Introducción
Con base en la teoría de la autodiscrepancia (Higgins, 1989), la discrepancia entre el yo actual y el yo ideal desencadena insatisfacción corporal (INC), la cual puede motivar a las personas a involucrarse en conductas orientadas a intentar reducir dicha discrepancia (Fussner y Smith, 2015; Shagar, Harris, Boddy y Donovan, 2017; Vartanian, 2012), por ejemplo, la restricción alimentaria. En hombres y mujeres la discrepancia entre la interiorización del ideal corporal de delgadez o de musculatura (yo ideal) y la percepción de la figura actual (yo actual) predice la INC y la baja autoestima, las cuales están asociadas con la presencia de trastornos alimentarios (Brechan y Kvalem, 2015; Seepersad, 2012; Stice, 1994). Sin embargo, aun cuando existe un importante cúmulo de información disponible sobre imagen corporal (IC) y trastornos alimentarios, se sabe poco sobre el tema en las minorías sexuales (Calzo, Blashill, Brown y Argenal, 2017; Gigi, Bachner-Melman y Lev-Ari, 2016), especialmente en Latinoamérica y, más específicamente, en México.
En hombres gais y bisexuales, la INC mayormente se expresa a través de actitudes y conductas orientadas al ideal de delgadez (Duggan y McCreary, 2004; Gigi et al., 2016; Yean et al., 2013), por lo que se ha asumido que la orientación sexual (OSX) es un factor de riesgo para el desarrollo de trastornos alimentarios (Boisvert y Harrell, 2010; Russell y Keel, 2002), particularmente cuando se percibe que la pareja prefiere una figura delgada (Fussner y Smith, 2015). Asimismo, diversos estudios indican que los hombres gais presentan mayor INC, motivación para adelgazar y dieta restrictiva que los hombres heterosexuales (Grogan, 2016; Marino, Negy y Tantleff-Dunn, 2010; Martins, Tiggemann y Kirkbride 2007; Peplau et al., 2009; Yean et al., 2013). Incluso, se ha señalado que los hombres gais pueden tener tanta INC como las mujeres heterosexuales (Conner, Johnson y Grogan, 2004).
Se ha documentado una alta prevalencia de INC entre hombres adolescentes, de los que algunos desean perder peso y otros ganar masa muscular (Almeida, Severo, Araújo, Lopes y Ramos, 2012; Chen, Fox, Haase y Ku, 2010), así como su vínculo con la adopción de conductas nocivas con el propósito de cambiar la forma corporal (Fredrickson, Kremer, Swinburn, de Silva y McCabe, 2015; Shagar et al., 2017), la baja autoestima (Kousari-Rad y McLaren, 2013), el distrés (Hosking, Lyons y van der Rest, 2017) y los problemas de salud mental (You y Shin, 2016), como la depresión (Ehlinger y Blashill, 2016) y la ansiedad (Blashill et al., 2016).
Como ya se mencionó, en Latinoamérica pocos estudios han explorado las diferencias en la IC, la conducta alimentaria y la interiorización de ideales corporales (ya sea de delgadez o de muscularidad), en hombres con OSX minoritaria (Gómez-Peresmitré, Guzmán, Lazo y Platas, 2013; Gómez-Peresmitré, Guzmán, León y Platas, 2013; Lazo y Gómez-Peresmitré, 2013). Por tanto, el objetivo del presente estudio fue comparar la satisfacción corporal, la interiorización de ideales estéticos (delgadez y muscularidad), así como las actitudes y las conductas alimentarias entre varones con diferente OSX. Considerando que en la literatura se ha señalado que los varones gais y bisexuales pueden experimentar excesiva preocupación por la apariencia física, se hipotetizó que tendrán mayor motivación para adelgazar, interiorización del ideal de delgadez y preocupación por la comida que los varones heterosexuales.
Método
Participantes
La muestra fue no probabilística de tipo intencional. Específicamente, el muestreo se llevó a cabo en la llamada Zona Rosa (en las inmediaciones de la Glorieta de los Insurgentes), ubicada en el centro de la Ciudad de México. Zona en la que transita y es punto de encuentro de una gran cantidad de miembros de la comunidad LGBTTTI (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Travesti, Transgénero e Intersexual). En total participaron 217 varones de entre 14 y 41 años de edad (M = 22.0, DE = 4.59), de los cuales 94 eran heterosexuales, 93 gais y 30 bisexuales.
Medidas e instrumentos
Datos sociodemográficos. Para recolectar los datos se utilizó un cuestionario construido ex profeso, preguntando a los participantes sobre su ocupación, estado civil, escolaridad, peso y talla (tanto las actuales como las ideales). Finalmente, se les solicitó que indicaran su OSX.
Índice de masa corporal (IMC). Se obtuvo a partir del peso y la talla auto-referidos, los cuales han mostrado ser medidas válidas y útiles en población mexicana (Osuna-Ramírez, Hernández-Prado, Campuzano y Salmerón, 2006). El cálculo del IMC se realizó con la fórmula: peso (kg)/altura (m)2, y retomada la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2000), que indica: infrapeso (< 18.50), normopeso (18.51-24.99), sobrepeso (25.00-29.99), obesidad grado 1 (30.00-34.99), obesidad grado 2 (35.00-39.99), y obesidad grado 3 (> 40.00). Para obtener el IMC deseado (ideal) fue utilizada la misma fórmula y clasificación.
Imagen corporal (IC). Para medirla se utilizaron dos indicadores: 1. La subescala de Malestar con la IC (MIC) del Cuestionario de Influencias sobre el Modelo Estético Corporal ([CIMEC]; Toro, Salamero y Martínez, 1994), y 2. La diferencia entre el IMC real y el IMC ideal. La subescala MIC evalúa la preocupación por no coincidir con el ideal corporal social, esto con base a cinco ítems tipo Likert con tres opciones de respuesta, que se califican desde 0 = “ausencia del rasgo” hasta 2 = “máxima presencia del rasgo”, de modo que puntuaciones mayores indican mayor malestar. En México esta subescala ha mostrado contar con consistencia interna adecuada en hombres (α = .71, Vázquez et al., 2010), al igual que en la muestra del presente estudio (α = .78). En tanto que la diferencia entre el IMC real y el IMC ideal ha mostrado ser un indicador útil de INC (Ferreira, Pinto-Gouveia y Duarte, 2013; Nicoli y Liberatore, 2011; Vaz, Peñas y Ramos, 1999).
Interiorización de ideales estéticos. Fue medida considerando dos vertientes, de delgadez y de musculatura, a partir de dos de las subescalas de la versión del CIMEC adaptada para varones mexicanos (Vázquez et al., 2010), siendo las siguientes: Influencia de la figura de delgadez (IFD) e Influencia de la figura musculosa (IFM). La IFD y la IFM comprenden −respectivamente− cinco y siete ítems tipo Likert, en los que mayores puntuaciones indican mayor interiorización. En varones, de acuerdo con Vázquez et al., estas subescalas han mostrado tener consistencia interna adecuada: ambas con α = .68; mientras que, en el presente estudio, dichos coefi cientes fueron .70 y .61, respectivamente.
Actitudes y conductas alimentarias anómalas. Evaluadas con base a tres subescalas del Test de Actitudes Alimentarias ([EAT-40, por sus siglas en inglés]; Garner y Garfinkel, 1979), siendo: Motivación para adelgazar, Preocupación por la comida y Restricción alimentaria. Subescalas que cuentan, respectivamente, con cinco, cuatro y nueve reactivos tipo Likert con seis opciones de respuesta, las que −para fines de este estudio− se evaluaron de la forma siguiente: “nunca” = 1 y “siempre” = 6, de modo que puntuaciones más altas indicaron mayor presencia de los rasgos evaluados. En población comunitaria mexicana, dichas subescalas han mostrado poseer consistencia interna adecuada: .79, .64 y .63, respectivamente (Alvarez, Vázquez, Mancilla y Gómez-Peresmitré, 2002). En el presente estudio, la consistencia interna obtenida para las subescalas Motivación para adelgazar y Restricción alimentaria fueron adecuadas (α = .81 y .76, respectivamente), pero no así la de Preocupación por la comida (α = .50).
Procedimiento
La recolección de los datos fue realizada in situ, de modo que los hombres que transitaban por la Zona Rosa, independientemente de su OSX, fueron abordados e invitados a participar en una investigación sobre “IC y alimentación”. Después de obtener su consentimiento informado, lo que expresamente incluyó el garantizarles su anonimato, los participantes recibieron los instrumentos, los cuales fueron respondidos individualmente en aproximadamente 20 min.
Análisis de datos
Para describir los datos sociodemográficos de los participantes se realizó un análisis de frecuencias. Posteriormente, las variables sociodemográficas, el IMC (real e ideal), la IC, la interiorización de ideales corporales, y las actitudes y conductas alimentarias de los tres grupos (heterosexuales, gais y bisexuales) fueron comparadas utilizando ANOVA de una vía, con la prueba post hoc de Tuckey.
Resultados
En la Tabla 1 se expone la caracterización sociodemográfica y de IMC (real e ideal) de los participantes agrupados por OSX (heterosexuales, bisexuales y gais). No fueron identificadas diferencias significativas entre los grupos en las variables edad (F(2, 214) = 0.27; p = .76) o IMC real (F(2, 214) = 2.19; p = .11), cuyo promedio −en los tres grupos− denotó normopeso, pero si en cuanto al IMC ideal (F(2, 214) = 6.59; p = .002), el que si bien en los tres grupos supuso una disminución respecto al IMC real, la prueba post hoc indicó que fue significativamente menor el referido por los hombres gais.
Variables | Heterosexuales (n = 94) | Bisexuales (n = 30) | Gais (n = 93) | x2 | p |
---|---|---|---|---|---|
f (%) | f (%) | f (%) | |||
Ocupación | |||||
Estudiante | 77a (81.9) | 17b (56.7) | 46b (49.5) | 22.44 | .0001 |
Trabajador | 17a (18.1) | 13b (43.3) | 47b (50.5) | ||
Estado civil | |||||
Soltero | 87 (92.5) | 29 (96.7) | 89 (95.7) | 2.92 | .57 |
Casado | 3 (3.2) | 1 (3.3) | 3 (3.2) | ||
Unión libre | 4 (4.3) | 0 (0) | 1 (1.1) | ||
Escolaridad | |||||
Básica | 6 (6.4) | 2 (6.7) | 11 (11.8) | 7.54 | .11 |
Media superior | 29 (30.9) | 15 (50.0) | 39 (41.9) | ||
Superior | 59 (62.8) | 13 (43.3) | 43 (46.2) | ||
M (DE) | M (DE) | M (DE) | F | p | |
Edad | 21.77 (3.65) | 21.97 (5.94) | 22.26 (4.97) | 0.27 | .76 |
IMC real | 23.83 (3.72) | 23.18 (3.20) | 22.79 (3.11) | 2.19 | .11 |
IMC ideal | 22.67a (2.64) | 21.80ab (3.34) | 21.24b (2.51) | 6.59 | .002 |
Notas. IMC = Índice de masa corporal. Subíndices distintos indican diferencias significativas, identificadas por la prueba post hoc de Tuckey.
Imagen corporal
En la subescala MIC se identificaron diferencias significativas entre los grupos. Específicamente fueron los varones bisexuales y los gais quienes registraron mayor puntuación promedio que los varones heterosexuales (Tabla 2). Por el contrario, en la medida de INC (discrepancia entre IMC real e IMC ideal) los grupos no difirieron significativamente.
Variables | Orientación sexual | F | p | ||
---|---|---|---|---|---|
Heterosexuales (n = 94) | Bisexuales (n = 30) | Gais (n = 93) | |||
M (DE) | M (DE) | M (DE) | |||
Insatisfacción corporal | |||||
Malestar corporal | 2.47a (2.17) | 4.03b (2.54) | 3.38b (2.69) | 5.84 | .003 |
IMC real - IMC ideal | 1.16 (3.39) | 1.38 (3.10) | 1.54 (3.26) | 0.33 | .72 |
Interiorización de ideales estéticos | |||||
Delgado | 2.28a (1.95) | 3.87b (1.96) | 4.06b (2.37) | 17.70 | .0001 |
Muscular | 4.07 (2.44) | 5.07 (2.00) | 4.88 (2.64) | 3.22 | .04 |
Actitudes alimentarias | |||||
Motivación para adelgazar | 2.03a (2.92) | 4.00b (4.40) | 3.39b (4.16) | 4.69 | .01 |
Preocupación por la comida | 0.55a (1.00) | 1.47b (1.96) | 0.77a (1.33) | 5.56 | .004 |
Conducta alimentaria | |||||
Restricción | 1.04a (2.03) | 2.50ab (4.64) | 2.96b (4.09) | 7.47 | .001 |
Notas. IMC = Índice de masa corporal. Subíndices distintos indican diferencias significativas, identificadas por la prueba post hoc de Tuckey.
En la Tabla 3 se puede observar que en los tres grupos predominó el deseo de perder peso, sobre el deseo de incrementar musculatura, sin identificarse diferencias significativas (X2 = 3.04, p = .55). Asimismo, cabe mencionar que en cuanto a las categorías de peso corporal en las que se ubicaron los participantes (IMC real), tampoco se encontró diferencia en función de la OSX (X2 = 7.43, p = .49), ver Tabla 4.
Discrepancia (IMC real -IMC ideal) | Orientación sexual | ||
---|---|---|---|
Heterosexuales f (%) | Bisexuales f (%) | Gais f (%) | |
Deseo de perder peso | 52 (55.3) | 20 (67.6) | 59 (63.4) |
Deseo de ser más musculoso | 29 (30.9) | 5 (16.7) | 22 (23.7) |
Neutra | 13 (13.8) | 5 (16.7) | 12 (12.9) |
Nota. IMC = Índice de masa corporal.
Interiorización de ideales estéticos
Al comparar a los grupos en cuanto a la interiorización del ideal de delgadez se encontraron diferencias significativas, siendo mayor en los hombres bisexuales y en los gais vs. los heterosexuales (Tabla 2). Respecto a la interiorización del ideal muscular, el ANOVA también indicó diferencia significativa, sin embargo, el análisis post hoc no evidenció entre cuáles grupos.
Actitudes y conductas alimentarias
En los tres aspectos evaluados se registraron diferencias significativas entre los grupos (Tabla 2). La motivación por adelgazar fue mayor en los hombres bisexuales y los gais que en los varones heterosexuales. No obstante, los bisexuales manifestaron mayor preocupación por la comida que los otros dos grupos. Finalmente, fueron los varones gais quienes reportaron mayor restricción alimentaria que los heterosexuales; en tanto que, de acuerdo con la prueba de Tuckey, los hombres bisexuales no difirieron significativamente de los otros dos grupos.
Discusión
El presente estudio investigó la IC, la interiorización de los ideales estéticos, la motivación por adelgazar, la preocupación por la comida y la restricción alimentaria entre tres grupos de varones con diferente OSX. En congruencia con nuestra hipótesis, los hombres gais y los bisexuales manifestaron mayor motivación para adelgazar, interiorización del ideal de delgadez y preocupación por la comida, en comparación con los heterosexuales. Resultado coincidente con la literatura que señala que los grupos con OSX minoritaria (e.g., gais, bisexuales) pueden experimentar tanta preocupación por la apariencia física como las mujeres heterosexuales (Conner et al., 2004), así como mayor INC (Grogan, 2016; Peplau et al., 2009), motivación para adelgazar (Brown y Keel, 2015; Kane, 2009; Levesque y Vichesky, 2006; Toro-Alfonso, Nieves y Borrero, 2010) y dieta restrictiva (Brown y Keel, 2012; Toro-Alfonso et al., 2010), en comparación con los varones heterosexuales. Probablemente estos resultados se deben a que la cultura gay mayormente promueve una identidad basada en la apariencia, la figura corporal femenina, el peso corporal (Frederick y Essayli, 2016; Hospers y Jansen, 2005; Varangis, Lanzieri, Hildebrandt y Feldman, 2012; Yelland y Tiggemann, 2003), el atractivo físico (Morgan y Arcelus, 2009), la restricción alimentaria y la motivación para adelgazar (Brown y Keel, 2012; Wilchstrøm, 2006), por lo que los hombres gais y bisexuales han interiorizado la visión de que deberían ser delgados y físicamente atractivos para poder llamar la atención de otros hombres como pareja sexual.
Por otro lado, en cuanto al ideal muscular no se observó una diferencia significativa entre la proporción de varones heterosexuales, bisexuales y gais que deseaban ser musculosos. En consonancia, aunque el ANOVA arrojó diferencia significativa, el análisis post hoc no evidenció entre qué grupos. Al respecto, estudios previos señalan que los varones heterosexuales suelen presentar INC negativa, misma que se asocia al deseo de ser más musculosos (Alvarez, Escoto, Vázquez, Cerero y Mancilla, 2009; Pope et al., 2000).
En el presente estudio se observó que los hombres de los tres grupos (heterosexuales, gais y bisexuales) principalmente deseaban ser más delgados, motivación que −sin embargo− co-existía con el deseo de incrementar musculatura. Con relación a esto, Gómez-Peresmitré, Guzmán, León et al. (2013) advierten que aunque los hombres gais refieren mayor preocupación por la grasa, el tamaño y la forma corporal que los heterosexuales, ambos grupos manifiestan su deseo de tener una figura corporal tanto delgada como musculosa. No obstante, estudios futuros deberán considerar otros instrumentos que permitan evaluar de manera más puntual la motivación por incrementar la musculatura; por ejemplo, la Escala de Motivación por la Musculatura (Escoto et al., 2013) o la Escala de Satisfacción con la Apariencia Muscular (Escoto et al., 2018).
La fortaleza principal del presente estudio es la aportación al campo del conocimiento de la IC masculina, específicamente en cuanto la OSX, en el contexto de un país latinoamericano. Otra fortaleza es la comparación entre hombres heterosexuales con bisexuales y gais, ya que la mayoría de los estudios no consideran a los bisexuales, se les descarta en los análisis estadísticos o, en algunos casos, se les agrupa con los varones gais. Esto es importante, ya que en el presente estudio se observó un patrón similar al de los varones gais, excepto en la restricción alimentaria.
Finalmente, entre las principales limitaciones del presente estudio destaca el tamaño de la muestra y la medida auto-reportada del IMC. Por tanto, futuros estudios deberán considerar muestras más grandes, así como la toma directa de peso y talla.