En las tres últimas décadas, la mitigación del cambio climático y la deforestación han sido un tema ampliamente discutido por la sociedad y la academia. Parte de las respuestas para mitigar el cambio climático global y la deforestación incluye la conservación de los bosques, la restauración ecológica, la reforestación y las plantaciones (IPCC 2023). Para la conservación de los bosques se han establecido áreas naturales protegidas federales, estatales, municipales, comunales, ejidales y particulares (CONANP 2024); en ellas se mantienen carbono almacenado, los procesos ecológicos esenciales y la biodiversidad (Rodrigues et al. 2004, Juffe-Bignoli et al. 2014). El enfoque de la restauración ecológica es ayudar a la recuperación de un ecosistema que ha sido degradado, dañado o destruido y aspira a llevar al ecosistema degradado a una trayectoria de recuperación que permita la adaptación a los cambios locales y globales, así como la persistencia y evolución de las especies que lo componen (Gann et al. 2019). Por otro lado, las plantaciones pueden tener diferentes fines, por ejemplo, las plantaciones de reforestación (recuperación de la funcionalidad del ecosistema o su estructura; Ventura-Ríos et al. 2017), y plantaciones comerciales para la producción de madera (Puc-Kauil et al. 2024) y productos no maderables (Tapia-Tapia & Reyes-Chilpa 2008), entre otros. Además, todas estas plantaciones contribuyen a la captura y almacenamiento de carbono (Fernández et al. 2019, Avendaño-Yáñez et al. 2019, Zhao et al. 2023) y pueden ser usadas para el enriquecimiento con especies nativas (Lugo 1997). En esta propuesta nos referimos al uso de las plantaciones de pinos ya existentes en México, no necesariamente es una propuesta para continuar con la plantación indiscriminada de pinos (Ramírez-Soto et al. 2018). En este sentido nos enfocaremos a las plantaciones de pino que tienen como objetivo la reforestación, es decir un caso particular de las plantaciones. Daremos elementos teóricos y prácticos (de literatura clásica y actual) para la justificación del uso de las plantaciones de pino para la migración asistida, incluyendo aquellas con una categoría de riesgo (González-Espinosa et al. 2012). Tomamos como ejemplo al bosque mesófilo de montaña (BMM) de la Faja Volcánica Transmexicana. Asimismo, hacemos una propuesta de modelo para el uso de las plantaciones de pinos para la migración asistida de especies del BMM con la finalidad de mitigar los efectos del cambio climático. La propuesta que planteamos se puede extrapolar a cualquier otro tipo de vegetación y país, particularmente donde haya plantaciones de pinos con fines de reforestación o zonas con problemas de invasión de pinos no nativos (e.g., América del Sur) que pudieran ser útiles para la migración asistida. No se excluye el uso de algunas plantaciones comerciales (asignando pequeñas superficies) que pudieran servir para la migración asistida.
Los pinos de México y su uso para plantaciones con diferentes objetivos
México ocupa el primer lugar global de especies de pinos, es un centro secundario de la diversificación del género y el 55 % de las especies mexicanas son endémicas (Styles 1998, Sánchez-González 2008). Los pinos se distribuyen ampliamente en México, están presentes en precipitaciones anuales que van de 100 a 2,500 mm, y en altitudes entre 100 y 4,000 m (Eguiluz-Piedra 1988). Los pinos son especies pioneras de rápido crecimiento e intolerantes a la sombra; necesitan de luz directa para su establecimiento y desarrollo (White 1979, Rodríguez-Trejo & Fulé 2003, Sánchez-Velásquez et al. 2009).
Los pinos mexicanos se han plantado en muchos países y han tenido éxito sobresaliente; por ejemplo, en Sudáfrica, Argentina, Chile, Nueva Zelanda y Australia, entre otros (Sánchez Mejorada & Huguet 1959, Rogers et al. 2003). Los pinos de México se han usado hasta en un 73 % en las plantaciones a nivel mundial (FAO 2000). Esta cifra varía entre regiones, por ejemplo, las plantaciones de pinos en Argentina ocupan 1.2 millones de hectáreas, 62 % del área plantada; en Brasil 1.7 millones de hectáreas que representan el 17.8 % de la superficie plantada; en Chile ocupan el 56.5 % de la superficie plantada (Villacide et al. 2023, Schaaf et al. 2024). En México, una de las especies de pino más utilizadas en plantaciones con fines comerciales, de conservación de suelos y servicios ecosistémicos es Pinus patula Schltdl. & Cham. (Sáenz-Romero et al. 2011).
La deforestación y su respuesta en México: plantando pinos
De 1993 a 2000, México perdió cerca del 95 % de su bosque tropical original, más del 90 % del bosque mesófilo de montaña y más de la mitad de los bosques templados (OCDE 2003, Challenger & Soberón 2008). México ha tenido una tasa anual de deforestación de las más altas a nivel global (OCDE 2003). La deforestación en México en los años 2000-2020, ha variado entre 80,000 y 300,000 ha al año (0.41 - 1.55 %) (CONAFOR 2020, SEMARNAT 2024). Como respuesta a la desforestación, se plantaron plantas jóvenes, del 2000 al 2020, en 2,222,852 ha (SEMARNAT 2021), con fines de producción, reforestación o mixto, pero no hay información precisa sobre el porcentaje que corresponda para cada tipo de plantación en las dos décadas. Se sabe que del 2020 al 2024 se atendieron 170,659.96 ha con acciones de reforestación y 375,127.17 ha con objetivos de plantaciones comerciales (SEMARNAT 2024). Los pinos han sido el grupo de especies preferidas en estos programas de plantaciones debido a sus atributos de adaptación y rápido crecimiento (Trujillo-Miranda et al. 2021, Pérez-Luna et al. 2024). Las plantaciones de pino tienen como objetivos la reforestación y principalmente la producción de madera (CONAFOR 2010, 2021, 2022). Una parte de estos programas de plantaciones con fines de reforestación se localizan en la Faja Volcánica Transmexicana (FVT) (CONAFOR 2024) (Figura 1, Material suplementario Figura S1, Tabla S1). Por lo tanto, estas plantaciones de pino podrían ser usadas para programas de reintroducción de especies y la migración asistida del bosque mesófilo de montaña u otro tipo de vegetación, que para ello más adelante explicamos.

Figura 1 Superficie apoyada por la Comisión Nacional Forestal y localización para el establecimiento las plantaciones con fines de reforestación, y ubicación del bosque mesófilo de montaña (BMM) en el Faja Volcánica Transmexicana. Contiene curvas altitudinales donde se encuentran las plantaciones de restauración y reforestación que pueden ser usadas para la migración asistida de especies del BMM y mitigar los efectos del cambio climático.
Sucesión forestal y su aplicación en las plantaciones de pinos
La sucesión es la secuencia observada de asociaciones vegetales y/o grupos de animales en el espacio o en el tiempo (Drury & Nisbett 1973). Es relevante, para el manejo y conservación de los bosques, entender los procesos y mecanismos de la sucesión forestal (Hawley & Smith 1958), comprenderlos nos permitirá elaborar programas exitosos de rehabilitación, restauración y reintroducción de especies (Walker & del Moral 2003). En este sentido, entender la función sucesional de las plantaciones de pinos puede facilitar la introducción de especies nativas en un gradiente ambiental (e.g., temperatura) y ser usadas para la migración asistida de una especie o grupos de especies.
La facilitación es uno de los modelos que explica el reemplazo de especies a través de la sucesión (Zedler & Goff 1973, Connell & Slatyer 1977, Sánchez-Velásquez 2003). La facilitación es una interacción positiva y se explica de la siguiente manera; después de un disturbio (e.g., fuego), se liberan espacio y recursos (e.g., nutrimentos), y cambian las condiciones (e.g., entrada de luz directa, incremento de la temperatura). Estos cambios son favorables para un grupo de especies pioneras (heliófilas) las cuales crecen y modifican nuevamente el ambiente (recursos y condiciones), de tal manera que ellas mismas ya no pueden incorporar nuevos, permitiendo la regeneración de especies de estado sucesional intermedio, y así sucesivamente hasta que llegan al grupo de especies completamente tolerantes a la sombra (estado sucesional avanzado), las cuales pueden regenerarse bajo este esquema de sombra, humedad y una relativa estabilidad del ecosistema (Connell & Slatyer 1977). Por sus aplicaciones, entre ellas la restauración y rehabilitación, los estudios de facilitación se han incrementado con relación a los estudios de competencia (de 0 % en 1983 a 23 % en 2015) (Michalet & Pugnaire 2016). Lo anterior muestra el creciente interés de la academia en indagar cada vez más sobre el proceso de facilitación.
Bajo condiciones naturales y experimentales se ha demostrado que el bosque mesófilo de montaña y el bosque de Pinus son comunidades antagónicas, es decir que bajo condiciones de disturbio (e.g., incendios) el bosque de Pinus permanece, y si estos ocurren en BMM este puede ser reemplazado por el bosque de Pinus. Mientras que por falta de incendios el bosque de Pinus es reemplazado por el BMM (e.g., en Jalisco y Oaxaca) (Sánchez-Velásquez 1986, Sánchez-Velásquez & García-Moya 1993, Cuevas & Jardel 2004, Jardel 2008, del Castillo-Batista et al. 2016, Guerrero-Hernández et al. 2019).
La facilitación en bosques y plantaciones: el caso del bosque mesófilo de montaña en México
A nivel global, se ha evidenciado que muchas de las plantaciones de pino pueden facilitar la regeneración natural de especies nativas (Gómez-Aparicio et al. 2009, Manhas et al. 2011, Estades & Escobar 2005, Ventura-Ríos et al. 2017, Aguirre et al. 2019), incluyendo plantas en peligro de extinción (Ashton et al. 1997, Arrieta & Suárez 2006, Gómez-Aparicio et al. 2009), favoreciendo la presencia de aves nativas y migratorias, así como la presencia de artrópodos (Estades & Escobar 2005).
Entre más maduras sean las plantaciones de pino, la regeneración natural de especies nativas puede ser similar a la regeneración de bosques nativos (Senbeta et al. 2002, Acevedo 2008, Onaindia et al. 2013). Por otro lado, las plantaciones de pino también pueden servir como facilitadoras para reintroducir, bajo su dosel, especies nativas tolerantes a la sombra (Kremer et al. 2021). En algunos casos puede no ser necesario la introducción manual de plántulas (plantaciones de enriquecimiento) debido al éxito de la regeneración natural bajo el dosel de las plantaciones de pinos (Omeja et al. 2009). Para el caso particular de la relación de pinos (bosques naturales y plantaciones) con el BMM, en México se ha evidenciado que la regeneración natural de especies arbóreas del BMM puede ocurrir bajo el dosel de bosques naturales de pino (González-Espinosa et al. 1991, Ortíz-Arrona 1999, Ramírez-Marcial et al. 2005) o la regeneración natural o artificial de especies arbóreas del BMM bajo el dosel de plantaciones de pino (Cavelier & Tobler 1998, Camacho-Cruz et al. 2000, Ramírez-Bamonde et al. 2005, Avendaño-Yáñez et al. 2016, Aguirre et al. 2019) .
El BMM y el cambio climático
A nivel global, el BMM se ha calificado como un ecosistema relicto, frágil, en peligro de extinción y con prioridad de conservación, por la continua perturbación que ha tenido (Mulligan 2010). El BMM de México es un ecosistema complejo de transición entre las selvas húmedas y los bosques templados, adopta diferentes fisonomías (estructura y composición) dependiendo de la altitud, latitud, pendiente y clima (Villaseñor 2010, González-Espinosa et al. 2011, 2012). Al BMM se le ha caracterizado como un ecosistema donde se presentan periodos largos de neblina o nubosidad, característica que ha motivado a llamarlo también como bosque de niebla o “tropical montane cloud forest”. El BMM de México ocupa una superficie aproximada de 800,000 ha (menos del 1 % del territorio nacional, y se distribuye principalmente en los estados de Chiapas, Jalisco, Guerrero, Oaxaca, Veracruz y México (Rzedowski 1978). El BMM contiene una gran diversidad biológica y de endemismos, es el bosque de México con mayor número de especies arbóreas por unidad de superficie, se distingue por tener una amplia diversidad alfa y beta (Gual-Díaz & Rendón-Correa 2017, Williams-Linera 2012). Además, el BMM es importante por los servicios ambientales y la fuente de recursos naturales que provee (Challenger 1998, Villaseñor 2010, Williams-Linera et al. 2012).
El cambio climático ejerce una presión de selección natural para diferentes formas de vida y sus interacciones. Éstas tienen tres caminos, extinguirse, adaptarse o migrar hacia ambientes más favorables (Feeley et al. 2012). Las evidencias del cambio climático global son muchas (IPCC 2023) y sus efectos se ven en los cambios fenológicos de las plantas (Aitken et al. 2008), interacciones (Chen et al. 2024), migración desfasada de aves, mayor frecuencia e intensidad de huracanes (Crausbay & Martin 2016) y cambios de atributos funcionales por las temperaturas máximas y mínimas (IPCC 2007, Ahrens et al. 2020, Sánchez-Velásquez et al. 2023), entre otras condiciones ambientales.
Se prevé que el BMM será afectado del 46 al 58 % de su actual distribución (Villers-Ruíz & Trejo-Vázquez 1997, Foster 2001, Ponce-Reyes et al. 2012). Las áreas de los BMMs de México serán más secas y cálidas (Villers-Ruíz & Trejo-Vázquez 1997), y si sumamos el continuo disturbio causado por agentes naturales y antropogénicos (Challenger & Soberon 2008), entonces esperamos que las especies del BMM mejor adaptadas a las condiciones de disturbio, y de áreas desmontadas, sean las especies de estados sucesionales tempranos o pioneras.
Las especies vegetales de estados sucesionales tempranos o pioneras tienen características morfológicas y fisiológicas que les permiten tener mayores posibilidades de persistir a las condiciones relativamente extremas del ambiente (e.g., Conostegia xalapensis (Bonpl.) D. Don, Liquidambar styraciflua L., y Trema micranthum (L.) Blume, entre otras), mientras que las especies más vulnerables serían las de estados sucesionales intermedios y avanzados (e.g. Fagus mexicana Martínez, Magnolia schiedeana Schltdl., Oreopanax xalapensis (Kunth) Decne. & Planch., Persea schiedeana Nees, Podocarpus matudae Lundell y Magnolia mexicana DC., Meliosma alba (Schltdl.) Walp., entre otras) (Pedraza & Williams-Linera 2003, Ramírez-Bamonde et al. 2005, Sánchez-Velásquez et al. 2008, García-Hernández et al. 2019, Flores-Cano et al. 2023).
La aplicación del conocimiento de los procesos de sucesión para la transformación de las plantaciones de pino: la migración asistida
Si se conoce que las plantaciones de pino y los bosques naturales facilitan la regeneración natural, y que las primeras pueden ser usadas para la reintroducción de plantas de estados sucesionales intermedios y avanzados, incluyendo las que están en peligro de extinción, entonces podemos inferir que las plantaciones de pino tienen el potencial para proyectos de migración asistida del BMM.
La migración asistida describe el movimiento deliberado por humanos de propágulos de una especie o población, que se asume es perjudicada por el cambio climático (Hällfors et al. 2014). Esta migración de propágulos se lleva a cabo a un área fuera del área de distribución original donde se predice que se moverá a medida que cambie el clima, de esta manera se superan las barreras de dispersión o la falta de tiempo (Hällfors et al. 2014). Se habla de transferir la vegetación de un lugar a otro (Richardson et al. 2024), partiendo de su vulnerabilidad al cambio climático en su área de distribución y migración, especialmente para la fase de establecimiento de plántulas (Sáenz-Romero et al. 2016, Sáenz-Romero et al. 2020, Wang et al. 2019). En este sentido, tanto las actuales plantaciones de pino (CONAFOR 2024), como algunas plantaciones comerciales, distribuidas a lo largo del gradiente altitudinal, pueden facilitar la migración asistida de especies de estados sucesionales intermedios y avanzados del BMM (Galindo-Jaimes et al. 2002, Sánchez-Velásquez & Pineda-López 2009, Avendaño-Yáñez et al. 2016, Alfaro-Reyna et al. 2019).
La migración asistida del BMM, incluido dentro del bosque de latifoliadas, se recomienda en aquellas zonas ubicadas entre los 2,000-2,500 y 2,500-3,000 m snm debido al cambio climático que se prevé (Trejo & Sánchez Colón 2016). Este modelo de migración asistida que proponemos también se puede llevar a cabo en cualquier otro tipo de vegetación, usando las plantaciones de pinos existentes con fines de reforestación, que por su vulnerabilidad local o regional lo requiera. Las plantaciones de pino junto con la migración asistida servirán posteriormente como islas de regeneración y fuente de propágulos para la dispersión natural de las especies migradas en los sitios aledaños, principalmente en pastizales abandonados y vegetación secundaria. Es decir, las plantaciones de pino con las especies migradas podrían ser análogas, en una escala de mayor tamaño, a los núcleos de restauración (Holl et al. 2011, 2020, Bechara et al. 2016), en este caso como núcleos de migración asistida.
Bases del modelo para la migración asistida del bosque mesófilo de montaña: el Faja Volcánica Transmexicana como ejemplo
Por el efecto del cambio climático se reconoce la necesidad de generar modelos que nos permitan evaluar los posibles impactos en los sistemas biofísicos (vegetación, caudales y plantas cultivadas), y generar estrategias para su mitigación. El grado de afectación depende de las especies que conforman la comunidad y sus interacciones (Arriaga & Gómez 2004, Villers & Trejo 2004, William et al. 2023).
Como se mencionó anteriormente, el BMM es uno de los tipos de vegetación más sensibles al cambio climático global en México, especialmente al aumento en la temperatura (Villers-Ruíz & Trejo-Vázquez 1997). Este escenario para el BMM se prevé que provocaría cambios dramáticos en su estructura, composición y distribución. En este sentido, proponemos el uso de las plantaciones de pinos como núcleos de migración asistida para generar islas de regeneración y fuentes de propágulos para la dispersión natural (anemócora y zoocoria) de especies arbustivas y arbóreas nativas en los sitios aledaños. Usaremos como ejemplo la Faja Volcánica Transmexicana (FVT) (Material suplementario Figura S1) donde se podrían establecer núcleos de migración asistida en las plantaciones de reforestación de pino que se localizan entre los 2,000-2,500 y 2,500-3,000 m snm (altitud en la que se prevé que migraría el BMM), y que estén relativamente aledañas al BMM de menor altitud (Figura 1, Material suplementario Figuras S2-S4).
En la Faja Volcánica Transmexicana se encuentran las montañas más jóvenes de México y han servido como refugio del bosque mesófilo de montaña durante los pasados cambios climáticos (Luna-Vega 2008) en el Período Cálido Medieval (1000-1300 d. C.), y en la Pequeña Edad de Hielo (1350-1850 d. C.) (Rzedowski 1978, Castillo-Batista et al. 2016). El FVT ha presentado cambios en el clima durante los últimos 60 años (Cuervo-Robayo et al. 2020, Sánchez-Velásquez et al. 2023); es donde convergen las zonas Holártica y Neotropical (Rzedowski 1978). La altitud de los fragmentos del BMM en el FVT van de 1,849.4 ± 229, 1,722.1 ± 389 y 2,400.2 ± 189 m, en las regiones ubicadas en el Golfo (Este), Pacífico (Oeste) y Centro, respectivamente, y cubren una superficie aprox. de 119,855 ha (Sánchez-Velásquez et al. et al. 2023); por lo tanto, la migración asistida debe ser diferencial de acuerdo con las regiones y sus altitudes.
La migración natural del BMM se espera que ocurra en las cuotas altitudinales de 2,000-2,500 y 2,500-3,000 m (Trejo & Sánchez Colón 2016). Del 2017 al 2020, se establecieron 38,318 ha de plantaciones de pinos con fines de reforestación y restauración, de éstas se establecieron 22,085.19 ha a una altitud de entre 2,000 y 2,500 m en 694 predios (Figuras 1, Material suplementario Figuras S3-S4, Tablas S5-S8,) y 16,233 ha dentro la cuota altitudinal de 2,500 y 3,000 m en 677 predios (Figura 1, Material suplementario Tablas S3-S4) (CONAFOR 2024). Tan solo esta superficie puede representar un área potencial para la migración natural o asistida del BMM.
Los grupos con diferentes atributos vitales y las plantaciones de pino para generar núcleos de migración asistida
Grupos funcionales. La información de los grupos funcionales del bosque mesófilo de montaña se puede construir a través del conocimiento de los atributos vitales de las plantas (Noble & Slatyer 1980). Para nuestro caso usamos la información del comportamiento de las especies del BMM de diferentes fuentes de información (Pedraza & Williams-Linera 2003, Ramírez-Marcial et al. 2008, Sánchez-Velásquez et al. 2008, 2009, Terán-Valdez et al. 2018, Flores-Cano et al. 2023). Con esa información se reconocieron cuatro grupos funcionales. Reconociendo estos grupos podemos construir nuestra propuesta para crear núcleos de migración asistida con las plantaciones de pinos.
Grupo 1 Pioneras.- Incluye plantas que se desarrollan en claros grandes, áreas abiertas y potreros abandonados (e.g. Liquidambar, Hedyosmum, Heliocarpus,). En general crecen en zonas secas, áreas altas y expuestas, toleran condiciones de poca humedad, son favorecidas por la perturbación como el fuego y la ganadería. En general son especies que no se establecen bajo su propio dosel o del bosque en general (Ramírez-Bamonde et al. 2005, Gómez-Romero et al. 2012, Flores-Cano et al. 2023).
Grupo 2 Pioneras avanzadas.- Son plantas que se establecen bajo el dosel del grupo de las pioneras y en los sistemas de cultivo como cafetales con sombra, cultivados y abandonados (e.g. Carpinus tropicalis (Donn.Sm.) Lundell y Trema micranthum (L.) Blume) (Sánchez-Velásquez & García-Moya 1993, Pedraza & Williams-Linera 2003, Sánchez-Velásquez et al. 2008).
Grupo 3 Intermedias.- Especies de estados sucesionales intermedios (de 40 - 45 años) o vegetación secundaria > 40 años. Pueden permanecer a través de la generación de claros relativamente pequeños (< 500 m2) originados por la caída de árboles o por aprovechamiento forestal selectivo (e.g. Miconia glaberrima (Schltdl.) Naudin y Urera caracasana (Jacq.) Gaudich. ex Griseb.) (Terán-Valdez et al. 2018).
Grupo 4 Avanzadas.- Especies de estados sucesionales avanzados de bosques (> 80 años). Se localizan en ambientes no perturbados, pueden regenerarse bajo su propio dosel o el interior del bosque, en sitios con humedad intermedia o alta. Este grupo contiene las especies del BMM más vulnerables al cambio climático, debido a que éstas requieren de condiciones ambientales relativamente estables para completar su ciclo de vida; son tolerantes a la sombra, de ambientes húmedos y con relativo lento crecimiento (e.g., Magnolia dealbata Zucc., M. mexicana DC., M. schiedeana Schltdl., Podocarpus matudae Lundell, Ternstroemia lineata DC.). A este grupo pertenecen muchas de las especies que se encuentran bajo protección dentro la Norma Mexicana NOM-059-2000 y la lista roja de los árboles del boque de niebla mexicano que establece que el 37.9 % de los árboles están en peligro de extinción (González-Espinosa et al. 2011).
Es claro que no todos los grupos funcionales del BMM serán igualmente afectados, dependerá, además del cambio climático que se prevé (secos y cálidos), de los continuos disturbios antropogénicos y naturales. Por ejemplo, si prevalecen los disturbios en los lugares donde migrarán especies del BMM, las especies que tienen mayores posibilidades de sobrevivir serían aquellas pertenecientes a los grupos funcionales 1 y 2 (pioneras y pioneras avanzadas), como Liquidambar macrophylla Oerst., Vachellia pennatula (Schltdl. & Cham.) Seigler & Ebinger y Cordia spinescens L. Por otro lado, las especies intermedias y avanzadas necesitarán de especies que faciliten su incorporación (i.e., bajo la cobertura de especies pioneras e intermedias). En este caso, se pueden usar las actuales plantaciones de pino que, al llevar a cabo ahí la migración asistida, se podrán generar islas de regeneración y fuente de propágulos para provocar, más adelante, una expansión de la migración para favorecer la regeneración natural (o espontánea) (Figura 2). Después de llevar a cabo la migración asistida con éxito, llamaremos expansión de la migración natural cuando se genere el inicio de la propagación y establecimiento natural de las especies del BMM sin la intervención humana.

Figura 2 Modelo hipotético sobre la dirección de los cambios del bosque mesófilo de montaña (BMM) y del bosque tropical caducifolio (BTC), y el uso de las plantaciones de pinos (PP) para la migración asistida de especies del BMM y del BTC. Los círculos señalan la ubicación actual de las PP dentro del gradiente de altitud (I, II y III). Los grupos funcionales de especies pioneras (P), pioneras avanzadas (PA), intermedias (In) y avanzados (A). Sugerimos hacer la migración asistida de los grupos In y A del BMM a la posición III bajo las plantaciones de pinos debido a que tendrán condiciones más favorables.
La migración asistida de especies del BMM en plantaciones de pino en el Faja Volcánica Transmexicana
Se reconoce que el BMM tendrá que migrar a lugares más húmedos y menos cálidos (Figura 1, Figura 2 altitud III) por causa del efecto del cambio climático. En el intervalo de gradiente de altitud III (2,000-3,000 m) se prevé un ambiente benigno para el crecimiento y desarrollo de las especies del BMM (Trejo & Sánchez Colón 2016) (Figura 2). Por ejemplo, en la FVT, si las plantaciones de pino se encuentran en un gradiente altitudinal entre 2,000 y 3,000 m (Tabla 1, Figura 1), estas generan un ambiente propicio para introducir (migración asistida) las especies tolerantes a la sombra del BMM que pertenecen al estado sucesional intermedio (IBMM) y avanzados (ABMM) (Figura 2, altitud III). Seguramente una vez establecidas y desarrolladas, estas especies reemplazarán a las especies pioneras (i.e., los pinos, que no se podrán regenerar bajo su propio dosel de sombra), mientras que las especies avanzadas del BMM y algunas intermedias del BMM podrán regenerarse de manera natural bajo su propio dosel. En este sentido, una vez que dominen y reemplacen las especies migradas a los pinos, se formarían núcleos de migración asistida que se convertirán en una expansión de migración natural o espontanea hacia las áreas aledañas a estos núcleos, que generalmente son potreros abandonados y vegetación secundaria (conformada por especies pioneras) del BMM, por ejemplo, en la región de la FVT del centro de Veracruz (Tabla 1, Figura 1). Si el 37 % de los árboles del BMM están en peligro de extinción y muchos de ellos son de estados sucesionales intermedios y avanzados, proponemos que estas especies sean las prioritarias para hacer una migración asistida en las actuales áreas reforestadas con pino en la región. Por otro lado, si se prevé que las zonas del BMM serán más secas y cálidas (Villers-Ruíz & Trejo-Vázquez 1997), entonces se espera que el BMM sea substituido por el bosque tropical caducifolio (Figura 2, Altitud II).
Tabla 1 Apoyos de la Comisión Nacional Forestal (años 2017-2024) para plantaciones de restauración y reforestación en la Faja Volcánica Transmexicana por entidad federativa, número de parcelas y superficie total que fueron beneficiadas con el programa de reforestación, cuota altitudinal 2,000-2,500* y 2,500-3,000** m.
| Entidad federativa | Plantación | No. de parcelas | Superficie total (ha) |
|---|---|---|---|
| Mich., Oax., Pue., Tlax. | Restauración* | 62 | 3,429.69 |
| Edo. Mex., Jal., Mich.,Oax., Pue., Qro., Tlax., Ver. | Reforestación* | 632 | 18,655.5 |
| Edo. Mex., Mich., Oax., Pueb., Tlax. | Restauración** | 41 | 1,673.7 |
| Edo. Mex., Jal., Mich., Mor., Oax., Pue., Qro., Tlax., Ver. | Reforestación** | 636 | 14,559.5 |
Fuente: CONAFOR. 2024.
Limitaciones y perspectivas
Debido a la falta de información precisa de la cantidad existente, localización y el estado actual de las plantaciones de pino con fines de reforestación (CONAFOR 2024), es necesario hacer verificaciones de campo para proponer programas de migración asistida locales, regionales o a nivel de cuenca. Describimos la superficie, por estado y altitud, de las plantaciones de restauración y reforestación apoyadas por CONAFOR en los estados de la región del FVT (Tabla 1, Figura 1), y suponemos que éstas son de pino debido a la altitud en la que se localizan (> 2,000 m); en esta altitud no se plantan especies tropicales (e.g., caoba y cedro) ni exóticas (eucalipto). De las plantaciones ubicadas en Veracruz, tenemos la certeza de que son de pino (datos no publicados), pero habrá que evaluar cuantas de ellas se mantienen como tales, así como su condición actual. Recomendamos que las plantaciones de pinos se mantengan libres de disturbio, principalmente del fuego, el cual es un limitante del establecimiento de la regeneración del bosque mesófilo de montaña.
En la Faja Volcánica Transmexicana la migración asistida deberá ser diferencial debido a la altitud en la que se localizan los fragmentos del BMM (Figura 1). Por ejemplo, en el Este y Oeste de la FVT, la migración asistida deberá hacerse entre los 2,000 y 2,500 m snm y para el Centro entre los 2,500 y 3,000 m snm (Figura 1). Se espera que estos núcleos de migración asistida se conviertan en una expansión de migración natural hacia las áreas aledañas a estos núcleos que generalmente son potreros abandonados y vegetación secundaria (por ejemplo, en el Este de la FVT, Veracruz). Además, los proyectos de migración asistida permitirían hacer estudios y evaluaciones a mediano y largo plazo, debido a que están asignadas con fines de reforestación de acuerdo con la CONAFOR (2024). Por otro lado, en mutuo acuerdo con algunos productores, se puede sugerir que parte de alguna plantación de pino comercial, que se localicen en zonas estratégicas, se use para la migración asistida del bosque mesófilo de montaña. Por la amplia distribución altitudinal de las plantaciones de pino, éstas pueden servir también para la migración asistida de especies de otros tipos de vegetación de acuerdo con los cambios de clima que se prevén; notemos que las plantaciones de pinos se encuentran desde los 300 hasta poco más de 3,000 m snm (Tabla 1, Figura S2). La expansión de la migración natural, a través de los núcleos de migración asistida, es un camino viable; se necesitarán políticas institucionales y la academia para generar más información y aterrizar esta propuesta en el campo.
Material suplementario
El material suplementario de este trabajo puede ser consultado aquí: https://doi.org/10.17129/botsci.3602










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