 2020; González-Arratia et al., 2008; 2011a; 2019; Morales & Díaz, 2011), incluso en adolescentes privados de su libertad (Ramírez, 2008; Vargas Sánchez et al., 2020). Entre los factores internos o activos asociados a la resiliencia se encuentra la autoestima, particularmente es situaciones adversas o negativas como la pobreza o el embarazo adolescente (González-Arratia et al., 2017; Gökmen, 2016; Monterrosa-Castro, et al., 2018; Palomar, 2015; Toribio et al., 2018; Ulloque-Camaño et al., 2015); una baja autoestima se relaciona con dificultades para adaptarse a situaciones adversas (Montes-Hidalgo & Tomás-Sábado, 2016)
La regulación emocional o capacidad de individuo para regular sus propias emociones (English, et al., 2013) también ha evidenciado su relación con la resiliencia (Bojórquez et al., 2019; Carretero, 2018; Limonero et al., 2012; Meléndez et al., 2019) ya que permite a los individuos la adaptación a contextos relacionales y situacionales (Velosso et al., 2018) a través de modificar la experiencia emocional subjetiva, la respuesta fisiológica, expresión verbal y no verbal y conductas manifiestas (Moreta-Herrera et al., 2017). Asimismo, las habilidades sociales, que refieren al comportamiento social adecuado a través de expresar sentimientos negativos y defender los propios derechos (Caballo, 1991), actúan como factores internos protectores del desarrollo de conductas disruptivas durante la adolescencia, mostrando relación con la resiliencia (González Moreno & Molero-Jurado, 2022; Santana et al., 2018; Sosa & Salas-Blas, 2020).
Los estudios sobre resiliencia han encontrado diferencias respecto al sexo, donde las mujeres puntúan más alto en el factor protector externo en tanto que los hombres en el factor protector interno (Coppari et al., 2018; González-Arratia et al., 2011a; González-Arratia, et al., 2012; González-Arratia & Valdez, 2013; González-Arratia et al., 2011b). De acuerdo con Morales y Díaz (2011), en un estudio con adolescentes mexicanos, las mujeres son quienes perciben mayor apoyo social y familiar lo cual se asocia a mayor resiliencia, en tanto que los hombres muestran más recursos resilientes al ser más independientes. Márquez et al. (2018) señalan que las mujeres obtienen puntajes mayores que los hombres en resiliencia global, así como en seis de siete disposiciones resilientes medidas. En adolescentes del Estado de México privados de su libertad las mujeres tienden a ser más resilientes que los hombres. Por su parte, Ramírez-Osorio y Hernández-Mendoza (2012) encuentran un mayor grado de resiliencia en los varones vs. mujeres adolescentes en situación de pobreza.
Dado que diversos estudios han mostrado el importante papel que juega la resiliencia en el desarrollo durante la adolescencia debido a que constituye un factor que permite a los individuos responder a los retos y desafíos de esta etapa, el objetivo de este estudio es describir la relación entre factores personales, como la asertividad considerada una de las habilidades sociales más importantes, la autoestima, para muchos pilar de la personalidad y la regulación emocional, y factores del contexto, como el apoyo familiar y el apoyo social en la resiliencia en adolescentes del sureste de México.
Método
Participantes
1322 alumnos, seleccionados mediante un muestro no probabilístico por cuota, de escuelas secundarias y de bachillerato públicas de la Ciudad de Mérida, Yucatán, México. 644 hombres y 678 mujeres, con una media de edad de 14.64 años y una desviación estándar de 1.88; asimismo, 702 se encontraban estudiando la secundaria y 620 el bachillerato. Todos vivían en familias nucleares, con mamá y papá y en su caso hermanos.
Instrumentos
Escala Multidimensional de Asertividad (EMA). Versión corta desarrollada por Flores y Domínguez (2019 en Flores & Díaz Loving, 2019), los valores obtenidos en el análisis confirmatorio para la versión corta de la EMA fueron: CMIN = 710.64, grados de libertad = 344, CMIN/GL = 2.06; RMR = 0.81; RMSEA = 0.026; CFI = 0.94; GFI = 0.946; TLI = 0.927. Consta de 15 afirmaciones tipo Likert de cinco opciones de respuesta que va de totalmente de acuerdo a totalmente en desacuerdo de 1 a 5; está constituida por tres dimensiones de 5 reactivos cada una de ellas: 1) Asertividad definida como la habilidad del individuo para expresar sus limitaciones, sentimientos, opiniones, deseos, derechos, dar y recibir alabanzas, hacer peticiones y manejar la crítica (alfa = .80); 2) Asertividad indirecta mide la inhabilidad del individuo para tener enfrentamientos directos cara a cara con otras personas en situaciones cotidianas o de trabajo ya sea con familiares, amigos, jefes y compañeros de trabajo, llevándolo por lo tanto a expresar sus opiniones, deseos, sentimientos, peticiones, limitaciones personales, realizar peticiones, a decir no, a dar y recibir alabanzas y a manejar la crítica por medio de cartas, teléfono, etc. (alfa = .86) ; y 3) No asertividad que se refiera a la inhabilidad del individuo para expresar sus deseos, opiniones, sentimientos, limitaciones, alabanzas, iniciar la interacción con otras personas y manejar la crítica (alfa = .85).
Escala de Autoestima. Elaborada por Rosenberg (1965) y validada en México por Jurado et al. (2015). Consta de 10 reactivos en un formato tipo Likert de cuatro opciones de respuesta, cinco reactivos redactados en forma positiva y cinco reactivos en forma negativa. Los resultados mostraron un alfa de Cronbach de 0.79 y el análisis confirmatorio un buen ajuste a dos factores (x2 = 57.68; gl = 19, p = 0.00, RMSEA = 0.044, RFI = 0.95, IFI = 0.98, TLI = 0.97 y CFI = 0.98).
Escala de Regulación Emocional. Fue elaborada por Gross y John (2003). Consta de 10 reactivos tipo Likert de 5 opciones de respuesta que van de totalmente de acuerdo a totalmente en desacuerdo, que se refieren a la habilidad de manejar y modificar las reacciones emocionales con la finalidad de alcanzar un objetivo mediante dos estrategias: 1) Reevaluación cognoscitiva: Revalorando la situación para generar una emoción que cambie el impacto sobre la experiencia emocional (alfa = .81) y 2) Supresión emocional: Suprimiendo o inhibiendo la conducta expresiva emocional (alfa = .74).
Escala de Apoyo Social Familiar y Amigos (AFA-R) (González & Landero, 2014). Consta de 14 ítems en un formato tipo Likert con 5 alternativas de respuesta (1 a 5), es decir, de “nunca” a “siempre”. Los autores reportan una estructura bifactorial un alfa de Cronbach total de .918. Mide dos dimensiones: 1) Apoyo de la familia (7 ítems, alfa de Cronbach .923) y 2) Apoyo de los amigos (7 ítems, alfa de Cronbach .895).
Escala de Resiliencia. Para medir resiliencia se utilizó la Escala de Resiliencia (READ Resilience Scale for Adolescents) (Hjmendal et al., 2006) validada para México por Ruvalcaba-Romero et al., (2015) consta de 28 ítems tipo Likert con cinco opciones de respuesta (5 totalmente de Acuerdo a 1 totalmente en Desacuerdo) que mide cinco dimensiones: Cohesión familiar (α = .84), Competencia social (α = .73), Competencia personal (α =.64), Recursos sociales (α= .71) y Orientación a metas (α = .60). Las dimensiones son: 1) La cohesión familiar mide el nivel en que los valores son compartidos; el apoyo social y la capacidad de la familia para mantener una relación positiva; 2) La competencia social hace referencia a la extraversión, habilidades sociales, buen humor, capacidad para iniciar conversaciones y flexibilidad en los entornos sociales; 3) El factor de Competencia Personal mide los niveles individuales de autoestima, autoeficacia, autoaceptación, esperanza, determinación, realista, orientación a la vida, y la capacidad de seguir diariamente rutinas, así como también para planificar y organizar; 4) El factor Recursos Sociales evalúa la percepción sobre el acceso y la disponibilidad de apoyo externo, tal como sería el de un amigo y 5) Orientación a las metas mide la capacidad y la claridad que tiene e individuo sobre los objetivos y metas que plantea en su vida.
Procedimiento
La administración del instrumento se realizó en las escuelas secundarias y de bachillerato públicas de la ciudad de Mérida, Yucatán, México en 2019. Los jóvenes respondieron los instrumentos en sus salones de clases, durante la aplicación se dieron las instrucciones pertinentes, ante la presencia de sus profesores. Se solicito el consentimiento para realizar la investigación a la Secretaría de Educación, una vez obtenido, se contactó a los directivos de cada plantel para su autorización y consentimiento informado para el levantamiento del trabajo de campo. A los participantes se les explicó la naturaleza y objetivo del estudio, se les informó de la confidencialidad y el anonimato de sus respuestas, así como también que el análisis se realizaría de manera grupal y con fines de investigación. La participación en el estudio fue voluntaria y en todo momento se siguieron los lineamientos ofrecidos en las normas del Código Ético del Psicólogo de la Sociedad Mexicana de Psicología (2007).
Análisis de datos
El análisis estadístico se realizó a través del Paquete Estadístico SPSS (Statistical Package for Social Sciences) en su versión 23.0, en primer lugar se verifico la consistencia interna de las pruebas a través del coeficiente Alfa de Cronbach, asimismo, con el objetivo de describir cada uno de los factores de las escalas utilizadas, se realizó un análisis descriptivo por medio de las medidas de tendencia central (medias) y dispersión (desviación estándar), también se realizó una análisis de diferencias por sexo para cada una de las dimensiones de los instrumentos utilizados por medio de la prueba t de student y la d de Cohen para determinar el tamaño del efecto, los cuales tuvieron distintos efectos en función de las diferencias por sexo (.20 ≤ .50 efecto bajo; .50 ≤ .80 efecto mediano; ≥ .80 efecto alto).
Finalmente, para conocer los mejores predictores de la resiliencia, se realizó un análisis de regresión lineal múltiple (paso a paso) para hombres y mujeres, para cada uno de las dimensiones de la resiliencia, dicho análisis se considera adecuado cuando se tiene una variable dependiente y varias variables independientes (Montero, 2016).
Resultados
El análisis descriptivo mostró que la media más alta en la escala de asertividad fue el factor de asertividad (M = 3.84), en la escala de autoestima, la dimensión autoestima positiva obtuvo la media más alta (M = 3.77), asimismo, el factor de reestructuración cognoscitiva obtuvo la media más alta (M = 3.74) en la escala de regulación emocional. En cuanto al apoyo social la media más alta se encontró en el factor de apoyo amigos (M = 4.0). Por último, para la resiliencia, se encontró que todos los factores que obtuvieron una media por arriba de la media teórica, sin embargo, sobresalen los factores: recursos sociales (M = 4.19) y orientación a metas (M = 4.18) (ver Tabla 1).
Factores | N | M | DE | Media teórica | Alfa de Cronbach |
---|---|---|---|---|---|
Escala Multidimensional de asertividad | |||||
Asertividad Indirecta | 1273 | 2.60 | .92 | 3 | .74 |
No Asertividad | 1272 | 3.03 | .90 | 3 | .71 |
Asertividad | 1248 | 3.84 | .75 | 3 | .71 |
Escala de Autoestima | |||||
Autoestima positiva | 1285 | 3.77 | .75 | 3 | .71 |
Autoestima negativa | 1288 | 2.78 | 1.00 | 3 | .79 |
Escala de Regulación Emocional | |||||
Reevaluación cognoscitiva | 1279 | 3.74 | .76 | 3 | .77 |
Supresión emocional | 1283 | 2.97 | .91 | 3 | .66 |
Escala de Apoyo Social Familiar y Amigos | |||||
Apoyo Familia | 1273 | 3.90 | .97 | 3 | .91 |
Apoyo Amigos | 1272 | 4.00 | .83 | 3 | .89 |
Escala de Resiliencia | |||||
Cohesión familiar | 1278 | 3.98 | .65 | 3 | .85 |
Competencia social | 1286 | 3.71 | .84 | 3 | .78 |
Competencia personal | 1279 | 3.76 | .78 | 3 | .69 |
Recursos sociales | 1289 | 4.19 | .76 | 3 | .79 |
Orientación a metas | 1314 | 4.18 | .79 | 3 | .77 |
El análisis de diferencias por sexo mostró diferencias significativas para el caso de la escala multidimensional de asertividad en los factores de no asertividad (t(1270) = -2.07; p = .03) y asertividad (t(1246) = -2.27; p = .02) en donde para ambos factores las mujeres son las que obtienen las medias más altas. Para el caso de la autoestima, se encontraron diferencias en el factor de autoestima positiva (t(1283) = 3.45; p = .001) siendo los hombres los que obtuvieron la media más alta en comparación con las mujeres. En cuanto a la escala de regulación emocional, las diferencias encontradas fueron en el factor de supresión emocional (t(1281) = 2.65; p = .008) siendo los hombres los que obtienen puntajes más altos. Respecto a el apoyo social las diferencias obtenidas fueron en el factor de apoyo social de amigos (t(1270) = -3.37; p = .001), las mujeres son las que perciben mayor apoyo por parte de sus amigos(as) que los hombres. Finalmente, en la escala de resiliencia se encontraron diferencias significativas en tres factores: competencia social (t(1284) = 3.23; p = .001), competencia personal (t(1276) = 4.33; p = .001) y recursos sociales (t(1287) = -3.14; p = .002), en los primeros dos factores son los hombres los que obtienen las medias más altas y en el factor de recursos sociales son las mujeres las que puntúan más alto (ver Tabla 2). Es importante señalar que la d de Cohen obtenida para las diferentes dimensiones reveló un tamaño del efecto bajo (.20 ≤ .50).
Factores | Hombres | Mujeres | t | gl | p. | d de Cohen | ||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
M | D.E. | M | D.E. | |||||
Escala Multidimensional de Asertividad | ||||||||
Asertividad Indirecta | 2.65 | .93 | 2.56 | .91 | 1,87 | 1271 | .06 | .09 |
No asertividad | 2.98 | .89 | 3.08 | .90 | -2.07 | 1270 | .03* | -.11 |
Asertividad | 3.79 | .79 | 3.89 | .70 | -2.27 | 1246 | .02* | -.13 |
Escala de Autoestima | ||||||||
Autoestima positiva | 3.85 | .73 | 3.70 | .75 | 3.45 | 1283 | .001*** | .20 |
Autoestima negativa | 2.73 | .98 | 2.83 | 1.01 | -1.88 | 1286 | .059 | -.10 |
Escala de Regulación Emocional | ||||||||
Reevaluación cognoscitiva | 3.73 | .75 | 3.74 | .77 | -.34 | 1277 | .73 | -.01 |
Supresión emocional | 3.04 | .90 | 2.90 | .92 | 2.65 | 1281 | .008** | .15 |
Apoyo Social | ||||||||
Apoyo Familia | 3.95 | .89 | 3.85 | 1.03 | 1.85 | 1264 | .06 | .10 |
Apoyo Amigos | 3.92 | .83 | 4.08 | .82 | -3.37 | 1270 | .001*** | -.19 |
Escala de Resiliencia | ||||||||
Cohesión familiar | 4.04 | .75 | 3.97 | .83 | 1.49 | 1272 | .13 | .08 |
Competencia social | 3.79 | .82 | 3.64 | .85 | 3.23 | 1284 | .001*** | .17 |
Competencia personal | 3.86 | .74 | 3.67 | .81 | 4.33 | 1276 | .001*** | .24 |
Recursos sociales | 4.13 | .76 | 4.26 | .76 | -3.14 | 1287 | .002** | -.17 |
Orientación a metas | 4.16 | .81 | 4.19 | .78 | -.62 | 1312 | .53 | -.03 |
Nota: *p≤ 0.05 **p≤ 0.01 ***p≤ 0.001
Para conocer los mejores predictores de la resiliencia a partir de la asertividad, la autoestima, regulación emocional y apoyo social se realizó un análisis de regresión múltiple utilizando el método paso a paso, se obtuvo un modelo de regresión para adolescentes hombres y otro modelo de regresión para adolescentes mujeres para cada uno de los factores de la escala de resiliencia.
Los resultados obtenidos en el análisis de regresión múltiple para la dimensión cohesión social para los hombres adolescentes, mostró un modelo de tres pasos, es decir, para los adolescentes hombres la predicción de la cohesión está en función del apoyo familiar, la autoestima positiva y el apoyo de los amigos. Para las mujeres se encontró un modelo de cuatro pasos en donde el primer predictor es igual a de los hombres, el apoyo de la familia, seguido por la autoestima positiva y se incorpora la asertividad (ver Tabla 3).
Factores | B | Error estándar | Beta | t | Sig. |
---|---|---|---|---|---|
Hombres | |||||
Apoyo familia | .442 | .034 | .532 | 13.17 | .000*** |
Autoestima positiva | .251 | .036 | .250 | 6.93 | .000*** |
Apoyo amigos | .073 | .032 | .084 | 2.24 | .02* |
Mujeres | |||||
Apoyo familia | .488 | .027 | .602 | 18.36 | .000*** |
Autoestima positiva | .213 | .040 | .187 | 5.31 | .000*** |
Asertividad | .136 | .039 | .115 | 3.49 | .001*** |
Asertividad indirecta | .072 | .027 | .078 | 2.68 | .007** |
Nota: * p≤ .05; ** p ≤ .01; *** p ≤ .001 Hombres: R= .736; R2= .542 F (3,464) = 183.14; p < .001; Mujeres: R= .759; R2= .577 F (4,519) = 176.72; p < .001
Para la dimensión competencia social para los hombres adolescentes se reportó un modelo de seis pasos y para las mujeres un modelo de ocho pasos, en este caso para ambos grupos las tres primeras variables predictoras fueron la autoestima positiva, la no asertividad y el apoyo de los amigos, en el caso de los hombres le siguen la asertividad indirecta, la asertividad y la supresión emocional y para las mujeres la asertividad, la supresión emocional, la reevaluación cognoscitiva, la autoestima negativa y el apoyo de la familia (ver Tabla 4).
Factores | B | Error estándar | Beta | t | Sig. |
---|---|---|---|---|---|
Hombres | |||||
Autoestima positiva | .301 | .046 | .295 | 6.55 | .000*** |
No asertividad | -.403 | .037 | -.433 | -10.78 | .000*** |
Apoyo amigos | .243 | .037 | .248 | 6.53 | .000*** |
Asertividad indirecta | .141 | .034 | .160 | 4.09 | .000*** |
Asertividad | .193 | .043 | .184 | 4.48 | .000*** |
Supresión emocional | .122 | .034 | .132 | 3.54 | .000*** |
Mujeres | |||||
Autoestima positiva | .255 | .044 | .230 | 5.76 | .000*** |
No asertividad | -.371 | .031 | -.402 | -11.89 | .000*** |
Apoyo amigos | .102 | .037 | .102 | 2.72 | .007** |
Asertividad | .295 | .042 | .257 | 6.96 | .000*** |
Supresión emocional | .090 | .030 | .101 | 2.97 | .003** |
Reevaluación cognoscitiva | .161 | .041 | .151 | 3.94 | .000*** |
Autoestima negativa | .127 | .029 | .154 | 4.29 | .000*** |
Apoyo familia | .074 | .031 | .094 | 2.40 | .016* |
Nota: * p≤ .05; ** p ≤ .01; *** p ≤ .001 Hombres: R= .676; R2= .458 F (6,458) = 64.37; p < .001; Mujeres: R= .723; R2= .523 F (8,521) = 71.31; p < .001
El modelo de predicción de la competencia personal para hombres mostró seis pasos y el de las mujeres cinco pasos, en ambos grupos se encontró que las variables predictoras fueron la autoestima positiva, el apoyo de los amigos, la reevaluación cognoscitiva y la asertividad, además de éstas en los varones se incluye la no asertividad y la autoestima negativa y en las mujeres adolescentes el apoyo de la familia (ver Tabla 5).
Factores | B | Error estándar | Beta | t | Sig. |
---|---|---|---|---|---|
Hombres | |||||
Autoestima positiva | .428 | .043 | .422 | 9.98 | .000*** |
Apoyo amigos | .136 | .031 | .155 | 4.33 | .000*** |
Reevaluación cognoscitiva | .147 | .039 | .148 | 3.73 | .000*** |
No asertividad | -.083 | .030 | -.099 | -2.72 | .007** |
Asertividad | .126 | .039 | .132 | 3.23 | .001*** |
Autoestima negativa | -.058 | .029 | -.076 | -2.02 | .043* |
Mujeres | |||||
Autoestima positiva | .426 | .042 | .398 | 10.17 | .000*** |
Apoyo amigos | .083 | .036 | .085 | 2.29 | .022* |
Reevaluación cognoscitiva | .181 | .038 | .176 | 4.71 | .000*** |
Asertividad | .141 | .041 | .127 | 3.44 | .001*** |
Apoyo familia | .107 | .030 | .140 | 3.58 | .000*** |
Nota: * p≤ .05; ** p ≤ .01; *** p ≤ .001 Hombres: R= .710; R2= .505 F (6,460) = 78.15; p < .001; Mujeres: R= .715; R2= .511 F (5,523) = 109.34; p < .001
En el modelo de predicción del factor de recursos sociales se reportaron para los hombres adolescentes un modelo de cinco pasos y para las mujeres adolescentes un modelo de cuatro pasos, en este caso es importante señalar que las variables predictoras coinciden en los dos grupos, siendo éstas, la autoestima positiva, el apoyo de la familia, la reevaluación cognoscitiva y la asertividad, en el caso de los hombres se incluye además a la autoestima negativa pero en sentido inverso (ver Tabla 6).
Factores | B | Error estándar | Beta | t | Sig. |
---|---|---|---|---|---|
Hombres | |||||
Autoestima positiva | .436 | .049 | .399 | 8.99 | .000*** |
Apoyo familia | .166 | .036 | .183 | 4.58 | .000*** |
Reevaluación cognoscitiva | .146 | .043 | .137 | 3.36 | .001*** |
Autoestima negativa | -.081 | .030 | -.098 | -2.71 | .007* |
Asertividad | .087 | .043 | .084 | 2.01 | .044* |
Mujeres | |||||
Autoestima positiva | .392 | .040 | .389 | 9.81 | .000*** |
Apoyo familia | .070 | .026 | .097 | 2.67 | .008** |
Reevaluación cognoscitiva | .148 | .038 | .150 | 3.92 | .000*** |
Asertividad | .247 | .039 | .238 | 6.40 | .000*** |
Nota: * p≤ .05; ** p ≤ .01; *** p ≤ .001 Hombres: R= .682; R2= .465 F (5,471) = 81.81; p < .001; Mujeres: R= .693; R2= .480 F (4,532) = 122; p < .001
Por último, el modelo de predicción de la dimensión de metas de la escala de resiliencia, para los hombres se reportó un modelo de cuatro pasos y para las mujeres de seis pasos, coincidiendo los dos grupos como las primeras variables predictoras la autoestima positiva, el apoyo de la familia, el apoyo de los amigos y la asertividad, para las mujeres se incorporan la reevaluación cognoscitiva y la supresión emocional de manera inversa (ver Tabla 7).
Factores | B | Error estándar | Beta | t | Sig. |
---|---|---|---|---|---|
Hombres | |||||
Autoestima positiva | .350 | .046 | .329 | 7.60 | .000*** |
Apoyo familia | .233 | .040 | .263 | 5.84 | .000*** |
Apoyo amigos | .156 | .038 | .169 | 4.07 | .000*** |
Asertividad | .086 | .042 | .086 | 2.06 | .039* |
Mujeres | |||||
Autoestima positiva | .276 | .041 | .248 | 6.71 | .000*** |
Apoyo familia | .269 | .030 | .340 | 9.07 | .000*** |
Apoyo amigos | .152 | .036 | -152 | 4.22 | .000** |
Asertividad | .126 | .041 | .109 | 3.10 | .002** |
Reevaluación cognoscitiva | .124 | .039 | .115 | 3.17 | .002** |
Supresión emocional | -.057 | .027 | -.064 | -2.12 | .034* |
Nota: * p≤ .05; ** p ≤ .01; *** p ≤ .001 Hombres: R= .660; R2= .436 F (4,468) = 90.50; p < .001; Mujeres: R= .744; R2= .554 F (6,529) = 109.33; p < .001
Discusión
El objetivo de este estudio fue determinar los factores predictores de la resiliencia a partir de los factores activos o internos considerados protectores (asertividad, autoestima, regulación emocional) y de factores del contexto (apoyo social familiar y de amigos) en adolescentes de la ciudad de Mérida. Los resultados descriptivos para la muestra total evidencian que los participantes cuentan con un nivel importante de recursos internos, personales, y externos (familia y amigos) ya que para las variables asertividad, autoestima y regulación emocional se obtienen puntajes por encima de la media teórica en el caso de los factores positivos, en tanto que los factores internos negativos (asertividad indirecta, autoestima negativa, supresión emocional) puntúan por debajo de la media teórica. De manera similar, en las variables de contexto como el apoyo social de familia y amigos se obtienen medias superiores a la media teórica. Los resultados coinciden con diversos estudios que señalan la importancia de estos recursos internos (González-Arratia et al., 2017; González-Arratia et al., 2018; Monterrosa-Castro et al., 2018; Montes-Hidalgo & Tomás-Sábado, 2016; Palomar, 2015; Ulloque-Caamaño et al., 2015) y recursos del contexto familiar y social en los desafíos y riesgos que enfrentan los adolescentes (Coppari et al., 2018; García & Díez, 2019; Gonzalez-Arratia et al., 2008; 2011a; 2019; Morales & Díaz, 2011; Ramírez 2008; Vargas Sánchez et al., 2020).
Asimismo, se obtiene un perfil de resiliencia positivo ya que todas las dimensiones obtienen puntajes arriba de la media teórica siendo los dos factores con puntajes más altos el de Recursos sociales, que implica la percepción de acceso y disponibilidad de apoyo externo, y la Orientación a metas que refleja una buena capacidad y la claridad sobre los objetivos y metas que se plantean en su vida. Estos resultados, muy similares a los obtenidos por Ruvalcaba-Romero et al. (2019) con adolescentes, sugieren que este grupo de jóvenes cuenta con una serie de recursos que podrían constituirse en factores de protección ante la adversidad. En cuanto a las diferencias por sexo, en factores internos como externos, los resultados indican que el tamaño del efecto es muy pequeño por lo que habrá que seguir estudiando dichas variables entre hombres y mujeres. Respecto a resiliencia, los resultados no coinciden con lo encontrado en otros estudios con adolescentes mexicanos, en donde las mujeres puntúan más alto en el factor protector externo (González-Arratia et al., 2011a; González-Arratia et al., 2012; González-Arratia & Valdez, 2013; González-Arratia et al., 2011b). Por su parte, Ruvalcaba Romero et al. (2019) encuentra que los varones adolescentes obtienen puntuaciones más altas en Competencia personal y las mujeres en Recursos sociales.
Respecto a los factores predictores de resiliencia, los resultados coinciden con el modelo ecológico-transaccional (Luthar & Cushing, 1999) ya que se obtienen variables personales, familiares y sociales como predictoras; también se obtienen diferencias en los modelos para cada sexo. Para el primer factor, Cohesión familiar, las variables predictoras más importantes para hombres y mujeres son el apoyo familiar y autoestima positiva; posteriormente para los varones el apoyo de los amigos juega un papel relevante en tanto que para las mujeres la asertividad y la asertividad indirecta se suman para poder lograr una cohesión familiar resiliente. Los resultados coinciden parcialmente con estudios que muestran que el apoyo familiar, a través de las prácticas parentales centradas en la autonomía, comunicación y control conductual, se relaciona con mayor grado de resiliencia; respecto a la autoestima, se ha encontrado que se obtienen correlaciones positivas entre autoestima y todas las dimensiones de la escala de resiliencia (Bravo-Andrade et al., 2019; Ruvalcaba-Romero et al., 2015)
En cuanto a los predictores de Competencia social, para hombres y mujeres tener autoestima positiva, no mostrar no asertividad, contar con apoyo de amigos, ser asertivos y usar la supresión como forma de regular son variables compartidas en ambos modelos; cabe destacar que para los varones además es importante el uso de la asertividad indirecta, en tanto que las mujeres requieren el uso de la reevaluación cognitiva, la autoestima negativa y el apoyo familiar. Estos resultados son similares a los reportados por González-Arratia et al. (2008; 2011b) quienes encuentran que la resiliencia se relaciona con rasgos de independencia en los hombres y con el apoyo social proveniente de los contextos familiares, de amigos y maestros en las mujeres, resultados que probablemente reflejan socilizaciones de género diferenciales (Aguilar-Montes de Oca et al., 2013). Por su parte, Morales y Díaz (2011) encuentran que las adolescentes son quienes perciben mayor apoyo social y familiar asociado a mayor resiliencia, en tanto que los hombres muestran más recursos resilientes relacionados con la independencia. La presencia de autoestima negativa en el modelo de las mujeres resulta sorprendente y quizá se debe a que sentirse mal con ellas mismas alienta a las mujeres a esforzarse en desarrollar competencia social.
Respecto a la dimensión de Competencia personal, los modelos son muy similares para hombres y mujeres ya que en ambos la competencia personal resiliente proviene de la autoestima positiva, el apoyo de amigos, el uso de la revaluación cognoscitiva, no mostrar no-asertividad y ser asertivo; para los varones se suma en último lugar el factor de ausencia de autoestima negativa en tanto que para las chicas se suma el apoyo familiar. Estos resultados evidencian de nuevo el importante papel que se otorga al apoyo familiar en las mujeres, en coincidencia con lo obtenido por Morales y Díaz (2011). Para la dimensión de Recursos sociales resilientes, los modelos para hombres y mujeres son casi iguales, ya que en ambos en primer término aparece la autoestima, la revaluación cognitiva y la asertividad que se suma como último factor y como recursos externos aparece el apoyo familiar como segundo factor predictor. Es interesante notar que para los hombres se evidencia de nuevo la importancia de no manifestar autoestima negativa.
En cuanto a la predicción del quinto factor de la resiliencia, Orientación a metas, se observa de nuevo mucha similitud en ambos modelos ya que los primeros cuatro factores predictores son los mismo para hombres y mujeres, siendo de nuevo la autoestima el primer factor, posteriormente está el apoyo de familia, de amigos y la asertividad. Sin embargo, para las mujeres resulta importante la regulación emocional a través de usar la reevaluación cognitiva y no usar la supresión emocional, que se asocia negativamente con la resiliencia.
En conclusión, los resultados obtenidos muestran que aún cuando no se muestran diferencias en todas las dimensiones de los factores internos y externos estudiados sino únicamente en algunas de ellas y con un tamaño del efecto muy bajo, aspecto que es necesario explorar a mayor profundidad en estudios futuros, sí se encuentran diferencias importantes respecto en los factores que predicen las diversas dimensiones de la resiliencia. Por ejemplo, tanto para hombres como mujeres las diversas dimensiones de la resiliencia se predicen a partir de los factores internos, activos (autoestima, regulación emocional y asertividad) y externos (apoyo familiar y de amigos), en concordancia con el modelo ecológico transaccional (González-Arratia et al., 2019; Uriarte, 2005), pero la configuración de los factores obtenidos guarda diferencias. En el factor de Cohesión familiar las diferencias estriban en que los hombres necesitan el apoyo de amigos en tanto que las mujeres necesitan ser asertivas y asertivas indirectas, resultado que sugiere que la resiliencia en el contexto familiar es vivida en forma muy diferente, probablemente influida por una socialización diferencial de roles de género (Aguilar Montes de Oca et al., 2013). En el factor dos, competencia social, las mujeres necesitan, a diferencia de los hombres, usar la reevaluación cognitiva, tener autoestima negativa y sentir el apoyo familiar para lograrla. En el factor tres, competencia personal, los hombres necesitan ausencia de autoestima negativa y de no asertividad en tanto que las mujeres requieren el apoyo familiar. En el factor cuatro de recursos Recursos sociales es donde más semejanzas hay, el único factor diferente es que los hombre necesitan no tener autoestima negativa. Y en el factor cinco Orientación a las metas, las mujeres necesitan usar la reevaluación cognitiva y no usar la supresión emocional. Estos resultados sugieren orientaciones diferentes, donde la resiliencia para los hombres está influida por atributos más activos, dominadores e instrumentales, en tanto que para las mujeres se asocia con características más pasivas, conformistas y dependientes (Díaz-Loving et al., 1981; González-Arratia et al., 2008). Esto evidencia diferencias de género importantes ya que el logro de la resiliencia implica vías diferentes para hombres y mujeres posiblemente reflejo de la socialización diferencial donde aún se promueve que las mujeres para sentirse seguras y enfrentar la adversidad deberán aceptar sus limitaciones en tanto que los hombres tendrán que aprender a controlar sus impulsos, carácter y comportamiento. Por último, este estudio muestra que el desarrollo de la resiliencia en estos adolescentes constituye un recurso que se sustenta en el desarrollo de factores personales y de contexto, aunque se evidencian diferencias por género en el camino para lograr desarrollarla. Será necesario realizar otros estudios para identificar diferencias en función variables personales (grupo de edad, o ciertas experiencias vitales), variables familiares, como la percepción de la crianza parental y sociales, como la pertenencia a grupos sociales particulares, para poder contribuir a desarrollar recursos que les ayuden a ser más resistentes ante los diversos problemas de esta etapa de vida.