La propagación de orquídeas es complicada debido a las características propias de este grupo de plantas. Está documentado que su germinación depende de las condiciones ambientales en las que se encuentre la semilla, de la tasa de fecundación y de la presencia del microorganismo simbiontes (Arditi et al., 2000; Karol et al., 2015). Asimismo, el establecimiento de las plántulas y su desarrollo hasta individuos adultos, es complicado en especímenes epífitos (Damon, 2003).
Existen algunas estrategias de reproducción de orquídeas; no obstante, los métodos más exitosos son costosos por los requerimientos (condiciones de desarrollo, medios de cultivo in vitro, uso de fitohormonas, equipos, etc.) y se necesita infraestructura especial (Suzuki et al., 2012; Pradhan et al., 2016). Debido a lo anterior, es común que las personas dedicadas al comercio de orquídeas como plantas ornamentales extraigan ejemplares de bosques conservados, generalmente la extracción es ilegal ocasionando que las poblaciones silvestres se dañen, incluso algunas especies ya estan en alguna categoría de conservación dentro de la NOM-059-2010 (Hágsater et al., 2005).
En la región nororiental poblana existen poblaciones importantes de la familia Orquidiacea, las condiciones geográficas de la región permiten que la diversidad de este tipo de plantas sea alta (Pérez Bravo et al., 2010). Adicionalmente, la vocación turística de la zona origina que los visitantes busquen y adquieran orquídeas y por lo tanto sean cotizadas a buen precio (Emeterio-Lara et al., 2016). Es complicado contrarrestar o eliminar la comercialización de ejemplares ilegales, debido a que constituyen una fuente de ingreso para muchas familias (Cruz et al., 2015).
Una estrategia que tienen los pobladores es propagarlas por fragmentación utilizando bulbos o esquejes; En este trabajo se estandarizó una estrategia de germinación de orquídeas mediante un método sencillo y económico, que puede ser reproducible por las personas de comunidades rurales que cuente con las condiciones climáticas adecuadas para el desarrollo de estas plantas. Se busca establecer las bases para el desarrollo de una estrategia de propagación como alternativa para las familias que se dedican al comercio de plantas ornamentales, que sea económicamente accesible.
El primer paso fue la elaboración de los sistemas de germinación utilizando frascos de vidrio transparente de 100 a 150 ml, dentro del frasco se colocaron conos de cartón de material utilizado para el transporte de huevo, se cubrió la boca del frasco con gasas estériles y se fijó con ligas (Figura 1a). Para la siembra se diseñó una cámara casera (utilizando cajas forradas internamente con aluminio) para el mantenimiento de un ambiente estéril, con velas encendidas como una forma de sustituir el uso de mecheros (Figura 1b). Los frascos se desinfectaron en baño María.
La siembra de las semillas se hizo dentro de las cámaras, las semillas se envolvieron en papel de estraza doblado a manera de sobre y se desinfectaron colocando los sobres en una solución de cloro al 5% durante un minuto y a continuación fueron trasferidos a una solución de alcohol al 10% durante 30 segundos, finalmente fueron enjuagados con agua hervida (Figura 2a).
Antes de colocar las semillas dentro de los frascos se agregó agua hervida al frasco desinfectado, dentro del ambiente estéril, cubriendo la base del cono de cartón a una altura aproximada de 1 cm a continuación, se abrieron los sobres de papel y se colocaron las semillas en la parte alta de los conos tomando con pinzas el papel invertido y tocando repetidamente la superficie del cartón como si estuviese espolvoreando (Figura 2b). Se prepararon un total de 39 frascos, utilizando semillas de tres diferentes especies (13 de cada una): Gongogra sp., Vanillan planifolia, Epidendrum sp., colectadas en los bosques de la región de Zacapoaxtla.
Los frascos se expusieron a iluminación natural, con poca insolación y dentro de cajas de plástico para evitar contaminación con polvo. Se monitorearon, utilizando un microscopio estereoscópico, cambios en las semillas para detectar hinchazón o germinación. Las muestras se revisaron semanalmente, cuando el nivel del agua disminuyó se agregó agua hervida con jeringa estéril.
El procedimiento para la elaboración de los sistemas de germinación resultó sencillo y práctico, se contaminaron 13 frascos que fueron desechados. Hasta el momento únicamente se observó germinación en semillas de V. planifolia (Figura 3a) mientras que en Gongogra sp. Solamente se observaron semillas hinchadas (Figura 3b).
Se observó hinchamiento en todas las semillas; sin embargo, hasta el momento solo se ha detectado la expulsión de tejido que constituirá la raíz en tres de los 13 frascos en los que se colocaron semillas de V. planifolia. Las semillas germinadas se transfirieron a un medio de cultivo sintético para verificar su viabilidad, pero no se han conseguido transferir con éxito. Se cree que la transferencia se realizó de manera prematura, ocasionado que las plántulas no continuaran su crecimiento o bien se contaminaron. Hasta el momento no se tiene una estrategia funcional para la segunda etapa del cultivo.
Se han desarrollado estrategias para la germinación de semillas de orquídeas que incluyen la utilización de hongos simbiontes; sin embargo, aún no está claro cuál es la mejor manera de obtener resultados exitosos en diferentes condiciones de cultivo (Pereira et al., 2005; Otero et al., 2013; Mercado et al., 2020). Otero y Bayman (2009) señalan que la metodología más efectiva es en condiciones asimbióticas; no obstante, para este caso se considera que es necesaria la búsqueda de hongos asociados en plantas silvestres, que estimulen la germinación de semillas. Incluso hay estudios que señalan que un pretratamiento de las semillas permite incrementar los porcentajes de viabilidad y germinación en más de 90% (Salazar Mercado et al., 2019)
Por otro lado, existe la posibilidad de utilizar productos orgánicos que sirvan como señales químicas (pulpa de plátano o agua de coco) cuyo contenido de azúcares, aminoácidos, antioxidantes, minerales, ácidos orgánicos, etc., promueven el crecimiento vegetal (Arditi, 1993; Moreno y Menchaca, 2007). Cheng et al. (2015) encontraron que la adición de sustancias facilita la germinación y el desarrollo del embrión, no obstante, se debe cuidar la concentración y el tiempo en que las semillas permanecen en contacto con dichas sustancias.
Tejeda-Sartorius et al. (2017) proponen que para cultivar orquídeas se debe elegir la especie correcta y generar condiciones ambientales específicas para desarrollarlas, de manera que se considera que los estudios ecofisiológicos de las plantas deben ser la base de las estrategias propuestas, teniendo presente la búsqueda de procedimientos accesibles que finalmente puedan ser reproducibles por las personas que se dedican al comercio de plantas de la familia Orquidaceae.
En necesario diseñar estrategias para la conservación de orquídeas en los bosques conservados de México, procurando un manejo sustentable y justo con los pobladores de los lugares (Martínez-Feria, 2010) por lo que este trabajo tiene como fin desarrollar un procedimiento económico y de fácil acceso que sea redituable para los que se dedican al comercio de orquídeas, reduciendo así los impactos de la extracción ilegal de ejemplares.
Conclusiones
El sistema de germinación funciona en términos generales pero su eficiencia es baja, se considera que debe de buscarse un elemento adicional como el uso de diferentes hongos endófito, o bien aplicando extractos estimulantes (que contengan fitohormonas como el agua de coco). Es indispensable desarrollar estrategias que permitan el traslado de las semillas germinadas a un medio o sustrato que permita continuar con su desarrollo lograr el establecimiento de las