Introducción
El enfoque de escuelas de campo (EEC) fue introducido en 1991 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como una forma de introducir conocimiento intensivo en manejo integrado de plagas (MIP) en Asia, y desde entonces ha evolucionado para incluir un vasto número de temas para la difusión e intercambio de conocimientos en la agricultura, utilizando métodos participativos que ayuden a los agricultores a desarrollar sus capacidades analíticas, el pensamiento crítico y la creatividad (Feder et al., 2004; Braun et al., 2006). Las escuelas de campo, están constituidas por grupos de agricultores y agricultoras que se reúnen semanalmente, durante todo el ciclo vegetativo de un cultivo, con el fin de compartir y valorizar el conocimiento local, adquirir nuevos conocimientos y encontrar mejores estrategias para el manejo de nuevas tecnologías (FAO, 2005).
El EEC surgió como una visión de extensionismo de “abajo hacia arriba” (bottom up) con énfasis en el aprendizaje participativo, de experiencia y reflexivo, que mejora la capacidad de los productores para resolver sus propios problemas (Larsen and Lilleør, 2014). El EEC ha sido implementado y adoptado en diferentes partes del mundo (Friis-Hansen and Taylor, 2011; Duveskog et al., 2011; Davis et al., 2012) y en México (Cirilo, 2008; Gaytán, 2008). Los resultados indican que el EEC es un importante método de entrenamiento, que facilita la transformación personal, los cambios en los roles y género, así como el incremento de indicadores económico-productivos relacionados con los rendimientos e ingresos para el productor.
El EEC ha sido aplicado en comunidades rurales para incrementar el intercambio de conocimientos entre productores. De acuerdo con Orozco (2008) las escuelas de campo contribuyeron significativamente en el índice de adopción de tecnología para Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF). El principio básico de la escuela de campo es contribuir, a través de información y experiencia conjunta, a incrementar el conocimiento para quienes son productores y promotores en su comunidad. Estas investigaciones reflejan la importancia del EEC para difundir conocimientos, mejorar las relaciones interpersonales y la confianza de los actores, los cuales se pueden reflejar en resultados productivos.
De acuerdo a Larsen and Lilleør (2014) los resultados de la aplicación del EEC han sido evaluados desde dos perspectivas: el primero de ellos ha sido con base en la adopción de tecnologías, el incremento de rendimientos, productividad e ingresos; mientras que el segundo se ha enfocado hacia los resultados en empoderamiento. Sin embargo, la literatura no ha abordado cómo se comportan las relaciones entre los productores a partir de la participación en el EEC. Estas relaciones de conocimiento e información pueden ser analizadas desde un enfoque de redes sociales.
Las redes sociales explican cómo se da la difusión de innovaciones, a través de sus efectos sobre los procesos de aprendizaje social, evaluación conjunta, influencia social y acción colectiva (Kohler et al., 2007; Monge et al., 2008; Spielman et al., 2010). Sin embargo, las redes son dinámicas por naturaleza y pueden analizarse desde un enfoque temporal (Díaz et al., 2013); es decir, analizar cómo cambian las relaciones a través del tiempo; o pueden analizarse desde un enfoque de nivel de relacionamiento, es decir, a partir de la confianza entre individuos para relacionarse. Este último enfoque asociado al ensayo de Simmel (1906) sobre el hecho que las relaciones humanas se ciñen a lo que saben unos de otros, y bajo el principio de que el saber con quién se trata es la primera condición para tener un trato con alguien.
Bajo el enfoque de niveles de relacionamiento, estos vínculos se pueden expresar a través de los siguientes cinco niveles (Rovere, 1999): i) nivel de reconocimiento, el cual expresa la aceptación de que el otro existe; ii) nivel de conocimiento, en el cual se reconoce a la otra persona como par o en este caso como productor, como un interlocutor válido; iii) nivel de colaboración, para el cual colaborar forma parte de una relación de trabajo, es una ayuda espontánea, hay momentos, hechos, circunstancias donde se verifican mecanismos de colaboración que empiezan a estructurar una serie de vínculos de reciprocidad, se empieza a colaborar pero se espera una colaboración recíproca; iv) cooperación, como una operación conjunta; esto supone un proceso más complejo porque existe un problema común, por tanto, hay un compartir sistemático de actividades; y v) asociación, la cual profundiza alguna forma de contrato o acuerdo que significa compartir recursos.
Como se aprecia, cada nivel tiene que ver con las relaciones entre dos o más personas y el grado de aceptación y el interés personal. Los niveles se ordenan desde el nivel de reconocimiento, hasta llegar al de asociación. Cada nivel soporta al siguiente; es decir, es la base para una relación más fuerte. En general, se plantea la hipótesis que la importancia de las relaciones del capital humano, asociado a la tecnología y los métodos de transferencia de conocimientos para la productividad, son motores de incidencia para el desarrollo rural.
A partir de un análisis temporal y de niveles de relacionamiento, el objetivo del presente artículo fue analizar las relaciones de aprendizaje y cooperación en pequeños productores de jitomate (Lycopersicon esculentum Mill.) de las comunidades de Santo Domingo Teojomulco y San Jacinto Tlacotepec, Oaxaca, que participaron en escuelas de campo. Los resultados indican que la participación en el EEC impulsó la difusión de nuevas tecnologías, se incrementaron las relaciones técnicas y la productividad.
Metodología
Se realizó una selección de productores de jitomate en los municipios de Santo Domingo Teojomulco y San Jacinto Tlacotepec, Oaxaca, mediante una muestra no probabilística. Se trabajó con 18 invernaderos de cultivo de jitomate y se aplicó un cuestionario para conocer el flujo de conocimientos tecnológicos. El cuestionario se diseñó a partir de cinco niveles de asociación (Cuadro 1) con énfasis en la difusión del conocimiento tecnológico en la producción de jitomate en invernadero. Este cuestionario se aplicó en dos momentos: 1) como línea base, antes de la intervención de EEC; y 2) como línea final, después de la intervención en el EEC.
Para el análisis de la información se aplicó la metodología de redes sociales, que permitió identificar las relaciones de aprendizaje y cooperación para la producción de jitomate bajo condiciones de invernadero. Mediante el análisis de redes sociales se identificaron las relaciones o vínculos, y se calcularon índices de centralización, difusión y estructuración.
La información se recabó al iniciar el proceso de escuelas de campo, en 2010, y finalizar éste en 2011. Con ambas estimaciones fue posible realizar estimaciones en los cambios en los relacionamientos entre productores de jitomate en el estado de Oaxaca.
En el mapeo de redes se calcularon tres indicadores importantes: i) la centralidad que se refiere a los nodos en lo individual; ii) la centralización como una propiedad de la red en su conjunto; y iii) la estructuración, que se refiere a la función de ciertos actores y grupos de actores en toda la red (Rendón et al., 2007).
Resultados y discusión
Análisis de los flujos de información de la línea base
El primer conjunto de hallazgos está relacionado con el análisis a nivel de relacionamientos de los productores y se abordó en el contexto inicial del proyecto de escuelas de campo. Primero, el nivel reconoce es el nivel de aceptación, donde el productor reconoce de la existencia de otros productores en su entorno, pero no existe algo más que eso, por tanto, el promedio de relaciones de los productores es mayor a los demás niveles de relacionamiento (Figura 1a).
Nota: el número entre paréntesis indica el promedio de relaciones (grados de entrada y salida) de los actores.
Segundo, en el nivel conoce o de interés (Figura 1-b) se observan pocos cambios en relación con el nivel reconoce, sin embargo, el promedio de relaciones se reduce, ya que implica un conocimiento de lo que otros productores son o hacen. Tercero, en el nivel colabora (Figura 1c) las relaciones disminuyeron aún más, ya que implica prestar ayuda o participar en alguna actividad conjunta, aunque de manera esporádica. Cuarto, en el nivel de coopera el promedio de relaciones de la red cae a más de la mitad con respecto al estado inicial de reconocer (Figura 1d). La cooperación es importante para construir nuevos niveles de organización en los seres humanos, se coopera cuando se tienen problemas en común y existe un proceso de abordar esos problemas en forma más sistemática. Por lo anterior, en este nivel las relaciones entre productores son más escasas, pues está implícita la afinidad de las personas, el parentesco, la reciprocidad directa e indirecta, la reputación y la competencia entre grupos (Nowak 2006).
Finalmente, en el nivel asocia (Figura 1e), la formación de grupos y vínculos entre productores es casi nula. Además, aquí se comparten recursos y la actividad se profundiza en contratos y acuerdos, el nivel de confianza y los vínculos de la red se constriñen a relaciones diádicas, formadas entre 5 pares de productores de jitomate. El nivel de asociación requiere de altos niveles de confianza entre pares, y más aún entre grupos si se quieren conformar organizaciones o empresas.
Resultados de los flujos de información después del proceso de las escuelas de campo
Una vez finalizada la implementación de las escuelas de campo se aplicó la misma metodología para conocer el estado que guardaban los niveles de relacionamiento entre los productores. El total de productores o actores de la red o nodos, después del proceso de las escuelas de campo fue de 68 productores de ambos municipios. Dentro de este universo de productores, se identificó a los mismos productores de jitomate, técnicos, familiares, proveedores organizaciones y otros participantes de la línea base.
En general, tanto en la línea base como en los resultados después del proceso de las escuelas de campo, las relaciones se reducen, es decir, cuando los lazos son más fuertes los productores adquieren más compromisos, los cuales son recíprocos y de confianza. Sin embargo, en el proceso después de las escuelas de campo, se dio énfasis a la búsqueda de intereses comunes, a la acción colectiva y al trabajo grupal, lo que se vio reflejado en cada uno de los niveles, los porcentajes para pasar a otro nivel fueron más consistentes en comparación con los de la línea base. En el último nivel se aprecia la existencia del trabajo en grupo, y un incremento significativo en el nivel de asociación con respecto a la línea base (Figura 2).
Al realizar la comparación entre la línea base y las redes después de la participación en las escuelas de campo, se pueden distinguir dos cosas: primero que en los niveles más básicos (reconoce y conoce) el promedio de las relaciones disminuyó, pues la relación en los productores va más allá del mero reconocimiento; y segundo, que a partir del nivel de colaboración las relaciones se incrementaron, lo que indica mejores niveles de cooperación.
En los diferentes niveles de relacionamiento analizados, los productores se enfrentan a dilemas. Vollan and Ostrom (2010), mencionan que los individuos que adoptan normas de cooperación, logran niveles de cooperación que se incrementan a lo largo del tiempo, siempre y cuando en la red o el grupo exista un importante número de personas con la visión de cooperar; sin embargo, también señalan que si existe un número importante de free riders los niveles de cooperación caerán a lo largo del tiempo. Las escuelas de campo demuestran ser un método efectivo para mejorar los niveles de cooperación tanto en intensidad como en magnitud.
Grado de entrada y salida de información después del proceso de las escuelas de campo
En el nivel reconoce, el grado de entrada es de 27%; es decir, el grupo de productores que reciben información tecnológica en la producción de jitomate en invernadero manifiesta tener relación con el 27% de los 68 productores. Por su parte, en el grado de salida de información tecnológica, 7% de los productores los refirieron como actores con los que mantienen relaciones en cuestiones tecnológicas.
En el segundo nivel conoce y tercer nivel colabora, la entrada de información tecnológica se mantiene en 24% y la salida de información de los conocimientos fue de 8%. En el cuarto nivel (coopera) y quinto nivel (asocia), los porcentaje de entrada de información disminuye en 11% y salida en 4%. Después del proceso de las escuelas de campos los productores fueron más propensos a dar información tecnológica.
Las relaciones del nivel asocia, son de las más importantes dentro de la organización de productores de jitomate. Para llegar al nivel asocia, los productores tuvieron que pasar por los anteriores niveles (reconoce, conoce, colabora y coopera). En el análisis del nivel asocia, se observó lo siguiente: en la línea base permanecieron 13 relaciones; después del proceso de las escuelas de campo estas relaciones se incrementaron a 35, lo que significa que los productores después de las escuelas de campo, incrementaron sus relaciones en más de 100%.
En general los indicadores después del proceso de las escuelas de campo, según los niveles de relación manifestaron mejorías, principalmente en las relaciones y el grado de entrada de información; es decir, existieron mayores conexiones de productores en la red para buscar información técnica para la producción de jitomate. De alguna manera cada actor desempeñó una posición importante de acuerdo a su grado de entrada y salida de información. El grado de salida de información se incrementó ligeramente y la densidad fue mejor.
Las relaciones técnicas entre los productores en fase de la línea base, se formaron a partir de la capacitación y asistencia técnica, y de la poca relación entre productores; en cambio, después del proceso de las escuelas de campo, las relaciones se plantearon de acuerdo al principio de un ambiente de aprendizaje, práctica, confianza y reciprocidad, lo que impactó en la adopción de conocimientos y los rendimientos obtenidos en la producción de jitomate en invernadero, pues el promedio de los rendimientos obtenidos, en la línea base fue de 5 a 7 kg m-2, mientras que después del proceso de las escuelas de campo fue de 12 kg m-2.
Conclusiones
El principio de la metodología de las escuelas de campo fue decisivo para que los productores adoptaran tecnología y tuvieran un papel significativo en las redes de relaciones del flujo de conocimientos. De acuerdo con la hipótesis planteada, productores participantes en las escuelas de campo mejoran sus relaciones, adoptan nuevos conocimientos y mejoran los rendimientos en la producción de jitomate en invernadero.
A partir de este estudio se asume que, los productores adquieren compromisos o relaciones cada vez más fuertes desde el punto de vista de los niveles de relacionamiento: reconocimiento, conocimiento, cooperación, colaboración y asociación; el promedio de relaciones se va debilitando a medida que se incrementa la demanda de confianza, solidaridad, reciprocidad, interés y aceptación, para establecer una relación de productor a productor. Una mayor profundidad de estudio se requiere para entender los factores que influyen en las variaciones de los niveles de relacionamientos, así como los criterios que se deben tomar para que las escuelas de campo sirvan como medio para mejorar la cooperación y asociación entre productores.