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Tecnología y ciencias del agua

versión On-line ISSN 2007-2422

Tecnol. cienc. agua vol.3 no.4 Jiutepec oct./dic. 2012

 

Nota técnica

 

La generación de energía eléctrica en México

 

Generation of electric energy in Mexico

 

Leonardo de Jesús Ramos-Gutiérrez1 y Manuel Montenegro-Fragoso2

 

1 Comisión Federal de Electricidad, México.

2 Universidad Panamericana, México.

 

Dirección institucional de los autores

M.A.C. Leonardo de Jesús Ramos-Gutiérrez
Comisión Federal de Electricidad
Residencia de Construcción del P.H. La Yesca
Mesa de Flores, 46440 Hostotipaquillo, Jalisco, México
Teléfono: +52 (33) 3283 0200
leonardo.ramos@cfe.gob.mx

Dr. Manuel Montenegro-Fragoso
Profesor de la Academia de Energía, Térmica y Fluidos
Universidad Panamericana, Campus Guadalajara
Prolongación Calzada Circunvalación Pte. núm. 49
Ciudad Granja
45010 Zapopan, Jalisco, México
Teléfono: +52 (33) 1368 2226
mmontene@up.edu.mx

 

Recibido: 18/01/11
Aceptado: 22/05/12

 

Resumen

Desde el año de 1960, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) es la empresa del Estado mexicano que se encarga de la generación, transmisión, distribución y comercialización de energía eléctrica en el país. Con dicha empresa, el gobierno federal maneja el parque eléctrico en México. Este trabajo pretende conocer y analizar la generación de energía, así como su consumo en el país, para proponer una planeación de crecimiento enfocada a atender la demanda de energía futura en un ambiente sustentable. Para diciembre de 2011, la capacidad instalada con el fin de generar energía eléctrica era de 52.5 GW, con ella se generaron 254.7 TWh anuales, tomando en cuenta la zona centro (Distrito Federal, Puebla, Estado de México, Hidalgo y Morelos), que a partir de octubre de 2009 forma parte de CFE (anteriormente pertenecía a la empresa paraestatal Luz y Fuerza del Centro, que se encargaba del manejo y abastecimiento del recurso eléctrico en esa zona). La capacidad instalada en 2011 se integró mediante una diversificación de fuentes de generación, siendo las centrales termoeléctricas las que tienen una mayor participación con 45.1%; las hidroeléctricas un 21.9%; las carboeléctricas un 5.1%; la única central nucleoeléctrica 2.7%; dos fuentes más con recursos renovables, las geotermoeléctricas, con un 1.7%, y las eoloeléctricas con 0.20% de la potencia total de país. El resto del porcentaje, 23.3%, constituye un caso especial, denominado productores independientes (PIE's). La generación en 2011 estaba compuesta de la siguiente forma: las centrales termoeléctricas, con una mayor participación, 43.77%, mediante el uso de hidrocarburos (diesel, combustóleo, etcétera); las hidroeléctricas, con un 12.84% (6.23% mediante el uso del carbón, 3.58% a través de nucleoeléctrica); las geotermoeléctricas, con un 2.30%, y las eoloeléctricas con sólo un 0.04% de la generación eléctrica nacional. El porcentaje restante de la generación la aportan los productores independientes (PIE's), quienes mantienen un mejor aprovechamiento de sus respectivas fuentes y representan el 31.24% de la producción, utilizando centrales termoeléctricas principalmente (ciclo combinado y convencionales). Los clientes a los que CFE suministra energía eléctrica están divididos en los siguiente sectores: industria, 52.81%; residencial, 20.35%; comercial y servicios públicos, 9.09%; usos propios, 6.49%; agrícola, 3.46%; transporte, 0.44% y, finalmente, pérdidas por un 7.36%.

Palabras clave: generación de energía eléctrica, sustentabilidad, suministro.

 

Abstract

Since 1960, the Federal Electric Commission (FEC) has been Mexico's company responsible for generating, transmitting, distributing and selling electric energy in the country, through which the federal government manages the electric network in Mexico. The objective of this work is to identify and analyze both the generation and consumption of energy in the country in order to propose a growth plan that addresses future energy demand in a sustainable environment. By December 2011, the installed capacity to generate electric energy in the country was 52.5 GW, which generated 254.7 TWh annually in the central region of the country (Mexico City Federal District, Puebla, State of Mexico, Hidalgo and Morelos). This region has been part of the FEC since October 2009, and previously belonging to the parastatal company Luz y Fuerza del Centro which used to be responsible for the management and supply of electric energy in this region. The installed capacity for this year was made up of a diversification of generation sources, the thermoelectric centers being those with the greatest contribution to the total power of the country (45.1%), followed by hydro-electric (21.9%), carboelectric (5.1%), one nuclear electric center (2.7%) and two renewable energy sources (geothermal electric (1.7%) and eoloelectric (.20%). The remaining percentage (23.3%) constitutes a special case known as independent producers. The generation in the year mentioned consisted of thermal electric centers with the greatest contribution (43.77%) through the use of hydrocarbons (diesel, fuel oil, etc.); hydroelectric (12.84%) through the use of carbon (6.23%) and nuclear electric power (3.58%); geothermal electric (2.30%) and eoloelectric with only 0.04% of the national generation of electricity. The remaining percentage of generation is provided by independent producers--primarily thermal electric centers (conventional combined cycle)--who make better use of their respective sources and represent 31.24% of production. The clients to which the FEC supplies electric energy are divided into the following sectors: industry (52.81%), residential (20.35%), business and public services (9.09%), FEC use (6.49%), agriculture (3.46%), transportation (0.44%) and losses of 7.36%.

Keywords: generation of electric energy, sustainability, supply.

 

Introducción

Se observa en el mundo que la generación de energía eléctrica está muy relacionada con el desarrollo de un país. La razón de esta nota técnica es dar a conocer el parque eléctrico nacional que tiene México, cómo ha crecido en centrales, potencia y generación a través del tiempo; conocer cuál es la demanda actual de este fluido en el ámbito nacional, y su proyección a futuro. Otro objetivo de este trabajo es proponer el incremento de las fuentes de generación de energía eléctrica por medio de fuentes que utilicen recursos renovables, a fin de mitigar el cambio climático, sin descuidar el abasto de energía, para no frenar el desarrollo nacional.

 

Antecedentes

En 1899, la capacidad instalada para generar energía eléctrica en México era de 31 039 kW (kilowatts) en industrias textiles y mineras, todas de inversión privada. Las concesiones para su instalación fueron otorgadas por autoridades federales, estatales y municipales. En el periodo comprendido de 1897 a 1911 se organizaron más de cien empresas eléctricas (EE) con tecnologías diversas, diferentes frecuencias de generación, voltaje, en corriente alterna y directa. La mayoría eran plantas aisladas para industrias, alumbrado público y pocos servicios domésticos. La primera expansión de la industria eléctrica siguió el mismo patrón caótico que en otros países: multitud de permisos a diversas empresas. La consolidación se forzó con la compra de los competidores con buena fe o con amenazas, disminución de precios de venta o corrupción.

En 1925, el crecimiento de la electricidad fue de 31 a 390 MW. El 14 de agosto de 1937, el Ejecutivo Federal creó la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Debido a que a finales de los años treinta seguían existiendo demasiadas empresas privadas eléctricas, entre las cuales destacaban Impulsora de Empresas Eléctricas, filial de Bond and Share norteamericana, y Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, filial de la empresa canadiense American and Foreing Power Company, la planeación en el desarrollo eléctrico, la mejor explotación, la ubicación de los recursos, la sintonía con los programas de desarrollo económico y la formación de técnicos fue la gran tarea de la CFE.

El 11 de febrero de 1939 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la primera Ley de la Industria Eléctrica, en la que se definió a la electricidad como un servicio público que puede ser prestado por el Estado o por los particulares mediante concesiones, derivado del incremento en capacidad instalada que prosiguió con bajas tasas. Para 1943, México tenía una potencia instalada de 680 MW. El impulso lo dio la CFE una vez que los primeros proyectos entraron en servicio y la capacidad pasó de 720 MW en 1945, a 1 400 MW en 1951.

Los 1 400 MW de capacidad instalada estaban integrados por la Mexican Light con 378 MW, 197 MW por Impulsora de Empresas Eléctricas, 455 MW por otros inversionistas y sólo 370 MW por propiedad estatal, es decir por CFE y Eléctrica Chapala, que representaban únicamente el 26.5% del total.

En un acto de plena soberanía, de racionalidad económica y de eficiencia industrial, el gobierno mexicano adquirió en abril de 1960 la totalidad de los bienes de Impulsora de Empresas Eléctricas, filial de Bond and Share. También adquirió la mayoría de las acciones de Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, filial de American and Foreing Power Company.

En 1960, el Congreso de la Unión aprobó la modificación del artículo 27 constitucional, propuesta por el presidente Adolfo López Mateos, en donde se afirma que le corresponde a la nación generar, transformar, distribuir y abastecer la energía eléctrica para la prestación de servicio público. En esta fase hubo un cambio en la escala que se venía dando en la construcción de proyectos hidroeléctricos. A diferencia de los años anteriores, donde se habían construido 41 plantas hidroeléctricas relativamente pequeñas, que aprovechaban principalmente los escurrimientos de las partes altas de las cuencas hidrográficas, con gastos de agua bajos y caídas grandes, se iniciaron proyectos hidroeléctricos magnos en locaciones más bajas de las cuencas, con caudales importantes y caídas menores; pero esta tendencia tendría un déficit, ya que también existió un crecimiento en lo que se refiere a la participación de centrales termoeléctricas, debido a que México empezó a enriquecerse de yacimientos de petróleo en el sureste del país, lo cual en apariencia sería más barato y factible.

El primer proyecto hidroeléctrico magno fue el denominado Infiernillo (iniciaban las inversiones fuertes del erario público), en el río Balsas, que entró en servicio en el año de 1965; para transmitir la energía eléctrica generada en estas grandes plantas hidroeléctricas, más alejadas de los centros de consumo, fue necesario recurrir a un voltaje de transmisión más alto, de 400 kV (kilo volts), que casi duplicó el de 230 kV que se había introducido a principios de los años cincuenta. Como ya se mencionó, en México se manifestó un crecimiento importante de las centrales termoeléctricas hasta llegar a tenerlas incluso como generación base debido a que la década de los sesenta en el mundo fue un periodo de petróleo abundante y barato, cobrando auge los hidrocarburos como energéticos para la generación de energía eléctrica. México no fue la excepción y, en este sentido, la CFE le brindó prioridad a las plantas termoeléctricas, especialmente a las que usaban combustóleo o gas natural como combustible. Gracias al control que el gobierno mexicano ejerció desde ese momento en la industria de suministro eléctrico hasta la fecha (2012) se ha permitido: "una planeación uniforme según programas nacionales; unificación de frecuencias de operación; interconexión de sistemas; un solo régimen tarifario (anteriormente existían 168); normatividad nacional; capacitación profesional; optimización de recursos; menor y mejor administración; beneficios técnicos, económicos y sociales; la industria se expandió y atendió áreas no cubiertas anteriormente; electrificación de zonas deprimidas y rurales; formación de un cuerpo técnico de experiencia; integración de departamentos de planeación, ingeniería, diseño y construcción; especialización en transmisión y distribución". Desde esa época, poco se pensó en fomentar la construcción de proyectos que utilizaran recursos renovables para generar energía eléctrica, sin imaginar que estas decisiones en el ámbito pasarían factura hoy en día con el calentamiento global. En México, desde ese entonces cobró importancia la generación termoeléctrica, incrementándose de forma acelerada desde un 48% de participación en 1960 hasta un 81% en 1987. Ese mismo año (1987), la capacidad instalada había alcanzado el valor de 23.15 GW, y en cuanto a la generación anual, se había alcanzado una demanda de 96.31 GWh. El consumo por habitante se incrementó de 109 a 1 505 kWh anual.

A diferencia de aquellos años donde las plantas generadoras de energía eléctrica se encontraban dispersas, en la actualidad, las fuentes de generación de energía eléctrica se han interconectado mediante una red de líneas de transmisión de alta tensión que se extiende por el país desde la frontera con los Estados Unidos hasta la frontera con Guatemala, controlados por el Centro Nacional de Control de Energía Eléctrica (Cenace). Los técnicos de la industria eléctrica mexicana son reconocidos en el ámbito internacional y a la fecha son prácticamente autosuficientes.

El Gobierno Federal, bajo la jurisdicción de la Secretaría de Energía (Sener), ha manifestado en las dos últimas décadas que diversas empresas consultoras que han auditado a la CFE expresan que los indicadores de productividad, eficiencia en generación, fallas en equipos, interrupciones por usuario y otros aspectos, compiten con empresas de países desarrollados.

La Comisión Federal de Electricidad, que depende de la Sener, divide al país en cinco regiones de producción: Norte, Noroeste, Occidente, Central y Sureste.

Los eventos más relevantes de la CFE hasta el año 2012 se presentan en el cuadro 1.

El sector eléctrico en México comprendía —hasta octubre de 2009— dos empresas propiedad de la nación: CFE, y Luz y Fuerza del Centro. Esta última operaba en el área central del país. La primera, después del mes referido, abastece del recurso eléctrico a todo el territorio nacional, por lo que en apego a la constitución mexicana, CFE construye, genera, transmite y distribuye la energía eléctrica a nivel nacional en México y el reto es alcanzar un desarrollo sustentable equilibrado para el país.

 

Medición

Parque eléctrico nacional

La CFE es un organismo público descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propio, que tiene el manejo total del parque eléctrico nacional. Es también una empresa comprometida con el desarrollo social y económico del pueblo de México; atiende las emergencias causadas por fenómenos meteorológicos que dañan la infraestructura eléctrica y ocasionan la interrupción del servicio eléctrico en las ciudades y la industria. Genera, transmite, distribuye y comercializa energía eléctrica para más de 34.9 millones de clientes, lo que representa más de cien millones de habitantes, e incorpora cada año más de un millón de clientes nuevos.

La energía eléctrica producida en México se conduce por más de 752 mil kilómetros de líneas de transmisión y distribución. El suministro de energía eléctrica llega a cerca de 190 mil localidades (190 732 rurales y 3 667 urbanas), cubriendo un 97.60% de la población nacional. En la actualidad, el parque eléctrico nacional está compuesto por 197 centrales generadoras, incluyendo 19 que se agregaron en octubre de 2009, que pertenecían a la extinta Luz y Fuerza del Centro. Estas 197 centrales están conformadas por diversas unidades específicas de generación de energía eléctrica, clasificadas como lo muestra el cuadro 2.

En los últimos diez años se han instalado 42 mil módulos solares en pequeñas comunidades muy alejadas de los grandes centros de población. Esta será la tecnología de mayor aplicación en el futuro para aquellas localidades que aún no cuentan con electricidad. En cuanto al volumen de ventas totales, 99% lo constituye las ventas directas al público y el 1.0% restante se exporta.

 

Potencia

La capacidad instalada que tiene México hoy en día en porcentaje de participación por tecnología está distribuida de la siguiente manera: termoeléctricas, 45.1%; hidroeléctricas, 21.9%; carboeléctricas, 5.1%; nucleoeléctrica, 2.7%; geotermoeléctricas, 1.7%; eoloeléctricas, 0.2%, y el 23.3% restante corresponde a centrales termoeléctricas construidas con capital privado por productores independientes de energía (PIE's), como se puede apreciar en la figura 1.

Generación

Derivada de la capacidad instalada referida, la generación que registró la CFE (ya tomando en cuenta la producción de energía eléctrica de la extinta Luz y Fuerza) en porcentaje de participación por tecnología está distribuida de la siguiente manera (ver figura 2):

a) Generación mediante recursos no renovables: termoeléctricas, 81.24%, incluyendo hidrocarburos, productores independientes de energía eléctrica (PIE's) y carboeléctricas; nucleoeléctrica, 3.58%.

b) Generación mediante recursos renovables: hidroeléctricas, 12.84%; geotermoeléctricas, 2.30%; eoloeléctricas, 0.04%.

En el cuadro 3 se puede vislumbrar el comportamiento evolutivo en el tiempo tanto de la potencia como de la generación en los últimos años.

 

Consumo

Esta infraestructura es necesaria para poder abastecer el recurso que es provocado por el consumo y la demanda de energía eléctrica. De acuerdo con los datos más recientes (disponibles) por parte de la International Energy Agency (IEA), el consumo de México en el año 2008 tuvo un comportamiento que se muestra en la figura 3.

Finalmente, en esta parte de medición, en apego con la Agencia Internacional de Energía (IEA), se presentan los diferentes sectores de consumo del recurso eléctrico en México (año 2008), como a continuación se muestra en la figura 4.

 

Análisis

Parque eléctrico nacional

El Sector Eléctrico Nacional (SEN) está conformado por 197 centrales generadoras de energía eléctrica, teniendo una importante diversificación de generación de energía eléctrica. Sin embargo, la mayor parte de éstas utilizan recursos no renovables, con lo cual, de mantener esta tendencia de generación del recurso eléctrico, probablemente no se alcanzará el progreso sustentable que se pretende en México en un futuro a corto plazo. En este momento no se puede realizar un cambio brusco en la manera de generar energía eléctrica porque seguramente sería difícil abastecer de manera satisfactoria todos los sectores de consumo en la medida que la demanda así lo solicite. En la figura 5 se presenta el consumo bruto de energía eléctrica, comparando el consumo real hasta el año 2009 y la proyección que espera la CFE al año 2025, proyección basada en la maduración de los proyectos y centrales generadoras actuales y la evolución de los precios de los combustibles, así como la plataforma de expansión de todo el parque eléctrico mismo, a través del Programa de Obras e Inversiones del Sector Eléctrico (POISE).

Observando el cuadro 3 (en particular el punto de análisis que será el año 2008, donde se generaron en número cerrados 231 TWh de energía eléctrica, sin tomar en cuenta el autoabastecimiento y la cogeneración) y la figura 4, y al comparar ambas con la gráfica de la figura 5, la demanda está cubierta, pero con un alto porcentaje de participación mediante el uso de combustibles fósiles y la necesidad de aportación de la iniciativa privada (PIE's), lo cual indica que en México está creciendo la industria y, con ella, se genera progreso, derivado de la producción de energía eléctrica, pero también se observa una dependencia del sector privado para abastecer la demanda de energía eléctrica en el país.

 

Potencia

La capacidad instalada en el sector eléctrico mexicano de acuerdo con la figura 1 plasma cómo las centrales que utilizan recursos no renovables son las que participan con mayor producción de energía eléctrica; mientras tanto, las que utilizan recursos renovables tienen menor grado de participación en cuanto a potencia se refiere para dicha producción. Lo que resalta es la participación de la iniciativa privada en el sector eléctrico en los últimos diez años. En 2002, el sector privado tenía una participación de 3 495 MW y para el mes de diciembre del año 2011 pasaron a ocupar una capacidad instalada de 11 907 MW, teniendo un crecimiento importante en esta última década. La participación de la iniciativa privada fomenta el progreso en México, así como empleos garantizados en el sector privado para los ciudadanos, pero la CFE debe tratar de mantener un equilibrio en el crecimiento de la capacidad instalada, ya que a diferencia de los PIE's (productores independientes de energía eléctrica, iniciativa privada), no ha crecido al ritmo de éstos; en el año 2002 se tenía una potencia de 36 885 MW y para diciembre del año 2011 registra una potencia de 39 270 MW. La iniciativa privada, para su autoabastecimiento y uso del recurso eléctrico, abarca ya una capacidad instalada en México mayor de los 11 499.22 MW que tienen las centrales hidroeléctricas (tomando en cuenta CFE y la extinta Luz y Fuerza del Centro); los PIE's tienen ya una potencia instalada de 11 907 MW. El problema es que utilizan recursos no renovables, aunque sean de ciclo combinado (gas licuado). Las 22 centrales de los PIE's son las siguientes: Mérida III, Hermosillo, Saltillo, Tuxpan II, Río Bravo II (Anáhuac), Bajío, Monterrey III, Altamira II, Tuxpan III y IV, Campeche, Mexicali, Chihuahua III, Naco Nogales, Altamira III y IV, Río Bravo III, La Laguna II, Río Bravo IV, Valladolid III, Tuxpan V, Altamira V, Tamazunchale y Norte Durango (Trinidad).

 

Generación

El gobierno mexicano debe poner principal atención en diversificar aún más la manera de generar energía eléctrica y tratar de tener mayor control en el manejo del recurso en el sector industrial. Observando el cuadro 3 y la figura 2, que son datos de la Sener a través de la emisión por parte de la CFE, ambas muestran cómo México es dependiente de la utilización de recursos no renovables para abastecer la demanda de energía eléctrica en el país, situación que coloca al pueblo mexicano lejos de una tendencia sustentable en el sector eléctrico nacional.

La sustentabilidad requiere de un compromiso social con la ciudadanía, una factibilidad ambiental y una viabilidad económica. El consumo de energía eléctrica (figura 4) muestra que el sector eléctrico nacional necesita de manera indispensable, para satisfacer la demanda, mantener un equilibrio en cuanto al abastecimiento del recurso eléctrico al sector industrial (PIE's). Y es claro, porque los PIE's ya forman parte del 23% de la misma. Al comparar la gráfica de la figura 5 con la figura 4, en particular en la generación de energía eléctrica en el año 2009, se observa que la CFE satisface la demanda de energía eléctrica que México requiere, pero se incluyen a los productores independientes; entonces, hoy en día no es posible hacer una proyección a futuro en este sentido sin contemplar a los PIE's.

El mundo se mueve prácticamente por combustibles fósiles, en particular por el carbón, al ser el material más barato para generar energía eléctrica. El cambio se irá dando poco a poco en la medida en que las fuentes renovables sean más eficientes y logren desplazar a las no renovables en busca de una sustentabilidad mundial. México no es la excepción, su mayor porcentaje de energía eléctrica se produce con base en termoeléctricas, lo cual se muestra en las figuras 2 y 3.

Para analizar a México con el resto del mundo, en este trabajo se recurrió a los datos estadísticos (disponibles en Internet) de la International Energy Agency (IEA) donde el orbe, en su conjunto, generó en el año 2008 alrededor de 20 261 TWh: 68% (13 675 TWh) por centrales térmicas a través de la combustión de gas natural, derivados del petróleo y carbón; 18% (3 584 TWh) por fuentes que utilizan recursos renovables; 13% (2 731 TWh) por centrales nucleares, y el resto, 1% (271 TWh), por otras fuentes, principalmente biomasa y basura.

En el cuadro 4 se muestra la producción de energía eléctrica del mundo y de los tres países con mayor producción del recurso eléctrico, también se destacan los porcentajes correspondientes respecto a su propia producción, con el objeto de ver su distribución por país, identificando el papel que juega México en este sentido.

El cuadro 4 muestra los datos más recientes que está manejando la IEA, en donde México representa el 1.14% en el mundo, teniendo el lugar número 14 en cuestiones de producción de energía eléctrica. Como se puede apreciar, el mundo genera energía eléctrica (un 67.49% de su producción total) mediante el uso de combustibles fósiles; los recursos renovables son la segunda opción para generar energía eléctrica (17.69%) y siguen en esa tesitura las nucleoeléctricas (13.48%) y la biomasa (1.34%), con lo cual se vislumbra que probablemente el cambio climático no se abatirá a corto plazo como problema ambiental mundial. Esto, hasta cierto punto es entendible, porque al ser barato, la mayoría de las naciones recurren al carbón para generar energía eléctrica, pero con dicho combustible se siguen fomentando las materias dañinas o que afectan al ambiente.

 

Consumo

En México, lo que más demanda energía eléctrica es la industria (ver figura 4). La Sener —a través de su entidad responsable del manejo de la energía eléctrica, la CFE— manifiesta que la demanda de energía eléctrica que el pueblo mexicano solicita está cubierta, y esto es cierto; sin embargo, la iniciativa privada juega un papel fundamental para que el abastecimiento de electricidad sea satisfactorio (ver cuadro 3).

El sector industrial rige el consumo de energía eléctrica en México (ver figura 4), por lo cual se tiene la misma tendencia que en el mundo de acuerdo con la IEA (ver cuadro 5), y sabiendo que la industria en el mundo genera electricidad con recursos no renovables, probablemente la sustentabilidad en el orbe no se va alcanzar como lo establecen las políticas ambientales promovidas por la Organización de las Naciones Unidas.

México debería tender a comportarse de forma similar con las tres grandes potencias —Estados Unidos de América, República Popular China y Japón— para generar progreso mediante la producción de energía eléctrica, sin perder de vista los aspectos primordiales del manejo del recurso eléctrico y bajando las pérdidas, ya que en comparación con dichas potencias, las pérdidas de energía eléctrica son altas en México (ver cuadro 5).

 

Conclusiones

Parque eléctrico mexicano

Como se pudo ver en el estudio anterior, el parque eléctrico nacional está compuesto principalmente de tecnologías que generan con combustibles fósiles, 105 en total, que representan el 52% del parque más dos móviles, una de combustión interna y otra de ciclo combinado (gas), por lo que se recomienda diversificar aún más (aumentar la participación de fuentes que utilizan recursos renovables) y eficientar (repotenciar) el parque eléctrico mexicano (mejorar lo que se tiene) y direccionarlo hacia las energías verdes.

Para construir una nueva gama de proyectos que utilicen recursos renovables, se considera necesario recurrir a inversiones fuertes, es decir, se requiere de cuantiosos recursos que el gobierno federal no puede ofrecer en su totalidad debido a su restricción presupuestaria; pero en busca de un desarrollo sustentable, el gobierno federal mexicano tiene que seguir manteniendo el esquema legal Pidiregas (Proyectos de Infraestructura Productiva de Largo Plazo de Impacto Diferido en el Gasto), que surge al amparo de la Ley General de Deuda Pública, y la Ley de Presupuesto, Contabilidad y Gasto Público Federal, ya que es importante analizar los montos presupuestales destinados a la inversión, y para repotenciar el parque eléctrico es indispensable la participación de la iniciativa privada, a fin de garantizar las inversiones necesarias que dichos proyectos magnos requieren y no descuidar el abastecimiento del recurso eléctrico.

Indudablemente la iniciativa privada será punta de flecha en la inversión de proyectos magnos futuros y que ya se ha venido dando en dos casos particulares: el Proyecto Hidroeléctrico El Cajón, en el estado de Nayarit, y el Proyecto Hidroeléctrico La Yesca, en los límites de los estados de Jalisco y Nayarit, ambos utilizando el río Santiago, que han sido un éxito de acuerdo con la International Commission Large Dams (ICOLD).

 

Potencia

La mayor parte de las fuentes (capacidad instalada) con que CFE genera energía eléctrica utiliza recursos no renovables (termoeléctricas, 73.5%); el 23.8% de las fuentes usa recursos renovables, y un 2.7% requiere de una energía de tipo alternativo para tal fin, como es el caso de la nuclear.

Cabe señalar que la iniciativa privada (PIE's) en la última década ha crecido de forma acelerada hasta tener mayor capacidad instalada que las hidroeléctricas (fuentes con mayor porcentaje de participación de recursos renovables en el parque eléctrico nacional); lo grave en términos ambientales es que los productores independientes (PIE's) utilizan centrales de ciclo combinado, es decir, utilizan como combustible gas, que también contamina, aunque en mucho menor escala que una termoeléctrica convencional. Pero la industria poco a poco domina el sector eléctrico y hasta cierto punto es factible, pues es un indicador de que en México hay progreso; incluso la inversión privada lo beneficia, porque no sólo salvaguarda las finanzas públicas, sino que también es un indicador económico de cómo la industria viene creciendo y con ello garantiza miles de empleos y la seguridad del abastecimiento del recurso eléctrico al resto de la sociedad mexicana; pero para evitar un descontrol en ese sentido, la Sener tiene como instrumento legal la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, con la finalidad de permitir a la iniciativa privada que sea productor independiente, pequeño productor, un autoabastecimiento y cogeneración, siendo la CFE el comprador del excedente que produzca y supervisando su autoabastecimiento, lo cual es plausible siempre y cuando se eficiente el resto del parque eléctrico, para satisfacer a la sociedad mexicana con el recurso eléctrico más barato.

 

Generación

El mundo se mueve prácticamente por combustibles fósiles. Como ya se mencionó, en el año 2008 se registró una producción de energía eléctrica de poco más de 20 mil TWh, de los cuales el 67.49% se generó mediante tecnologías que producen gases de efecto invernadero, porque sus combustibles son hidrocarburos y carbón. México no es la excepción en la tendencia de generación de energía eléctrica con este tipo de combustibles, por ejemplo, tomando el mismo año referido, se generaron 192 TWh por combustibles fósiles (83%), mientras que los recursos renovables sólo generaron 32 TWh (14%).

La sustentabilidad en el sector eléctrico mundial y en el mexicano no se va a celebrar a corto plazo debido a la dependencia actual de la industria para generar energía eléctrica con base en combustibles fósiles; cambiar dicha generación por fuentes que utilicen recursos renovables requiere de tiempo, y el abastecimiento de energía no se puede suspender ni el sector industrial cambiar bruscamente; sin embargo, de forma paulatina, los sectores eléctricos mundial y mexicano se pueden ir repotenciando en la búsqueda de dicha sustentabilidad eléctrica.

Este estudio recomienda, para el caso de México, que se promuevan políticas con apego al estado de derecho, para que el parque eléctrico sea repotenciado si se quiere llegar a ser un país que produzca progreso mediante energía eléctrica de modo sustentable, sin descuidar el desarrollo evolutivo del mercado eléctrico y su planeación estratégica, así como el desarrollo del sistema de generación y la expansión de la infraestructura de transmisión, todo con la finalidad de mantener a lo largo del tiempo el suministro de energía eléctrica eficiente, en particular en la industria. México, en lo que se refiere a generación de energía eléctrica, no está mal en términos generales, se encuentra más o menos bien posicionado en el ranking mundial (de acuerdo con la IEA, en 2008 ocupó el lugar decimocuarto), pero puede estar mejor en la búsqueda de una factibilidad sustentable en el sector eléctrico mexicano. El direccionar a México a la generación de energía eléctrica a partir de recursos renovables ya no es un lujo sino una necesidad ambiental, social y económica.

 

Consumo

En el mundo, lo que más demanda energía eléctrica es el sector industrial, seguido por el sector residencial. México no es excepción de dicha tendencia. La mayor demanda de energía eléctrica la solicita el sector industrial también, no el sector residencial como muchas veces se piensa, esto lleva a la reflexión de una nueva planeación estratégica futura, pensando quizá en un ahorro de energía y menos pérdidas; para ello se recomienda eficientar el parque eléctrico mexicano, a fin de acercarse al comportamiento de las potencias mundiales en materia de energía, para pensar en un progreso factible y, posteriormente, sustentable; esto ocurrirá cuando el consumo tenga equilibrio con la generación de energía eléctrica con base en una demanda estrechamente enlazada con el crecimiento poblacional, el manejo eficiente de las tecnologías actuales de generación, equilibrio en las reservas aunadas a pérdidas menores y, sobre todo, un Producto Interno Bruto (PIB) factible.

Se sugiere que para tener un México con equilibrio energético en un futuro a largo plazo, se requiere construir y repotenciar fuentes de energía eléctrica que utilicen recursos renovables, como las hidroeléctricas; encontrar las políticas de reforma que tengan como base la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica (LSPEE), y evitar un descontrol del sector industrial en lo referente al consumo, tratando de seguir el comportamiento de progreso energético de las grandes potencias mundiales, pero bajo una normativa ética, social, ambiental y económica.

 

Referencias

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